Capítulo 1
Accidente
De nuevo me levanté con algo de sueño aun, lo único que
deseaba era volver a las sabanas y no marchar a la preparatoria, pero con los
constantes llamados del ama de llaves argumentando que llegaré tarde, tal
pretensión estaba fuera de mi alcance. Hay de mí si no obedezco, como mi padre
llegase a enterarse de esto, mi mesada se vería seriamente afectada.
Hice acopio de toda mi voluntad, entre a la ducha y en
cuestión de minutos vestida con el uniforme apropiado: camisa negra con el
escudo de la academia Nadeshiko, falda tableada a juego; corbata y boina de
color vino tinto chaqueta vino tinto. Bajé al comedor con la clase que debe
distinguir a mi familia y que por cierto detesto bastante, esto de la
presunción no va conmigo y aun así debo actuar de este modo.
Allí como era de esperarse se encontraba mi padre sorbiendo
su jugo de naranja con parsimonia casi cínica. Aseguro que esta es de las pocas
horas que nos vemos al día y lógicamente la más detestada por mí, pero claro,
esta tortura se ve solo cuando Zeth no está en algún viaje de negocios y yo me
pregunto ¿A qué se debe su visita?
-Aleth… debes cuidar mejor tus horarios. No quiero que
llegues tarde a la cena de esta tarde, la puntualidad es algo apreciable… y por
favor trata de llevar el uniforme de manera presentable- Me miro con escrutiño,
digamos que la camisa desfajada no ayuda en mi defensa.
-Lo sé, padre…- Mencioné ubicando las prendas
apropiadamente, para luego centrar mi atención en el desayuno, creo que a él no
le importa mucho mi puntualidad y eso lo puedo asegurar, le importa más como me
veo, no soy más que un adorno para él.
-Y en cuanto a otras cosas… ¿Cómo va tu amistad con Yuki?-
¿De cuándo acá le importa si yo tengo amigas? Es más, se me hace raro que sepa
el nombre de una de mis amigas…
-Bien…- Murmuré escuetamente fingiendo no prestar mucha
atención al respecto.
-Es necesario que estés más que bien con ella… estoy
tratando un negocio de suma importancia con su padre y me gustaría que me
ayudaras un poco…- Expresó casualmente, pero yo no lo dejaría seguir así.
-Habla de una vez padre… no quiero llegar tarde- Dulce
ironía usar su propio argumento. Lo miré directamente en sus ojos turquesa, o
lo que esos mechones negros me permitían ver. Pero lo más molesto de todo es
que él y yo somos como gotas de agua, eso si no contamos que soy chica y tengo
el cabello largo, además de ser más joven.
-No creo que esa rata de biblioteca sea un problema para
ti… ya sabes de que hablo- Me molestó que llamara a mi amiga de esa forma, pero
me indignó aun más lo que me estaba insinuando.
-Es mi amiga, con eso basta… y te diré que poco me gusta la
forma de negociar en nuestra familia, la cama no me parece el lugar más
apropiado- Directa, fui más que directa, pero ¿Qué más podía decir? Era
necesario dejar los tapujos de lado, que no soy una mercancía que se venda y
menos aún si es con mis amigas... lo demás no me importa.
-No me importa como lo hagas, sabes que ella tiene gran
influencia sobre su padre… Taro esta algo reacio con el contrato- Frunció el
ceño, o cielos... no de nuevo. -Pero como él asegura que su hija es una chica
genio, es a ella a quien le consulta todas las decisiones que toma… he pensado
que quizás tú puedas favorecer los negocios de la familia con tus
"influencias"- Sonrió con suficiencia y yo ya sabía lo que venía, él
conoce perfectamente mi punto débil, pronto trataríamos el tema tabú, el de Mi
madre.
-Tu madre estaría orgullosa si ve que gracias a ti se ha
gestado este importante negocio… no querrás que este triste, ¿no es cierto?- Y
su expresión seria, aunque llena de una convicción casi molesta, me dejó en
claro que una verdadera amenaza esta por ceñirse sobre mí. -No creo que
necesites llevártela a la cama para asegurar el contrato, eso lo dejo a tu
elección… pero si fuera necesario, por el bien de Esmeralda… lo harás-
-0-0-0-
Iba a toda velocidad en mi moto por las calles de Tokio
tratando de llegar a tiempo, el enojo aun no abandonaba mi cuerpo, y ya el
acelerador estaba pagando las consecuencias de mi sentir. Es que Zeth es un…
mejor me abstengo de algún improperio ¿Cómo se atrevió a pedirme que seduzca a
mi mejor amiga? ¡Qué parte de ES mi mejor AMIGA no le quedó clara! Pero si cree
que voy a hacerlo está mal de la cabeza, se que madre entenderá. Si a eso le
añadimos voy tarde por la dichosa charla y que cuanto maldito semáforo se cruza
en mi camino está en rojo, mi enojo no va en disminución y no lo hará en un
buen rato. Es una molestia que la academia quede algo lejos.
