Capítulo 11
ALEJANDRA
Estaba en la cocina
preparando los platos con la comida para el cumpleaños. Un par de días antes mi
madre se sentó a hablar conmigo. Me dijo que nos era imposible comprarle el
regalo que quería a mi hijo, ya que habíamos tenido muchos gastos improvistos.
Me dijo que Víctor ya era un hombrecito y que comprendería perfectamente que no
podíamos permitírnoslo. A mi se me partió el corazón. Tuve que hablar con él y
decírselo. Se puso muy triste pero, al verme a mi triste, enseguida cambió la
cara y me dijo que no pasaba nada, que jugaría con la de Abi y que no le
importaba porque iba a ser el mejor cumpleaños que había tenido ya que irían un
montón de compañeros. Toda su clase vendría esa tarde además de algunos
compañeros de su antiguo colegio que vendrían expresamente desde el pueblo para
su cumple. Esa mañana se levantó un poco antes de las siete de la mañana y fue
hasta mi habitación a saltarme encima. Yo lo agarré y lo tumbé, lo felicité por
su noveno cumpleaños y comencé a hacerle cosquillas. Después de unos minutos
fue hasta la habitación de mi madre para hacer lo mismo. Estuvo toda la mañana
con una sonrisa de oreja a oreja, estaba
deseando que llegara la tarde para que llegaran todos sus amigos, no se había
acordado en todo el día de su regalo, pero a mi no se me olvidaba por un
segundo. Sé que el dinero no da la
felicidad, pero en estas ocasiones…
Así que ahí estaba yo,
rellenando bocatas mientras que mi madre y Víctor decoraban el salón con globos
y preparaban la mesa y las sillas. Le tuvimos que pedir a la vecina algunas
sillas para todos los chicos que iban a venir.
Ya eran las cinco de la
tarde y sus compañeros comenzaron a venir. Cada amigo suyo que venía le traía
un pequeño regalo, casi todo eran muñecos y juguetes que tanto gustaban a
Vítor. Mi pequeño no cabía en si de lo feliz que estaba. Un cuarto de hora
después, todos los chicos y chicas ya estaban sentados a la mesa. Había quince
críos metidos en nuestro pequeño salón. Comenzamos a servirles la merienda. No
paraban de reír, se los estaban pasando genial y mi pequeño parecía el niño mas
feliz del mundo cosa que me llenaba de dicha y me hacía olvidar la tristeza que
tenía en mi corazón.
Eran las cinco y media
pasadas cuando el timbre sonó. Mi peque salió disparado y abrió la puerta.
- ¡¡Abiii!!
-
¡Muchas felicidades hombretón!- lo alzó hacia
arriba y él comenzó a reír- pesas como diez kilos mas que el miércoles- le dijo
bromeando fingiendo esfuerzo al cogerlo. Se lo puso encima del hombro como si
fuera un saco de patatas y él reía a carcajada limpia. Entró hacia dentro del
salón- hola chicos- los críos la saludaron al unísono- pero bueno, ¿has
empezado sin mí? Eso está muuuy mal, te quedas sin mi regalo- empezó a hacerle
cosquillas aun en su hombro.
-
Pero si te dije a las cinco- él no paraba de
reír- es tu culpa por tardona- lo bajó al suelo.
-
Bueno, te lo daré, pero porque tengo ganas de
tarta- se quedó mirando a tres de los chicos- eh yo os conozco- los chicos se
tensaron y sus ojos se pudieron como platos- sois los del parque- los chicos
pusieron cara de terror.
-
Ahora son mis amigos, Abi- intercedió mi
pequeño- después de ese día ellos me pidieron perdón, ya no se meten conmigo y
somos todos amigos- sus amigos asintieron asustados y Abi no quedó muy
convencida.
-
Bueno…os estaré vigilando- los chicos
volvieron a tensarse y pusieron cara de susto y ella se echó a reír.
Se acercó a mi madre y le
dio dos besos y a mí me saludó, como siempre, con un simple
"Alejandra".
Hoy llevaba unos pantalones
burdeos pitillo, una camisa vaquera y unas converse, estaba tan guapa con lo que se pusiera… ¿En serio Alejandra? ¿En serio?
Su largo pelo estaba recogido en una cola alta, sencillamente sensacional.
Mi madre le sirvió un vaso
de refresco y cogió un bocata como si fuera un niño más. Las tres hablábamos
mientras que atendíamos a los pequeños en todo lo que deseaban. Al principio la
noté pensativa pero minutos después se relajó. Abi tenía una gran sonrisa.
