CAPITULO 8
A
veces todo como uno lo planea resulta siendo como uno no esperaba, a veces uno
le pone el empeño necesario, el deseo, las ganas, la paciencia y toda la
energía y simplemente aquello no sucede, cuando Magnolia se siente frustrada
por algo, se pone ansiosa, y se deja llevar por su frustración al punto de
verla tan decaída que crees que de verdad algo malo podría sucederle si no
cambia su actitud…el tiempo que estoy con ella he llegado a verla en ése estado
dos veces, cuando un paciente suyo se suicidó, y aunque todos tratamos de
hacerla entender que no había sido su culpa, se sintió tan frustrada por la
culpa que le costó regresar a la práctica; y la segunda vez que la vi así fue
cuando yo no me decidía por venir a vivir con ella…en ambos casos fui yo quien
solucione su ansiedad su estado perpetuo de abatimiento, pero ahora no sé qué
hacer, ¿como uno puede ayudar a una
mujer a la que le acaban de decir que su cuerpo no está preparado para llevar
un embarazo y que será difícil lograr uno?...cuando le dieron la noticia,
estábamos las dos juntas agarradas de las manos, esperando una noticia
totalmente diferente…esperábamos que sólo nos dijeran cuando empezaríamos a
intentar tener ese bebe, pero fue todo lo contrario, vino el ginecólogo con la
cara más larga que haya visto, y desde que lo vi entrar lo supe.
Algún tipo de problema
interno evitaba a mi mujer la facilidad de embarazarse como cualquier otra
mujer, pero quizás la diferencia de Magnolia con cualquier otra mujer no era el
hecho físico sino que el deseo que Magno tenía por ese bebe era tan inmenso que
la decepción fue igual de inmensa…sostuve su mano mientras el doctor le
explicaba que habría que tratar con mucho empeño y esfuerzo y que si lograba
embarazarse probablemente sería el único embarazo…mientras el doctor le explicaba
los detalles y todo el procedimiento que se seguiría, yo miraba atenta a mi
mujer queriendo cambiar de lugar para que no sufriera esa pena, pero era
inevitable, en mi interior me decía “dijo sería difícil pero no imposible”, esa
era mi vaga esperanza y de lo cual me aferraría para hacer sentir a Magnolia
mejor, pero a pesar de eso ella se sumió en la tristeza y una semana después de
la noticia ella seguía metida en su pena.
Teresa: mi amor!!!...ya
llegué….Magno???!!! – busqué por el salón y la cocina y sólo vino a mi
encuentro el perro, le hice un cariño y seguí buscando – Magno!!! Mi amor!!! –
Desde lejos escuche su voz que me llamaba para que fuera al patio – ¿Qué estás
haciendo aquí? Esta haciendo mucho frío vamos a dentro – le dije desde el
umbral de la puerta de vidrio que llevaba al patio –
Magnolia: necesitaba
aire – me miró con la misma mirada que no había cambiado desde aquel lunes – ¿te
sientas un momento conmigo?
Teresa: - me acerqué a
ella y haciendo que se adelantara un poco en su silla me senté detrás y la
abrace – quizás mi abrazo te quite un poco el frio – moví mi cabeza y alcancé a
darle un beso en su cuello –
Magnolia: ¿Cómo estuvo
el trabajo? – me dijo mirando a la nada –
Teresa: bien, ya sabes
lo de siempre
Magnolia: ¿Carlos ha
estado yendo a curarse la mano?
Teresa: si mi amor, no
ha faltado ningún día y su herida cada vez está mejor
Magnolia: me da gusto –
su cuerpo tiritaba a pesar del calor que mi cuerpo trataba de transmitir –
Teresa: amor, vamos
adentro, estas tiritando, no quiero que te resfríes
Magnolia: para lo que
importa
Teresa: mujer ya
basta…que el embarazo vaya a ser más difícil de lo que pensábamos no significa
que te des al abandono, si al final tú no puedes, yo puedo y si no puedo pues
adoptaremos, tenemos muchas opciones
Magnolia: ¿tu no
entiendes verdad? – se apartó de mi abrazo y se levantó de la silla y entró a
la casa –
Teresa: Magno espera…
Magnolia: no es el
hecho de tener un bebe….es que quería sentir un niño dentro de mí, la sensación
esa de la que todas las madres hablan…eres tan egoísta Teresa – me decía
mientras yo la perseguía por detrás a través de todo el corredor –
Teresa: no seas injusta
mi amor – la tomé del brazo y la hice
voltear hacia mi – no es mi culpa mi amor, yo no hice esto – la miré con la
mirada más compasiva que tuve –
Magnolia: ¿estás
segura?
Teresa: ¿de qué hablas?
Magnolia: tu gran deseo
por no tener este bebe quizás si tuvo algo que ver – se soltó de mi brazo y
entró a la habitación –
Teresa: Magnolia
escucha lo que me estás diciendo…. ¿cómo puedes pensar algo así?...yo también
estoy sufriendo con esto…no sabes cómo desearía cambiar de lugar contigo y ser
yo la del problema para evitarte la pena – le dije mientras le contemplaba en
su afán de buscar algo en el armario –
Magnolia: - volteó para
verme y con una mirada fría me dijo – yo también desearía que fueras tu y no yo
Su comentario me dejó
helada, no podía creer que Magnolia tuviera esos sentimientos y esas palabras
para mi…me fui de esa habitación y me quede en mi oficina por largo rato
observando aquella foto que tenía encima de mi escritorio…no podía creer que de
haber estado tan contentas, tan felices todo se hubiera desfigurado hasta
llegar a esto, una Magnolia irreconocible…y yo en el limbo de los sentimientos
que no podía compartir con mi mujer….tomé la foto entre mis manos y ella
regresó a mi mente, Angela, Angela, Angela….quería maldecir su nombre…si ella
no se hubiera aparecido en mi camino, en mi vida, en ese avión, ahora amaría a
mi mujer…al aire de esa habitación maldije el día que la conocí y el día que me
enamoré de ella, Angela era la única culpable de haberme dejado un desierto en
el corazón, un corazón sin ganas ni fuerzas de amar otra vez…tomé la foto en mi
pecho y pedí sólo una cosa a Dios “hazme amarla hasta sentir que sin su latido
no existe vida en mi”, repetí esa frase tantas veces en mi mente, no sé si para
convencerme o porque de verdad deseaba que Dios hiciera eso por mi…sólo quería
volver a sentirme como una mujer completa, sólo quería amar a Magnolia.
