Un vuelo nocturno como siempre, de esos que me
gustaban, ya estaba en la sala de espera, sólo esperando que dijeran entren al
avión…. Andaba distraída mirando los mensajes picantes que mi futura esposa me
mandaba…me sonreía con una mueca picara
al recordar todo lo que hicimos antes de llegar al aeropuerto, en el auto, en
el ascensor, en el baño, mi mente maquinaba cosas demasiado eróticas para las
muecas tontas que hacía mi rostro, cuando de pronto me entró una llamada
Teresa: ¿Aló?
Ángela: ¿Tete? – su dejo era inconfundible y al tiro
la reconocí –
Teresa: pero si es mi Chilena preferida
Ángela: ¿preferida? ¿Hay más de una?
Teresa: celosa….solo tu cariño
Ángela: - su risa nerviosa se hacía notar – ¡ah!
bueno está bien
Teresa: que pasa hermosa a que debo la llamada
Ángela: bueno hace días que no se de ti, te mando
mensajes y nada, ¿qué fue? ¿Vas a viajar a Perú o no?
Teresa: ¡Uy¡ si hermosa, verdad, perdóname es que
fueron días ajetreados – en un flash recordé todos los momentos con Diana y
pude sentir un calor en mi rostro – pero si…o sea estoy en el aeropuerto
esperando el vuelo para salir a Perú
Ángela: pucha ¿tan rápido? – Su voz cambió de
inmediato –
Teresa: ¿por qué? ¿Qué pasa?
Ángela: no nada…o sea… digo… naaa olvídalo es una
lesera, no es nada, oye qué bueno que vayas donde tu mamá y al final ¿cómo
acepto Diana?
Teresa: no, no, no, espera tú me dices que querías
decirme, no me cambies de tema
Ángela: nada, de verdad es que no era importante,
sólo eso
Teresa: Ángela si bien no te conozco hace mucho,
siento que te conozco lo suficiente como para darme cuenta que algo más querías
decir
Ángela: ok ok…esta bien…nada, sólo que como vas a
Perú, pues no sé, se me ocurrió la idea que quizás… tu… y…. yo no sé podamos
volver a vernos….o sea, no es algo así pensado sino que como vas a estar cerca,
yo pensé….pero olvídalo si….no viene al caso tu vas a ver a tu mamá…olvídalo ¿sí?
Teresa: - la mente se me quedo en blanco, escuché
todo, simplemente no estaba preparada a que lo propusiera – ah…Angi…yo….
Ángela: no, olvídalo, ya te dije, son leseras mías
yo no….
Teresa: sí….
Ángela: ¿si qué?
Teresa: que a mí también me encantaría volver a
verte – un silencio inundó al otro lado del teléfono – Ángela ¿sigues ahí?
Ángela: sí sí, aquí estoy, disculpa….bueno
entonces….cuando llegues a Perú, hablamos más calmado y vemos como hacemos ¿vale?...bueno
te dejo cuídate mucho y buen viaje y…..Tete….te quiero muchísimo, chau.
Teresa: - el sonido de la línea cuando se corta me
lleno los oídos – ¿Ángela?... ¿aló?... ¿chau?
Me colgó el teléfono sin esperar a que dijera nada,
en ese momento pensé que fue por los nervios, pero ahora que lo analizo, lo
probable era que ella quizás temía alguna negativa mía, y prefirió asegurarse,
o no lo sé….lo único que supe en ese momento, era que Ángela otra vez había
logrado mover, remover, y catalizar en unas cuantas palabras, una llamada, la
ignición de mis mariposas en la panza y la ilusión...Otra vez estaba en la
misma situación que meses atrás a merced de la risa, de la personalidad y la
calidez de esa mujer, y un detalle más que en este tiempo que habíamos hablado
nunca nos habíamos atrevido a decir que nos queríamos pero ella lo dijo, ella
dijo que me quería y lo mejor de todo era que yo sentía igual.
Me quedé allí con la mirada a la nada, pensando y
pensando, casi en un par de días había olvidado completamente a Ángela, pero en
2 minutos de conversación había logrado que otra vez, sea ella la dueña de mi
atención y de mis pensamientos, subí al avión casi una de las primeras, esta
vez no me tocó el 6B, sino un asiento casi al final del avión y para mi
beneficio nadie me acompañaba en el asiento del costado….estaba absorta en mis
pensamientos en lo que había pasado en esa diminuta llamada de apenas dos minutos,
la repasaba en mi mente una y otra vez, tan abstraída en esa conversación que
había olvidado llamar a Diana para decirle que ya partía, intenté llamarla
desde el avión pero lamentablemente mi señal era débil….otra vez, me decía a mí
misma, otra vez, Ángela había logrado no solo que le pertenezca mi mente pero
hacerme olvidar de todo y de todos.
Todo el vuelo la pasé despierta, no dormí, pero no
porque no quisiera, era sólo que temía cerrar los ojos y quedar dormida con el
pensamiento de Ángela, temía que sea ella otra vez la que se aferrara a mis
sueños y yo le faltara a la que sería mi esposa, al fin de cuentas yo estaba
decidida a hacer de Diana mi esposa y a Ángela dejarla como mi amiga, sin
esperanzas de nada más, pero entonces ¿qué pasaba?...porque me sentía tan
extrañamente nostálgica, no lo sabía sólo podía pensar en Ángela y sin querer
sentirme con la nostalgia en todo mi ser ¿Qué era esto? En ese momento no supe
que decir, y hasta ahora aún me cuesta aceptar lo inocente que fui.
Casi una semana ya llevaba en Lima, mi mamá estaba
de lo mejor, la operación fue tan sencilla y práctica que en dos días ya estaba
fuera del hospital y lista para la guerra, todo ese tiempo yo hablaba con Diana
y seguíamos con los pequeños detalles que aún faltaban para la boda, mi madre
obviamente poco interesada, nunca quería escuchar, pero al menos había logrado
hacer que fuera a la ceremonia…mientras tanto Ángela y yo hablábamos seguido
pero con un velo de cierta incomodidad, ya no hablábamos como antes, con la misma
confianza, ni nada por lo que el tema de encontrarnos no se había tocado,
además que mi tiempo de partir ya estaba próximo así que no quise insistir
hasta que un jueves en la noche recibí una llamada.
Teresa: ¿hola?
Ángela: Hola, disculpa por la hora ¿te desperté?