Disfrutaba viendo a mi pequeño tan feliz y parecía que ella estaba aún más
feliz por ello. Las tres hablábamos de cosas sin importancia y ella estaba
siendo realmente agradable conmigo. Lo estábamos pasando en grande y estaba
siendo una velada muy animada.
Los chicos terminaron la
merienda y salieron al patio comunitario para jugar un rato. Las tres recogimos
la mesa y lo preparamos todo para la hora de la tarta.
Que Abigail estuviera tan
amable conmigo me causaba una sensación extraña en mi pecho, difícil de
explicar aunque, por otro lado, era de lo más agradable. Tenía claro que ella
me trataba así porque era el cumple de Víctor y no quería que nos viese
discutir y la verdad es que yo odiaba eso. Odiaba que no me tratase como a todo
el mundo. Con la gente ella era tan amable, simpática, servicial, pero
conmigo…parecía que le era imposible no odiarme y eso, no sé porqué, pero
últimamente me dolía mucho.
Una hora después, le dije a
mi madre que iba a llamar a los chicos para que vinieran a comer tarta.
- Espera un segundo. Voy a
bajar al coche a por el regalo de Víctor. Así aprovecho y no me ve traerlo.
-
¡Ah! ¿ya te has comprado el coche?- se
interesó mi madre.
-
Sí, ya sabes que mi padre y Santi estaban
como locos por comprármelo y entre los dos me buscaron uno y yo no tuve otra
que aceptar y pagarlo- las dos se rieron- ahora mismo vengo- Minutos después
volvió a subir sin nada- Ya está lo he dejado escondido.
Llamé a los chicos y
enseguida vinieron.
Le habíamos comprado a
Víctor un pastel de chocolate con un dibujo de su serie de dibujos preferida.
Le cantamos al unísono el cumpleaños feliz, él sopló las velas y partimos la
tarta para que se la comieran.
-
Estaba buenísima- dijo Abi soltando el pato
en la mesa- menos mal que me has compensado con un buen trozo de tarta
renacuajo, sino me hubiese llevado tu regalo y el de tu madre de vuelta- ¿Qué? Si decir nada mas se fue para la
habitación de Víctor y volvió con dos paquetes bastante grandes. Mi pequeño, cuando
la vio volver, abrió los ojos como platos y su sonrisa le llenó toda la cara.
Los dejó encima de la mesa delante de mi hijo que aún lo estaba procesando- a
ver renacuajo, primero este, que es el de tu madre y tu abuela- le acercó el regalo
más grande. Yo miré a mi madre buscando una explicación y ella solo me miró con
una gran sonrisa. No estaba nada sorprendida así que ella sabía que esto iba a
pasar. Volví a mirar a la mesa. Víctor comenzó a romper el papel de regalo y de
repente comenzó a saltar y a gritar. Era la consola de videojuegos que el tanto
quería. Se acercó sin dejar de gritar hasta mi y mi madre y nos abrazó con
fuerza.
-
Mami me habías engañado, me dijiste que no me
la ibas a comprar y yo me lo creí- yo aún no había logrado reaccionar- dios, es
genial, os quiero, os quiero, os quiero, os quiero.
-
Muchas felicidades cariño- mi madre lo besó
repetidas veces en la mejilla- me alegro de que te guste.
-
¿Gustarme? ¡Me encanta! Es el mejor regalo
que me podríais haber hecho jamás, te quiero mucho mami.
-
Y yo a ti mi amor- logré reaccionar, ¿por qué Abi había hecho eso? No tenía
porqué hacerlo, pero aún así lo hizo… No sé porqué pero me entraron unas ganas
inmensas de llorar.
-
Venga peque, que aún te falta el mío- Abi
llamó su atención y él fue corriendo hasta la mesa. Destrozó el papel ansioso
por descubrir lo que se escondía detrás de él y comenzó a saltar al ver su
interior. Era una caja con un montón de juegos para su consola nueva y varios
complementos de esa misma- son los últimos que han salido para la consola,
tienes un par de mandos mas y otras cosas que sabía que querías ¿te gusta?
-
¡¡Me encanta Abi!! ¡¡Muchísimas gracias!!
-
De nada hombretón. Ahora tienes muchos juegos
que yo no tengo por lo que me tendrás que invitar tú a mi a jugar- le dijo riéndose.