Ingresé en el gran portón de la academia, es necesario
acelerar un poco más si quiero cruzar el jardín de entrada en al menos dos
minutos. A lo lejos puedo divisar el enorme edificio de la torre principal,
donde reside la directiva de este instituto, de modo que no estoy lejos. Falta
poco para acceder a los estacionamientos al lado del enorme jardín, que es tan
solo el inicio del pequeño bosquecillo de cerezos; en medio del jardín hay una
fuente larguísima, aunque no muy honda, está llena de flores marinas y hasta
peces deben haber, a ciencia cierta no lo sé. Al lado está el estacionamiento,
no me lo pregunten a mí pero sí que es un lugar extraño para poner un
estacionamiento. De hecho si pienso que yo soy de las pocas, por no decir la
única persona que no vive aquí (en las habitaciones para señoritas) y que usa
este medio para llegar, pudiendo emplear una limusina, entonces diré que ese
lugar existe por mero formalismo.
Me giré en la última curva para entrar al estacionamiento
al finalizar bosque verde opuesto al de cerezos y si, tenía que pasar. Vi una
extraña silueta justo al frente, frene hasta el fondo, incluso me dolió la
mano; no le atropellé pero sí que derrapé. Estoy segura que mi pierna no es un
buen amortiguador, ni tampoco sirve de freno, pero el pavimento no opinó igual
cuando mi bella piel quedo adornándole cual florero. El derrape no se detuvo
hasta que fui a dar contra el minúsculo murito de la fuente y si el infortunio
me perseguía, que así fue, caí dentro de las nada gratas aguas de la fuente.
Sentí la heridas arderme peor que quemadura de tercer grado, es que de solo
pensarlo ya debo tener urticaria y quien sabe que otras mil enfermedades, esta
agua es un asco.
Quizás se trataba del destino aun no lo sé, pero
casualmente y para mi mala suerte no solo yo caí en el agua, ¡mi MOTO también!
Ahora si mátenme, el amor de mi vida (mi moto) ha muerto en las funestas aguas
de este charco sucio. ¿Dios porque sigo con vida? Me has arrebatado mi más
grande dicha, además de medio de transporte, esto es el acabose. Lo sé, lo sé,
mi familia me la puede reponer, pero no es lo mismo.
Salí del agua maldiciendo por lo bajo y haciendo uso de
todo mi autocontrol. Camine hasta el jardín como me fue posible dado que la
sangre bajaba por el corte en mi pierna izquierda, pero no solo mi pierna
sufrió daños, el antebrazo derecho también estaba lastimado y ya con el
ardorcito tan jodido no tenía consciencia de mí. Miré sobre mi hombro,
observando la más dolorosa escena, mi moto del alma, Yuna-chan (Si hasta le
puse nombre), estaba vuelta un asco, una basura por lo destrozada que quedó y
aparte inundada de agua en medio de flores y Dios sabe si con peces dentro.
-Oye… ¿estás bien?- Murmuró una voz preocupada a mi
espalda.
-¿Que si estoy bien preguntas? ¡No lo creo!- Repetí su
pregunta con fuego cruzando por mis venas, estaba hecha una furia, y es que de
quitarme el casco que ya parecía una pecera por el agua, me moje más de lo que
ya estaba. Me giré y ya estaba ideando el discurso de insultos que le
sobrevendrían a la pobre chica que se atravesó. -¡Qué clase de tonta! estúpida
se atra...vie...sa en el camin…o- Sentí que el habla se me iba en cuanto me
fije en la persona a la que le hablaba, y si solo hubiera sido el habla, hasta
el aire me escaseo en ese momento.
Si alguien mira en la enciclopedia y busca la palabra
ÁNGEL, encontrara la definición de espíritu celestial más allá del alcance de
un ser mortal, y anexa una foto de la diosa que hay frente a mí. Yo no es que
me considere fea, modestia aparte de que soy de las más populares entre los
chicos (y algunas chicas) por mi atractivo, además de la elegancia que en este
momento parece haberse ido de mi, pero es que esta mujer es... un ángel.
