Es complicado - Silvia - 15

La respiración de Nina era a cada instante más entrecortada, temió a que algo le sucediera debido a su incesante nerviosismo incalculable ¿Que le pasaba? ¿Qué ocurría con ella? ... Después de lo que había hecho unos momentos atrás, Nina salió corriendo del alcance de Katherine hacia el baño superior, pasó casi desapercibida a los ojos de todos en el comedor, excepto por Jennie, que al parecer le había seguido por detrás. Nina estuvo a un punto de azotar la puerta sin premeditación, pero sintió como del lado contrario de la puerta alguien se interponía.

-¿Podrías explicarme que te sucede?-Nina aterrizó en su espaciosa cama y con una almohada se tapó la cabeza, las luces estaban apagadas y gracias la oscura noche plateada, nada se podía observar. Las manos de Nina temblaban, al igual que su voz. Jennie se sentó a un lado suyo.

-No.-contestó después de largos segundos en silencio.

-¡Bien! No te presionare, pero comienzo a desesperarme de que no me tengas confianza en absolutamente nada -Jennie se levantó un poco más violento de lo esperado y por un poco de espacio casi se marcha.

-Espera.-Nina habló casi en susurro -Jennie la examinó y suspiró mientras se sentaba de nuevo. La chica vulnerable seguía con la almohada en la cabeza, como niña pequeña.

-Dime que ocurre por favor, nuestra amistad ya no es como la de antes, ahora algo te pasa y no me dices nada, se que algo te pasa desde hace mucho pero no sé que es, en verdad quiero saber, quiero ayudarte.-

-Creo que... que... estoy enamorada.-Dijo Nina después de un rato incómodo.

-Oh bueno, eso ya lo sab...

-¡No! ¡No de quien tú piensas!-Su voz quebrantada logró dar más dramatismo al ya problemático asunto, Jennie la miró sorprendida.

-¿A qué te refieres?

-Ya te lo he dicho.-Nina se quitó la almohada de encima y se acomodó de manera que mirara de frente a su amiga. Jennie la Vio seriamente a los ojos.

-Creo que no me has dicho mucho en un rato Nina.-Media sonrisa intercambiaron.

-Eso creo.

-Sí, ahora explícamelo todo -Jennie le miró confortablemente, Nina extrañaba aquel aire de complicidad que durante algún tiempo no se había dado entre ellas, ahora era el momento de traerlo de vuelta. Nina suspiró desesperadamente y prosiguió.

-No hay mucho que decir realmente.

-Uhm no. Inténtalo mejor.

-¡Bien! Me enamore de una chica, de una chica que no puedo tener, me enamore a pesar de que ahora quizás, solo quizás, pueda tener un mejor futuro o algún tipo de felicidad insaciable con alguien más. Me enamore.-De nuevo la sensación desastrosa de llorar se acercaba, Nina odiaba eso... sentir en el estómago un dolor inexplicable pero no del todo físico, sentía como sus sentimientos se desbordaban, sentía nervios irreparables, sentía sus ojos ardiendo, sentía ansiedad... Se sentía perdida.

-Hey, tranquila -Jennie la abrazó y Nina no se desistió... había pasado muchas veces por esto anteriormente...  por aquella hermandad que desde pequeñas las unía. Llegaban corriendo a sus brazos deshagodores y sollozaban durante largos momentos mientras descansan su cabeza en el hombro de cada una. Existía un increíble placer sentimental en cuanto a ello. Nina se apartó del abrazo y se secó las incesables lágrimas del rostro.

-Pero estoy tratando de que eso desaparezca y lo hará por que hace un momento cometí uno de los mayores errores de mi vida -Jennie la observó con preocupación.

-¿Qué ha pasado Nina?

-La he besado.-Contestó Nina secamente.

-¿A quién besaste exactamente?

-A Katherine.-Después de lo dicho, Jennie adquirió un tono más severo en la cara, no del tipo enfadado, si no del comprendedor y preocupante. Pasaron los segundos, tal vez un minuto, Nina no lo contó pero una eternidad se había formado desde su punto de perspectiva. Finalmente Jennie habló.