Teresa: no, no, para nada, me estaba arreglando para
salir con unos amigos
Ángela: ¡ah¡ vaya, entonces no te molesto
Teresa: no, no, dime para qué me llamaste, yo sé de
esto Angi, cuando una mujer dice, no, no pasa nada o no te molestes, es porque
sí pasa algo y si es una molestia, entonces ahora dime para que llamaste a
parte de sólo por querer escuchar mi hermosa voz – una pequeña risa logré
sacarle y con eso el ambiente se relajó un poco –
Ángela: lesa, nada, que no sé, que ésta semana ya casi
se acaba y no hemos hablado de si nos vamos a juntar o no – aquella frase le
salió casi en susurro, como dudando de decirla o no –
Teresa: pero que tímida mujer, quedamos en hablarlo
pero tú nunca lo sacaste a relucir, por eso yo no dije nada – mentí, el miedo y
timidez era mutuo –
Ángela: ¿yo?... ah bueno, ahora lo saco, este fin de
semana lo tengo libre y no sé pensé que quizás podíamos hacer algo….
Teresa: ok lo hacemos… entonces ¿yo viajo o tu
viajas?
Ángela: ehh no se… yo…
Teresa: un punto medio ¿te parece?
Ángela: creo que sí… no sé….
Teresa: perfecto… ¿te parece en Chile?
Ángela: ah… no sé
Teresa: mujer di algo más que no se….dime… ¿dónde de
Chile?
Ángela: uhmm ¿Iquique?... me han dicho que es bonito
y yo no he ido nunca y está cerca a la frontera con Perú ¿qué te parece?
Teresa: me parece fantástico, en este momento
buscaré el pasaje y lo compró para el sábado ¿no?
Ángela: espera, no vas a pensarlo ¿no vas a
consultar?
Teresa: pensar nada, y a consultar ¿a quién?... ¿mi
madre?... ¿mi novia? ¿Para qué? sólo vamos a reencontrarnos ¿no? – volví a
mentir, yo esperaba mucho de ese encuentro aunque no lo quisiera aceptar –
Ángela: ah sí claro…
Quedamos en viajar el día sábado, teniendo la gran
esperanza que hubiera pasajes para ese día, por suerte así fue, quedamos en
encontrarnos alrededor de las 7 de la noche en un restaurant que por las fotos
de internet se veía bonito y era de comida peruana, “Kuri” se llamaba…al día siguiente
hable con mi madre, aún no recuerdo que
excusa le di para viajar, pero creo que
lo sospechaba porque hasta el día de hoy aún no dice nada, a Diana ni se lo
mencioné, al día siguiente tenía prueba de vestido y todo el fin de semana
estaría en citas de belleza, así que sabía que no tendría tiempo de andar
vigilando mis pasos, y es que para ese entonces yo pensé que sería cuestión de
un día, una cena, la más cara de mi vida
dicho sea de paso, pero una cena al final, porque yo no iba con ninguna
esperanza más que de encontrarme con ella para cenar, quizás pasear por la
ciudad y regresar, pero que equivocada que estaba… es que ahora que lo relato
recién me doy cuenta de lo tonta que fui al pensar que no pasaría nada ¡por
Dios!, viajar kilómetros hacia otro país ¿por una cena?, absurdo total, pero
digamos que en ese entonces no me parecía tan absurdo…tomé el primer vuelo que
salía era en la madrugada y duraba 8 horas, casi maldije a la aerolínea, pero
era la única manera, un pasaje carísimo y un viaje de ida y vuelta que hacía
conexión, al final terminé viajando casi 9 horas pero llegué temprano, era de
día cuando llegué y mi sorpresa fue grande cuando encontré a una ciudad
demasiado bella…me dedique a pasear, a buscar lugares donde quizás podría ir
con Ángela después de la cena , pase por la playa que era hermosa, de arena
blanca y un mar espléndido, definitivamente no podía ser un lugar de sólo un
día.
El día se me hizo corto y cuando me di cuenta ya era
tarde, así que corrí para el hotel para arreglarme para el gran encuentro,
estaba nerviosa y ansiosa, cosas raras en mi, Ángela me hacía sentir vulnerable
y débil, pero aún así no causaba que yo me pusiera a la defensiva, al
contrario, con ella todo era fácil…supuestamente viajaría por un día máximo
dos, pero yo tenía en la maleta ropa para un mes, me probé todo, en nada me
sentía bien, al final terminé optando por lo que pensé se vería bien aunque al
verme al espejo no lo viera tan como yo quería, unos pantalones cafés una blusa
crema la chaqueta de cuero y las botas, lo había pensado demasiado para hacer
más esfuerzo….tanto demoré en la cambiadera que se me hizo aún más tarde, era
ya 15 minutos para las 7 y yo salía
volando del hotel…llegué rápido al lugar 5 minutos para las 7, no había nadie
así que me senté en la mesa que había reservado que tenía vista a la plaza, y
esperé….estaba tan nerviosa que los minutos parecían no pasar, se me hizo
eterna la espera, miraba mi reloj y la aguja no se movía, hasta llegué a pensar
que estaba descompuesto….mi espera, mi poca paciencia y los nervios no me
ayudaban así que me pedí desde el trago más suave hasta el más fuerte….primero
la cerveza, luego el vino y después vinieron los whiskies, pero nada….nada
quitaba mi ansiedad, y yo pensé que de verdad ella no vendría, pero al mirar el
reloj me fije que sólo habían pasado 10 minutos eran las 7 y 10 y yo ya estaba tirando la toalla…me paré de
mi asiento para ir a refrescarme un poco para ver si así lograba quitarme la
tontería, pero ni bien me paré, sentí un pequeño balanceo, y al tratar de
sostener mi compostura me encontré con esos ojos verdes que me cautivaban….ella
estaba allí caminando hacía la mesa, con una blusa azul, su color preferido,
unos pantalones blancos divinos y esa sonrisa que le quedaba tan bien a todo lo
que llevara puesto…me senté de inmediato, y me quede quieta y estoy segura que
mi piel estaba blanca como un papel, ella llegó hasta la mesa y se colocó en
frente de mí para saludar, me estiró la mano y yo no hice nada, sólo podía
pensar en la botella, la copa y los vasos que estaban encima de la mesa…temía
que pensara que estaba borracha o peor, nerviosa…
Ángela: - parada frente a mí con la mano estirada me
dijo – hola… ¿no me vas a saludar?
Teresa:- me puse de mil colores, me paré y me puse a
su costado – perdona estaba distraída, tu belleza es distractora – un piropo
que salvó la situación mientras le hacía señas al mozo de que se llevara los
vasos y copa de la mesa – estas hermosa Angi, ¿te puedo dar un beso?
Ángela: - ella asintió y no se movió así que yo me
acerque a ella y tomándola por el hombro para acercarla le bese la mejilla y
ella hizo lo mismo – ¿nos sentamos?