Esos ojos carmesí como la más vivida sangre que ahora se
agolpa en mi cara por el acelerado latir de mi corazón; ese cabello rubio casi
tan brillante como el sol… miento, ese cabello es más brillante que el
mismísimo sol, son largas hebras de oro puro; facciones delicadas como la más
fina porcelana y esa piel, tan clara como la nieve, y suave aunque no pueda
tocarla; Sus labios perfectos, de un rosado realmente tentador. Y si su cara no
le basta al mismo Kami-sama que ahora lee mis pensamientos, el cuerpo de diosa
olímpica le hará concordar conmigo al decir que no he visto nada más bien
“proporcionado” en mi vida, un cuerpo escultural es lo que mejor encaja en la
descripción, ya voy creyendo yo que hasta Venus siente envidia de ella.
Afortunado el mortal que haya encontrado semejante tesoro y lo haya hecho suyo,
porque ya le envidio en más de un aspecto.
-¿Estás segura que estas bien? Te veo pálida- ¿Pálida?
¡Momento! Por estarla mirando he dejado de respirar casi un minuto, recupero el
aire ruidosamente y para mi vergüenza, ella sonríe.
-Si… estoy bien- Murmuré desviando la mirada. -Pero eso no
te importa- Vuelve aquí mi yo borde con ese tonito arrogante, ¿que no puedes
disimular de otro modo cerebro tonto?
-No me lo parece… nada más mírate, estas lastimada- Dijo
con voz calmada y hasta maternal. ¿Por qué tiene que ser tan tierna a pesar de
que yo acabo de tratarla mal?
Es cierto, no puedo olvidar quien soy y lo que significa,
siempre estoy tratando de alejar a la gente. Estar cerca de mí es perjudicial
para las personas, ya que mi padre encontrara la forma de usarlos a su
conveniencia, creí que Yuki seria la excepción, pero ya veo que no es así, de
modo que quiero alejarla, por su bienestar.
-No es nada… tan solo rasguños- Mentí, porque si me
comenzaba a afectar la segura urticaria que pesque en la fuente y me dolía un
tanto la cabeza. Quizás mi expresión dolida arruinó lo convincente de mi
discurso. Entonces ella se acercó con mayor preocupación, yo trate de huir
algunos pasos, pero el cuerpo no me respondía.
¡No! ¡Por favor no tomes mi mano! No me mires a los ojos de
esa manera preocupada, no retires de mi cara los mechones de cabello que se nos
interponen, no te fijes en el sonrojo que cubre mis mejillas, o en esta
debilidad que se apodera de mí. No me atrapes en tus brazos cuando caigo y la
sangre baja por mis dedos, no acaricies mi cara cuando creo que estoy perdiendo
la conciencia, no me ayudes, porque no quiero empezar a sentir por ti.
-0-0-0-
Es todo tan oscuro y mi cuerpo se siente tan pesado, no
tengo fuerzas para moverlo y entonces siento el roce de unos dedos sobre mi
cara, me recorren con suma delicadeza, casi como si yo fuera algún objeto
precioso para esas manos. Me esfuerzo por saber quién es dueña de tacto tan
delicado, pero abrir los ojos ahora me parece tan complicado, tengo la certeza
de que me han drogado con algún sedante, es de hecho ahora que no siento dolor,
apenas siento algo.
Cuando finalmente pude percibir los colores me encontré de
lleno con unos ojos grises que me miraban angustiados, preocupados a pesar de
los lentes que no me permiten verlos directamente, su mano sobre la mía me
retiene firmemente, aunque con cuidado. Unos cabellos castaños se pierden en el
marco de sus lentes y para mi es tan fácil reconocer a la persona que me
protege, mi fiel amiga.
-¿Yu...ki…?- Musité suavemente llamando su atención.
-¡Aleth! ¡Al fin despiertas!- Murmuró con una sonrisa
triste. -Me has dado el susto de mi vida… vi el accidente desde la ventana del
salón- No dudó en abrazarme y retener mi cabeza en su pecho, donde pude
escuchar que sus latidos estaban muy acelerados.
-¿Que paso?- Pregunté algo desubicada, aunque sin apartarla
de mi, acunándome en sus brazos.
-¿No lo recuerdas? Caíste con moto y todo en la fuente- O
si como pude olvidarlo, si es que mi moto murió en el accidente.