-No te juzgare, no lo haré pero te aconsejare y realmente te digo que lo que sientas y tengas deseo de hacer, lo deseches de tu vida. Ella ahora se ha convertido en parte de tu familia, es tu hermana y créeme, no hay nada malo en lo que sientes, claro no lo puedes ahogar en el vacío porque es inevitable, eres solo un humano mas con sentimientos y desilusiones...-Jennie paró por un instante.- Lo que quiero decir es que te ahorres de heridas, más de las que ya tienes, que te ahorres de lo que estoy segura te lastimara. Tengo la necesidad de decirte que no te espantes o tengas temor a lo que sientes, debido a que es completamente normal pero nada bueno saldrá de ello... Abstente de un horrible futuro Nina, por favor hazlo -Jennie finalizó y la miró con compasión. Nina había escuchado todo eso atentamente, cada palabra, cada reherimiento, cada cautelosa premeditación del consejo de su amiga, tenía razón... Tendría que evitarse todo eso, no solamente por ella... No era egoísta, también lo hacía por la relación de su madre y George, su relación era reciente y no la arruinaría por alguna alteración de ella. No lo haría.

-Estoy segura de que estas en lo correcto Jennie... Haré exactamente lo que has dicho.-Nina la miró a los ojos.

-Eso espero... Oh y por lo que has visto hace un rato, uhm no volverá a ocurrir, sólo estoy experimentando pero por ti no volverá a suceder, fue una idea estúpida... y tengo que declararte algo... okay lo diré... tuve algún tipo de flechazo por Katherine pero ha desaparecido totalmente, lo prometo.

-¡¿Qué!?- Nina se pudo jurar que su voz salió más como gutural que como normal.

-Tenía que decírtelo, pero eso ha pasado créeme, ya no existe nada.

-Wow.-Nina se levantó y comenzó a dar vueltas por la habitación, no sabía cómo sentirse exactamente, ¿Triste? ¿Confundida? ¿Enojada?.

-Por favor tienes que creerme, lo digo enserio, sólo ha sido un extraño juego para mi, sabes que no haría nada para dañarte después de todo lo que me has dicho.-Jennie ahora seguía los pasos de su amiga, ambas daban vueltas ridículamente. Nina sé detuvo y pensó... Jennie estaba detrás suyo. Por alguna razón le creyó, su confianza era realmente grande, casi por inercia.

-Supongo que te creo.-Dijo Nina finalmente.

-¡Grandioso! Por qué necesito que lo hagas, detestaría que algo pasara entre nosotras, mi relación contigo es tan enorme que eres la única persona a la que digo la verdad absoluta.

-Lo sé, pero tú sabes, esto es realmente raro.-Nina confesó

-Ya no lo es, me refiero a que no tiene por qué serlo, te he dicho que nada pasa o pasara.

-¡Oh dios Jennie! Te tengo tanta confianza y cariño que te creo pero te lo suplico, para, solo quiero que este tema se quede a un lado.

-Así será, lo prometo.

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Después de la cena y  el dramático anexo que sucedió, Jennie se había ido y Nina se despidió de Jacquie, Katherine se había marchado también, Nina se preocupó rogando que no haya ido a hacer algo estúpido.

-Hablaremos luego Nina.-Jacquie se giró para asegurarse de que nadie las veía y después quedó enfrente de Nina, primero acarició su mejilla y habló.- Algo ocurrió hace unos momentos y no te ves del nada bien pero no quiero apresurarte así que hablaremos con más tiempo... te parece Uhm ¿mañana?

-Claro.-Nina le sonrió sinceramente sin mostrar los dientes.-Contigo no puedo aparentar nada.

-Exacto, me tengo que ir,  nos vemos mañana cariño.-Y rápidamente acercó sus labios a los de Nina, el beso no duró demasiado pero lo suficiente para sentirlo, Nina quiso inmediatamente dirigirse al baño y lavarse los labios, quería sacar el sabor de los dulces labios de Katherine, quería sentir algo al besar a Jacquie, quería saborear y no lamentarse de ello, sentir algo dentro suyo. Después de lo hecho Jacqueline encendió su coche y Nina observó cómo se marchaba.

Nina se adentró en la casa y Vio a la feliz pareja de recién casados juntos acurrucados uno al otro, en la sala de estar, mientras observaban la tv. George mantenía su cabeza en el cabello de su madre y su madre se asentaba cómodamente en el pecho fornido de su padrastro, las ganas de llorar sobre llegaron rápidamente al pensar en una terrible ruptura, se les notaba tan felices, en realidad nunca había visto a su madre de esa manera y George no se quedaba realmente atrás ya que no ocultaba su verdadero entusiasmo al estar cerca de su madre, Nina no quería arruinar eso, se acordó de Katherine y dio un largo respiro para tranquilizar las ganas de sollozar como había pasado hacia unos momentos atrás.

-Hey, ¿saben a donde fue Kat?-Nina cuestionó. Sus padres se voltearon hacia ella y su posición cariñosa se deshizo por unos instantes.

