La Huella - María - Cap 12

Capitulo 12

Esto ya no podía continuar así, extrañaba horrores a Sol. Hacia una semana que no la veía. Pero si hablaba por teléfono, no era lo mismo pero al menos tenía su voz. Sol había tenido que salir de viaje por trabajo. El solo pensar en Flor me daba mucha culpa y estaba siendo una cobarde por no enfrentar lo que me esperaba, tenía que dejarla libre para que haga su vida con una mujer que la amara como ella se merecía.

Me dirigí al hospital para hablar con ella, hoy era el día, en la semana no la había visto mucho. Paseaba por los pasillos buscándola pero ni rastro de ella, fui a la mesa de recepción

-         Buenas tardes, ¿la Dra. Fernández se encuentra?

-         Buenas tardes, a ver que verifico – fue hasta su computadora y me miro – si ella se encuentra en el hospital

-         Gracias, ¿y sabría en donde la encuentro?

-         Generalmente están en la sala de descanso, por allí en esa dirección – señaló con su dedo hacia mi derecha

-         Muchas gracias, hasta luego

Camine por la dirección que me indico y habías varias puertas pero en ninguna decía sala de descanso o algo por el estilo, tampoco sabía si tenía que decir algo, algunas estaban bajo llaves, otras eran habitaciones con pacientes en ellas.

-         Esto es como encontrar una aguja en un pajar- dije en voz alta ya buscando una habitación abierta, ya en la última puerta la abro sin esfuerzo alguno.

Estaba apenas iluminado pero lo suficiente para ver lo que había dentro. La sorpresa fue tal haciéndome quedar tan quieta que no podía reaccionar, capte la imagen en mi cabeza con un rayo que parte un árbol en plena tormenta.

Apenas logre moverme Salí de la habitación, buscando la dirección por donde había llegado ahí.

Camine hasta una plaza, me senté, ya no tenía fuerzas para caminar más, no sentía mis piernas responder más, aun no creía lo que había visto, pero era Flor, ella estaba haciendo el amor con otra mujer, conocía su expresión de placer, la conocía cada detalle de su cuerpo como para saber que era ella, su hermoso tatuaje de rosas en la espalda se veía muy bien.

No sabía que pensar, todo me pasaba muy rápido por la mente, Sol, Flor, la mujer desconocida, mi infidelidad, la infidelidad de Flor. Todo iba muy rápido.

Necesitaba pensar con claridad, creo que las cosas ya estaban dichas, yo con mi cargo de culpabilidad mientras que Flor no tenía remordimiento alguno. Tenía muchas preguntas, y Flor me las iba a contestar a todas.

Al llegar a casa noto el coche de Flor estacionado en la vereda, entro buscándola y la encuentro en la cocina, voy hasta ella.

-         Hola cariño – me saluda con un pico.  No podía creer lo fría que era

-         Muy bien ¿y vos? – ella iba de un lado a otro en la cocina – ¿cómo fue tu día en el hospital?

-         Cansador y aburrido, ¿tu día?

-         Sorprendente. ¿Cansador y aburrido? No lo parecía – deja lo que estaba haciendo y me mira no entendiendo nada

-         ¿Perdón?

-         No puedo entender lo de cansador y aburrido cuando tuviste mucha acción

-         ¿Acción?, ¿mar estás bien? – ella ya se había sentado mirándome, yo no me había movido de la puerta.

-         Si, acción o debería decir revolcón en la habitación 216 – Flor palideció en un segundo.

-         Y yo… - las palabras no salían de su boca solo estaba ahí mirándome fijo

-         ¿Desde cuándo sucede esto Flor? – le pregunte tranquilamente, no estaba enojada ni furiosa, solo dolida de que no me lo dijera dejándome a mí el cargo de culpa total de engaño

-         Mar,, yo… no sé qué decirte

-         Solo dime desde cuando sucede esto – me senté enfrente de ella

-         ¿No estás furiosa, enojada? Creo que eso me asusta – una sonrisa de cansancio apareció en mi boca

-         No no lo estoy – mis dedos masajeaban mi cien que estaba a punto de explotar – ¿estás enamorada de ella? – sus ojos se encontraron con los míos y un destello apareció en ellos y eso confirmo mi sospechas – Es Andrea, ¿verdad? – la afirmación salió de mi boca sin pensarlo.

Sabía que era ella, desde ese día de la cena, yo estaba tan concentrada en Sol que me perdí parte de la cena, pero cuando trataba de mi mirar a Sol miraba a Flor y ella estaba radiante como nunca estuvo, no le preste atención porque estaba concentrada en mi misma

-         Si es ella

-         ¿Desde cuándo Flor? – hice la pregunta temiendo la respuesta porque la respuesta podría cambiar todo

-         Eso no viene al caso Mar

-         Desde cuando Florencia – mi voz sonó fuerte y dura sorprendiéndola

-         7 años

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La Teta Feliz Historias y Relatos ® María Derechos Reservados

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