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El rastreador de IP
marcaba un barrio de la ciudad vecina. El ícono en color rojo resaltaba
diferenciándose de las otras decenas de puntos de conexión. Nora tomó nota
mental de la dirección aproximada que arrojaba el software. También sacó una
foto de la pantalla con su celular. También la anotó en la primera hoja de un
bloc post-it de color amarillo. Le había costado trabajo, pero ya tenía otra
pista y aunque no albergaba muchas esperanzas, quizá esta vez sí lograra su
objetivo.
Vivía sola en un cuarto
muy pequeño, ubicado en la azotea de la casa de una pareja de ancianos. Sin
embargo, es preciso señalar que el cuartito era realmente encantador y lo sería
más si Nora no tuviera repleta cada superficie de hojas llenas de garabatos,
libros (una cantidad escandalosa de libros) y muchas plumas de tinta negra. En
verdad era impresionante lo de las plumas. Las compraba en una de esas tiendas
de venta al mayoreo y las dejaba por ahí en montoncitos de 5 o 6, apiladas
cuidadosamente, porque a pesar de la enorme cantidad de cosas en el pequeño
cuarto, todo estaba ordenado y limpio. Nora había llegado de provincia hacía
más de 6 años. Hablaba a su familia constantemente y sentía una adoración
especial por su hermano pequeño. Lo único que poseía de valor era aquella
computadora de última tecnología por la que había pagado mucho dinero. Se había
graduado en algo parecido a estudios sociales, pero incapaz de trabajar en una
oficina, se mantenía y ayudaba a mantener a su familia con trabajos esporádicos
y una que otra publicación. Bueno, estaba siendo modesta.
Llevaba casi dos años
de búsqueda; dedicaba por lo menos un par de horas cada día a esa labor. De
ninguna manera se daría por vencida, nunca se daba por vencida y siempre
obtenía lo que quería.
Nora se había enamorado
de Samuel y Victoria al momento de conocerlos. Sus caseros octogenarios eran la
encarnación misma de la ternura. Llevaban juntos desde hacía más de sesenta
años y aquello era impactante. Nora estaba segura de que vivían el uno para el
otro y pensaba que quizá siempre hubiera sido así, que Samuel y Victoria eran
de los pocos seres afortunados que podrían creer en la eternidad del único y
verdadero amor.
O quizás solo no
tuvieron otra opción que aprender a convivir, acompañarse y habían terminado
sumergiéndose en un mecanismo simbiótico y codependiente. A veces tal vez le
valdría ser menos pesimista. Cual fuera la razón, Nora le tomó un cariño
familiar a sus caseros el cual era recíproco. Samuel y Victoria veían en Nora a
la nieta que tuvieron la dicha de tener en casa (tenían tres nietas legítimas,
casadas, viviendo en diferentes ciudades) así que se preocupaban por ella,
vigilaban que comiera, que tuviera agua caliente y que no se mantuviera
encerrada siete días consecutivos.
Con la dirección bien
resguardada, Nora tomó su chaqueta (aunque ni siquiera hacía frío), salió de su
cuarto, bajó las escaleras exteriores, se despidió a gritos de Samuel y
Victoria y se fue corriendo a la oficina de Mariana.
“¿Viniste corriendo?”
“Sí, los camiones no
pasaban”
“Son 40 cuadras”
“No las iba contando”
“Salgo en 20, ¿vienes a
cenar a la casa?, Fernando y los niños se fueron el fin de semana a casa de mis
suegros, estoy sola”
“¿Hoy es sábado?”
“Sí”
“Creí que era miércoles”
“No, es sábado.
¿Terminaste lo que me debías entregar?”
“Te lo mando el
Miércoles”
“¿Vienes entonces a
cenar?”
“¿Me puedo quedar a
dormir?”