Enfermera: Dra. Torre,
la buscan en la estación de enfermeras
Teresa: gracias Sofi,
dile que ya voy ¿sí?
Enfermera: encantada
doctora – me sonrió con una mirada pícara y yo correspondí –
Teresa: ¿quién me
busca? – alcé la voz llegando a la estación –
Diana: yo te busco… ¿cómo
estás Tete? – mi vista me traiciono y en un segundo volví a recordar que esa
mujer era hermosa –
Teresa: gracias por
venir Diana… ¿gustas un café? – le dije mientras besaba su mejilla –
Diana: la verdad es que
me intrigo bastante que me llamaras, ya estás por salir? – me dijo mirándome
las manos en mis bolsillos –
Teresa: hace rato que
salí…no quería ir a casa – baje mi vista y ella tomó mi mano –
Diana: entonces vámonos
No me dio tiempo ni de
decir que me iba sólo me jalo por los pasillos del hospital y me obligó a salir
y subirme a su auto, en el trayecto no dijo nada, ni yo dedique tiempo a pensar
que decir, me dejé llevar por su actitud y en el auto partimos, yo sin saber a dónde…sólo
bastaron unos minutos de camino para que ella se orillara en una calle cualquiera
y parara el auto.
Diana: ¿qué está
pasando Tete?
Teresa: - me dijo sin
siquiera terminar de estacionar – de que hablas Diana?
Diana: ¿Tete me
llamaste por algo no? – Mi vista estaba fija en sus manos mientras apagaba el
auto y volteaba a verme –
Teresa: es difícil de
explicar
Diana: entonces empieza
por lo fácil y de ahí vemos como le seguimos
Teresa: es Magno
Diana: ¿qué pasa?... ¿está
bien?... ¿está enferma? ¿Le hiciste algo? – su mirada fija en mi demostraba su
verdadera preocupación algo que causó un desajuste en mi –
Teresa: supiste lo que
el médico le dijo ¿no?
Diana: si lo sé pero
eso fue hace más de dos semanas, ¿qué pasa con ella?
Teresa: su actitud es
errática, está mal humorada, he sido paciente con ella, no ha habido día que no
la engría para que se sienta querida pero su actitud no cambia…y ha llegado a
cansarme, que ya ni ganas de ir a casa tengo – me sobaba las manos mientras le
decía esto –
Diana: es tu mujer
Tete, tienes que tenerle paciencia
Teresa: cuanta
paciencia?, cada vez que puede me hace sentir culpable…y eso me pone mal, me
castiga por todo, pero es suficiente, estoy haciendo mi esfuerzo pero ya no
puedo más – mis ojos miraban al frente y podía sentir como una lágrima quería
salir –
Diana: ¿quieres que
hable con ella?
Teresa: ¿podrías? – la
miré con desesperación y duda –
Diana: lo haré, pero
Tete aquí hay algo más…no es sólo el niño sabes que esto es un resultado de lo
anterior ¿no?
Teresa: lo sé, lo sé,
pero ya Diana hasta cuando….estoy con ella pero ella parece que me detesta,
dime qué puedo hacer, trate de todo para remediar pero parece que no es
suficiente y la verdad estoy perdiendo las fuerzas de seguir intentando para
solucionar – el temblor en mi voz demostraba lo mal que me sentía con todo –
Diana: no te preocupes
hablaré con ella y trataré de ayudarte ¿ok?
Teresa: Gracias Diana –
me acerqué a ella y la abracé complacida y ella hizo lo mismo –
Dos días ya me decía
mientras caminaba hasta la casa, Diana había hablado con Magnolia y me había
pedido un par de días de soledad, así que dos días me ausente de la casa y fui
a ocupar el sofá de mi hermano…dos días que habían sido un martirio para mí,
quería saber de Magnolia, mi preocupación por ella, por su bienestar se había
convertido en un pensar constante, de verdad me sentía tan culpable, que cuando
recordaba aquel día me faltaba el aire y el dolor de estómago regresaba sin
razón…dos días que tuve para pensar, y de pensar hice poco más que recordar,
aún seguía buscando el punto de quiebre en mi relación con Magno, pero por más
que me trataba de ayudar buscando, todo siempre terminaba en lo mismo…mi
incapacidad de amarla y otra vez deseaba odiar a Angela, por haberme dejado
rota y vacía, incapaz de volver a amar…la rabia me inundaba y lloraba
amargamente por no poder corresponder a la mujer perfecta que era Magnolia…dos
días que para mi fueron una eternidad…mi vida había sido tan funcional con
Magno que ahora andaba perdida sin saber ni a qué hora despertarme para ir a
trabajar, nada era correcto, me había acostumbrado al planeamiento de Magnolia
que ahora no sabía qué hacer de espontáneo, todo estaba mal y yo sentía que me
hundía en ese mal.
Dos días, sólo 48 horas
bastaron para devastarme…me sentía perdida sin Magno, pero a la vez me daba
cierta satisfacción poder hacer las cosas al natural sin premisas ni
encabezados, ir en desorden leyendo el periódico y no esperar que nadie viniera
a corregirme, a equivocarme sin sentirme algo inútil por la estupidez
cometida…me sentía en ciertas cosas aliviada, pero en la gran figura, estaba
asustada de que Magnolia decidiera de verdad dejarme…fue tanto el miedo de que
pasara eso que no esperé a que ella me llamara para ir a la casa…sólo desperté
ese tercer día y me paré frente a la puerta y toqué el timbre.
Teresa: - sentí los
pasos hasta la puerta y como ésta se abría ante mí – hola Magno
Magnolia: - su vista
estática en mí, me revelaba que de verdad no me deseaba allí – Hola Teresa,
pasa por favor – con un ademán cortés me hizo pasar para luego cerrar la puerta
–
Teresa: - entré y me
senté en el sofá y esperé que ella se sentara a mi lado pero se sentó al frente
– como has estado? – pregunté
Magnolia: bien gracias,¿
y tú?
Teresa: bien también
gracias
Magnolia: ¿todo bien en
el trabajo? – la miré fijamente y no pude aguantar más –
Teresa: ahh ya!! Mi
amor, termina esto por favor…quiero regresar a la casa, te necesito, estoy
perdida, te extraño mucho – me paré del sofá y me senté a su lado y tome sus
manos entre las mías –
Se paró de mi costado
dejándome con las manos cruzadas, me dio la espalda y comenzó hablar sin darme
la cara mientras lo hacía.
