Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Confundida yo? - M.G.M - 12

12
-No, no lo creo, ella no es así.
-¿Pero tu como puedes saberlo?
-La conozco desde hace mucho tiempo.
-Y eso que tiene que ver.
-Bueno, mejor ve pregúntale, y ya.

Judith y yo platicábamos sentadas en una de las bancas del parque, cuando un chico se acercó.
-Hola, Sergio.
Al ver como la saludaba Judith, pude deducir que se trataba de un amigo de ella.
-Hola Judith- mi miro de arriba abajo y termino con un –hola.
-Hola- conteste al saludo.
-Sergio en que te puedo ayudar.
-Bueno, yo me preguntaba si tú estás saliendo con alguien.
-¿Por qué la pregunta?

-Bueno si no estás saliendo con alguien, tal vez quieras ir a dar una vuelta o algo.
Sentí un escalofrió al presenciar lo que estaba pasando, un chico estaba invitando a salir a  mi novia en mi cara, frente a mí.
Mire a Judith, impaciente de su respuesta, quería gritarle “ella es mi novia tonto”, solo me contuve, porque no quería causarle problemas a Judith, si ella no estaba lista para salir del armario, yo no la iba a obligar a salir.
-De hecho si estoy saliendo con alguien, lo siento.
-¿Enserio? Bueno lo entiendo, ¿Quién es?, no te he visto con él.
Judith había admitido que salía con alguien, pero esto no fue suficiente para el chico, su pregunta directa, quería saber quién era el afortunado hombre que salía con ella, ahora solo me quedaba esperar si se atrevía a decirle que en realidad no se trataba de un él, sino de ella, ¿le diría que se trataba de una mujer y que estaba sentada allí mismo?
-Bueno, yo…
Judith comenzó a dudar, en ese instante comprendí que no tenía planeado decirle de quien se trataba, supe que no estaba dispuesta a confesar lo nuestro, no estaba lista. No supe que hacer pero tenía que ayudarle, no podía dejarla morir.
-Mateo, su novio se llama Mateo, solo que sus padres no están muy de acuerdo con eso, así que teme un poco.- Mi intervención pareció ser suficiente para el chico.
-¿Por qué no salimos juntos un día, todos?
Mire a Judith  a los ojos preguntando qué haríamos, no sabía que decir, pero si el chico  notaba nuestra duda, podría sospechar, tenía que arriesgarme y  ayudarla.
-Sí, claro, seria genial que tú y Mateo salieran, con Sergio y su amiga de allí, yo te cubro con tus padres.
No tengo idea de donde saque eso, fue lo que se me vino a la mente para ayudar a Judith.
-Excelente, nos vemos el sábado.
El chico se alejó y volvió con su amiga que lo esperaba.
Un silencio incomodo se hizo presente entre Judith y yo.
-Lo siento.
Los ojos de Judith me miraban con una ternura increíble, su cara me decía ¿Cómo puedes enfadarte con alguien así de lindo?
 -Descuida, no estas lista y yo no te voy a obligar.
-Gracias- me abrazo- pero… ¿de dónde sacamos un Mateo?
-Mmm, pues,  aquí lo tienes… hola soy Mateo, y seré tu novio, hombre, macho, con un enorme pene, súper musculoso, y muy sexy.
-A sí, pues “Mateo” si eres sexy, súper macho, y tienes unas tetas muy lindas.
-¿Tetas lindas?
-Y grandes, además de suaves y firmes.
-Soy una diosa del olimpo.
-Creí que eras un hombre.
-¿Quieres que lo sea?
-No, me gustas así- se acercó a mi oído y susurro- si fueras hombre no tendrías esas tetas que me encantan, además de tus caderas.
Mis mejillas se sonrojaron ligeramente por sus palabras.
-Ahora me siento acosada, se lo diré a Mateo.
-¿Cómo le piensas hacer?
-Bueno, pues, me disfrazo.
-Pero tú no pareces chico.
-Lo lograremos, no te preocupes, tenemos tiempo.
-Es pasado mañana.
-Bien, confía en mí, con Mariana lo hice una vez y me quedo muy real.
-¿Mariana?
