Amor Inmortal - Ve.C - 76

Capítulo 76

Salgo a reunirme con Camila y Josías que están en la barra abrazados.

Después de escuchar el relato de Karla, menos puedo mirarlo a los ojos me siento culpable, porque si yo no le hubiera dicho lo que le dije, ella hubiera ido y vuelto bien. Y podría estar en la boda de su hermano.

Camila se acerca y me abraza.

-      Si necesitas llorar hazlo- me dice al oído.

Me separo de ella y siento las manos de Josías en mi espalda.

-      Lo siento- digo mirándolo y tocando su mejilla- fue mi culpa.

-      Mira cuñada-responde él y lo miro sorprendida- siempre serás mi cuñada- dice sonriendo- no fue tu culpa, fue su decisión.

-      De todas formas… - y no termino de hablar

-      Nada Adriana- contesta- deja de echarte la culpa ella de todas formas tenía que ir a pelear con ese sádico y sabíamos que podía no volver.

Apoyo unos momentos mi cara en su rostro. Ella ha sabido criarlo bien y me alegro de que sea el hombre que ama mi amiga.

-      Me voy a casa- digo levantándome- no me siento bien, necesito estar sola.

-      Bueno, cualquier cosa que necesites nos llama- dice Camila al despedirme de ella.

 Salgo y tomo un taxi directo a casa. Al llegar me doy cuenta que esto dos años, he estado viviendo en casa de Natalia, a donde ella solo me había traído para estar segura de Politari.

Entro despacio, recordando todos los momentos vividos con ella aquí, la noche que hicimos el amor, cuando la vi bañarse, cuando llego herida por enfrentarse a Lilith. En cada rincón hay algo suyo y las lágrimas mojan mi rostro.

Me doy cuenta cuanto la extraño. La casa esta cambiada aunque nunca he vuelto a entrar en su habitación, solo he estado en la que ella me dio hace más de dos años.

Me asomo despacio a su habitación, como si fuera a encontrarme con su fantasma, aunque si lo hiciera estoy segura de no asustarme.

Su cama sigue ordenada y las sabanas están limpias. Me acuesto abrazando su almohada, aún tiene su perfume, ese que me gustaba sentirlo por toda mi piel. Cierro los ojos húmedos de tantas lágrimas, puedo ver su sonrisa, su mirada de la última noche junta.

Me siento como una niña entre tanta lágrimas, pero es que después de todo no puedo imaginarme que no este.

Abrazando la almohada me quedo dormida.

El sonido del timbre me despierta, tengo dolor de cabeza de tanto llorar. Me acerco aun dormida al intercomunicador.

-      ¿sí?-pregunto.

-      Cariño soy yo-escucho la respuesta del otro lado- me olvide las llaves.

-      Ok-respondo cortante.

Abro la puerta y la miro seria.

-      Me olvide en la oficina-dice Josefina- salí apurada para acá y las deje allí.

-      ¿no tienes siempre la llave con las del auto?

-      si pero esta noche las saque por se me salió el llavero y me olvide de ponerlas ¿estás bien?-pregunta

-      Me duele la cabeza-respondo dirigiéndome a la habitación.

-      Estuviste llorando ¿paso algo?

-      Nada jose, solo me entere de algo que me causa mucha tristeza.

-      Está bien- responde sabiendo que no voy a decirle más nada- espérame en la cama que te llevo algo- dice yendo a la cocina.

Me dejo caer en nuestra cama intentando contener las lágrimas que amenazan con volver a salir.

-      Te traje un té con unas pastillas para el dolor de cabeza- dice entrando con una bandeja.

-      No quiero nada-respondo algo dormida.

-      Amor ¡te los vas a tomar!- contesta seria- habrás llorado mucho para que te duela la cabeza así que hazme caso.

-      Está bien- respondo resignada tomando la pastilla y el té - gracias.

Se acuesta a mi lado y me abraza. Puedo sentir sus caricias en el cabello que empiezan a darme sueño otra vez.

-      Jose, estoy pensando en irme unos días de vacaciones, con todo lo que ha pasado quiero despejar mi mente- digo mirándola- me gustaría que tu vinieras conmigo.

-      Cariño- dice depositando un beso en mis labios- me encantaría ir contigo, pero por ahora no puedo, sabes que ese caso vengo llevándolo hace casi un año y estamos a punto de conseguir toda la información que necesitamos para encerrar a los de esa organización, no puedo irme así no más.

-      Entiendo- respondo un poco triste- pero le has dedicado muchas horas a ese caso y eres la que mejor conoce todo los detalles así que tienes razón no puedes dejar. Iré sola.

-      Si amor, es por eso que no puedo dejarlo. De verdad quisiera irme contigo. Y Camila ¿no puede ir contigo?

-      Sabes que Camila está preparando todo lo de su boda y no tampoco puede.

-      Cierto. Y ¿a dónde vas?

-      Karla me dio la dirección de una cabaña que tienen en Transilvania, el lugar parece ser lindo, tranquilo, ya que se encuentra entre las montañas.

-      Y de ¿Quién es? ¿iras a conocer el castillo de Drácula?-pregunta lo último sonriendo.

-      ¿es un interrogatorio esto?-pregunto sonriendo- debe ser de ella y Josías por eso me dio la dirección para que me quede allí.

-      Sabes que no cariño, simplemente quiero saber y estar segura- dice besándome- ¿Cuándo saldrás para allá?

-      Lo sé, pero no me pasara nada, no tienes por qué preocuparte, te llamare. Y cuando despierte, sacare los pasajes.

Empezó a besarme con ganas y a recostarme en la cama. Pongo una mano en su hombro y me separo un poco de ella.

-      Cariño- digo mirándola- no estoy de ánimos, solo quiero dormir.

-      Si eso quieres-responde sonriendo- solo durmamos.

Con su recuerdo tan presente esta noche no puedo hacerlo, solo me abrazo a su cuerpo y cierro los ojos.

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