Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Un simple viaje a Rusia - Nico Phoenix


17:30 de la tarde y Maite aun no llegaba al aeropuerto, la gente iba y venía en todas las direcciones con grandes, medianas o pequeñas maletas, como era ya época de vacaciones el lugar estaba tan repleto de gente que casi no se podía caminar, muchas veces tuve que pedir disculpas al chocar con alguien producto de la torpeza de mis movimientos, busqué en los alrededores un lugar donde poder sentarme y esperar a mi acompañante hasta que no muy lejos de mi posición pude ver una banca cerca de la fuente de agua, supone habíamos quedado de acuerdo en juntarnos a eso de las 4 de la tarde, pero ella aun no se hacía presente.


Nos iríamos a Rusia a pasar las vacaciones, habíamos planeado este viaje por tanto tiempo que no podía creer que el gran día ya había llegado, por suerte el avión salía a las 8 así que Maite aun tenía tiempo para llegar, no creo que sea capaz de dejarme plantada luego de tantas ilusiones que teníamos ambas por este viaje, la cantidad de días en que lo planeamos todo sólo para estar juntas en vacaciones, sólo yo con ella y ella conmigo.

De repente mi celular empieza a sonar, lo busco rápidamente en mi bolso de mano pues creía que era Maite quien me llamaba, para darme una excusa del porque llegaría tarde o quizás sería que llamaba para decirme que se arrepintió de nuestro viaje, no lo sé y la duda me comía por dentro, una vez encontré mi celular contesté sin mirar el número de quien provenía la llamada.

-         ¿alo? ¿Maite? –Dije esperando oír su voz-.

- ¡¡ay, por favor!!… Camila soy Johanna, porque siempre confundes mis    llamadas con las de Maite, está bien que lleven ya nueve meses juntas pero soy tu amiga y me está cansando esto de que nunca me reconozcas las llamadas -dijo con un tono de sarcasmo y molestia a la vez-.

-         Perdona… lo que pasa es que Maite aun no llega y me está preocupando.

-         Tranquilla, ella debe estar por llegar… yo sólo te llamaba para decirte que ya estoy en el hotel de Moscú y la habitación de ustedes ya está reservada para que lo sepas, así cuando lleguen no tengan que estar buscando donde quedarse.
-         Gracias Johanna, de verdad que me haces un gran favor te debo una, sólo que tengo una pregunta que hacerte.

-         pues pregunta entonces.

-         ¿Qué haces tú en Moscú?

-         jajaja –al parecer no pudo contenerse y rió a carcajadas- me imaginé que preguntarías eso, pues  yo vine aquí con Daniela por unas vacaciones al igual que tu, llevo unos 3 días aquí en Rusia, perdona si no te lo dije antes.

-         Me sorprende mucho, pero qué bueno que estén allí las 2 así nos divertiremos las 4 a lo grande.

-         Si amiga lo sé, bueno yo te llamaba sólo para eso y ahora tengo que colgar o se me irá volando todo el dinero en el teléfono.

-         Ya está bien, gracias por el favor, te quiero mucho cuídate y no hagas maldades con Daniela.

-         es muy tarde ya para decirme eso -susurró-.

-         ¡JOHANNA! –grité su nombre y he suponer que el volumen de mi voz le llegó más allá de los tímpanos- que diablos hiciste ahora.

-         mejor ni preguntes… ya me debo ir cuídate adiós.

-         No te atrevas a cortar el teléfono Johanna  –justo después de decir su nombre ella me cortó la llamada y sólo el sonido de la línea obtuve como    respuesta-.

Me preguntaba qué era lo que Johanna había hecho con Daniela pero también una parte de mi no quería saber qué clase de perversiones o actos pecaminosos habrían cometido ya. Daniela era una de mis mejores amigas y nos conocíamos desde que íbamos en el colegio, ella iba un curso más adelante que yo y no entiendo cómo es que nuestros caminos se cruzaron, a Johanna la conozco también hace mucho tiempo, diría que hace unos siete u ocho meses más o menos, y rápidamente nos hicimos muy amigas y siempre salía con algo que me sorprendía, como lo de ahora por ejemplo, que esté en Moscú con mi mejor amiga, yo sé que a Johanna siempre le había gustado Daniela, desde la primera vez que la vio en una de esas juntas que hacíamos en algún parque de Santiago sólo para divertirnos un rato y que siempre terminábamos ebrias acostadas en el pasto, yo besando a Maite y ellas… bueno ellas sólo nos ignoraban, aunque hubo una ocasión en que se besaron por un largo rato, Maite y yo quedamos como en un estado de parálisis al ver la escena, fue extraño ver a nuestras amigas besándose de tal manera, juro que se podía ver la electricidad de su química fluir en ese beso apasionado, aunque ellas aseguran que fue producto de su ebriedad, por parte de Johanna no estoy tan segura que haya sido así, ya que ella quiere a Daniela pero nunca ha tenido el valor de decirle lo que siente por ella.

