Ella, Tu, Yo Te amo - Mayra (Capítulo 50)

Capítulo. 50

“Los meses pasan"

Como todos los días salía a trotar solo que esta vez más temprano que de costumbre ya que debía llegar a casa a ducharse y preparar el desayuno antes de que la investigadora saliera de casa a sus deberes, ya que consideraba inadecuado que se marchara sin tomar su desayuno siendo que ese alimento era el más importante para iniciar un buen día llena de energía.

Después de ejercitarse regresó a casa para preparar el almuerzo pero para su sorpresa Kenia ya se había marchado "Por ese período debido a lo demandante de trabajo tenía por costumbre partir de lo más temprano y regresar a casa por la tarde" Por otro lado Zita balbuceaba algo disgustada mientras daba el biberón a la pequeña que apenas se acostumbraba a alimentarse de ella. Le dio pequeños beso de buenos días a bambina y uno aprisa a Zita que siempre fingía no agradarle esas muestras afectivas de sus besos, pero en el fondo sabía que le encantaban…

Luego de ducharse y vestirse cómodamente se dirigió a la cocina para darse a la labor de preparar una exquisita pasta con mariscos y una fresca ensalada para cinco porciones.

Kenia ajena a todo lo que acontecía en casa y ensimismada  en su trabajo realizaba el monitoreo de la composición de la captura de la pesca multiespecífica que habían realizado en conjunto con su colaborador y tres pescadores con los aparejos de; redes de cerco, de arrastre y de deriva. Separaban las sardinas, las gambas, los peces espadas, y los atunes. Para determinar cuál de las especies era la de mayor volumen en sus capturas y dirigir sus actividades de dinámica poblacional hacia una especie objetivo. En su bitácora de campo anotaba los nombres científicos de las principales especies capturadas: sardina Sardina pilchardus, gambas Parapenaeus longirostris, pez espada Xiphias gladius, atún rojo Thunnus thynnus y albacora Thunnus alalunga. Percibía que las embarcaciones artesanales capturaban abundantes especies tanto de los organismos que viven en la columna de agua como aquellos que viven cerca del fondo del mar, es decir pelágicos y demersales…

Continuaba con sus registros y anotaciones cuando uno de ellos le informó que la mujer que habían rescatado del mar se encontraba parada en el muelle, Kenia ignoró el comentario porque pensó que probablemente el pescador estaba confundido pero aquel insistió tanto que por atención dejó sus apuntes para encaminarse hacia la cubierta del bote y comprobar por ella misma que el hombre estaba en lo correcto… Y mayúscula fue su sorpresa tanto que provocó una torpe sonrisa al verla ahí tan diáfana y bella como una alucinación, con sus cabellos vacilantes en ondulantes movimientos por efecto del viento que retozaba en ellos… El efecto que le causaba esa chica que recuperó del mar era de gozo y jubilo, continuó sus pasos hasta quedar en la borda de la embarcación…

-¿Hey qué haces aquí?- Exclamó en voz alta debido a la distancia y el ruido que producía el motor de la embarcación.

-Zita me ha dicho que tienes mucho trabajo... Así que imaginé que quizás podría colaborarte un poco en las tareas que me indiques, por otra parte aproveché para traerles algo para el almuerzo ya que ésta mañana saliste a toda prisa que seguro ni tiempo tuviste para desayunar… Seguro podrían tomarse un descanso y disfrutar lo que he cocinado…

Kenia agradeció tan bello gesto con una suave sonrisa y más cuando su estómago protestó por la falta de alimento. Ordenó a uno de los chicos que saltara por la borda al muelle para que le ayudara con la merienda. Kenia se acercó para ayudarla a subir ya que el balanceo del barco a veces podría ser inseguro y resbalar con facilidad a la cubierta o caer al mar…

Kenia le extendió la mano para que se apoyara en ella pero cuando la otra se agarró de ésta una intenso impulso eléctrico fluyó a través de ella provocando se soltaran de inmediato ocasionando que Cristina casi cayera… Pero sus reflejos y pericia le hicieron sujetarse de uno de los aparejo de pesca afianzados en la popa y luego dando un salto se colocó en la cubierta de la embarcación justo al lado de Kenia…

