Capítulo 48
Llegamos al bar las tres temprano aunque
sinceramente no me siento cómoda de venir acá y más con ella. Todavía me
pregunto que hace acá. Tengo ganas de salir huyendo pero no puedo tengo que
quedarme y averiguar que quiere.
Nos sentamos en un lugar apartado. Karla hace
seña a una de las chicas que trabaja con ella que nos traiga nuestra bebida.
Con ella tengo que fingir y sonreír como si todo
estuviera bien, pero las dos sabemos que no es así.
Mientras Karla y ella hablan mi mente vuelve al
momento en que llegue al departamento donde me esperaban Josías Karla con ella.
- Buenas
señorita Natalia- dice Benjamín al abrí la puerta del edificio.
- ¿Qué tal?-
conteste rápido para entrar- gracias- dije sin girarme.
Preferí subir
por las escaleras al ver que el ascensor se detendría varias veces y quería
llegar lo más rápido posible quería sacarme la intriga.
- Ya estoy
aquí- dije al entrar.
- Vaya viniste
rápido- dice Karla que está en uno de los sillones con Josías.
- ¿para qué me
querías? respondí.
- ¿a mí no me
piensas saludar?- escuche a mis espalda, esa voz. No podía ser. Quede quieta
mientras sus manos sujetaban mi cintura acercaba a ella y daban unos besos en
mi mejilla.
-¿Qué haces
aquí?- dije al reaccionar y soltarme para mirar sus ojos.
-Yo también me
alegro de verte cariño- dice con una media sonrisa.
- No me respondiste lo que te pregunte- dije
seria.
- ¿acaso no
puedo venir a visitar a mis niñas?
- Jajaja no me
hagas reír por favor.
- No me creas-
dice tratando de manipularme con su mirada.
- Ni lo
intentes eso ya no funciona conmigo- dije y me volví a mirar a Karla- la
próxima espero sea más importante que esto.
-Es importante-
dice mirándome a los ojos- vino aquí para hablar contigo.
- Es que no
entiendes yo no tengo nada que hablar con ella.
- Más respeto
conmigo - responde.
- Me voy Karla
no estoy de ánimos para soportar esto- dije
- Sé que cometí
un error aquella vez pero es hora de dejarlo en el pasado no te parece- dice
ella
- Eso ya está
en el pasado. Simplemente que no confió en ti. Así que mejor será que empieces
hablar.
- Natalia por
favor dice Karla quedamos esta noche en ir al bar y mañana hablar de lo que
quiera.
- ¿confías en
ella?- pregunte.
- No y no-
responde mirándome y mirándola a ella- lo siento.
- Está bien las
entiendo yo fui la idiota y más contigo- responde ella mirándome.
- Natalia, oye
te estoy hablando- dice Karla
- Lo siento-
respondí.
Karla me mira
de forma interrogativa por ver como juego con mis manos. No he tenido tiempo de
contarle como van las cosas con Adriana aunque dudo que sea necesario ya que
ella puede entrar en mi cabecita.
Somos muy poco
los oscuros que heredamos esa habilidad, que es de Caín, él nunca ha podido
entrar en mi mente lo mismo que los otros oscuros, no sé cuál será la razón
pero me alegro de que no pueda, aunque a veces quiero que Karla tampoco
pudiera.
Sigo tan metida
en mis pensamientos tratando de descifrar que es lo que quiere ella. Su
presencia no puede significar nada bueno.
Busco a
Karla y me doy cuenta que no está. Me
pregunto a donde habrá ido, ella tiene que tener cuidado con su herida. El
corte que recibió fue demasiado profundo y aunque ya la herida está cerrada
internamente tardara un día más tal vez en sanarse del todo.
- Te están
esperando- escucho decir Karla en mis oídos.
No es necesario
que le pregunte quienes mi mirada interrogativa lo dicen todo.
- Los acólitos-
dice de la misma manera.
- Ya vuelvo-
dijo levantándome de allí- no confió en ella espero no haga ninguna locura- le
digo por lo bajo para que escuche solo ella.
Me dirijo a una
oficina donde están esperándome ellos.
- Era hora
señores de que aparecieran- digo recostándome en la puerta mientras mis ojos se
vuelven oscuro.
- Señorita
Natalia no se enoje solo estábamos trabajando en lo que usted nos pidió por eso
no pudimos encontrarnos antes- dice uno de ellos, puedo ver en sus ojos el
miedo.
- Jajá
tranquilos no les haré nada, solo quería que supieran quien manda acá- respondí
aun sin dejar de reír – ahora si me dirán que averiguaron.
