Capítulo 1
Es temprano pero mejor así, aprovecho la tranquilidad del
camino para llegar con tiempo holgado. Acomodo en el maletero del BMW mis
cosas y reviso que no falte nada, bien hora de partir, esta vez voy sola sin
compañía necesito estar sola conmigo misma y abierta a lo que me depare el
destino.
Lo bueno de ser domingo es que mientras todos regresan a
casa pocos salimos de ella, tomando en cuenta que solo los comerciantes
madrugan para atender sus negocios, el tránsito es ágil estoy sola esperando el cambio de luz en el semáforo y
ahí está la desviación para tomar la carretera que me llevara a mi lugar de
descanso.
Me orillo para llenar el tanque de gas, revisar la
presión de las llantas y comprar un capuchino, vuelvo al auto y la chica que me
atendió al llenar el tanque ha limpiado el cristal y me mira con una sonrisa,
pero que tengo yo un letrero de que estoy disponible? ahora mismo no busco ni
coquetear con nadie estoy tranquila y cómoda con mi soltería, pareciera que
nadie lo cree, le devuelvo la sonrisa, agradezco su gesto y me acomodo para
marcharme, por el retrovisor veo que aún me observa.
Rayos pensé que había dejado mi cd favorito a la mano
pero parece que lo dejé en casa, aunque sería bueno escuchar algo diferente así
que sintonizo la radio y me dejo acompañar por algo rítmico que suena bastante
bien.
Ya a medio camino de mi destino veo un letrero donde
ofrecen desayunos y me detengo pues hace falta algo más sustancioso, al entrar
me inunda el delicioso olor del café y una señora se acerca recitando lo que
tienen de menú, me decido por jugo de mandarina, un huevo con tocino, una
quesadilla, un mollete con azúcar y canela, tengo hambre que puedo decir.
Estoy terminando el último trago de mi cafecito y doña
Anita, mi avisa que guisos tendrán para la comida, aunque no suena nada mal le
agradezco y le digo que voy de paso, pero seguro cuando vaya de regreso me
detengo para saludarla, en eso estamos cuando entra al local una mujer joven
saludando y pidiendo un teléfono.
-No tenemos señorita, le sucede algo?
-Se poncho la llanta de mi auto, un poco atrás en el
camino y me he quedado sin batería en el celular y quería pedir ayuda porque no
traigo repuesto para hace el cambio.
-No se apure señorita mi hijo no tarda en llegar y le
pedimos que vaya a la llantera para que le reparen la avería, siéntese le voy a
dar un cafecito.
Yo solo observaba la escena se veía afligida, su cabello castaño
estaba recogido en una coleta, vestía pantalón de mezclilla doblado arriba del
tobillo, una blusa blanca y mocasines, una bolsita atravesada de piel muy mona,
se sacó las gafas y me miró por lo que me atreví a hablar.
-Disculpa tal vez puedo acercarte al taller, estoy a
punto de salir y dirigiéndome con la señora le pago.
-Gracias, pues si no te causo problemas te lo agradecería
mucho, mi hermana vive como a media hora de aquí y me debe estar esperando, la
verdad es un poco impaciente y no tengo batería para marcarle tampoco. Diablos,
sus ojos eran tan hermosos y color miel.
-Alguien lo haría por mí, le dije. Saque mi teléfono y se
lo ofrecí. Habla con tu hermana y dile lo que pasó.
-No quisiera abusar pero no tengo opción, estiró su brazo
tomando el teléfono y sonrío;
Linda dentadura, diablos! Doña Anita me dio una bolsita
con unas galletas para el camino, me despedí con la promesa de volver.
Ya afuera la veía hablar y hacer aspavientos con la mano
libre y con gestos en su cara que explicaban lo sucedido.
Mientras acomodaba las galletas en el auto me vi en el
cristal, hace cuanto había planeado esta salida, hacían ya tres meses que me
dedicaba de lleno a escribir, a tener el material necesario para terminar el
libro, necesitaba desconectarme de todas las interrupciones, mi madre me volvía
loca con tantas llamadas y Alma mi mejor amiga caía más seguido que la comida
rápida, realmente necesitaba alejarme un poco, las amo pero me estaban
asfixiando.