-Lo siento Cristina pero eso fue lo más extraño que... Uff parecía la descarga de una anguila eléctrica eso estuvo extrañó - dijo la bióloga

-Creo que hacemos corto circuito -respondió Cristina divertida

-Parece que sí o tal vez hemos acumulado demasiada energía -Agregó Kenia sorprendiéndose de sus propias palabras… ¡Demasiado tarde! Pero la frase ya había sido dicha, intentó cambiar el tema un poco turbada y… ¿Qué has traído? Preguntó ayudándola con bolsa donde se encontraban los alimentos y utensilios de cocina.

-Unos tortellinis, ensalada y una botella Montepulciano d'Abruzzo rosado que fue lo que encontré en casa….

Mmmm... Pues lo agradezco enormemente porque muero de hambre... Anda vayamos a la cocina…

Se dirigieron a la pequeña área donde sobresalía una mesa semi-rectangular afianzada al piso donde era el punto de reunión para disfrutar sus alimentos y conversar cuando el tiempo lo permitía. Kenia se sirvió e invitó al resto del equipo para que le acompañaran a comer. Mientras disfrutaba cada bocado y hacia el peculiar sonido Ummm… de disfrute de los alimentos "Cristina" sonreía gustosa por verla disfrutar la comida

-Está delicioso- dijo Kenia el vino es perfecto conserva las cualidades de la uva, su color vivo, su sabor afrutado decía cuando su mirada se cruzó con la Cristina y un ligero nerviosismo la atrapó- y titubeante solo atinó a comentar… De verdad deseas quedarte para ayudarnos porque si no… No hay problema- Agregó intentado controlar su inquietud…

-Claro que quiero... No lo habría propuesto de no ser así, además me aburro en casa sin hacer nada…

-Bueno entonces te mostraré lo que hacemos aquí- concluyó Kenia y la invitó al laboratorio donde tenía adaptado el área de trabajo.

Las horas transcurrieron con mesura y el sol ya estaba en el ocaso cuando Kenia dispuso “Las labores pesqueras y de investigación terminan por hoy” guardaron las muestras perfectamente rotuladas por lance y arte de pesca en la bodega de conservación de la embarcación. Limpiaron y desinfectaron el área de trabajo, bajaron de la embarcación y se despidieron. Acordando iniciar al alba las labores del día siguiente y cada cual tomaron su ruta de regreso a casa. Las chicas optaron por una hermosa caminata hacia su hogar que no podía ser mejor para ambas y era continuar sobre la orilla del mar "Cristina" se despojó de sus sandalias para sentir la fría arena en sus pies…

-No puedo imaginar cómo eras antes... Pero ahora sé que eres como una niña - Comentó Kenia al verla jugando la arena con sus pies Cristina se cohibió ya que no deseaba que Kenia pensara que era una boba…

-Cuando me propusieron venir a trabajar a este lugar tan alejado e inhóspito pensé que no resistiría mucho...-Agrego Kenia con la mirada puesta en el horizonte- Pensé que abandonaría todo y terminaría renunciado… Que no me adaptaría y quizás hubiera sido así, sí no fuera por tres razones… -Guardó silencio por unos segundos para luego agregar –La primera y más fuerte fue que me enamoré de toda esta magia... Del mar, sus atardeceres, sus frías alboradas, el rugido del oleaje rompiendo contra las rocas y mira ya han transcurrido cinco largos años con este romance… Que creo que será para siempre… Pues quien prueba una vez la calma, el infinito y la tempestad del océano… Creo que jamás te podrás liberar de ellos… Emitió un profundo suspiro y agregó -Te marchas a la ciudad y sientes el deseo de regresar porque tu aire está incompleto le falta la sal, el viento, y todos esos misterios que guarda el mar...