-Oh, ella, es una amiga.- no había mencionado a Mariana con Judith, ella no tenía idea de lo de Mar, y se me escapo.
La expresión de Judith se tornó seria de repente, era obvio que no había creído que Mariana fuera solo una amiga.
-¿Por qué tendrías que disfrazarte de hombre con tu amiga?
-Bueno, al principio, fue una buena idea, y nos turnábamos, y bueno, no te mentiré lo que pasa es que…
Le conté mi historia con Mariana, todo, excepto de mi último acostón hace poco, eso me lo reserve.
-Entonces fue tu novia.
-Sí, lo fue.
-Y por lo que me cuentas la querías mucho.
-Sí, no te mentiré, la quería mucho, pero, ahora no es más que una amiga.
-Mírame, ¿realmente ya no sientes nada por ella?
Mi mirada se clavó fija en sus  ojos hipnóticos, y le dije justo lo que sentía.
-No puedo sentir nada por ella que no sea amistad, además, hay alguien que me gusta mucho, y creme que nunca sentí por Mar lo que siento ahora por ella.
-Y ella es…
-Hilary Duff.
-¿Qué?
-Es broma tonta, eres tú, solamente tú, te a-m-o.
-Pues yo también estoy enamorada.
-Y su nombre es…
-Mateo.
-Bien, eso no me la esperaba.
-Yo sé que no.
Comenzamos a reír, las bromas continuaron hasta que se hiso tarde y tuvimos que despedirnos.
Al llegar a casa mi madre me esperaba lista para un interrogatorio.
-Abril, has estado pasando mucho tiempo con esa chica.
-Algo.
-Dime, andas otra vez con esas cosas.
-Mira, no es por ser grosera, pero es muy mi cuerpo, muy mis labios y solo me concierne a mí  con quien los comparto, además sabes que soy súper bollera, así que no creo que la pregunta sea necesaria. Además está saliendo con Mateo.
-Mateo, creo que he escuchado ese nombre antes.
-Seguro que sí, mami, seguro que sí.
Me fui a mi habitación con una sonrisa, mi madre recordaba el nombre de Mateo, pero no del todo bien, si su memoria fuera mejor, recordaría que así llamaba a Mar, antes de que decidiera salir del armario, agradezco a los inicios de la pérdida de memoria.
El día pasó, era sábado, por fin, tenía que convertirme en Mateo para la cita, tenía 8 horas para convertirme en hombre, y no cualquier hombre, sino en “el hombre”.
Me di una ducha, desayune y me fui a casa de Judith, en donde realizaría mi transformación, puesto que no había nadie en su casa, y en la mía mi madre estaría allí todo el día y mi transformación sería imposible.
-Bien, ¿por dónde comenzamos?
-Judith, comencemos por lo primero, el cabello.
-¿Te lo cortaras?
-No, tenemos que arreglarlo, mira.
Saque de la bolsa que llevaba una res para el cabello y una peluca.
-Pero no traes ropa.
-Tienes un hermano mayor.
-Sí, usaras su ropa. Te quedara enorme.
-Bueno, la de Toni me quedaba chica y es más fácil disimular los senos con ropa holgada.
-Vamos por ella.
Salimos de la habitación, y nos dirigimos hacia la de su hermano, estaba todo regado, la ropa por todas partes, no había un orden claro, no se sabía cuál ropa era la sucia y cual la limpia.
-¡Dios! Esto es increíble, Abril, averiguar cuál ropa no está sucia nos llevara horas.
-Descuida, esto está limpio, además combina con esto otro, vez.
-¿Cómo lo supiste?
-Mi cuarto salía estar igual.
Salimos con unos pantalones deslavados y rotos de las rodillas, una playera azul, y una camisa a cuadros  del mismo color.
Eran las 5 de la tarde, la cita seria a las 7 así que comencé  a transformarme, después de haber hecho algunos pendientes con Judith, tareas escolares y demás, el tiempo se nos había ido rapidísimo.