-No te preocupes lo recuerdo- Ensombrecí mi expresión, ahora
recordaba lo que me había propuesto este día después de la discusión con padre,
terminar toda relación con Yuki, sin que me importaran las consecuencias.
Distancié el abrazo y con expresión seria me senté en la
cama, desvié la mirada por el lugar tratando de no mirarla a los ojos, pero
pase por alto algo, hasta que una ligera corriente de aire me advirtió que yo
estaba sin camisa y tenía vendajes por todos lados. ¡Rayos! Me lastime más de
lo pensado, las zonas más afectadas eran el brazo y la pierna, pero el hombro
que quien sabe a qué hora me lo lastime, también estaba vendado. Si yo podía
observarme tan libremente, eso significaba que yo yacía allí frente a mi mejor
amiga semidesnuda, apenas cubierta por vendas en el pecho, la ropa interior y
más vendas.
Algo que me pareció relativamente cómico es que Yuki, cuyo
sonrojo no podía disimular, estaba tapándose la cara con las manos, aunque sus
ojos bien que podían verme por las hendiduras, para que fuera más obvia solo le
faltó la baba escurriendo por la barbilla y ahí hubiera dado por sentado que me
ve como a algo más que una amiga, además de que Yuki también comparte mis gusto
por las chicas de modo que sobra decir más.
-Yuki… ¿Podrías decirme donde esta mi ropa? Es que…- No
necesite decir más, en cuestión de segundos estaba mi castaña amiga
ofreciéndome un uniforme de repuesto, el otro seguramente estaría en muy malas
condiciones debido a las circunstancias.
Quise levantarme para poder hacer uso de mi ropa, pero la
debilidad aun latente, me hizo perder el equilibrio, me sentí atrapada por unos
brazos que me tomaron por la cintura y mi cabeza nuevamente reposo en su pecho.
-Perdona Yuki… es solo que aun me siento mal- Murmuré con
voz agotada, juraba que le hablaba a Yuki de no ser porque...
-Entonces deberías volver a la cama…- Un tremendo frío
recorrió mi espalda cuando reconocí esa voz, ¿que no podía pasarme nada peor?
¿Esta mujer no tiene nada más que hacer que hacerme pasar las peores vergüenzas
de mi vida?
-Es...estoy bien, no se preocupe- Me aleje como si la piel
me quemara y caí de nueva cuenta en la cama, aunque dejándole ver gran parte de
mi cuerpo, pues ya la sabana había caído al suelo. Le arrebate mi ropa a Yuki
que obviamente me miraba perpleja y corrí al vestidor disponible en aquella enfermería.
Ya resguardada por las cortinas, comencé a vestirme
torpemente y con dificultades ya que a raíz de la adrenalina corriendo por mis
venas, el sedante estaba perdiendo su efecto y el cuerpo ya comenzaba a dolerme
otra vez. Sin embargo las voces en el exterior llamaron mi atención.
-Tsukawa, ¿está segura que ella puede vestirse sola? No
vaya a ser que se desmaye ahí dentro- Escuche la melodiosa voz de semejante
ángel hablándole a la doctora Freiya. Pero no entendía el porqué de su
preocupación, porque le importa lo que me pase si ni me conoce, eso obviando el
hecho de que casi la atropellé.
-No se preocupe superior Tredyan, ella estará perfecta…
afortunadamente las heridas no son profundas, quizás los golpes necesiten
revisión, pero ya que traía el casco puesto, no creo que sea de temer… tiene
una forma de vida muy saludable y su atlética figura me respaldan para decir
que sanara en poco tiempo- Respondió la doctora privada de este instituto.
-Además ella es un poco terca y no aceptaría ayuda de ningún
modo- Genial amiga, hazme quedar más mal de lo que ya estoy. -Creo que le
disgusto el que la viéramos casi desnuda, es muy penosa en ese aspecto- ¿Vale
Yuki podrías callarte y no dejarme por los suelos?
-Entonces es una buena chica…- Dios como sonríe esa mujer.
Pero ese comentario le cae mejor a un perro.
Interrumpí la charla, mientras organizaba apropiadamente la
corbata de rojo oscuro. -Sensei, ¿puedo irme? ¿O es necesario que permanezca
aquí?- Trate de evitar el contacto visual con ese portento de mujer.
