Capítulo 58
Acostada en la cama con la mujer que amo
proyecto una vez mi vista al pasado, uno el cual quiero borrar, al menos
algunas cosas que no son de mi agrado recordar por los errores que convertí.
Abrí la puerta y camine
despacio hacia el comedor, me sentía débil y con sed.
Encontré allí a todos reunidos,
cenando.
-
¡Te extrañe!- dijo Josías
corriendo a mis brazos. Lo abrace y al tenerlo pegado a mí, podía sentir el
latido de su corazón y el olor de su piel, me dieron ganas de beber de él, que
tuve que bajarlo rápidamente y alejarme de su lado.
- Yo también te extrañe- respondí al ir rumbo a la mesa.
Note su mirada desconcertada, me partió el corazón al ver esos ojitos celeste
triste pero era mejor eso que cometer una locura. Al menos debería mantenerme
distante hasta que controlara mi sed.
- Pensamos que no despertarías- dice la misma mujer que
la otra noche.
- ¿Cuánto tiempo he estado así?-pregunto aun confundida
por muchas cosas y tomando la bebida que me pasaba. Era más que obvio que era
sangre.
- Dos días has estado así- respondió Caín- ¿Cómo te
sientes?
- Me siento bien solo un poco rara, en estos momentos me
duele la cabeza además de sentirme débil- respondí bebiendo sangre, me costó
tragar y más por el gusto. Pero debía acostumbrarme.
- ¿Por qué la cabeza?- pregunto
- Por las voces, imágenes, pensamientos- dije mirando a
todos ellos- me cuesta diferenciar las diferentes cosas, incluso cuales son mis
pensamientos.
- Oh ya veo- responde el pensativo- no te preocupes yo voy a enseñarte a manejar eso y a
diferenciar a cada uno.
- Está bien- fue mi respuesta. No me sentía bien y menos
allí rodeada de todos ellos. Salí afuera y era de noche la luna estaba llena y
brillaba en el medio del cielo, iluminando todo bajo ella.
- ¿Cómo te encuentras?- escuche preguntar a Kiya a mi
espalda
- Siento que me explota la cabeza además de la sed que
tengo y que trato de no estar cerca de algún humano por temor a no controlar
esto que me pasa.
- Debe ser difícil, vi tu actitud con Josías. Se puso
triste- dice sentándose a mi lado- ¿Qué harás?
- Lo sé, me dio sed su sangre y por eso lo trate así.
Primero controlar esto que siento las voces y no sé si tendré algún otro poder
y aprender a pelear mejor y después volveré a mi ciudad. Tengo cosas que
resolver allí- respondí lo último con bronca.
- Caín ha quedado en enseñarte, seguro aprenderás rápido
y más si le pones todo de ti y sobre todos si tienes motivos que te motiven
más, pero ten cuidado- dijo suspirando- en ellos muy pocas veces se puede
confiar.
- Tengo motivos muy buenos para aprender todo y más
rápido mejor si lo hago- respondí recordando todo, el dolor en mi pecho era
demasiado, los recuerdos eran tan vividos
que la ira, el odio y el dolor era demasiado- VETE- grite al mirar a
Kiya- vete por favor, necesito estar sola- dije tratando de contenerme, lo único
que quería era descargar en algo todo lo que sentía y no quería que fuera ella.
-
Está bien- dijo levantándose-
espero aprendas a controlar todo lo que sientes para que no te hagas daño y no
lo hagas a gente que no tiene nada que ver- se alejó de mí y quede pensando en
lo que dijo y tenía razón, nadie podía pagar por eso
Esa noche allí sentada en el
medio de la nada después de haber golpeados árboles, rocas y todo lo que
tuviera enfrente comprendí aun antes de que me lo dijera, que sentía más que
cuando era humana, y eso me daba más coraje.
-
Con que aquí estas- escuche la
voz de Caín a mis espaldas- es un poco lejos de casa para estar aquí.
- Eso parece- dije al darme vuelta en la roca que estaba
sentada y mire las luces- ¿tú que haces aquí?
- Yo estaba buscándote- respondió al sentarse a mi lado-
necesitas aprender a controlar tus emociones, eso demostraría debilidad, y
podrían utilizarlo en tu contra, haremos que seas fría, lo necesario y justo y
tu demostraras tus emociones sentimientos y demás con quienes quieras.
- Bien y ¿Cómo lo haremos?
- Primero aprenderás a manejar el poder entrar en los
pensamientos, la hipervelocidad, levitar y también a pelear y por supuesto la
frialdad.
- Tengo que aprender muchas cosas por lo visto.
-
Si- dijo poniéndose de pie-
pero es por tu supervivencia, todo te servirá más adelante. Ahora volvamos a
casa.
En el camino iba explicándome cómo manejar mi
velocidad aunque no tenía que hacerlo tanto por ahora para no delatarme con
algunos humanos de la ciudad. Con Lilith nos llevábamos bien, ella también me
enseñaba sobre los poderes junto a Caín.
Cada día despertaba sabiendo
que era un día menos para volver y que con más razón debería aprender a manejar
cada cosa, aunque lo único que me motivaba más que nada era lo de manejar mis
emociones y pelear.
Al aprender a controlar mi sed
estaba todo el tiempo con Josías, Kiya y Anat, Kiya había empezado un romance
con uno de los soldados. Ella había querido volver a su casa pero Caín
y Lilith la convencieron para que se quedaran con nosotros y más que nada
porque las dos criaturas estaban encariñadas con ella.
El tiempo de volver a mi ciudad
llego y por supuesto no le dije nada a ninguno.
Una noche emprendí el regreso
anhelado.
El sonido del despertador de
Adriana me trae al presente.
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Genial!!! Cada capítulo está más interesante.
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