Capítulo 2
- Gracias – responde la
chica pelirroja con la que acabo de chocar.
- No hay de que- contesto
haciéndome a un lado y siguiendo mí camino.
Siento su mirada en mi espalda. Debe creer
que soy más idiota de lo que le habrán dicho de mí, por salir huyendo así.
Pero ver esos ojos que me produjeron una
sensación extraña, además de recordarme a mi “bonita”.
Por los pocos segundos que sostuve su mirada
con la mía, vi en ellos, dulzura, inocencia, bondad. Este no es un lugar para
una chica así, ¿Por qué la habrán mandado?
Aquí solo aprenderá del sufrimiento, por más
que este en el sector de los privilegiados aunque no es tanto como en el
segundo sector que es donde me encuentro yo.
****
Después de cinco años volví a pensar en ella.
En mi ángel.
Esa mirada azul me transporto por unos
segundos al lago de la casa de Agos, donde solía perderme en su mirada, que era
como perderme en un profundo mar.
Mis padres han viajado por muchos lugares. Sé
que al irme ese día de su cumpleaños me habrá odiado, pero no pude despedirme
de ella.
Me obligaron a no nombrarla, querer llamarla,
e incluso si pudieran haber entrado en mi mente a no pensarla. Hice amigas a
donde iba pero nadie como ella.
Con el paso de los años su recuerdo se fue
borrando de mi mente, aunque siempre a mi mente venían dos ojos azules.
Hoy al verlo sentado en la mesa frente a
nosotros pude percibir a apenas sus ojos, ya que no levanto la mirada de su
taza.
Pude notar como estaba inquieto y le costaba
trabajo mantener la vista allí.
Tengo que admitir que es muy guapo con ese
cabello rubio revuelto y esos ojos, además por su ropa que le queda muy bien a
su cuerpo.
Me dijeron que es un chico muy deportista
entre otras cosas, como lo arrogante que es, que siempre lo expulsan de clase
porque no respeta a los profesores y las peleas con los demás alumnos y que
ninguna chica ha podido conquistarlo, creen que es gay.
Pego mis cuadernos a mí y siento el suave
olor de su perfume. Por lo visto no es como los demás chicos que usan el
perfume fuerte y que se huele a kilómetros.
Lo observo mientras se aleja de mí y al
parecer los demás tienen razón, ya que salió huyendo después de darme los
cuadernos pero no creo que sea gay o si lo es lo oculta muy bien.
Lo miro por última vez, viendo cómo se sienta
en una de las escaleras que suben a los pisos superiores y saca un móvil.
Al parecer tienen razón al decir que no sigue
las reglas del lugar, porque no permiten tener celulares aquí, al entrar a este
internado, me sacaron mi móvil.
No entiendo porque mis padres me mandan a
lugares así, es como si quisieran deshacerse de mí.
Ahora que lo recuerdo todo empezó cuando
tenía diez años, aquel día que volví del lago con Agostina, encontré a mi madre
llorando y mi padre muy nervioso.
No supe que paso o porque se pusieron así,
nunca los había visto así. Me mandaron a mi cuarto a hacer las maletas porque
nos íbamos de allí.
Observe por la ventana de mi habitación como
la señora Gabriela andaba en el patio fumando, me escape por la ventana y salí
corriendo en dirección a ella, con el regalo de Agos.
- ¿Qué haces aquí a esta
hora?-pregunto ella amablemente al verme allí.
- Mi familia se
va-respondí rápidamente- y quiero que le entregue esto a Agus- dije estirando
mis manos con la cajita.
- Ella ya debe estar
durmiendo está muy emocionada con mañana-contesto tomando el regalo- le dolerá
tu partida, pero le daré tu regalo.
- Me gustaría despedirme
de ella o dejarle escrito algo pero no tengo tiempo- dije con una lagrima en
mis ojos- tengo que volver antes que vayan por mí.
- Lo sé- dijo amablemente-
Ariana cuídate si, sé una buena chica, estoy segura que algún día volverán a
encontrarse.
Me acerque rápido a darle un beso en su
mejilla y corrí a casa.
Ni bien entre por la ventana solté las
lágrimas que contuve con la señora Gabriela.
Estaba armando mi bolso cuando entro mi madre
ayudarme. No hubo necesidad de decir nada, se acercó y me abrazo. No quería
irme de esa casa, no quería dejar a Agostina, ella tampoco quería dejar la casa
pero mi padre había decidido que debíamos irnos.
En muchos meses no le dirigí palabra al menos
solo para lo básico. Creo que se resintió con mi actitud ya que antes éramos
muy unidos, pero aquel día lo cambio todo.
No solo por el hecho de haber perdido a mi amiga de toda la infancia,
sino que me aleje de ellos.
No confiaba ni hablaba con ellos como antes,
además de que empezaron a mandarme a internados y cuando los veía, mis palabras
eran básicas, si, no, está bien, ok, etc. ¿Cómo podía hablar con ellos después
de abandonarme en lugares así?
Estaban muy equivocados si pensaban que las
cosa serian como antes. Aunque no lo niego, muchas veces quise que todo fuera
como antes.
Llego a mi curso y mis compañeros están
afuera, por lo visto el profesor todavía no llega.
- ¿Dónde estabas?-pregunto
Lukas, uno de los chicos que me coquetea desde que llegue ayer.
- En la dirección-
respondí secamente, ni a mis padres les
digo lo que hago cuando estoy en casa, no voy a decirle a él.
- Ese es el perfume de
Luzbel ¿estuviste con él?- volvió a preguntar.
- Si estuve con él ¿Qué?-
respondí mirándolo seriamente, es que no capto la idea de que no quiero que me
cuestionen.
- No nada- contesto y pude
ver como aprieta los puños y se le tensa la mandíbula.
Si pensó que estaría con él, está muy mal. No
es mi tipo y menos con esos cuestionamientos, apenas nos conocemos para que lo
hagamos y por supuesto que preferiría a Luzbel antes que él.
Entro al curso y elijo un lugar cerca de la
ventana. Observo hacia el patio, vista da en la cancha de futbol donde están
los chicos de primaria jugando un partido.
- Arikel- la llamo Lukas.
No tenía ganas de hablar con ese chico.
Y trato de hacerse que no lo he escuchado. La
directora me ha dicho que aquí nadie
dice su verdadero nombre ni apellido. Se dejan llamar por los apodos que han
adoptados desde pequeños. Yo decidí llamarme Arikel.
- ¿te gusta?- fue la otra
pregunta del chico.
Abrí los ojos en grandes al ver que estoy
observando por la ventana a Luzbel. En eso este se dio vuelta mirando hacia
donde estoy y fue como si a pesar de la distancia en la que se encuentra, los
ojos azules de esta y los grises míos se encontraran.
------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Ve. C - Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Subí mas capítulos de esta historias porfa y no la dejer si termina como siempre
ResponderEliminarMe encanta la forma en que escribes, pero me gusta mas tu historia Jaja no seas mala y escribe más :( es demasiado cortijo el cap.
ResponderEliminarSalu2 :)
Tan cerca y tan lejos :s Ojala puedan acercarme más muy pronto. Por cierto, le ha quedado muy bien el apodo a Agos :s y que intriga da el por qué quiso huir el padre de Ariana. ¡Realmente es una historia muy original!
ResponderEliminarCada capítulo es mas intrigante esta genial la historia no dejes de escribir esperamos el próximo capítulo...
ResponderEliminarPodría subir dos capitulos seguido je je esta muy interesante esta historia
ResponderEliminar