Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Dejalo Fluir - Elsky - 1

Capítulo 1
Es temprano pero mejor así, aprovecho la tranquilidad del camino para llegar con tiempo holgado. Acomodo en el maletero del BMW mis cosas y reviso que no falte nada, bien hora de partir, esta vez voy sola sin compañía necesito estar sola conmigo misma y abierta a lo que me depare el destino.

Lo bueno de ser domingo es que mientras todos regresan a casa pocos salimos de ella, tomando en cuenta que solo los comerciantes madrugan para atender sus negocios, el tránsito es ágil estoy sola  esperando el cambio de luz en el semáforo y ahí está la desviación para tomar la carretera que me llevara a mi lugar de descanso.
Me orillo para llenar el tanque de gas, revisar la presión de las llantas y comprar un capuchino, vuelvo al auto y la chica que me atendió al llenar el tanque ha limpiado el cristal y me mira con una sonrisa, pero que tengo yo un letrero de que estoy disponible? ahora mismo no busco ni coquetear con nadie estoy tranquila y cómoda con mi soltería, pareciera que nadie lo cree, le devuelvo la sonrisa, agradezco su gesto y me acomodo para marcharme, por el retrovisor veo que aún me observa.
Rayos pensé que había dejado mi cd favorito a la mano pero parece que lo dejé en casa, aunque sería bueno escuchar algo diferente así que sintonizo la radio y me dejo acompañar por algo rítmico que suena bastante bien.
Ya a medio camino de mi destino veo un letrero donde ofrecen desayunos y me detengo pues hace falta algo más sustancioso, al entrar me inunda el delicioso olor del café y una señora se acerca recitando lo que tienen de menú, me decido por jugo de mandarina, un huevo con tocino, una quesadilla, un mollete con azúcar y canela, tengo hambre que puedo decir.
Estoy terminando el último trago de mi cafecito y doña Anita, mi avisa que guisos tendrán para la comida, aunque no suena nada mal le agradezco y le digo que voy de paso, pero seguro cuando vaya de regreso me detengo para saludarla, en eso estamos cuando entra al local una mujer joven saludando y pidiendo un teléfono.
-No tenemos señorita, le sucede algo?
-Se poncho la llanta de mi auto, un poco atrás en el camino y me he quedado sin batería en el celular y quería pedir ayuda porque no traigo repuesto para hace el cambio.
-No se apure señorita mi hijo no tarda en llegar y le pedimos que vaya a la llantera para que le reparen la avería, siéntese le voy a dar un cafecito.
Yo solo observaba la escena se veía afligida, su cabello castaño estaba recogido en una coleta, vestía pantalón de mezclilla doblado arriba del tobillo, una blusa blanca y mocasines, una bolsita atravesada de piel muy mona, se sacó las gafas y me miró por lo que me atreví a hablar.
-Disculpa tal vez puedo acercarte al taller, estoy a punto de salir y dirigiéndome con la señora le pago.
-Gracias, pues si no te causo problemas te lo agradecería mucho, mi hermana vive como a media hora de aquí y me debe estar esperando, la verdad es un poco impaciente y no tengo batería para marcarle tampoco. Diablos, sus ojos eran tan hermosos y color miel.
-Alguien lo haría por mí, le dije. Saque mi teléfono y se lo ofrecí. Habla con tu hermana y dile lo que pasó.
-No quisiera abusar pero no tengo opción, estiró su brazo tomando el teléfono y sonrío;
Linda dentadura, diablos! Doña Anita me dio una bolsita con unas galletas para el camino, me despedí con la promesa de volver.
Ya afuera la veía hablar y hacer aspavientos con la mano libre y con gestos en su cara que explicaban lo sucedido.