Magnolia: ¿por qué
quieres regresar?
Teresa: amor, te
quiero…te necesito, estoy perdida sin ti, no sé hacer nada, mi vida eres tú y
sin ti no tiene sentido, te necesito mi amor, te quiero mi vida, déjame regresar
– me paré del sofá y la abracé por la espalda –
Magnolia: - tomó mis
brazos que la rodeaban y los separó de su cuerpo dejándome parada lejos de su
cuerpo – fue mi culpa – se volteó hacia mi – todo fue mi culpa…estas
acostumbrada a mí que ahora no sabes que hacer sin mí.
Teresa: nooooo mi amor,
te quiero y quiero estar contigo, odio esta separación te necesito – la tomé de
los brazos y la traté de acercar a mi cuerpo pero no se dejó y se alejó –
Magnolia: por favor no
lo hagas otra vez
Teresa: eres mi mujer,
somos una familia, vamos a tener un bebé ¿por qué haces esto? – la miré
intensamente mientras daba pasos cortos alejándose de mi –
Magnolia: no Teresa, no
somos una familia ni vamos a tener un bebé
Teresa: - mis ojos se
iban abrillantando por las lagrimas que querían salir y mi cuerpo se lleno de
desesperación – no digas eso mi amor, sé que me equivoque, pero de verdad
quiero ese bebé contigo, la familia, todo mi vida, te quiero por favor
La miraba desde lejos y
su expresión era fría y distante, su piel estaba pálida y toda ella se le
notaba demasiado seria, su mirada era fuerte, intensa como queriendo de verdad
lograr meter en mi piel las palabras que derramaba su boca, verdades que quería
dejar claras así causaran las heridas más sangrantes.
Magnolia: no Teresa…no
te voy a negar que quiera un bebé contigo, pero no así – seguía dando pasos
cortos, apoyó su espalda a la pared y desde allí me miraba –
Teresa: - traté de
acercarme donde ella pero con una seña de su mano me detuvo – Magno, no
entiendo por favor déjame regresar por favor
Magnolia: cuando
regresaste después de la pelea, y me contemplaste toda la noche…sentí que todo
iba a salir bien, pero me mentí
Teresa: no mi amor todo
va a salir bien, vamos a ir hasta la china si es necesario para que se logre
ese embarazo, y vamos a ser tres, y vamos a ser mucho más felices ya verás
Magnolia: eres feliz
Teresa?
La pregunta salió de
improviso y aunque sabía la respuesta correcta y adecuada para el momento, mi
cuerpo y mi boca no entendieron mi intensión, sólo callaron cómplices de mi
duda, la miraba a Magnolia como pidiendo ayuda para que ella sea la que sacara
las palabras positivas, pero ella mirándome intensamente bajó la cabeza, había
fallado…la prueba que quizás habría cambiado el rumbo de nuestras vidas…yo la
había fallado.
Magnolia: lo sabía
Teresa: no, no mi amor,
soy feliz…te lo he dicho muchas veces, me haces muy feliz…somos felices
Magnolia: no lo eres,
al menos no como mereces, y en eso si tengo culpa
Teresa: no mi amor, tú
me haces muy pero muy feliz, eres mi vida, estos días sin ti me he sentido
perdida, ausente de mi propia piel….por favor mi amor, no asumas cosas que no
son – me acerqué hasta la pared donde se apoyaba y le sostuve la mano –
Magnolia: fue mi culpa
Tete, lo que hice fue acostúmbrate a mí, y a que fuera yo quien ordenara tu
vida, te acostumbre a mí, y eso es lo que extrañas, mi compañía, mi vida
contigo…no tu vida conmigo – apretó mi mano y las lágrimas de sus ojos
empezaron a salir –
Teresa: mi amor, no
digas eso….y aunque sea así de ahí estamos construyendo…por favor
Magnolia: gracias, por
todos los detalles que me diste la semana pasada, y todos los detalles juntos,
las rosas, las cenas, las sorpresas, los regalos, las canciones al alba y los
besos de media noche…te esforzaste tanto por hacerme sentir bien
Teresa: no lo hice por
cumplir sino porque te quiero, te quiero mucho y de verdad– tomé su otra mano y
la besé –
Magnolia: - soltó sus
manos y se movió hacía el sofá y yo la seguí – aquella noche que me
contemplaste toda, ya había tomado la decisión…te necesitaba entera y no a
medias, y estuve decidida a dejarlo todo allí…pero sentí una pizca de amor en
aquella noche que me dedicaste las caricias mas tiernas y puras, que tus ojos
dibujaron mi figura y el calor que me dabas para arroparme y cuidarme…y me dije
que podía ser que esa pizca bastara – se acomodo en el sofá y me señalo que
ocupara el sitio al frente de ella –
Teresa: no es una pizca
mi amor, yo te quiero y sé que con el tiempo ese gran querer se hará un gran
amor, estoy segura y ese bebé ayudara a ese cambio
Magnolia: ese lunes
mientras el doctor me decía aquellas cosas, lo asumí, era una señal que no
pudiera tener ese bebe, y ahí me di cuenta, y viví esa semana tratando de
armarme de valor para decirte esto..
Teresa: ¿qué cosa? –
mis ojos se abrieron grandes y miraban más detenidamente los suyos llenos de
lágrimas –
Magnolia: pensé que
todo había quedado en el pasado, que los fantasmas no nos perseguían, que
estábamos preparadas para afrontar al mundo juntas, que tu querer me bastaba,
que revelarte mi amor no era necesario y que juntas seríamos una…pero que
equivocada estaba…me hiciste soñar Teresa….tienes esa capacidad increíble de
hacer soñar e ilusionar las mentes y corazones, eso no lo tienen todos, y con
ese soñar que me enseñaste soñé que mi amar y tu querer funcionaria y
bastaría…que podría hacerme sorda, cuando en las noches susurraras lo que no
quería oír, que podría hacerme la tonta, que cuando te quedas en silencio
mirando a la nada no piensas en ella, que podría hacerme la ciega, que cuando
miras cosas que te traen el recuerdo no es a ella a quien dibujas…
Mordía mis dientes
fuertemente, lo que pensé nadie se daba cuenta, ella lo sabía bien, mi
subconsciente me había fallado mientras el sueño se apoderaba de mi cuerpo, mi
mente otra vez me había fallado y había dañado lo más preciado que tenía, y
había herido lo que nunca quise lastimar, y había calumniado a mi deseo y
respeto hacia la mujer que quise mantener en un pedestal para que nada le
sucediera.