Teresa: claro – le jalé la silla y esperé que ella
se sentara, mientras yo seguía en mis muecas para que el mozo se llevara los
vasos, pero nada –
Ángela: has estado entretenida por lo que veo – me
lo dijo mirando a los vasos que no podía ocultar –
Teresa: no, es que, no me gusta esperar, me
impaciento, digamos que era para no impacientarme….pero….no estoy borracha no
nada que ver – me toque las mejillas para corroborar que el rostro no me
delatara –
Ángela: no, si se nota que no lo estas,
especialmente por tus mejillas coloradas – me miro dulcemente y yo no pude más
que reír –
Teresa: jajaja, ok me pillaste, no te vayas a
aprovechar de mi, que borrachita soy material violable – la miré coquetamente –
Ángela: no, no te preocupes, no me aprovechare, pero
puedes sentarte porque estando parada no tapas mucho los vasos – me sonreí y
deje mi intento de que viniera el mozo para sentarme –
Teresa: que has hecho mujer, me has pillado
borracha, nerviosa y ahora hasta en situación violable
Ángela: JAJAJAJAJA, mira borracha y violable si lo
pensé pero nerviosa ahí sí que no me lo imaginaba
Teresa: diablos, ¿yo solita me vendi?
Ángela: así es
Teresa: entonces solo me queda una cosa por hacer
Ángela: ¿así cual?
Teresa: matarte a besos para que no digas a nadie
que me pusiste nerviosa – la miré con ternura y ella se sonrojo –
Ángela: - bajo un poco la cabeza pero me miro
intensamente con esas esmeraldas que eran sus ojos – aquí la violable eres tú,
yo no creo que me deje
Teresa: - la mire, con la mirada más coqueta y más
segura que tenía y le dije – ya veremos si te dejas – y sonreí –
La noche paso bastante ligera, el lugar tenía comida
muy buena y con mi gusto casi carnívoro exclusivo, quede satisfecha con los dos
platos que acompañaron mi orden de vino… Ángela comió lo que yo nunca hubiera
ordenado si hubiera tenido que adivinar su orden, pero verla comer, por más
absurdo que suene, me volvió loca, sus labios como se entreabrían para poner la
comida en la boca, sus dientes sin un blanco perfecto se notaban a las justas
lo necesario para morder esos pedazos de comida, su boca un elemento ideal para
saborear cualquier plato o entremés…..creo que toda la noche le miré la boca, y
es que creo que de verdad me tome en serio eso de matarla a besos, una idea que
había nacido por un piropo inocente, pero que en ese momento se convirtió en mi
deseo máximo….un beso, un beso suyo….
Creo que nunca había comido tan lento, de verdad me
tomé en serio eso de masticar mis alimentos 32 veces, hasta las conté, quería
alargar al máximo ese relajo, y es que era un relajo estar con ella….recordamos
todo lo del avión, las conversaciones y un poco más nos pusimos cuando hablamos
del futuro y de mi boda, pero aún así era un relajo estar con ella y conversar
a veces de las cosas más simples y tontas, y luego pasar a cosas tan
importantes como la crisis mundial y la globalización….así era conversar con Ángela,
todo tomaba un sentido propio, todo era importante y al mismo tiempo nada era
importante….el tiempo volaba y de pronto nos encontramos con un restaurante
oscurecido y con los mozos bostezándonos en la cara esperando que pagáramos la
cuenta para ya irnos….se nos había ido totalmente el tiempo y ya era casi la
una de la madrugada, y el restaurante ya había cerrado.
Teresa: creo que se nos hizo tarde – la mire de
reojo mientras ella escaneaba el lugar vacio –
Ángela: no me había dado cuenta que somos las únicas
– la vergüenza le vino al rostro aunque trató de ocultarlo –
Teresa: sip chilenita….somos las únicas, te parece
si nos vamos? – le lance una mirada y ella sólo asintió –
Ángela: yo pago la cuenta – tomo el papelito en sus
manos –
Teresa: ahhh no eso si que no….vamos a mitades…si no,
no vuelvo a comer contigo – le dije mientras tomaba el papelito en mis manos –
Ángela: – me miro con esos ojos verdes como a punto
de lanzarme una carcajada, me tomo de la mano y me quito la cuenta y me dijo – si yo pago, tendrá que haber otra
cena en la que tu tengas que pagar – se sonrió y la vi caminar hacia la caja
dejándome deseando que eso se cumpliera –
A dos o tres pasos delante de ella iba caminando,
extrañamente me sentía muy nerviosa, y con la excusa de estar revisando el
celular me aleje un poco de ella, para poder controlar mi respiración y mis
ansias, ella me seguía tranquila, y yo sólo miraba el celular sin buscar ni
hacer nada, estaba demasiado nerviosa y para mi ese estado era catastrófico.
Era una gran avenida toda iluminada y hasta el día de hoy no sé cómo pasó, sólo
sé que estaba yo ahí caminando alejada de ella y de pronto ella se acerco por
mi costado y sin aviso y de improviso me tomó la mano…si, esa mano que andaba
volando entre mi cadera y bolsillo sin saber dónde meterla…la sostuvo y
entrelazó sus dedos a los míos, mire su mano súper blanca abrazar la mía y me
encanto, miré su rostro y me encontré con una Ángela súper colorada mirando al
frente con el temor de enfrentar mi mirada, así que le seguí….guarde el celular
en el bolso y acomodé perfectamente mi mano a la suya y no sé de donde salió lo
siguiente pero empecé a correr con ella, al principio la estaba jalando pero
después ella siguió mi paso, y trotando llegamos al sitio que yo había visitado
antes, la entrada a la playa, paré casi en seco y riéndome trate de recobrar mi
aliento, y ella sonriente trataba de hacer lo mismo, no había palabras sólo
miradas y entre esas nos entendíamos muy bien….mi mano abrazó mas su mano, no
la había soltado ni por un minuto, y es que su mano era suave, cálida y
demasiado cómoda, y al parecer ella tampoco hacía intento por hacerlo porque su
mano ya había encontrado lugar entre la mía y no parecía querer moverse….con
total maestría me deshice de mis botas y ella de sus zapatos y descalzas
entramos a tocar la arena de esa playa en total oscuridad….la arena era blanca,
muy delgada y demasiado suave, nuestras manos aún entrelazadas, la luna llena
estaba brillante y sobre el horizonte iluminaba todo el mar mejor que un farol,
y ella y yo en silencio sólo disfrutábamos del leve toque de nuestras manos y
de lo romántico de ese momento.
