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La mañana de
Alondra era demasiado rutinaria a su parecer.
Se despertaba, tendía su cama, barría y
trapeaba su habitación y la sala/cocina, después tomaba un baño, y en punto de
las 8:00am salía corriendo a su empleo en tienda de un familiar, salía al
mediodía y paseaba con Héctor o iba a visitar la casa de su padre.
Esa mañana en particular se despertó más
temprano que de costumbre, termino de hacer los deberes de la casa, desayuno
cereal y se metió a la ducha.
El agua tibia sobre su piel relajaba cada
musculo de su cuerpo, mientras la espuma del jabón desaparecía de su piel
recordó el accidente de ayer.
Cerró los ojos y le pareció ver de nuevo a la
persona con la que choco. Recordó cada detalle de ella, todo más claro y nítido
que el mismo instante en que ocurrió todo.
<< Era una chica>>
Su duda había desaparecido, estaba segura que
se trataba de una mujer y no de un hombre como ella había pensado.
<< Era una chica, no sé cómo me pude
haber confundido antes, era una chica, aunque vestía como hombre estoy segura
de que era una chica, esos labios eran demasiado perfectos ¿Cómo sería
besarlos? >>
Al darse cuenta de lo que pensaba sintió sus
mejillas muy calientes y sintió vergüenza por sus pensamientos.
<< ¿Qué demonios estoy pensando?, no es
normal, debe de ser porque desperté muy temprano, solo eso >>
Su trabajo en la tienda consistía en hacer los
presupuestos y encargarse de surtir lo que era necesario.
Antes de terminar en el local Héctor llego de
sorpresa para visitarla.
-Hola- saludo sin tanto entusiasmo como a él le
hubiera gustado.
-Hola, ¿todo bien?
-Sí, ya casi termino- contesto guardando unos
documentos.
-Vamos a dar la vuelta.
-Vale- contesto tomando su chamarra de algodón
del respaldo de la silla.
Mientras daban la vuelta a la manzana pasaron
por un lugar donde vendían accesorios.
-¿Quieres entrar?- sugirió el, llevándola de la
mano adentro de la tienda.
Después de ver varias pulseras coloridas y
collares de diferentes tamaños salieron con una pulsera con un dije de corazón
que Héctor le regalo.
-Gracias- dijo ella sonriendo.
-De nada- él se acercó y la besó.
Mientras sus labios seguían sobre los de ella
no pudo evitar recordar su pensamiento de la mañana.
<< ¿Cómo será besarla? >>
Al pensar esto con los ojos cerrados pudo verla
en su mente. Sin evitarlo se imaginó besándola, imagino que esos labios que
sentía sobre los de ella no eran los de Héctor sino los de la chica.
Con esto en su mente comenzó a besarle con más
pasión, deseando que al abrir los ojos fuera real, sus caderas comenzaron a
acercarse más a las de Héctor y sus manos se deslizaron suavemente por toda su
espalda.
<< Sera más estrecha >>
Sintió un bulto en el pantalón del chico y se
alejó lo más rápido que pudo, apenada por su conducta.
-Nunca me habías besado de esa forma. Debió
gustarte mucho- dijo el sonriendo.
-Sí- asintió ella con la cabeza, mientras el,
la tomaba de la mano para caminar.
<< ¿Qué estoy pensando?, no puedo pensar
en cosas como esa>>
Después de su arrebato momentáneo fingió
sentirse mal para que el la dejara y se fue a su casa.
<< Necesito dormir eso lo arreglara
>>
Se fue a su habitación, se acostó sobre la
colcha y serró los ojos esperanzada de
que el dormir le quitara esos pensamientos.
Se vio en sueños a si misma besando a esa
chica, se vio tocando su mejilla y besando esos labios carnosos de color rojo,
se imaginó desnuda frente a ella mientras la abrasaba…
-¡No!
Grito al despertar de su sueño, se dio cuenta
de eran las 4 de la tarde y tenía que irse al ensayo. Lavó su cara tomo su
mochila y se fue por el mismo camino que había tomado el día anterior.
Después del ensayo preguntó a todos sobre la
chica, pensó que podría tratarse de otra bailarina, pero todos afirmaron no
conocer a nadie con esas características.
Sentada en una banca en un parque cercano se
preguntó ¿Por qué pregunto por ella?, no tenía motivos para verla, quizás si la
veía de nuevo se le quitaría la tentación y el deseo.
