Del Borde... Al Precipicio... 9 - Sankh

Capítulo 9

Patricia aun petrificada respondió, -Buenos días Megan.

-Wao Patricia tenemos un admirador bastante galante, bueno no tenemos, de yo tener…tú tienes…ok, ya me entendiste, están fabulosas,  Patricia- comentó Megan acercándose más y observando a Pati.

Patricia solo la miró con cara de nerviosismo y de repentina incomodidad.

-¿No te gusta?, me parece hermoso y un detalle espectacular de parte de… sea quien sea, buen gusto, tiene un gusto doble por lo que veo.

Pati continuó viendo las flores y comentó, -no es que me gusten, son lindas, pero…

-¿Pero?- la miró fijamente.

-Soy más de detalles de un post it pegada en cualquier parte diciendo simplemente gracias…si, lo sé soy rara- afirmó avergonzada.

-No me pareces rara, solo quizás una romántica empedernida y tomaré notas...

-Quizás- respondió Pati tomando las flores y colocándolas en su escritorio; las dejó sobre el escritorio, las miró y se volteó hasta Megan que la esperaba de pie justo donde la había dejado minutos antes. No pudo evitar mirarla toda y juntar sus dientes fuertemente para no demostrar ningún tipo de expresión facial que delatara que le gustaba la vista; lo cierto es que no le gustaba la vista, le encantaba.

La profesora llevaba unos jeans ajustados, muy ajustados que marcaban su cuerpo con delicadeza, pero con perfección, una camisa blanca de botones abierta hasta donde se podría apreciar el camino hacia el infinito y más allá, un saco negro sobre su camisa que la hacía ver profesional y juvenil a la misma vez y unos tacones altos que la hacían ver más alta de lo normal e imponentemente sensual. Luego de darle una apreciación meramente informativa a la profesora, Patricia comenzó a caminar hacia ella y dijo, -Es agradable tenerte aquí Megan, ven sentémonos y hablemos de negocios.

Megan le siguió y se sentó a su lado en la mesa, - gracias por tener la amabilidad de ayudarme y sin siquiera tener cita previa.

-Es mi placer.

-Aquí están todos los documentos que me parece puedas necesitar- le entregó una pila de documentos y en el intercambio rozó su mano con la de Pati. Megan se quedó observando las manos aún juntas y subió la vista para encontrarse con los ojos de Patricia que la miraban inquisidoramente…unos segundos en los que se perdieron una en los ojos de la otra. Patricia despegó su mano y tomó los documentos visiblemente nerviosa.

-Te ves muy linda.

-¿Ah?- la miró Pati incrédula.

-Que te ves linda, bueno siempre, pero hoy te ves más que nunca.

Patricia devolvió sus ojos a los documentos y con total sonrojo respondió, -Gracias, pero no soy tan hermosa como dices.

-Entonces debo estar ciega para no percatarme de lo hermosa que eres, además, puedo decir más que hermosa con o sin ropa.

Patricia casi se desmayó, sintió que se le cortó la respiración, sintió que su corazón saldría por alguna parte en 5, 4, 3, 2, 1…

Megan comenzó a reírse y dijo, -disculpa, es que no me he podido sacar esa escena de mi mente.

Patricia no subió la mirada, estaba tan avergonzada que hasta sentía todo su rostro enrojecido de vergüenza y no sabía que decir ante tales palabras que evidentemente la sonrojaban, pero le gustaba que vinieran de Megan. -No me digas esas cosas Megan, mira que no la pasé muy bien ese día con la vergüenza que traía.

-Yo lo pasé como nunca.

-¿Ah sí?

-Eres una mujer hermosa Patricia y me gusta cómo te sonrojas y me gustas...- guardó silencio.

Patricia se concentró en observar los documentos en su mano, tratando de encontrar en que distraerse que no fuera en la chica que tenía a su lado, terminó de observar los documentos con la plena conciencia que Megan se había pasado todo el tiempo observándola, rompió el silencio y dijo, -Todos los documentos están en orden Megan, todas las propiedades fueron producto de herencia, es por esto que nadie puede reclamarlas ni por parentesco ni por adquisición porque te pertenecen y aquí, en cada uno de estos documentos esta la prueba. Con la presentación de estos documentos y sus respectivas firmas, ya no tendrás ningún tipo de problemas. ¿Cuándo debes presentarte?- preguntó.

-El día viernes- respondió Megan con cara de resignación, -Lo que no logro entender Patricia, es ¿porque si tengo toda la documentación, quieran demandarme por apropiación?

-Sencillo Megan querida, cuando fallese alguien en la familia que tiene dinero y deja su herencia destinada, es cuando nos enteramos en realidad quienes son nuestros parientes más cercanos. Comienza la guerra por lo que han dejado los que ya no están y olvidan incluso que esa persona que amábamos ya no estará y solo su interés primordial es el maldito dinero.

-Si, ya lo sé- dijo con una mirada triste.

Patricia se puso de pie y caminó a su escritorio, tomó su agenda la miró con detenimiento, alzó la vista para observar a Megan a los lejos, -Megan, ¿qué día es hoy?

Megan alzó su vista con extrañes, rascó su cabeza y respondió, -¿mier..co..lesss?, preguntó y continuó observando a Pati con una sonrisa en los labios, no entendiendo como era que Pati no supiese que día vivía.

