Torbellino de amor - Black Moon - 15

Capitulo Quince.

Alejandra había acompañado a Andy hasta su departamento para luego con todo el pesar tener que dejarla para regresar a su casa pues se acercaba la hora de la comida, además que las instrucciones de Angélica habían sido muy claras, “Trata de actuar con toda normalidad para que el no sospeche nada y nos dé tiempo de maniobrar los tramites”

Después de eso los días habían pasado lento, no había estado con Andy como ella había deseado todo ese tiempo. solo las ocasiones que Andy se escapaba para darse una vuelta por la florería y así tener la posibilidad de verla y cuando no había sucedido así siempre estaban en comunicación por teléfono. Un hecho irrefutable era que esa joven se había apoderado de sus pensamientos, de las reacciones de su cuerpo y de su sentido común, cada ocasión que había estado cerca de Andy un deseo incontenible se apoderaba de su estomago, segaba su razón y sus más bajos instintos se hacían presentes para olvidarse muchas veces de los lugares donde se encontraban para desear que Andy fuera más lejos de los intensos besos y de las tiernas caricias que le regalaba.

Por otro lado sus reuniones con Angélica habían sido constantes y después de más de dos semana y media ya tenía lista la propuesta para el divorcio. Era simple, ella no le demandaría en absoluto nada de los bienes materiales de Gerardo, solo le pedía la casa en la que vivían porque esa había sido un regalo de su familia para ellos cuando se casaron y ahora era el hogar de sus hijos,  de los demás negocios y dinero no pedía ni un centavo.

Dentro de tres días le llegaría la demanda de divorcio directo a la empresa, tratando de adivinar los movimientos de Gerardo con sus hijos ella ya había hablado del tema con Fernando su hijo mayor, quien como siempre era un joven que estaba más apegado a ella y le daba todo su apoyo a pesar de notar que a él le podía mucho la situación de la separación de sus padres, contrariamente temía como lo tomaría Abigail; Gerardo siempre la había consentido de mas y seguramente con ella la cosa no sería tan fácil, así que por temor a que lo comentara con Gerardo antes de tiempo, había decidido no hablar del tema con ella.

Aun que Alejandra estaba convencida que estaba tomando una decisión que era justa para ella, no por el hecho de amar a alguien más, si no por el hecho de respetarse a sí misma, un temor la atormentaba por no saber la reacción de Gerardo al enterarse; conforme pasaba el tiempo y por los últimos años se había percatado que del hombre que se había enamorado no quedaba nada, ese joven justo, honesto y respetuoso había quedado muy lejos; ahora era un hombre sediento de poder, que había cambiado la educación por la grosería, la amabilidad por la altanería, el respeto por el autoritarismo y el amor que un día le había profesado a ella ahora más bien era un sentimiento de propiedad. Ya había llegado al límite y quería ser de nuevo una persona y no un objeto; aun no sabía que seguiría después, pero si estaba convencida que su camino ya no estaba más con Gerardo.

***

Prácticamente tres semana habían ocurrido desde el accidente, este mismo día había ido al doctor para que retiraran el collarín flexible que le habían colocado una semana después de usar el fijo; además de eso con cada día que pasaba mas convencida estaba de que el amor que sentía por Alejandra la marcaria para siempre, cada breve instante que pasaba con ella provocaba en su vida un motivo para reír, era consciente que aun que el panorama seria gris siempre estaría la esperanza de pasar todo y cada uno de los obstáculos que se le presentarían a las dos, ambas mujeres sabían que su camino juntas no sería fácil, pero confiaban que lo que sentían seria fuerte para resistir. Andy estaba convencida de que tendría la fuerza, la paciencia para estar con Alejandra de la forma que ella quisiera, pero necesitaba a esa mujer en su vida para seguir, no imaginaba ya como seria su existencia sin ver esos ojos verde intenso, sin contemplar esa sonrisa cálida y sin escuchar la sonora carcajada que rompía el silencio por las bromas compartidas. Nunca en la vida se había imaginado que se enamoraría así de alguien menos que ese alguien fuese una mujer como Alejandra, pero era imposible ya dejar de vivir sin los besos de esa mujer, sin el perfume que embriagaba sus sentidos y sin las caricias que estremecían su alma.