Con una venda oculte mis senos, con ayuda de la red y una peluca mi cabello quedo perfectamente disimulado, la peluca era castaña, con un buen acomode y una peinada quedo muy natural, los pantalones me quedaban algo flojos pero un cinturón lo resolvió todo, la playera era moderna y me daba un aspecto desenfadado, para darle un toque más roquero me puse una chaqueta de cuero, no es porque sea yo, pero debo de admitir que era un chico muy guapo, parecía un príncipe.
-Wow, me sorprendes, nunca pensé que pudieras verte tan bien como hombre.
-Bueno, gracias, espero que con esto no te vayas a hacer hetero.
-Descuida, sin tus pechos no es  lo mismo.
-Ahora soy Mateo, y los chicos no tenemos pechos.
-Bien amor, nos queda media hora, que quieres hacer mientras.
-Bien, ahora que soy hombre, solo quiero hacer lo que los hombres siempre quieren.
-Creo que sé lo que quieres.
-Yo sabía que tu si me entendías, quiero ver futbol.
Me senté en el sofá de su sala, encendí la tele, y me puse a ver un juego del cruz azul, mientras Judith me miraba desconcertada.
-Pero si tú ves futbol aunque no estés  vestida como hombre.
-Shshsh, están jugando.
Judith, no entendía lo que pasaba con migo, y yo lo disfrutaba, se sentó a mi lado a regañadientes y se puso a ver la pantalla.
Cuando estuvo lo suficiente mente cerca, la tome de la mano, y me acerqué a sus labios dándole un suave beso.
-Lo que no gusta de que seas hombre es que tu bigote pica.
-Lo siento- me quite el falso mostacho de un tirón, el cual resulto ser más doloroso de lo que imaginaba, di un pequeño grito de dolor, y la volví a besar.
Mientras nos ocupábamos en nuestros labios, el timbre sonó, eran ellos y ya no había tiempo para volver a pegar el bigote, lo lance lejos y abrimos la puerta para salir.
-Buenas noches.- saludo el amigo de Judith, el cual iba acompañado de una chica, no, muy alta, de cabello rubio, y delgada, nada mal la chica si se me permite decir.
-Buenas- saludo Judith a los dos con un beso en la mejilla.- Les presento a Mateo, Mateo él es Sergio, y ella es  Carol.
 -Buenas- salude engrosando un poco la voz, me acerque a la chica y le di un beso en la mejilla, estuve a punto de hacer lo mismo con él, hasta que recordé que era un hombre, así que solo le di un apretón de manos y un saludo medio “cholo”.
-Bien, nos vamos en mi auto. – Ofreció, el joven muy elegante que antes había intentado salir con mi chica.
Asentimos, y lo seguimos, Judith, parecía un poco nerviosa, no dejaba de ver a los chicos que nos acompañaban como esperando que se dieran cuenta, yo por mi parte estaba disfrutando de mis momentos de macho, hable sobre futbol, luchas y chicas lindas:; Sergio parecía disfrutar de nuestra charla, Carol y Judith conversaban sobre cosméticos, así que nos veíamos muy normales.
-Y ¿Desde cuándo son novios? –pregunto Sergio mientras tomaba una cuantas botanas del tazón en la mesa.
-Desde hace un mes- contesto Judith, cosa que era cierta, ya era un mes, con pocos días, solo que las cosas con mi tía no nos habían dejado celebrar, además no había mucho que celebrar ya que aún no era muy oficial porque ella no había salido.
-Me alegro de que estés con alguien Judith.
Carol parecía sincera en sus palabras.
-Ya incluso pensaba que eras “rarita”.
Las palabras de Sergio hicieron que la soda que estaba tomando se me fuera por otro lado y casi me ahojo.
-¿Cómo que “rarita”?- pregunte mientras me recuperaba.
-Sí, bueno, es que no le conocíamos ningún galán, así pensamos que tal vez se estaba enamorando de Abril.
-¿Abril?- pregunte impaciente por saber que pensaban de mí.
-Sí, a Sergio se le ocurrió que tal vez te gustaba ella- comento Carol dirigiéndose a Judith.-Con eso de que siempre están juntas, y bueno desde que la conociste no dejabas de hablar de ella, y parece que te gustara. Recuerdo que desde que la viste preguntaste quien era e incluso investigaste un poco sobre ella.
