Capítulo 71
Dos días han pasado de que
estoy encerrada acá y creo que si sigo voy a volverme loca. Por el televisor
puedo saber que están buscándome. En los noticieros hablan de que deben ser algún
narcotraficante o alguien poderoso me ha
secuestrado para que no pueda llevar casos en su contra o tal vez alguna
venganza de los que ya he encerrado.
En lo único que han acertado es
traficante y poderoso, pero ni siquiera yo sé que es lo que quiere.
Al menos con el televisor puedo
ir contando las horas y ver algunas cosas que suceden allí afuera.
He visto a Politari en varios
programas hablando sobre mi caso, diciendo que el combatirá este tipo de cosas,
que si lo vuelven a elegir creara leyes contra delitos de secuestro, drogas,
inseguridad, prostitución, etc.
Con cada cosa que ha dicho y
dice en esos programas, logra hacerme reír, porque él es el primero en que
debería ir preso.
La gente lo apoya, los
noticieros y demás programas repiten sus palabras, muestran imágenes con
policías que llevan mi caso. Seguramente son los hombres que tiene comprado.
-
Aquí tienes tu desayuno- dijo
un hombre encapuchado que dejo unas tostadas y un vaso de café y una botella de
agua- el señor no quiere que pase hambre
-
Oh que atento- dije
irónicamente.
Se quedó observando parado como
desayunaba y después de haberlo hecho salió llevando las cosas, solo dejando la
botella de agua.
Sin sueño me puse a leer los libros de la pequeña
biblioteca de la habitación. Sin darme
cuenta así se pasó la mañana hasta que el mismo hombre de hace horas entro
trayéndome el almuerzo.
-
Estas tranquila- dice
mirándome- para estar secuestrada.
- No lo estoy- respondo seria y sin mirarlo- lo que más
quiero estar en mi casa haciendo lo mío y solucionando otros problemas que
tengo antes de estar aquí.
- El señor no la quería secuestrar a usted sino a ella y
por lo visto no ha podido encontrarla.
- ¿ella?- pregunto.
-
Si, solo vi la foto, pero es
una chica de ojos celeste y parece que esta con usted todo el tiempo.
Abro la boca, sabiendo que se
refiere a Natalia, ¿Qué no la encuentra? Donde se habrá metido. Ya sé, en el
departamento, allí nunca nos siguieron. ¿Cómo estará? ¿Está buscándome?
-
Parece que sabe quién es- dice
-
Si lo sé y no creo que la encuentren-respondo
comiendo el emparedado que sostengo en mis manos.
Hablo un poco con el hombre
sacándole información y por lo que alcance a saber es que no pasa de los veinte
y que Politari amenazó con matarle a su pequeña hija si se negaba a secuestrarme.
Que tipo más infeliz, amenazar
a alguien con la vida de un ser inocente. Compadezco al muchacho, pero nadie lo
mando a elegir una vida de delincuencia, su hubiese elegido otro camino no
estaría pasando por esto. Aunque tampoco lo culpo, no todos tienen el apoyo de
una familia y así terminar sus estudios y elegir una vida más fácil.
Sonrió al recordar lo que hable
con Natalia la otra noche con respecto a Josías y como es que al no querer
estudiar lo ha mandado a trabajar, así aprende lo que cuesta tener las cosas.
Después del almuerzo me recosté
en la cama para ver televisión y así
reírme de las cosas que dice Politari.
Poco a poco el sueño empezó a
ganarme y me quede dormida, pero puedo escuchar el sonido del televisor. Mi
cerebro sigue alerta.
Estos días no he podido dormir
bien, estando alerta por si vuelve aparecer el senador y sigue con sus
intenciones.
Al parecer el cansancio me ha
ganado y duermo completamente.
Una mano en mis hombros me
despierta, miro sobresaltada, a quien me ha tocado.
-
Lo siento no quería asustarla-
dice el muchacho que me ha traído el desayuno y almuerzo- le traje la cena.
