Capítulo 4
No dejaba de mirar la hora, en breve era la
reunión con Sol, la mañana se me estaba haciendo eterna, ni los segundos
pasaban más. Me había probado todos los trajes y no me desidia con cual
quedarme, al final opte por un traje blanco, que hacia resaltar mis ojos
azules, deje mi pelo suelto, que en general lo uso así.
Era una tortura esa mañana, lo que si me
extraño que aún no haya hablado con Flor, anoche la llame y no me había
contestado, hoy temprano también intente y nada. Lo peor que me podía estar
haciendo era ponerme los cuernos.
-
¡¡¡Dios Mariana!!! Deja de pensar así, que
sabes que no es cierto o si podría hacerlo. – estaba hablando sola como loca
mala.
-
¿Puedo interrumpir? – al sentir una voz a mi
espalda me doy vuelta de un salto y ahí estaba ella
-
Oh eh si, va no estoy con nadie – logre decir
Sol se acercó y me tendió la mano, estreche su
mano, un torbellino más bien un huracán paso por mi estómago. No podía creer
el poder que ella tenía en mí. En un
momento vi sus ojos un destello de duda que me hizo una opresión en el corazón
-
Por favor toma asiento
-
Gracias – al sentarse saco su compu para poder
mostrarme los nuevos programas que quería mi padre. Me senté en frente de ella,
la miraba a todo momento, no tenía ni idea de lo que me estaba mostrando, en un
momento gira para poder mirarme y automáticamente giro hacia la pantalla.
-
No sé qué eso – le pregunto señalando la
pantalla
-
¿El qué? – me pregunta mirando la pantalla
-
Eso de ahí – la verdad que ni idea lo que le
estaba señalando
Sol se levanta y pasa detrás del escritorio a
donde estoy yo y se pone detrás de mí se inclina hacia delante, su aroma me
envuelve dejándome totalmente petrificada.
-
Eso es un escape al programa principal y te
permite entrar a otro donde podes guardar archivos que nadie queres que vea –
me dice y automáticamente se levanta. – ¿Estás bien? – me pregunta al ver que
no le contesto
-
Sí, estoy bien, gracias. Estaba prestándote
atención, ¿Algo para tomar? – le pregunto mientras me pongo de pie y me dirijo
a donde estaba la mini cocina que tengo en mi oficina
-
Si, Café negro, por favor – siento que me
sigue - Wow equipacion propia
-
Privilegio de ser hija del jefe – le digo
mientras sonrió y sirvo el café.
Le doy la taza y ella al tomarla roza mis
dedos, me la quedo mirando, ella me mira nuestras miradas se cruzan podía
sentir como mi corazón latía con tanta fuerza que creía que se iba a salir de
mi pecho, el tiempo se detuvo, la podía sentir como esa vez y sé que ella
sintió lo mismo porque se fue acercando cada vez más, vi que trataba de
respirar con normalidad pero no podía y yo tampoco podía. Quien podía cuando el
aire se cortaba con un simple soplido.
Puso su mano en mi cuello, acercándose más y de
repente suena el maldito celular de ella. Instantáneamente se rompe el clima y
ella retrocede como si hubiera pesado una bomba. Me retiro de la cocina mientras
ella atiende el celular
-
¿Si?... si….. ok… en 10 minutos estoy.
Yo estaba sentada en la punta del escritorio
cuando ella apareció
-
Disculpa, me tengo que ir – dijo mientras
agarraba sus cosas.
Aun no podía emitir palabra, como poder después
de lo que acababa de pasar, me cruce de brazos viendo como agarraba sus cosas
-
Perdón
-
No digas esa palabra por favor – le dije
mientras la miraba dirigirse hacia la puerta
-
¿Mar?
-
¿Sí?
-
Aun no puedo olvidar lo que paso hace seis años
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Mui buen capitulo espero y el prox cap lo publiques mañana. Saludos
ResponderEliminarAngela mexico
muy buena historia. Esperamos mas capitulos. Besos.
ResponderEliminarJane
Atrapante la historia!!genial..
ResponderEliminarMia de arg.