***

Alejandra estaba subiendo el ascensor que llevaba directo al último departamento del alto edificio, estaba tentada a oprimir el botón que la llevaría directo al piso de Andy pero primero quería hablar con su amiga quien ya la esperaba, después del corto viaje las puertas se abrieron y comenzó a caminar por el amplio pasillo que terminaba justo en la puerta de la rubia.

–Te esperaba, pasa– dijo Sol después de besar la mejilla de Alejandra.

Ya instaladas en los cómodos sillones de piel Sol contemplaba con una sonrisa a su amiga –Que bien lucimos hoy… No me digas que luego nos pasamos a visitar a cierta personita que vive unos pisos más abajo– dijo haciendo señas con sus cejas.

–Pues si quiero visitarla, pero más tarde– dijo Alejandra tratando de pararle el juego a su amiga

–Y como llevas las cosas con ella, ¿Todo bien? – su pregunta estaba obviamente cargada de una curiosidad morbosa

–Ella es la persona más dulce y comprensiva que he conocido en mi vida, sabe escucharme y cada ocasión que la veo siento mi fortaleza renovada–

–Y ¿Solo te escucha? – dijo Sol sin ocultar más hacia donde quería dirigir su curiosidad.

–Por el momento si– respondió un poco aturdida por la temida curiosidad de la rubia.

– ¿O sea que tu deseas que no solo te escuche verdad? –

–Pues nos estamos terminando de conocer, si tu estas insinuando que soy de las personas que de inmediato buscan caer en la cama… sabes que no, lo que conozco de ella me encanta y lo demás vendrá por si solo cuando llegue el momento– dijo la mujer esperando que con eso el tema se terminara

–Esa no fue mi pregunta, pero lo tomare como un si disfrazado– dijo sol divertida por el leve sonrojo que cruzo por la cara de la morena

–Me muero de ganas de que lleguemos más lejos de los riquísimos besos y de las apasionadas caricias… No te lo niego–

– ¿Pero…?–

–Está convaleciente, no creerás que sería tan inconsciente para dejar que eso pase y lastimarla, verdad–

–Segura que es solo eso–

–Bien, tu ganas– soltó un audible suspiro para continuar –Me da miedo, la deseo como no he deseado a nadie más en mi vida, me hace perder la cabeza pero…–

– ¿Qué? –

–No sé como continuar, me da pánico que mi torpeza la decepcione y ya no quiera saber más de mi, tengo miedo de que las cosas no salgan bien… ¡¡Nunca he estado con una mujer por el amor de Dios!!– exclamo ya un poco desesperada

–Alejandra, los instintos sexuales nunca traicionan… solo escúchalos un poquito y sabrás que hacer…– dijo sol moviendo una de sus manos a la vez que levantaba una ceja sugestivamente

–Mi miedo es precisamente ese, amiga, seguir mis instintos… Son muy bajos– apenas termino su comentario ambas mujeres se miraron y rieron sin poder controlarlo por algunos minutos

–Yo digo que deberías de informarte, hay lugares en internet que instruyen sobre sexualidad lésbica, y si eso no resulta… siempre estará la pornografía que es mas explicita– soltó Sol con mucha naturalidad

–Prefiero seguir mis instintos que ver pornografía…– ambas mujeres rieron de nuevo y Alejandra reconoció en ese momento la razón por la que nunca dejaba que las situaciones con Andy llegaran más lejos, tenía miedo a lo desconocido, pero quería vencer ese miedo y segura estaba que muy pronto lo lograría…

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