Nota de la autora: No hay palabras que me disculpen lo suficiente para justificar la espera por éste capítulo, las únicas que tengo son la falta de inspiración derivada de acontecimientos en mi vida. Confió en que la musa que acudió en mi auxilio sea suficiente para que este último capítulo sea digno de su agrado y les haga olvidar la desmedida tardanza.
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-
¡Qué
lesbiana eres! –Exclamó Rodrigo cuando noto la mirada de Paula recorriendo la
anatomía de la morena que pasó frente a ellos.
-
Tú
también la mirabas – afirmó riendo – ¿Por qué el tono de lamento?
-
Porque
eres mi amor platónico y cada vez que estoy contigo sufro – respondió en tono
de broma.
-
Será
en otra vida.
-
Sí,
en otra vida en la que aprecies la anatomía masculina.
-
No,
en otra donde tengas el privilegio de nacer
mujer; yo he decidido que en cada rencarnación volveré a ser mujer y lesbiana.
-
Ya,
hablando en serio; ¿Cómo vas? ¿Qué rollo con Claudia? ¿que onda con Zoe?
Paula llenó de aire sus pulmones e intentó sonreír, pero
su expresión reflejaba total confusión.
Desde que regresó a México su vida se
convirtió en un torbellino, había pasado por tanto y en tan poco tiempo, era
como si de golpe se estuviera bebiendo la vida
y lo disfrutaba -eso era innegable-, pero también sentía que iba para ningún
lado y no lograba entender la fuente de su comportamiento, sobre todo porque
por mas cambiada que estuviera había cosas que definitivamente eran parte de
ella, su timidez por ejemplo, no se
había ido, pero al parecer eso la hacía más atractiva, no eran pocas las chicas
que querían algo con ella, algunas evidentemente solo un ligue, otras quizá
algo mas… y estaba Claudia.
Aun cuando flirteaba, se dejaba
cortejar y contadas ocasiones algo mas, por alguna razón desde su aventurilla
en Europa, no había vuelto a tener ese tipo de contacto con alguien y es que no
se le antojaba, es decir, salía, se divertía, con algunas chicas llego a besos,
pero no pasaba de ahí.
A su regreso a su mundo y su medio;
lo primero que descubrió es que su percepción de éstos era tan distinta como la
que tenia de si misma; antes de su
transición pensaba que sus amigas la acogieron como un acto compasivo, pero a
su regreso se dio cuenta de que estas verdaderamente valoraban su amistad, la
amaban ahora igual que antes y su trato no vario en absoluto, comprendió
entonces que ellas la apreciaron tal cual desde un principio; en su trabajo la
recibieron con agrado y sin comentario alguno con respecto a su aspecto
actual.Y Claudia, su primer encuentro con ella tampoco fue lo esperado.
Una semana después de su llegada se
encontraba sola en su departamento, ansiosa de un escape de la vorágine en que
se había convertido su vida los últimos meses, sentada en la terraza bebiéndose
una cerveza estaba dispuesta a sumergirse en sus recuerdos cuando el sonido del
interpone interrumpió sus intenciones.
-
Dime Mario.
-
Señorita va subiendo una de
sus amigas.
-
¿Cual de ellas?
-
Disculpe señorita Paula, no
la ubico por su nombre, ¿hay algún problema en que le permitiera pasar? Tengo
entendido que esa es la indicación.
-
No hay ningún problema
Mario, Gracias.
En realidad no
había problema alguno, era normal que las chicas llegaran sin previo aviso,
simplemente se sintió contrariada, había llegado al punto de buscar esos
momentos en los que podía abandonarse a la tortura de revivir cada instante que
pasó con Zoe y ahora mismo la inesperada visita estaba truncando ese ritual.
Suspiró antes de abrir la puerta, se
sacudió el desgano y dibujo una sonrisa que fue suplida por una mueca extraña
ante la persona que se encontró detrás de ésta.
-
Disculpa el atreverme a
venir así, sin avisar, sin preguntar si podía – expuso Claudia después de
varios segundos de un tenso silencio – pero temí que de hacerlo no me dieras la
oportunidad… sé que… ¿podría pasar? ¿podemos hablar? – su voz sonó casi a
suplica.
-
Pasa - Paula señalo el interior con un ademán.
-
Esto es mucho mas difícil
de lo que imaginé –hablo Claudia después
de otro largo silencio ya sentadas una frente a la otra en el living- Tengo
muchos meses repasando en mi cabeza… viviendo en mi mente este momento,
buscando las palabras correctas, las que expresaran lo que siento, lo que
necesito que sepas… Tú mirada… no me lo estas poniendo nada fácil.
-
¿Por qué tendría que
hacerlo? – cuestiono Paula con una tonalidad suave y firme, aun cuando tuvo que
hacer acopio de toda su fortaleza para sonar así.
-
Tienes razón, no tienes
porque, ni siquiera merezco que me escuches… - su voz se volvió un murmullo.
-
Pero yo si me lo merezco,
saber que tienes que decir, escuchar que tienes que decir; no lo esperaba, pero
aquí estas – señalo con un ademan, se cruzo de piernas y la miro fijamente,
Claudia prosiguió añadiendo un ligero temblor a la voz.
-
Estos meses han sido un
infierno Paula… Desde que te conocí mi
vida ha fluctuado entre el cielo y el infierno; no estaba en mis planes
enamorarme, ni siquiera me di cuenta de como paso, pero paso, me resistí, de
verdad que intente con todas mis fuerzas evadirlo, huir, negármelo, pero me
enamore, estaba tan enfrascada en mi lucha contra ese sentimiento que no me
importo lastimar y herir. – Lagrimas silenciosas escaparon bañándole el rostro-.
-
¿Un infierno para ti
Claudia? ¿acaso no pudiste decirme?, Sé que lo que teníamos no era propiamente
una relación, pero sabías lo que yo sentía por ti, ¿no merecía al menos que me
dijeras que te habías enamorado y ya no me verías más?
-
¡No entiendes!…
-
Entiendo muy bien, te
enamoraste, el amor no es algo que uno pueda controlar, no se elige a quien
amar lo sé muy bien, pero si puedes elegir ser honesta, respetar los
sentimientos de los demás, sobre todo cuando el objeto de estos es uno mismo.
Si te enamoraste tanto que decidiste unir tu vida a una mujer, ¡¿no merecía yo
al menos una explicación?! ¡saberlo por ti, de ti!
-
¡No! ¡no entiendes!...¡yo
no me fui a vivir con la mujer de la que me enamoré! eso fue parte de mi
negación – Paula se puso de pie llena de confusión- y no podía hablarlo
contigo, no podía decirte a la cara que me iba vivir con Susana.
-
¡En realidad tienes razón!,
como podía yo exigirte un respeto que ni yo tenia por mi.
-
¡No es eso lo que estoy
diciendo!…
-
¡Como esperar que valoraras
mis sentimientos si yo no daba un centavo por ellos!
-
¡No era así! ¡no es así! ¡no podía enfrentarte! ¡a ti no podía mentirte
mirándote a la cara! … No me hubiera alcanzado la fuerza, el coraje para
hacerlo –su voz volvió a adquirir una tonalidad queda- una vez contigo todo el valor, la voluntad, la
decisión se me desmoronaba.
-
¡Por Dios Claudia! ¿de que
hablas?
-
¡Te estoy diciendo que me
enamore de ti!...¡Estoy tratando de decirte que te ame casi desde que te conocí!…
te amo Paula.
Paula aspiro
aire profundamente y exhalo pausadamente, buscando controlar la rabia que la
estaba invadiendo en ese momento.
-
Será mejor que te marches
ya.
-
No, estoy decidida a que me
escuches.
-
Y yo a no escucharte más
–acoto tranquilamente, casi con desgano.
-
Te amo Paula, necesito que
lo sepas, necesito que lo creas.
-
¡Necesito! ¡necesito! ¡necesito!
eres tan egoísta, tan egocéntrica, ¡Tú quieres, tú decides, tú necesitas! ¡tú!
¡tú! ¡tú! respetaba de ti que no me mentiste, no hubo promesas falsas, fuiste
cruel e insensible pero por lo menos honesta. – le grito perdiendo la calma
completamente.
-
No fui honesta, lo estoy
siendo ahora.
-
Okey – Paula sonrió con
ironía- me amas, me amaste desde el inicio y me heriste, ¿Por qué? ¿solo porque
en tus planes no estaba enamorarte?
-
No, por mas duro que sea, y
aunque no lo creas he venido decidida a no mentirte… Fue mi vanidad, no quería
aceptar que…. – las palabras se atoraron en su garganta.
-
Que sentías algo por una
mujer fea, te avergonzabas ante la sola idea de que te relacionaran conmigo.
-
¡no!
-
¿No? – sonrió con sarcasmo.
-
No eras fea.
-
Pero te avergonzabas –
Claudia no pudo refutar esta afirmación.
-
Te amo Paula.
-
Supongamos que te creo ¿de que sirve ahora?
-
Una oportunidad, dame una oportunidad.
-
¿Una oportunidad de que?
¿una oportunidad para que?
-
De demostrarte que soy
digna de tu amor, para estar juntas.
-
Ya no hay amor Claudia…
ahora de verdad será mejor que te vayas.
Ese primer encuentro con Claudia fue la
entrada al laberinto de emociones en el que se encontraba perdida ahora;
fuerte, dueña de sí, segura, pero total y completamente perdida en esta
confusión, en el instante que estuvo frente a Claudia reconoció que seguía
sintiendo algo por ella, le mintió aquella noche, pero no se engañó a sí misma,
por un instante pensó que sus sentimientos hacia Zoe menguarían, eso fue lo
único que le produjo cierto alivio al descubrir que todavía sentía algo por
Claudia, pero el paso de los días, semanas, meses, no trajeron olvido, seguía
extrañado a Zoe, añorando todo de ella, soñando con sus caricias, sus labios,
su voz, sintiendo que la amaba y la odiaba por amarla, la odiaba por haberla
convertido en este ser frívolo capaz de amar a dos personas a la vez, pero
sobre todo la odiaba porque no podía tenerla.
-
Quizá
si te dieras una oportunidad con Claudia – sugirió Rodrigo sacándola de
sus pensamientos – la chava ha demostrado
aguante cañón.¡No me mires como si te hubiera insultado!
-
¡Es
que es casi un insulto Ro!
-
Dale
chance Pau, la chava te quiere de verdad, sí se equivocó, pero todos la regamos
y tenemos derecho a intentarlo de nuevo, sobre todo porque tú también la
quieres.
-
Yo
no sé que siento.
-
Yo
si.
-
¡Ilumíname
Maestro! – Exclamo con fingida ceremonia.
-
Estas
enamorada hasta las cachas de una chava que puede que este a un chingo de
kilómetros de aquí o a la vuelta de la esquina, vete a saber; definitivamente
no tienes modo de encontrarla, según tú ella no siente nada por ti y no hay
manera de que pase algo entre ustedes, y esta ésta otra chavita que se muere
por ti y también te mueve el tapete.
-
O
sea, ¿inicio una relación con Claudia sin importar que según tú estoy enamorada
de Zoe?
-
Zoe
no esta y no va a estar ¿o si?
-
No,
no estará nunca más.
No
pasó mucho tiempo para volverse a
encontrar con Claudia, esto resultaría muy difícil de evitar teniendo en común
el mismo grupo de amigas. Inicialmente Paula reacciono ignorando su presencia;
pero la persistencia de ésta empezó a dar frutos poco a poco, y ahora tenia
hacia ella un trato casi amigable, en principio Daniela se mostro reticente
ante esta nueva relación, pero al ver como Paula se dejaba cortejar por otras
chicas, liándose con alguna que otra sin importar que estuviera Claudia o no,
dejo de manifestar preocupación; sin embargo si hubiera podido ver el interior
de su amiga no se habría tranquilizado.
No
pocas veces Paula se recrimino a sí misma el placer malsano que le producía la
expresión de Claudia ante sus flirteos o ligues, estaba consciente de que esa
deliciosa sensación era venenosa para si misma, pero no podía evitarla ni
tampoco podía clasificarla, después de algunas semanas acepto para sí que
Claudia era honesta con respecto a sus sentimientos, pero todavía seguía sin
definir que sentía ella, la deseaba, se regodeaba viéndola celosa, sufriendo
por verla con otras mujeres, pero todo esto podía ser derivado de la necesidad humana consciente o inconsciente de
venganza; después de todo ella soporto infinidad de veces esa misma situación.
