Capítulo 49
La vi entrar a clase un poco más tarde que lo
normal y sentarse a lado de Daniela. Esta le pregunta algo y ella solo niega
con la cabeza sin despegar la mirada de donde el profesor está escribiendo.
No puedo descifrar en su rostro si esta triste,
dolida o si solo lo está aparentando, su semblante esta serio y la mirada
fría. La verdad es que no sé qué pensar
es como si estuviera molesta por no escucharla. Tal vez sea por lo que le
dijeron las chicas, admito que estuvieron mal, pero de mí no sé qué esperaba,
¿Qué fuera corriendo a sus brazos de ver cómo me engaño? Se equivocó.
Ahora más que nunca debo ir a buscar mi ropa de su
departamento. No niego que hay una parte de mí que todavía quiere escucharla
pero la otra parte no, me dice que no sea tan estúpida como para querer eso.
Me es difícil no mirarla cada tanto, pero ella no
ha cambiado su semblante. Recuerdo como era en el internado parecía un chico
duro malo y todo este tiempo me mostro ser diferente. Y por eso mismo es que
todavía no entiendo porque hizo lo que hizo.
Acaso no resulte ser lo que esperaba o me quería en
su cama y como hasta ahora no lo consiguió se buscó alguna para satisfacerse,
pero llevarla a donde vivíamos.
Pensé que luego de tantos años se me había dado las
cosas con ella, que por la amistad y demás las cosas irían bien pero acá
estamos ella en una esquina del curso y yo en la otra.
Respiro profundo para que no se me caigan las
lágrimas porque la amo y ella me rompió el corazón, y aun así sigo amándola.
****
Conducir no es lo mío porque no puedo observar el
lugar porque el que vamos pasando y mis hermanos son pequeños para hacerlo.
Ellos han decidido viajar conmigo, porque creo que en estos momentos de mudanza
odian más a Emanuel y a mi madre que a mí.
A Emanuel por decidir volver a vivir aquí y a mi
madre porque ella no ha dicho nada, siempre es sumisa ante él. Nunca la he
entendido porque lo hace, quizás el hecho de que ella estuvo con otro hombre y
se siente mal por ello, y también el hecho de que él se lo recuerda
constantemente. Me gustaría que algún día dejara de ser así, antes de que él se
enterara de que no soy su hija, ella no se comportaba de esta manera.
Extraño a mi madre la que era cuando yo era niña,
mis hermanos la necesitan a ella la de antes y no como es ahora.
Veo como Emanuel dobla su camioneta en una calle, hago lo
mismo que el, solo puedo observar arboles mientras subimos la pequeña colina.
Conducimos unos diez minutos tal vez y él se detiene, puedo ver la entrada de
lo que es una mansión, observo el nombre y me doy cuenta de que hemos llegado.
Hay dos columnas, una tiene un pequeño ángel y la otra lo
que parece ser el diablo, ambas sostienen el portón negro que tiene en las
alturas el nombre Dràcul.
Una vez que la camioneta avanza lo hacemos nosotros
siguiendo el recorrido que hace antes de detenerse en la casa principal.
Mi madre nos hace seña de que bajemos del auto. Al
hacerlo observo que en medio del patio hay una fuente de lo que parece ser un
ángel con las alas arrancadas. Bueno al padre o madre de Agostina le gusta
mucho esto de los ángeles y demonios.
Mis hermanos están igual que yo mirando todo. Algunas
cosas parecen haber cambiado de la última vez que he estado aquí.
Hay más seguridad, no solo en la entrada sino también
unos cuantos hombres con armas cerca de la casa. Por un lado es entendible son
personas con mucho dinero y corren peligro.
Camino un poco más y puedo ver la casa donde vivíamos
antes, puedo ver que la han agrandado más.
Llevo mi vista más lejos y el árbol en el que solíamos
jugar con Agostina sigue allí. Ahora sus ramas y demás son más fuertes, ha
crecido al igual que nosotras.
Escucho la puerta abrirse y veo salir a la señora
Gabriela seguida de su esposo. Él no ha cambiado mucho, al menos lo que
recuerdo de él, pero ella sí, se le empieza a notar los años.
-
Viejo amigo- saluda
el padre de Agos a Emanuel mientras se dan la mano y un abrazo.
Lo mismo pasa con la señora Gabriela y mi madre. Mis
hermanos y yo nos mantenemos un poco lejos del saludo de las parejas.
****
-
¿Por qué quieres ir
allí?-pregunta Daniela mientras conduce a mi departamento.
-
Necesito llevarme
algunas ropas. Me voy un tiempo con mi
padres aunque eso signifique bancarme y verle la cara a mi hermanastro.
-
Podrías ir a
cualquier otro lado y no allí si no quieres bancarte a tu hermano. Sabes que no
tienes que irte por lo que ha pasado con ella, cuando se le pase un poco te
escuchara.
-
Sé que ella más
adelante lo hará, pero estos días me demostraron que no me conocen. Ella
debería saber que jamás le hubiera hecho algo así, pero ya está, por el momento
quiero irme.
