Capítulo 7.
El verano pasó anodino. Por primera vez
en muchos años Yolanda no hizo un viaje con su abuelo. Él no se lo propuso y
ella no quiso forzar la situación. Yolanda, que era un espíritu libre se había
adaptado muy bien a su vida independiente. Como le aconsejó Daniel, no renunció
a estar con su abuelo y lo visitaba frecuentemente. No se podía decir que la
relación entre ambos se hubiera acabado de normalizar, pero con el transcurso
de los días al menos ninguno de los dos se sentía incómodo ante la presencia
del otro, que para empezar, ya era bastante.
En
cuanto a Natalia, no tuvo ocasión de verla. Hizo un par de intentos más de
contactar con ella, pero no tuvo éxito, y al final, se alegró de que así fuera.
Había sido un primer amor fallido, un primer amor traumático y Yolanda solo
deseó que no marcara sus relaciones futuras. Por Daniel supo que Natalia y
Jaime se habían ido de vacaciones juntos y que ella había cambiado al final de
opinión a la hora de elegir Universidad y estudiaría en una ciudad diferente a
la que en su momento pensó hacerlo. Así pues, Yolanda casi respiró aliviada
pensando que al menos no tendría que encontrarse con ella mientras cursara su
grado universitario y ella sí se atuvo a lo que habían planeado. Solicitó plaza
en la Universidad en la que tenía previsto hacerlo, pero en lugar de alojarse
en una residencia universitaria decidió hacerlo en un piso de alquiler. Así
pues, ayudada por Daniel encontró un céntrico apartamento donde alojarse en la
capital.
En esa ciudad aprendió a conocerse y
sobre todo aprendió a quererse y
aceptarse. Tuvo varias novias, chicas con las que comenzaba una relación
ilusionante, que nunca llegaba a cuajar. No se enamoró de ninguna como aquella
primera vez, las quiso, las deseó, pero nunca llegó a amarlas como a ella. Visitaba frecuentemente
a su abuelo. Lo quería muchísimo, eso no cambió nunca y poco a poco su relación
volvió a los parámetros de antaño. Pero su abuelo nunca le preguntó por su vida
sentimental. Jamás. Viajaban juntos, compartían tiempo juntos, pero un tupido velo de silencio se cernía
sobre la vida afectiva de Yolanda, como si de repente se hubiera convertido
para su abuelo en un ser asexuado. A
ella tampoco le importaba mucho; quizás si hubiera encontrado a alguien de
quien se hubiera enamorado perdidamente hubiera surgido algún problema, pero
durante su etapa universitaria jamás sintió la necesidad de llevar a su casa a
nadie que fuera realmente importante para ella.
Los años fueron pasando. Yolanda había
cursado un doble grado de Turismo e Historia del Arte y Daniel un grado de Administración y Dirección de
Empresas. Se veían frecuentemente y su amistad se había ido estrechando cada
vez más con el paso del tiempo. El año que se graduaron decidieron hacerun
viaje juntos. Así pués, se colgaron la mochila al hombro y cogieron un pase
interrail dispuestos a no dejarse ningún rincón de Italia sin conocer. Ese
viaje, marcó la vida de ambos.
Estaban visitando Siena y descansaban
exhaustos en la terraza de una cafetería cuando se fijaron en un magnífico
edificio medio en ruinas del que colgaba un cartel de “Se vende”
Yolanda: ¡Mira qué preciosidad de edificio y que pena
da verlo tan abandonado!
Daniel: Cierto. Sería un magnífico emplazamiento para un
pequeño hotel
Yolanda: ¿Tú crees?
Daniel: Mira a tu alrededor. Una zona céntrica pero
tranquila, un edificio esplendoroso y de buen tamaño, pero sin ser
excesivamente grande. Con el dinero suficiente, se podría adaptar la
estructura.
Yolanda: ¿Y cómo lo harías?
Daniel: Lo primero sería traer a un aparejador para
confirmar que no presenta daños
estructurales. Y si el edificio fuera sólido, con la ayuda de un buen
arquitecto rediseñaría la estructura para darle un toque moderno pero conservando
el encanto de la construcción. Después adaptaría los espacios y me decantaría
por crear un interior moderno y acogedor.
Y apostaría por un servicio de calidad
Yolanda: ¿Y tú podrías supervisar todo eso y
encargarte de su funcionamiento?