“Esa es la idea. Sirve
que así te tengo vigilada por lo menos hoy”
“Voy entonces”
Mariana le sonrió
amablemente. Nora pasó los veinte minutos de espera consultando sus diferentes
cuentas en la red. Contestó un par de correos y aceptó un par de trabajos que
le parecieron interesantes, seguro Mariana no tendría problema con ello y si
los tenía ya era demasiado tarde.
“¿No quieres salir por
ahí?”,preguntó Nora, mientras observaba la ciudad por la ventanilla del coche
de Mariana.
“Hoy estás de buen
humor”
“Algo así, hay
posibilidades de encontrar algo que buscaba”
“De acuerdo, vamos por
ahí, pero no vamos a emborracharnos”
“¿Por qué no?”
“Soy una señora y madre
de familia, no puedo andar por ahí ahogada en un bar”
“Todos están en casa de
tus suegros, además Fernando siempre anda diciendo que deberíamos salir y
divertirnos”
“Porque mi esposo es
absolutamente hermoso”
“Hermoso, sí”
Sin decir más, Mariana
tomo una calle rumbo a la zona de bares. Nora podía ver las luces y escuchar la
música con montones de ritmos diferentes que se mezclaban hasta formar un
verdadero bullicio. Se sentía atraída por el buen ánimo. Esa noche estaba de
buen humor, decididamente.
Mariana sirvió su
tercer vaso de vodka con jugo de arándano. La botella ya estaba por la mitad.
Se sentía un poco chispeante y la conversación fluía naturalmente como pocas
veces habían tenido oportunidad.
“Ese hombre está bueno”
“Tiene como cincuenta
años”
“Perfecto”
Nora de ninguna manera
podía ver la perfección. Para ella era un señor bien vestido que había salido a
cazar a quien se dejara. A Mariana le gustaba puntualizar la belleza o fealdad
de los comensales, a Nora le gustaba ver cómo se relacionaban entre ellos.
“Ese muchacho de allá
no deja de verte”
“Será que vine mal
vestida”
“Te ves linda, el chico
de seguro también lo cree”
“Yo no lo veo lindo”
“¿Y a aquella chica?
Creo que a ella también le pareces linda”
¿A dónde quería llegar
Mariana con aquello?
“Nora, ¿chicas o
chicos?”
“¿Por qué me preguntas
eso?”
“Mera curiosidad. No me
importaría si te gustan las mujeres, Fernando y yo tenemos hasta una especie de
apuesta, él jura que puede visualizarte con una chica. Hasta tiene una prima
que quisiera presentarte”
“Chicos, me gustan los
chicos”,puntualizó Nora, aunque realmente no recordaba bien quién había sido el
último que llamara su atención lo suficiente como para sentirse interesada.
Desde hacía algún tiempo solo podría
concentrarse en lo que estaba buscando, pero eso no se lo diría a Mariana.
“Entonces, ¿por qué
esas repentinas ganas de beber? ¿Estamos celebrando algo?”
“Sí. He estado
trabajando en algo y parece que ya tengo con qué comenzar”
“Salud por eso entonces”
“Salud”
Eran las cuatro de la
mañana cuando emprendieron el camino a casa de Mariana. Nora estaba ebria.
Mariana parecía solo feliz; manejó fácilmente hasta su casa. Al llegar, ambas
tomaron un poco de jugo, Mariana había insistido. Se dieron las buenas noches;
Mariana le dijo que podía ocupar el cuarto de sus hijos.
“Mariana, tengo que
irme unos días”, dijo un poco insegura.
“¿A dónde vas?”
“Salgo fuera de la
ciudad. ¿Está bien si te envío mi adelanto por correo electrónico?”
“No hay problema, Raúl
se va a poner como chango pero yo puedo controlarlo. ¿Está todo bien con tu
familia?”
