Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

La Hija Del Diablo - Ve C - 41

Capítulo 41

-      ¿Cómo cuando la gente reza?-pregunta Luna.
Uriel tiene la mirada fija en los árboles, está escudriñando todo, mientras se oye el canto de los pájaros.
-      Cuando alcanzas la gloria estas conectada con todo.  puedes sentir los árboles, la lluvia, en fin te conectas con eso que une a todo lo viviente.
-      ¿Cómo se alcanza?-vuelve a preguntar ella.
-      Puede desencadenarse por hechos u emociones intensas- responde el- Luz la alcanzo por primera vez en el internado. Aunque  por supuesto su ascenso a la gloria no fue del cien por ciento.
-      ¿en qué momento?- responde, yo solo estoy en silencio escuchando la conversación- yo la vi esa vez que estaba durmiendo que brillaba su cabello.

-      Fue cuando despertó en la enfermería y se enteró lo que paso. Si recuerdo que me lo preguntaste y no creías lo que te dije. Seguramente ella- dice mirándome- estaba soñando algo, relaja, vaya a saber qué pasaba en su cabeza.
-      Yo solo puedo decirte que en el internado estaba muy enojada, y Uriel me explico más o menos.
-      Emoción fuerte- continua el hablando- cuando acceden a la gloria tienen que tener cuidado. Los caidos pueden rastrearle a través de esto y se me preguntan cómo, no lo sé.
La charla de repente cambia de rumbo. Seguro Uriel no quiere  abrumarnos con tanta información de una sola vez. Además hay cosas según el que debemos aprender nosotras solas.
El silencio es increíble. Trato de relajarme de tanta información, aspiro profundamente y que el aire puro de la naturaleza me llene los pulmones.
No sé cuanto rato seguirnos así hasta que Uriel vuelve a romper el silencio en el cual estamos.
         - Ahora les enseñare a volar o al menos que lo intenten- dice poniéndose de pie- llamen a sus alas.
Luna y yo nos miramos y luego de unos segundos nos ponemos de pie.
         - sabes Uriel que Luz está tomando clases de Aerodinámica y es buena creo que podre volar con ella- dice sonriendo.
         - Eso es bueno- responde Uriel con sus alas mostrándose- pero eso es para volar aviones, aquí hablamos de sus cuerpos. Tienen que entrenar al menos lo básico ya les dije.
        - Lo sabemos- respondemos y desplegamos nuestras alas cuando la llamamos.
Lo bueno es que no ha sido difícil al invocarlas, al menos para mi, creo que podre acostumbrarme a ellas. Aunque quiera o no deberé hacerlo.
Al mirar mis alas pienso que son perfectas con ese tono azul, aunque también me gustan mucho las de Luna, completamente blanca como la nieve, creo que tener alas de ese color debería significar la pureza de un alma. 
Por supuesto que lo miro fijamente para ver que quiere que hagamos además de un papelón, al menos de mi parte es lo que espero.
          - Extiendan sus alas- dice.
La extiendo lo mas que puedo y la siento pesadas en mis hombro por el peso. Yo que creí que serian livianita.
      - Para despegar tienen que relajarse- vuelve hablar y yo sinceramente con un par de alas no sé cómo hacer para estar relaja y no pensar en que tengo que volar y puedo llegar a darme un par de porrazos.
     - ¿Porque no nos rocía algún polvo mágico o alguna palabras que nos hagan pensar bonito?- dice Luna- y olvidar las alas si es posible.
Tengo que hacer mucho esfuerzo para no reírme a carcajadas de la cara de Uriel, no se esperaba eso de Luna es más seguro pensó que ella estaba relajada y tendría que renegar conmigo.
     - Despejen su mente.
Miro a mi novia y ella asiente.
     - Estamos- respondo.
     - Se empieza por la actitud.
Suspiro e intento que no me afecte.
    - Relájense.
Miro a Luna y lo ve con cara de impotencia. Sera un día difícil.