-
Claro que sí Abi, te puedes venir a jugar
conmigo todos los días que quieras.
-
Eso está hecho- el timbre sonó- parece que ha
venido mi otra parte del regalo- ella fue a abrir y yo aún estaba en la misma
posición mirando toda aquella situación pero completamente ausente. Mi cabeza
no paraba de darle vueltas a todo lo sucedido aparte de que estaba intentando
por todos los medios no comenzar a llorar. Ella volvió con chico que me era
familiar pero que venía maquillado como un mimo- Venid chicos, el mimo Rick os va a hacer una pequeña actuación
en el patio.
Los chicos se levantaron y
se fueron detrás de Abi y del mimo como alma que lleva el diablo. Mi madre también
los siguió por lo que yo me puse a recoger las cosas, pero no hice mucho ya que
mis lágrimas comenzaron a salir y me impedían ver lo que estaba haciendo.
ABIGAIL
Llegué al cumple del
renacuajo en mi coche nuevo. Al final cedí a las insistencias de mi padre y
deje que me comprara un pequeño coche hibrido.
Cuando llegué y vi al peque
tan feliz no pude evitar alzarlo y abrazarlo contra mí. Al entrar al salón me sorprendió
mucho ver a los chicos que lo trataban mal pero él me aclaró que los había perdonado,
yo nunca lo habría hecho así que me dio en que pensar. Decidí centrarme en el
momento y disfrutar de la fiesta del pequeño. Estaba tan feliz y hacia que yo
estuviera más feliz aun. A la hora de la tarta, saqué sus regalos y él estaba
que no cabía en si y yo también. Su felicidad era como una droga para mí. Unos
minutos después vino Luís, uno de mis alumnos que hace espectáculos para niños de
mimo y algunos trucos de magia. Los chicos fueron corriendo detrás de nosotros
hasta el patio del bloque, se sentaron en el suelo y Luís comenzó con su
actuación. Me di cuenta de que Alejandra no había salido con todos, estará recogiendo, entré para ayudarla y
no estaba en el salón así que fui a la cocina y allí estaba llorando. Al verme se giró para que no la
viese llorar. Me dolió mucho verla así.
-
Ey qué ocurre- no me contestó. Me acerqué
hasta a ella. Escucharla llorar hacia que una gran angustia se alojara en mi
pecho. La tomé del hombro para girarla y que me mirase- ey mírame, ¿qué pasa?-
por fin me miró a los ojos.
-
¿Por qué has hecho eso Abigail?
-
¿El qué?
-
El regalo Abi, el regalo.
-
Sin querer me enteré que no estabais pasando
un buen momento y convencí a tu madre para que me dejara hacerlo.
-
No tenías porqué.
-
Pero yo he querido hacerlo, tu hijo para mi
es muy importante y solo quiero su felicidad- ella volvió a llorar con mas
fuerza- pero no llores, por qué lloras- mi corazón solo quería que parara de
llorar. Levanté su cara con mis dos manos y con mis pulgares limpié sus
lágrimas.
-
No sé te pareceré tonta con esta actitud pero
ese gesto ha sido muy importante para mi- parecía muy angustiada- Estoy tan
acostumbra a que me trates mal... y ahora esto… yo…
-
Escucha Alejandra- la cogí de las manos-
desde que conocí a tu hijo me ha enseñado muchas cosas y... una de ellas es que
debo perdonar. Cuando me pediste perdón yo no te perdoné y te he guardado
rencor todo este tiempo... Y creo que es hora de hacerlo y que tú y yo empecemos
de nuevo- ella me miró y asintió- ¿te puedo dar un abrazo?- no me respondió,
solo se acercó a mí y me abrazó con fuerza. Yo me sentí muy aliviada al ver que
ella se calmada y al saber que nuestra relación había tomado otro cauce.
No sé cuanto tiempo pasó
pero el abrazo se me hizo muy corto. Nos separamos lentamente mirándonos a los
ojos. Le sonreí y limpié los restos de lágrimas que quedaban en sus mejillas
con mis dedos.
-
¿Salimos a ver al mimo?- ella me sonrió y
asintió
Salimos
de la cocina y, sin saber porqué, posé mi mano en su hombro ella me miró, yo le
sonreí y ella a mi.
