Es complicado - Silvia 8

Capítulo 8

-¿Jennie, Katherine y Nina?

-¿Si?

-Pueden retirarse, han pagado su fianza, de este lado por favor.- El oficial dirigió a las tres chicas hacia la salida donde George y Sofía les esperaban.

-Bueno... Supongo que tendremos que hablar más tarde, iré a trabajar pero platicaremos seriamente acerca de esto.- Dijo George a Katherine.

-¡No hicimos absolutamente nada!- Reclamo Katherine.

-¡Sí! - Apoyaron las otras dos chicas.

-¡No se trata de eso Nina!- Dijo Sofía.

-Mira mama... Soy mayor de edad y sé lo que hago, estoy consciente de ello, créeme cuando te diga que, ¡no hicimos nada!

-Si... Sofía... Mira, en realidad todo fue mi culpa, ellas no tienen nada que ver, sólo me han ayudado cuando estaba... Un poco ebria.

-¿Un poco Jennie?-Dijo Nina.

-Si... Tal vez más de un poco pero eso no es lo que importa-Jennie dio un exagerado suspiro y prosiguió.-Sofía, George, ellas solo trataron de ayudar.

-Espero que así sea, Nina vamos a la casa y tu Jennie, tus padres me hablaron, te llevare a tu hogar.-Dijo Sofía.

-Bien...

-En realidad... Aún que este agotada necesito ir a la universidad...-Interrumpió Nina.

-Bien, entonces te espero a la cena.

-No es necesario, mike me ha invitado a cenar.

-Katherine rió irónicamente.-A la cama querrás decir.

-Si así fuera ¿Cuál sería tu maldito problema?

-Tu vida sinceramente no me interesa, sólo fue un comentario.

-Entonces ahorra tus comentarios por favor.

-No lo haré.

-¡Lo harás, tú tienes gran parte de la culpa de que hayamos estado aquí!
-¿¡Por qué yo!?- Exclamó Katherine.

-¡Si hubieras traído la maldita licencia de manejar, lo más probable es que nos hayan dejado marchar!-Dijo Nina alteradamente.

-¡Chicas!-Gritó George, ambas voltearon al mismo tiempo y el desesperado padre prosiguió.-¡Ayer por la noche se fueron perfectamente bien pero repentinamente comienzan de nuevo a discutir! ¿Qué les pasa?  Y... Por favor Katherine ya estas lo bastante crecida para que pelees por cosas tan infantiles.-Dicho esto ambas chicas quedaron en total silencio. Transcurrieron unos segundos en ese estado y Sofía tomo la palabra.

-Esto lo aclararemos de una vez aquí.-Sofía realizó un exasperado suspiro- Nina... Necesito saber que estás de acuerdo en que me case con George.

Nina sabía que eso implicaría la convivencia con Katherine, pero también sabía que eso era lo que a su madre le hacía feliz. Con su padre todo conllevaba peleas, discusiones, problemas acerca de todo, de eso estaba hecho su matrimonio y lo estuvo hasta que llego a su fin. Pero cuando conoció a George el brillo en sus ojos resurgía. Entonces decidió en ese mismo instante que no arrebataría tal sentimiento a su madre solo por Katherine, no lo haría.

-Cuentas con mi apoyo y lo sabes.-Contesto Nina.

-Pues no lo parece.-Arremetió Sofía.

-Tal vez no pero yo pondré todo de mi parte para llevarme mejor con Katherine.

-Si... Yo haré lo mismo Sofía.-Interrumpió Katherine.

-Bien... Eso espero chicas.

-Esperamos...-Dijo George.

-Bien, entonces Jennie te llevare a tu hogar y Nina te dejare en la universidad.-Espetó Sofía.

-Cariño, mañana te recogeré para la cena y ver algunos detalles que faltan de la boda.-Dijo George, Sofía asintió, ambos se despidieron cariñosamente, los dos padres fueron hacia sus respectivos coches, Katherine dio dos pasos para seguir el proceder de su padre pero las manos de Nina le detuvieron, sintió una leve corriente de energía, comenzaba a acostumbrarse a ello gracias al más mínimo tacto que esta ejercía en ella. Nina cautelosamente se acercó a su oído asegurando que nadie le viera y susurró justo en su oído.