Judith se puso algo sonrojada, mientras yo escuchaba fascinada lo que Carol decía, sin perderme detalle alguno.
-Y esta Abril ¿es guapa?- pregunte emocionada por saber la respuesta.
-Mucho- contesto Sergio de inmediato- esta guapísima, tiene unos ojos, una cintura, una cadera, es hermosa.
-No esta tan mal, además me gusta su cabello.-Completo Carol, a su acompañante.
-Y ¿Por qué creían que eran algo ellas?
Mi pregunta parecía incomodar un poco a Judith, pero la tranquilice con un susurro en el oído “tranquila, se lo que hago, además nos sirve saber lo que piensa la gente, no are nada que pueda perjudicarte”, eso pareció tranquilizarla, aunque en este tiempo no había dicho nada. 
-Bueno, no sé, tal vez fue por la película que vimos aquel día.
Carol, parecía recordar lo que Sergio le decía.
-Cierto, por eso lo pensamos pero es obvio que no es el caso.
-Y ¿Abril es lesbiana?
-No lo creo- contesto Sergio muy rápido- la vi hace un tiempo con Andrés, estaban muy contentos, ¿no es su novio?- pregunto a Judith.
-No lo sé, tal vez lo sea- contesto Judith, sin darle importancia.
-Sí Abril lo fuera, yo si saldría con ella- interrumpió Carol, causando que Sergio fuera quien casi se ahogara esta vez.- es guapa, y tal vez bese bien.
Judith me miro con sorpresa, y yo estaba en un estado de incredulidad, Judith comenzó a reír mientras Sergio casi veía la luz.
-Deberías de proponerle algo.- sugirió Judith, -lo peor que podría pasar es que te de una cachetada y te demande por acoso.
-Tienes razón, algún día. Aunque es hetero, por lo que se. Pero tal vez quiera experimentar.
-Experimentar siempre es bueno- interrumpí a Carol.
-Sergio, vamos a bailar.- Carol tomo su mano y lo jalo a media pista, el pobre chico apenas se acababa de recuperar cuando esta lo saco.
-Wow, así que soy guapa.
-Acaso lo dudabas. Pero sospechaban algo.
-Sí, pero después de esto no creo que tengan dudas.
-¿No te molesta?
-No. Además descubrí que puedo tirarme a Carol, si lo deseo.
-¿Y lo deseas?
-Deseo tirarme a alguien, pero no a Carol.
-¿A quién te quieres tirar?
-A ti.
Al decirle esto la bese apasionadamente, y ella correspondió con la misma intensidad, Sergio y Carol lo vieron, así quedaron convencidos de que Judith era muy hetero.
La noche paso sin  contratiempos, a excepción de que cuando Judith fue al baño, en tres ocasiones se me acercaron chicas a invitarme a bailar, pero rechace a todas.
-Parece que tienes pegue- comento Sergio, mientras miraba el trasero de la última chica que se había acercado a mí.
-¿Eso crees?  Pero no soy guapo.
-Ahora que no está Judith, te puedo decir que si lo eres- dijo Carol, cerciorándose que Judith no estuviera cerca.
-¿Más que Abril?
-Empate- concluyo Carol, mientras reía.
Después de bailar un poco, concluimos y nos fuimos, yo me quede con Judith, mientras Sergio y Carol, se marchaban a sus casas.
-Bien, sospechan de nosotras.
-Después de esto no.
-Tengo que decirlo.
-¿Estas lista?
-No, pero…
-No, si no estás lista, no lo agás no te obligo, además, podría ser divertido por un tiempo.- después de interrumpirla la bese y entramos a su casa.
-Judith, ¿Qué haces?
Al escuchar la voz, nos separamos.
Se trataba de su madre, la señora se encontraba sentada en la sala.
-¿Quién es este chico?
-Soy, Mateo, señora, mucho gusto.-estire la mano y la salude.
-Mucho gusto Mateo, pero es un poco tarde para visitas no lo crees.
-Tiene mucha razón, hasta luego- le di un beso en la mejilla a Judith, y me despedí de su madre cortésmente, para después salir por la puerta.