Mire mi reloj y eran ya las 17:54 de verdad que me estaba preocupando el que Maite aun no llegara, me estaba dando hambre pero tenía que quedarme donde estaba o Maite podría llegar mientras que no me encontraba, para mi mala suerte no había ningún negocio cerca o algún vendedor ambulante por el lugar, creía que moriría de hambre y no aguantaba más, cerré los ojos un momento para intentar distraer mi pensamiento del hambre que sentía, y no sé por qué recordé cuando Maite me pidió ser su novia esa noche de luna llena donde la lluvia caía desenfrenada al suelo, estábamos en mi auto justo frente a su casa, hacia tanto frio que tenia la calefacción prendida, ella me miraba a los ojos y con su mano acarició mi carita, susurró algo que no pude escuchar, yo estaba demasiado nerviosa, creía poder escuchar los latidos de mi corazón gritándole a Maite un “te quiero” desesperado, me estaba impacientando el silencio del lugar, entonces no aguanté mas y la besé, sus labios posados en los míos tenían el aroma de la miel, ese beso, tenía tantos sentimientos de parte mía y de ella que no podría describirlos todos, sólo podría describir la pasión que se hacía presente en ese momento acelerando nuestros corazones, me gustaba demasiado pero no me atrevía a decirle ni una sola palabra, entonces ella luego de ese beso dijo “Camila… me gustas demasiado… te quiero demasiado… y quisiera saber si tu… si tu… diantres no creí que me costaría tanto decirte eso… quisiera saber si tu…. Si es que tu… quisieras ser mi novia…” se sonrojó de inmediato luego de decirme eso, yo me quedé congelada, había esperado tanto ese momento y no sabía cómo reaccionar, entonces la besé con ternura y luego le dije “esa es tu respuesta”, ella hizo como que no me entendió y me pidió una respuesta que saliera de mis labios, me sonrojé también y tomé sus manos, el viento comenzó a soplar y las ramas de un gran roble que estaba cerca dejo caer unas cuantas hojas al suelo, la miré a los ojos y entonces le respondí “si… claro que si quiero” ella sonrió y volvió a besarme apretando su cuerpo contra el mío cada vez más y más. Abrí los ojos nuevamente y tal fue mi sorpresa que Maite estaba arrodillada ante mí con una sonrisa angelical y una rosa en la mano.


- Por fin llegaste –le dije con sarcasmo-.
- Perdóname, es que me demoré porque tuve que hacer unas cosas antes, lo siento.
- Ya no importa, lo que importa es que llegaste –le sonreí mientras tomé una de sus manos-.
- Esta rosa es para ti, en compensación por hacerte esperar –me entrega la rosa y se sienta a mi lado sin soltarme la mano-.
- La verdad, preferiría un beso tuyo.
- ¿Así?
- Si…
- Si tu quieres -Ella me rodeo con sus brazos y me besó, pero nuestro beso no duró demasiado ya que un guardia de el lugar nos llamó la atención por el beso y tuvimos que detenernos-.
- Que se cree ese guardia, na que ver q sean así con los homosexuales, me da rabia eso, porque los heteros pueden poco menos tener sexo en la calle y nosotros ni un beso nos podemos dar, que rabia –me dijo Maite muy molesta por la actitud del guardia-.
- Ya tranquila si son cosas que pasan… mejor vamos a comer algo antes de subir al avión es que me muero de hambre.
- ¿Qué hora es?
- Son las 18:15, aun nos queda tiempo, vamos a comprar algo o a un local por favor me muero de hambre.
- Está bien vamos.