Ángela: es muy bonito aquí – me dijo jalándome para
sentarnos en la arena –
Teresa: demasiado bonito, y ya está cálido aunque
todavía es noviembre – le respondí sentándome a su lado –
Ángela: ya es casi diciembre, vaya…no conocía
Iquique, pero definitivamente me ha gustado y me encantaría regresar – volteó
para verme fijamente –
Teresa: a mí también me gustaría regresar, en unas
vacaciones quizás – la miré con la misma intensidad –
Ángela: con Diana seguro no? – su mano soltó la mía
para acomodarse el cabello y su mirada dejó de contemplarme –
Teresa: a Diana no le gusta la playa, prefiere la
piscina – lo dije seria mientras me miraba la mano que ya no la reconocía como
mía sin la de Ángela entrelazándola –
Ángela: es tarde ya, creo que debemos irnos – me
dijo mirando al frente –
Mi corazón empezó a la latir a mil por hora, era la
taquicardia más acelerada que haya sentido, y que estoy segura hubiera batido
un record y más aún seguro que hubiera sido la aún no descubierta por la
ciencia, ni ella ni yo nos atrevíamos a mirarnos, no le respondí porque sabía
que diría alguna sensatez como “tienes razón, vámonos”, pero a mi razón era justamente
a la que no quería escuchar en ese momento, el corazón me salía del pecho y me
gritaba lo que debía hacer, pero estaba petrificada, congelada, totalmente
estática, mi corazón comandaba pero mi cuerpo aún estaba pegado con la
razón….vi como ella se paraba de mi costado, con la mirada frente al mar y fue
ahí cuando mi cuerpo reacciono a los latidos de mi corazón y a ese bombeo de
sangre incontrolable que lanzaba…me paré de prisa y me interpuse a su vista
fija hacia el mar.
Ángela: - su rostro sorprendido me enloquecía aún
más el corazón – que pasa? – me dijo
Teresa: - la contemple un momento y es que su piel y
la luz de luna eran la mezcla perfecta de colores – eres más hermosa a la luz
de la luna, hasta tus ojos cambian de color
Ángela: - mi mano subió hasta su rostro y acomodó un
pequeño mechón de cabello detrás de su oreja – tú también eres hermosa – me
dijo mirándome con ilusión y ternura mientras yo seguía mi caricia en su rostro
–
Sus ojos verdes me miraban fijamente, ella frente a
mí y yo con la mano en su rostro a quizás 10 cm de su boca, vi como su pecho se
infló y dejo escapar un suspiro, y allí en ese instante mi corazón bombeó lo que tenía que bombear para
llenar de sangre los músculos adecuados y mi cuerpo obedeció a los comandos del
delirante deseo…me acerqué despacio muy despacio hasta quedar a unos escasos
centímetros de su boca, sus ojos se fueron cerrando y los míos con los de ella,
y cuando pude sentir el calor de su aliento en mis labios le dije – sólo un
suspiro basto – y allí en ese instante acorte la distancia y mis labios tocaron
los de ella, mi mano se acomodó en el costado de su rostro y mi otra mano en su
cintura y la atraje más a mí, mi beso era correspondido y era suave, sus labios
se acomodaron a los míos, la tibieza de esa boca y el sabor de esa piel era
embriagante era un simple contacto de nuestros labios…pero era húmedo y
tibio…poco a poco fui dejando lo liviano de ese beso, mis labios dejaron que mi
lengua se hiciera de un lugar en el medio y poco a poco fui metiéndome en el
lugar donde nacían todos los suspiros de aquella mujer….el interior de su boca
era cálido y su lengua se posaba sobre y debajo de la mía y el sabor ya era más
que delicioso era ambrosía pura…su cuerpo se pegaba más a mí y el beso seguía
al mismo ritmo, lento y despacio nuestras bocas comunicaban todas sus dudas, y
nuestras manos dejando la estática empezaron a acariciar nuestros cuerpos….mi
cuerpo pesaba y ella por ser más alta que yo me tenía de puntillas y esa
posición ya había cansado a mis músculos, así que poco a poco dirigiéndola con
mi peso, la fui primero sentando en la arena y luego acomodándola para
recostarla…nuestros cuerpos de costado aún seguían abrazados y nuestras bocas
seguían en la labor de repartirse hasta los más íntimos secretos, trate de
acomodarme despacio sobre ella y de pronto una risa y sonrisa se dibujaron en
sus labios, trate de acomodarme mejor pero la sonrisa seguía allí….abrí poco a
poco mis ojos y su rostro era deliciosamente tierno, sus ojos cerrados y una
sonrisa hermosa en sus labios – estas bien? – le pregunte…pero ella sólo siguió
sonriéndose, me acerqué un poco más para volver a besarla pero ella ahora se
reía en una carcajada ruidosa
Teresa: pasa algo, ¿hice algo gracioso Angi? – mi
mirada era de duda, de temor y de todo lo malo que se puedan imaginar, con su
carcajada ella había logrado mermar mi confianza –
Ángela: - abrió lentamente los ojos y me miró
tiernamente para luego acariciar mi rostro – tengo cosquillas – me dijo en un
susurro, levantándome la ceja – y tengo la arena toda metida en el pantalón, me
pica todo!!!
La miré agraciada y las dos nos lanzamos en una gran
carcajada, me eché sobre ella rodeando con mis piernas su cintura y con una
gran sonrisa la besé otra vez…esta vez un beso de satisfacción un beso de
cariño, de alegría….y aún con los ojos cerrados, con mi frente pegada a la suya
y a escasos milímetros de su boca le dije – vámonos de aquí – ella no dijo
nada, sólo se acercó a mis labios y con eso yo supe que lo deseaba tanto como
yo.
Ángela: Tete hay algo que yo no te he dicho – su
mirada estaba petrificada en la vista del conductor de nuestro taxi –
Teresa: ok, dímelo ahora entonces – le tomé el
mentón para que me mirara y sostuve su mano más fuerte para darle confianza –
Ángela: yo nunca…yo nunca he estado con una mujer….o
sea digo….nunca…de no…
Teresa: ¿nunca en la intimidad?
Ángela: si nunca, pero también nunca en otro
sentido…
Teresa: a que te refieres – la mire con duda porque
de verdad no podía hilar su idea –
Ángela: yo ni siquiera me he besado con una mujer,
es más, nunca pensé que me pudiera llegar a gustar una…bueno hasta que
apareciste tu… yo no…
Teresa: - la mire con picardía y le sonreí – así que
te gusto chilenita – su carita sonrojada valía oro la hice avergonzar tanto que
la obligue a que bajara su mirada – hey, nada de avergonzarse, yo nunca
pregunte y la verdad que no me importa, pero dime…si no quieres esto, nos
despedimos aquí o vamos a hacer algo mas como a bailar o que se yo
Ángela: - me miro con una expresión retorcida en el
rostro – ¿entonces no quieres?
Teresa: - no pude evitarlo y lance una leve
carcajada – ¿tú qué crees?
Me aferré fuerte a su mano y me lancé a darle otro
beso, la tome desprevenida que casi le quité el aliento en ese intercambio de
suspiros, pero al recibir la timidez de su beso me di cuenta de la incomodidad
que le causaba que el conductor nos pudiera ver, así que sólo me acomode un
poco más cerca a ella y entrelace mis dedos y le susurré al oído – ¿ahora qué
crees que quiero amor? – me lanzó una sonrisa de esas tan suyas y a quemarropa,
que no hubo necesidad de decir nada más, ella y yo estábamos en una calle de
una sola dirección y esa dirección nos llevaba a mi hotel.
