Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

La Hija Del Diablo - Ve C - 42

Capítulo 42

Observo a mi novia que sigue practicando y realmente le sale bien lo del vuelo.  De mi parte me siento frustrada porque no me saliera. Quizás me di por vencida muy rápido o Uriel tiene razón y estoy acostumbrada a no esforzarme demasiado por las cosas. Estudiar para mí es fácil, me aprendo enseguida siempre y cuando no este distraída,  y en mi familia recuerdo que una sonrisa a mi madre o padre obtenía lo que quería, solo el hecho de que no convencí a ninguno en lo del internado, no sé si ahora será así. Supongo que Damián al estar con ellos ahora, consigue lo que quiere. Y en cuanto a tener una chica, es lo mismo una sonrisa y alguna miradas y listo. 

Viéndolo así, algunas cosas me han resultado demasiado fáciles. Pero en este momento lo que sé es que como ángel soy pésima para volar, quizás otras cosas me salgan bien pero esto no se me da.
No sé en qué momento han dejado de practicar hasta que siento la mano de Luna en la mía.
-      ¿estás bien?-pregunta dulcemente viendo la sangre seca de mi rodilla.
-      Si- respondo mirando la herida, no es tan grave- duele un poco nada más.
-      Deberías lavártela- dice bebiendo un poco de agua y haciéndome seña de si quiere que me la tire.
-      No, gracias. Lo haré como lleguemos a casa. ¿Qué tal la práctica?
-      Bien- contesta sonriendo- no me ha sido tan difícil.
-      Vi que no. Se te da muy bien esto de volar.
-      Y a ti…- dice y queda mirándome.
-      A mí se me da pésimo cariño.
-      Debiste hacerle caso a Uriel y al menos haberlo intentado una vez más o intentarlo luego.
-      Por favor no otra vez con intentarlo. La verdad no quiero volver a caerme.
Seguimos sentadas hablando y ella burlándose de como he caído. La verdad me hace gracia recordarlo.
-      Hola- dice Uriel acercándose a nosotras y mirándome para ver sino sigo enfadada con el- ¿Cómo está tu herida?
-      Duele, pero estoy bien- respondo mirándolo- veremos cuando camine porque justo es la rodilla.
-      Esperemos no sea nada y solo un raspón grande no más. Yo lo siento si te hice sentir incomoda o que te estaba obligando.
-      Está bien U, pero la cuestión es que te pones como un sargento, lo único que faltaba era que te dijera sí señor.
                                      ****
Estoy haciendo unos negocios cuando veo una llamada en el teléfono entrante, de solo ver quien pido permiso alegando que es urgente.
-      ¿Qué pasa?
-      Solo quería informarte que desde ayer no veo a tu chica. La seguí con su novia a otro edificio y desde allí no salieron.
-      ¿estas segura?- digo pensando. Si Luzbel se dio cuenta de que la sigue hará todo para despistarla.
-      Si, un hombre fue a buscarlas al edificio de siempre y entraron acá y no he visto que salgan ninguno.
¿Un hombre? ¿Quién será? Y ¿en qué estará metido Luzbel? Debería investigar un poco más su vida, al menos que ha hecho todo este tiempo.
-      Quédate allí y no te muevas en algún momento tendrán que salir. Si puedes acercarte a alguna de sus amigas y sacar información con respecto a ella, mejor.
Si quiero ganarle, debo saber todo respecto a ella. Al menos  tendré idea de cuáles pueden ser sus puntos débiles.
-      Bien ¿algo más?- dice la mujer del otro lado de la línea.
-      No, eso es todo. si necesito algo más te llamo – respondo volviendo a entrar a la junta.
No creo que ella logre llegar a Luzbel, es demasiado inteligente. Pero esperaremos un poco más ante de efectuar mi plan B si el A no resulta, como creo que será.
                                                 ****
Estoy sentada en el patio de casa observando a mis medios hermanos jugar, mientras resuelvo unos ejercicios de la universidad.
No puedo dejar de pensar en lo que me dijo Mara. Entiendo que ella esté dispuesta a hacer cualquier cosa por su hijo, pero la otra persona está muy mal para pagar que se lleven a la cama a alguien.
No quiero que lo haga, porque sé que algún día se arrepentirá. Yo puedo darle mis ahorros, nuestros amigos también lo harán.
Mientras pienso como ayudar a mi amiga veo que llega Emanuel a la casa. Será mejor que me vaya a mi habitación, el no soporta mi presencia y yo la de él tampoco. Ha cambiado mucho, es entendible no soy su hija pero después de haberme criado creo que algo de cariño debía tenerme, además yo no tengo la culpa de lo que hizo mi madre o de lo que haya hecho él.
-      Ven adentro. Tenemos que hablar con tu madre- dice al pasar por mi lado sin mirarme.
Lo observo entrar en la casa y me resigno, no queda otra que levantarme y seguirlo.
-      Como te habrá dicho tu madre, nos mudaremos- dice el sentado bebiendo una cerveza- volveré a trabajar a la mansión Dràcul. Allí vivimos cuando tú eras chica. No creo que lo recuerdes, pero la cuestión es que me llamo para que vuelve y paga bien.
-      Que apellido más raro- digo- ¿y yo porque tengo que volver? Tengo la universidad, mis amigos, todo aquí.
-      El que te paga tus estudios soy yo- dice mirándome fijamente- nos vamos todo. allí hay universidades en las cuales puedes hacer la equivalencia y terminar allí la universidad o habla con el rector como puedes rendir aquí. Y no sé si sea su apellido, sé que la casa tiene ese letrero al llegar, quizás si sea su apellido, pero lo que puedo decirte es que en Rumano Dràcul significa Diablo.
-      Está bien- respondo resignada, sabiendo que es verdad a pesar de todo el paga mis estudios- si no me queda otra hablare con el rector. Como sea sigue sonando raro es casi como si dijera Drácula.
-      Bueno. Deberás averiguar cuando tengas clases en la semana porque dentro de unas semanas tenemos que estar allí. Te encanta volver a verte con tu amiga de la infancia Agostina- dice mientras sale del living- quizás sean pariente de Drácula por eso tienen ese apellido o son descendientes de rumanos.
Me quedo parada pensando si escuche bien. De que volveré a ver Agostina después de tantos años me alegra pero ¿me recordara? ¿Qué será de su vida? Aún recuerdo sus ojos azules, esos de los cuales me hacían acordar de ella cada vez que miraba al desgraciado infeliz de Luzbel.
                                                    ****