Daniel: ¿Te refieres a crear de la nada una empresa
y velar por que sea competitiva y por supuesto dé beneficios? Supongo que para
eso llevo preparándome todos estos años
Yolanda: ¿Y cuánto crees que costaría todo eso?
Daniel: Muchísimo dinero, guapísima, pero soñar es
gratis
Yolanda: Te estoy hablando en serio
Daniel: Y yo. Muchísimo dinero. Ni por asomo podría
soñar yo con poder hacer realidad semejante proyecto
Yolanda: ¿Y si te digo que el sitio me encanta y el
proyecto me parece perfecto?
Daniel: Pues te diría que tienes un gusto exquisito
y muchos pájaros en la cabeza
Yolanda: Te estoy hablando totalmente en serio,
Daniel. El año pasado vendí la mansión de mi abuela. Tengo un
importante paquete de acciones y el dinero de los seguros de vida de mis
padres.
Daniel: ¿Me estás diciendo que eres rica?
Yolanda: Te estoy diciendo que creo que tengo el
dinero suficiente para emprender contigo una empresa como esta
Daniel: Pero yo no dispongo de capital para aportar
Yolanda: Yo tengo dinero, pero ni idea de hacer negocios. Tú sabes
hacer negocios pero no tienes dinero. Somos el equipo perfecto.
Daniel: ¿Me hablas en serio?
Yolanda: Totalmente. Ahí va mi oferta: Hacemos un
presupuesto de lo que costaría comprar
el edificio y convertirlo en hotel. Si tengo dinero suficiente para emprender
la empresa, lo hacemos. Tú te encargarás. Yo solo seré la socia capitalista,
pero compartiremos a medias la propiedad. Yo no trabajaré en el hotel; tú serás
el encargado de que funcione correctamente
Daniel: Vamos por partes. De acuerdo en pedir un
presupuesto. De acuerdo en que si tienes suficiente dinero podemos montar una
empresa. De acuerdo en que para mí no solo será un reto sino una satisfacción
dirigir una empresa como esa, pero no puedo aceptar ser tu socio a medias. Por mucho que
trabajara, nunca llegaría a cubrir los costes de la mitad que me ofreces
Yolanda: Daniel, a mí me han ofrecido un puesto como
guía turística en una pequeña agencia. Y empezaré en septiembre. Eso es lo que
me gusta hacer. Pero tengo una buena cantidad de dinero que me gustaría
invertir. Y me apasiona la idea de ser copropietaria de un hotel con encanto del
que no tenga que ocuparme. Para eso estarás tú. No se me ocurre una mejor forma
de invertir mi dinero. Me encanta Siena, me encanta esta plaza y me encanta el
edificio. Y eres de las pocas personas en este mundo en las que confío
ciegamente
Daniel: De acuerdo. Pero será un 80-20. Creo que el 20%
del negocio es un pago más que generoso. Tú serás la propietaria y yo tendré
una pequeña parte de tu negocio.
Yolanda: Tú tendrás tu sueldo como director del hotel
y además un 20% de los beneficios. Esa es la oferta ¿Entonces te animas?
Daniel: De verdad, no me puedo creer que aquí vaya a
terminar nuestro viaje por Italia y que vaya a cambiar la mochila por una
calculadora y un tremendo reto.
Yolanda: Vamos a llamar a ese teléfono y vamos a
visitar “nuestro” edificio
Daniel: No puedo creer que seas millonaria y que nunca
me lo dijeras
Yolanda: No había que pensar mucho para llegar a esa
conclusión, la verdad. Ya solo la cantidad que me han pagado por la mansión de
mi abuela es una auténtica fortuna.
Daniel: Vale, “millonetis”, vamos a llamar a ese
número. No me puedo creer que estemos a
punto de hacer esto. Creo que confías tú más en mí que yo mismo. Pero si
seguimos con esto, te prometo que me voy a dejar la piel para que salga bien
Yolanda: Daniel, ¿eres consciente de que te tendrás
que trasladar a vivir a Siena, verdad?
Daniel: Claro, nadie aparte de mi familia me retiene
en nuestra ciudad. Y presiento que un mundo de oportunidades me espera aquí.