“Sí, solamente tengo
que ir a buscar algo”
“De acuerdo. Y agradece
que me agarraste borracha”
“En parte esa era la
intención”
“Solo no te pierdas
durante meses. Raúl entraría en pánico, yo entraría en pánico, el mundo entero
entraría en pánico”
“Solo unos días y me
mantendré en contacto”
“Bueno, ¿cuándo te
vas?”
“Mañana mismo”. Lo
había decidido en ese preciso momento. “Por la mañana voy a casa a traer una
cosas y avisarle a mis viejos”
“Entonces si no te veo,
cuídate y cierra bien la puerta cuando te vayas. Buenas noches y espero que
encuentres lo que buscas”
“Gracias. Diles a
Fernando y a los niños que les dejo abrazos”
“De tu parte”
Mariana desapareció
detrás de la puerta de su habitación. Nora no tomó el camino hasta la
habitación de los niños. Se fue a la ventana que daba al patio trasero y
observó el cielo, que estaba lleno de nubes de color púrpura opaco. Tuvo el
presentimiento que quizá su búsqueda había terminado.
Para el mediodía
siguiente ya se encontraba en la estación de autobuses. Había empacado unas
pocas cosas y sintió un ataque de ansiedad. ¿Y si todo aquello era inútil? ¿Y
si nuevamente sus pistas conducían a nada? ¿Por qué esta vez se sentía tan
emocionada? ¿Había sido aquella pregunta de la desconocida? ¿O comenzaba a
recuperar la capacidad de sentirla cerca?
En un par de días lo
sabría y mientras tanto, se tenía que obligar a esperar un poco más. “Solo un
poco más”.
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autor.
¡Hola! Te felicito por la historia es muy interesante.
ResponderEliminarHe leído los capítulos y lo que más me ha gustado en la gama de conceptos que empleas, estos le dan un toque de madures a tu escritura.
Sobre la historia, pensé al principio que las protagonistas eran mar y "luna" pero con este capítulo me replanteo esa teoría y quedo con ansias de saber qué relación tendrán mar y Nora.
Gracias por darnos a conocer una forma diferente de escribir. Saludos Ariyian.
Hola, Ariyian.
EliminarGracias por tus felicitaciones.
Interesante tu teoría y a mí me intriga también qué relación tendrán Mar y Nora, a lo mejor no tienen ninguna. La historia está 100% terminada, sin embargo, leerla por capítulos da una sensación interesante y entonces es divertido hacer teorías junto con las lectoras. Espero cumplir tus expectativas, y si no, he aquí la caja de comentarios donde podré disculparme :)
Saludos y gracias por leerme.
Laura
me encanta la historia....
ResponderEliminarMe encanta que te encante.
EliminarSaludos,
Laura.
Estoy intrigadísima con la historia, con qué o quién es Luna, con lo que espera Nora encontrar, con los cambios que se pueden producir en la vida de Mar...
ResponderEliminarGracias por los capítulos diarios
Hola. Lamento informar que a lo mejor no hay cambio alguno en la vida de Mar, o a lo mejor sí... una nunca sabe nada sobre la gente que se relaciona con entes extraños como Luna. :)
EliminarMuchas gracias a ti por mantenerte al pendiente de las actualizaciones. Espero cumplir las expectativas.
Saludos,
Laura.
Hola Laura tu historia se pone mas interesante dia a dia la entrada de Nora la pone mas misterio aunque yo creo Nora es Iris y creó que a vivido las mismas situaciones de Mar y ahora va en busca de Mar Laura me gusta tu historia tienes imaginación tienes talento un saludo desde aquí Chile
ResponderEliminarHola, Gladis.
EliminarRealmente no estoy segura de qué sentir sobre Nora. Es decir, nos conocimos bien durante la escritura de esta historia, pero nunca llegué a descifrarla del todo (sí, entiendo que es ficticia pero ya sabes cómo son estas cosas de la ficción).
Muchas gracias por estar al pendiente de las actualizaciones.
Recibe un abrazo desde mariposas amarillas.
:)
Laura