Teresa: Angi….de verdad si no estás segura podemos
hacer algo más – le dije mientras de la mano la llevaba al ascensor –
Ángela: no tete, si quiero…o sea…disculpa es que….no
sé como
Teresa: – la miré con ternura y mientras cerraban
las puertas del ascensor me acerque a su boca – la piel nos dirá el cómo
Ángela: - ella me devolvió la mirada pero se alejo
de mis labios – Tete yo no he olvidado que te vas a casar
Teresa: - en un segundo me regreso a mi realidad, a
mi presente, a mi vida….todo con ella había sido una hermosa y mágica fantasía
pero ella tenía razón – dios… Angi….tienes razón yo no… dios….- me quedé en blanco mi mente
aún no procesaba que de verdad no tenía ni la menor idea de lo que estaba
haciendo –
Ángela: Tete, yo no quiero nada, me refiero a que no
te voy a pedir nada… sólo dame esta noche, no sé si guste de otra mujer en un
futuro, pero a ti…yo te quiero ahora y así – sus palabras me dieron
escalofríos, pero su mirada me dio fuerza –
La tome por la cintura y la acerqué a mi cuerpo, la
sostuve en el aire, estaba segura, la hice volar hasta mi….y en el centro y en
ese estrecho ascensor, me apoderé de su boca, no le dije más ni trate de buscar
una razón al sin razón que estábamos viviendo, me deje llevar por las mariposas
de mi estómago, por las palpitaciones de mi pecho, y por el aire que sentía que
me faltaba si no besaba esa boca una vez más….el “tin” de la puerta del
ascensor avisándonos nuestra llegada no causo ni distracción ni nada en nuestro
afán de besarnos, queríamos llevarnos en el recuerdo cada detalle de ese beso y
de nuestras bocas…sus manos estrujaban mi espalda como nerviosas sin saber si
ir más abajo o quedarse en ese lugar….sentía su deseo por conocerme más, así
que me separé de sus labios y dejándola con los ojos aún cerrados la saque de
ese pequeño lugar rumbo a la habitación….nuestras manos se entrelazaban una vez
más, yo dirigía el camino y ella acompañando mi costado me sonreía y apoyaba su
cuerpo en mi brazo….mi sonrisa era tonta, tierna, alegre y hasta patética, pero
así estaba yo, con el rostro más estúpido pero a la vez el más ingenuo; si, Ángela
sacó la leve inocencia que aún llevaba en el alma y hasta me atrevería a decir
ahora, que fui la más inocente e ingenua cuando estuve con ella…323 mi número
de habitación y allí estábamos ella y yo en un medio abrazo paradas frente a
esa puerta, la mano me temblaba y la emoción me embargaba, metí la tarjeta no
se cuentas veces pero al fin funciono y esa puerta se abrió….todo estaba un
desastre, mi cambiadera de la tarde anterior había dejado todo hecho un
mercado, todo desfigurado lleno de ropa por aquí y por allá, pero a ella no
pareció importarle, ni se fijó que hasta encima de la lámpara había ropa….traté
de arrimar todo y como llevándola a una dimensión desconocida la hice entrar y
cerré la puerta detrás de ella.
Teresa: disculpa el desorden, tenía mucho afán en la
tarde, y no sabía que ponerme para nuestra cita – la miré de frente mientras la
atraía muy cerca a mi –
Ángela: - me tocó el rostro con sus dedos y me
sonrió tiernamente – no me he fijado en nada, para mí todo está perfecto
Teresa: - la vi intensamente, la luz tenue de la
luna entraba por el ventanal de la habitación e iluminaba exactamente la cama y
nuestros cuerpos abrazados – eres tan hermosa Angi….
Ángela: - me calló con un beso suave y se acerco a
mi oído – me llamaste diferente hace un rato, ¿puedes repetirlo?
Teresa: - me acerque a sus labios y sonriente le
susurre – amor… ¡mi amor!!!
No bastó más, y ella se dejó llevar por mi beso, en
pasos cortos y temblorosos nuestros cuerpos se movían en sincronía sin dejar
que el beso se perdiera en el aire, mi mano sostenía su cintura firmemente
aferrándome a ese cuerpo que no deseaba soltar jamás, sus manos se repartían en
una abrazo alrededor de mi cuello y nuestras bocas no se cansaron de
intercambiar suspiros….su lengua era suave, delicadamente húmeda y su boca
tenía el sabor más dulce que había probado, su beso, su beso me encantaba…me
besaba despacio y yo desesperaba con cada pequeña mordida que le daba a mi
labio…se separaba de mi boca lo necesario para embestirla otra vez con el deseo
necesario para hacerla sentir aún más, no había más sonido en esa habitación
que los pequeños ruidos que hacíamos en cada respirar y pequeño succionar de
nuestras bocas y lenguas…bajé por el costado de su mejilla y me dirigí por el
olor que llevaba su cuello y me pose en ese espacio debajo de su oreja, el
lugar donde llevaba el perfume más delicioso que haya olido, y lo besé…un leve
roce con mis labios en ese lugar y luego un beso más profundo que llevaba en
succión esa piel casi erizada, mientras su cabeza se lanzaba hacia atrás
esperando que llenara de mas besos aquel lugar, ese lugar que en ese momento
era mío y que sólo deseaba llenarlo de las caricias más sublimes, ese lugar
donde quería escribir lo que mi boca no podía decir pero lo que mi corazón
golpeaba en mi pecho con cada latir…despacio fui cediendo a su entregar, cada
beso suyo era una declaración de lo que su timidez no la dejaba expresar, mis
manos subían por su espalda en busca de algún rincón desnudo de su piel para
acariciar a puro tacto…la llevé en pequeños pasos hasta el borde de la cama, la
senté y dejé que me observara, su mirada era suficiente para mi, sus ojos
brillaban y llevaban más palabras que las bocas más audaces…me quité la
chaqueta y seguido me desabroche la blusa quedando frente a ella en mi brasier
de encaje que dejaba entrever mis pezones lanzados al aire por el deseo que
ella me causaba….pasé mi mano por detrás de mi espalda para desabrochar mi
brasier pero ella me detuvo, sostuvo mis manos entre las suyas y se abrazó a mi
cintura….una imagen perfecta iluminada por la luna, ella sentada en la cama y
yo parada frente a ella con su cuerpo abrazado a mi cintura…su mejilla estaba
caliente y la sentía entibiar mi vientre, abracé su cabeza contra mi abdomen y
esperé, sabía que ella no tenía ni la menor idea que hacer y cual boxeador
acorralado se abrazaba a su oponente para buscar en la mente un vestigio de que
hacer de ahora en adelante, pero no dejé que pensara, que sabía que la perdería
si su mente se interponía en ese momento….tomé con mis manos sus mejillas y la
hice verme….fueron quizás segundos solamente los que nos observamos, pero estoy
segura que para ella fueron eternos, como lo fueron para mí… bajó su mirada y
yo pensé que la había perdido en ese momento, que su mente había ganado y yo
había perdido el asalto de que se quedara abrazada a mi cuerpo, pero no, ella
sólo bajo la vista para quedar con sus labios frente a mi abdomen, el cual beso
tan delicadamente y tan suavemente que me hizo temblar de emoción hasta el
último rincón de mi cuerpo; sus manos acariciaron mi piel y ella como dibujando
o escribiendo algo con su tacto tocaba muy despacio toda esa piel…subió sus
manos por mi abdomen para luego encontrarse con mis pechos…sentí como su palma
pasaba por encima de mis pezones erectos sin detenerse y allí mismo lancé un
gemido al aire, su tacto me estaba volviendo loca y mi cuerpo no lo ocultaba,
mi piel erizada se aletargaba y mis ojos cerrados trataban de guardar un poco
de cordura a la locura que sus manos causaban en mi.