-¿Es tu novio?
-Si-  contesto Judith.
-Es guapo.
En eso salió Ángel de la cocina.
-Ese chico traía una jean´s iguales a los míos.
-Que coincidencia- contesto Judith, mientras subía a su cuarto.

Al llegar a mi casa hice el menos ruido que me fue posible, no quería que nadie se despertara y me viera de esa forma, sentí que lo lograría hasta que la luz se encendió, pensé que sería mi madre y que estaba muerta, gire lentamente hacia la figura que aparecía detrás de mí; mi sorpresa fue aliviadora al darme cuenta de que solo se trataba de Toni.
 -¿Qué haces vestida así?
-¿Qué haces despierto a esta hora?
-Yo pregunte primero.
-Bien, mira, ¿Cuánto quieres?
-Me  alegra que entiendas.
-Te conozco, sé que quieres dinero por esto, así que dime.
-Quiero quinientos.
-¿Quinientos?
-Sí, bollerita.
-Vale, solo porque estoy de buenas.
Subí a mi cuarto, con Toni como guarda espaldas, lo deje en la puerta mientras buscaba el dinero. Salí y se lo entregue serrándole la puerta en las narices.
El día no había sido tan malo, me había dado cuenta de que a las personas les parezco guapa, además de que Carol se siente atraída por mí, Judith, se sintió algo incomoda por el hecho de que ellos se pudieron dar cuenta de lo nuestro, pero después de esta salida creo que no volverán a dudar, tendré que entregarle la ropa a Judith, e ir a recoger la mía, mañana tendré que ir a su casa, iré por la mañana, sirve que damos una vuelta.
Eran las 10am estaba llegando a la casa de Judith entre y me dirigí a su cuarto en donde me dijeron que se encontraba.
Estaba recostada en su cama, tenía sus audífonos puestos, y los ojos serrados, estaba durmiendo, era un poco tarde para que durmiera, se veía tan dulce e inocente, me acerque suavemente para no despertarla, me senté junto a ella con mucho cuidado, parecía tan frágil, que temía dañarla, toque su mejilla de manera muy suave.
Judith, dijo entre sueños, “Abril”, al escucharla me sentí feliz, incluso en sueños pensaba en mí.
 -Judith- susurre en su oído.
Ella abrió los ojos suavemente, me sonrió, y se levantó de repente.
-¿Abril?, soñé contigo.
-Ah, sí, y ¿Qué  hacíamos o qué?
-Sí te lo digo pensaras que soy una pervertida.
-Bueno, no necesito que me lo digas, yo sé que lo eres.
Sus ojos miel se clavaron en los míos, su mirada era de lo que más me gustaba.
-¿Qué te parece si lo hacemos realidad?
-Me parece genial.
Antes de que pudiéramos iniciar el beso, tocaron la puerta.
-Tocan- susurre mientras me alejaba de sus labios.
Judith se acercó y abrió la puerta.
-Hola, hija. Hola Abril- su  madre entro en la habitación.- Judith, quería decirte que a tu padre le gustaría conocer a Mateo, así que quiero que lo invites a comer. Abril si tú quieres puedes quedarte, sería un gusto que comieras con nosotros.
Judith y yo nos vimos una a la otra, Mateo tenía que aparecer en la comida, y bueno yo no podía estar a la vez.
-Gracias señora, pero no puedo, tengo comida familiar, solo vengo a dejarle unas cosas a Judith.
-Mamá, no sé si Mateo pueda venir, él es muy tímido y bueno.
-Sí, ese chico va enserio no creo que se niegue.
-Es probable que no tenga tiempo.
-Judith, tal parece que no quieres que venga, ¿acaso no es tu novio?
-Sí, pero es demasiado formal aun.
-Bueno, no nos lo habías dicho, y tenemos que conocerlo.
-Judith, tu mamá tiene razón, deberías de invitarlo.
-Abril, ¿crees que tenga tiempo?
-Yo creo que sí.
-Bien, entonces nos vemos, y aquí lo esperamos, llámalo.
Su madre salió, y se dispuso a comenzar con el menú.
-¿Qué hacemos?
-Pues, invitar a Mateo.