Pero a parte del remordimiento que
acompañaba a ese deleite también se
sentía conmovida, al ver el dolor y la tristeza reflejada en el rostro de
Claudia, no pocas veces tuvo que reprimir el impulso de abrazarla y decirle que
todavía sentía algo por ella.
La
situación dio un giro tan radical que Aura, Leticia y Martha cambiaron su actitud hacia Claudia intentando
darle el cobijo que en su momento le brindaron a Paula; Leticia incluso abogaba
constantemente en su favor con Paula –Realmente te ama, y tú la amaste tanto
¿de verdad no podrías darle una oportunidad de acercarse a ti de otra manera? ¿Darle
chance de reconquistarte? ¿De plano no? – era uno de sus tantos argumentos.
Daniela sin embargo tenia sus propias ideas y
conclusiones al respecto, claro que a diferencia del resto Dani era la única de
sus amigas que tenia un panorama muy claro y amplio. La primera noche en casa,
después de que se despidieron del resto, Daniela la abordo tal cual era su
costumbre de manera frontal y directa – Okey MyLove ¿me vas a contar donde has
estado? Y lo mas importante ¿Quién es ella? – por un instante pensó en evadir
respuestas y explicaciones, hacerse la desentendida y no decir nada, conocía a
Dani y estaba completamente segura de que no la forzaría a compartir nada que
ella no quisiera y respetaría ese hecho, pero de inmediato agradeció que su
amiga la conociera tanto como para percatarse de que había una “ella”. Quizá si
no la hubiera cuestionado tan directamente no hubiera abordado el tema, no por
falta de confianza, es que no sabia como, aun ahora no encontraba la manera,
pero verdaderamente necesitaba darle salida a la represa de emociones
contenidas durante tantas semanas.
-
Se te nota nena – un día te
dije que encontrarías el amor y que este echaría las puertas abajo si no le
abrías.
-
Yo ya no sé que siento por
Claudia…
-
No me refiero a Claudia
MyLove, te pregunto por la chica que te
hace brillar de esa manera solo con pensar en ella, por la que te dejó esa
expresión de tristeza resplandeciente en la mirada, ese algo que no alcanzo a
definir y que me esta haciendo ver y decir un montón de cursilerías… ¿Quién es?
¿Dónde la has conocido? ¿donde la dejaste?
-
No se ni por donde empezar.
-
Por responder a cada una de
mis preguntas, de ahí yo te ayudo, porque seguramente te machacare con más.
-
Es alguien irreal, una
fantasía…Se llama Zoe; mi tía me hablo de ella en el peor momento de mi vida y
la vi como vería un tablón alguien a punto de ahogarse, sin muchas expectativas
fui hasta Oaxaca y desde el primer momento fue… ni siquiera se expresarlo con
palabras Dani, no puedo explicar lo que me hacia sentir, el tiempo que pasé a
su lado fue indescriptible, maravilloso, pero las fantasías se esfuman en la
nada y Zoe se desvaneció – la expresión de Daniela fue una mezcla de confusión,
sorpresa y curiosidad.
-
Todo eso suena muy poético
y así, pero me perdí Nena, no entendí nada, así que barájamela despacito y con
detalles, porque ahora estoy más ansiosa por saberlo todo.
-
La primera vez que me
hablaron de ella me dijeron que era una sueño hecho realidad, y fue mucho mas
que eso, se volvió tangible, vívida, se me metió debajo de la piel y me guio
hacia afuera, descubriéndome a una Paula que yo tenía muy escondida. Estuve viviendo
un sueño pero no me di cuenta de que no era real hasta que… te contare todo,
necesito decirlo a detalle, revivirlo… a ver si así logro entender que me esta
ocurriendo.
Primero hablo
de la Especialista y poco a poco ésta le dio paso a Zoe, Paula fue haciendo un
recuento tan detallado que se sorprendió al descubrir lo fresco de sus
recuerdos, fue capaz de revelarlos sin obviar nada, ni los detalles más
íntimos, reviviéndolos con intensidad, narrándolos y sumergiéndose a la vez en
ellos.
-
Fue tan difícil
desprenderme de ella, tan difícil no
salir corriendo de vuelta… y… y desde ese día siento que me ahogo, que me falta
algo, es extraño porque nunca me sentí
tan fuerte y segura de mi, pero me siento tan incompleta, no puedo dejar de
pensar en ella Dani, me siento molesta conmigo y también con ella, estoy
enojada con Zoe y es absurdo lo sé...
-
No es absurdo mylove, te
enamoraste, ella también y te encabrona no poder asumirlo.
-
¡No! … es decir quizá yo si
traspasé una línea que no debía, pero Zoe es una profesional y actúo como tal.
-
Pues yo creo que se enamoro
de ti.
-
Creo que es fácil
confundirse, es tan buena en lo que hace que…
-
Precisamente porque debe
ser muy buena en lo que hace debe saber exactamente como evitar que sus clientes
terminen enamoradas de ella. No, yo creo que lo tuyo se le salió de control, ¿A
tú tía no le paso?
-
No sé si en un principio
experimento lo mismo que yo, en aquel momento yo solo me deje llevar sin
preguntar nada, pero es evidente que si algo sintió ya se le pasó, está
felizmente enamorada.
-
¿tu tía?, ¿en serio? ¿de
quien, como, donde?, no, olvídalo, luego me cuentas eso, volvamos a lo
importante. ¿tú asumes que te enamoraste?
-
Sí, no… es que no lo sé
Dani, a veces creo que estoy confundida, que es normal que sienta algo muy
especial por ella después de todo lo que hizo por mí, que es lógico que este
tan apegada emocionalmente a la primera
persona que me hizo sentir especial, atractiva… y es que de verdad me sentía
deseada… incluso cuando me dejaba llevar por las sensaciones… – no se atrevía a
exteriorizarlo, se permitió pensarlo hacia tan poco tiempo, emanado de los
momentos en que se hundía en evocar.
-
¿sentías que te amaba?
-
A veces se tornaba tan genuino.
-
Porque se enamoró de ti
mylove.
-
No, estoy segura de que no
es así.
-
Yo intuyo que si, y mi
intuición no me ha fallado nunca.
-
Esta vez si Dani.
Cómo le hubiera
gustado creer que Zoe estaba experimentando lo mismo que ella, que la pensara
constantemente y añorara el tiempo que pasaron juntas por lo menos la mitad de
lo que ella lo hacia.
-
Tienes
razón Ro, Zoe no volverá a estar, pero Claudia...
-
Por
lo menos date el chance de sentir, no te reprimas… mejor cambiemos de tema
porque terminaras asesinándome con esa mirada, ¿sales esta noche?
-
Si,
quede con las chavas en el Yan, ¿Tú tienes planes? ¿Por qué no te animas a
venir?
-
Ir
a un lugar lleno de mujeres que apenas y me darán la hora, mmmm tentador, pero
tengo plan.
-
¿Por
fin saldrás con Liliana?
-
Pues
con ella y con un grupo de amigos, esta chava se me esta poniendo difícil.
-
Mira,
cada vez me cae mejor, lista la niña.
-
Tú
deberías ponerte lista… Hazme caso Weee, inténtalo hoy, déjate llevar por lo
que sientas, solo hoy a ver que pasa.
-
Pides
demasiado Ro, pero lo intentare.
-
Sale,
me cuentas.
En
el trayecto a casa pensó que quizá Rodrigo tenía razón y el camino a la cordura
estaba en volver a dejarse llevar por lo que sentía sin analizar, -¿Cómo
antes?- No, como antes no, ahora se sentía diferente, ella era distinta, tenia
la capacidad de encontrar el justo equilibrio para su vida. ¿De verdad? ¿Y si
por lo menos lo intentaba?
-
¡Vienes
pa matar Nena! – Grito Martha al ver a Paula.
-
Gracias
amiga, ¿vas llegando también?
-
Nop
Salí a contestar mi cel, ya están todas, menos Dani que desde que anda con
noviecita la perdimos.
-
Ya
se, dímelo a mí, casi no la veo y eso que vivimos juntas, le pego duro el amor.
Todas estaban de pie junto
a la barra, Paula saludo a cada una con calidez incluyendo a Claudia.
-
Que
te pongo linda – cuestiono la chica tras la barra.
-
Una
negra porfa Kari.
-
Sale
preciosa – señalo poniéndole encima de la barra la cerveza.
Aura y Leticia partieron
rumbo a la pista y Martha mirándolas con picardía les dijo
-
No
Digan que les conté pero Aura le va a pedir a Lety….
-
¡¿Casarse?!
-Exclamaron al unísono Paula y Claudia.
-
¡aja!
-
¡órale!
“esta padre no”, les va súper juntas –apuntó Claudia.
-
Si
la neta sí…. Ahí viene tú güerita Pau – se interrumpió Martha señalando a una
Chica rubia con la que
Paula había tenido encuentros previos- como que ya van varios encuentros
“casuales” ¿no? Será…
-
Carolina
¿Qué tal? – saludo Paula sonriente.
-
Feliz
de encontrarte aquí¿Bailamos?
Paula se dejo llevar, al volverse
hacia Claudia y Martha para decirles que regresaba observo sus expresiones, la
de Martha oscilaba entre la curiosidad y compunción, la de Claudia de dolor.
Carolina se hizo de su cintura una vez en la pista, atrayéndola hasta quedar
muy pegadas, los movimientos se tornaron poco a poco sugerentes, seductores,
Carolina la acariciaba con suavidad y Paula se dejaba hacer; como siempre que
estaba en esa situación estaba al pendiente de las reacciones de Claudia, el
sufrimiento de ésta se le volvió casi una adicción que le proporcionaba una
sensación de malestar salpicada con un ligero toque de placer, pero en este
momento solo podía advertir el dolor que se dibujaba en su rostro, sintió la necesitad de parar aquello pero en
vez de eso dejo que su acompañante se hiciera de sus labios y correspondió
mecánicamente el beso, no deseaba prolongarlo y se separo con delicadeza, en
ese momento vio a Claudia caminado entre la gente hacia la salida y con un “lo
siento” dejó a Carolina en la pista y salió corriendo tras Claudia, no la vio
en la entrada del local, observando logro ubicarla caminando con lentitud en
uno de los laterales, corrió hacia ella.
-
¡Espera
por favor! - Claudia se detuvo, pero no
se volvió, tenia la cabeza gacha, Paula se coloco frente a ella- Lo siento… Yo
no… - balbuceaba Paula, Claudia levanto el rostro pero seguía sin mirarla, sus
ojos estaban anegados, Paula le acaricio el rostro y acercándose lentamente
hacia ella la beso.
________________________________________________________________________
-
¿Me
quieres decir que no has ido a buscarla? Eres desesperante Boss.
-
Antes
de buscarla tengo que saber algunas cosas.
-
¿Qué
cosas?
-
No
me puedo presentar así nada mas Adriana, no es justo llegar y soltarle que
estoy enamorada de ella.
-
Pero
si eso es lo que viniste a hacer.
-
Si,
si, pero no así nada mas, tengo que tomar en cuenta muchas cosas, en estos
meses ella ha continuado con su vida y yo no quiero que se sienta comprometida
a nada o que se sienta mal o incomoda con mis sentimientos.
-
Pero
porque tendría que sentirse de ese modo jefa, saber que la amas no le puede
hacer ningún daño, todo lo contrario, en el remoto caso de que no corresponda a
tus sentimientos, mínimo se sentirá halagada.
-
Paula
es muy sensible, noble y está muy agradecida conmigo, siente que me debe mucho,
yo no puedo ponerla en una situación conflictuada solo por mis sentimientos. Si
ella esta con alguien no quiero interponerme.
-
Otra
vez decidiendo por ella, pensando por ella.
-
No
Adri, no; pensando en ella, lo que más quiero para Paula es que sea feliz.
-
Tú
la puedes hacer feliz; pero ya no te discutiré mas, en todo caso dime que vamos
a hacer, si me has hecho venir es porque tienes un plan.
-
Plan
no… más bien necesito a mi amiga a mi
lado, tengo miedo Adri, terror de lo que encuentre, de lo que sentiré y sobre
todo de no tener el valor de hacer lo que debo. – Adriana abrazo a Zoe, nunca
antes la vio vulnerable.
-
Okey
Boss, dime por donde empezamos, ¿tienes alguna idea?