Mientras acomodaba las galletas en el auto me vi en el cristal, hace cuanto había planeado esta salida, hacían ya tres meses que me dedicaba de lleno a escribir, a tener el material necesario para terminar el libro, necesitaba desconectarme de todas las interrupciones, mi madre me volvía loca con tantas llamadas y Alma mi mejor amiga caía más seguido que la comida rápida, realmente necesitaba alejarme un poco, las amo pero me estaban asfixiando.
No salía tan seguido de fiesta, porque quería terminar el libro y eso no significaba que me estaba auto torturando, terminar una relación de seis meses no era la gran cosa o sí? Ella decidió que yo no era su otra mitad y ya, la quería sí, la pasábamos muy bien juntas pero creo que busqué estabilidad, cosa que a ella no le interesaba, digo sí dolió pero no pasa nada, creí que después de tantas con las que salí y me revolqué según Alma, ya era hora de algo serio, pero no sucedió.
34 años no son suficientes para ver las cosas con más seriedad?, pues al parecer para mi ex no. Trate de recoger mi cabello oscuro en una coleta pero no encontré con que sostenerlo, así que desistí en el intento, noté que mis ojos castaños a pesar de no haber dormido más se veían relajados, salir de la zona urbana me hizo bien, tal vez ahora podría ubicar de nuevo metas y deseos personales para cumplir.
El último libro se había colocado bastante bien en el gusto de la gente pero ya habían transcurrido más de dos años, si seguía con buen ritmo quizá a fin de año estaría completo éste último y listo en el mercado, también estaban sus fotografías por eso cargó con su equipo para poder hacerse de material nuevo para montar una exposición más personal e introspectiva de la etapa en la que estaba, sin que nadie le propusiera un tema en particular.

Siento movimiento cerca y la veo entregándome el teléfono. –Ya esta, voy a aceptar tu oferta, ¿me acercas por favor a casa de mi hermana?, su marido va a enviar a alguien para que se haga cargo de mi auto y así no tengo que esperar.
-Claro yo voy por ahí y te acerco.
-Por cierto me llamo Brenda Castrejón.
-Mucho gusto soy Tamara Salas. Su mano era suave, firme, le gustó su temperatura. -No vas a sacar nada del auto? Brenda negó con la cabeza; -pues entonces en camino. Le abrí la puerta y su olor me causó debilidad, diablos!

Sólo a mí se me ocurre no subir de vuelta la llanta de refacción. Lo bueno era que había encontrado espacio para salir de la carretera y acomodar el auto sin problema. Ahora tengo que caminar para buscar ayuda. Se supone que había conectado el teléfono para la recarga pero nunca me di cuenta que no había quedado bien ajustado y ahora no tenía tampoco teléfono. Esto de caminar no le venía bien, era delgada por genética. Caminó por cinco minutos y vio cerca una curva y los arboles bajos le indicaron que por ahí había un comedor, recordó que ya cerca del poblado solía haber quienes ofrecían desayunos y comidas, seguro encontraría quien la auxiliara gracias Dios, dijo para sus adentros.
Entró al local y el olor a café le llenó los pulmones, había una persona sentada en la mesita del fondo y saludó pregunto por un teléfono, alcanzó a explicar un poco su situación y la dueña del lugar le ofrecía a manera de consuelo un cafecito.
Y de pronto la mujer sentada en la mesita le habló, su cabello oscuro hacía juego con su ojos grandes, sus labios bien delineados y apetitosos? mujer que no estás de ligue, se regañó.
Recargaba los codos en la mesa sosteniendo la taza, la dejó suavemente, sacó su cartera y pagó, mi suerte no podía ser mejor. Casi de la misma altura y complexión, al extender su teléfono noté sus dedos finos y largos como de pianista, sonreí creo que como niña tonta y salí a llamar a mi hermana.
Busqué no quedar cerca de la puerta del local, para evitar distraerme con su presencia.
-Sí?
-hermanita voy retrasada, se pinchó una llanta y recién ahora te puedo hablar.
-Lo sabia eres tan despistada que siempre algo te pasa. Estás bien?
-sí, estoy como a media hora justo donde empiezan los comederos, estoy cerca de Doña Anita.
-sí, ya sé dónde estás. Quédate a la vista le voy a decir a Darío que mande a alguien por ti.
-Mira hay una persona que me puede acercar, así no me quedo esperando por acá.
-perfecto entonces aquí te veo y ya voy viendo quien rescata tu auto.
-gracias hermanita. Antes de colgar…
-oye, oye y dime es bonita?
-de quién hablas?
-la persona que te traerá…
-oye pues quien me crees?

-sólo sé que nunca te subirías con algún extraño, te conozco hermana…besitos, y me colgó.
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