-Dijo que iría con un amigo y la dejamos ir, ahora que ya lleva bastante tiempo sin las drogas, estamos más confiados.-Contestó George. Los nervios se hicieron más grandes en Nina, tan solo un día atrás esa gran persistencia se había roto, Katherine lo había roto, pero se metería en un grave problema al explicárselo a sus padres, prefiero mantener el silencio, como si nada pasase.

-Bien.-Dijo Nina finalmente.

-¿La necesitas para algo Nina?-Comentó Sofía.

-No realmente, sólo tenía curiosidad.-Sus padres asintieron, sonrieron y siguieron en lo que estaban ¿Por qué sonreían? Nina se enfadó y subió corriendo las escaleras hasta llegar a su habitación, se acostó de un salto en su cama y apagó la luz de la mesita. Inhaló profundamente, se tragó las lágrimas, sacó de su bolsillo el celular y marcó a Katherine. El desesperante beep retumbaba en su oído, no contestó. Marcó de nuevo, esta vez una voz salió de ello.

-¿Quien habla?-Era una voz masculina.

-Soy Nina, ¿dónde está Katherine y porque tienes su móvil?

-¡Oh! Así que tu eres la apreciada Nina ¿Uh? –Un desagradable tono altanero se dejaba escuchar de su voz.

-¿Quién eres?

-Sólo un querido amigo, escucha en esto momentos estamos un poco ocupados ¿sabes? Así qué podrías marcar más tarde, te lo agradecería mucho chica.

-¡Espera! Dime en donde están, por favor.

-¡Pero qué agradable sorpresa!, ¿te quieres unir a nosotros querida?

-Yo solo quiero saber en donde esta Katherine...-Su voz desequilibrada la delató.

-Te noto ligeramente preocupada, es una grandiosa idea que decidas unírtenos, mira solo trae dinero y gustosamente te llevas a nuestra querida Kat, clienta numero uno.-El hombre rió descaradamente.- Calle Greyston, esquina 3... Estamos en el único pub de esta calle, nos encontrarás fácilmente, Nos vemos preciosa.- colgó, Su voz ronca y aguda inundaron de asco los sentidos de Nina. Apuntó la dirección en las notas de su celular y rápidamente salió, excusándose con que iba a casa de Jennie. Sus padres le creyeron, tan fáciles de engañar.-Pensó.

La calle que le habían dicho era realmente obscura, Nina contó las farolas de luz, tres en total para el espacioso tamaño. Se podía escuchar música y Nina se guió a ella, el sonido provenía de un escondido pero llameante pub. Dos guardias en una puerta gris se encontraban de pie, unas cuantas personas estaban afuera fumando o hablando. Nina estacionó el coche cerca y salió, camino unos cuantos paso hasta llegar a los guardias.

-Soy Nina Uhm solo vengo por una amiga y me voy Eso es todo.-Los guardias la inspeccionaron de arriba hacia abajo, uno sonrió maleadamente mientras que el otro con una dura expresión le abrió la puerta.

-El jefe te espera en la sala cuatro, coge la llave.-El guardián de aspecto serio le entrego una llave y la dejo pasar. Nina tomó la llave y sin tener idea de que hacer se adentró en el escandaloso establecimiento. Al entrar notó una gran cantidad de gente bailando, tomando... Lo que se hace en un pub normal, aquel airé le dio más confianza y se sintió ligeramente aliviada. Observó pequeñas salas privadas, todas enumeradas hasta el diez,  Nina localizó velozmente la sala cuatro y prácticamente a zancadas se aproximo a la puerta, introdujo la pequeña llave metálica y abrió, preparada para todo.

-¡Hey Nina has venido!-Katherine se encontraba sentada al  lado de un hombre de aspecto rudo, sin embargo sus ropas no eran precisamente las de un motociclista, Nina lo observó detalladamente, el hombre portaba un traje elegante negro sin corbata, su rostro bien parecido le añadía más impresionismo, atemorizante más bien, del tipo engañador con pinta de buen prójimo. El hombre le dirigió una mirada apresante y le sonrió maliciosamente.

-Debo confesar que me he sorprendido más de lo debido señorita Nina, es usted muy preciosa.-La sonrisa altanera seguía en pie, Nina se enfadó.

-Sólo he venido por Katherine, es lo único que deseó.-Contestó Nina retante.

-Oh pero si eres libre de llevártela querida, sólo necesito un pequeño favor.-El hombre se aclaró la aguda voz y tomó un sorbo a su vaso de vidrio, Nina dedujo que se trataba de alguna bebida alcohólica.

-¿Qué es lo que quiere?-Respondió duramente.

