Confundida yo? - M.G.M - 16 - FIN

16

Desperté de un salto, pensé que sería muy tarde, mire el reloj y eran las 9 de la mañana, era demasiado tarde para ir a la escuela, Daniela no se veía por ningún lado, busque mi ropa, me vestí y baje a la cocina.

Creí que tal vez ella se levantó temprano y se fue a la escuela, pero al llegar a la cocina la encontré preparando el desayuno.

-Hola, ya despertaste- me saludo mientras yo bajaba las escaleras y me acercaba a ella.

-No fuiste a la escuela.

-Llamé para avisar que estaba enferma.

-¿Lo estás?

-No, pero no tenía ganas de ir. Además verte dormir tan tranquila era mejor que ir a dar clases.

-¿Desde qué hora despertaste?- me acerque a donde estaba ella preparando algo en un sartén.

-Desde las 6 de la mañana, pero solo avise que no iría y me volví a acostar.

-Se ve delicioso- dije refiriéndome a lo que estaba cocinando.

-Sí, así se ve- se voltio y miro mi trasero.

-Me siento medio acosada.

-Pues es que te estoy acosando- dijo mientras reía.

-Lo sospeche desde un principio.

Nos sentamos y desayunamos.

-Mi  madre solía decirme cuando era niña que cuando aprendiera a cocinar rico, estaría lista para casarme con cualquier güey que yo quisiera.- dije mientras comía- Así que oficialmente tu estas lista para ello.

-Con cualquier güey, suena tentador.

-No, ni  te emociones. Si te casas con cualquier güey, con el tiempo necesitaras viagra, así que no conviene.  

-Eres divertida- dijo mientras llenaba nuevamente su vaso de jugo.

-Tú eres guapa- moví las cejas y le hice ojitos.

 -¿Te parezco guapa?

-Algo. Un poco. Sí. Mucho.

-No seas tan adorable.

Era la tercera vez que  me lo decía.

Continuamos desayunando, al terminar recogimos y nos sentamos un rato en el sofá a ver lo que estuviera en la televisión.

Me acosté en el sofá recargando la cabeza sobre sus piernas.

-Oye Daniela ¿esto es malo?

-La tv, siempre pasan programas aburridos, todos son malos.

-No, la tv no, me refiero a esto- levante las manos al cielo.

-A esto, el sofá, tú, yo.

-Sí, a excepción del sofá.

-No lo sé- acaricio mi mejilla- ¿Qué opinas tú?

-Opino que no puedo dejar de pensar en ti.

-¿Cómo me piensas, como una amiga, como tu maestra o como otra cosa?

-Te pienso como la maravillosa y hermosa mujer que eres.

Me levante y me senté a su lado.

-Eres una niña- dijo con tristeza.

-No, no soy una niña, soy una mujer joven. Con emociones, y sentimientos.

-¿Qué es lo que sientes?

-No se expresarlo. Es una combinación de muchas cosas.

-¿Cómo cuáles?

-Bueno, cuando te veo, siento entusiasmo,  siento ansiedad, y espero desesperadamente el momento en que por fin estés cerca de mí, aunque eso no es nuevo. Desde que entre a esa escuela, de todos los maestros desde el primer día sentí algo diferente en ti, primero pensé que era porque resultarías ser una maldita bruja mala.

 -Así que bruja mala- repitió mis palabras un tanto ofendida.

-Aja, pero después me di cuenta de que no era así, después, descubrí que tu trasero era sexy, así  que concluí en que no podía haber una bruja mala con un trasero así.

Se echó a reír- Continua Abril, continua.

-Gracias, como te decía, y cuando estoy contigo me divierto, aunque no hagas nada, me la paso bien, y cuando ríes, me siento feliz, me gusta el sonido de tu voz. Y cuando me saludas  de mano, o con que roses mi piel, es como si algo se activara en mi interior y comienzo a sentir cosas raras en el estómago, y no me refiero a la solitaria, es algo loco, además cuando estoy contigo y por alguna razón volteo a ver tus ojos me pierdo, es como si tuvieran un efecto hipnótico sobre mí, es por ello que trato de evitarlo,  y cuando trato de pensar en algo “x” alguna cosa me recuerda a ti, y es un círculo vicioso lo que se genera, en cuanto te pienso no puedo parar, es por ello que trato de imaginar perrito muertos cuando voy acercándome a un pensamiento que me guie a ti.

-¿Perritos?

-Sí, eso me entristece y me concentro en eso.

-¿Todo eso te provoco?

-Ahora sospecho de un hechizo malvado. Sea lo que sea que  hayas hecho para tenerme así, no lo dejes. ¿Tú sientes algo?

-Bien, fuiste sincera conmigo, así que lo menos que puedo hacer es ser sincera contigo.- suspiro- Antes de que tú aparecieras, yo tenía mi vida organizada, trabajo, trabajo, aburrimiento, libros. Después llega una chica nueva a mi clase- apunta a mi dirección- y veo como comienza a hacer algo raro, pone caritas a los apuntes, saluda todos los días alternando idiomas, y me hace pensar que es algo peculiar, después veo como  habla de la homosexualidad con toda confianza y libertad y me hace pensar que puede que ella sea diferente, dejo de concentrar mi atención en mi trabajo y comienzo a formar criterios sobre la chica, pero la cordura vuelve a mí y recuerdo que soy su maestra, platicamos, reímos, formamos una amistad, y ahora no dejo de pensar en ella.

-Esa chica es afortunada por tener tu atención.

-Cambiaste mi mundo, me enseñaste que las cosas pueden ser divertidas, que puedo hacer cosas diferentes, y cuando sonríes con esa discreta sonrisa de lado es como si me invitaras a besarte.

-¿Enserio?- comencé a sonreír como ella dijo.

-Sí, es difícil de soportar, además siempre sabes que decir para hacerme reír, y sabes escuchar, eres una rara mezcla de madurez y locura infantil, desde que toque tus labios por primera vez, no hay día en que no desee hacerlo de nuevo.

Me acerque y la bese, suavemente.

-¿Cómo lo llamamos?-pregunte mientras me recargaba sobre su pecho.

-No tengo idea- dijo mientras jugueteaba con mi cabello- ¿lo dejamos sin nombre hasta que sepamos qué es?

-Me parece bien.

Me acerque y la bese de nuevo.

No sé si lo que sentimos es amor o no, no tengo idea de si durara o se nos pasara en unos días.

Lo único que sé es que con ella soy feliz.

Tal vez dure un mes o una vida, pero me muero de ganas de averiguarlo, y sobre todo de disfrutarlo.

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