Ángela: nunca he tocado a una mujer pero sentirte a
ti es delicioso – me lo dijo en voz baja mientras sus manos subían de mis
pechos a mi cuello – tienes un cuerpo maravilloso – me seguía hablando despacio
mientras con dos dedos acariciaba mi clavícula marcada en mi piel – estas
temblando pero tu piel está caliente…acaso tienes frio? – seguía en sus
caricias a mi clavicula, hombros y cuello mientras de mi boca sólo salían
pequeños gemidos
Teresa: no…no tengo frio, tiemblo porque… mmme
tocas… demasiado bien – logre decirle mientras encaraba su mirada que desde
abajo esperaba mi respuesta –
Ángela: nunca he hecho esto, pero el instinto me
hace querer tocarte así – me dijo mientras una de sus manos bajaba por mi espalda rozando lo preciso y exquisito
–
Teresa: ahhhh….amor….si sigues tocándome así voy a
enloquecer – su boca se posó sobre mi ombligo y sentí su lengua penetrar ese
agujerito, mientras su mano se posaba en una de mis nalgas y la apretaba con
descaro –
Ángela: tu piel tiene un sabor particular… ¿la puedo
probar? – me dijo mientras yo seguía en el delirio de esas caricias perfectas –
Teresa: ah sí… ah sí amor… prueba… pruebame – lo
dije demasiado excitada porque sentía que esa lengua suya era de fuego, y allí
ella me volvió loca, con la punta de su lengua bajo hacia la pretina del
pantalón y recorrió todo el borde y yo sentí que moriría allí de placer –
Ángela: dibujaría mi nombre aquí con mi lengua – me
dijo mientras yo casi desfallecía – o quizás aquí – seguía diciendo mientras su
lengua ahora subía por el centro de mi abdomen – pero creo que me gustaría
mejor aquí – lo dijo cuando la punta de su lengua paso del borde bajo de mis
costillas para irse al centro y pasar entre mis dos senos – creo que este es el
mejor lugar – me dijo mientras se paraba de la cama y quedo con su rostro
pegado a mi pecho y me besó desaforadamente.
Sus besos estaban alimentando el latir de mi pecho,
el deseo en mi vientre y la locura en mi mente…ella besaba los bordes que el
encaje negro del brasier marcaba en mis pechos y con cada beso su lengua dejaba
un sentir particular…la mujer que dijo que no sabía nada de amar a una mujer lo
estaba haciendo demasiado bien, pasó sus manos abrazando mi espalda y sentí
como sus manos se juntaron al centro para desabrochar ese brasier…lo jaló
despacio sin dejar de besar esos contornos, y de pronto lo dejó caer….y ella se
quedó estática, se quedó viéndome el torso desnudo sin decir nada, su mirada no
la podía describir solo estaba allí perpleja sin parpadear mirándome
Teresa: te sientes bien – le tomé el costado del
rostro y la hice enfrentar mi mirada – ¿Angi?
Ángela: eres hermosa Tete, y ahora sí… no sé qué
hacer – bajó la mirada y sentí en el temblor de sus palabras que aquello que
decía era cierto –
Teresa: mi amor, mírame – levante su rostro por el
mentón y la obligué a verme – para eso estoy aquí, para guiarte, no te
avergüences – tome una de sus manos y la coloqué encima de uno de mis pechos –
como se siente?
Ángela: ah… Este… suuua a ave… si… su u uave… delicado…
- me miró intensamente como esperando que yo dijera algo más pero no hubo más
que decir –
Con su mano sosteniendo mi pecho posé mi cuerpo
sobre el de ella y arrastrándonos en la cama nos colocamos en el mismo centro,
yo sobre ella con la mirada fija en sus ojos verdes, no dejé que soltara mi
pecho mientras con mi mano iba desabrochando esa blusa azul, botón a botón iba
saliendo y ella sólo observaba como lo hacía…su mano soltó mi pecho sólo para
dejarme quitarle la blusa y ella misma se puso de costado para que yo lograra
alcanzar el broche de su brasier….despacio fui deslizando los tirantes por
encima de sus hombros, llenándome de la caricia de esa piel tan blanca, esa
piel que desde el primer momento que la conocí deseé tocar… su brasier se dejó
caer como lo hiso su blusa y su torso totalmente desnudo me dio una de las
imágenes que mejor llevo guardadas y grabadas en mi memoria de ella….sus pechos
con esos pezones rosados alzados hacia mí…y ella con la timidez que le daba mi
mirada, tratando de cubrírselos de alguna forma….yo sólo deslice sus brazos a
sus costados y le dije en un susurro: “no te cubras que así desnuda eres más
hermosa”…y ahí en ese instante podría jurar que vi un destello, una luz en sus
ojos verdes….no esperé más y me acerque a esa boca a la que ya extrañaba, y la
besé otra vez, con la misma suavidad que ella me había demostrado, con la
delicadeza que ella merecía y con todo el deseo que ella me producía…un beso
prolongado y sentido, que parecía eterno pero perfecto….mi boca se movió
ligeramente de sus labios para bajar por su mentón para luego seguir por el
centro de su cuello, el cual llené de besos suaves, que parecían caricias,
quería que ella sintiera que entregarse a una mujer no era cuestión de lujuria,
era cuestión de entregar caricias, era cuestión de hacer sentir fielmente a la
piel comandado por la sutileza que sólo las mujeres poseemos…y creo que lo
demostré en cada uno de los besos que le
di y en cada una de las caricias que le entregué…porque no hay necesidad de
dejar en claro que se desea a un persona con besos calientes…esos ya llegan
después en lo espontáneo del acto de amar a una mujer….cuando se quiere eso se
debe demostrar que se quiere uno entregar para eso sirve hacer el amor, para
entregarse a la persona que se quiere….y yo lo hice me entregué y entregué todo
de mí en esos besos.
