Cerré los ojos y no podría creer la atrocidad que
cometí allí. Esa niña no tenía nada que ver, pero si la culpa de su padre la
pago ella y las personas que estaban allí que no tenían nada que ver con lo que
Akil y sus hombres habían hecho.
Ese era uno de los errores de lo que me arrepentí
siempre y lo seguiré haciendo. Me deje llevar por mi lado animal, de todas
formas no tengo perdón.
-
Deja de torturarte- dice Karla acostándome- te dije que
te recuperaras no que te pusieras a pensar en las cosas que hiciste recién
convertida. Todos pasamos por eso.
-
Ella me va a odiar- respondí mirando sus ojos- ni
siquiera merezco que me ame.
-
Y tienes que ponerte a decir idioteces. Tú no eres la
misma que en esos momentos, has cambiado. Su recuerdo te ha mantenido humana.
Mereces su amor.
No respondí, solo pensar en todo lo que hice me da
repulsión de mi misma.
-
Tengo miedo de cometer lo mismo ahora-digo dejando caer
mi cabeza en la almohada- el solo hecho de que le vayan hacer algo me hierve la
sangre.
-
Eso no va a pasar. No le van hacer nada porque tú vas a
rescatarla.
El
castigo de los oscuros es sentir y percibir más que cualquier humano. Los
recuerdos me atormentan.
-
Si supiera tu padre en lo que te has convertido- dice
Akil- solo pensaba en ti a la hora de su muerte.
-
¡no lo metas!- grite girando y viéndolo.
El recuerdo de la muerte de mis padres e Istar hicieron que cayera nuevamente
en frenesí. Con la hipervelocidad fui matando a cada uno de los hombres atados,
incluso a los sirvientes que salían y veían la escena y se ponían a gritar
horrorizados.
Akil logro desatarse y me clavo una daga en el costado.
Lo alce por el cuello y clave mis ojos oscuros y fríos en su mirada.
-
¿Qué ella era de ti? Pregunto temblando en mis manos.
-
Ella era mi amor, la mujer más dulce y tierna que pude
conocer. La que me entrego su amor, su cuerpo y corazón. Tú jamás has conocido
mujer igual a ella y no tendrás la fortuna de hacerlo.
-
¿ella iba a casarse con Arim? las relaciones entre
mujeres está prohibido, salvo en las fiestas.
-
¿y que con eso? Mi amor por ella era y es puro,
prefería verla con vida y con alguien que también la quisiera aunque no pudiera
tenerla. Tú no sabes lo que es el amor.
-
¡ten misericordia de mí!- decía balbuceando- por tu
padre, por Istar.
Mala referencia Akil, pensé. Volví a recordar todo, la
violación que cometió contra Istar, la forma que mato a mi padre. El odio
volvió a invadirme.
-
¿tuviste misericordia de ellos?
-
Lo de Istar fue una locura, me deje llevar por el enojo
de su rechazo- decía con lágrimas- y lo de tu padre se salió de control, solo
quería la mercancía pero el luchaba…
-
Cometiste el crimen más terrible con ella- respondí-
jamás hubiera despertado mi odio, si por tu culpa, ella no moría.
-
… ella no era nadie…- dice
-
¿Nadie? Ella era todo lo que más ame
Note su cara horrorizada cuando emergieron mis
colmillos y los clave en su cuello. Una expresión de dolor se apodero de él.
Absorbí toda su sangre y destroce todo aquello que era su cuello. Sentí su
cuerpo estremecerse, su aliento había escapado de su cuerpo. Lo tome y arroje
junto a los demás.
Mire a mi alrededor y había cuerpo apilados. Mientras
caminaba observando la escena me percaté de que la Mujer de Akil me miraba
temblorosa desde adentro donde la había metido con su hija. La mire pensando si
valía la pena quitarle la vida a ella también.
-
¿Cómo te llamas?-le pregunte observando fríamente
-
Ne…Nebet señora- respondió sin mirarme.
Estaba visiblemente asustada y por eso no se atrevía a
mirarme. Seguí caminado y ella quedo a mis espaldas. No quería matarla. Tal vez
era el único rastro de humanidad que quedaba en mí.
-
¡vete! Con tu hija- respondí mientras agarraba un
candelabro- si no quieren terminar igual que ellos.
-
¡gracias!- respondió agradecida mientras agarraba en
sus brazos a Nut y salía rápidamente de allí.
Me di vuelta a
mirar el lugar, la escena macabra que
había creado, había cuerpo apilados. La imagen ante mis ojos era de terror.