<< Solo es por el choque, no es
importante >>
Se repetía tratando de creerlo por más absurdo
que a ella misma le parecía.
**********
Sentada en la cama de su cuarto mirando a la
pared llena de posters de cantantes y con algunos carteles en donde ella era
anunciada, así paso la tarde Taide, sin más que hacer, Top salió con un amigo,
se encontraba sola en su casa.
Entre el vacío de su mente recordó a su familia,
su padre maldiciéndola mientras su madre lloraba desconsolada y ella salía
corriendo con su maleta de color rosa, lista para no volver, con tan solo unos
ahorros que tenía. Recordó como subía al autobús secando sus lágrimas, mientras
el conductor sellaba su boleto, pareció ver entre los posters la carretera que
se extendía a lo largo y que en aquella ocasión le había parecido interminable.
Vio a la chica sola temerosa que estaba en la
estación de autobuses sin saber a dónde ir, recordó cuando tocó en la calle por
monedas y consiguió el trabajo en el bar, recordó cuando toco su primera
tornamesa y la alegría que contagio a los clientes con el ritmo de sus mezclas.
Todos estos recuerdos parecían tan lejanos,
aunque fue tan solo hace dos años, antes de ser DJ profesional y tener buen
empleo, antes de conocer a Top, antes de poder estar en su departamento lujoso
y espacioso, antes de poder comprar la plasma gigante que decoraba su sala.
<< Tanto tiempo ha pasado, en ocasiones
parezco olvidar lo que fui, pero me enorgullece ser lo que soy, Taide, esa soy
ahora Taide >>
Después de recordar y entristecer por el pasado
recordó que no vale la pena hacerlo, tomo su chaqueta de cuero y salió a
caminar.
La calle era ruidosa, la gente parecía haber
perdido los modales en esa parte de la ciudad.
Después de caminar se dirigió al parque
cercano, lo recorrió tres veces, lo único que encontró fue invitaciones de
chicos y pedidas de número de teléfono.
El aire de afuera le agradaba, ver en su sombra
como el viento despeina su rubia cabellera, sentir la brisa sobre su rostro,
incluso en ocasiones disfrutaba del aroma de las flores aunque le dirá alergia.
Camino hasta que se hiso tarde, volvió a su
casa, descanso, tomo una ducha y apago las luces para conciliar el sueño.
Por la mañana se despertó más temprano que de
costumbre, después de la última presentación se había cansado mucho, pero ahora
estaba muy recuperada de la desvelada.
Tomo café caliente, preparo el desayuno y salió
a comprar equipo.
Regreso a mediodía con audífonos nuevos, cables
nuevos y una pelota morada que le causo gracia en una juguetería.
<< ¿Para qué quiero una pelota morada?
>>
Se preguntó al llegar.
Después de probar el equipo y jugar revotando
la pelota en la pared apareció Top, sonriendo.
-Vamos esta noche a un lugar, escuche que habrá
una fiesta de máscaras.
-¿No tienes con quien ir?
-Sí tengo Tai, solo quiero que tú te diviertas.
-No lo sé- después de haber rebotado la pelota
en la pared más de 20 veces contesto- sí vamos, será divertido.
Después de ver programas en tv que eran
repeticiones de hace años se dispuso a vestirse.
Opto por usar alguna de sus prendas decentes,
un vestido dorado que encubría su falta de curvas fue la mejor opción que pudo
encontrar.
Salió en su auto y se dirigió al lugar en donde
se encontraría con Top, al entrar le dieron una máscara a cada uno y se
dirigieron a disfrutar de la fiesta.
**********
<<No estoy segura de que haber venido
fuera lo correcto>>
Se decía Alondra que veía como las personas
encubiertas con sus antifaces disfrutaban bailando.
Héctor la llevo al baile de máscaras porque un
amigo había conseguido entradas y Alondra no supo decir que no.
-¿Te diviertes?- preguntaba Héctor a gritos
mientras se movía al ritmo de la música.
Alondra no contesto, se limitó a asentir con la
cabeza mientras se bambaleaba a los lados fingiendo bailar como los demás.
Después de unas canciones Héctor la tomo de la
mano y la llevo a uno de los lugares más apartados de la fiesta.
Sin decir palabra se abalanzo sobre sus labios,
Alondra sentía el olor pestilente a licor emanado de su boca, el sabor a
cerveza quedo por un momento en sus labios y casi sintió que vomitaría.
Héctor continuo besándola torpemente como
bestia, mientras ella trataba de apartarlo suavemente. Una mano paseo por sus
caderas y fue detonante para que Alondra aumentara la fuerza de sus empujones.