-No pretendamos, todo esto solo lo hago por mi madre.- Dicho esto, Nina se alejó dejando a Katherine sola en un mar de pensamientos y emociones conjugadas.

-¡Katherine! ¿Planeas venir?-Grito George desde el coche.

-¡Si, lo siento!

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-¿Se les apetece tomar algo antes de ordenar?-Cuestionó la mesera del restaurante en el que se encontraba Nina y Mike.

-Café por favor.-Dijo Nina.

-Lo mismo que la señorita.-Dijo Mike.

-Bien... En unos momentos se los traemos.

-Lo que tu digas...-Respondió Mike con énfasis. "Como puede coquetear conmigo justo enfrente" Pensó en sus adentros Nina, desde ahí adivino con confiada certeza qué tipo de chico era Mike, no necesitó dudarlo dos veces cuando observo que este miraba detenidamente a la mesera que cada vez más se alejaba. Después de su recorrido Mike levanto la vista hacia Nina, se encontró con la mirada de ella, se aclaró la garganta y nerviosamente dijo.

-Eee... Bueno... Planeaba, tu sabes... Ir después de cenar a un club cerca de aquí, ¿gustas ir?
Después de dudarlo un momento Nina decidió que iría con él, esa noche no tenía ningún asunto importante que atender, sería una larga y aburrida noche. Mike comenzaba a desagradarle notablemente gracias a su comportamiento, pero si no pasaría un buen rato con él, lo haría con alguien más, lo acompañaría al club pero no trataría de quedarse con él ni un minuto.

-Claro...-Contesto Nina.

-Bien...-El sonido de el celular De Mike les interrumpió y respondió al llamado.-¿Si?... Claro... Si...

hí te veo entonces... Si... Ok... Adiós.

-¿Algún amigo?

-Mike rió.-No, no... Mi hermana.
-Así que... ¿Son de la clase de hermanos que parecen amigos?

-Así es...

-Grandioso...

Después de haber degustado la cena, se dirigieron al club, era viernes  por lo tanto como de costumbre en esos días, el club estaba más que llenó, en exagerada forma. Nina se aproximó a la fila para de esa manera alcanzar un lugar y espera pacientemente a que avanzara pero Mike le detuvo.

-Por aquí, no necesitamos hacer eso.

El guardia que se encargaba de la entrada, al ver la cara de Mike, inmediatamente y sin ninguna reposición les dejo adentrarse en el concurrido lugar. Traspasaron las puertas, sonaban "mezclas" que con el constante y pegajoso ritmo hacían que las paredes e incluso el suelo retumbarán. Del lado de la pista, se encontraban una cantidad enorme de cuerpos en movimiento, podías ver a la típica chica que estaba justo en el medio de dos hombres bailando provocativamente, también los que estaban bajo el consumo de alguna droga o ebrios y los que Enserio bailaban divertidamente sin ninguno estos elementos.

-¡Mike!-Nina escuchó una voz femenina gritar detrás de ellos, muy familiar, bastante en realidad.

-¡Hey!-Dijo Mike, Nina volteó a visualizar a la chica de la voz peculiar, la vio, la conocía.

-¿¡Nina!?

-¿¡Jaqueline!?

-¿Se conocen?-Cuestionó Mike.

-¡Claro!, Nina toma dos clases conmigo.

-¡Wow! ¿Eres la hermana de Mike?

-¡Si, soy la hermana de este idiota!

-¡Oye! -Las dos chicas rieron.

Transcurrieron unas cuantas horas, Mike al ver que indudablemente su hermana había llegado más lejos de lo que él lo había hecho con Nina, se fue detrás de otra chica que no dejaba de observarle.

-Mi hermano es un patán.-Grito Jaqueline sobre la potente música.