-
Si,
esta noche… esta noche iremos y me encontrare con ella.
Las distintas sensaciones provocadas por
las emociones acumuladas ya eran indescriptibles, el corazón le latía tan de
prisa como si estuviera corriendo una maratón, el estomago le bailoteaba como
si estuviera en una montaña rusa y todo su cuerpo temblaba, no había pasado un
segundo sin que la pensara, sin extrañarla, y ahora ante la cercanía todo se
había vuelto contradicción, por un lado el ansia, por el otro el temor.
Una vez en la entrada del sitio en
donde estaba Paula, se sintió desfallecer, Adriana la impulsó para que entraran
porque sus piernas parecían no obedecerla, una vez dentro Adriana la guio hacia
la barra, no se atrevía a buscarla, deseaba tanto volver a verla pero tenía
tanto miedo. Nunca antes se sintió tan desvalida, tan fuera de control de si
misma y de sus actos, Adriana le puso
una cerveza delante y automáticamente levanto la mirada, entonces sintió que la
sangre se le iba de la cabeza a los pies y fue como si alguien la hubiera
golpeado, se quedo estática por varios segundos, tras un leve suspiro dejo la
botella de cerveza en la barra.
-
Vámonos
– dijo haciendo el ademan de encaminarse hacia la salida.
-
¿Qué
pasa Zoe?
-
No
pasa nada, marchémonos ya por favor.
-
No,
le has visto ¿cierto?, ¿Dónde esta? – Zoe volvió a suspirar y miró de soslayo
hacia la pista en dirección a dos mujeres que se besaban con intensidad- e…es ella, ¡por Dios!, está muy cambiada Zoe…
-
Vámonos
ya Adriana – insistió esta vez caminando, pero Adriana la tomo de la mano
impidiéndole que avanzara.
-
No,
no Zoe, me dijiste que necesitabas de tú amiga esta noche, y como tu mejor
amiga no te dejare irte sin hacer nada, el amor que sientes por esa mujer se
merece al menos que hagas algo, y lo vamos a hacer.
-
No
hay nada que hacer, no voy a interponerme, se la ve tan feliz.
-
Eres
toda una profesional jefa, pero de amor no entiendes nada – de la mano con
firmeza la guio hasta la pista.
________________________________________________________________________
No es que estuviera mal, no, incluso podía
decirse que a momentos lo pasaba bien, todo en su vida parecía haber encajado
justo en su sitio, vista desde fuera podría clasificarse de idílica, lo tenía
todo: éxito profesional, amistades, familia, su tía por fin se había
establecido en la ciudad con Ángela, incluso su padre se estaba haciendo
presente con bastante frecuencia, todo lo que la rodeaba parecía dicha, Dani
con Irene – su novia- estaban hablando
ya de vivir juntas, Martha feliz de la vida apoyando en los preparativos de la
boda a Aura y Leticia, y Claudia no podía ser mejor novia, demostrándole
siempre que la amaba, con ternura pero sobre todo con paciencia. Y es que las
cosas desde adentro no podían ser mas diferentes, Paula lo intentaba, con todas
sus fuerzas trataba de sentirse como antaño, desear a Claudia como antes,
amarla de la misma manera, pero no podía evitar el recuerdo constante de
Zoe, la añoranza se había adueñado de
ella con más ímpetu. Y es que en todas las ocasiones en que las cosas se
encaminaron a tener intimidad, no eran las manos de Claudia las que la
acariciaban, no eran sus labios los que la recorrían buscando la excitación de
su cuerpo, en esos instantes Zoe se apropiaba de su mente con tanta intensidad
que casi podía sentir su aliento sobre su piel, pero cada vez que se abandonaba
a esa sensación en los brazos de su novia le llegaba la culpa, el remordimiento y el acto siempre quedaba
inconcluso, Claudia se mostraba comprensiva, afirmándole que no la presionaría,
asegurándole que la entendía, culpándose a si misma por esto, diciéndole que le
daría tiempo y todo esto la hacia sentirse aun peor, porque se sentía incapaz
de sincerarse con ella, no quería lastimarla mas, sabia que cada vez que interrumpía
la entrega lo hacia, pero decirle que no podía hacer el amor porque no era con
ella con quien deseaba estar, que en cada uno de esos momentos estaba alguien
ahí entre las dos sería demasiado cruel.
Aquella noche, después de besarla, quiso decirle tantas cosas, pero
Claudia no la dejo porque ésta solo quería volver a besarla y tocarla una y
otra vez, sentirla asegurándose con esto de que era real y que la vida le
estaba dando de nuevo la oportunidad tan deseada, le pidió que dejaran todo
atrás, intentarían empezar sin lastres, pero no pudo ser así, Paula estaba con
ella pero la sentía ajena, lejana, distante. Inicialmente Claudia pensó que
esto era producto de lo vivido antes y que se esforzaría para que Paula
confiara y se entregara como antes; pero se hizo cada vez más evidente que no
tenia nada que ver con aquello, había alguien entre ellas, alguien importante
que se había adueñado de los pensamientos y el corazón de su novia, decidió que
le daría una pelea a muerte a quien fuera, no estaba dispuesta a perderla.
-
¿Te
ha hablado de ella? Es decir… ha mencionado algo.
-
No,
lo intentó, pero en ese momento yo no imagine que de eso quería hablarme, ahora
sé que… es mejor así Martha, vamos de a poco, que derecho tengo yo a
reprocharle nada.
-
Es
que no se trata de eso Claudia, no es cuestión de reproches, pero estar con
alguien que esta enamorada de otra persona.
-
Yo
no he dicho que esta enamorada de otra persona – Martha la miro inquisitiva –
bueno es evidente que hubo alguien en el tiempo que estuvo lejos y que no fue…
-suspiro- creo que tuvo importancia, demasiada.
-
¿Importancia
nada más?
-
No
lo se Martha, o no quiero saberlo, muero de los celos, me cuesta mucho
controlarlo, pero no estoy dispuesta a perderla, no después de sentir que la
recupere. Paula es todo para mí.
-
El
amor de verdad no es egoísta.
-
No
estoy siendo egoísta, yo simplemente estoy luchando por reconquistarla por
completo, a momentos la siento mía de nuevo, pero luego es como si estuviera a
miles de kilómetros aun teniéndola en mis brazos y me desespero porque no se
con quien estoy librando esta pelea.
-
Pregúntale,
háblalo con ella, el que lo hagas no implica que terminen.
-
Me
aterra la respuesta, me muero del miedo de escuchar que ama a alguien mas, no
quiero perderla, no estoy dispuesta a ello.
-
Si
la amas de verdad quizá te toque hacerlo Claudia, ayudarla a encontrar el
camino hacia su felicidad.
-
Su
felicidad está conmigo.
El regreso de Paula con Claudia supuso
poner fin a su confusión hasta cierto punto, quedo claro para ella que ya no la
amaba, lo que sentía por ella era una intensa atracción, pero seguía sin
comprender que le pasaba con Zoe, no podía explicarse porque después de tanto
tiempo no podía sacársela de adentro, ¿si pasó con Claudia porque con Zoe no
sucedía?, el sentimiento crecía en lugar de disminuir, lo mismo que el dolor de
su ausencia, se aferraba a Claudia e intentaba con todas sus fuerzas volver a
sentirla como antes, cualquiera que las viera a distancia daría por hecho que
estaba locamente enamorada de su novia y feliz con ella, pero su tormento era cada
vez mas intenso, nunca pensó volver a sentirse así, tan perdida, tan vacía, tan
infeliz, tan incompleta.
Solo dos personas se percataron de su verdadero estado
emocional, Daniela que era la única que sabia de su lucha interior y su tía, la
primera le aconsejaba que lo hablara con Consuelo – quizá ella sabrá
aconsejarte, de algún modo paso por lo mismo- le decía, pero era precisamente
esto lo que la frenaba, fue por eso que esquivo una y otra vez los intentos que
hizo su tía para saber que pasaba con ella, hasta que una tarde no pudo más y
fue en su busca.
-
Hola
tía… ¿y Ángela?
-
Salió,
le pedí que lo hiciera, cuando llamaste pensé que sería mejor que estuviéramos
solas.
-
Gracias
por eso Tía porque tengo… Quiero contarte lo que me sucede.
-
Llevo
meses esperando que lo hagas cariño, ven sentémonos ¿quieres tomar algo?
-
Si…
una cerveza por favor.
-
Ya
te la traigo – mientras Consuelo volvía Paula se hacia en la cabeza de una
frase que le ayudara a iniciar lo que tenia que narrar – aquí tienes.
-
Gracias
tía- dijo tomando la botella-… no sé por donde empezar.
-
Por
el principio hija, siempre es mas fácil.
-
Es
que no se donde inicio esto.
-
¿Cuándo
empezaste a sentirte así? Y es que has ido de menos a más, noté que había algo
desde que te vi en Chile, durante nuestro viaje por Europa se hizo más
evidente, pero a mi regreso a México te sentí peor y te veo cada vez más
extraviada.
-
Es
que de la añoranza pase a la desesperación y ahora siento que me ahogo, me
siento terriblemente vacía. Me enamore tía, amo con locura a una mujer que no
existe, con la que no hay posibilidad alguna o creo que eso siento, temo preguntarte,
he querido hacerlo desde que regrese, pero temo tanto a la respuesta, sin
embargo ya no puedo mas, necesito saber, entender... encontrar…¿te sentiste
enamorada de la especialista en algún momento? –espetó de repente.
-
¿te
enamoraste de la especialista? – cuestiono Consuelo con expresión de sorpresa-
olvida que pregunte eso; no mi amor, no me sentí nunca así, es decir si me
sentía muy atraída, todo en ella me gustaba, se me volvió realidad una ilusión.
Cuando concluimos me sentía feliz, libre, llena, y me despedí con deseos de
salir a comerme el mundo. Hasta la fecha me siento muy agradecida por lo que
hizo por mí.
-
Yo
me despedí de ella sintiendo que me rompía en dos pedazos y uno se lo quedo,
pasé horas esforzándome para no regresar, me fui llena de sensaciones
contradictorias, pensé que con el tiempo se me pasaría, pero con el paso de los
meses su ausencia me pesa cada vez mas, la extraño a morir, no hay minuto del
día que no la piense y no sé que hacer para olvidarla, para dejar de sentir lo
que siento.
-
Te
llego el amor por primera vez Paula, o por lo menos ese amor que es único, el
que no olvidas jamás.
-
Ya
estuve enamorada, pensé que moriría a causa de ese amor, pero logre superarlo,
lo creía imposible pero paso y ahora por mas que me esfuerzo en ello no pasa,
tía se supone que esto no tenía que suceder, yo iba a buscar alivio y ahora
creo que estoy mas torturada que antes porque me siento impotente.
-
El
amor no es algo que se pueda controlar cariño, tú no escoges a quien amar, el
amor elige por ti, es caprichoso, a veces cruel e imposible, pero tampoco se
trata de que tu vida se acabó, quizá no la olvides nunca, pero volverás a amar,
no igual claro, cada amor es distinto y siempre en al vida hay uno que es
especialmente único, soy un buen ejemplo de ello; amo a Ángela, pero en mi
corazón siempre estará… ella –la mirada de consuelo se humedeció- llevo casi
treinta años amándola, ni siquiera soy capaz de pronunciar su nombre de lo
mucho que duele, pero es alguien que ya no esta, no hay posibilidad alguna de
que vuelva a estar.
-
Entonces
estoy condenada a vivir así.
-
No
te condenes a ti misma, vive, date la oportunidad de amar a alguien más ¿Qué
pasa con Claudia?
-
Me
siento bien con ella, creo que puedo volver sentir amor por ella, deseo que eso
suceda, pero…
-
Inténtalo,
pero inténtalo de verdad, porque la otra opción seria que buscaras a… como sea
que se llame, pero imagino que no tienes ni por donde empezar.
-
Me
dio su nombre real… y me dijo donde vive.
-
¡¿te
dio su dirección?!
-
No,
solo me dijo que vive en Nueva York.
-
Has
considerado la posibilidad de que ella sintiera lo mismo que tú.
-
Muchas
veces he querido pensar que así era, pero no tía, cuando se esta enamorada es
muy fácil auto engañarse, es una profesional… ella siempre se comporto así.
-
Volvemos
a lo mismo Paula, el amor es incontrolable, es muy extraño que te haya dado
datos personales, es un indicativo de que ella también experimentó sentimientos
por ti.