-No, ¿Qué haces?
-Eres mi novia- dijo el con voz ronca y
palabras algo confusas- no me digas que no quieres, tenemos 5 años y tú no das
nada.
Sin decir más volvió a encimarse sobre el
frágil cuerpo de Alondra.
-No, detente- lo aparto de nuevo pero este
intento acercarse, acto seguido ella le lanzo una bofetada que dejo la marca de
sus estilizados dedos sobre su mejilla.
-¿Por qué?, tienes a otro, de seguro a él si le
das todo lo que te pide y a mí me tienes como tu tonto.
-Claro que no, solo que no quiero que me toques
de esa forma.
-En 5 años no te había dicho nada, pero creo
que ya es tiempo de decirte que no estaré esperándote por siempre Alondra, es
ahora o nunca.
-Entonces nunca, terminamos- al terminar la
frase salió corriendo del lugar a donde la había llevado, sus ojos estaban
cristalinos y su visión comenzó a tornarse borrosa por las lágrimas, corrió por
una escalera y llego al único lugar silencioso el techo.
Comenzó a llorar sin contenerse, se arrancó el
antifaz con lentejuelas que le habían dado en la entrada, y lo arrojó al suelo
con rabia.
Después de llorar por un momento se acercó al
barandal que enmarcaba el contorno del edificio y contemplo la ciudad oscura o
por lo menos eso esperaba ver pero solo la encontró iluminada con las luces de
farolas y de autos que circulaban, por anuncios fosforescentes de luces de neón
y una luna que increíblemente se dejó apreciar esa noche.
**********
Después de bailar con Top y unos amigos que
este encontró allí, pareció sentirse un tanto acalorada con el tumulto y el
baile enérgico que había hecho.
Subió a las escaleras para tomar el aire fresco
de la azotea.
<<Cuando estoy en la tornamesa me ponen
aire acondicionado, ya se lo que sufren los demás>>
Se decía mientras continuaba con paso medio
lento subiendo por la escalera que parecía más larga de lo que imagino y más
empinada de lo que se veía.
Al abrir la puerta vio en el suelo un antifaz
muy parecido al que ella traía, lo levanto y busco rápidamente a su dueño, a
una orilla del barandal metálico pintado de rojo aluzado por la enorme farola
que estaba en el techo y la luz proveniente del establecimiento de al lado vio
la figura de una mujer muy cerca del barandal.
<<Se suicidara>>
Pensó alarmada mientras caminaba a paso veloz
hacia la mujer.
-No lo hagas, no es la solución, el suicidio no
es bueno.
Al escucharla la mujer giro lentamente hacia
ella, su rostro estaba oscuro por una sombra que no permitía verla.
-Sé que el mundo es una mierda, pero hasta la
mierda puede tener cosas buenas- titubeo sobre lo convincente que podría sonar
su argumente y entre su preocupación escucho la risa de la mujer- te estas
riendo, vez el mundo no es tan malo, no saltes. No me conoces ni yo a ti, pero creme
que no es buena idea saltar- se quitó el antifaz y continuo- los problemas no
son tan graves como parecen, después de meditarlos todos se vuelven diminutos,
solo necesitas pensarlo.
La risa de la mujer era más fuerte y movía la
cabeza con negación.
-No me quiero matar, pero si lo hubiera pensado
tus argumentos me convencerían de no hacerlo.
-No te mates- dijo sin escuchar lo que la mujer
decía- un momento, ¿no estabas queriendo saltar al vacío y caer de cara al
pavimento?
-No, solo miraba como las luces en conjunto con
la luna iluminan la ciudad, vez es lindo ¿no?
En ese momento se sintió como una tonta al
creer que iba a presenciar un suicidio horrible.
-Desperdicie mis dos libros de psicología con
alguien que no se iba a matar, ahora me siento tonta, debería saltar- dijo
riendo apenada por su tontería.
-No te mates, el mundo es una mierda pero
incluso la mierda tiene sus cosas buenas- dijo la mujer imitando su tono de
alarma.
-¡Dios! Tienes razón, no lo hare, eso sí anima
a la gente, perdona por pensar que querías ya sabes- levantó la mano y la
estampo contra la otra para después hacer un sonido de “paz”.
-Descuida- contesto un poco triste.
Taide se acercó más y se colocó a su lado para
ver la ciudad como la mujer había dicho, sin ver su cara.