-Lo sé.-Respondió Nina. Comenzaba el dolor de cabeza de nuevo a degradarle, no estaba acostumbrada a los clubes, nunca lo había estado. Jaqueline notó esto.

-¿Te sientes bien?

-Es sólo un dolor de cabeza.

-Mmm, entonces vamos.

-¿A dónde?-Pregunto Nina con curiosidad.

-A mi departamento.

-No es necesario, además te estás divirtiendo.

-Si lo es, créeme te comprendo, no pareces estar familiarizada a estos ambientes, el sentimiento es mutuo. -Jaqueline le sonrió y Nina le correspondió.-Vamos.-Dicho esto, Jaqueline le tomo la mano, la dirigió hacia el estacionamiento, después de unos cuantos pasos llegaron a un  prius color guinda, se metieron en él y se dispusieron a ir al departamento.

Llegaron a su destino, era un departamento bastante espacioso, minimalista sin embargo, sólo contaba con una sala de estar pequeña pero lujosa, persianas blancas, un estante de libros, pantalla de tv justo enfrente y la cocina que contenía una gran barra, sólo una habitación, si, sólo una, eran ya las dos am aproximadamente, lo mas seguro sería pasar la noche ahí, pero sólo había una habitación.

-¿Quieres alguna aspirina o algún te?

-¿Se podría ambos?

-Claro, en un momento te los traigo.

-Ok...

Minutos después Jaqueline salió de la cocina sosteniendo una taza en la mano derecha, en la izquierda llevaba una pequeña caja de aspirinas. Se acomodó justo a un lado de donde Nina se encontraba sentada en el sofá. Le entrego el té y sacó una de las pastilla.

-Gracias.-Dijo Nina.

-No hay problema. -Jaqueline le sonrió a Nina, no podía descifrar aquella extraña mirada pero no era lo bastante normal para creerla, pensó Nina.

-Ya es tarde, creo que tendré que irme.

-Oh no, eso no es necesario, quédate aquí.

-Es demasiada molestia.

-No lo es.

-Claro que lo...-Nina no término de decir aquello ya que Jaqueline le interrumpió.

-Me gustas.-Ambas quedaron en un total e incómodo silencio, esa declaración le tomo por sorpresa a Nina. Entonces repentinamente, Nina sintió los labios de la chica, abruptamente. Entre jadeos Jaqueline logro articular.-Me... Gustas... Demasiado.- Gracias al acalorado beso que Jaqueline ejercía sobre ella, no logró decir, nada, sólo dejo llevarse, nunca había estado así de cerca a una chica, tenía que aprovechar la oportunidad, pero sabía que sólo quería pasar el momento, Jaqueline le agradaba pero... No sentía tanta conmoción o siquiera algún sentimiento tan intenso como por el que pasaba cada vez que se encontraba con Katherine, sabía que en esos instantes solo quería experimentar.

El beso se tornó en algo mucho más grande que la simplicidad de la palabra, Jaqueline hábilmente le dirigió entre gemidos y apasionados besos hacía su habitación.

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El sonido de los pajarillos cantando le guiaron, como si de un paraíso se trataste, como si ellos le invitarán a seguirles a una maravillosa aventura. ¿En dónde se encontraba? Parecía ser un bosque con abundantes plantas y árboles verdosos, vivos, daban la sensación de nunca caer, seguridad. Podía percibir el aroma de tierra húmeda, le encantaba ese olor. El cielo se mantenía azulado, sin una sola nube que le ocultará semejante majestuosidad, se sentía en paz pero... ¿Qué hacia ahí? ¿Cómo había llegado ahí? ¿Dónde estaba?

-Nina... -Escucho repentinamente una voz familiar, casi como un susurro pero alcanzable a escuchar.

-Nina...-De nuevo sonó. Era la voz...de, de Katherine.

-¿Katherine?-Espeto Nina a la nada.

