Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Amor Inmortal - Ve.C - 70

 Capítulo 70

Cerré los ojos y no podría creer la atrocidad que cometí allí. Esa niña no tenía nada que ver, pero si la culpa de su padre la pago ella y las personas que estaban allí que no tenían nada que ver con lo que Akil y sus hombres habían hecho.
Ese era uno de los errores de lo que me arrepentí siempre y lo seguiré haciendo. Me deje llevar por mi lado animal, de todas formas no tengo perdón.

-      Deja de torturarte- dice Karla acostándome- te dije que te recuperaras no que te pusieras a pensar en las cosas que hiciste recién convertida. Todos pasamos por eso.
-      Ella me va a odiar- respondí mirando sus ojos- ni siquiera merezco que me ame.
-      Y tienes que ponerte a decir idioteces. Tú no eres la misma que en esos momentos, has cambiado. Su recuerdo te ha mantenido humana. Mereces su amor.
No respondí, solo pensar en todo lo que hice me da repulsión de mi misma.
-      Tengo miedo de cometer lo mismo ahora-digo dejando caer mi cabeza en la almohada- el solo hecho de que le vayan hacer algo me hierve la sangre.
-      Eso no va a pasar. No le van hacer nada porque tú vas a rescatarla.

El castigo de los oscuros es sentir y percibir más que cualquier humano. Los recuerdos me atormentan.
-      Si supiera tu padre en lo que te has convertido- dice Akil- solo pensaba en ti a la hora de su muerte.
-      ¡no lo metas!- grite girando y viéndolo.
El recuerdo de la muerte de mis  padres e Istar hicieron que cayera nuevamente en frenesí. Con la hipervelocidad fui matando a cada uno de los hombres atados, incluso a los sirvientes que salían y veían la escena y se ponían a gritar horrorizados.
Akil logro desatarse y me clavo una daga en el costado. Lo alce por el cuello y clave mis ojos oscuros y fríos en su mirada.
-      ¿Qué ella era de ti? Pregunto temblando en mis manos.
-      Ella era mi amor, la mujer más dulce y tierna que pude conocer. La que me entrego su amor, su cuerpo y corazón. Tú jamás has conocido mujer igual a ella y no tendrás la fortuna de hacerlo.
-      ¿ella iba a casarse con Arim? las relaciones entre mujeres está prohibido, salvo en las fiestas.
-      ¿y que con eso? Mi amor por ella era y es puro, prefería verla con vida y con alguien que también la quisiera aunque no pudiera tenerla. Tú no sabes lo que es el amor.
-      ¡ten misericordia de mí!- decía balbuceando- por tu padre, por Istar.
Mala referencia Akil, pensé. Volví a recordar todo, la violación que cometió contra Istar, la forma que mato a mi padre. El odio volvió a invadirme.
-      ¿tuviste misericordia de ellos?
-      Lo de Istar fue una locura, me deje llevar por el enojo de su rechazo- decía con lágrimas- y lo de tu padre se salió de control, solo quería la mercancía pero el luchaba…
-      Cometiste el crimen más terrible con ella- respondí- jamás hubiera despertado mi odio, si por tu culpa, ella no moría.
-      … ella no era nadie…- dice
-      ¿Nadie? Ella era todo lo que más ame
Note su cara horrorizada cuando emergieron mis colmillos y los clave en su cuello. Una expresión de dolor se apodero de él. Absorbí toda su sangre y destroce todo aquello que era su cuello. Sentí su cuerpo estremecerse, su aliento había escapado de su cuerpo. Lo tome y arroje junto a los demás.
Mire a mi alrededor y había cuerpo apilados. Mientras caminaba observando la escena me percaté de que la Mujer de Akil me miraba temblorosa desde adentro donde la había metido con su hija. La mire pensando si valía la pena quitarle la vida a ella también.
-      ¿Cómo te llamas?-le pregunte observando fríamente
-      Ne…Nebet señora- respondió sin mirarme.
Estaba visiblemente asustada y por eso no se atrevía a mirarme. Seguí caminado y ella quedo a mis espaldas. No quería matarla. Tal vez era el único rastro de humanidad que quedaba en mí.
-      ¡vete! Con tu hija- respondí mientras agarraba un candelabro- si no quieren terminar igual que ellos.
-      ¡gracias!- respondió agradecida mientras agarraba en sus brazos a Nut y salía rápidamente de allí.
Me di vuelta  a mirar el lugar, la escena macabra  que había creado, había cuerpo apilados. La imagen ante mis ojos era de terror.
Lo había perdido todo: mi Padre, Madre, Mi amor, alma y ahora la humanidad. 
No me quedaba nada, va solo un niño que no se imaginaba en lo que se había convertido su hermana.
Uno a uno fui arrojando los candelabros y prendí fuego todo el lugar. Al alejarme mire por última vez el lugar, donde había dejado de ser humana.
Por supuesto Caín y Lilith no tardaron en enterarse y me lleve una buena reprendida, pero no les hice caso en nada de lo que decían y seguí haciendo de las mías.
Unos años después tuvieron que decidir entre darme muerte o desterrarme de Nod, Caín decidió lo segundo  así empecé a vagar por el mundo hasta terminar aquí.