Lo había perdido todo: mi Padre, Madre, Mi amor, alma y
ahora la humanidad.
No me quedaba nada, va solo un niño que no se imaginaba
en lo que se había convertido su hermana.
Uno a uno fui arrojando los candelabros y prendí fuego
todo el lugar. Al alejarme mire por última vez el lugar, donde había dejado de
ser humana.
Por supuesto Caín y Lilith no tardaron en enterarse y
me lleve una buena reprendida, pero no les hice caso en nada de lo que decían y
seguí haciendo de las mías.
Unos años después tuvieron que decidir entre darme
muerte o desterrarme de Nod, Caín decidió lo segundo así empecé a vagar por el mundo hasta
terminar aquí.
De todas las cosas que
quisieras borrar de mi mente, esa es una de las cosas, además de la forma de
morir de Istar. Esos recuerdos siguen quemando mi interior y mi mente como un
tizón encendido.
Mi mundo es muy diferente a lo
que pintan los novelistas. Puedo decir que muy pocos somos los que hemos podido
superar nuestro lado bestial e intentar seguir siendo humanos.
Siempre he sostenido que no
somos como los vampiros de cine, podremos compartir con ustedes los humanos,
podemos parecer animalitos amaestrados, pero siempre seremos salvajes e
impredecible.
Me levanto de la cama y asomo a
la ventana cerrada, no es necesario abrirla para saber que pasa allá afuera.
Los minutos y las horas pasan
demasiado lento, mis ojos no se despejan del reloj, la aguja grande gira
demasiado despacio. No puedo hacer nada más que contemplarla.
-
Camila ha llamado- dice Josías
acercándose a mi lado- está igual que nosotros.
Me volví a mirarlo un poco desorientada.
-
Lo han hecho bien- respondo
tomando una bolsa de sus manos- ¿Cómo esta ella?
- Desesperada, Adriana le había contado todo el otro día
que se vieron- tomando mi hombro y haciéndome sentar en un sillón- pero en un
rato vendrá para aquí, pero no te sorprendió verla a ella aquí ¿Por qué?
- Lo supuse son amigas. Y no porque sé que es tu novia.
- ¿Cómo…- y no le deje terminar la pregunta
- Pues vi sus pensamientos y demás y te vi con ella.
- No deberías hacer eso, es invadir la intimidad de
alguien.
-
Lo sé, pero no la conocía y era
normal que lo hiciera.
Hablamos un rato con mi
hermano, el intentando distraerme con bromas de buen y mal gusto.
Hasta que los golpes de la
puerta nos indica que Camila ha llegado.
-
¿Cómo estás?-pregunta saludando
y sentándose a mi lado.
- Intentado controlarme lo más que puedo ¿tu?
- Es mi mejor amiga así que puedes imaginarte como estoy
además de estar rodeados de vampiros y que el igual que yo no puedan hacer nada
me desespera. Y solo he logrado tener la misma información que ustedes.
-
Entiendo, es frustrante. Ni bien anochezca, seguiré buscando- respondo
levantándome y yendo a bañarme.
Salgo con un pantalón negro,
unas zapatillas y remera de color marrón además de una chaqueta que ayude a
tapar el arma que llevo conmigo.
-
Todavía falta unos minutos-
dice Karla- iré contigo- esto lo dice cerca de mi oído.
- Karla, con la única condición de que busquemos en
lugares diferentes así sabemos cuáles descartar y no perdemos tiempo en los
mismos después.
-
Tienes razón haremos así.
Luego de una discusión Camila y
Josías para que se quedara con ella salimos a recorrer los lugares con
esperanza de encontrarla.
Recorrer toda la ciudad sin
encontrarla, empezó aumentar mis desesperación y más el no saber que más hará
Politari con ella.
Llegamos a casa con una mirada
y el ánimo como si hubiéramos sido
derrotadas. Al menos así me siento yo.
-
Buscamos en todas la
propiedades, fábricas y demás- explica Karla a una llorosa Camila.
-
¿la que se encuentra saliendo
de la ciudad también?-pregunta- esa que parece
Ambas nos miramos y mis ojos se
iluminaron como si hubiese descubierto la teoría de la relatividad o algo
parecido. Estoy segura que Einstein no se hubiera sentido como yo en este
momento al publicar sus artículos.
------------------------------------------------------------------------------------------------------La Teta Feliz Historias y Relatos ® Ve.C - Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Mmmmm, que siga así, esta historia me gusta mucho....
ResponderEliminarDelia