-¿Quién lo hiso?- pregunto mientras recorría
con la mirada el panorama.
-¿A qué te refieres?- pregunto la mujer viendo
hacia la calle.
-Te lastimaron, lo sé, soy medio mensa pero
también sensitiva, detecto en tu voz algo de tristeza.
-De donde yo vengo lo llamamos ser medio bruja.
-Tal vez- contesto Taide sonriendo- pero no
negaste mi afirmación, así que estoy en lo correcto, no vale la pena, si esa
persona te lastimo no deberías de darle importancia, me han lastimado tantas
veces, pero con el paso de los años he aprendido que no necesito la aprobación
de nadie para la felicidad.
-Lo dices como si tuvieras muchos años, te vez
joven.
Taide levanto la mirada hacia el rostro de la
desconocida la cual era iluminada por las luces del letrero del restaurante de
enfrente.
-¿Tú? No me conoces- dijo Taide moviendo la
cabeza.
La chica la miro y sonrió dulcemente.
-¿Te arrepientes de no haber llamado al seguro?
Taide sonrió y se sonrojo levemente.
-¿Me recuerdas?
-Claro, no suelo chocar con todas las personas
que me encuentro, solo que contigo hice una excepción.
-Harás que me sienta especial- dijo Tai
mientras sonreía- no creí que me reconocieras.
-No lo
descubrí de inmediato, pero tu voz y tus ojos te delataron.
-Valla, que buen ojo tienes para recordar
personas, yo en ocasiones olvido hasta el nombre de mi mejor amigo… espera como
se llama- puso su dedo índice sobre su labio- ¡no lo sé! Le dicen Top, pero no
creo que sea su verdadero nombre ¿o sí?
-Ok, eres distraída.
-Lo dice la chica que me llevo de corbata.
-Lo siento, no te había visto.
-Descuida solo bromeaba. Por cierto soy Taide.
Estiro la mano y la chica de enfrente la apretó
con seguridad.
-Soy Alondra- dijo mientras la estrechaba.
-Bien Alondra, ¿me dirás que pasó?
Alondra suspiro y se apartó del barandal.
-Termine con mi novio.
-Lo siento.
<< ¡Qué bien!>>
Pensaba Taide mientras se mostraba falsamente
triste por ello.
-Sí, las cosas no andaban bien, pero que hay de
ti…
-¿Qué?
-¿Novio?
-¿Dónde?
-No, ya enserio.
-Ok, no, soltera libre y sin compromisos, no
espera con compromisos, tengo trabajo que hacer que requiere mi tiempo.
-Entiendo. Oye una pregunta, ¿Por qué vestías
así?
-La playera de Top, la tome prestada, y no suelo arreglarme mucho para revisar la
resonancia y los contratos.
-Entiendo, ¿bailas?
-No, yo nací con un problema llamado
“descoordinación de la música con los pies”.
-No es difícil, solo tienes que dejar que la
música te guie.
-Es complicado para mí, tú eres bailarina, así
que debe de resultarte fácil, naciste para ello.
-¿Entonces qué es lo que tú haces?
-Mover los cuerpos de las demás personas con
sonidos rítmicos y contagiosos que las hacen ser ellas mismas sin mascaras.
-O sea…
-DJ, hago mezclas, creo canciones.
Taide parecía relajarse un poco después de la
impresión que le causo ver a Venus, como la bautizo con Top, se había
preguntado si la volvería a ver, y allí la tenía, en la azotea de un antro a
media noche sola y recientemente soltera.
Mientras más platicaba con ella, más sentía que
la conocía de antes, era como si estuvieran conectadas o algo.
-Cambió- dijo Taide sonriendo.
-¿Qué?
-El tono de tu voz, ya no muestra tristeza ni
nada de eso, se escucha igual que antier que chocamos.
-¿Enserio?
-Sí, solo necesitabas despejarte.
**********
Alondra había encontrado a esa chica en el
lugar en donde menos lo espero, en la azotea de un antro, la tenía frente a
ella, esta vez no vestía como chico, lucía un hermoso vestido que la hacía ver
más guapa que antes, sus labios tenían brillo que los hacia verse más
apetitosos que antes, su cabello peinado y unos enormes pendientes circulares
enmarcaban su rostro de porcelana.
No sabía que decir exactamente, desde que
escucho el grito de “no te mates”, supo que se trataba de ella, la ropa la
había confundido un poco pero su voz y los ojos negros brillosos que
contrastaban con su piel eran inconfundibles.