Yolanda: Una última condición
Daniel: Dime
Yolanda: No quiero que nadie sepa que yo soy la
propietaria
Daniel: Amiga mía, no voy a preguntarte elpor qué de
eso. Porque seguro que no lo entendería. ¿Vamos a montar un espectacular hotel
y no quieres que nadie sepa que tú eres la propietaria?
Yolanda: Sabes que me gusta ser discreta
Daniel: No te preocupes, en todos los reportajes de
revistas internacionales en los que apareceremos en el futuro y en todas las
guías de hoteles con encanto ya saldré yo en las fotos. Aunque va a ser una
pena que todas las publicaciones del
mundo se pierdan tu hermoso rostro…
Yolanda: ¿Quieres dejar de decir tonterías?
Daniel: Vaaaaale. De acuerdo, si no quieres que
nadie sepa que eres la propietaria, no se lo diré a nadie que no autorices.
El edificio tenía una estructura sólida y
el precio no era excesivo.
Presupuestaron las reformas y tras hacer muchas cuentas Yolanda se dio
cuenta de que ni siquiera debía tocar el paquete de acciones para hacer frente
a todos los gastos (incluído un remanente para imprevistos). Daniel se quedó
más tranquilo sabiendo que, pasara lo que pasara, Yolanda no había tenido que poner
en juego todo su dinero y por tanto podría seguir llevando una vida relajada y
cómoda aún en el peor de los casos, es decir, en el caso de que su sueño se
convirtiera en una quimera, o lo que es peor, en una pesadilla. Daniel estaba
decidido a dejarse la piel. Era una oportunidad increíble para él, la oferta
más generosa y desinteresada que jamás hubiera soñado recibir. Y estaba
decidido a que funcionara. Estaba decididoa que su amiga recuperara lo
invertido. Y él pensaba vivir estupendamente bien con el 20% de los beneficios
que estaba seguro que generaría el negocio.
Pasaron el resto del tiempo que les
quedaba de vacaciones visitando
profesionales, haciendo números y buscando un sitio para Daniel. Al finalizar
agosto ambos volvieron a la pequeña ciudad en la que habían crecido. Daniel
para organizar su mudanza y Yolanda para visitar a su abuelo. Dudó si debiera contarle o no el nuevo
proyecto en el que se habían embarcado y al final decidió hacerlo.
Yolanda: Tengo que contarte algo, abuelo
Abuelo: Dime, niña
Yolanda: En mis vacaciones en Italia con Daniel,
encontramos un edificio antiguo del que nos enamoramos y lo hemos comprado para
construir un hotel
Abuelo: ¡Qué locura, hija mía! ¡Cómo habéis decidido
hacer una inversión tan grande en tan poco tiempo!
Yolanda: Tienes razón, puede parecer una locura, pero
ya verás cómo cuando esté terminado te enamorarás de él
Abuelo: ¿Necesitas
más dinero? Yo podría dártelo
Yolanda: No, abuelo, gracias. Daniel es un auténtico
lince para los negocios y de hecho los costes parece que van a ser menores de
lo que en principio yo pensaba que iban a ser
Abuelo: Daniel es un chico estupendo, listísimo y
con mucha labia
Yolanda: Lo sé, abuelo. Confío ciegamente en él
Abuelo: Nunca podré agradecerle lo suficiente que te
apoyara en tu momento más amargo, cuando yo fui tan cobarde y te dejé tan sola
Yolanda: No te tortures abuelo. Hiciste las cosas lo
mejor que supiste
Abuelo: Pero lo hice muy mal, hija mía. No tienes pareja y no sé hasta qué punto eso
puede ser culpa mía
Yolanda: No tengo pareja, porque probablemente no he
encontrado todavía a la persona adecuada
Abuelo: Pero si yo te hubiera apoyado en su momento,
quizás tú hubieras vivido las cosas de otra manera
Yolanda: No te
preocupes abuelo. De hecho me alegra que toques el tema. Hasta hoy, siempre he
pensado que mi homosexualidad era un tema tabú entre nosotros
Abuelo: Siento mucho haber sido tan tardo en
reaccionar. Yo solo quiero que seas feliz, Me da lo mismo con quién, siempre
que sea buena persona y te quiera
Yolanda: Te quiero mucho, abuelo
Abuelo: Y yo a ti. Perdóname
Yolanda abrazó a su abuelo. Su vida
parecía encarrilarse. Había recuperado a su familia. Por fin iba a hacer algo
de provecho con su dinero e iba a comenzar a trabajar como guía turística. Su
primer empleo y en algo que intuía que la iba a gustar mucho. Pero en toda esa
alegría se coló una sombra, el mismo fantasma de siempre. Llevaba años sin
verla, pero no podía evitar, en momentos puntuales acordarse de ella. Ahora
pensaba en cómo se sentiría si hubiera podido compartir ese momento con
Natalia. Pero los cobardes, ni están, ni se les espera.