Magnolia:…Teresa esto
lo sabía hace mucho pero fui cobarde en dejar pasar el tiempo, incluso cuando
recién te conocí ya sabía que esto era lo correcto, pero me cautivaste desde el
primer día que quise sólo convencerte de que tu amor, nunca existió y que el
amor no existía, en vez de ser valiente y llevarte donde debías ir
Teresa: ¿de qué hablas?
Magnolia: déjame
terminar por favor, que esto es bastante difícil para mí…por favor… - me miro
con compasión y ahí supe que la había perdido –
Teresa: está bien
Magnolia: yo no puedo
enamorarte, no puedo ganarme tu corazón, aunque luche y quiera no puedo…porque
tu corazón no está contigo
Teresa: ¿de qué hablas?
Magnolia: por favor
déjame terminar – la miré y asentí – cuando Angela te dejó, no le pediste nada,
y tú misma me dijiste que le diste todo que cuando se acabo te quedaste con
nada, Teresa, le dejaste que se llevara lo más importante... tu corazón...no te
atreviste a pedírselo de vuelta, dejaste que se quedara todo, no reclamaste
nada, por eso ahora no tienes nada que dar, ni corazón que entregar
Teresa: Mi amor, lo que
hablas no tiene sentido, nadie se puede quedar con un corazón, es discúlpame… ingenuo.
Magnolia: Ingenuo es
pensar que no sucedió así, dime acaso si después de Angela, sentiste otra vez
la misma ilusión, la misma compasión, la misma ternura, la mismas sensaciones
tuyas tan propias de tu corazón tan noble?
Teresa: no, pero eso no
tiene nada que ver con mi corazón, simplemente madure es todo mi amor por favor
¿qué estás diciendo?
Magnolia: déjame
terminar por favor, lo que pasó es que yo no te guié bien, no dejé que cerraras
puertas ni heridas, no te deje porque ya te quería, y por eso no lo hice,
pensando que yo cerraría todas, pero que equivocada estuve, la única con poder
de hacer eso eras tú, y ahora lo estoy pagando..
Teresa: amor no estás
pagando nada – le sostuve la mano – yo te quiero y es verdadero
Magnolia: - sacó su
mano y me miro fijo – pero no me amas y eso estoy pagando…no te deje cerrar, y
ahora como tu psicóloga y no como tu pareja te pido por favor que cierres tus
heridas y cierres tu pasado.
Teresa: ¿de qué hablas?
Magnolia: quiero que
vayas a buscar a Angela, y que recuperes todo lo que dejaste con ella, se que
en su momento no lo quisiste hacer pero no porque no quisieras pero por miedo
Teresa: AMOR!!! de que
hablas miedo? Por Dios Angela está muerta para mi
Magnolia: sabes ¿por qué
miedo?...porque no quisiste decepcionarte de ella, no quisiste jugarte el
riesgo de encontrar una Angela que no era tu Angela, esa Angela de la que te
enamoraste, de la que te ilusionaste, por eso no quisiste ir tras de ella,
porque preferiste guardar el recuerdo de la Angela que te enamoro a el recuerdo
de la Angela que te destruyo, pero es cierto Tete, la Angela que te dejó ya no
tenía ni una pizca de la que conociste en ese avión, porque esa Angela del
avión jamás te hubiera dejado
Teresa: por favor
para!! Para!!! – me paré de ese sofá y me abracé el pecho mientras me alejaba
de las palabras de Magnolia –
Magnolia: no huyas
Teresa, no huyas….es verdad por eso te duele, la dejaste que se quedara con tu
corazón porque querías que fuera de ella aunque estuviera hecho pedazos,
quisiste tu que ella se llevara todo porque querías que así ella también
guardara el recuerdo…pero así lograste que fueras incapaz de amar a nadie más…por
eso ahora yo te digo y te pido…búscala y recupera tu vida
Teresa: cállate por
favor – me caminaba de arriba abajo del salón escuchando con las lágrimas
saliendo sin permiso – no quiero verla, ni buscarla, no sé nada de ella y así
me quiero quedar, quiero estar contigo por favor…Magnolia, solo contigo mi
amor, por favor
Magnolia: no puedo
Teresa, y créeme esto me duele mucho más que a ti – escondió su rostro entre
sus manos y la sentí sollozar –
Teresa: si te duele
tanto, no me pidas hacerlo….NO QUIERO!!! – en forma de súplica mi rostro lleno
de lagrimas se lo pidió –
Magnolia: no puedo…yo
también estoy luchando – su rostro se deformo y el llanto era franco – no puedo
– la miré y sin pensarlo me fui donde ella, me arrodille frente a ella y me
abracé de sus piernas –
Teresa: te lo ruego por
favor no quiero…te quiero a ti….TE QUIERO A TI!!!– mis lágrimas salían sin
medida y mis brazos se aferraban a sus piernas con fuerza –
Magnolia: no hagas esto
Teresa, por favor no lo soporto…entiéndeme por favor – me decía mientras
trataba de zafar mis brazos de sus piernas – necesito que me ames, y cerrar tu
historia con Angela será la única manera, por favor búscala y recupera tu
corazón ese corazón que quiero que me ame como yo lo hago –
Teresa: - logró zafar
mis brazos y se arrodillo conmigo en el piso y me abrazó – no quiero mi amor
por favor
Magnolia: por favor
Teresa, hazlo, no puedo vivir y seguir contigo sin que me ames, y mucho menos
sin que tu dejes a Angela atrás, lo necesito para no volverme loca pensando que
no eres completamente mía entiéndeme – se separo del abrazo y me sostuvo el
rostro con sus dos manos – mírame, esto me duele, tengo miedo a perderte, que
encuentres amor en ella otra vez o que recuperes tu corazón pero no me
ames…pero prefiero eso a vivir así por favor….por favor
Mis ojos estaban
abiertos pero no podía ver nada por las lágrimas, escuchaba las palabras de
Magnolia y sus ruegos pero no podía entender, mi cerebro se negaba a entender
las razones y las verdades que se decían, mi mente enclaustrada se negaba a
darle razón a esa mujer que había utilizado su razón sobre su corazón para
decirme que prefería poner en riesgo nuestra relación por mi salud sentimental,
quería que recuperara mi corazón aunque ella también sabía que quizás tampoco ese
corazón sería para ella.