-Nina...-Nina siguió la dulce voz como si de una suave y delicada melodía se tratase, le arrullaba, le daba paz, le causaba algún tipo de energía y electricidad inexplicable, como le sucedía cada vez que le veía, era placentero, oír su electrizante y suave voz le daba placer. Siguió por instinto aquella hermosa voz... Después de un largo pero beneficioso recorrido la vio, y allí estaba, sentada de un gigantesco, verde, frondoso árbol, estaba acurrucada bajo la sombra de este, sonriendo a Nina.

-Ven, recuéstate sobre mí, cantare para ti.-Nina hizo caso a lo que esta sugería. Katherine estaba recargada sobre la parte baja del árbol, la madera, llevaba un vestido negro de seda, corto pero angelical, no era como todos lo plantean, el color negro da miedo, sensaciones inseguras, malas pero... Con Nina era muy diferente, le daba seguridad verla ahí, en medio de tan coloridos paisajes pero no obstante usando negro. Nina lentamente se acercó hacia Katherine y recostó su cabeza sobre las piernas de esta, Katherine le sonrió ampliamente y comenzó a acariciar su cabellera.

-Eres hermosa ¿lo sabes?-Dijo Katherine.

-Gracias.

-Te necesito, en serio lo hago Nina.

-Yo siento lo mismo.

-Eso es bueno.

-Creo que... Te amo.

-Yo también, créeme.

-Esto no es re... - Nina fue callada por uno de los dedos de Katherine que se interpuso sobre sus labios.

-Shh... Dije que te cantaría.-Nina asintió moviendo afirmativamente la cabeza de arriba hacia abajo. Katherine comenzó a cantar, Nina dejó que la armoniosa melodía soñara en  sus oídos, se refugió en su voz y en las caricias que esta ejercía sobre ella cuando cantaba, después de unos minutos finalizo la canción, Nina pensó que kat debía residir en la morada de los arcángeles espirituales, regocijándoles con su canto angelical, era magnífica, era lo más cercano al cielo que podía estar alguna vez en su vida. Cuando Katherine terminó su canto, llevo aquellos bien parecidos labios que Nina tanto anhelaba a los suyos, Katherine le tomo dulcemente del cuello para que este se prolongara aún más.

-¡Nina! ¡Despierta Nina! ¡Nina! -Sintió unas manos moverle desesperadamente, entonces despertó.-¡Al fin despiertas!

-¿Qué paso?...

-Al parecer, querida, estabas soñando.-Se encontraba Jaqueline medio desnuda tapada por las sábanas diciendo a Nina todo aquello.

-Fue solo un sueño...-Dijo Nina con decepción en el rostro.

-Si... Y al parecer uno muy bueno.

-Umm...- Gimió como respuesta, tomo su almohada y se la puso encima de su cabeza.

-¿Te encuentras bien?

-Si, es sólo que... Son cosas personales, perdón.

-No te disculpes, te entiendo.

-Bien...

-Si...

-¿Jaquie?

-¿Si?

-Tengo que decirte algo... Umm

-Si, lo sé, sólo fue cosa de una noche. -Jaqueline terminó lo que Nina estaba por decir.

-¿Estás bien con ello?

-Umm, algo así, tendré que resignarme.

-Lo siento...

-No lo hagas, no tienes porque y si lo sé, aun que me gustes mucho no puede ser, lo sé, supongo que te entiendo.

-Gracias, quiero decir... No quiero herirte, por eso te lo digo ahora mismo, no soy de las personas que juegan con los sentimientos de otras, soy sincera en este momento.

-Te comprendo Nina, no tienes por qué preocuparte. -Jaqueline terminó de decir esto y tomo consigo una manta fina para así poder cubrirse, se levantó de la cama y le dio un cariñosos pero amistoso beso en la mejilla a Nina.

-Me la pase muy bien, enserio. -Jaqueline le sonrió, consigo un toque de decepción en los ojos y procedió a salir de la puerta junto con su ropa.

Nota: Siento mucho la tardanza, estuve muy ocupada, apenas logre escribir el capítulo pero prometo subir la historia mucho antes, como lo había dicho, aproximadamente cada tres o cuatro días, gracias por seguir leyendo la historia, saludos, un abrazo :3 :D

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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Silvia - Derechos Reservados

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