-
¿Y
si así fue porque no decirme nada? Para ella debió ser muy evidente lo que yo
sentía.
-
¿Qué
te hace estar tan segura de ello? Que tal si no te dijo nada precisamente
porque no se percató de tus sentimientos, o por ética profesional.
-
Hay
tía, especular sobre eso no me ayuda en nada, me confunde mas.
-
Lamento
profundamente no serte útil, quisiera poder decirte algo que de verdad te
ayudara.
-
Has
sido de mucha ayuda, tener claro que estoy enamorada es un paso que no me había
atrevido a dar hasta ahora, si algo aprendí de Zoe es que para superar las
cosas hay que asumirlas como son.
-
¿Zoe
es su nombre?
-
Si,
Zoe – sonrió al decirlo.
-
Es
un lindo nombre.
No es que antes
no lo tuviera claro, no lo quería asumir y ahora que por fin lo había hecho, no
significo un alivio, ni un desgaste del sentimiento, ahora libre al fin amaba a
Zoe más intensamente, casi con violencia, porque estaba furiosa por amarla,
decidió combatir con todas sus fuerzas este amor, se entregaría por completo a
su relación con Claudia, sin reparos esta vez.
Estaban todas
por primera vez en semanas, la dicha se podía respirar en el ambiente, tanto
que casi la contagiaba, esta salida tenia por objeto festejar la despedida a la
soltería de Aura y Lety, Dani les acababa de anunciar a todas las demás – Paula
ya lo sabía- que Irene y ella habían alquilado un departamento y se irían a vivir
juntas a mediados de la semana entrante, todas hablaban entusiasmadas.
-
¿Cómo
te sientes con la mudanza de Dani nena?
-
Triste
por mí, la voy a extrañar horrores, pero feliz por ella – contesto Paula
Sonriente a su novia- me acostumbre a su presencia y sabes que la adoro, pero
mírala, ¿la habías visto alguna vez así de dichosa?
-
Si
se ve muy feliz, pero te quedaras solita.
-
Te
tengo a ti – le dio un pico.
-
¿te
gustaría que viviéramos juntas?... bueno no ahora mismo, es decir…
-
Si
– afirmo Paula interrumpiéndola- yo creo Claudia que este puede ser un buen
momento para dar ese paso.
-
¿de
verdad? – pregunto con emoción.
-
Si
pero lo anunciaremos luego ¿va?
-
Bueno,
vamos a bailar, porque estoy tan emocionada que se me va a salir decirlo.
Se estaba dejando llevar, el esfuerzo
no estaba resultando vano, seguía pensando en Zoe, sintiéndola, pero su
recuerdo ya no la torturaba, había logrado por fin una relación sexual con su
novia y estaba dispuesta a seguir en ese camino, amando por siempre a un
espejismo, pero viviendo.
Mientras bailaba, se le vino a la
mente que una de las pocas cosas que no hizo con Zoe fue bailar, sintió una
inflamación en el pecho, se abrazó con fuerza a Claudia y busco su boca, se
aferro a ella con desesperación y ésta le correspondió con la misma fuerza,
después de un largo rato se separaron y continuaron moviéndose al ritmo
atronador de la música, de repente sus tobillos trastabillaron al recibir un
empujón mas fuerte de lo normal, al darse vuelta vio de frente a una chica con
cara de angustia.
-¡Perdón,
perdón, discúlpame por favor, no fue intencional, ¡que torpe soy! – exclamaba
evidentemente avergonzada; sin embargo todo alrededor desapareció, fue como
irse en segundos a otra dimensión, cuando descubrió detrás de la chica que se
deshacía en disculpas, mirándola de frente, a Zoe; a pesar de su incapacidad de
moverse, de hablar o reaccionar, esa mirada la envolvió como antaño.
-
Hola Paula ¿Cómo estas? – Zoe se acercó a besarla en la mejilla haciendo un esfuerzo
para actuar con naturalidad.
-Zoe,
hola, ¿estas trabajando?, lo siento, no debí preguntar… lo siento.
-
No, no esta de trabajo, estamos de vacaciones- intervino Adriana sonriente.
-¿Juntas?
¿De vacaciones juntas? – cuestiono Paula impulsivamente.
-
si juntas claro, ¿pero ustedes se conocen? Que chiquito es el mundo ¿verdad?
-Paula
ella es Adriana, Adriana ella es Paula.
-
Un gusto conocerte.
-
Ehhh, ahhh sí, mucho gusto.
-
Yo soy Claudia, Novia de Paula, mucho gusto.
-
Que tal – respondió Zoe al saludo al tiempo que pensaba ¿Claudia? Y no se trata
de cualquiera, su novia es precisamente Claudia.
-
El gusto es nuestro, Claudia – señalo Adriana chispeante- Que bien encontrarse
con amigas, siempre es más divertido estar en grupo.
-
Adriana no seas imprudente – Zoe estaba sintiendo que el mundo se abría bajo
sus pies, sentía tanta rabia en esos momentos que por primera vez en su vida
hubiera sido capaz de golpear a alguien.
-
¿imprudente porque?, solo estoy intentando socializar, hacer amigas, quizá un
día ellas vayan y nos visiten en Nueva York.
-
Claro que no eres imprudente, nos encantaría que nos acompañaran, estamos con
un grupo de amigas ¿vamos? – manifestó Claudia sin mucha convicción.
Pero
Adriana reacciono a esta invitación como si se tratara de una súplica, se
encaminaron rumbo a donde estaban todas, Paula seguía sin poder articular
palabra y Zoe estaba concentrada en evitar la explosión de la bomba que sentía
dentro de ella. Una vez que llegaron a la mesa y procedieron a presentar a las
recién llegadas como amigas de Paula, todas las recibieron amistosamente,
Martha incluso con evidente entusiasmo
las invito a sentarse a su lado, pero para Claudia no paso inadvertida
la reacción de Daniela al escuchar el nombre de Zoe, la mirada y la sonrisa que
le dirigió al saludarla le hizo evidente que sabia de quien se trataba, que
Paula le había hablado de esa chica y esas platicas habían sido muy relevantes,
la alerta que se encendió en su mente al instante de verlas reconocerse
momentos antes acababa de ser sustentada por el gesto que Daniela le hizo a
Paula; su rival acababa de adquirir cuerpo y rostro, había dejado de ser un
fantasma y la realidad le dimensiono lo peligrosa que era su contrincante, se
trataba de una mujer de mundo, bella e interesante, con una seguridad en si
misma fuera de lo común porque nada tenia que ver con vanidad; pero lo peor de
todo no era el hecho de lo atractiva que fuese, la actitud de Paula la puso a
temblar.
Zoe se encontró inmersa en el mundo de
Paula sin preámbulos y sin saber cómo; una de sus amigas, Daniela, fue muy
cálida con ella, el resto se comporto de
manera que iba de la cordialidad a la curiosidad, pero fue obvio que para
Claudia su presencia no resulto grata en absoluto – ¿será tan evidente para ti
que estoy enamorada de tu novia? – analizó mentalmente al observar la mirada
inquisitiva y expresión seria con que la observaba esta mujer. Paula sin
embargo apenas podía sostenerle la mirada, parecía presa de una timidez
agobiante, le recordó tanto a la chica con la que se encontró al pie de la
playa, se negó a privarse del placer tan anhelado de llenarse de su imagen.
Para paula la reminiscencia fue casi exacta, por lo menos en cuanto a las
sensaciones que Zoe le provocaba, su sola presencia era capaz de envolverla de
una manera única, que la llenaba de calma, de tranquilidad, de calidez, así se
encontrara en medio de esta tormenta, hubiera querido mirarla hasta cansarse,
pero Claudia la abrazaba con fuerza haciéndola recordar que su realidad y su
vida estaban ahí y que Zoe no estaba ahí por ella, se trató solo de un
encuentro casual, -¿Por qué ahora?- se preguntaba, era como si el destino se
empeñara en regresarla al abismo. Daniela le había dicho al oído – hoy tú y yo
solas, sin novias, sin pretextos- y como iba ella a poner objeciones a eso si
lo que mas necesitaba era desahogarse, sacar todo lo que estaba sintiendo en
ese momento, los minutos se hacían eternos, pero tan fugaces a la vez y es que
necesitaba estar en donde pudiera gritar, estallar, pero también quería seguir
respirando el mismo aire que ella, seguir compartiendo el mismo espacio.
-
¿Cuánto
tiempo estarán en México? – pregunto Aura.
-
Todavía
no definimos el regreso, quizá unas dos semanas más o menos. – contesto
Adriana.
-
¿Y
tienen planes para mañana?
-
No,
ideas de hacer algo si, pero de fijo
nada- respondió nuevamente Adriana.
-
Ah
pues nosotras nos vamos de fin a una casa en valle de Bravo y nos encantaría
que nos acompañaran.
-
Hay
claro que si - acepto de inmediato Adriana- ¿ustedes nos indican como llegar?
-
Pasa
alguien de nosotras por ustedes – indico Leticia.
-
Nosotras
vamos por ustedes – se ofreció Daniela-
Irene y yo pasamos por ustedes a eso de las once de la mañana, en donde
se están quedando- pregunto directamente a Zoe.
-
En
el hotel Imperial, esta sobre reforma.
-
Lo
conozco – señalo Irene- entonces mañana estaremos ahí, va estar padrísimo este
festejo – añadió.
-
¿Que
festejan? – cuestiono Zoe, mas por interactuar que por verdadero interés.
-
Nosotras
nos casamos en una semana- respondió Leticia señalando con la mano a Aura y a
si misma.
-
Y
nosotras decidimos vivir juntas, nos mudamos la próxima semana a nuestro depa.
–puntualizo Irene.
-
¡Y
que Paula y yo también viviremos juntas! – exclamo Claudia levantando su bebida
y sonriéndole de manera extraña a Zoe, ésta sintió una punzada en el pecho a la
vez que algo en su interior se desplomaba.
-
¡Hey!
Eso es nuevo, ¿cuando pensaban decírnoslo? – grito Martha.
-
Lo
decidimos hace muy poco.
-
Pues
nos crecieron los motivos para festejar – dijo alegremente Aura.
Paula no pudo pronunciar palabra, al
escuchar a Zoe decir –felicidades para todas- sintió una profunda tristeza, en
su voz percibió algo extraño y de pronto sintió como si le estuviera siendo
infiel, desleal, como si la estuviera decepcionando.
Con Irene no hubo problema alguno
cuando Daniela informo que esa noche quería estar a solas con su hermanita,
pero a Claudia no le agrado nada la idea.
-
No
entiendo porque les estorbo Dani, también soy tú amiga.
-
Paula
no es mi amiga, es mi hermana, mi familia y esta es la última noche que
pasaremos juntas.
-
Te
mudas a media semana…
-
Pues
si, pero entre semana no tendremos tiempo de despedirnos como se debe, que
posesiva eres Claudia, ni que te la fuera a robar.
Esta mini discusión se extendió hasta
que estuvieron en la entrada de su casa, luego a Claudia no le quedo de otra
que aceptar que esta batalla la tenia perdida, pero no la guerra; Sabía que
Daniela quería estar solas con Paula para hablar de esa mujer, se le retorcía
el estomago al notar las ansias de ambas por quedarse a solas y darle rienda
suelta a esto, si por Dani fuera Paula nunca hubiera regresado con ella, nunca
se lo dijo abiertamente pero era algo que se sentía, le pasaron por la cabeza
mil cosas, todas y cada una de ellas le atormentaban; finalmente se dijo que
hoy sería la ultima noche que estarían separadas, después de hoy no se
separaría un milímetro de Paula mientras esa amenaza estuviera cerca.
La mirada de Daniela entre divertida y
curiosa cuando por fin estuvieron a solas le provocaba mas confusión, aunque
hacia unos momentos sentía la necesidad imperiosa de explotar, ahora mismo no sabía
que decir y es que su mente era un completo caos y no encontraba la manera de
ponerle orden.
-
MyLove,
habla ya por Dios…
-
Es
que de plano no sé que decir Dani, estoy en completo shock.
-
¿pero
como te sientes?
-
Feliz
por que jamás pensé volver a verla, furiosa porque la vi cuando creía que
finalmente estaba encontrando un poco de paz, apenada porque ahora esta
enterada de que regrese con Claudia y no puedo evitar sentir que con eso la
estoy decepcionando y furiosa porque no está sola.