     - Intenten cerrar los ojos —propone—. Tomen aire por la nariz y suéltenlo
por la boca. Imaginen que sus huesos se
tornan más ligeros.
Cierro los ojos.
   - Sí que parece yoga —digo.
   - Tienen que vaciarse, liberarse de todas las cosas que abruman su
espíritu.
Intento despejar mi mente. Pero en cambio veo el rostro de Arikel. Estamos en la biblioteca y ella esta sonriendo con mi mano entrelazada con la suya.
Ahora mis alas ya no pesan tanto.
   - bien- dice Uriel- Ahora intenten elevarse.
   - ¿cómo?-pregunto
    - Agiten sus  alas.
Imagino mis alas remontando el vuelo. Me imagino saliendo disparada como un cohete, atravesando las nubes, rozando las copas de los árboles, como superman.
    - Estaría bien que abrieras los ojos Luzbel —dice Uriel riendo.
Abro los ojos. «A volar», le ordeno a mis alas en silencio.
   - No puedo —digo jadeante al cabo de un rato. Estoy sudando, a pesar
del frío.
  - Estás pensando demasiado. Recuerda, tus alas son como tus brazos. No  tienen que pensar para mover los brazos, sólo los mueves. Lo miro con rabia. Los dientes apretados de frustración. Entonces mis alas empiezan a flexionarse lentamente
Mis alas se mueven, abanican, agitan mi pelo, pero no me
elevo.
   - Lo estás haciendo- dice Uriel.
Sé que lo estoy haciendo porque lo siento pero no puedo elevarme.
    - Creo que peso demasiado para hacer esto- digo.
    - Debes volverte más ligera- dice Uriel.
    - Ya lo sé- respondo frustrada de que me repita lo mismo.
Vuelvo a pensar en Arikel, Luna lo que sea algo que haga que me vuelva ligera, relaje, etc. Pero ¿qué hago pensando en ella? No debería, ¿que pensara Luna si lo supiera? Me siento culpable de cierta manera de estar pensando en otra mujer que no es mi novia.
Miro a  Luna y la observo elevada a un metro del suelo, le está costando trabajo mantenerse allí. Mientras la miro le sonrió. Al menos una de las dos no es un desastre.
Doblo las rodillas, salto, y me elevo a casi la misma altura que Luna . Por un instante creo que lo he conseguido. Luego caigo pesadamente, apoyando la rodilla en el suelo y lastimándomela. Pierdo el equilibrio y acabo en la hierba, un embrollo de miembros y alas.
   - Luz- dice Uriel acercándose a mi lado.
No digo nada, solo levanto la mano en señal de stop .
   - ¿Te has hecho daño?- pregunta.
Se volvió idiota o que, Por supuesto que me he hecho daño acaso no ve como me sangra la rodilla.
    - Vamos párate- dice- hay que intentarlo una vez más. Estas acostumbrada que todo te sea fácil y para esto tienes que esforzarte más.
me levanto y sacudo la tierra y las hierbas de mi ropa y no lo miro.
   - Debes relajarte- vuelve a decir.
Y ojala dejara de decir eso o al menos se atragantara con esas palabras que empiezo a odiarlas. Luna se mantiene a una distancia prudente de los dos.
     - Luz, tienes que intentarlo. Yo se que tu puedes.
     - ¡Déjame en paz! ¿quieres?- digo furiosa.
     - Pero Luz...
     - ¡Que me dejes en paz!
     - Bien- responde dándose media vuelta y dirigiéndose hacia Luna molesto.
Quisiera irme corriendo a la casa y darme un baño y tirarme en la cama y no levantarme pero como estoy lastimada no queda otra que quedarme acá. Me acerco a un pequeño árbol y recuesto por él. La mirada de Uriel hace un momento era de desilusión, como si lo hubiera defraudado ¿que esperaba de mi? Debería estar contento al menos de que Luna logro. Ella será buena en esto, es cambio yo soy un fiasco.

Los veo riendo y la mirada de Uriel que otra vez vuelve hacia mí. Y la verdad me siento una completa Inútil de no haberlo logrado.
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1 comentario:

  1. ooooo-o estuvo genialll... quiero masssss porfavorrrrr
    esta cada ves mas interesante

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