Me paré de su lado, y
la vi como se quedó arrodillada mirándome, me quedé unos segundos contemplando
esa imagen y observando ese rostro lleno de lágrimas, y dolor…me di cuenta que
la mujer que tenía al frente era la mujer más valiente que había conocido, y
quizás la que más me había amado, su sacrificio no sólo le daba validez a su
alma tan correcta, pero le daba validez al amor, ese amor que quise creer no
existía ahora lo veía frente a mí…ella estaba dispuesta a dejarme ir por amor,
por mi felicidad….si eso no era amor, entonces no sabía que era.
Teresa: no puedo…lo
siento, sólo te quiero a ti…
Magnolia: entonces vete
Teresa, y no me busques más – se paró del piso y con sus manos se limpió el
rostro y fue hasta la puerta de salida – vete
Teresa: no hagas esto,
nos queremos somos una familia….CARAJO TE NECESITO PARA VIVIR!!
Magnolia: - le grité
con fuerza y dolor, pero ella sólo bajó la cabeza – te lo vuelvo a repetir…vete
Teresa: - me acerqué
hasta ella y le di un beso sin permiso – te quiero, te quiero – le decía
mientras luchaba con su rechazo –
Magnolia: - se soltó de
mí y me empujó – VETE TERESA!!! o te juro que llamo a la policía – se limpiaba
la boca con su brazo mientras sostenía con su otro brazo la puerta abierta –
Teresa: - en ese
momento entendí todo y sólo salí de allí, y volteando a la puerta que aventó
detrás de mí le susurré – Te quiero.
Sin saber a dónde ir,
caminé sin rumbo, no sé cuantas cuadras fueron, pero el lugar donde estaba
parecía el mismo lugar, todo se veía igual y es que mis lágrimas no dejaban de
salir, no podía evitarlo, no podía controlarme, lloraba y lloraba mientras
caminaba y la gente que se me cruzaba sólo murmuraba ¿cuál sería la razón?,
caminé y sin darme cuenta estaba lejísimos de casa, ya estaba cansada de llorar
y caminar así que dejándome caer, me senté en la acera…miré a la gente pasar
para distraerme pero Magnolia no salía de mi cabeza, quería regresar corriendo
donde ella y abrazarla y humillarme para rogarle que me aceptara de vuelta, y recordé
todo otra vez y con los recuerdos de Magnolia, las lágrimas regresaron…me sobé
los ojos para limpiarlos y miré al frente y casi me infarto de la
impresión…estaba allí en aquel lugar, que casi había borrado de la memoria,
aquel museo, salón de eventos y galería de arte…estaba frente a él y no pude
evitar no entrar.
Crucé la puerta y los
recuerdos golpearon mi mente, no era un lugar cualquiera, en ese lugar había
hecho la promesa más seria, pura y sincera de mi vida, una promesa que mi mente
maldijo pero que mi corazón se negaba a olvidar….entré despacio, y la luz tenue
que iluminaba cada uno de los cuadros colgados de las paredes me daban
bienvenida…ya no había ángeles decorando las paredes eran retratos de hombres,
mujeres y niños, todos sonrientes o con una expresión de sorpresa, ninguna
imagen era triste, pero aún así rodeada de sonrisas y ojos brillantes de
alegría, yo me sentía más miserable…yo inundé ese lugar de tristeza…caminé
mirando esas imágenes y de pronto me encontré en el sitio exacto, en el lugar
preciso…y no hubo marcha atrás, estaba en aquel mismo lugar y el maldito
recuerdo “te voy a amar para siempre” sonaba en un susurro en mi mente “te voy
a amar para siempre” se repetía como un susurro en algún lugar de mi
sentidos….me quedé ahí parada estática y no pude más…- PROMETI AMARTE
SIEMPRE!!!! – grité mientras mis lagrimas caían y todos me miraba y finalmente
lo entendí….aún la amaba aún sentía amor por aquella mujer, al fin entendí a
Magnolia, necesitaba romper mi promesa para poder amar de nuevo, tenía que
faltar a mi palabra para amar a Magnolia….me cubrí los ojos con las manos y
lloré, lloré y lloré, y decidí buscar a Angela.
(toc toc toc)
Teresa: ábreme por
favor – grité desde afuera –
Magnolia: por favor
Teresa vete, te dije que no regresaras – me gritaba desde el otro lado de la
puerta –
Teresa: lo sé, lo
sé….por favor tengo algo que decirte, te lo ruego ábreme – seguí tocando con
golpes suaves la puerta hasta que la abrió –
Magnolia: que quieres
decirme – me dijo desde la puerta entreabierta –
Teresa: déjame pasar
por favor
Magnolia: no Teresa, te
dije que no por favor
Teresa: tomé una
decisión – me miró fijo y en segundos dejo abrir la puerta por completo y me
hiso entrar y yo rozando su costado entré – ¿me puedo sentar?
Magnolia: hazlo por
favor – me dijo cerrando la puerta quedando apoyada por su espalda a la puerta
– dime que decidiste
Teresa: hice una
promesa…y aunque hubiera sido lógico
romperla no lo hice, y eso me ata a Angela – me paré del sofá y me acerqué a
ella – tengo que romper esa promesa para volver a ti – me acerqué a su cuerpo y
la abracé – voy a buscara a Angela para terminar con esa promesa
Magnolia: - cerré los
ojos mientras mi cabeza descansaba en su hombro y su rostro se acurrucaba en el
mío – gracias
La abracé más fuerte y
sentí sus sollozos, me separé de su cuerpo y la miré…mi Magnolia, con los
ojitos cerrados y las lágrimas saliendo de esos hermosos ojos...acerqué mis
labios y bese sus ojos, me mojé los labios con sus lágrimas saladas, besé el
recorrido de sus lágrimas, fui bajando despacio con besos pequeños por sus
mejillas y llegué hasta sus labios, sólo los rocé, no me atrevía a besarlos,
pero cuando me iba a separar, ella me atrajo a su boca, y nos fundimos en un
beso, aunque sus lágrimas seguían saliendo y mojaban mi rostro, pero no quise
dejar de besarla, y ella tampoco lo intentó. La sostuve de su cintura y
cargándola en el aire la llevé hasta la habitación…sabía exactamente que estaba
sucediendo…Magnolia se estaba despidiendo y yo lo hacía con ella.