-
¿y?
-
¿y?
-
¿enamorada?
-
…
uhhhh
-
¿Mylove?
-
¡hay
Dany! Dime porque, porque carajos el destino se empeña en joderme así la vida.
-
¿el
destino?... naaaaa, el destino nada, la chava te vino a buscar.
-
¿Con
compañía? Como crees, este encuentro fue casualidad.
-
¡Ajaaaa!
Si como no, y como en esta ciudad es
taaaaaan fácil encontrarse por casualidad. No nena, la chava te vino a buscar.
-
No,
ella tiene todos mis datos, dirección, teléfono, no tenia problema alguno para
encontrarme si me hubiera querido buscar, además ésta con esa chica.
-
Hay
nena en serio que eres muy lenta, mira, desde que me hablaste de ella siempre
sentí que ahí había algo y ahora estoy completamente segura de que eres total y
completamente correspondida, está enamorada de ti Mylove y en cuanto a la
chava, a mí no me pareció que estén en plan de pareja.
-
Creo
que no eres objetiva, nunca estuviste de acuerdo en que retomara una relación
con Claudia y quizá eso nubla tu juicio.
-
“namas”
porqué eres tú no me ofendo ni me enojo por lo que acabas de decir amigui. Mira
Pau, yo no tengo nada en contra de Claudia, ya no, estoy segura de que
verdaderamente te ama, pero sé también que tú ya no sientes lo mismo y yo
quiero que seas feliz y con Claudia no lo serás porque el amor no se puede
forzar.
-
Al
amor le gusta llevarme la contra, o yo le llevo la contra al amor, porque
cuando amo no me aman.
-
Zoe
si te ama.
-
Dani
¿Por qué lo aseguras con tanta firmeza?, no la conoces…
-
La
forma en que te mira.
-
Esa
mirada… -suspiro- me miró así desde el primer momento.
-
Se
enamoro de ti a primera vista.
-
Que
necia eres – aseveró riendo.
-
La
necia eres tú, en serio Mylove tienes la oportunidad de enfrentar tus
sentimientos y los de ella, haz algo, no te quedes con la duda.
-
Es
que no tengo dudas, estoy completamente segura de que estoy enamorada de Zoe y
también tengo la convicción de que ella no.
-
Te
equivocas, solo espero que te decidas a hacer algo, por lo menos por la certeza
de lo que sientes tú.
-
No
viene sola.
-
¿y
eso que?
No muy lejos del departamento de
Paula, se encontraba Zoe dando vueltas en la cama; una vez se encontró a solas
con Adriana se negó a pronunciar palabra, ensimismada en sus propios
pensamientos apenas y escucho las especulaciones de su amiga; al llegar al
hotel ésta comprendió que era mejor dejarla sola y cada una partió a su
habitación; estaba agotada, sin embargo su mente seguía dándole vueltas a lo vivido
esta noche, a las sensaciones experimentadas, la mezcla de sentimientos, el
dolor punzante derivado de los celos infernales que experimento por primera vez
en su vida, la necesidad imperiosa de mirarla a pesar de que la besaban otros
labios, la acariciaban otras manos y estaba entre otros brazos, la rabia casi
incontrolable que la sacudió toda la noche.
Lo lógico sería marcharse una vez
encontradas las respuestas que fue a buscar, pero ahora era incapaz de ser
lógica, la gobernaban sus instintos, se estaba dejando llevar por un impulso
irrefrenable de experimentar más dolor, si ese era el precio por pasar un par
de días más a su lado estaba dispuesta a pagarlo, era poco en realidad por una
despedida digna y ridículo en comparación al que le acompañaría luego del adiós
definitivo.
Una tenue luz se reflejo por la ventana, decidió darse un
baño largo olvidándose de su conciencia ecológica, permitiéndose un pequeño
placer. Apenas se estaba envolviendo en la bata cuando escucho que tocaban a su
puerta, se sacudió el cabello y abrió.
-
Ni
siquiera preguntaste quien era… que tal si era un asesino serial jefa.
-
Sabía
que eras tú; aunque no hay mucha diferencia.
-
¿Estás
furiosa conmigo boss?- inquirió Adriana entornando los ojos.
-
Menos
que ayer – le dirigió una media sonrisa- en realidad mi enojo es conmigo porque
la masoquista soy yo, quería quedarme, quiero ir hoy con ellas, quiero seguir
sufriendo.
-
Sufres
porque quieres jefa.
-
¿Porque
quiero?
-
Si
claro, estoy segura que si le dices lo que sientes…
-
Adri,
acaso estuvimos ayer en lugares diferentes, Paula tiene pareja… y no cualquier
pareja, esa es la mujer de la que ha estado enamorada siempre, esta feliz.
-
¿Lo
dices en serio Zoe?, ¿de verdad la viste feliz?, yo vi a una chica en completo
descontrol en cuanto te vio, se la paso turbada toda la noche, sin atreverse a
mirarte a los ojos, fría con su novia –puntualizo esta ultima palabra haciendo
comillas en el aire con los dedos- quién a propósito se empeño en demostrarte
toda la noche que su relación es la mar de maravillosa y si hubiera podido te habría desaparecido con
la mirada; esa mujer tiene muy claro que eres su rival.
-
Será
mejor que bajemos a desayunar, no tardan en venir por nosotras…
-
Jefa
no te hagas esto, no la dejes ir tan fácil.
-
Nunca
ha sido mía, nunca ha estado conmigo, no puedo retener lo que no tengo.
-
Por
lo menos dile lo que sientes, a eso viniste.
-
Vine
a verla, a intentar darle una oportunidad a lo que siento, pero también vine
decidida a no desestabilizarla, a no hacerla sufrir.
-
Dale
con lo mismo… mira mejor vamos a desayunar, Zoe Elise NECIA Lever.
Paula tampoco pudo dormir, paso la noche
entera pensando en Zoe. A diferencia de otras ocasiones sus pensamientos ahora
no tenían coherencia, no remembro como tantas otras veces lo vivido, ni
siquiera repasó lo que sucedió apenas hacia unas horas, simplemente pensaba en
ella, en la sensación que la invadía siempre ante su presencia, en la caricia
que significaba su mirada, la calidez con que la envolvía, pero sobre todo en
el deseo de volver a sentirla, tocarla, besarla, no quiso pensar en lo
imposible que era saciarlo, permitiéndose sentir.
Claudia llego temprano por ella, tanto que
la encontró todavía organizando todo para la salida y a punto de bañarse, no
fue fácil evadir los intentos de seducción de su novia; haciendo acopio de toda
la delicadeza de que era capaz rechazó el intento de intimidad, volvía a
sentirse incapaz de una entrega sexual. Resignada, Claudia se ofreció a
preparar desayuno para las cuatro, Irene estaba por llegar.
Con el paso de las horas la ansiedad
se apodero de ella ante la cercanía de Zoe, la noche anterior no hubo
oportunidad de prácticamente nada, apenas y cruzaron unas palabras y sentía la
enorme necesidad de robarle a la vida unos momentos a solas con ella, sabia que
no sería nada fácil que Claudia lo permitiera, se estaba comportando de manera
posesiva, no menciono nada en particular pero su actitud indicaba que notaba o
intuía lo que estaba sucediéndole, el semblante de su novia revelaba tensión a
pesar de sus intentos de disimularlo. Desde que llego por ella y durante todo
el trayecto hacia Valle de Bravo la llenó de atenciones, estaba mas cariñosa
que nunca, eso la hacia sentirse muy culpable y es que la simulación no era su
fuerte y desde la aparición de Zoe su
cambio fue evidente, no podía evitar el sentimiento y las sensaciones que la
llenaron, le sorprendía que Claudia no cuestionara su actitud hasta que cayo en
cuenta de que cuando amas y sientes que no eres correspondida le temes a las
respuestas y eso la hizo sentirse todavía peor.
Cuando llegaron a la casa de campo ya
se encontraban ahí Martha, Aura y Leti que estaban ya completamente instaladas
y ellas procedieron a hacer lo mismo, luego fueron todas a sentarse en la
terraza.
-
Supongo
que no habrá problema alguno en que Zoe y Adriana compartan habitación ¿no? –
puntualizo Aura.
-
En
todo caso yo no tengo objeciones en compartir, mi cama, mi vida y mis quincenas con esa chulada – añadió
Martha.
-
¿Con
cual de las dos? – mas que a cuestionamiento la entonación de Paula resultaba
amenazadora, todas se volvieron hacia ella con sorpresa y desconcierto en sus
miradas, entonces sonrió y agregó intentando suavizar el efecto de su impulso-
curiosidad la mía.
-
Adriana
obvio.
-
Y
porque obvio, Zoe esta ¡impresionante! – Exclamo Leti.
-
¡Epale!
Oye que estoy aquí mi amorcito- dijo Aura divertida.
-
Pero
si tú también lo dijiste cariño.
-
Pues
sí, tienen razón, la chava esta buenísima, pero no es mi tipo, demasiado
niño-niña, la chaparrita cuerpo de uva es más mi ideal.
-
Pero
si la chava exuda vibras bugas Martha.
-
Mmm
creo que tienes razón Aura, entonces retiro lo de compartir mi vida y mis
quincenas, pero lo de la cama sigue en pie.
-
Pues
a mí me dio la impresión de que entre ellas hay algo – añadió Claudia.
-
Mmmm,
pues a mí no me lo parece, ¿Dónde y cómo las conociste Pau, no nos dijiste que
hubieses estado en EU?
-
En ese momento cayo en
cuenta de que no le había pasado por la cabeza que le hicieran esa pregunta,
todas las miradas sobre ella, incluyendo la de Claudia, indicaban que de verdad
estaban muy interesadas en su respuesta; mentir no se le daba, inventar
tampoco, así que decidió decir la verdad.
-
Conocí
a Zoe a través de mi tía, durante mi viaje pase varios meses con ella, a
Adriana me la presentaron anoche – Claro la verdad sin muchos detalles, pero
sus amigas no se conformaron con esa escueta repuesta.
-
O
sea, pasaste unos meses con ella ¿como?
– sondeó Martha, Aura abrió los ojos como platos, Claudia lanzo una mirada
reprobadora a Martha y Leti removiéndose en su silla como preparándose a
escuchar un jugoso chisme añadió.
-
¿Es
decir amigui que tuviste un affaire con Shane?
-
¿con
quien?
-
¡hay
por favor no sabes quién es Shane!, nena eso es imperdonable.
-
No…
no sé quién es Shane…- murmuro Paula desconcertada pero sobre todo abrumada.
-
Bueno
eso no importa ahorita, volvamos a lo relevante, ¿tuviste algo con Zoe?
-
A…
algo, ¿algo como qué? – todas a excepción de Claudia la miraban expectantes y
compendio que no se zafaría de esto- bueno ella fue muy especial para mi en
momentos difíciles, me ayudo mucho, es
una mujer extraordinaria de la que aprendí muchísimo, y…
-
¿y?
-
Y
aquí esta su novia que no quiere escuchar nada mas al respecto, Martha, Leti,
déjenlo ya.
-
Híjole
que celosa resultaste Claudia – afirmo Leticia.
-
Si,
celosa, posesiva, intensa…
-
Ahí
vienen las chicas por fin, veo que se instalen y luego vemos lo de hacer el
súper – concluyo Aura con el tema afortunadamente para Paula.