-¿Estas segura de que puedes?
-Sí, claro. Mira me voy a cambiar, y vengo en un rato.
-Vale, te espero.
Salí de su casa y me fui a la mía.
Busque en el armario de papá, y encontré unos pantalones de sus tiempos de juventud. En el armario de Toni encontré ropa nueva que le había quedado enorme, tome lo que me pudiera quedar y me la lleve a mi cuarto.
Mi cabello quedo cubierto por una red, la peluca se miraba bien, me vestí casual, pero elegante, el saco de mi padre le daba un toque muy sofisticado, me veía como un chico decente. Aunque claro que no lo era, salí de  mi casa a escondidas, sin que nadie me viera y me dirigí a la casa de Judith.
-Buenas tardes señora.
-Buenas tardes, Mateo.
Entre a la casa donde se encontraban todos sentados en la mesa listos para comer, al parecer me había tardado más de lo que creí, así que todos ya se encontraban listos.
La comida era una crema de champiñones, con quien sabe que, filete, y de postre un pay de queso, que en mi opinión fue lo mejor de toda la cena.
-Mateo, es un gusto conocer al novio de mi hija.
-El gusto es todo mío señor Montero.
-¿Desde cuando sales con mi hermana?- pregunto Ángel mientras comía su crema de champiñón.
 -Desde hace un mes.
-¿Han tenido sexo?- pregunto Alex, provocando que su padre cambiara a todos los colores posibles.
Judith, se puso roja, y yo estaba con la piel blanca como papel, ¿Qué se supone que diría?, “si claro, ya lo hicimos, aquí en su casa mientras no estaban”, si eso hubiera salido de mis labios estoy segura de que su padre me hubiera partido la cara.
-¡Alex!- regaño Mónica a su indiscreto hijo.
-Discúlpalo- menciona el señor Montero.
-Descuide, también tengo hermanos, y sé que suelen ser un poco indiscretos e imaginativos.
-Así que tienes hermanos.
-Sí, un hermano menor.
-¿No tienes hermanas?
-No, no tengo.
-Pensé que eras hermano de Abril.
Al escuchar que Ángel pensaba que era hermano de Abril, mis piernas empezaron a temblar.
-¿Por qué pensaste eso?
-Creo que se parecen un poco ¿no crees Judith?, tu novio y tu mejor  amiga son un poco parecidos.
-No, no lo creo, Ángel, Abril es más baja de estatura y no se parecen en nada.
-Yo creo que un poco en los ojos.- comento Mónica- son del mismo color.
-No incomoden al chico.- Decreto el señor Montero.
-Sí, no acosen a mi novio. 
-Descuida, no es malo, además si me parezco a esa chica, entonces debe de ser tan fea que parece chico.- Comente para disimular el miedo por ser descubierta.
-No, Abril no es fea, al contrario, es muy guapa- Alex salto en mi defensa- algún día será mi novia.
Al escuchar al hermanito de Judith, no pude evitar sonreír, tal parece que mi cuñado quiere ser mi novio, para mi desgracia no se parecía en nada a Judith, y era de la misma edad de mi odioso hermano, así que quedo descarado de inmediato.
-Sueña, hermano.
-Judith, cuando sea novio de Abril, tendrás que respetarme, no puedes maltratar al novio de tu mejor amiga.
Judith se echó a reír y yo secunde esa risa.
-Bueno, si le pones empeño tal vez eso suceda- alenté al iluso hermano de Abril, el cual ya casi planeaba nuestra boda.
-¿Y tus padres?, no los has mencionado.
-Bueno, ellos siempre están viajando, así que no se encuentran en el país.
-¿Y con quien vives?
-Con mi…-tenía que pensar en algo pronto- abuela.
-Nos gustaría conocer a tu abuela.- la madre de Judith se veía muy emocionada al decir esto.
-Sí, algún día.
Seguimos comiendo con mucha tranquilidad.
-Mateo, mis amigos vendrán a practicar futbol, porque no te quedas y juegas un poco.
-No soy muy bueno en eso de meter goles.
-No, no es ese futbol, es futbol americano.