-Te recomendaría quedarte a descansar, pero ya que eso
puedes hacerlo en casa, creo que lo más recomendable es que llame a tu padre
para que venga por ti- Freiya comenzó a llenar las formas rápidamente.
-No es necesario… llamare al chofer… mi padre es una
persona muy ocupada como para molestarlo por un incidente menor como este- Dije
con tono firme, que hasta a Yuki sorprendió.
-Pero eso no evitara que él se entere y créeme que no ha
sido tan menor como afirmas… tuviste mucha suerte de no herirte gravemente-
Intervino esa mujer, Tredyan, un apellido único.
-Pero era preferible lastimarme, a que por mis insensateces
pagara alguien en el estacionamiento… le pido me disculpe- Me incliné delante
de ella, tratando de no caer ante el mareo que se apodero de mí.
-Lamentablemente con una disculpa no solucionaras tu
proceder… ha sido una completa inconsciencia de tu parte. Yo pude reaccionar a
tiempo, pero de haber sido una estudiante no creo que contaras con la misma
suerte y aun de ser así, te has puesto en un peligro innecesario-
-Concuerdo con usted en cuanto a que por mi causa estuvo en
riesgo… pero aun y si suena ofensivo, a usted no tiene porque importarle lo que
pase o deje de pasarme a mí… eso no es de su incumbencia- Pude notar que Yuki
contuvo la respiración y aquí como que ocurre algo que yo ignoro.
Un silencio tremendo lleno el lugar, pero yo no demostré
emoción alguna, aunque en ese momento me estuviera carcomiendo la duda. -Aleth
esa no es forma de tratar a la directora- Dijo con voz calmada Freiya Sensei.
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Cristalsif - Derechos Reservados
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autor.
Con todo el respeto... que se merece la autora...y esperando mis palabras no sean tomadas de mala manera, me gusta mucho la forma como escribes y pienso que en vez de tener varias historias iniciadas porque no dedicarse a terminar las que ya tienen varios capítulos; llevo semanas esperando capítulos de una de las historias, diariamente miro la pagina con la esperanza de encontrar algo nuevo de cristalsif, y con mucha desilusión veo que la espera debe continuar. Disculpándome de antemano Natalia
ResponderEliminarEsta historia esta completa. Natalia.
Eliminaresta terminada?, ami parecer no.... y bueno esta teniendo un buen comienzo :D , pero igual estoy deacuerdo con Natalia y de ante mano pido disculpas si sueno indecente o critica,pero la autora creo que deberia de terminar las historias iniciadas que dejarnos picando.
EliminarSaludos.
C.
Muy de acuerdo contigo natalia
EliminarTambién con todo el respeto, sin ánimo de ofender, Cristalsif, escribes de una manera maravillosa y por ello, al igual que muchas otras personas, entro en la página todos los días esperando la continuación de los proyectos ya iniciados como lo es Danza entre lobos y Nunca digas adiós.
EliminarUno se va desligando de esas historias y se cansa de ellas por el "abandono" de no mandar los capítulos para publicarlos, esto lo digo reiterando que Jjaxxel actualiza la página si le envían los relatos.
Estoy de acuerdo con el anterior comentario. Yo también miro a diario a ver hay algún capitulo nuevo de tus historias por que me encanta tu forma de escribir. Espero que esto no te moleste todo lo contrario que te anime a continuar las historias que tienes empezadas.
ResponderEliminarBuena historia, ojala suban capítulos a diario, hace muchos días que la página se ve sin actualizaciones diarias como antes.
ResponderEliminarCreo q a lo que Jjaxxel se refiere es q esta historia en capitulos la tienen completa... que la mandaron completa a la pagina. Esperemos q sea así. Y bueno mi querida Cristalsif cuando la inspiración te llegue para terminar las demás historias quiero decirte q te esperamos ansiosa. Saludos desde Paraguay. Didi.
ResponderEliminarMe pone feliz saber que esta completa y me sumo a la suplica de todas yo espero diariamente la publicacion de danza entre lobos, tiene una forma de relatar que mecautiva y mi admiracion es grande hacia ti cristalsif. Saludos fuertes hasta donde estas Maria
ResponderEliminarMe encanta como escribes en serio. Tus historias son de las mejores que leído nunca. Tienes un gran talento. Y lo dicho esta historia ya me atrapó igual que las otras dos que tienes. Una de tus fieles admiradoras aunque no comenté mucho.
ResponderEliminarYo ya había leído esta historia en otro foro me gusto mucho y me alegría que la publiquen ahora aquí.
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