La llevé a la
habitación y despacio la coloqué en la cama, la recosté delicadamente, y me
quede mirándola mientras me acomodaba sobre ella, con mis dedos le acomodé el
cabello de su rostro y despacio acaricié sus labios y luego sus mejillas, era
tan hermosa, tan bella que me preguntaba cómo no enamorarse de ella….sin
pensarlo y sin preverlo lagrimas salieron de mis ojos pero ella no se dejó
llevar por ellas, y tomándome con sus dos manos me acercó otra vez a sus
labios, nos besamos en un beso único, su lengua no buscaba con pasión la mía,
había nostalgia, había tristeza pero mucho amor…yo correspondí como debía
hacerlo, y la besé con ternura, con dulzura y con todo el cariño que tenía por
aquella mujer que me había salvado de asfixiarme en el desamor, sus manos en mi
espalda no apretaban sólo acariciaban y buscaban quitarme la camisa, yo por mi
parte hacía lo mismo, acariciaba sus brazos hasta sus hombros para desprender
esa piel de la camiseta sin mangas que llevaba…en minutos cortos ella y yo ya
estábamos enredadas en nuestros cuerpos totalmente desnudas.
Las caricias se
hicieron infinitas, nuestras bocas no dejaron de besarse, ni dejaron de
intercambiar suspiros, no me atrevía a separarme de sus labios y ella tampoco
me dejaba…entre beso y beso podía sentir sus lagrimas….ella no dejó de llorar
pero aún así sabía que me deseaba amar y yo me dejé, bajé de sus labios a su
cuello que llené de los besos más puros y tiernos que sabía y conocía y
mientras me abrazaba a su cuerpo soplé esa piel, quise que mi aliento calentara
aquellos lugares, sus suspiros eran tiernos, pero melancólicos, y aún así no
dejé de hacerla sentir…besé despacio tan despacio que parecía que el tiempo no
tenía lugar en ese momento…me acaricié las mejillas con la piel de su hombro y
cuando llegué a sus pechos dejé que su pezón erecto acariciara mis ojos
cerrados, hasta la piel de mis mejillas…su piel se erizó y para sentirla más la
abracé fuerte a mi cuerpo y a mi piel que se calentaba aún más…bajé despacio y
abriendo mi boca para dejar salir a mi lengua rocé ese pezón alzado...su piel
se erizo aún más y yo abrí más mi boca para abarcar toda la extensión de ese
seno…me abracé a su cintura y mi boca en succiones saboreaba sus montes,
Magnolia sólo acariciaba mi cabello sin presionar mi cabeza, sus caricias eran
dulces se notaban pero definitivamente esto era una despedida.
Bajé a su abdomen
mientras mis manos se apoderaron de sus senos, besaba con la ternura que no
sabía que llevaba adentro, me apoderé de su piel con mis caricias y buscando
sus manos entrelacé mis dedos a los de ella, despacio la volteé en la cama y
dejándome a la vista su espalda besé el centro de ésta, y con mi lengua dejé un
recorrido que regresaría a besos hasta su nuca, bajé otra vez hasta sus nalgas
las cuales besé con pasión y ternura, las apreté delicadamente y rocé mi piel
con la piel de esas dos acariciando mis mejillas…bajé por sus piernas y entre
caricias y besos llegué hasta sus pies, los cuales levanté entre mis manos y
los besé…besé cada dedo, la planta de sus pies, sus tobillos para luego
parar…me arrodille en la cama y vi ese hermoso cuerpo desnudo, y la observé por
escasos segundos para luego cerrar los ojos y apretar fuertemente los
párpados…quería llevarme esa imagen y mantenerla siempre…mientras tenía cerrado
los ojos pude sentir su mano sostenerse de mi cintura que me jaló a su cuerpo
otra vez, esta vez ella se volteó y atrajo mi rostro hasta su abdomen y dejando
que llene ese lugar de besos, sus movimientos de caderas me dejó saber que lo
que quería era que llegara a su entrepierna…hundí mi rostro en aquel lugar,
para besar primero su ingle, y despacio y a besos cortos su monte de Venus
donde me acaricié con la tenue línea de vellos y esperé que ella me llevara
hasta donde deseaba mi boca….poco a poco ella dirigió con su mano el lugar
donde quería que la besara y yo con total maestría abrí sus piernas un poco más
y luego me abrí paso primero con mi lengua entre sus labios para descubrir la
humedad de ese lugar.
Ella me jaló
bruscamente y sacó de en medio de sus piernas, me atrajo hacia ella y
poniéndome encima y frente a su rostro, se quedó mirándome unos segundos – te
amo Teresa Torre, no he sentido amor hasta que te conocí y por eso te doy las
gracias – me dijo sonriendo, para luego darme un beso apasionado…y así nos
enredamos en esa cama hasta cansarnos de acariciar nuestros cuerpos, sus manos
expertas me hicieron sentir su tacto en toda mi piel, sus labios besaron mis
rincones y yo dejé mis suspiros hasta en el más escondido de sus pliegues, para
terminar otra vez allí, en el lugar primero pero también el último lugar para
contemplar…sus piernas sobre mis hombros sus manos en mi cabeza y yo con mi
lengua envolviendo ese clítoris en el tornado que hacía mi maestría sobre ese
pequeño pedacito de gloria…su abdomen subía y bajaba al ritmo de sus jadeos,
mis manos se apoderaron de sus manos que entrelazadas no se soltaban, mi boca
succionaba con vehemencia, y los jugos de la que todavía era mi mujer me
llenaban la boca y la cara, mis pezones se alzaban más y mi piel ya de fuego
vibraba con las contorsiones de sus caderas…me sacó de su entrepierna otra vez
mientras mis dedos se negaban a salir de dentro de ella, pero sabía que ella
también quería sentir, así que me rendí y sacando con delicadeza mis dedos pase
a darle lugar a mi mojada rajita que encajando perfecta formamos una tijera
maestra…se agarró de mis senos y yo con movimientos rápidos y apretados me
frote con fuerza, cada jadeo y gemido me demostraban el éxito en mi labor
mientras sentía que el vientre se me llenaba de fuego, abrí mis ojos y me
encontré con una Magnolia atenta a mis gestos, me miraba con pasión, con
lujuria, con deseo pero lo que más brillaba en su mirada era su amor por mí…me
seguí moviendo y en una acrobacia me acerqué a sus labios mientras mis caderas
seguían en su afán de hacerla sentir…la besé y no dejé sus labios y mis caderas
no dejaron el ritmo…ella se aferraba de mi cintura y de mi brazo mientras yo
trataba de abrazar más fuerte su pierna, sentía el calor casi explotar, y me
separe un momento de sus labios para lanzar mi gemido sentido de placer, y al
quedarme a solo unos centímetros de sus labios aspiré su aliento y abriendo los
ojos, miré a mi mujer fijamente y ella me observó con igual intensidad, yo casi
ya retorciéndome por el inminente orgasmo no dejé de mirarla y de pronto un te
amo se escucho en la habitación unas uñas encalladas en mi brazo y cintura, con
unos ojos cerrados apretados fuertemente y los pequeños golpes q daba aún
contra mi entrepierna me dibujaron el orgasmo de mi mujer, yo seguí en el afán
para hacerla aún sentir y sin casi verlo venir me corrí en un orgasmo
exquisito…mi cuerpo seguía moviéndose para luego sólo dejarse llevar por la
inercia para luego sólo dejarse caer al costado de Magnolia.
