Nueva Administración - Oriana - 5

Capítulo 5

¿No, sé?...la fecha coincide con la colocación de los corrales para las gallinas….pero…¿no recuerdo gastar tanto dinero?.- indico Terry observando las notas de la pasada administración.

Eso es lo mismo que pienso yo….¿cuánto exactamente en materiales necesítate?.

Solo fue malla, madera, alambre, laminas para el techo, nidos, bebederos y comederos…..ahhh claro, las gallinas y su alimento.

Todo eso fue un total de ¿$14.000?.

¡Claro que no!....a lo sumo serian solo $5.000.- con asombro aun observando los papeles en sus manos

Entonces… él incluyo algo más en esta cuenta.- dijo Carol mientras secaba el sudor de su frente con un pañuelo, estaban sentadas en el porche, ya que Terry se había acercado a ella cerca del medio día, justo cuando hacía más calor. En ese instante observo sobre el piso de madera una araña que estaba con cautela acercándose a ella, una ola de pánico la inundo, estaba petrificada, ella sufría de miedo a los insectos y esta araña a pesar de ser pequeña, a sus ojos era como una tarántula, presa de terror y de manera intuitiva se aferro a la espalda de la mujer a su lado, literalmente enterró sus uñas, mientras intentaba subirse a ésta.

Terry estaba concentrada leyendo una y otra vez las cuentas expresadas en los documentos, de repente sitio un dolor fuerte en su espalda, junto a un peso poco usual tratando de escalar sus hombros.- Ahhhhh….¿Que estás haciendo?.- quejándose del dolor y asombrada por la reacción de Carol.

U….¡una araña!.- indico con voz entre cortada, señalando el lugar en el piso donde se encontraba el insecto.

¿Qué?.- busco rápidamente con sus ojos hacia el lugar donde indicaba la otra mujer, al instante noto una pequeña araña, detenida en un listón de madera.- ¿es una broma verdad?......esa araña es del tamaño de una moneda.- girando para observar el rostro en pánico de Carol, quien se encontraba aferrada a su espalda.

No importa ¡mátala!.... ¡mátala!.

¡No voy a matarla!….¿Estás loca?.- expreso Terry

Si no lo haces, voy a subir por mi insecticida.

¿Tienes un insecticida?....¿pero qué clase de persona eres?.

¿Cómo qué clase de persona soy?...¿qué tiene de malo?

Tiene todo de malo…odias a la naturaleza…y ¿vienes a trabajar en un Rancho?.- en ese instante la araña comenzó a moverse y Carol casi trapaza sus uñas en la espalda de Terry.- ahhhh…..estas matando mi espalda….¡basta!.- indico para levantarse y con una de las hojas mover la araña hasta enviarla fuera del piso de madera, de regreso a la tierra debajo de esta.- listo…vez, no hace falta usar un insecticida.- le indico a Carol, que se encontraba encima del banco aun presa del terror.

Gracias.- soltando un profundo suspiro.- siento haberte lastimado…..otra cosa….yo no odio a la naturaleza.- acoto

¿No?.......¿y qué haces con un insecticida?

Es diferente…….son insectos y les temo.- Carol trato de dar su punto de vista.

¿Es diferente?….son animales Carol, ¿por qué tienes que atacarlos con un veneno si no te están haciendo nada?.

Porque les temo….no me escuchas…..puedo tolerar cualquier animal….menos insectos.- dijo casi al borde de las lagrimas.

Pero ningún insecto va a atacarte aquí……solo hay cucarachas, y esas pequeñas arañas, nada de eso te hará algún daño.- indico en tono más suave, el avistamiento de las lagrimas de la otra mujer le hizo un nudo en su estomago y por alguna razón no quería verla derramar ninguna.

Pero es algo inevitable para mí.-angustiada

¿Cómo es eso de que puedes tolerar cualquier animal?....¿a qué te refieres?.....¿no les temes?.- pregunto curiosa Terry.

Ohhhh, bueno…yo les temo, pero no de la misma manera, es decir, me da miedo que me ataquen, pero con los insectos es diferente.

Maravilloso.- espeto Terry, sacudiendo su sombrero aun de pie.

¿Qué?.- pregunto Carol, sin comprender el significado del comentario.

¿Cómo piensas llevar la administración de un racho, si le temes a todo lo que te rodea?