-¿Y las otras dos razones cuáles son?- Preguntó al ver que Kenia se quedó en silenció contemplando el infinito…

No pareces ser entrometida pero ahora lo estas siendo eh!- Jugueteó Kenia sonriendo- la otra razón es porque amo mi trabajo y aquí lo puedo hacer con entera libertad sin las estúpidas políticas gubernamentales y ni las corrupciones que se dan en las pesquerías industriales donde importa más los euros que dañar un recurso pesquero... Y bueno la última razón ya no importa ahora…

-Bueno continuando en que ya me etiquetaste de entrometida y para no defraudarte…. Algo me dice que fue por amor... Mi madre siempre decía que sólo existen tres factores que te pueden retener en un lugar; su belleza y tranquilidad, la pasión por el trabajo… Y el amor…

-Pues que sabia tu madre... Umm espera te has dado cuenta de “algo” ¿Ya has podido recordar?

-No… no es cierto jajaja me lo acabo de inventar…

-Eres... Eres… una… Entrometida mentirosa…

-Ya en serio cual fue la tercera razón

-Mira sí que eres toda una ¡Cotilla!

-No es que sea cotilla es solo que quiero saber cosas de ti... Ya sé que amas tu trabajo, que te gusta la belleza de este lugar tanto como a mí pero me pregunto cuál fue esa tercera razón por la que te quedaste aquí…

-Esa tercera razón ya no cuenta pero para que dejes de insistir... Fue por amor, me enamoré y creía que esa era la razón más importante pero ya no lo es…

-Vez que sabia es mi madre -Dijo bromeando como queriendo ahuyentar la afectación que se había dibujado en el rostro de Kenia y por esa misma razón intentó cambiar el tema pero su curiosidad fue mayúscula que no pudo evitar preguntar- ¿Y qué sucedió con ese amor? Seguro era uno de eso marineros musculosos que andan por ahí…

-No… para nada, trabajaba en lo mismo que yo… Era algo así como mi “Jefa”- señaló las comillas con los dedos…

Kenia guardó silencio y Cristina tampoco quiso agregar más pues percibió la incomodidad en su rostro así que prefirió no insistir con sus preguntas, por otra parte Kenia mentalmente se debatía en sí debía continuar o no, porque a pesar de tenerla como huésped en su casa por casi tres meses aun seguía siendo una desconocida... Pero curiosamente le agradaba y le inspiraba confianza, sentía que podía o quería confiar en ella, pero aparte de eso tenía miedo de hablar abiertamente de aquella historia… Porque al hacerlo era como aceptar lo que desde hacía mucho tiempo se vivía negando ya que nunca lo había dicho en voz alta ni siquiera a la misma Dalila quien era su mejor amiga…

-Es fácil encariñarse a un lugar como este- Dijo Cristina después de un breve pero incomodo silencio -Yo me siento como si hubiera crecido aquí... Deberíamos hacer como ellas- Dijo señalando a unas chicas que jugaban voleibol en la playa-

-Tengo una idea... –Saltó de repente Kenia-como estímulo por tu ayuda de hoy te voy a invitar a un sitio esta noche ¿Quieres?

-Como rechazar tan apasionada invitación- respondió “Cristina”

-¡Ana!- Se escuchó la voz llamar desde atrás, y Cristina súbitamente giró su rostro como si fuera a ella a quien llamaran y una chica de cabello rojizo venía corriendo como si fuera hacia ellas pero pasó de largo justo a su lado hasta llegar hasta donde aquellas chicas jugaba y saludó de beso a la que seguramente era Ana. Pero porque se había reaccionado así y se había quedado helada ¿Por qué se había girado? ¿Por qué ese nombre causaba tan extraño efecto en ella? ¿Por qué se repetía una y otra vez es su cabeza? ¿Acaso había alguien en su vida llamada así?

-¿Qué te pasa? -Preguntó Kenia al verla detenerse y quedarse como ausente ¿Te encuentras bien...?

-Sí, si...estoy bien… No te preocupes… No pasa nada…

-¿Segura? Porque te has quedado como estatua y la verdad no pareces muy convencida de lo que dices…

-Si... Es solo que en ocasiones me siento un poco perturbada... Pero tranquila dijo Alex que eso es normal y debido a los golpes puede pasar

-¿Perturbada?

