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El viento soplaba fuerte llevándose las hojas
sueltas de los arboles mientras arrastraba consigo la basura de la calle
descuidada y polvosa, la tierra entraba en los ojos causando la molestia
cotidiana, y los hacía ponerse de un rosa suave mientras los tallabas.
En medio de la plaza central de la ciudad se
encontraba ella, sentada en una banca oxidada mientras observaba que una señora
tapaba a su pequeño hijo en su carriola, mientras que unos turistas se tomaban
fotos y una niña hacia berrinche ante la
vergüenza que sentía su madre de que las miradas se voltearan hacia
ellas contemplando el espectáculo de su pequeña.
Un inocente suspiro salió de su pecho al darse
cuenta de que ya eran las 01:30pm y que él no llegaba y no se veía venir por
ninguna parte.
<<Se supone que debería de estar aquí,
¡tiene una hora y media de retraso! ¡No vendrá, no vendrá!>>
Al tiempo en que escucho al señor de los
helados con su característica campana decidió marcharse y hacer algo
productivo, ¿Quién se creía para hacerla esperar de esa forma?
Los niños que jugueteaban con un balón viejo
pasaran a un lado de ella y la hicieron caer al piso de un empujón.
<< ¡Mierda! >>
Pensó sin decir nada a los niños tan solo
fulminándolos con una mirada impregnada de enojo que causo que estos se fueran
corriendo huyendo de la furibunda chica que yacía en el suelo.
-¡Alondra!, espera ya llegue.
La voz del agitado chico llamo su atención
mientras se ponía en pie y sacudía sus pantalones de mezclilla deslavados por
el huso constante.
-Al fin-contesto molesta por su tardanza.
-Lo siento, no pude llegar antes, el trabajo
estaba muy pesado, lo siento, espero que no estés molesta.
El joven mozo, un chico de 25 años alto delgado y de cabello corto al rape, con
una característica perforación en la ceja en la cual llevaba una argolla
dorada, probablemente de fantasía que brillaba con los rayos de sol que le
daban en ella.
-Como sea- contesto restándole importancia a su
impuntualidad- no importa.
-¿Esperaste mucho?
-Algo.
-Lo siento flaca- decía mientras la abrazaba y le plantaba un
ruidoso beso en la mejilla.
-Descuida, no puedo pedirte que seas puntual
cuando sé que no usas reloj.
Mientras el cariñoso chico la seguía abrazando
con suma fuerza y ella trataba de verse lo más feliz que podía ocultando
diestramente su enojo y la desgana que le producían las melosas caricias del
chico.
<<Lo mismo de siempre, lo mismo de
siempre>>
Pensaba dando suspiros que su apuesto novio mal
interpreto.
-Deja de pensar en mí, ya estoy aquí mi vida.
-Te amo Héctor- contesto mintiendo al joven
sonrojado, pero aun peor mintiéndose a sí misma.
Alondra tenia años con Héctor, su novio desde
los 15 años cuando él se le declaro detrás de un enorme edificio donde ella
vivía con su padre.
<<Te amo>>
Las dos simples palabras parecían tan huecas en
su mente, ¿Cómo podría saber si eso era
amor?, no conocía a nadie más, nunca salió con más chicos para comparar
emociones, lo único que sabía con certeza era que esas eran las palabras que él
quería escuchar, y al hacerlo se sentía feliz y su felicidad la hacía sentir
bien aunque ella no compartiera el sentimiento, aunque en lugar de felicidad
ella solo sintiera paz por la monotonía de decirlo.
-Y yo a ti flaca.-Se acercó a sus labios y los
besó con pasión.
Parecía que podía escuchar el corazón de Héctor
latiendo acelerado por el roce de sus labios, pero el suyo estaba tranquilo,
sin mostrar alteración, como si estuviera muerto o por lo menos eso le parecía
a ella que trataba de emocionarse como él lo hacía pero no conseguía ni un
salto de alegría de su órgano vital encargado de bombear la sangre que corría
por sus venas.
<< ¿Por qué no siento nada?>>
Se reprochaba mientras él seguía devorando su
boca con sus labios fríos helados como el corazón de Alondra.
-Vamos por algo de beber- propuso el joven
mientras la arrastraba consigo hacia un puesto de aguas frescas.