Bajé por su centro y besé con delicadeza sus
pezones, los contuve un momento con mis labios para luego con mi lengua
hacerlos sentir la humedad de mi boca, abrí un poco más mi boca y metí todo ese
conjunto para saborear el carácter de esa mujer…si, saboreé su dulzura, esa
dulzura con la que me trató, saboreé su locura, si, esa locura con la que me
cautivo, saboreé su razón, si, esa razón con la que supo medir que esta noche
sería la indicada…mi manó estrujaba su otro pecho y ella sólo se dejaba caer
más sobre la cama, su boca revelaba a la brisa de esa habitación que mis
caricias eran las correctas, que mi tacto la hacía sentir como una mujer debe
sentirse…pase de un pecho al otro y en ese juego de combinación ella se
apoderaba de mi espalda desnudándola de inhibiciones con cada sentir de sus
uñas….la locura eran las sensaciones que primaban, la locura de saber que no
nos pertenecíamos pero aún así nos entregábamos…bajé de sus pechos que
enrojecidos y llenos de mi saliva los dejé en una última succión, los abandoné
para seguir por ese abdomen que adornado de sus formas nada perfectas me
llamaban para descubrir el camino hacia el sur…disfruté de cada beso que di, de
cada simple roce en esa piel que se erizaba cada vez más y que para mí se
iluminaba de un blanco más intenso aún, pude sentir que me metía debajo de su
piel y cuando llegué a su ombligo no pude evitar la tentación de acariciarlo
con mi lengua…leves cosquillas cause pero las justas y necesarias para lograr
poseer las mas preciosas caricias de sus manos en mi espalda….su boca emanaba
los jadeos que ya dejaban de ser silenciosos… desabroche despacio el botón de
su pantalón, poco a poco fui abriendo la cremallera y me encontré con una ropa
interior suave que dejaba de alguna manera traslucir lo que debajo se
escondía…despacio fue desprendiendo de sus caderas la tela de ese pantalón, fui
bajando por sus muslos acariciando su piel blanca, para luego seguir por sus
piernas…tela que abandonaba su piel, era piel que yo no dejaba sin besar… desde
abajo podía observar como estrujaba los dedos de su mano y uno de ellos lo
llevaba hasta su boca y lo mordía como para aguantar o tratar de alguna forma
resistir un poco más todo el sentir que yo con mis caricias le provocaba….por
los aires voló el pantalón y con él volaron sus inhibiciones… se paró de la
cama para por los hombros llevarme a recostar, de costado las dos mirándonos,
yo tocando su piel suave y ella observando
la prenda que me evitaba estar igual que ella… la ayude con el botón de
mi pantalón y con la tarea de deshacerme de él…y allí estábamos las dos a una
sola prenda de quedar vestidas de nuestras desnudez.
Ángela: nunca me hubiera imaginado que esto pasaría
– me lo decía mientras me acariciaba la piel de mi brazo –
Teresa: yo sólo pensé que sería la cena más cara de
mi vida, pero ahora que estoy aquí y así contigo, hubiera vendido mi alma al
diablo si hubiera tenido que venir del fin del mundo solo para verte una vez
más así – se lo dije acercándome un poco más a su cuerpo con mi mano bien
sujeta a su cintura –
Ángela: - me acerqué con los ojos cerrados hasta la
piel de su mejilla y mis labios a su oído y ella cerrando los ojos me dijo – me
encanta como te haces sentir casi sin sentir
Teresa: - le di un pequeño beso en su oreja y luego
le susurre – te quiero princesa
Ángela: - su mano se apretó a mi brazo al que tenía
acariciando y sentí como los músculos de su cuello se fueron tensando como para
evitar que su voz se entrecorte – dilo otra vez por favor
Teresa: te quiero Ángela, te quiero más de lo que
puedo reconocer, eres mis mariposas en la panza, mi sonrisa de la mañana, mi
suspiro de las tardes y mi pensar sin cesar… ¡TE QUIEROOOOO!!! – lo grite a las
paredes de la habitación con una gran sonrisa, aunque en ese momento deseé que
todo el mundo lo supiera –
Ángela: - con una leve sonrisa y carcajada, y sin
abrir ninguna aún los ojos y aún pegadas nuestras mejillas, me dijo – Yo
también te quiero peruanita linda, y ahora deja de hablar y bésame – y mientras
decía estas palabras me tomó por el rostro y me separó de la calidez de
nuestras mejillas pegadas y mirándonos de frente nos volvimos a besar –
Se aferró a mi cuerpo, nuestras pieles pegadas no
daban espacio ni para que pasara un rayo de luz, nuestros cuerpos totalmente
aferrados de costado se movían al ritmo de nuestras respiraciones agitadas, sus
pezones erectos presionaban mi piel como queriendo penetrarla…nuestras bocas
jugaban a poseerse, el beso no era fuerte pero si era sensual, su lengua se divertía
dentro de mi boca y yo a veces me aferraba a esa lengua en un succionar que
hacía que su mano bajara aún más por mi espalda hasta el borde donde inician
mis nalgas..pasé de ese beso que me quitaba la vida en cada arrancar de jadeos
y pasé a su cuello, mordí esa piel y bese con intensidad ese pequeño espacio,
bajé a su hombro y mordí ese lugar, me aferre a su espalda y me quede besando
ese hombro, mientras mi mano iba bajando por su espalda hasta que se perdió por
debajo de la única prenda que Ángela todavía llevaba puesta…metí mi mano entre
esa tela y su piel y estruje su nalga mientras me seguía perdiendo en el beso y
mordidas a su hombro y cuello, ella no dijo nada, no había necesidad, sus
gemidos, sus jadeos y su cabeza lanzada atrás eran suficientes para darme
cuenta que lo que deseaba era que la besara aún más…con maestría bajé esa única
prenda que me separaba de tener a esa mujer completamente desnuda, y
separándome un poco de su cuerpo, dejé escapar esa última ropa, y ella guiada
por mis acciones también se atrevió a por fin bajar sus manos de mi cuello para
llevarlas por la espalda hasta tocar mis nalgas, que con la ayuda de mis manos
la dirigí para hacer que ella también me quitara esa tanguita, el último
elemento para quedar completamente desnudas.
