Amor Inmortal - Ve.C - 82

Capítulo 82

La suelto rápidamente después de lo que acabo de hacer.

-      Lo siento Natalia- digo rápidamente bajando la mirada, ella ni siquiera a correspondió al abrazo- pero es que después de que me dijeron que estabas muerta, no esperaba volver a verte.

-      Está bien, te entiendo- dice intentando sonreír-  mí me pasa lo mismo, no esperaba volver a verte, pero me alegro.

Ella me mira a los ojos. Esos ojos celestes, que se encuentran más oscuros de lo que son.  Esa mirada que me lanza, enciende  algo que creí que estaba muerto dentro de mí.  Sus labios rosados siguen tan apetecible como la última vez que los probé. Todo en ella sigue como la última vez que la vi. Debo reconocer que tengo deseos de lanzarme a sus brazos y disfrutar de su cuerpo y el mío juntos una vez más.

-      Esto es tuyo- dice tomando mi mano y depositando algo allí.

Al separar su mano de la mía puedo ver un anillo, con una gran esmeralda en el centro. 

-      ¿Por qué me das esto?-pregunto sin dejar de mirar el verde brillante del anillo.

-      Es de tu compromiso- responde- te lo dio Arim al pedir tu mano.

-      Vaya, la verdad es que no lo recuerdo.

-      Es que lo usaste muy poco es por eso. Te lo doy porque es tuyo y bueno ya que estas aquí.

-      Es un anillo hermoso- respondo observando el tallado de rosa que tiene.

-      Lo es, mando a tallar la esmeralda de esa forma solo para ti- dice alzando al pequeño que despertó- hay que preparar el almuerzo.

-      Gracias por dármelo- respondo levantándome- ¿te ayudo?

-      Es tuyo así que. Si quieres puedes venir conmigo a la cocina y vigilar a este pequeñín.

Al rato estamos almorzando Nick y yo una sopa nutritiva según ella.

El pequeño sentado en su mesita, sonríe a su madre mientras ella le da de comer jugando con él.

Después de unos minutos mientras ella arregla todo en el comedor y levantas la cosa para llevar a la cocina.

La observo detenidamente mientras limpia y acomoda todo y la verdad es que a pesar de ser una oscuro, sigue siendo tan humana como yo, con la única diferencia que su alimentación es diferente.

Ahora si me siento confundida. Porque ella vuelve a despertar en mí el deseo, las ganas de besarla, de sentir su amor.

Por un lado mi mente me hace razonar, sabiendo que tengo prometida y que no le puedo hacer esto a ella, no puedo desear a alguien más, pero por otro, mi corazón me grita que no he dejado de amarla y que jamás lo hare.

Puede que desde que conocí y empecé mi relación con Josefina me haya repetido muchas veces de que la amo, intente sacar la esencia de Natalia a toda costa de mí. Ansié amar a alguien humana igual que yo, que sus manos no estuvieran manchada de sangres inocentes como las de Natalia. Pero como diría Camila mi corazón jamás dejo de amarla, puede que mi mente se haya creído esa mentira que me repetí una y otra vez diciéndome que amo a Josefina, pero mi corazón ha sabido la verdad todo este tiempo. Y ¿ahora qué voy hacer?

Llevo mi mirada al pequeño que empieza a cerrar los ojitos en su sillita y me mira para que lo alce

-      Deberías- escucho decir a Natalia haciéndome seña que lo cargue - sino quieres que llore.

-      ¿segura no llorara en mis brazos?-pregunto al cargarlo.

-      No, le caes bien por eso te está pidiendo upa. Además quiere dormir.

Lo acuesto en mis brazos y apoya su cabeza en uno de mis pechos y  una de sus manitas pone allí.

-      Interesado- escucho decir  a Natalia por lo bajo riendo con la actitud de su hijo- encontró comodidad- esta vez dice fuerte y señalando mis pecho- es la primera vez que duerme con alguien así.

Él bebe con los ojitos lloroso del sueño mientras intenta seguir despierto me sonríe.  Acaricio su cabecita para que duerma más rápido.

-      Ma…mi- dice mirándome con un brillo en sus ojos y sonriendo aun acostado en mi pecho.

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