Eso es…..¿quieres que me marche?.....por eso es la acusación de que odio la naturaleza.- Carol a la defensiva.

No he dicho eso.

Si lo dijiste….¿pero cómo te atreves?.- furiosa.

Si quisiera que te marcharas, lo habría hecho la noche que me disparaste.

¿Y porque no lo hiciste?.- desafiante

Terry se había hecho la misma pregunta varias veces, esa habría sido su reacción natural, además era la esperada por todos; pero no pudo, algo dentro de ella la detuvo, al igual que ahora, porque si Steve o Peter le estuvieran hablando así, los habría matado, pero rápidamente comprendió que Carol estaba aun aterrada por la araña, y estaba diciendo todo en modo defensivo, sorprendida de su propia comprensión para con la otra mujer, respondió.- el rancho te necesita.- para luego colocarse el sombrero y dejar a Carol sola en el porche.

Carol sintió el peso de sus propias palabras, había sido grosera con Terry, a quien no sólo le disparo, si no que ahora había lesionado con toda seguridad su espalda, y ésta en ambas ocasiones había sido tolerante.

Carol estuvo el resto del día pensando en cómo podría disculparse con Terry, no quería tener diferencias con ella, de alguna manera a ella le agradaba estar cerca de la otra mujer, tan fuerte, segura, astuta; tan diferente a ella misma, que le temía a casi todo, con fobia a los insectos, y con un carácter débil, aunque en ocasiones podía tener un enfrentamiento con otra persona, sin embargo esa no era su constante, y lo sucedido al medio día le oprimía la conciencia.

Terry entro en la cocina ya cerca de las siete de la noche, se percato al instante de la presencia de Carol, ésta se encontraba ayudando a Louis con la cena, la observo y Carol le devolvió una mirada tímida y que expresaba pesar.

Terry…cariño, quítate las espuelas al entrar en la casa.- indico Sure acercándose a su hija, cuando paso la mano tiernamente por su espalda, su hija se quejo.- ¿Qué te sucedió?

Nada mamá...es que me lastime en el establo.- indico Terry apartándose de su madre.

¿Déjame ver?.- acercándose a Terry

No….deja, solo es un rasguño leve.- separándose de su madre, si esta veía las uñas marcadas, no habría manera de que entendiera lo que realmente sucedió, ella pensaría que fue durante un orgasmo, de pronto detuvo sus pensamientos, ¿desde cuándo estaba ella pensando en orgasmos y uñas enterradas?, solo se dispuso a ir a la sala y quitarse las espuelas.

Una vez llego a la sala, se sentó en un sillón y procedió a quitar los ganchos de sus botas, al instante Carol entro y se detuvo junto a ella.

Lo siento….de verdad Terry, no quise hacerte daño….es que tengo esto contra los insectos, además fui grosera contigo.- dijo en tono suave, observando cómo Terry ni levanto su cabeza, continuaba quitándose los ganchos “genial…me odia” pensó, de pronto Terry se levanto del sillón.

Es fobia a los insectos y debes trabajar en ello….escucha no voy a negarte que me irrito lo que dijiste, pero en fin, estabas aun aterrada por una mísera araña…..olvídate de mi espalda, he sufrido heridas peores, te lo aseguro…..pero si realmente quieres llevar a cabo este trabajo, deberás hacer un esfuerzo y acercarte a los animales, sacar ese miedo, de lo contrario todo te resultara muy difícil.

Lo sé, y lo entiendo…..aunque el nacimiento de aquel ternero no me asusto.

Qué bueno…..empieza con los caballos y luego con otro animal.- índico para pasar a su lado e ir hasta el baño a lavar sus manos.

Gracia Terry….de verdad agradezco tu comprensión.- dijo Carol rápidamente antes que la otra mujer se marchara.

Por nada.- indico Terry girándose y dándole un pequeño giño de su ojo, luego se marcho.

Esta vez fue el momento de Carol para casi desmayarse, el giño fue la cosa más atractiva que observo jamás, el andar de Terry no le era indiferente y en la tarde cuando puso sus manos en su espalda, constató los músculos y firmeza que ésta tenia. Giro rápidamente su cabeza tratando de alejar esos pensamientos, que estaban siendo una constante cada día que pasaba.

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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Oriana Derechos Reservados

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