-Tiene que regresar a su casa.- interrumpió Judith.
-Vamos, no es tan difícil, que no te de miedo- el padre de  Judith parecía emocionado- si eres el novio de mi hija tienes que ser fuerte.
-Sí, me quedare a jugar, será divertido.
Judith me miro como diciendo “que has hecho, te mataran tonta”, a lo que yo conteste con una “no será tan malo, hierva mala nunca muere”
Salimos a la terraza, a esperar a que los amigos de Ángel llegaran, platicábamos sobre lo emocionados que estaban por ver al novio de su hija en acción.
Cuando los amigos de Ángel llegaron,  este me dijo que fuera a cambiarme, me dio una camisa suya para no ensuciar mi ropa, Judith se ofreció a llevarme adentro a un lugar donde me pudiera cambiar, ya que por obvias razones me negué a hacerlo en frente de todos.
-Abril, te mataran.
-No, Judith, tu confía en mí, lo único que tengo que hacer es evitar que me tacleen.
-Si uno de ellos llega a tocar tu pecho…
-Estoy vendada no sentirá nada más que un pecho plano.
-Y si te golean.
-No me pasara nada.
Salí con la ropa de Ángel, y me puse en posición.
-Tu Mateo, serás corredor, solo corre con el balón hasta la línea.
-Vale.
Comenzaron, se aventaban unos a otros y yo corrí hacia la dichosa línea. Ángel arrojo el balón antes de ser arroyado por uno de esos mastodontes que decían ser sus amigos, no sé cómo lo hice pero atrape el balón. En cuestión de segundos me vi perseguida por 5 orangutanes que lo querían. Sentí un miedo terrible, mientras ellos corrían a toda velocidad detrás de mí.
No tengo ni la más remota idea de donde salió uno que me dio tremendo golpe que me saco volando cerca de tres metros de distancia, por suerte traía el típico casco del juego, que si no hubiese muerto, sentí como flotaba por el aire, mientras Judith solo gritaba “bruto que le hiciste”, al caer contra el suelo sentí como mi cuerpo dio tres vueltas en el suelo antes de quedar boca arriba, todo era mucho silencio, veía todo como si estuviera cubierto por un cristal empañado.
-¿Estas bien?
Pregunto el hermano de Judith mientras me daba la mano para levantarme.
-Sí, perfecto.
Me levante, sacudí la tierra de mi ropa y levante el dedo pulgar en dirección a Judith en muestra de que estaba bien.
Hicimos una reunión para ponernos de acuerdo en la siguiente jugada.
-Mateo, solo esquívalos, después del primer golpe ya no duele tanto.
-Claro- conteste mientras me dirigía a mi lugar.
Todo comenzó de nuevo, corrí atrape el balón y me encontraba de nueva huyendo de esos enormes gorilas hambrientos de sangre, corrí lo más rápido que pude, y nuevamente de la nada apareció un tipo que me ha dado tremendo golpe que volé de nuevo.
Me levante como pude esta vez sin ayuda y me acomode en mi lugar.
La jugada se repitió de nuevo con el mismo resultado.
Sentí que mi cuerpo era arrollado por un camión, pero allí estaba, y lo intente de nuevo.
-Es como bailar.
Me dijo Ángel antes de alejarse.
Bailar, yo soy pésima, pero mi madre me hiso tomar clase de valet de los 5 a los 9 años, algo debí de aprender.
Tome mi lugar, y de nuevo en segundos me encontraba perseguida por los chicos, uno de ellos se arrojó a taclearme, en eso di un salto, y un giro, lo cual hiso que este fallara, continúe corriendo y esquivando con movimientos de valet clásico, hasta que conseguí llegar a la línea. 
Todos se acercaron a mí y comenzaron a felicitarme.
-Un poco peculiar tu novio- le dijo su padre a Judith.
-Sí, por eso lo amo.
La jugada la repetimos más ocasiones, ya no me lanzaron por los aires.
Mi madre ni se imagina para lo que me sirvieron sus clases, si se hubiera imaginado que las usaría para jugar con el hermano de mi novia, disfrazándome de chico, no me hubiera obligado a tomarlas.