<< Lo mismo de siempre, a mis 20 años
espero sentir más emoción, llevo con él 5 años y no logro quererle como el a
mí, por más que intento amarle no lo consigo, ¿estoy mal?, será mi culpa,
¿podre amar de verdad a alguien?, o ¿esto es el amor?, de ser amor lo que
siento no entiendo por qué le dan tanta importancia, es decepcionante>>
Este tipo de pensamientos no era algo raro en
ella, desde el principio de su relación pareció no sentirse exactamente
enamorada.
No lograba encontrar el porqué de esos
sentimientos, Héctor era guapo, simpático, trabajador además siempre la
respetaba y se desvivía en atenciones hacia ella pero todo esto parecía no ser
suficiente para lograr conquistarla.
<< ¿Se dará cuenta de que no siento lo
mismo?>>
Su cabeza seguía dando vueltas con estas ideas
mientras Héctor le contaba su día con emoción pero ella seguía ausente
interrogándose por no sentir lo que se supone. Solo asentía con la cabeza
mientras el reía con su historia y la rodeaba por la cintura con uno de sus
largos y fuertes brazos producto del trabajo duro de cargador en el mercado.
-¿Qué tal el baile?- pregunto este a Alondra
que parecía volver a su realidad al lado de Héctor.
-Bien, vamos a tener una presentación, tengo
que ir esta tarde a las 5 a un ensayo para la presentación.
-Lo aras increíble, eres la mejor bailarina del
mundo, pronto estaremos en Rusia y serás parte de su valet.
-Gracias, pero la presentación esta vez es de
música más moderna, creo que es una especie de hip hop, nos presentaremos junto
con un DJ nuevo.
-Sera genial amor, tu eres la mejor de todas.
Ella solo sonreía mientras él tomaba su mano
para continuar dando su paseo.
**********
El sol le daba directamente en los ojos, pero
el cansancio le impedía levantarse, así que soluciono el problema poniendo su
almohada sobre su cara para que la luz ya no la molestara.
La noche había sido muy larga y sus parpados
parecían sellados por un hechizo que les impedía abrirse.
-¡Levántate de una buena vez, floja holgazana!
Gritaba una voz enfurecida mientras tocaba la
puerta de su habitación, sin obtener ningún sonido de contestación.
-Levántate ¡Taide!, ¡Taide! Párate, son las 12
del día, ¡tienes que levantar tu perezoso trasero de la cama!
Una especie de chillido agudo ahogado por la
almohada que reposaba en su cara pareció escucharse.
-¡Ya voy!- grito después de un rato para
posteriormente abrir la puerta y encontrar a Top esperando en la puerta con un
vaso de jugo de naranja en la mano.
-Taide deberías de despertar más pronto, eso de
dormir tanto te hace daño cariño.
-Sí Top- contesto sin darle importancia- o
debería decir mamá Top.
Este pareció enojarse por el comentario de su
amiga que bebía del vaso de jugo mientras se dirigía al espejo más cercano en
el tocador.
-Ay aja- dijo molesto- que simpática la nena,
veo que su majestad despertó de buenas.
-Con tus hermosos gritos histéricos cualquiera
se levanta de buenas- dijo esta mientras buscaba imperfecciones frente al espejo.
-Me preocupo por ti, deberías de alegrarte.
-Me alegro Top,
eres como la hermana que nunca tuve.
-Y tú como el hermano que si tuve pero que me
detesta por ser lindo y el feo, pero te quiero más a ti Tai.
-Y yo a ti Top, eres un lindo de primera hermoso.
-Y tu una preciosa, chiquis- se acercó a su
amiga en el espejo y la abrazo con fuerza mientras esta sonreía.
-Taide, estás demasiado plana- dijo Top con la
mano en el pecho de su amiga- tengo más tetas yo que tú.
-¡Oye!-repuso esta mientras se alejaba de su
amigo con un salto- no hagas eso, cuando lo haces pienso que tal vez no eres
tan gay como pensaba.
-Tranquila, sigo amando a Tom Cruce y Brad
Pitt, solo era una observación. Creo que se debe a lo delgada que eres, tu
delgadez hace que tus curvas sean menos prominentes.
-¿Tú crees?, pero si como y mucho- decía
mientras se miraba en el espejo tocando su pecho solo para encontrar que Top
tenía razón y si estaba demasiado plana.