-Si...mira ya te explicaré luego ahora mejor háblame de esa fabulosa invitación que me acabas de hacer…

-Jajaja pues muy fabuloso no sé si lo sea para ti, pero tomaré el riesgos haber que te parece, lo único que tú tienes que hacer es ponerte ropa cómoda... Y ya!

Mientras tanto a muchos kilómetros de distancia de esa Isla Susana despertaba después de una noche más de pasión con Lucia, en solo ese mes lo había hecho muchas veces pero como todas de nuevo abrían los ojos para darse cuenta que estaba sola…

-No entiendo porqué tiene q irse en plena madrugada- se dijo a sí misma girándose hacia el otro extremo de la cama hasta quedar boca abajo justo en la orilla- y no entiendo si tanto me molesta porque lo soporto- Le contestó su inconsciente- ¡Cállate! No pensaré en eso... Es que la quiero, me vuelve loca y para terminar hace el amor de puta madree... Pues a joderse eso es lo que hay… Y prefiero eso que no tener nada…

-No sabía q hablabas sola- escuchó decir desde el marco de la puerta y se dio un susto tan grande cuando continuó girando del lado contrario hasta llegar al extremo donde ya no quedaba más espacio de la cama logrando así caer al piso de costado…

-Auch… ¡Joder!...

- ¿Te encuentras bien?- Preguntó llegando hasta ella que aún permanecía en el piso…

Ach… Si ¿Qué haces aquí? Pensé que te habías marchado- Agregó mientras con su ayuda se ponía de pie y se sobaba…

-Me quedé dormida, desperté tenía hambre así que me fui directo a la cocina para preparar algo para desayunar... ¿Qué te pasa? Preguntó levantado una ceja al verla con esa sonrisa de oreja a oreja…

-Eres más hermosa aún por las mañanas -dijo sin quitar esa estúpida sonrisa de felicidad que resplandecía en su rostro…

-Siempre lo soy- contestó la otra con sonrisa provocadora acortando aquella cercanía que Susana había iniciado…

Susana estaba dichosa su corazón latía de júbilo a mil revoluciones por minuto o millones… Ya ni sabía la locura que se traía su corazón galopando de felicidad, era increíble que la mujer de su vida estuviera aún casa justo cuando ella apenas despertaba y más aún que le preparara el desayuno… Aquello era un sueño hecho realidad pero lo mejor de ese real sueño era percibir que aquella llevaba tan poca ropa, apenas portaba una camisola que le dejaba ver sus provocadores y erectos pezones a través de la delgada prenda, el efecto de aquella erección seguramente era causado por la fría mañana, sus hermosas y bien torneadas piernas descubierta y se dejaban ver el inicio de sus turgentes glúteos que apenas se asomaban traspasando el delicado bikini de encaje negro que surgía por debajo de la camisa, le pareció todo tan erótico que no pudo evitar imaginarla cocinando casi desnuda con un pequeño delantal, se emocionó tanto que sintió sus mejilla ruborizarse y una pequeña humedad escurrir por entre su pierna. Sus labios se rosaron suavemente sin prisa sin miedo saboreándose como en muchas otras ocasiones cuando estaban a solas… quedando tendida sobre ella en la cama, sus labios se buscaron con deseo, sus besos se hicieron más intensos y sus manos iniciaban el singular recorrido sobre la llanura de su piel, las caricias era suave e intenso buscándose, satisfaciéndose, explorándose. Con cada trozo de carne palpitante se iniciaba la carrera de los sentidos y el placer recorriendo una y otra vez cada parte de ella descubierta y sometida a fuerza de caricias y entrega. Sus cuerpos se hacían uno solo, el calor que emanaba de sus centros aumentaba vorazmente como un incendio que no daba tregua y solo se expandía para hacerse más intenso y devorarlo todo, un sinnúmero de gemidos escapaban de sus enronquecidas gargantas todo era pasión y desvarió, besos ávidos y húmedos de querer devorarse una a la otra sin dar tregua, sus lenguas ansiosas penetraban sus calientes bocas era lujuria y desenfreno a través de aquella espaciosa alcoba que en cada momento de entrega y pasión quedaba reducía a nada por aquellos reclamos de sus cuerpos y gemidos ahogados que cada vez se hacían más intensos haciendo vibrar cada muro de la cálida habitación…