Paula
hizo el intento de seguir a las demás que se acercaban ya a las recién llegadas
pero Claudia se lo impidió, rodeándole por la cintura la atrajo para si
besándola, ella correspondió el beso de inicio casi por inercia pero en su
mente se encendió la idea de que estaba
siendo observada por Zoe y se separo con cierta brusquedad; en ese instante a
Claudia estuvo a punto de escapársele la rabia contenida, pero al final
haciendo un gran esfuerzo la reprimió de nuevo, Paula sin mirarle le dijo que
seria mejor que alcanzaran a las chicas. Lo único que vio Zoe de esta escena
fue el principio, incapaz de soportarlo otra vez, volcó toda su atención en
Aura que les indicaba el camino hacia en interior de la casa a fin de
señalarles sus habitaciones, igual que la anoche anterior dejo que Adriana
hablara por ambas, ella apenas abrió la boca, una vez dejaron su equipaje se
volvieron a un espacio amplio que hacia las funciones de estancia en el que se
encontraban todas incluyendo a Paula un tanto apartada del resto con Daniela;
observo que Irene intentaba por todos los medios atraer la atención de Claudia
quien miraba de soslayo a las dos primeras, quizá en otro momento Zoe hubiese
sido capaz de comprender el significado de esta escena pero ahora su
entendimiento estaba cerrado y solo sintió la tensión en el ambiente –o quizá la
única tensa sea yo- pensó. Las primeras horas de la tarde transcurrieron entre un paseo por el centro
de la población y compra de vivieres, durante estas las oportunidades de
acercamiento entre Paula y Zoe fueron nulas, ésta última estaba tan ensimismada
en observar a la primera que apenas fue consciente de que Adriana se comportaba
extrañamente, su manera de tomarla de la mano, de mirarla, sus sonrisas, a
pesar de estar al pendiente de cada movimiento de Paula tampoco reparo en la
evidente expresión de disgusto mal disimulado que se dibujaba en su rostro; no
fue hasta que estuvieron en la casa sentadas todas en el jardín, que le fue
imposible no tomar en cuenta el tono casi seductor con que Adriana le pregunto
si quería otra cerveza.
Cuando
esta regreso con la botella y después de dársela se sentó a sus pies
recargándose en sus piernas, no le quedó otra que regresar a la realidad, se
inclinó hasta quedar muy cerca de su oído.
-
¿Qué
se supone que estás haciendo? – Adriana echo la cabeza hacia atrás con
coquetería, pegando los labios a su lóbulo.
-
Lo
que se supone que vinimos a hacer. Shhhht – y besándola en el mentón volvió de
nuevo su atención al resto.
Para Paula la tarde fue totalmente
diferente, con las emociones a flor de piel, sentía que iba a estallar en
cualquier momento, Claudia empezaba a asfixiarla, era evidente que su novia
presentía que algo le pasaba con Zoe, y a parte del hastío su sentimiento de
culpa se incrementaba; aunque en principio no le dio esa impresión ahora
parecía que en efecto la relación entre Zoe y Adriana no era de simple amistad,
la chica revoloteaba alrededor de Zoe; sintió encenderse una llama en sus
entrañas cuando juguetonamente le paso los dedos entre los cabellos, paso a llamarada
después de un sinfín de caricias perdidas aquí y allá sobre esa piel que
estúpidamente sentía suya, pero ahora al
verlas hablándose al oído, todo su interior era un incendio, la furia rabiosa la impulsó a ponerse de pie
y salió hacia los jardines, cuando Claudia hizo ademan de seguirla sin mucho
tacto le espeto que la dejara respirar. -¡Caramba Claudia, me ahogas, dame un
respiro¡ déjame un rato a solas ¿Es mucho pedir?– y con el fuego interior
haciendo cenizas cualquier sentimiento de culpa se internó al fondo en la zona
boscosa.
Para el resto del grupo fue imposible
no notar ciertas cosas después de las horas juntas, quizá por eso omitieron
comentarios al respecto de la intempestiva partida de Paula y no preguntaron
nada cuando Claudia evidentemente descompuesta regreso, continuaron con una
plática trivial.
-
Vamos
un momento a nuestra habitación y volvemos – les indico Zoe, tomando a Adriana de
la mano; la mayoría asintió.
Después de dirigirse miradas
disimuladas; Martha, Leticia y Aura, se esforzaron por seguir con una conversación;
Claudia permanecía apesadumbrada y ausente, Daniela que era la única que sabía
qué estaba ocurriendo, estaba silenciosa y pensativa.
-¿Adriana que te propones?
- ¡Por Dios Boss!, Eres
capaz de entender y arreglar la vida del mundo entero pero cuando se trata de
ti no tienes ni idea, en lugar de estar perdiendo el tiempo aquí conmigo,
deberías de ir a buscarla, es evidente que logré mi propósito y Paula está
furiosa y muerta de celos.
- ¿De eso se trataba?¿De provocar celos?,
Adriana eso es tan infantil….
- ¡Hay Zoe! Tienes que
entender que no todo se puede racionalizar, sobre todo los sentimientos, por
favor ve a buscarla, esta es la oportunidad perfecta para que aclaren las
cosas. Sal por la puerta de la cocina, yo me quedare aquí un rato para darles
tiempo.
Sentada en un tronco frente al lago
Paula hacia esfuerzos por tranquilizarse, nunca antes se había sentido así, en
el pasado, cuando vio a Claudia con otras
mujeres la hacía sentirse insignificante, pequeñita, le dolía, pero nada
comparado con lo que estaba sintiendo ahora, el dolor punzante en el pecho
provocado por la certeza de que ella nunca volvería a acariciar esa piel, su
boca nunca sentiría de nuevo el placer
de esos labios. El dolor se intensificaba al recordar la naturalidad de las
caricias de Adriana, la pasividad con que las recibía Zoe, la interacción entre
ellas fluía con simplicidad, nada tenía que ver con un contrato de servicios,
lo que sea que hubiera entre ellas era real y eso era lo que más la
atormentaba, nunca pensó que pudiera experimentar más sufrimiento que el que la
llevo a conocer a esta mujer y ahora mismo su dolor es tan profundo que le
parece que esta vez será irreparable,
porque hoy por fin cayo en cuenta de que se enamoró de verdad, con toda la
intensidad con que una mujer puede amar y ante la imposibilidad de su amor el
dolor es infinito.
La voz ronca y dulce al mismo tiempo
que antaño solía tener un efecto tranquilizante ahora la inquieta.
-
Paula…
¿Está todo bien? – contiene la respiración y limpia las lágrimas con rapidez,
su cerebro trabaja a mil revoluciones, lo que menos desea es poner a Zoe en un
predicamento, que culpa tiene de que cometiera la estupidez de enamorarse de
ella.
-
Lo
siento…- dice volviéndose, la mirada de Zoe sigue cubriéndola como una caricia
y le da fuerzas- es solo que me siento un poco mal.
-
¿puedo
preguntar porque?
-
Es
por ti…- soltó sin analizar, de inmediato rectifico- es decir, me siento como
si te hubiera fallado de alguna manera al volver con Claudia – esto no era
después de todo mentira, ya que desde
que volvió con Claudia lo pensó.
-
¿Por
qué sientes eso?
-
Después
de todo lo que paso entre nosotras… es decir Claudia y yo, todo lo que hable
contigo… siento que estarás decepcionada de mi – eso tampoco está alejado de la
verdad, de algún modo así se siente.
Zoe siente cómo algo le recorre de la
cabeza a los pies para luego abandonar su cuerpo y ser llenado por una profunda
tristeza, a eso vino después de todo y ahora podrá cerrar el círculo e
irse además con la sensación de que pudo
ayudar a Paula.
-
No
has fallado, ni a mí, ni a ti, alguna vez te dije que cuando volvieras a tu
vida encontrarías las respuestas que te faltaban y las encontraste, eres una
mujer maravillosa Paula, entera, integra, inteligente y sensible, si Claudia
forma parte de tu vida nuevamente es porque con certeza la consideraste merecedora
de ti. El amor verdadero – tuvo que hacer acopio de un enorme autocontrol para
reprimir su deseo de acariciarla- es capaz de perdonar… y también de renunciar
en pro de la felicidad de quien amamos – añadió sin que esto viniera mucho a
cuenta- Te aseguro que estoy contenta de saberte plena y feliz. Me parece que deberías
regresar con tu chica, lucía un tanto abatida.
-
Si,
tienes razón, estuve muy grosera con ella.
Son las cinco de la mañana, Zoe corre
concentrándose en cada movimiento muscular, en su respiración irregular, en la
atmosfera matinal, en todo aquello que le ayude a olvidarse de sí misma, de los
mil pedazos en que se convirtió su interior; no tiene fuerzas para recuperar
los trozos e intentar recomponerlos, son demasiados, las que le quedan apenas
le alcanzaron para decidir marcharse en cuanto sea posible porque está a punto
de desmoronarse y necesita correr a su refugio para hacerlo. En cuanto regrese
a la habitación despertara a Adriana y le informara que se van. Está a unos
pasos de la entrada principal cuando es interceptada por una voz que la llama
con cierta agudeza.
-
Zoe
– al volverse se encuentra con la mirada oscura y fría de Claudia.
-
Dime.
-
Me
gustaría que habláramos.
-
Si,
también a mí – responde con firmeza dirigiendo sus pasos hacia ella.
Caminan un trecho en silencio, una
vez alejadas lo suficiente, Claudia se vuelve hasta quedar frente a ella, sus
ojos están llenos de desafío.
-
Voy
a ir directa al grano – suelta Claudia un tanto temblorosa, aunque con firmeza-
no sé quién eres ni lo que haya pasado entre tú y mi mujer, pero no estoy
dispuesta a que desestabilices nuestra relación. La he luchado y sufrido mucho.
-
Tienes
razón, te llevo ventaja en eso, aunque es la única ventaja que tengo sobre ti -
responde Zoe con una sonrisa triste- yo sé quién eres y lo que hay entre Paula
y tú. No - se adelanta interrumpiendo una protesta de la otra- no lo digo como
una afrenta, es una realidad, y no he venido a desestabilizarla, he venido… en
realidad eso ya no importa, está contigo; llego a mí porque te amaba y yo no la
puedo tener porque aun te ama… No hay nada en el mundo que yo no haría porque
ella…- calla al sentir como se rompe su voz- …tu mujer sea feliz – suspira
profundo y sonríe por segunda vez con nostalgia y anhelo- ella no tiene
conciencia de lo maravillosa que es, de lo que representa y trasmite, es luz,
inocencia, bondad, pureza… Hazla feliz, por favor.
Se dio vuelta apresurando el paso
hacia la casa, dejando a Claudia atónita y sin palabras; era ya superior a sus
fuerzas, estaba a punto de estallar en llanto y no podía permitírselo. Le
proporciono un poco de alivio encontrarse con Adriana ya bañada y terminando de
arreglarse.
-
Nos
vamos -le informo.
-
¡No!
Zoe… ¿Por qué?
-
Por
favor Adri, el propósito de esta visita se cumplió, no me hagas decir más,
necesito irme. – La expresión de Zoe expresaba determinación, Adriana
comprendió que sería inútil contradecirla.
-
Bien
boss, yo me encargare.
-
Gracias,
me doy una ducha rápida y nos marchamos lo más pronto que se pueda… sé que no
estás aquí por trabajo, pero podrías hacerme una reserva en el primer vuelo
hacia Huatulco.
-
Claro
Zoe – dijo abrazándola.
Daniela que
prácticamente no durmió porque por la noche no hubo oportunidad de hablar con
Paula, en cuanto vio a Claudia salir de la habitación fue en busca de su amiga
y la encontró con la mirada hundida y más triste que nunca.
-
Mylove
– susurró- ¿qué pasa nena?, pensé que habías tenido oportunidad de hablar con
ella.
-
Si
hablamos Dani… estaba tan furiosa, tan dolida y tan avergonzada de mí.
-
¿Por
qué?
-
Por
tantas cosas, ayer morí de los celos y la rabia, ver a Zoe con una mujer,
presenciar como es tocada y acariciada, verla en una relación verdadera, sentí que
me ahogaba, la realidad se me vino encima, la amo Dani, la amo con locura, con
desesperación, sobre todo con desesperación ante la impotencia, porque ayer
confirme que para ella solo soy un caso.
-
Yo
no lo creo, es que todas nos dimos cuenta, mylove, no te quito los ojos de
encima y la forma en que te mira, está claro que te ama. – Paula suspiro.
-
No,
no Dani, es fácil confundirse, esa mirada de Zoe es tan natural en ella, me
miro así desde el primer momento.
-
Porque
te amo desde entonces, te lo he dicho antes.
-
Anoche
no me quedo duda al respecto, y no.
-
¿Por
qué estás tan segura de eso?
-
Cuando
nos encontramos yo estaba… mal, y evidentemente no iba a decirle el motivo
real, así que le dije lo primero que se me ocurrió, le hable de Claudia, le
dije que sentía que le falle al volver con ella y su respuesta me dejo claro
que tiene los mejores deseos para mí, que le importo como persona, pero en
definitiva no como mujer.
-
Hay
mylove que bruta eres, creo que el
problema de ustedes es en definitiva de comunicación.
-
No
creo que haya nadie en este mundo con quien me haya abierto tanto, que sepa
tanto de mí.