Llegamos al edificio y al bajar del auto e intentar
entrar hay otro portero.
-
No puedes entrar -
dice el chico tratando de impedirme el paso.
-
¿Por qué no?-
pregunto mirándolo fijamente.
-
Porque no eres de
este edificio- dice un poco nervioso.
-
Vivo acá y voy a
entrar o sino llama al otro portero- respondo.
Busca unos papeles en la mesa de entrada y vuelve hacia
mí.
-
¿tu apellido?
-
Gaultier. ¿y el otro
portero?
-
Disculpe señorita
pero como soy nuevo tengo que controlar quien entra. No se sabe nada de el de
hace unos días, podría decirse que está desaparecido.
-
¿Cómo?
-
Si señorita hace
cuatro días no viene a trabajar, lo llamaron y nada.
-
Qué raro- respondo
haciéndole seña a Dani para entrar al ascensor.
Una vez que las puertas del ascensor se cerraron. Dani me
miran interrogativamente.
-
El portero está
desaparecido desde el día que me drogaron.
-
¿Qué crees?
-
No sé si tuvo algo
que ver, pero estoy segura que sabe algo.
-
¿de ese día que
recuerdas?
-
Solo me acuerdo lo
del bar y algunas cosas del departamento pero nada más. Pero si él no ha
aparecido de ese día vio o sabe algo.
-
Tienes razón ese es
un buen punto de vista. Habría que buscarlo.
-
Si, le diré al
investigador, más tarde lo llamo- contesto abriendo la puerta del departamento.
Quedo unos segundos parada en la puerta simplemente
mirando el living, tratando de recordar algo más de aquella noche, pero solo me
veo en el piso desnuda luchando por respirar cuando llega Uriel.
-
Yo me quedo aquí-
dice Dani sentándose en el sillón del living- prometo no tocar nada.
Sonrió y voy a la habitación. Busco una maleta y antes de
tirarla en la cama observo en una almohada un par de cabellos. Los tomo con una
pincita y busco sobre y los meto allí. Ya que es el único lugar donde
guardarlos.
Tiro la maleta en la cama y saco unas cuantas ropas de la
cómoda y guardo. No voy a llevar mucha porque no sé cuánto tiempo estaré allí,
pero sé que mi padre me comprara ropa.
Lo que no se es como U, va a tomarse que me vaya, pero la
verdad es que no me importa, solo espero sepa entenderlo que necesito alejarme
un tiempo después de todo esto. Porque puedo parecer fuerte ante la situación
que estoy pasando pero la verdad es que me duele, necesito ir a desahogarme. No
ver a ninguna.
Saco otra maleta más y
meto todos mis apuntes en esta. El tiempo que este con mis padres voy a
concentrarme en recibirme y ver en cuál de las empresas de mi abuela me pongo a
trabajar.
Al guardar todo miro una vez más la habitación viendo si
no me olvido nada, solo observo una foto de nosotras en la mesita de luz y me
duele que todo esto termine así.
Busco una hoja y escribo algunas letras y antes de salir
la dejo en la cama de Luna.
-
Vamos- digo saliendo
con las dos maletas.
*****
Al salir de la universidad fuimos con las chicas a dejar
nuestros apuntes y cambiarnos al departamento, luego de eso nos dirigimos al de
Luna.
Llegamos y tuve que hablar con el portero para que me
deje entrar, al parecer ahora controlan más. Me sorprendió no ver más al viejo,
pero quizás decidió dejar de trabajar.
Una vez que entramos en el depa, puedo darme cuenta que
Luzbel no ha estado viviendo acá estos días, porque hay tierra y ella aunque
deteste limpiar le gusta mantener todo limpio.
Al dirigirme a mi habitación paso por la suya y veo su
cómoda abierta y miro y no hay cosas ropas, tampoco están sus apuntes. Debe
estar con Uriel quizás ha ido allí o con Daniela, pero es raro que se mude así.
Voy mi habitación y busco la maleta y cargo toda mi ropa,
al igual que mis apuntes. Cuando voy a salir veo una hoja doblada en mi cama.
La abro y reconozco la letra rápidamente.
Luna:
Sinceramente
ni se para que estoy escribiéndote. Si tú no quieres saber nada de mí. Quizás
por el hecho de que escribiéndote sea la única forma de que de alguna manera lo
hagas, puedo explicarte por aquí lo que paso esa noche, pero no lo hare. Por el
simple hecho de que yo creí que tú me conocías y que sabias que jamás te haría
algo así, primero por la amistad que teníamos antes de ser parejas y segundo
porque prefiero decir las cosas de frente.