Pasamos todo el día en la montaña. Uriel dejo de lado las prácticas de volar, pero si empezó con las clases de defensa. Como si en un día fuéramos aprender todo.
-      Recuerdan ¿cuándo les pregunte por los colores de los cintos?
-      Si- responde Luna- ¿Qué pasa con eso?
-      Bueno que cada color va con un ángel.
-      No entiendo.
-       Si cada color de cinto va con un ángel. A mí me corresponde el Rojo, que es el primer color de los rayo de del arcoíris. Es un color que trasmite energía, vitalidad, actividad, deseo y amor. Representa la fuerza de la vida, el valor, el ánimo y la resistencia.  Los colores de cada cinto fue elegido por los colores que representa cada ángel.
-       Y ¿Quién sabía que color corresponde a cada ángel?
-       Fue alguien que tuvo de maestro a un ángel y el decidió representarlo así.
-       Interesante- responde Luna.
Al caer la tarde volvemos a la casa. Lo que más quiero es darme un baño, me siento pegajosa y con tierra en el cuerpo.
Ni bien llegamos yo me meto en uno de los baños, dejando el de la habitación para Luna. Cuando salgo y me  voy a la habitación encuentro a mi novia dormida. Esta realmente cansada.
Me acuesto a su lado e intento dormir, la rodilla me arde y no puedo dejar de dar vueltas. Todavía sigo frustrada de no haber volado, pero por el otro el que al relajarme pensara en Arikel me hace sentir mal al mirar a mi novia. Ella no debería estar en mi mente.
No sé cuánto tiempo llevo acostada pero la Luna alumbra la noche. Me levanto sigilosamente de la cama y salgo de la casa.
-      ¿Dónde vas?- escucho la voz de Uriel desde el techo.
-      No puedo dormir y no quiero despertar a Luna- respondo sin decirle que iba a la montaña.
-      Está cansada. ¿tu rodilla como esta?
-      Me duele además de que la siento hinchada pero no es nada grave- digo mientras trepo por la venta y estar a su lado.
-      Menos mal no fue nada más.
-      ¿Qué haces aquí arriba?
Se queda mirando hacia la nada pensativo. Creo que es una costumbre de él, antes de responder cada pregunta. Miro la montaña mientras siento el aire fresco de la noche en mi cara y cabello. Me desespera esto de que tarde en responder, que piense cada pregunta pero bueno no me queda otra de esperar a que hable o quizás no lo haga. Observo su mirada triste, hasta ahora nunca lo había visto así.
-      Estaba pensando en mi hija.


Nota de la autora: si yo también ya estaba desesperada para que volviera Arikel jefe no broma, pero si quería llegar a estos capítulos donde ella vuelve aparecer.  
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