-Lo sé amiga, te envidio, yo para mantenerme
así tengo que matarme en el gimnasio mientras que tu llevas años sin pararte en
un sito de esos, lo peor es que comes pizza, hamburguesas, burritos y toda
clase de comida sin preocuparte.
-Hablando de eso tengo ganas de una torta de
huevo con jamón y salchicha con mucho picante, me la preparas en lo que me
visto.
-Ya que- dijo este mientras salía de la
habitación.
Taide busco algo en su armario lleno de ropa
que no alcanzaba a ponérsela toda ni aunque usara una prenda diferente durante
todo un año.
Saco unos pantalones de mezclilla negra, una
blusa de tirantes, se vio en el espejo, tomo su cepillo y lo paso sobre su
cabello corto solo para desenredar los pocos nudos que se le formaban.
Al bajar a la cocina encontró su alimento en la
mesa en donde Top la esperaba sentado mientras leía una revista.
-¿Ya?- dijo este al verla llegar- no te
peinaste ni nada.
-Lo hice, solo que no se nota.
-Deberías dejarte el cabello largo, tal vez
como el de una chica- dijo algo apenado.
-Todos deberíamos de hacer cosas, pero no las
hacemos- contesto mientras comía lo que estaba en el plato que no se parecía en
nada a lo que había pedido, en su lugar encontró una rebanada de pizza que
había sido descongelada en el microondas.
-Tienes que ver un lugar esta tarde a las
5, es donde te presentaras.
-¡Que aburrido!- contesto con enfado- es
necesario que valla.
-Sí lo es, no tienes remedio, deberías de estar
feliz de que te valla bien en esto de la música.
-Supongo- contesto mientras miraba por la
ventana del apartamento hacia la calle.
Su mirada se clavó en esa calle por la que
pasaban tantas personas apuradas por llegar a su destino, todos corriendo sin
darse el tiempo para mirar, o si tan siquiera para respirar, pero ¿Qué respiro
agradable podrían darse?, el aire era contaminado, el esmog era su principal
componente, los carros humeantes y el humo de los cigarrillos de la gente
nerviosa se mesclaban con el aroma de una alcantarilla destapada.
<< Todas las personas parecen iguales, no
encuentro diferencia entre ellas, nadie especial >>
-Taide ¿estás bien?- pregunto Top acercándose a
la ventana.
-Si solo que pensaba en que todos allá afuera
parecen tan iguales.
-¿Otra vez con eso de la persona especial?
-Sí, es solo que me niego a creer que todo el
mundo sea tan parecido, tan hueco, tan gris, tan falto de color.
-Tan falto de diversión- interrumpió Top- lo
que te hace falta es alguien que sea especial para ti.
-Tu eres especial- contesto esta sin separar
los ojos de la calle.
-Sabes que no me refiero a eso, a alguien a
quien amar, alguien que te amé y que te haga feliz.
-¿Tú crees?
Pregunto suspirando.
<< Alguien a quien amar >>
**********
-Alondra tengo que irme, te llevo a tu casa. -
Ofreció Héctor.
-Sí.
Alondra se fue a su casa en el coche viejo y
destartalado de su novio.
El reloj daba las 3 de la tarde mientras ella
descansaba en el viejo sofá de la sala de su pequeño departamento, mientras
cambiaba de un canal a otro en busca de algo bueno en la televisión, suspirar
fue lo único que le queda después de dar un vistazo breve a los 400 canales del
cable.
Sin más por hacer se dirigió a la cocina que se
encontraba al lado, y se dispuso a cocinar algo sencillo para comer, lo único que encontró en la dispensa fue una
sopa instantánea que preparo para después comerla. Los fideos flácidos e
insípidos deslizaban por sus labios hasta su boca y se destruían con el
movimiento de su quijada para después ser deslizados por su garganta, mientras
ella miraba una mancha de humedad en la pared.
<< Parece un conejo >>
Pensó mientras sonreía por haber encontrado esa
chistosa forma en su pared.
Después de su comida algo deprimente tomo sus
cosas y se dirigió hacia el metro para llegar a su trabajo, eran las 4:20pm, le
quedaba algo de tiempo, si tenía suerte podría llegar un poco pronto.