El juego termino con un triunfo de mi equipo, los amigos de Ángel se despidieron de mi como si me conocieran de siempre.
Me encontraba sucia, sudada y muy adolorida.
-Lo mejor será que tomes una ducha.
Ofreció amablemente mi suegro.
-No, lo mejor será que me valla.
-Vamos, puedes utilizar el baño de invitados, lo necesitas.
Sugirió la señora Mónica, creo que no me habían dicho que apestaba de una forma tan sutil como ella.
-No quiero molestar.
-Adelante- me tomo de la mano la dulce señora y me llevo al baño.
Pedí a Judith que me llevara mi ropa y me metí a la ducha.
Mientras yo me bañaba Judith esperaba en la puerta cuidando de que a nadie se le ocurriera asomarse.
No tengo idea de que fue lo que paso con Judith, pero escuche que la puerta se abría, pensé que sería ella que quería decirme algo, así que no le di importancia.
-Mateo, ¿este lastimado?
Esa era la voz del hermano de Judith, ¿Qué hacia adentro?
-¿Por?
-Es que aquí esta una venda.
-Es por una herida que tengo.
-Déjame ver para ayudarte.
La puerta que separaba la regadera del retrete se comenzó a abrir, me lance hacia ella para evitar su recorrido.
-No, no, estoy muy bien.
-¿Seguro?
-Sí, no es nada.
-¿Qué es eso?
Estoy segura que se refería a la peluca que había dejado escondida bajo la ropa de seguro la vio.
Antes de que el pudiera tomarla o yo salir para impedirlo escuche que la puerta se abría.
-Ángel ¿Qué haces?
Era Judith.
-Creo que tu novio se lastimo- apunto hacia la venda- pero ¿tú que haces aquí?
-Vi una sombra y pensé que Mateo podría necesitar algo.
-¿Cómo que le enjabones la espada?
-No, tú, ¿Qué es lo que quieres aquí?
-Mi rastrillo.- se estiro y tomo el rastrillo que se encontraba en la sima de un mueble.
-No es por molestar, pero si me dejan solo- interrumpí para poder salir.
Judith, dejo la secadora que llevaba sobre el mueble.
-Es hombre, no necesita secadora.
-Su cabello es delicado, si no lo seca se le esponja.
Ambos salieron y por fin pude salir de la ducha.
Judith, había llegado justo a tiempo, supongo que en lo que fue por la secadora Ángel entro a la ducha.
Me seque el cabello perfectamente, lo ate y me acomode la peluca, me vende el pecho, y me puse la ropa que había traído.
Ahora  ya limpia me despedí de todos y me fui.
Me fui a un parque en el  que me encontraría con Judith la cual me traería mi ropa que había dejado en su casa.
 Después de cambiarme nos sentamos un rato en una banca.
-Mensa.
-Y eso Judith.
-Aun tienes el descaro de preguntar, tonta, desquiciada.
-¡Oye!, no me insultes.
-Abril, pensé que te matarían.
Mire su rostro, estaba enojada, y llorando.
-Yo, estoy bien.
-¡Tonta!- me abrazo con todas sus fuerzas- me asustaste.
Los brazos de Judith rodeaban mi cuerpo, con mucha fuerza.
-Lo siento- la abrase- ¿Por qué te preocupaste?
-Porque te amo, y si te hubiera pasado algo yo…
No deje que completara la frase, le di un abrazo más fuerte que el último.
-No me pasara nada.
Me levante y camine hacia mi casa.
Judith me alcanzo y se ofreció a llevarme en su auto.

Llegue a mi casa, me puse la pijama (aunque apenas fueran las 7:30p.m) y me dormí.
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4 comentarios:

  1. Jajaj, muy bueno, pero que muenda, no creó que levante mañana.

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  2. Muy valiente... Seguro q al dia siguiente no sentira su cuerpo!!!pero quien no hace locurass o_O amorrr

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  3. Jjajaj reí y disfrute mucho este capitulo :D, Sigue así, éxito!

    -Lis

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  4. Jajaja es un chiste esta abril y la verdad loca desquiciadaaaa jaja muy buena historia beso ARGENTINA

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