- Claro
señorita- dice mientras saca una fotos, algunas son de Shannon con el senador
otras de los tipos que siguen Adriana y otra que no reconocí era un hombre
medio calvo con canas.
- ¿y este quién
es?- pregunte mostrándole las fotos.
- Es un juez un
tal Smith, la vimos con la señorita que usted nos mantiene vigilando y después
se encontró con el senador.
Debe ser amigo de Adriana ese juez. Tendré que
preguntarle a ella sin que sospeche. No puede ser que todos sean corruptos y no
podamos confiar en nadie.
- Por cierto
señorita- dice otro de los acólitos- escuchamos al senador y a la doctora que
van adelantar sus planes con respecto a su amiga.
Esto no puede
estar pasando. Las cosas no pueden complicarse más justo en estos momentos.
- Entonces
sigan vigilando y traten de que no le pase nada
a ella, así sea dando su vida ¿les quedo claro? Y espero que todos los
días se comuniquen conmigo desde hoy.
- Si señorita-
dijeron los dos sin titubear.
- Han hecho
bien su trabajo- dije cuando voy a salir.
- ¿puedo
pedirle un favor?- dice un acólito sin mirarme.
- Si vas a
pedirme un favor mírame a los ojos cuando lo haces- respondí- ¿ahora dime que
quieres?
- Me gustaría
que la paga se la haga llegar a mi esposa, ella esta embaraza y es complicado-
dice mientras en sus ojos la tristeza- pero si llego a perder la vida quiero
que al menos tenga algo para ella y el niño. Y si ella no llega... – dice conteniendo las
lágrimas- espero que usted pueda hacer algo por él bebe para que no quede solo y no sea un acólito.
Simplemente eso era.
- Está bien yo
le haré llegar todo lo necesario a tu esposa- lo entiendo es feo saber que
puedes perder la vida y que tu esposa también y que tu hijo quede desamparado-
y haré todo lo posible por tu hijo.
- Gracias
señorita.
- Ahora por
favor retírense por atrás no quiero que lo vean por aquí- conteste. En realidad
no quiero que los vea ella.
Salí de allí
con un vaso de globūina fuerte.
Necesito controlarme y ver como soluciono lo de Adriana. Maldito el momento en
que decidió aparecer ella después de todo.
Miro hacia la barra y la veo a ella. Sonrió
porque eso me alegra la noche. Hasta me olvido con quienes estoy.
Me acerco lentamente por su espalda.
- Hola guapa-
digo cerca de sus oídos- ¿te hago compañía?
- Hola Nati- responde un poco nerviosa – sí, si
no le molesta a mi compañía- mirando a la chica que la acompaña.
- Por mi está bien- contesta ella.
Me presenta a
su amiga, la cual me cae bien. Pero por supuesto ambas nos analizamos mientras hablamos. Ella es psicóloga por lo que pude leer de su
mente no es que quiera hacer eso porque es entrar en el lugar privado de
alguien pero es parte de mi instinto el estudiar a alguien.
En
esos momentos Adriana se va al baño y quedamos solas Camila y yo.
-
Dime la verdad ¿que hay entre aquella chica y tú? Sé que hay algo entre mi
amiga y no quiero que sufra- lo dice de una manera directa.
-
Puedes estar tranquila- respondo mirando
sus ojos- yo solo tengo ojos para Adriana.
Si la amiga de
Adriana supiera que tengo y siempre he tenido ojos para ella no más y siempre
los tendré.
En el
transcurso de mis años he estado con muchas mujeres tanto inmortales como
humanas pero no han significado nada. Solo saciabas mis ganas. Aunque a muchas las buscabas más de una vez., pero
antes de empezar una relación las dejaba. Sé que a muchas les hice daño así.
Karla es una de ellas, se enamoró de mí siendo mortal y tuvimos una especie de relación que se basaba
más en lo sexual pero ella supo entenderme cuando decidí terminar lo que
teníamos.
Mi corazón
siempre ha tenido dueña. Y esa es
Adriana.
No necesito
volver a leer los pensamientos de Camila para saber que está analizando todo lo
que le digo. Incluso piensa cada pregunta antes de hacérmela. Pero sé que solo
trata de saber cómo soy y si puedo llegar hacer daño a su amiga.
Jamás le haré
daño a ella, aunque quizás no quiera saber de mi cuando sepa que le ocultado
cosas. Pero esta noche no quiero pensar en eso.
- Oye Nati ¿no
piensas presentarme a tus amigas?- escucho
preguntar a mis espaldas.
Me quedo en
silencio. Me olvide que ella está aquí. Intenta abrazarme pero la esquivo.
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Ve,C - Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Pero que buen capítulo, esto se pone super ;).
ResponderEliminar