No salía tan seguido de fiesta, porque quería terminar el
libro y eso no significaba que me estaba auto torturando, terminar una relación
de seis meses no era la gran cosa o sí? Ella decidió que yo no era su otra
mitad y ya, la quería sí, la pasábamos muy bien juntas pero creo que busqué
estabilidad, cosa que a ella no le interesaba, digo sí dolió pero no pasa nada,
creí que después de tantas con las que salí y me revolqué según Alma, ya era
hora de algo serio, pero no sucedió.
34 años no son suficientes para ver las cosas con más
seriedad?, pues al parecer para mi ex no. Trate de recoger mi cabello oscuro en
una coleta pero no encontré con que sostenerlo, así que desistí en el intento,
noté que mis ojos castaños a pesar de no haber dormido más se veían relajados,
salir de la zona urbana me hizo bien, tal vez ahora podría ubicar de nuevo
metas y deseos personales para cumplir.
El último libro se había colocado bastante bien en el
gusto de la gente pero ya habían transcurrido más de dos años, si seguía con
buen ritmo quizá a fin de año estaría completo éste último y listo en el
mercado, también estaban sus fotografías por eso cargó con su equipo para poder
hacerse de material nuevo para montar una exposición más personal e
introspectiva de la etapa en la que estaba, sin que nadie le propusiera un tema
en particular.
Siento movimiento cerca y la veo entregándome el
teléfono. –Ya esta, voy a aceptar tu oferta, ¿me acercas por favor a casa de mi
hermana?, su marido va a enviar a alguien para que se haga cargo de mi auto y
así no tengo que esperar.
-Claro yo voy por ahí y te acerco.
-Por cierto me llamo Brenda Castrejón.
-Mucho gusto soy Tamara Salas. Su mano era suave, firme,
le gustó su temperatura. -No vas a sacar nada del auto? Brenda negó con la
cabeza; -pues entonces en camino. Le abrí la puerta y su olor me causó debilidad,
diablos!
Sólo a mí se me ocurre no subir de vuelta la llanta de
refacción. Lo bueno era que había encontrado espacio para salir de la carretera
y acomodar el auto sin problema. Ahora tengo que caminar para buscar ayuda. Se
supone que había conectado el teléfono para la recarga pero nunca me di cuenta
que no había quedado bien ajustado y ahora no tenía tampoco teléfono. Esto de
caminar no le venía bien, era delgada por genética. Caminó por cinco minutos y
vio cerca una curva y los arboles bajos le indicaron que por ahí había un
comedor, recordó que ya cerca del poblado solía haber quienes ofrecían
desayunos y comidas, seguro encontraría quien la auxiliara gracias Dios, dijo
para sus adentros.
Entró al local y el olor a café le llenó los pulmones,
había una persona sentada en la mesita del fondo y saludó pregunto por un
teléfono, alcanzó a explicar un poco su situación y la dueña del lugar le
ofrecía a manera de consuelo un cafecito.
Y de pronto la mujer sentada en la mesita le habló, su
cabello oscuro hacía juego con su ojos grandes, sus labios bien delineados y
apetitosos? mujer que no estás de ligue, se regañó.
Recargaba los codos en la mesa sosteniendo la taza, la
dejó suavemente, sacó su cartera y pagó, mi suerte no podía ser mejor. Casi de
la misma altura y complexión, al extender su teléfono noté sus dedos finos y
largos como de pianista, sonreí creo que como niña tonta y salí a llamar a mi
hermana.
Busqué no quedar cerca de la puerta del local, para
evitar distraerme con su presencia.
-Sí?
-hermanita voy retrasada, se pinchó una llanta y recién
ahora te puedo hablar.
-Lo sabia eres tan despistada que siempre algo te pasa.
Estás bien?
-sí, estoy como a media hora justo donde empiezan los
comederos, estoy cerca de Doña Anita.
-sí, ya sé dónde estás. Quédate a la vista le voy a decir
a Darío que mande a alguien por ti.
-Mira hay una persona que me puede acercar, así no me
quedo esperando por acá.
-perfecto entonces aquí te veo y ya voy viendo quien
rescata tu auto.
-gracias hermanita. Antes de colgar…
-oye, oye y dime es bonita?
-de quién hablas?
-la persona que te traerá…
-oye pues quien me crees?
-sólo sé que nunca te subirías con algún extraño, te
conozco hermana…besitos, y me colgó.
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Interesante... espero el proximo cap. Saludos :)
ResponderEliminarBuen inicio......
ResponderEliminarInteresante...espero el proximo capitulo
ResponderEliminarInteresante....espero el proximo capitulo
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