- ¿Qué?- pregunto y miro a través de la ventana y si ya
es de noche por las luces- dormí demasiado- digo despacio mirando por la
ventana.
-
El señor viene hoy y será mejor
que cene- responde parándose cerca de la puerta.
Miro hacia la pequeña mesa del
lugar y otra vez un emparedado, con la diferencia que esta vez hay jugo en
lugar de agua.
Me acerco a la ventana a comer
y puedo sentir la mirada del muchacho sobre mí.
Luego de unos minutos empiezo a
sentirme débil, lo miro y puedo sentirlo a mi lado cuando voy a caerme.
-
Perdón- dice cuando estoy
siendo recostada en la cama y atada otra vez- son órdenes de él.
Sale rápidamente de aquí,
quiero tener los ojos abiertos y no dormirme, pero no puedo cada vez siento los
parpados más cansados.
Sentí unas caricias por mi
cabello, lentamente empecé abrir los ojos y me encontré con unos ojos negros
que me miraban divertido.
-
¿me extrañaste?- pregunto-
lamento no haber venido antes pero tenía cosas que hacer, pero supongo que por
el televisor has podido verlo.
- Yo misma te refundiré en la cárcel- digo intento volver
en sí lo más rápido posible sabiendo que este mando a drogarme.
- Me gustas así- responde riendo- me gustan las mujeres
que dan batalla hasta al final, pero de aquí no saldrás.
- ¿Quién dice que no? ¿tu?- respondo.
-
La verdad sí, yo. Nadie te
buscara acá- dice bajando sus manos y acariciando mis pechos. Cierro los ojos
“otra vez no” pienso recordando lo de mi
anterior vida- me divertiré contigo. La última vez nos interrumpieron.
Lo miro con odio, estoy atada
así que mucho no puedo hacer.
-
¿Por qué haces esto?-pregunto-
es porque descubrí tus sucios negocios.
- No solo porque has descubierto eso y quieres mandarme a
la cárcel- dice riendo- pero también quiero divertirme un poco contigo- decía
esto desprendiendo mi camisa- quiero hacerte sentir lo que es un hombre.
- ¡no! Déjame- respondí moviéndome para todos lados e
intento de zafar mis manos pero es imposible- ¿hombre de verdad? No me hagas
reír- digo esto, aun sabiendo lo que va hacerme.
-
Dije que voy a divertirme
contigo y es lo que hare así que quédate quieta- dice esto furioso- además
todos creen que son algunos de lo que tu encerraste buscando venganza. Te
encontraran muerta en uno de los baldíos de la ciudad.
Lo miro horrorizada, mientras
el ríe fuertemente viendo mi cara.
Me saca la camisa y empieza a
desabotonar mi pantalón. Las lágrimas correr por mi rostro.
-
Ni llorando vas a conmoverme-
dice aun riendo- todo el que se mete conmigo no queda para contarlo y tú eres una más en mi lista.
Nunca me hubiera imaginado
tanta maldad en él. Sé que la mayoría de criminales no tienen piedad de nadie y
matan sin remordimiento, pero al escucharlo hablar de lo que ha hecho y va hacerme,
los ojos le brillan de manera especial. Es tan sádico.
Me encuentro atada en la cama y
solo con ropa interior, con sus manos acaricia mis pechos intentando excitarme
y lo que me provoca realmente es asco.
-
No lo hagas- digo al sentir su
boca en mi vientre- ¡suéltame! desgraciado.
- Cuidadito con lo que dices- sigue besándome, y siento
que lo separan de mí violentamente.
-
¡te ha dicho que la sueltes!-
escucho una voz familiar desde la oscuridad de la habitación.
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Cada capitulo esta mas emocionante!!!
ResponderEliminarSeeee, Natalia, Natalia, Natalia!!!!!!
ResponderEliminarO es mi imaginación? O estoy tan emocionada leyendo? Que cada vez se me hacen más cortitos los capítulos..
ResponderEliminarCasi lloro cuando pense que le iba a violar ojala y queden juntas ......muy buena historia
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