Fuimos a un local de comida vegetariana que estaba cerca del lugar, Maite pidió Ratatouille para ambas y nos sentamos a la mesa, no tardaron mucho en llegar con la comida y se veía deliciosa, yo no sabía lo que era lo que ella pidió, pero al momento de probarlo quede maravillada con su sabor, me traía demasiados recueros a la mente, como el día en que conocí a Maite, ese instante en el que no podía dejar de mirarla, me tenía hipnotizada con lo hermosa que era, el color de sus cabellos, sus labios y claro… el aroma de su piel, su risa, su carita. Mi pensamiento se vio interrumpido cuando Maite tomó mi mano y me miró a los ojos, me miró tal y como esa noche en que me pidió ser su novia, yo no pude evitar el no ponerme nerviosa y decirle “te quiero” ella sonrió suavemente y continuó comiendo al igual que yo.

Estábamos ya en el avión de camino a Moscú y noté que Maite estaba demasiado nerviosa aunque no sabía el por qué, pensé que sería por la emoción de que pronto llegaríamos a Rusia, pero de veía también algo desesperada, la curiosidad de saber que era lo que le pasaba me mata por dentro así que le pregunté qué era lo que le sucedía.

- ¿Maite qué pasa?
- Nada.
- No me mientas y dime que te sucede, te noto demasiado nerviosa.
- Ya te dije que nada…
- Por favor… dime que sucede.
- Está bien… lamento no habértelo dicho, pero me da miedo volar en aviones -
Tomó mi mano y la apretó un poco-.
- Con que de eso se trataba, tranquila, yo estoy aquí a tu lado y te protegeré.
- Gracias.
- No agradezcas nada, sabes que siempre estaré ahí para ti.

Por fin habíamos llegado a Moscú, no sé cuánto nos tardamos en llegar pero aun había sol, estábamos demasiado emocionadas, tomamos una especie de taxi del aeropuerto y le pedimos que nos llevara a la dirección del hotel donde estarían esperándonos Johanna y Daniela, se tardo un buen rato en llegar pues el hotel estaba demasiado lejos del aeropuerto, pero demasiado cerca de los bares y discotecas más famosos de Rusia, Johanna había escogido bien en donde quedarse, pues teníamos toda la diversión a unos cuantos metros de nosotras. Sabía que esta noche de seguro nos divertiríamos en grande, beberíamos Vodka como los mismos reyes de antaño, pero lo que más me emocionaba, es que cumplía nueve meses de relación con Maite, nueve meses a su lado, nueve meses de ilusiones y amor, sólo quería que llegara la noche para darle su regalo.

En la entrada del hotel nos esperaban ya Daniela y Johanna, ellas estaban tomadas de la mano y se me hizo algo extraño ver que estuvieran así pero lo deje pasar por ahora, sólo quería llegar a la que era nuestra habitación y poder darme una ducha.

- Ya era la hora de que llegaran –dijo Daniela dándome un abrazo-.
- Pero si ya estamos aquí.
- Ya me di cuenta, ¿se tomaron su tiempo en el baño del avión acaso? –dijo
Johanna riendo a carcajadas-.
- Pero de que estás hablando mujer –le preguntó Maite algo sonrojada-.
- De nada jajajaja no tiene importancia.
- Para que lo sepas yo no hago ese tipo de cosas en lugares públicos como tú.
- Mejor no digas nada Maite.
- ¡QUE! –Me llegó a faltar el aire luego de ese grito-.
- Jajajaja era obvio que tú y Daniela lo terminarían haciendo –dijo Maite muerta de risa-.
- La verdad es que no hicimos nada, yo sólo acompañe a Johanna al baño por que se había mareado con el viaje.
- Si claro, y yo soy una monja.
- Claro amor, si tu y yo aun no hacemos nada de nada aun –les dije casi a punto de morir de risa-.
- Jajajaja te echaron al agua Maite.
- Aja… muy graciosas ustedes, ya mejor subamos las maletas al cuarto que quiero ducharme –dijo Maite intentando evadir la broma-.
- Pero…
- ¿Qué pasa Camila?
- Es que yo quería darme una ducha primero…
- A pero que problema se hacen, dúchense juntas –dijo Daniela luego de abrazar a Johanna-.
- Buena idea.
- Ya vamos luego entonces –dijo Maite-.
- Ya apúrense porque esta noche tenemos que salir de fiesta-.
- Está bien.