ALEJANDRA
Cuando
Abi vino a la cocina y me vio llorando reaccionó de la manera más tierna y
amable posible. Con sus contactos mi corazón martilleaba dentro de mi como si
se quisiera salir disparado, el roce de sus pulgares en mis mejillas quemaban
mi piel y sus ojos… creo que me perdí en sus ojos mientras me hablaba. Sus
palabras me trajeron una gran felicidad, parecía que me estaba leyendo el
pensamiento y cuando me abrazó yo me sentí desvanecer, me hubiera encantado
pasar el resto de día así, rodeada por sus brazos e inundándome de ese rico
perfume. Cuando se separó de mi sentí el vacío enseguida. La Abi que se había
descubierto frente a mi, amable y cariñosa, me encantaba. Salimos fuera donde
estaban los chicos sentados viendo al mimo y mientras íbamos ella puso su brazo
alrededor de mis hombros, sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo y una
sensación que me era difícil de explicar y mucho mas cuando llegamos donde
estaban todos y ella quitó el brazo dejándome otra vez con esa sensación de
pérdida. Ains Alejandrita creo que estás
perdida…
Los
chicos se reían con las tonterías que hacía el muchacho y le aplaudían después
de cada truco.
- Me suena su cara- le
susurré a Abi que estaba muy cerca de mi.
- Es Luis, es un alumno mío,
seguramente estará en alguna clase contigo. Me dijo que hacía espectáculos para
niños para pagarse la carrera y me pareció buena idea ayudarle- nos miramos y
nos sonreímos. ¿Cómo podía ser tan jodidamente
encantadora?
Media
hora después la actuación terminó. Los chicos se quedaron otro rato jugando y
poco a poco se fueron yendo. Abi se quedó para ayudarnos a recoger, para
organizar el desorden y ya cuando todo estaba recogido le instaló a Víctor su
nueva consola y jugó con él un rato. Ya eran las once pasadas cuando dijo de
irse.
- Bueno, es muy tarde ya
renacuajo.
- ¿Qué? Pero si apenas hemos
jugado un par de partidas, te vas porque te voy ganando- le hizo cosquillas- no
Abi para porfa.
- No es eso, me voy porque
mañana tú tienes cole y yo tengo que ir a trabajar. El miércoles me vengo y te
doy una paliza.
- Mañana no quiero ir a
colegio- se cruzó de brazos.
- ¿Y eso por qué? Si a ti te
gusta ir, además me ha dicho antes tu madre que vais de excursión.
- Porque me quiero quedar con
mi nueva consola- puso una sonrisa forzada en modo de súplica.
- Pero serás...- y volvió a
hacerle cosquillas.
- Venga peque despídete de
Abigail y de tu madre y vamos a la cama- le dijo mi madre- hasta mañana Abi.
- Esta biiiieeen- dijo con
resignación. Se despidió de Abi con un abrazo y de mí con otro y un “te quiero
mami” que me derritió el corazón. Cuando el peque desapareció por la puerta Abi
se puso en pié para irse y yo la acompañé a la puerta.
- Me lo he pasado genial con
el peque- me dijo con una gran sonrisa-
Bueno…me voy, mañana nos vemos en clase- se acercó y me dio un beso en
la mejilla que causó una corriente eléctrica que recorrió todo mi cuerpo hasta-
mañana, Alejandra.
- Hasta mañana, Abi.
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Me gusta mucho la frescura y la naturalidad con la que vas desarrollando la historia. La verdad es que, las has puesto a las dos en la lanzadera de una forma muy fluida. Me encanta Xiion. Felicidades.
ResponderEliminarEspero con ansia el próximo capítulo
Yupiii, nuevo capítulo más temprano, gracias :)
ResponderEliminarQue sorpresa ver hoy dos capitulos me encanta
ResponderEliminarpara cuando el beso, ya estoy loca que abi y alejandra se besen jajajaj
ResponderEliminarjaja ya somos dos, me uno a tu petición :)
EliminarUna gran sorpresa el de hoy y siiiiii esto va viento en copa
ResponderEliminarMe encanta como se va desarrollando la historia me facinaaaaaaa besosss xiion
ResponderEliminar¡Wowww!!! Abi esta enamorada ya de Alejandra aquí hay tres a Abigail Alejandra
ResponderEliminarAmor coincidencia
Yo estoy fascinada con esta historia la leccion de hoy es el perdon...eso las ayudara a abrir su corazon y el amor fluira como debe ser.Esperamos ver pronto la passion y el amor entre ellas...
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