-
Pero
no se han dicho lo esencial, te queda todo este día Paula, no dejes que te gane
el miedo al rechazo o la culpa por lo que esto pueda significar para Claudia.
-
No
podría con eso, con ninguno de los dos – dijo soltando el llanto contenido.
-
¿y
podrías vivir con la duda de lo que pudo ser mylove?
Adriana se presentó en el comedor en donde
encontró a Martha, Leticia y Aura tomando café, les explicó que tendrían que
marcharse, pretexto una llamada de emergencia desde Nueva York que reclamaba la
presencia de Zoe de inmediato, estas se ofrecieron a llevarlas hasta México.
-
No
hay necesidad, desde el aeropuerto de Toluca nos enviaran un Taxi, les
agradecemos infinitamente todas sus atenciones y espero que en algún momento
podamos corresponder recibiéndolas en Nueva York.
-
No
tienes nada que agradecer, ha sido un placer conocerlas y esperamos seguir en
contacto – manifestó Aura.
-
En cuanto Adriana regreso a la
habitación Martha salió en busca de Claudia.
-
¿Dónde
has estado mujer?
-
Caminando,
necesitaba aire fresco.
-
¿Cómo
estás?
-
Sabes
que no estoy bien, todas lo saben, ayer fue bastante evidente lo que pasa.
-
Si,
lo fue.
-
Que
opinan, ¿qué es justicia divina, que lo merezco?
-
Claudia,
deja de auto flagelarte – espeto Martha chasqueando la lengua- nadie ha emitido
una opinión, además tu rival está a punto de irse.
-
¿Qué?
¿se va ahora mismo?
-
Sí;
acaba de decírnoslo Adriana. Pero volvamos a ti, amiga sé que no te gusta que
intervengan en tu vida, pero es demasiado lo que te estás jugando, lo que ambas,
Paula y tú se están jugando, no puedes seguir dándole la vuelta, tienes que
hablarlo con ella.
-
Tienes
razón, no me gusta que intervengan en mi vida.
-
Pues
lo lamento, pero esta vez no me puedo quedar callada, porque no solo se trata
de ti, esta Paula de por medio.
-
Tampoco
tienes derecho a intervenir en su vida.
-
La
quiero Claudia… La ame casi desde que la conocí – le soltó Martha con voz
temblorosa, pero determinación en su mirada.
-
¡¿Cómo?!...
Martha…
-
Eso
no es lo que importa ahora Claudia.
-
Claro
que es importante, ¿Por qué no lo dijiste?
-
¿para
qué?, desde un principio para Paula fui solo una amiga, como te dije mis
sentimientos no importan ahora, salvo para darme el valor de enfrentarte
Claudia, es necesario que hables con ella, que aclaren las cosas.
-
¡no
quiero perderla!
-
No
se puede perder lo que es verdaderamente nuestro, ni tampoco lo que no se
tiene, a la larga no vas a poder vivir con eso Claudia, ni ella, su vida puede
convertirse en un infierno.
-
¿de
verdad crees que Paula está enamorada de esta mujer?
-
No
lo sé, pero es evidente que algo muy fuerte las une, es tan intenso que sin
palabras ni acciones nos dimos cuenta todas. Claudia, tienes que hablarlo con
ella, salir de dudas y quizá dejarla ir, porque de una cosa si estoy segura y
eso es de que esa mujer la ama tanto como nosotras.
-
No
puedo, moriría sin ella, no lo entiendes.
-
Lo
entiendo, créeme.
Paula prolongo lo más posible el baño
en un intento fallido de que el agua de la regadera se llevara por la coladera
todas sus emociones, se vistió con parsimonia, no se sentía preparada para
enfrentarse a Zoe ni a Claudia, en cuanto se despidió de Zoe decidió refugiarse
en su habitación y cuando Claudia llego fingió dormir profundamente, su propio
dolor era todavía más fuerte que la culpa en ese momento, pero ahora ésta
empezaba a reclamar espacio en el cumulo de sentimientos que la agobiaban; intentó
infructuosamente cubrir las huellas de la noche de insomnio y lágrimas y llenó
de aire sus pulmones antes de salir.
Cuando llegó a la estancia estaban todas de pie, Daniela la miro de una
manera extraña.
-
Paula,
te esperábamos, nos estamos despidiendo – aunque la voz de Zoe era cálida,
sintió como si la golpeara en el estómago.
-
¿despedirse?
¿se van?...
-
Si,
se ha presentado una emergencia y tenemos que marcharnos, lamento muchísimo
partir de esta manera tan intempestiva y me disculpo por ello; me ha gustado
muchísimo verte – le sonrió y le dio un abrazo breve- cuídate mucho, de verdad
ha sido maravilloso volver a verte…. Fue un placer conocerlas a todas – dijo
finalmente dirigiéndose a la salida.
-
¿se
van ya, ahorita?
-
Si,
nos espera un taxi, solo estábamos esperando por ti… para despedirnos; Bueno de
nuevo Muchísimas gracias por su hospitalidad, Adriana… - añadió volviéndose a
ésta apremiándola para salir.
-
Me
gustó mucho conocerte Paula – Adriana se acercó y la abrazo con fuerza y
acercándose a su oído en un levísimo susurro le dijo –Ella como siempre ésta pensando
en lo que cree es mejor para ti, este es mi número telefónico por si tienes
alguna duda –le dio un apretón de manos colocándole un papelito– muchas gracias
a todas de nuevo.
Todas salieron con ellas, pero Paula se
sentía paralizada, era como si hubiese abandonado su cuerpo, como si fuera un
espectador ajeno observando a una desconocida, Zoe se estaba yendo para
siempre, no volvería a verla nunca, apenas fue consiente de los brazos de
Claudia rodeándola por la espalda, cuando escucho el sonido de motor
encendiéndose regreso de golpe a su cuerpo y con esto el dolor, las piernas
débiles apenas la sostenían, Claudia la apretó con fuerza - ¡no puedes dejarla
ir! ¡No!- gritaba su subconsciente, pero su cuerpo y su mente no obedecían a
este grito, cuando sus amigas regresaron, con voz apenas audible pregunto.
-
¿Se
ha ido?
-
Si
mylove– murmuro Daniela con una mezcla de tristeza y reproche en su voz.
Se soltó del abrazo de Claudia y miro
el papel que tenía en la mano, todas la miraban expectantes, entendiendo sin
comprender del todo, Daniela se acercó y la abrazó con fuerza y Paula se
acurruco en sus brazos y empezó a llorar, todas excepto Claudia salieron de la
estancia, unos instantes después también se fue.
Todo aparentaba normalidad, una llegada a su
refugio como cualquier otra, un atardecer caluroso y húmedo, el cielo de
tonalidades rojizas, el aroma fresco de la vegetación, la sonrisa cálida de
Pedro y su abrazo fuerte, todo estaba ahí, menos la alegría que experimentaba
en cada arribo. Fraccionada, rota, irremediablemente destrozada, atrofiada sin
remedio; se despidió de Pedro.
Todo el lugar -su lugar- le recordaba
a Paula, ese espacio que siempre le proporciono descanso y relajación ahora le
intensificaba su dolor, sin embargo ahora lo sentía más suyo, más querido que
nunca, saco de la nevera una cerveza y se dirigió hacia la playa, en el sitio
exacto donde solía sentarse con Paula a observar la puesta de sol se derrumbó
abandonándose en su sufrimiento y en un llanto silencioso.
Paula está encerrada en un mundo aparte en el que solo
tiene cabida Daniela, sumida en su
tristeza; su amiga insiste en que no todo está perdido; Paula abre la mano que
tiene en un puño y contempla con aflicción el papel demasiado arrugado y
humedecido que descansa en su palma.
-
¿Qué
es eso? – cuestiona Daniela
-
El
teléfono de Adriana, me lo dio mientras se despedía… y me dijo…
-
¿Qué?
-
Fue
extraño porque lo hizo como si fuera un secreto.
-
¿Qué
te dijo?
-
Que
era algo así como que era por mi bien.
-
¿Adriana
te dio su número telefónico por tu bien?
-
No…
creo que se refería… - un recuerdo lejano acudió a su mente, una voz cantarina
a través de la línea telefónica, diciéndole eso mismo- creo que se refería a
Zoe, pero no tiene mucho sentido ¿no?
-
Mylove
yo creo que si lo tiene…- el argumento de Daniela fue interrumpido por Claudia.
-
Dani,
necesito hablar con Paula… por favor – agregó casi en una súplica ante la
mirada de oposición de Daniela.
-
Okey
– se puso de pie y se marchó.
-
¿estas
más tranquila? – inquirió Claudia sentándose junto a ella con cautela.
-
Lo
siento tanto… lamento de verdad mi comportamiento contigo… - Claudia negaba con
la cabeza.
-
No
mi amor, yo lo siento…
-
No
Claudia…
-
Déjame
hablar ahora que tengo el valor de hacerlo, esto es muy difícil para mí; te amo
tanto Paula que me aferre a la idea de que podía recuperarte, de que me amaras
como antes… no me interrumpas por favor, desde que volvimos sentí que había
algo más, la sensación se intensifico con el paso de los meses y tuve la
certeza de que había alguien que tenía tu amor, pero aun así me empeñe en
recuperarte, yo era quien estaba a tu lado me decía, estabas conmigo, pero
entonces llegó ella y te vi resplandecer en su presencia, cada poro de tu piel
irradiaba amor, me llené de terror ante la idea de perderte, decidí que no
permitiría que nada te arrebatara de mi lado, seguí firme en esa decisión a
pesar de que te vi padecer de celos, a pesar de tu sufrimiento de estas últimas
horas, a pesar de verte desfallecer ante su partida.
-
Claudia
yo…
-
Pero
no puedo verte así, tu dolor multiplica el mío, te amo tanto Paula, tanto como
tú la amas, tanto que estoy dispuesta a renunciar a ti, como ella.
-
¿Cómo
ella?
-
Esta
mañana la enfrente, dispuesta a todo la encaré, quise hacerle saber que
pelearía por ti con uñas y dientes, pero ella dijo que no tenía que
preocuparme, “era yo quien tenía tú amor” me aseguró y yo me aferre a creerlo y
ella solo deseaba que fueras feliz. Te ama Paula…. me dijo que llegaste a ella
por tu amor por mí y que por tu amor por mí no podía tenerte.
-
Claudia,
yo lo siento tanto.
-
Vete,
Irene y Daniela deben estar esperándote para llevarte, quizás la alcances – se
abrazaron con fuerza.
-
Gracias
Claudia.
-
Quiero
que seas feliz… anda vete ya.
La vio partir corriendo, feliz, y dolía
que esa felicidad no fuera por ella, pero lo que más dolía era saber que fue
ella quien le entrego un amor que fue suyo a otra persona.
Fuera Paula se encontró con el resto de
sus amigas, Aura le entrego su bolso y su celular.
-
Dentro
va tu cepillo de dientes.
-
Las
quiero a todas.
-
Anda
sube ya – la apuro Martha.
Casi volaron hasta el aeropuerto de
Toluca, una vez ahí Paula y Daniela bajaron y corrieron al interior de
partidas, las pantallas no les daban un indicio de hacia donde habrían partido,
no había ni un vuelo que indicara a Nueva York como destino y Paula empezó a
ser presa de desesperación.
-
Oye
mylove ¿tienes el papel con el teléfono de Adriana?
-
Eh…
hay no por favor no, ¡que estúpida! No supe que hice con él.
-
Calma,
búscalo en los bolsillos del pantalón, yo llamare a Aura para que lo busque por
la casa.
-
Paula…
¿qué haces aquí? – cuando se volvió y descubrió a Adriana frente a ella y le
volvió el alma al cuerpo.
-
Adriana,
¡gracias Dios!, ¿dónde está Zoe?
-
Su
vuelo despego ya…. ¿Tienes alguna duda? – inquirió Adriana sonriente.
-
Solo
una… ¿A dónde tengo que volar?