Las personas pasaban a su lado sin prestarle
atención, codazos y empujones la acosaron al entrar en la estación, y el vagón
no fue de lo mejor, un bebe no dejo de llorar en todo el camino, la cantidad
excesiva de personas que lo ocupaban hacia que ese sitio se sintiera tan
caliente como el desierto del Sahara, el aroma mezclado de todo, sudor, comida,
tabaco, alcohol y otro aroma raro que no pudo distinguir mesclado con perfumes
de diferentes marcas era adormecedor y nauseabundo, pero después de haber
pasado tantos años usando ese servicio parecía ser tan odioso como la primera
vez.
Su pecho suspiro de nuevo empañando la ventana
del vagón, mientras personas bajaban en esta estación y otras apenas subían.
Después de dos paradas más por fin llego a su
destino, bajo de prisa antes de que las puertas se cerraran, miro al reloj que
marcaba las 4:43, tenía que darse prisa, salió de la estación lo más rápido que
pudo para caminar tres calles más para llegar al salón en el que tenía ensayo,
4:55 lo había logrado.
Se dirigió veloz mente hasta el camerino donde
las chicas se cambiaban, después de su cambio de ropa salió corriendo a donde
el coreógrafo los esperaba para ensayar.
Al sonar la música su cuerpo se movía
rítmicamente a su compas, su cuerpo parecía estar manejado por un titiritero
que la movía sin que ella lo pudiera evitar, cada nota la hacía más feliz que
la anterior, y sentía que unas enormes alas salían de su espalda cerca de sus
omoplatos y le permitían volar, mientras bailaba era libre de ser ella misma,
sin tener que pedir permisos, solo era Alondra, nadie la cuestionaba y podía
volar sin miedo.
Después de danzar al ritmo de la melodía guiada
por el coreógrafo pero poniendo su toque, el ensayo termino y quedaron de verse
mañana a la misma hora para ensayar de nuevo.
El camerino estaba cerrado y sus cosas se
habían quedado adentro, se había entretenido con el coreógrafo poniéndose de
acuerdo con algunas cuestiones y cuando se hubo desocupado el camerino había
cerrado, no podía irse así vestida, así que busco la ventana más cercana para
volarse, pero no tuvo éxito con su plan al ver que todas eran demasiado altas.
<< Demonios >>
Pensaba mientras caminaba en busca del conserje
que tenía las llaves.
Vio al señor doblar en la esquina del pasillo
alejándose de ella, cuando hubo dado vuelta en busca del señor un obstáculo que
no descifro en el momento la hiso caer al suelo.
-Ouch.
Escucho un quejido que le indico que era una
persona.
-Lo siento- contesto de prisa antes de
levantarse a ver de quien se trataba.
-Descuida, venias muy rápido, ¿quieres que llamemos
al seguro?
-No será necesario, yo estoy bien ¿y tú?
Al levantar la vista encontró una mano
extendida que se ofrecía a ayudarla, levanto más la visto y distinguió a quien
la ayudaba.
Lo primero que sus ojos encontraron fue unos
ojos negros que la miraban y una sonrisa asomada discretamente en un rostro
perfectamente fino, esos ojos negros eran enmarcados por unas cejas castañas y
unos pequeños hoyuelos eran ligeramente perceptibles en sus mejillas, su piel
pálida y blanca que contrastaba con lo negro brilloso de sus ojos, un cabello
rubio corto y desalineado.
-Estoy bien, no fue una colisión muy fuerte,
¿enserio estás bien?
-Sí, lo estoy- contesto Alondra después de ver
de arriba abajo a la persona con la que choco.
Tenía corte de chico, pantalones de chico,
camisa de chico con un estampado de calavera, pero sus labios eran demasiado
rojos y carnosos además de bien cuidados como los de una chica, su voz era muy
femenina y su rostro le pareció angelical.
-Ok, ten cuidado por donde andas, no quiero que
sufras un accidente- contesto la persona que se encontraba enfrente de ella
antes de despedirse con una sonrisa y un movimiento de mano.
<< ¿Quién era?, no le había visto antes,
pero era una… o un… como sea parece ser amable, tal vez sea un chico muy mono
>>
Pensó mientras le miraba alejarse por el
pasillo.
De repente recordó su problema, corrió con el
conserje y al encontrar al amable sujeto este accedió a abrirle sin problemas.
**********
-Taide, ¿Dónde estabas?
-Dando la vuelta al lugar, Top, habrá una función
de baile moderno el día de mi presentación ¿cierto?
-Sí, ¿por?