El cuarto de baño de la habitación era bastante grande, yo ya estaba en la ducha y esperaba que Maite apareciera, paso un buen rato y ella no llegaba, empecé a creer que no le interesaba ducharse a mi lado entonces cerré la llave del agua y cuando corro la cortina veo que Maite entra con bata verde y se queda detenida mirando mi cuerpo completamente desnudo ante sus ojos, sólo pude cerrar rápidamente la cortina y volví a abrir la llave del agua, esta comenzó a caer sobre mi cuerpo, entonces escucho a Maite que abre la cortina del baño y entra a la ducha conmigo… ella me abraza por la espalda y pude sentir todo su cuerpo desnudo junto al mío, me di vuelta para poder besarla y así estuvimos un buen rato, besándonos mientras que el agua corría por entre nuestros cuerpos desnudos y ardientes de deseos, empecé a sentir algo extraño dentro de mí, algo que no había sentido hace mucho tiempo, mi corazón de detuvo y por un instante murió y al otro revivió con los besos de Maite, sus manos recorriendo mi cuerpo pero sin tocarme por completo, sólo tocaba mi espalda, mis brazos y mis piernas, nada más que eso, yo no pude contenerme y mis labios encontraron el camino hacia su cuello, ella lanzó un pequeño suspiro que me hizo saber que le gustaba aquello que mis labios hacían en su cuello, el momento era perfecto entre las dos, pero a lo lejos mi celular sonando descontroladamente acabó con la magia del momento, tuve que salir de la ducha para contestarlo y era Johanna quien llamaba para que saliéramos en 30 minutos más, ya que la mayoría de los bares se estaban llenando y pronto no habría espacio, tuvimos que dar nuestro “juego” por terminado ya que Johanna tenía razón en cierta manera, aunque una parte de mi quería darle un golpe por matar la “pasión” entre Maite y yo.

Estábamos ya en un bar y entre las 4 pedimos unas 6 botellas de vodka, la idea era beber como los reyes como nos habíamos prometido, pero mi intención no era la de embriagarme tal y como prometimos, yo sólo quería estar con mis amigas y mi novia en esta noche, pero algo me decía que Johanna sólo pidió esa cantidad de alcohol para poder embriagar a Daniela y así tenerla para ella en la noche, aunque era mejor no sacar conclusiones ya que quizás sus intenciones serían sólo las de pasarlo bien un rato. El alcohol se me estaba subiendo a la cabeza y le pedí a Daniela que me acompañara al baño un momento y de paso aprovecharía de interrogarla para saber qué es lo que hacía ella con Johanna aquí en Moscú.

- Oye Daniela, puedo preguntarte algo.
- Claro, que quieres saber-
- ¿Qué es lo que haces aquí en Rusia con Johanna?
- La verdad no me sorprende tu pregunta, sabía que si me pediste que te acompañara era para interrogarme de paso.
- No intentes evadir mi pregunta y respóndeme.
- No intento evadirte, sólo que…
- ¿Qué?
- Es que Johanna me invitó.
- ¿Pero por qué razón?
- No lo sé, sólo dijo que tenía algo importante que decirme y que sólo me diría estando en Rusia.
- Espera, no entiendo… ¿vinieron a Rusia sólo por que Johanna quería decirte algo importante pero que no te lo diría en otro lugar que no fuera Rusia?
- Algo así creo…
- No la entiendo de verdad.
- Ni yo la entiendo, pero me encanta.
- La verdad si es difícil de entender a Johanna pero no imposible.
- Lo sé…
- Espera un momento –recién  comprendí lo que Daniela me había dicho-. ¿Es eso cómo que te encanta?
- Lo que escuchaste, me encanta.
- ¿TE GUSTA JOHANNA? –eso sí que me había sorprendido-.
- No tienes por qué gritar, tampoco quiero que se entere.
- Pero, pero… ay amiga…
- ¿Qué pasa?
- Es que se me hace muy lindo esto
- ¿Qué cosa?
- No puedo decírtelo… ó sea, sé lo que pasa, pero no es algo que tenga que decirte yo, mejor pregúntaselo tu.
- Camila… eres mi mejor amiga verdad.
- Si.
- Nos conocemos desde hace mucho tiempo verdad.
- Si
- Entonces… TE EXIJO QUE ME DIGAS QUE PASA AQUÍ.
- No puedo… eso sólo puede decírtelo ella.
- Está bien… pero como hago que me lo diga…
- Pregúntaselo en la noche, ten por seguro que te lo dirá.
- Está bien.

Luego de bebernos todo ese alcohol, disfrutando de una charla demasiado entretenida y también de fumar como chimeneas, nos fuimos al hotel donde Johanna y Daniela se fueron a su habitación y Maite y yo a la nuestra, era hora ya de darle su regalo a Maite, era algo que tenía preparado hace mucho tiempo pero no sabía si le gustaría.