De todas las cosas que quisieras borrar de mi mente, esa es una de las cosas, además de la forma de morir de Istar. Esos recuerdos siguen quemando mi interior y mi mente como un tizón encendido.
Mi mundo es muy diferente a lo que pintan los novelistas. Puedo decir que muy pocos somos los que hemos podido superar nuestro lado bestial e intentar seguir siendo humanos.
Siempre he sostenido que no somos como los vampiros de cine, podremos compartir con ustedes los humanos, podemos parecer animalitos amaestrados, pero siempre seremos salvajes e impredecible.
Me levanto de la cama y asomo a la ventana cerrada, no es necesario abrirla para saber que pasa allá afuera.
Los minutos y las horas pasan demasiado lento, mis ojos no se despejan del reloj, la aguja grande gira demasiado despacio. No puedo hacer nada más que contemplarla.
-      Camila ha llamado- dice Josías acercándose a mi lado- está igual que nosotros.
Me volví a mirarlo un poco desorientada.
-      Lo han hecho bien- respondo tomando una bolsa de sus manos- ¿Cómo esta ella?
-      Desesperada, Adriana le había contado todo el otro día que se vieron- tomando mi hombro y haciéndome sentar en un sillón- pero en un rato vendrá para aquí, pero no te sorprendió verla a ella aquí ¿Por qué?
-      Lo supuse son amigas. Y no porque sé que es tu novia.
-      ¿Cómo…- y no le deje terminar la pregunta
-      Pues vi sus pensamientos y demás y te vi con ella.
-      No deberías hacer eso, es invadir la intimidad de alguien.
-      Lo sé, pero no la conocía y era normal que lo hiciera.
Hablamos un rato con mi hermano, el intentando distraerme con bromas de buen y mal gusto.
Hasta que los golpes de la puerta nos indica que Camila ha llegado.
-      ¿Cómo estás?-pregunta saludando y sentándose a mi lado.
-      Intentado controlarme lo más que puedo ¿tu?
-      Es mi mejor amiga así que puedes imaginarte como estoy además de estar rodeados de vampiros y que el igual que yo no puedan hacer nada me desespera. Y solo he logrado tener la misma información que ustedes.
-      Entiendo, es frustrante.  Ni bien anochezca, seguiré buscando- respondo levantándome y yendo a bañarme.
Salgo con un pantalón negro, unas zapatillas y remera de color marrón además de una chaqueta que ayude a tapar el arma que llevo conmigo.
-      Todavía falta unos minutos- dice Karla- iré contigo- esto lo dice cerca de mi oído.
-      Karla, con la única condición de que busquemos en lugares diferentes así sabemos cuáles descartar y no perdemos tiempo en los mismos después.
-      Tienes razón haremos así.
Luego de una discusión Camila y Josías para que se quedara con ella salimos a recorrer los lugares con esperanza de encontrarla.
Recorrer toda la ciudad sin encontrarla, empezó aumentar mis desesperación y más el no saber que más hará Politari con ella.
Llegamos a casa con una mirada y el ánimo como si  hubiéramos sido derrotadas. Al menos así me siento yo.
-      Buscamos en todas la propiedades, fábricas y demás- explica Karla a una llorosa Camila.
-      ¿la que se encuentra saliendo de la ciudad también?-pregunta- esa que parece

Ambas nos miramos y mis ojos se iluminaron como si hubiese descubierto la teoría de la relatividad o algo parecido. Estoy segura que Einstein no se hubiera sentido como yo en este momento al publicar sus artículos.
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1 comentario:

  1. Mmmmm, que siga así, esta historia me gusta mucho....

    Delia

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