-Lo que se me ofrece es que tu hermosa hermanita me pague el producto que le llevo autorizando durante deja lo pienso...-El hombre se llevó la mano a la barbilla y actuó dudosamente.-Oh si... un meses cariño.

-¿Un mes? ¿Enserio?

-Así es querida, no es realmente demasiado...

-¡Eso no es lo que me importa! ¡Le daré lo que necesite, sólo déjela ir!-El hombre rió secamente.

-Ella es libre de hacer lo que se le ofrezca, no soy un secuestrador, sólo le otorgo lo que me pide, a veces se lo presto, me lleva comprando mucho tiempo es por eso que se me hizo extraño que haya dejado de venir durante algún tiempo, pero...-El hombre suspiró sin remordimientos y acarició la mejilla de Katherine, ella miraba hacia el vacío, como si se encontrara en algún otro planeta, Nina se estresó, el hombre prosiguió.-Pero... Claro es mi fiel compradora y comienzo a desarrollar un cariño especial por ella... Tu comprenderás querida Nina, ella es esclava de sí misma, por lo que seguirá viniendo a mí, yo no realizo nada... Siempre llega a mi.-El hombre dejo de acariciar la mejilla de Katherine y se sentó derecho, le sonrió con burla. Nina se estremeció debido a la ira que le inundaba, respiró gravemente y dijo.

-¿Cuánto es lo que le debe?

-Al menos unos diez mil, es todo lo que pido.

-No traigo esa cantidad conmigo, proporcióneme su número de tarjeta y mañana se los depósito.-El hombre dudó y después de unos segundos musitó.

-Bien... Accedo a tu propuesta pero lo hago Kat, todo es por ella.-Furia, enojo, tristeza... Todo al mismo tiempo, quería explotar sin razonamientos y quejas, era demasiada presión pero tendría que afrontarla, por el momento.

-Bien... Katherine ven aquí, nos vamos...-Katherine rió y se levantó del asiento para acercarse a Nina.

-¿A dónde vamos hermanita?-Nina no contestó y la tomó de la mano, abrió la manecilla de la puerta.

-¡Hasta luego! Por cierto mi nombre es Nathan... ¡Nate!-Nina le azotó la puerta... Las luces del pub le lastimaron la vista, aún tomada de la mano con Katherine se dirigió a las afueras del lugar, hecho esto localizó su coche y caminó hacia el... Los guardias seguían en la posición de siempre, pudo escuchar la risita incrédula de alguno pero a Nina no le importó por lo que siguió su camino, llegó a su coche, le ayudó a Katherine a adentrarse y finalmente se metió en el asiento principal para manejar. Antes de encender el coche posó su cabeza en el volante y respiró seguidamente, cerró los ojos durante un momento y se relajó un poco... Absorta de lo que hacia Kat prendió el coche y se dedicó a manejar, la noche urbana y el cálido aire del clima le deshizo algunos alterados nervios. Debido a la ya entrada madrugada, Nina estaba segura de que sus padres yacían dormidos... Con el mínimo ruido posible lograron llegar a las habitaciones.

-No... No me dejes sola, no me siento nada bien solo quiero saber que es real, por favor.-Katerine le susurró Y Nina sin duda alguna le dejo entrar a su habitación... Ninguna se puso pijama, ambas se adentraron en las sábanas... suaves y se acomodaron de tal manera que ambas se observaban a los ojos, a pesar de la obscuridad, Nina encontró tranquilidad en la calmada respiración de Katherine.

-Sólo quiero que esto termine y no encuentro la manera de hacerlo... Oh dios Enserio me siento en el cielo pero contigo aquí me siento... completa.-Peligrosamente cerca, Katherine le acarició los labios a Nina.  Nina no se opuso.

-Estás muy colocada Kat, mejor descansa.

-Estoy segura de que estoy colocada pero sé que esto es real, que tu eres real, y  ¿sabes? eres la única persona que me hace sentir colocada aún estando sobria... te siento cerca, me siento bien a tu alrededor, me siento real.-Nina se aceleró y una lágrima cayó, Katherine seguía acariciando sus labios y sin pensarlo, sin analizarlo o ponerle excusas, se dejo llevar por aquel instante maravilloso y la besó, sólo la besó... sin mover los labios, dulce, despacio, suave... Sin premeditación... Nina no recordó cómo o cuando pero así, en el ocaso del romance, cerró los ojos... con las manos alrededor de Katherine, sólo así durmió.

Nota de la autora: Gracias por leer la historia, comenten, subo capítulo el jueves... Un abrazo <3

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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Silvia - Derechos Reservados

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