Mi pecho subía y bajaba
tratando de obtener el aire que le faltaba en cada jadeo forzado…volteé mi
cabeza y vi a una Magnolia con la mirada fija al techo…me acerqué a ella y a su
oído y le dije – puedo abrazarte? – y ella volteando su mirada para observarme
se escondió como una niña en mi cuello y su cuerpo se enroscó a mi cintura y
mis piernas…su abrazo me abarcaba toda y yo sólo correspondí y la abracé con
ternura, la cobijé en mi cuerpo y la protegí…besé su frente, sus ojos, nariz,
boca y sus manos hasta sentir que todo su sabor me lo llevaba en los labios,
luego olí su cabellera y apoyada y con mi nariz enterrada en su cabello cerré
los ojos, deseando que mañana no fuera mañana y que esa noche durara siempre…me
negué a dormir, luche con mi sueño porque sabía que si lo hacía Magnolia huiría
de mi…así que luche, luche y luche pero no pude escapar y abrazada a ella me
quedé dormida.
La luz de la mañana
entraba y me obligó a abrir mis ojos y revolviéndome en la cama busqué a
Magnolia y sin sorpresa, sólo había un espacio frio y vacio a mi costado…me
paré despacio y vi una pequeña nota en la almohada que decía “no ha terminado
hasta que haya terminado, buen viaje”….me envolví con la sábana y la busqué por
la casa y no estaba, entonces entendí que esa ya no era mi casa y dándome vuelta
en mis pasos tome la maleta cogí lo más que pude de ropa y con el sol brillando
fuertemente con la mañana salí de allí sin poder despedirme de la mujer más
valiente que había conocido en mi vida.
Pablo: ya Teresa, deja
de ver, ella no va a venir…si en esta semana no te ha buscado, es por algo, no
va a venir ahora a despedirte al aeropuerto – me dijo mi hermano mientras
entrabamos a la fila para pasar por los controles de seguridad –
Teresa: le deje miles
de mensajes…no ha regresado a la casa, he estado yendo todos los días, y cuando
fui a recoger al perro vi que su ropa no estaba, no entiendo donde se fue – le
decía a mi hermano mientras seguía buscándola en el horizonte –
Pablo: ya hermana, ya
fue suficientemente valiente para pedirte que busques a Angela para que todavía
sea masoquista y miré como te preparabas para irte
Teresa: si lo sé tienes
razón pero al menos saber si está bien o donde está…un mensaje en una semana
para decir “estoy bien” no es suficiente Pablo
Pablo: entonces sigue
mirando a ver si se aparece por arte de magia – me dijo con un gesto irónico en
su rostro –
Seguía la línea de
gente hasta el sitio de revisión pero no podía dejar de pensar en Magnolia, no
podía dejar de pensar en todo, todo pasó tan rápido, una semana de mi despedida
con Magno y ya estaba rumbo a Chile, gracias a las averiguaciones piráticas de
mi hermano ya sabía dónde estaba Angela, pero no sabía dónde estaba Magnolia…y
eso me llenaba de dolor, quería proteger a Magnolia pero simplemente había
desaparecido y aunque lo entendía no podía creerlo…seguí la línea con mi
hermano por delante que no dejaba de hablar con Alejandra por el celular y
cuando ya faltaba poco para llegar al detector de metales un grito a lo lejos
me alertó – Tete!! Tete!! – escuche a lo lejos, volteé mi cabeza y mirada y
estirando mi cuello por encima de la gente traté de ver qué mujer me gritaba,
era un grito distante y no podía
distinguir a quien pertenecía pero de verdad deseaba que fuera Magnolia…me salí
de la fila y en contra de las replicas de mi hermano fui siguiendo mi oído para
encontrar la dueña de ese grito, pero fue mi sorpresa tal cuando la vi correr
hacia mí – tengo algo que decirte!! – me grito Diana mientras trataba de
recuperar su aliento por la carrera que se lanzo para alcanzarme
Teresa: Diana, eres a
quien menos esperaba aquí
Diana: lo sé…pero hay
algo que debo decirte, lo pensé mucho antes de venir pero era lo correcto – se
quedó parada frente a mi mientras aún trataba de recuperar su aliento –
Teresa: - volteé para
ver la fila que avanzaba rápido y a mi hermano que me hacía señas de que debía
seguir – no tengo mucho tiempo Diana así que dime –
Diana: hay algo que yo
no te he dicho y que he guardado aunque aún no sepa porque lo guarde pero creo
que ahora lo debes saber
Teresa: dímelo entonces
– volteaba y volteaba mi cabeza para ver a mi hermano mientras la apuraba a
Diana –
Diana: cuando te dejó
Angela y a la semana no querías regresar a tu departamento y fue tu hermano a
recoger ropa por tu encargo… ¿lo recuerdas??
Teresa: si, si, ¿qué
pasa con eso?
Diana: el me llamo y me
pidió que lo ayudara a elegir que llevar pues supuestamente yo te conocía más
Teresa: ok sigue
Diana: mientras estaba
en tu departamento, sonó tu teléfono y yo contesté y sin esperar a que yo diga
“alo” o algo ella habló… Angela habló
Teresa: - mis ojos se
abrieron ampliamente y le dediqué todos mis sentidos a lo que Diana me decía – ¿y
qué te dijo?