Luego de estar acostadas en la cama como 30 minutos sin decir ninguna ni una sola palabra, yo levante mi almohada y saque una pequeña cajita y se entregue a Maite diciéndole que la quería demasiado como para perderla algún día, y que este regalo significaba mucho para mí porque nunca le había regalado algo como eso a alguien, ella abrió con gran emoción la cajita, en su interior había una llave y una tarjeta que decía.

“para mi amada…

Esta es la llave de todas las puertas de mi alma… esta es la llave de mi corazón, que sólo te pertenece a ti y a nadie más en este mundo, te quiero demasiado mi vida

PD: hoy es el día… en que quiero entregarme en tus brazos…”

Ella me miró muy sorprendida por el regalo, y una lágrima escapó de su ser, le pregunté por qué lloraba y me dijo que era de alegría, de haber encontrado a una mujer como yo, que la quisiera de verdad y que estaba segura nunca dejaría de quererla, ella también tenía un regalo para mi, sólo que me dijo que me lo entregaría cuando llegáramos a Chile,  que mientras tanto, sólo quería disfrutar la noche a mi lado, yo en cambio la besé delicadamente y ella correspondió mi beso, estuvimos así varios minutos, sentí su corazón acelerarle y el mío junto al de ella, sentí sus manos recorriendo mi cuerpo y despojándome de mi ropa, sentía su respiración ya algo agitada sobre mis labios, la besé repetidas veces sin detenerme, mis manos encontraron el camino hacia sus caderas pero sus ropas impedían que pudiera tocar su piel, entonces luego de caricias y besos descontrolados estábamos ya desnudas sobre la cama, besándonos y tocándonos, ella se subió sobre mi y besó mis labios como si quisiera saciar su sed de ellos, recorrió cada parte de mi hasta que llego a mis muslos, ahí se detuvo, los araño y apretó de una manera que empezaron a hacer presente mi excitación, yo en cambio la besaba tal y como ella a mí, una de mis manos estaba en su pecho y la otra en su carita, ella empezó a bajar, de mis labios a mi cuello, de mi cuello a mis pechos, entonces empezó a lamerlos, a morderlos y a chuparme los pezones, eso provocó en mi una especie de gemido y ella continuó bajando, llegó hasta mi ombligo y luego bajo un poco más, hasta llegar a mi punto máximo de excitación, yo estaba nerviosa jamás había hecho algo como esto, no sabía cómo reaccionar, sólo me deje llevar por sus caricias y por su amor, entonces ella separó mis piernas delicadamente y con su lengua recorrió mis muslos, una especie de corriente me recorrió todo el cuerpo, y cada vez me gustaba más y más, su lengua no tardó demasiado en llegar a mi sexo y recorrerlo completamente, me hizo temblar del placer que eso me producía, no me atrevía a hacer ningún ruido, me daba vergüenza, pero ella me dijo que no me contuviera, que si quería gemir que lo hiciera, que si quería gritar que lo hiciera, porque quería escucharme, quería saber que me daba placer, obedecí a sus órdenes y gemidos y gritos salieron de mi, ella seguía dándome placer con su lengua en mi sexo hasta que sentí algo entrar en mi, eran sus dedos pensé, y efectivamente era así, sentir todo ese placer desconocido antes para mí me excitaba cada vez mas y ella también, estaba más que mojada. Después de muchos gemidos y gritos, tanto así que arañe su espalda, tanto fue así que mi cuerpo se vino anticipadamente por la sobredosis de placer que estaba sintiendo, pero ella no se detuvo aunque se lo pedí, ella continuo dándome lo que nunca había sentido, lo hicimos toda la noche sin descansar, primero ella me enseñó, luego yo a ella le hice lo aprendido, escuchar sus gemidos me excitaba demasiado y no tenía ya control sobre mi cuerpo, sólo éramos ella y yo en una habitación de Moscú.


Cuando desperté ella estada dormida a mi lado aun, la besé suavemente y ella abrió los ojos, entonces le dije.

- Buenos días amor.- Buenos días.
- ¿Cómo amaneciste?
- Bien, porque por fin, he podido despertar a tu lado.
- Te quiero.
- Y yo a ti también te quiero.



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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Sonia Derechos Reservados
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2 comentarios:

  1. Wuaaaa, esta historia me gusto mucho, pero que malo que no tenga continuacion, por que tenia buena pinta. Saludos desde P.R.

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  2. Esta historia es muy buena,y las personalidades de las cuatro amigas es interesante no me digan que no tiene continuacion porque deja muchas incognitas <('.' )>

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