Salvo la refrescante brisa marina, su
cepillo de dientes como único equipaje y Pedro esperándola, todo es tan
diferente esta vez, el cielo esta estrellado y no recuerda haberse sentido tan
plena y feliz nunca en su vida, el recorrido hasta Mazunte le parece eterno, cuando
Pedro la deja frente a la pequeña cabaña toda ella tiembla de pies a cabeza, de
nervios, ansiedad, emoción, deseo, felicidad; introduce la llave para abrir la
puerta con sigilo, suspira antes de entrar, todo está cual lo recuerda, en
silencio y aparentemente vacío como su primera vez ahí, igual que aquella vez
detalla todo el espacio, sube las escaleras con lentitud, sin llamarla, no la
encuentra ahí, sobre la cama descansa una maleta, y al pie de la cama el
calzado de Zoe, se descalza también y baja para ir en su busca, instintivamente
sabe a dónde dirigirse, y la encuentra sentada en la playa acompañada por una
cubeta llena de cerveza y una botella en la mano, no la siente llegar lo que le
permite observarla unos segundos antes de revelar su presencia.
-
Sabes,
desde que me fui supe que era un error, todavía no estaba lista, en ese momento
pensé que necesitaría por lo menos otros cuatro meses, pero reconsiderándolo,
creo que me llevara mucho más tiempo – dijo sentándose a su lado, Zoe la miraba
como si fuera una alucinación, respiraba con intensidad y su corazón latía
desbocado, quería decir algo, pero estaba paralizada – porque mi problema es
mucho más grave que el que me trajo a ti la primera vez; estoy completamente
segura de que no tengo remedio, pero como tú eres infalible para resolver estas
cosas quizá puedas hacerlo, claro que en la remota posibilidad de que lo logres
me parece que te llevara toda la vida, aunque sin ánimo de ofender tus
habilidades dudo que puedas hacer algo al respecto, porque estoy convencida de
que estoy completa, irremediable y enloquecidamente enamorada de ti.
La miraba deleitándose en cada detalle, su
mirada, su sonrisa, la forma en que le caían algunos mechones sueltos en la
cara, su cuello, no se atrevía a tocarla
por temor a que se desvaneciera. Con movimientos lentos, temerosos,
acerco la mano hacia su rostro, suspiro aliviada al sentir su piel en las yemas de los dedos y comprobar
que seguía ahí; Paula profundizo la caricia aprisionando su mejilla contra la
mano de Zoe quien volvió a suspirar y ambas manos se apropiaron por completo de su
rostro, acercándose hasta quedar las caras muy juntas, nariz con nariz,
aspirando su aroma, sintiendo su piel, las manos siguieron camino hasta la nuca
aprisionándola, buscando sus labios.
-
De
verdad estas en problemas, graves problemas, porque no quiero hacer nada para
que eso cambie, hace tiempo que no soy muy profesional con respecto a ti,
incluso antes de que te fueras he luchado contra el impulso de detenerte, fue
tan difícil dejarte ir, quise correr tras de ti desde ese día, extrañándote
cada segundo, muriendo por volverte a ver, porque sin poder evitarlo te amé
desde el momento en que te vi, así que es imposible que yo haga algo para que
dejaras de amarme.
Sus bocas por fin se entregaron en un
beso suave, delicado, dulce, que se profundizo al ritmo de su respiración, como
aquel primer beso, con hambre la una de la otra, deseaban hacerlo eterno
perdiéndose en él, sin conciencia del tiempo o del espacio, un beso intenso
aderezado con todos los te amos contenidos por tanto tiempo. Se besaron hasta
que las sorprendió el amanecer y como aquella primera vez se durmieron
entrelazadas.
Epilogo
Se despidió de
los marchantes del mercado de prisa, como siempre se le fue el tiempo charlando
con ellos, así que con canasta en mano salió disparada a su casa, a lo lejos la
vio correr internándose en el mar, pies en punta y levantando los brazos como
si fuera la primera vez que lo veía, su cabello ondeaba al ritmo de la brisa y
su cuerpo al de las olas, se acercó con sigilo hasta ella y la llamo.
-
Hola
princesa.
-
Hola
amor.
-
Traigo
pescado y mariscos – ¿Qué prefieres?
-
Mmm…
Las tlayudas que acaba de dejar Otilia para nosotras en la cocina.
-
Okey,
pero no te salvas, hoy comemos mariscos. – sentenció Zoe tomando de la mano a
su mujer.
Desayunaron como todos los días desde
hacía tres años, Paula volviendo loca a preguntas a Zoe, Zoe riñendo a Paula
por negarse a comer la verdura y poner demasiado picante en su comida y beber
refresco en lugar del jugo, el café o la leche que descansaban en la mesa.
Diciéndose te amo y besándose entre preguntas y regaños.
Aunque Vivian en Nueva York, donde Zoe
empezó a ejercer su profesión de una manera más convencional -Paula Dejo su
trabajo en México y colaboraba en una investigación de células madre contra el
cáncer con un grupo de afamados médicos, químicos y biólogos- pasaban varios periodos al año en Mazunte.
-
Mañana
llegan Dani, Irene, Aura, Leti y Martha; que bien que se terminó la
construcción de la cabaña contigua, porque no había manera de acomodarnos todas
aquí.
-
Si,
si fue Difícil con Consuelo y Ángela, Aun con la habitación que añadimos. Por
lo menos come papaya.
-
Sabes
que no me gusta la papaya.
-
Comete
el Plátano entonces.
-
Hoy
por la noche llegan Rodrigo y Liliana – añadió dándole un mordisco a un
plátano.
-
Y
Pasado mañana Adriana, Kyle y Jay, serán unas vacaciones muy interesantes; te
comentaron algo las chicas con respecto a Claudia.
-
Solo
Dani, dice que le va bien, pero no está preparada para verme – no pudo evitar
ruborizarse.
-
No
puedo evitar sentir que es lo mejor, yo tampoco estoy preparada para que la
incluyas en nuestra vida.
-
¿Sientes
celos de Claudia todavía?
-
Siempre,
es un sentimiento inmaduro, ridículo, irracional, pero tratándose de ti no
puedo evitarlo, y con ella es mucho más intenso, solo recordar que estuviste
casi a nada de quedarte con ella.
-
Eso
fue por tu culpa – dijo haciendo un mohín - Aun no entiendo porque te fuiste
sin decir nada Zoe.
-
Paula
te encontré con novia, y no cualquiera,
¿te haces una idea de lo que sentí al encontrarte precisamente con ella?
-
Pues
me dijiste que estabas la mar de feliz de verme con ella.
-
Pues
te mentí, la odie.
-
¿y
a mí me odiaste?
-
Un
poco… sí.
-
Pero
igual no dijiste nada.
-
Ni
tú
-
Tú
llegaste con compañía.
-
Con
Adriana, eso fue casi como llegar sola.
-
Aja,
como no, me volvió loca tocándote, acariciándote, hablándote al oído, y tú a
ella. Me trasforme en un monstruo verde de celos, todo mundo se da cuenta menos
tú, y vas y me dices “que bonito que soy tan feliz”.
-
Yo
también me estaba muriendo de los celos y además que podía decir después de lo
que dijiste tú.
-
Deberías
haber dicho “déjate de tonterías, es obvio que estas mal porque estas
celosísima y estas enamorada de mí y yo también te amo Paula”.
-
Oye
soy psicoterapeuta no adivina bebé.
-
Oye
que no se necesitaba ser adivina, todo mundo se dio cuenta menos tú, ahí no
había nadie especialista en comportamiento humano, salvo Usted.
-
Creo
que Adriana tiene razón, cuando se trata de mí no tengo ni idea de la vida; por
lo menos me queda el consuelo de que tú tampoco tenias mucha idea, todas se
percataron de que yo estaba loca por ti, menos tú.
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Cierto,
Dani tiene razón el amor vuelve bruta a la gente.
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Ya
que estamos a mano ¿vale si te lo digo ahora? Te amo Paula, te amo desde el
primer instante que te vi – la rodea con sus brazos y la besa.
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Te
amo Zoe, siempre.
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Siempre.
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Gracias Yada, en verdad tu historia me gustaba mucho, y la extrañé, pero ya está aquí,... Que estés bien.
ResponderEliminarNo imaginas lo cabreada que estuve cuando ya di por imposible que esta historia se completara. Te agradezco que hayas vuelto a completarla, estaba entre mis favoritas y realmente para otras historias si me costó recordar el punto en el que había quedado, en esta historia no me costó nada, gracias por completarla.
ResponderEliminarMakeys.
Muchas gracias por que de esta historia que a decir verdad es una de mis favoritas, y valió la pena esperarla, yo sabia que algun dia regresaría la continuación... Gracias felicidadez..
ResponderEliminarSaludos karen de México
Woooow fue una sorpresa en verdad abrir el blog y ver esta historia que tanto me gusto, gracias por la continuación me fascino que manera de manejar los sentimientos de los personajes, me dejaste satisfecha con esta historia gracias nuevamente por este regalo YADA.
ResponderEliminarMuchas gracias
ResponderEliminarWOW! Entrar al blog y ver la historia causó que me olvidara de todo el trabajo que tengo de la universidad, la volví a leer con el mismo placer y la misma emoción que al principio. Una historia excepcional, muchas gracias Yada.
ResponderEliminarBea
Muchas gracias Yada por este capítulo final, tienes una manera fascinante de describir las cosas, que hace que una meta profundamente en la historia. Para mí también esta es una de mis preferidas. Felicitaciones, que estés muy bien.
ResponderEliminarSaludos
Yezi
Gracias Yada... Por completar la historia... es unas de mis historias favoritas... y me encanto... espero q las cosas negativas pasen y vengan las cosas positivas... me gusto q la musa haya llegado a ti nuevamente y q permansca...
ResponderEliminarAtt: Kean
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe encanto esta historia, muy buena Yada felicidades me encanta como escribes y que bueno que la terminaste, aunque yo no la había leído antes, me encanto encontrarla completa, un placer para mi leerte.
ResponderEliminarLar.
Simplemente me encantó! quiero a una Zoe así, dónde hay una así?
ResponderEliminarYudi, Veracruz México
wouuu me fascino la historia y pues primera vez que la leo y le final excelente gracias por compartirla
ResponderEliminarGracias x completar tu historia.si bien yo laacabo de leer toda junta es complicado cuando vamos leyendo cap a cap y de repente dejan la historia sin concluiir. Entiendo q se les puede ir la inapiracion xo quizas xa evitar eso deberian mandarlas cuando ya las hayan terminadi. De todos modos gracias ya q me gusto bastante.
ResponderEliminarSaludos
V. (Uruguay)
Admiradísima Yada.. Es tan hermoso encontrarte, sabes justamente eso es lo importante, sin tomar en cuenta los motivos q hayas tenido para abandonarlo, son solo tuyos y a nosotras nos toca aceptarlo y respetarlo, nadie podíamos presionarte u obligar tu regreso. Es un monton de días q no podía pasar por aqi, y, encontrarte, compensa toda tu ausencia... Esperando q todo vaya bien y mejor contigo; agradezco muchísimo esta bella historia. Paky
ResponderEliminarMaravillosa Historia... Mi favorita, Gracias Yada!!!
ResponderEliminarAparentemente: tres meses después de terminada, me "topo" con esta historia.
ResponderEliminarMe fascino. No solo por los paisajes paradisíacos que mi creativa ·fantasía " fabricó". Sino, por la creatividad de la escritora, que hizo que: parecieran r e a l e s. Gracias.
Me encanto esta historia, te felicito.. Quede tan prendada que cuando estaba leyendo el ultimo capitulo me devolvia para asi nunca terminarlo. De verdad me encanto. Un abrazo. Ale (Colombia)
ResponderEliminarooooo pero que hermosa historiaa,, de verad muy hermosaa, gracias por compartirla
ResponderEliminarFelicidades yada me facino tu historia me hiciste sufrir cuando paula la dejo ir a zoe y contenta porque lo mejor que hizo clau es dejarla ir para mi esta dejo una enseñanza hay que hablar decir los sentimientos y no quedar con la duda que te termina matando ¿y si le correspondia y hoy estariamos juntas ??gracias por la bella historia ROSANA ARGENTINA
ResponderEliminarIncreíble, una historia realmente buena, te felicito, me encantó, tienes mucho talento, solo cuida el tiempo porque me saco de onda, saludos. :D
ResponderEliminarEsta historia es de las mejores que e leído, me llego al corazón y eso que se podría decir que no tengo xD tienes talento, sigue así, pero cuida el tiempo de narración porque saca un poquito de onda estar leyendo en pasado y de repente encontrarte con párrafos en presente, igual la amé, saludos.
ResponderEliminarMuy buena historia, aunque debo reconocer que Tequila y limón es mi favorita esta no demerita en nada. Espero encontrar algo mas de lo que tu pudieras haber escrito ya sea en este o en otros foros. me encantas como autora.
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