Las cosas no
son como crees, si sé que dirás yo sé lo que vi y demás, pero yo puedo más que
asegurar que no son así, no te pido que me creas ni nada porque no sabes lo que
paso y tampoco quisiste escucharme. Entiendo lo que debes sentir en estos
momento y también entiendo que no hayas querido escucharme, pero creo que no te
habría hecho mal darme cinco minutos y tu después saber que hacías con lo que
iba a contarte. Lo que no entiendo es la reacción de las chicas que creía mis
amigas, pero ella sabrán porque prefirieron no ser neutrales ente esta
situación. Por último puedo decirte que tengo la conciencia tranquila que yo
jamás te engañe. Que en esta situación somos víctimas las dos.
Muchas veces
escuche decir que las cosas suceden por algo, y quizás en este caso sea así.
Ojala lo supiera pero el tiempo lo dirá, así como sé que él tarde o temprano tú
vas a enterarte de lo que paso ese día.
Te he visto muy decidida en tu decisión de no escucharme ni verme más al
igual de no arrepentirte, espero que el día que te enteres la verdad, no te
arrepientas de esta decisión.
Si esperabas
una confesión de lo que paso por aquí, lo lamento si te hice perder el tiempo
leyendo esta carta, solo necesitaba desahogarme un poco de todo esto. No sé si
volveremos a vernos, la vida nos ha separado por algo, pero quien sabe nadie
tiene escrito el futuro, pero te deseo lo mejor en todo lo que hagas de ahora
en más. Luz.
****
Uriel no porque reacciona así ente el hecho de que me
vaya un tiempo. ¿Acaso no entiende la situación que estoy pasando? ¿Qué todo
esto me afecta? Y ya que mi… ex, no quiere escucharme y no lo hará porque está
muy decidida a ello, yo necesito distancia.
-
¿con tu padre?
-
Dije que voy con mi
familia, no con mi padre, ¿Qué tiene que ver el en esto?
-
Sí, pero no quiero
que descubra lo que eres tú todavía no eres lo suficiente fuerte.
-
U, voy a ir y es mi
padre no creo que sea capaz de hacerme algo y yo tengo que aprender hacer
fuerte enfrentando la situaciones, sino nunca lo seré si tú te la pasas
protegiéndome.
-
Tienes razón, pero
por favor no vayas allí- dice mirándome suplicante.
-
Lo siento, pero la
decisión ya está tomada.
-
¿ni aunque ella te
escuche la cambiarias?
-
Ella no va a
escucharme y así lo hiciera, voy a irme.
El sigue dando vueltas en la cama mientras yo acomodo mi maleta
bien con las demás ropas que tengo en su depa.
Cuando termino de hacerlo veo que tengo mi cabello rubio bastante largo,
llamo a mi peluquero preguntándole si puede atenderme y él no tiene problemas.
-
Salgo un momento- le
grito a U, antes de que se cierre la puerta detrás de mí.
Al llegar no hay nadie. Él está sentado esperándome, hace
una mueca de sonrisa al ver mi cara. Desde que era una niña me ha cortado el
cabello.
-
¿Qué te ha pasado?
Bueno la verdad no para que te pregunto, si ya me entere.
-
Como vuela el chisme-
respondo mirándole.
-
Si y más en una
peluquería, no sabes las cosas que me entero- responde con su voz afeminada- ¿Por
qué te has peleado con tu novia?
-
Ex – contesto y empiezo narrándole la historia de mi vida
de los últimos días, él nuca ha chismoseado nada de lo que mi familia o yo le
hayamos contado y espero que no lo haga ahora.
-
¡no lo puedo creer!
¿Quién haría algo así?- dice con ojos sorprendidos- y esa niña está muy mal de
la cabeza para no escucharte y dejar ir una hermosura como tú.
-
Si lo supiera ya lo
hubiera ahorcado- respondo cerrando los ojos mientras el lava mis cabellos
antes de darle tijera- ella sabrá que hace.
-
Bueno cambiemos de
tema que no me gusta ver esos ojos azules triste. ¿quieres el corte de siempre?
-
Sabes cómo mezquino
mi cabello así que si el mismo- respondo- pero también quiero un cambio, fíjate que inventas.
No necesito decirle más nada, sé que hará algo pero sin
cambiar mí corte o lo mato. Me acuerdo como me contuve de llorar cuando me
corte corto para el internado.
-
Listo- dice después
de más de media hora estar entretenido en mi cabeza.
He tenido todo el tiempo los ojos cerrados para no ver el
cambio. Abro los ojos y sonrió ante lo que veo.
Nota de la autora: Agradezco sus
comentarios y que entiendan que es difícil muchas veces tener continuidad de
los cap. todos los días. Y vuelvo a decir tratare de hacer los capítulos más
largos
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de verdaddd me tienes fascinada con cada capitulo...... solo espero poderr leer con continuidad y poder disfrutar de la lectura por que esta superrr....
ResponderEliminarEs un lectura muy interesant y pues te esperare no importa q tardes pero por favor no nos dejes sin un final . Por lo demas sin palabras todo esta excelent *.*
ResponderEliminarMe encanta tu historia hermosa no nos dejes así ... Por fis mas capitulos
ResponderEliminarLa vdd me gusta muchos los capitulos espero y sudas otros
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