-No nada, solo que vi una bailarina y lo
recordé.
-Ok, espera- dijo este viendo a su amiga de
arriba abajo- ¿esa es mi camisa de calavera?
-Sí, me gustó.
-Pero no la pediste.
-Tienes un año si usarla.
-Tienes razón quédatela, te sienta bien,
pareces un chico guapo.
-No te enamores- contesto esta sonriendo.
El lugar parecía bueno, tenía buena acústica y
espacio para muchas personas.
Después de charlar con el dueño durante un
momento Taide no tardo en aburrirse y salir con el pretexto del baño.
Pasó por el lugar en donde había encontrado a
la bailarina que la arroyo pero ella no estaba.
<< ¿Quién sería?, llevaba prisa >>
Después de su intento de búsqueda pareció darse
cuenta de que no tenía ningún motivo para buscar a la bailarina.
<< Era guapa, tenía lindos ojos marrones,
y su cabello negro azulado le iba bien con su tono de piel, tal vez me tiña el
cabello para dejar de ser rubia >>
Al darse cuenta de sus pensamientos una sonrisa
se mostró en su rostro para después mover la cabeza como sacudiéndose esas
ideas de la mente.
Después de su visita al salón en que se
presentaría subió al auto con Top, le pidió que condujera y ella se cambió al
asiento del copiloto.
Estaba oscureciendo, algunas estrellas se
asomaban en el cielo mientras el viento soplaba más frio que antes y las
farolas de las calles se encendían.
-¿Qué pasa menonita?
-No soy menonita.
-Lo siento Tai, ¿Qué pasa güerita de rancho?
-Nada, ¿debe de pasar algo?
-No, solo estas muy callada.
-No tengo nada- después de un suspiro al
cristal y un alto de semáforo se animó a hablar- hace rato en el salón ese me
paso un pequeño accidente.
-¿Qué te paso, estas bien?- pregunto Top
alarmado.
-Sí estoy bien, solo choque con una bailarina
que iba corriendo, no nos vimos y chocamos, me pareció que tenía algo de prisa.
-Ya veo, ¿se enfadó?
-No lo creo, cuando me pare le dije si quería
que llamara al seguro y ella sonrió de mi broma, después le pregunte si estaba
bien y me fui.
-¿Cómo era?
-Bueno, era de mi altura creo, joven, su cabello era negro azulado, tenía ojos
marrones y su risa era simpática.
Al describir a la bailarina del incidente ella
no pudo evitar sonreír al recordarla.
-¿Cuál era su nombre?
-No tengo idea.
-¡No le preguntaste!
-No, ¿tenía que hacerlo?
-Claro… que tal si le ponemos uno.
-¿Quieres rebautizarla?
-Sí, exacto, ponerle un nombre para referirnos
a ella.
-¿Qué se te ocurre?
-Choque.
-No lo creo- contesto Taide riendo de la poca
imaginación de su amigo.
-Bueno, Macaria, Teófila, Fetibundia, Casimira.
-Ninguno me parece adecuado.
-¿Qué se te ocurre a ti Taide?
-Bueno, algo como Venus.
-¿Venus?
-Sí, se dice que las mujeres somos de allí, y
ella es una chica, así que sí.
-¿Cómo sabes que es una chica?
-Si era un chico la cirugía le quedo de
maravilla.
Después de una charla bacía con Top sobre
cirugías estéticas Taide comenzó a recordar el momento del encuentro con Venus.
<< No era un chico, era una linda chica
distraída, muy distraída ¿la volveré a ver? >>
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Muy interesante la historia el misterio que se crea entre los personajes espero poder leer cada capítulo a diario y no lo dejes en espera esta increíble
ResponderEliminarSe ve interesante la historia excepto la ortografía (ojo al enviarlo revíselo antes), esperare ansiosa el re-encuentro de Taide y Alondra
ResponderEliminarMe gusta mucho esta historia, tiene protagonistas muy singulares, especiales, y creo que el choque será el comienzo que revolucionara todo, lo cual me emociona mucho.
ResponderEliminarLa ortografía deja mucho que desear, hasta ahora me di cuenta jjejeje espero que la historia les guste y sigan leyendo saludos.
ResponderEliminarM.G.M
Q bien esta historia es la de la amiga de sofia je je sólo distes un resumen en la otra historia de daniela je je
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