Su voz parecía consentir a sus tímpanos con
suaves besos cada vez que hablaba, su sonrisa y la forma en que movía las manos
para hacer sus ademanes la cautivaban cada vez más.
El recuerdo de que termino con Héctor hacía
pocos minutos se había borrado de su mente, la tristeza que sintió por ello
desapareció y su atención y sus sentidos se concentraron por completo en Taide.
<< Solo necesitaba verte de nuevo>>
Pensó para sí misma mientras Taide seguía
sonriendo mientras veía los letreros a lo lejos.
-Distraerme era el secreto, gracias-dijo cuándo
pudo pensar en que contestar sin sonar rara.
-Ya sabes, si necesitas a alguien que te
distraiga, llámame, 01-800-Taide y te atenderé con gusto.
-Tu línea de la salud.
-De la felicidad diría yo.
<<Felicidad, es lo que siento ahora, una
felicidad que no había sentido nunca con Héctor, y desearía saber por qué.
>>
-¿Siempre eres así?
-¿Cómo?
-Tan divertida.
-Bueno, algunas veces, también puedo ser seria,
ruda, callada, y suelo sonrojarme con facilidad, además de que estoy un poco
loca en ocasiones, no como los ataques de neurosis de Top, pero a veces me
pongo especial.
-Así que te sentiste especial por la excepción
que hice contigo.
Alondra no podía dejar de ver como las mejillas
de Taide tomaban un color rosado mientras ella se encogía de hombros, le
parecía lindo que lo hiciera.
-Te dije que me sonrojo con facilidad, siento
que mis mejillas se calientan, debo de haberme puesto rosita ¿verdad?
-Algo- contesto Alondra mientras ella sentía
caliente otra parte del cuerpo, y podía escuchar los aleteos en el estómago.
-Me alegro de haberte vuelto a ver.
-¿Por?
-Me agradas, no eres una loca psicópata que
destaza a las personas con las que se topa.
-Solo a las que no vuelvo a ver.
-En ese caso más vale que nos veamos de nuevo,
soy demasiado joven para morir, pero si me tocara quisiera que fuera haciendo
algo divertido, saltando en paracaídas, rapeleando, escalando, conduciendo un
auto de carreras, algo emocionante para presumir en el cielo.
-Te gustan los deportes extremos.
-Algo, pero no me dejan hacerlo, Top teme que
lo deje solo.
Mientras Taide mencionaba en nombre de su amigo
Alondra parecía ponerse celosa, no le gustaba que ella sintiera tanto cariño
por ese chico que según no era su novio.
-Tengo que irme- dijo Alondra al ver su reloj.
-Claro, ten cuidado, y no dejes que nada te
lastime, y si alguien lo hace avísame y yo me encargo, no por nada he
practicado kracmaga por un año.
-Lo are, pero no tengo tu…
-Oh claro- Taide saco una tarjeta de su bolso y
se la dio a Alondra- es el teléfono de mi móvil, cuando me necesites no dudes
en llamar.
-Creí que era 01-800- Taide.
-Lo cambie por problemas de línea.
-Nos vemos.
-Nos vemos.
Alondra salió del lugar rumbo a su casa, la
tarjeta de Taide la llevaba apretada entre su pecho preocupada por no perderla
celosa de que se la arrebataran.
La sonrisa de esa chica con la que el destino
decidió juntarla de nuevo la había llenado de una luz indescriptible, se sentía
feliz de haberla vuelto a ver, esta vez mejor que antes, con más claridad, de haber podido hablar con ella, de obtener
una manera de localizarla, sentía que una especie de brillo celestial cubría
aquel pedazo de papel en el que se encontraba escrito el número de esa chica.
<<Taide que nombre tan peculiar, es más
divertida de lo que pensé, además se veía increíblemente genial, perfecta diría
yo, pero el extraño sentimiento que tengo hacia ella, las ganas de besarla no
desaparecieron como supuse, al contrario, me siento más atraída a ella,
anhelo sus labios más que antes, mucho
más, pero no es correcto, está mal lo que estoy sintiendo>>
Con todo esto en su cabeza se fue en un taxi a
casa y se fue a dormir mientras apretaba la tarjeta aun entre sus manos cerca
de su pecho.
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Podéis subi dos capitulos esta muy interesante me gusta esta historias
ResponderEliminarMe encanta, espero con ansias el siguiente.
ResponderEliminar¡Taide es muy muy divertida, quien fuera Alondra para encontrarse una de esas!
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