Un enredo de caricias, un cuadro abstracto de unos
cuerpos desnudos entrelazados, eso era lo que se observaba encima de esa cama,
su pierna enroscada en mi cadera y mi cabeza hundida en su pecho…me llevé esos
senos otra vez a mi boca, otra vez succione ese pezón hasta hacerlo estirar de
la piel que lo llevaba sujeto a ese monte, lo mordí y lo acaricié con mi
lengua, ella no decía nada solo disfrutaba y yo podía sentir que su humedad iba
creciendo, mi muslo empapado me lo decía pero también me lo decía mi propio
cuerpo que estaba a punto de explotar de tanto placer que entregarme a esa
mujer me daba… sus manos se escondían otra vez en mi espalda y en la
incomodidad de un abrazo tan apretado, ella halló la forma de sostener mis
pechos, de apretarlos mientras yo seguía en la labor de comerme los de ella,
abstracto como decía, todo lo que se formaba era una imagen abstracta pero
totalmente completa…sentía sus jadeos ir en aumento…y con ellos mis deseos de
besarla entera…la acomodé a mi gusto en la cama y posándome encima de ella dejé
que mi seno acariciara su rostro, luego pasara por su boca y luego bajara hasta
sus pechos donde me apreté en un abrazó…regresé a su boca a besarla con la
pasión que consumía mis entrañas y la sed de beber aún más de la calidez de su
boca, su lengua rozaba la mía y en un remolino jugábamos a poseer nuestras
bocas…su mano bajaba tímida por mi espalda para posarse en una de mis nalgas,
la que apretaba con fuerza para causar que mi cuello se estiraba al cielo con
cada apretón y ella aprovechaba para besar de él cuando a la altura perfecta me
tenía…yo deseaba más de esa mujer, deseaba sentir cada olor, cada sensación y
emoción de entregarnos…y es que mi propósito ahora era hacerla transpirar mi
nombre por cada poro de su piel cuando la llevara al éxtasis.
Fui bajando despacio de su boca, a su cuello y en
cada beso mi lengua dejaba la marca de la saliva que marcaba la ruta hacia el
descenso…llegue a la base de su cuello que mordí con pasión mientras su boca me
llenaba de gemidos de éxtasis, susurré a su oído que sería mía y ella entre
jadeos solo confirmo que así lo quería…bajé por entre sus pechos que besé con
dulces toques de mis labios, mientras mi mano ya iba en dirección del centro de
su abdomen hasta la mata de vellos de su pubis…primero fue un dedo el que se
apresuró a probar la humedad, y cuando paso por sobre la superficialidad de esa
rajita… el gemido que mojo mi entrepierna me hizo temblar….esa mujer estaba en
los cielos del desear…y yo hasta allí volaría para no dejarla aterrizar… fui
acariciando con la yema de mis dedos ese botoncito que como consciente de mi
tacto se acomodaba a mis dedos, lo apreté contra mis dedos y el cuerpo de mi
amada respondió con los pequeños meneos y saltos de sus caderas…poco a poco fui
cediendo al movimiento de las caderas de mi mujer y con ellas yo llevaba el
ritmo de la danza de pertenecernos en ese momento… mi boca incrustada en sus
senos fue descendiendo mientras la sincronización de mis dedos no paraba su
labor en ese pedacito de carne….mi boca y mi lengua dejaron la seguridad de
esos pechos y se arriesgaron a la llanura de su abdomen que llene de besos y
esperanzas, y escondí mi lengua en el ombligo de todos mis deseos….mi boca como
dirigida por el olor embriagante de esa piel…seguía un camino no conocido, pero
tan familiar como el recorrido de mi pasos….bese sus caderas, que temblaban en
mis besos, y reaccionaban al aún pendiente toque de mis dedos….sus gemidos eran
armonías de hermosas melodías y mi sinfonía sería el regalo cuando llegara a
esa entrepierna….besé delicadamente esa mata de vellos y con total delicadeza
abrí sus piernas…y se abrió frente a mí la razón de mis delirios, se abrió
frente a mí la piel de mi mujer y antes de adentrarme en la brillantez de ese
lugar empapado… le di una última mirada a su cuerpo que se elevaba en el aire y
mis brazos sosteniéndose de sus muslos me fueron acercando a su rajita….el
primer toque lo hice despacio… mi lengua se posó sobre ese lugar de deseo y
su piel reacciono inmediato… el temblor
de su ser y sus manos aferrando mi cabeza a ese lugar me hicieron casi
enloquecer… mi lengua levantaba ese pedacito de carne primero con casi un roce
luego con un apretar y luego el succionar… cada succión era un gritito en mis
oídos cada roce era un contoneo de profundidad de sus caderas y cada apretar
era su abdomen llenarse de mas deseo… mis dedos sin saber ya donde esconderse
fueron poco a poco apoderándose de la entrada a su intimidad… poco a poco
mientras los contoneos crecían en intensidad, mis dedos iban degustando la leve
entrada al lugar de donde provenían todos los fluidos de deseo…entraron poco a
poco en un par, y casi sin resistencia se deslizaron al interior….las paredes
de ese lugar apretaban mis dedos con la delicadeza que todo su cuerpo
emanaba…cada entrar y salir, sumado a las succiones del fluido de sus deseos y
del punto de contacto del éxtasis… llevaban a Ángela a un movimiento casi
psicodélico de su cuerpo… mis brazos se aferraban a sus caderas indomables y mi
boca no perdía contacto mientras mi mano se movía en su labor de buscar
profundidad… la velocidad aumentaba, mi lengua parecía de fuego y mis dedos
tocaban casi todo el interior, sentí su cuerpo contraerse y en un segundo ella
estaba ya sentada sobre mis dedos… de arriba abajo veía como sus senos se
movían al compas de sus movimientos…yo aferrada a su cuello y pecho seguía con
mis dedos buscando más profundidad….besé su boca y sólo obtuve gemidos
sentidos….todo indicaba que el éxtasis no tardaría pero yo quería a esa mujer
terminando en mi boca.
La acomodé sobre mi rostro y sosteniendo una de sus
manos entrelazamos los dedos y yo con mi lengua hice la proeza de hacer vibrar
a ese clítoris, mi lengua se repartía entre el entrar a su intimidad y revolver
en un remolino a su clítoris… Ángela se apretaba los senos dejándolos todos con
las huellas de sus dedos….su piel brillaba del sudor y sus ojos cerrados no
dejaban ver que estaba a punto de llegar….su rajita totalmente pegada a mi
rostro me bañaba en los más exquisitos juguitos y su olor personal se me metía
dentro de la piel, sus caderas moviéndose de adelante hacia atrás apretaban más
su clítoris a mi lengua y yo aferrada de sus nalgas quería más sentir….su mano
apretó fuerte la mía y como un río de sensaciones los más ricos manjares
llenaron mi boca…un grito sentido se escucho en toda la habitación y mi mujer
aferrada a la cabecera de la cama, jadeante gritaba mi nombre mientras el
orgasmo venía arrebatándole la última de sus inhibiciones….se había dejado amar
por una mujer….Ángela se había dejado amar por mí.
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he quedado simplemente sorprendida gratamente por tu historia desde el primer capitulo, sin poder comentar nada en los anteriores hasta éste que he devorado sin miramientos.Me has dejado flotando envuelta en tu relato, en la forma tan amena en la que desarrollas y entrelazas los aconteceres de las protagonistas.
ResponderEliminarGracias, y mil gracias! Me EN-CAN-TA !!
Daniela
Buenos Aires
Wauuuuuu me facino.que hermoso describe tan lindo amor mmm que sexy encantada sin duda me facina
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