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Aahhh me enamore del abuelo, supongo que fue un proceso más largo para el, pero me alegra que lo entendiera :3
ResponderEliminarCuando leí el título de la historia, jure que era el nombre de alguien, pero me encanta el proyecto y obvio el lugar.
Por último creo que es hora de exorcizar todos los fantasmas del pasado y seguir.
Saludos y abrazos para ti amiga escritora ;)
Luisa V.
Pd: mencione que adoro a Daniel??? De no ser así, ps si lo adoro...jajajaja :P
Yo es que soy muy pastelona... Ya ves, el amor siempre triunfa. Y el abuelo, por supuesto, después de reflexionar ha sido capaz de asumir sus errores. Y sobre todo de verbalizarlos. Gracias por comentar, Luisa
EliminarWauuuu que cambio de vida va tener nuestra protagonista y daniel un genio excelente duo y por fin su abuelo se arrepintió muy buen capitilo gracias besos linda bye ROXANA DE ARGENTINA
ResponderEliminarGracias por comentar, Roxana. Yolanda se merece ser feliz. Un abrazo
EliminarCuando empecé a escribir esta historia, como siempre que escribo una, tengo más o menos claro el desarrollo de la misma en mi cabeza. luego me siento y voy escribiendo. Aquí el proceso fue el mismo hasta este capítulo. Pero de aquí en adelante fue la historia la que me llevó a mi, no yo a la historia. Fue muy curioso. El relato fue por otros derroteros diferentes de los que al principio había previsto. Fue un proceso muy curioso y sorprendente para mi
ResponderEliminarEn fin, era solo una reflexión que quería compartir con vosotras. Besos
Bueno lo mejor de todo hasta hora es la lealtad que amostrado Daniel con Yolanda una amistad digna de seguir a falta de un hermano Yolanda encontró en Daniel al hermano al amigo el abuelo bueno era de esperarse que tenia que estar con su nieta y estar con ella si bien Yolanda no le ha presentado ninguna novia el sabe que algún dia llegara el momento y el la apoyara porque el quiere que Yolanda sea feliz Yo creo Despistada que en los siguientes capítulos va aparecer Natalia y por lo leído Yolanda aun sigue enamorada de Natalia espero que aparezca pero esta vez no sea tan cobarde y afronté su verdad porque yo creo que ya es independiente ya no de pende de sus padres ya ella se supone que es una mujer profesional es dueña de su vida porque a pesar de su cobardía en su momento Natalia estaba enamorada de Yolanda tambien
ResponderEliminarUn abrazó Despistada hasta el siguiente capítulo desde Chile
Tu intuición sigue perfecta. Pero espero poder sorprenderte aún un poco. A veces la vida no forma un círculo perfecto a nuestro alrededor, pero esos picos que nos depara, a veces nos llevan por otros caminos que también merece la pena recorrer. Veremos si te va gustando cómo deriva la historia. Un abrazo Gladys.
EliminarDespistada ya me tienes sorprendida
EliminarY tienes razón la vida no es un círculo perfecto en este circulo hay muchas montañas que subir y bajar pero todo de pende de nuestra fuerza interior y nuestra convicción en lo que queremos para nuestra vida y que nos haga sentir plenos como personas gracias Despistada por comentar conmigo tu historia porque uno puede decir es una historia con personajes ficticios tal vez sea a si pero ocurre también en la vida real que muchas hemos pasado por esa lucha de defender nuestra esencia a pesar de tener a la mitad en contra y de no entender que el amor no ve de que sexo eres gracias un abrazo 😊
Por cierto, me encantan vuestros comentarios a mis respuestas a los comentarios que habéis dejado en los otros capítulos (qué frase más liosa ¿no?). Los leo y los disfruto, pero no vuelvo a contestar, para dejar que la historia fluya
ResponderEliminarGracias a todas
Gracias a ti por leerla y dejarme un comentario. Un abrazo DesahOgO
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