El preámbulo había durado justo para un buen calentón y Susana ardía en deseos de hacerle el amor como ya lo había hecho la noche anterior ahí mismo, en esa habitación que guardaba su olor, su piel y sus fatigados gemidos, Lucía le encantaba eso era innegable aparte del amor que sentía por ella, le provocaba tanto deseo. Quería devorarla entera, cubrirla de besos y, así lo hizo se deslizó a través de su cuerpo para propinarle una generosa dotación de besos y caricia con la firme seguridad que después de aquello Lucía no querría irse jamás de ella a pesar de la reticencia de la diferencia de edades o de la sentencia que eso que hacían en la cama “Era solo sexo“…

Susana se estremecía de tanta pasión devoraba sus senos ahogaba sus gemido bajo su vientre en busca de más placer, besaba y mordisqueaba su ombligo como haciendo una pausa hacía su objetivo, Lucía con desespero se retorcía de placer esperando más de aquella “niña” se tomó un respiro para regresar a sus labios a besarla con fuerza y pasión continuar con el descenso besando su pubis con deseo, llegó hasta su sexo que con sus labios y lengua los exploró saboreando la dulce humedad que emanaba de ella abrió su labios mayores con sus dedos para lamer ávidamente su caliente humedad que la recibe gustoso y, abundante, su sexo enrojecido y caliente por la excitación, que le provocó hacer algunos intentos de penétralo con su lengua y dar una singular muestra de sus habilidades bucales después de una ardua exploración se ocupa de su clítoris que se observa inflamado y lustroso esperando impaciente por sus labios que con suaves movimientos circulares y continuos dio inmenso placer a una Lucía delirante que se retorcía de placer y solo gemía y emitía palabras confusos, pero persistente en su –Así, así, así… no te detengas… Ahhh más… En un hábil maniobra de sincronía de lamer su clítoris y penetrar su vagina ardientemente y lubricada de un solo movimiento… Tan húmeda, inflamada y cálida… Muy excitada la sujeta de sus caderas y le exige se corriera en su boca, a lo que Lucía -Agregó quiero te corra conmigo y aunque no te pueda tocar... Siento que estas tan mojada como yo… Házmelo más en mi fuerte con tus dedos estoy muy caliente… Al introducir nuevamente sus dedos en su vagina sintió la caliente humedad que emanaba de su interior en sus dedos…. -Sigue, sigue… por favor no te detengas decía Lucía quien empezaba a mover con desespero su vientre cuando saca despacio sus dedos de su interior y los volvía a introducir aumentando la velocidad… Acelera Indicaba… que me voy a correr, pero Susana -Agregó -No quiero que lo hagas en mi mano y volvió a devorar su sexo quedando debajo de Lucía mientras esta comienzas a moverse frenéticamente frotándose contra los labios de Susana quien la penetra con su lengua lo que agradaba a Lucía quien gemía y gritaba, deseando que no parara, no soportaba tanto placer… pero desea más… No te detengas, no pares, acelerando el movimiento de cadera y en un grito exhaustivo salió una copiosa y caliente humedad, brotando abundante, Susana la devoró con avidez… Lucía con voz entre cortada decía que le gustaba lo que le hacía, que la enloquece, que lo había deseado mucho…

Que sus fantasías habían cobrado vida y que no estaban solo en su cabeza… Susana lo has hecho… ha sido tan fuerte, me has hecho el amor… Y te ha encantado –Agregó Susana, quien se acercó para besar a Lucía con sus labios enrojecidos con el sabor y el olor a ella… La besó intensamente mientras Lucía pasas su lengua por los labios de Susana para saborear su propio sexo a través de ella… Sonrió y observó por un instante sus ojos que estaban dilatados y confusos por la excitación, Susana le plató un dulce beso en la mejilla y se recostó en silencio sobre ella, quien le acarició suavemente su espalda... Mientras sus agitadas respiraciones se iban estabilizando y sus corazones que antes galopaban con furia se hacían suaves latidos que se sincronizan al unísono… Lucía ¿Te ha gustado?… -Umm mucho, me has dejado muy débil…

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