-Gracias- respondió y alcanzó el teléfono, -¿sí?, ¿ya te comiste el bizcochito que tienes metido en tu oficina?- dijo Ana del otro lado del auricular. Patricia pasó su mano por su cabeza como si fuese una lámpara mágica y le diera alguna respuesta del más allá o más acá que le pudiese explicar porque Ana era tan…Ana, es que era imposible cambiarla ya.

-No Ana, aún no almuerzo.

-Deberías.

-Quizás.

-¿Respondiste quizás?, ohhhh algo ocasiona la niña bonita, que te escucho diferente.

-Ya Ana, necesito que me confirmes si tengo algo que hacer el viernes, además, de lo que tengo agendado- preguntó ansiosa.

-No Pati, nada más, hasta hoy es lo que está en ella escrita.

-Perfecto, el viernes no llego acá directamente, de la casa voy al juzgado y en la tarde regreso.

-Como diga la señora- dijo burlonamente.

-Señorita para ti, por favor y gracias.

-Como diga la señorita, prefiero creerlo y decirlo que averiguarlo, definitivamente.

-Ay que linda tú.

-Solo quiero ser amable Pati, lo que tú tienes de virgen lo tengo yo de monja de convento de las carmelitas y mira que no soy religiosa para nada…

-Graciassss Anita- dijo cínicamente, devolvió el teléfono, se quitó el saco, lo colocó en el espaldar de su silla y comenzó a caminar devuelta a Megan, cuando abrió su boca para decir algo, Megan la interrumpió con un, -Fue muy sensual de la manera que te quitaste el saco y….

-¿Qué?- preguntó Pati con su ceja arriba.

-Que fue muy sexy el que...

Pati se mantuvo de pie observando a la profesora y por un momento le vino el deseo loco de...

-Ok ya- puso sus manos sobre la mesa y posó su cabeza en ellas aun mirando a Pati que se sentaba a su lado, estupefacta, y sus ojos se encontraron.

Pati se sumergió en su profundidad, se perdió en su belleza, se reflejó en su pureza, desvió su mirada a los labios de la profesora que eran pecados y redención.

Megan no apartaba los ojos de cada facción de ella, de su nariz tan perfecta, su cabello tan alocado, de su rostro simétrico, de sus labios que la provocaban, alcanzó a suspirar y en medio del suspiro susurró, -que puedo hacer si fue tan sensual.

Pati continuó mirando a Megan, se sentía embrujada por su belleza, por su cercanía, su olor llenaba el espacio, seducía sus sentidos, suspiró unas trescientas treinta y tres veces, su razón le ordenaba apartar la vista de tal hermosura, pero su necesidad de permanecer la obligaba a saborear el momento, a disfrutar lo que estaba ocurriendo. La razón siempre gana, -Iré contigo el Viernes y te representaré para que no tengas ningún tipo de situación- rompió el silencio.

Con una tierna sonrisa, pero cargada de muchas otras cosas ocultas Megan preguntó, -¿Harías eso por mí?

-Por supuesto- dijo con certeza.

-Gracias, lo agradezco mucho, no tienes idea cuánto. Sé que estás muy ocupada y aún me ayudas, eres increíble- acercó sus manos y tomó las de Pati entre ellas.

Patricia sintió un choque eléctrico que recorrió todo su cuerpo y tomó las manos de Megan en respuesta, -No lo soy, solo no veo porque tienes que atravesar por esto y si puedo ayudarte, es mi placer.

-Creeme el placer es mío- dijo Megan mientras se levantaba de su asiento, aun sosteniendo sus manos, dobló su torso sobre la mesa y acercó su rostro al de Patricia; muy cerca como para sentir su respiración descontrolada.

Patricia sintió el reflejo de retroceder en el instante que Megan se acercó más, pero estaba hechizada con la hermosura de esa mujer, embriagada con su aroma y la necesidad la hizo permanecer en la misma posición y mirar a esos ojos que quería decir tanto sin sus labios pronunciar ninguna palabra. Por un momento pensó que no sería buena idea mirar de tan cerca sus…labios; ya era demasiado tarde, sus labios eran apetecibles, labios que solo invitan a besarlos, saborearlos y a que te vayas directo y sin escalas al infierno.

Megan miró cada esquina del rostro de Pati, lo analizó, lo disfrutó, detuvo su vista en sus labios, se acercó más a ellos y deslizó su rostro para darle un beso en la mejilla; muy cerca de sus labios, tan cerca que hicieron un poco de contacto. Luego se acercó a su oído y susurró, -Gracias, hermosa- se apartó, tomó sus pertenencias y caminó fuera, antes que le dieran las ganas locas de cometer una dulce locura. Salió de la oficina, sin siquiera mirar atrás, sentía que si miraba atrás no querría salir de ahí y debía salir mientras podía. Llevaba impregnada en ella el olor de su perfume, el calor de ese beso sencillo, pero rico, llevaba con ella algo que no estaba entendiendo mucho, sin lugar a dudas esa mujer que había dejado atrás hace unos segundos le hacía sentir mucho más de lo que ella quisiera.

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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Sankh Derechos Reservados

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