Diana: dijo tres cosas,
primero que quería saber si estabas bien que tu celular no funcionaba y que se
había matado buscándote, que se sentía muy mal y que estaba demasiado
confundida y que por eso necesitaba hablar contigo, y que te extrañaba
muchísimo
Teresa: ¿y tú que le
dijiste?
Diana: lo siento
Tete…me arrepentí en ese momento, pero sentía que estaba haciendo justicia después
de que tú me utilizaste y me engañaste…pensé que era la mejor forma de
vengarme…pero después me arrepentí pero no fui lo suficientemente valiente para
revelártelo.
Teresa: ¿qué le dijiste
Diana? – la miré intensamente, y ella con los ojos brillosos me miró de vuelta
–
Diana: le dije que te
olvidara que tu habías regresado conmigo y le di las gracias, por haberte
dejado porque ahora si serías feliz con alguien que valía la pena…ella no me
dijo nada sólo colgó y yo me quedé con un par de frases más que le quería
decir…lo siento Tete, se que estuvo mal pero sólo buscaba venganza y me pareció
que aquello era la mejor manera…lo siento
Teresa: - bajé la
cabeza y busqué la mano de Diana, para luego mirarla de frente – está bien, no
puedo reclamarte, quizás yo hubiera hecho lo mismo…te disculpo y gracias por
decírmelo ahora – me acerqué a ella y le di un abrazo y le susurré en el oído –
discúlpame tu por haber causado tanto dolor – me separé de su cuerpo y
agarrándola de los hombros la miré y le sonreí –
Diana: gracias, y ya no
hay rencor ni nada
Teresa: gracias por
eso…ahora me gustaría pedirte una cosa – su mirada de extrañeza no me
sorprendió – no sé donde esta Magno pero por favor búscala y cuídala por mi ¿si?
Diana: - me miró con
ternura y tomó mi mano – está conmigo, está en mi depa, y si Tete prometo
cuidarla
Teresa: vaya, gracias,
yo la quiero mucho, y voy a regresar con ella ya lo veras
Diana: no afirmes cosas
que no sabes, sólo haz lo que tengas que hacer – se acercó y me abrazó
fuertemente – espero que todo sea para tu bien en ese viaje y yo cuidare a
Magno de eso no dudes ni te preocupes
Teresa: gracias – le
susurré mientras me zafaba de su abrazo – me voy, acabo de escuchar la ultima
llamaba para mi vuelo
Diana: si claro, buen
viaje – nos dimos un beso y regresé a la fila –
Me quedé mirando a
Diana mientras me alejaba de ella, cuando de pronto, vi que ella me hacía señas
y sacaba algo de su cartera…me metí entre la gente y regrese a su encuentro.
Teresa: ¿qué pasa? – le
dije con voz enérgica –
Diana: olvide darte
esto
Teresa: - me hizo abrir
la mano y en ella puso la revista – pensé que la botarías – la miré con duda
Diana: tenías razón,
algo sucede con esa revista, cuando la quise botar desapareció y cuando vine
para acá la encontré por casualidad y entonces me dije que esta revista debía
estar contigo y por eso la traje…
Teresa: - apreté la
revista en mi mano y dándole un beso ligero me volví a despedir – gracias, y ya
sabes cuídala
Esta vez me metí a la
fila y ya no miré a atrás, miré la revista en mi mano y atenta a los gritos de
mi hermano de que el avión nos dejaría…me fui perdiendo más y más de la vista
de Diana, y desde lejos le di mi última despedida con una seña y no volví a
mirar a atrás, y con esa revista en mi mano y mirando al frente, estaba
decidida a afrontar lo que siguiera.
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por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
wowww!! excelente. Ojala esta historia tambien tenga su traspaso a libro, como otra de las mejores historias que he leido en este blog.Creo q bien merecido lo tiene. Gracias!
ResponderEliminarPaola de cordoba
Como siempre emocionadísima con ésta historia.
ResponderEliminarVicki..Argentina..
En el capitulo de ayer dije que esperaba que teresa no regresara con angela,pero parece que asi va a suceder y no me gusta nada. Me gustaria que Teresa consiga dejar atrás a Ángela y regrese con Magnolia
ResponderEliminarNunca pensé q una historia me pudiera hacer llorar, pero esta lo consiguió, esta historia es buana y si no lo es se acerca mucho, me gusta.
ResponderEliminarHaidee
R. Dominicana
Este capítulo de hoy también me hizo llorar. Y me encantaría que Teresa se quedara con Magnolia, sería lo más justo. Pero bueno, esperemos a ver como le va a Teresa con Angela.
ResponderEliminarYezi
esto es cruel!!!! yo quiero a magnolia conmigo jejejeje ok no, a mi tampoco me gustaría un final predecible pero no deja de emocionarme la historia. Bety México
ResponderEliminar_ Sentimiento "puro"....este capitulo me ha hecho llorar, nada que hacer, cuando el destino quiere que dos personas estén juntas, es porque así tiene que ser, aunque existe la posibilidad de que una diga "no". Yo espero que Teresa se quede con Ángela. y Magnolia con Diana.
ResponderEliminarPili - Chile
Mi Respuesto
ResponderEliminarSiento que tu historia o ha sido valorada en su medida, me gusta la forma, el estilo y el ritmo en que está escrita, además de lo extenso y la puntualidad en la publicación de cada capítulo. Creo que debería tener mayor puntuación y comentarios, pero creo que las lectoras han pasado inadvertida esta historia. Es una pena porque me parece buena y bien escrita.
Saludos
Lunna
_ Sentimiento puro. Este capitulo me ha hecho llorar, sin embargo, pienso que cuando el destino insiste en que dos personas se unan, es por que así debe ser, mi humilde opinión. espero que Teresa se quede con Angela y Magnolia con Diana.
ResponderEliminarPili-Chile
Buenisima historia! No he parado de leerla me encanta Magnolia, ojala se qued con ella!
ResponderEliminarYa quiero leer el prox cap!
Saludos!
Wen, El Salvador
porfa q no quede con angela noooooooooo muy buena historia
ResponderEliminarEs una de las mejores historias que he leído en este espacio.
ResponderEliminarMe siento tan identificada con este relato, estoy pasando por algo similar, no poder entregar tu corazón a alguien simplemente porque aún no has cerrado un ciclo es muy difícil. Yo también tengo una Angela en mi vida y después de leer este capítulo me dan ganas de recuperar mi corazón.