Era la noche más calurosa de ese verano, solo
mi amiga me pudo haber llevado a ese lugar, me gustaba pero a la vez era raro,
todo estaba muy tranquilo. Cerré los ojos y escuchaba la música q sonaba en ese
instante, era Sarah Mclachlan, me deje llevar por la música sintiendo relajar
mi cuerpo pero algo me hizo abrirlos, mire a través del bar y la vi ahí sentada
mirándome, en cámara lenta vi como
atravesaba todo el bar hacia mí, tomo mi mano, pego lentamente su cuerpo al mío, sentía moverme lento en ella, su respiración en mi oído era el sonido más hermoso que había escuchado en este día. Su miraba se posó en mí y pude hundirme en esos ojos verdes tan claros que parecían transparente. Quise hablar pero su mirada me callo y solo dijo “Sin palabras por favor” Sus manos en mi espalda me apretaban más a ella, nuestras bocas se juntaron en el beso más cálido que jamás di y me dieron. A duras penas ella se separó, no quería sepárame, solo lo hizo para llevarme a otro lugar, salimos del bar, a donde me llevo no lo podía explicar pero no me acuerdo como llegamos ahí, solo se q no aparte mi mirada de ella en todo el breve camino. Se acercó como lo había hecho en el bar y volvió abrazarme estaba vez mucho más pegada a mí, me beso con tanta pasión que mi boca dolía, con todo el tiempo del mundo me desvistió, recorrió cada centímetro de mi piel con sus besos. Me tenía arrinconada contra la pared sosteniendo mis manos mientras besaba mi cuello, me hacía delirar de deseo y placer, sus ojos verdes me llevaban a querer más, tome su boca como si fuera la última vez que fuera hacerlo, su piel se quemaba en la mía. Su boca recorría mi cuerpo entero, me estremecía con cada beso. Sentía sus gemidos de placer, acomodo su cuerpo contra mí, encajaba perfecto, sus movimientos eran suaves pausados ligeros a la vez, un torrente de energía brotaba en mi cuerpo, ella lo sabía y se apodero de mi boca, escuchaba nuestros gemidos apagados por nuestras bocas. Fui suya como jamás fui de nadie La ame esa noche la ame, ame cada segundo que pase con ella.
atravesaba todo el bar hacia mí, tomo mi mano, pego lentamente su cuerpo al mío, sentía moverme lento en ella, su respiración en mi oído era el sonido más hermoso que había escuchado en este día. Su miraba se posó en mí y pude hundirme en esos ojos verdes tan claros que parecían transparente. Quise hablar pero su mirada me callo y solo dijo “Sin palabras por favor” Sus manos en mi espalda me apretaban más a ella, nuestras bocas se juntaron en el beso más cálido que jamás di y me dieron. A duras penas ella se separó, no quería sepárame, solo lo hizo para llevarme a otro lugar, salimos del bar, a donde me llevo no lo podía explicar pero no me acuerdo como llegamos ahí, solo se q no aparte mi mirada de ella en todo el breve camino. Se acercó como lo había hecho en el bar y volvió abrazarme estaba vez mucho más pegada a mí, me beso con tanta pasión que mi boca dolía, con todo el tiempo del mundo me desvistió, recorrió cada centímetro de mi piel con sus besos. Me tenía arrinconada contra la pared sosteniendo mis manos mientras besaba mi cuello, me hacía delirar de deseo y placer, sus ojos verdes me llevaban a querer más, tome su boca como si fuera la última vez que fuera hacerlo, su piel se quemaba en la mía. Su boca recorría mi cuerpo entero, me estremecía con cada beso. Sentía sus gemidos de placer, acomodo su cuerpo contra mí, encajaba perfecto, sus movimientos eran suaves pausados ligeros a la vez, un torrente de energía brotaba en mi cuerpo, ella lo sabía y se apodero de mi boca, escuchaba nuestros gemidos apagados por nuestras bocas. Fui suya como jamás fui de nadie La ame esa noche la ame, ame cada segundo que pase con ella.
Me dormí en sus brazos sintiendo el latir de su
corazón. No sé qué hora era pero me despierto sintiendo mucho frio, me doy
vuelta buscando a esa hermosa mujer y en vez de eso encuentro una rosa con una
nota diciendo. PERDON.
-
¿Otra vez en el pasado? – una voz me saca de mi realidad
-
¿Qué? – respondo automáticamente
-
Jajajaja, Mar, cada vez que te veo así sé que
estás pensando en el pasado – levanto mi mirada hacia mi amiga q estaba apoyada
en el marco de la puerta con una sonrisa de oreja a oreja
-
Ya me conoces, sabes que no lo puedo olvidar –
dije mientras me iba levantando de mi escritorio
-
Lo sé, la misteriosa mujer de mi amiga – decía
divagando mientras venia abrazarme, su abrazo era suave y cálido. Conocía a
Lena desde que tengo uso de razón ósea desde unos 20 años más o menos.
-
Vale Lena, ya está. Si nos ven van a pensar q
te he convertido jajajajajajaja
-
¿En que en vampiro? – decía mientras se sentaba
en mis piernas.- te conozco desde hace 20 años y aun te incomoda q haga esto
-
No me incomoda – le dije – me gusta que lo
hagas, pero vamos que tenemos la reunión con papa
-
¡¡Ups!! Si – dijo levantándose rápidamente
Caminamos por el pasillo hasta el despacho de
mi padre, iba absorta en mis pensamientos y oigo a Lena decir
-
¿Te arrepentís de esa noche?
-
No, tendría que estarlo pero no lo estoy, no me
arrepiento de haber pasado la noche con una extraña pero si de haberle sido
infiel a Flor
-
Bueno, técnicamente no le fuiste infiel,
ustedes habían cortado
-
Jajajjaa por solo casi un día cortamos, pero
para me siento que le fui infiel – abro la puerta del despacho de mi padre y
entramos sin anunciar, aun riéndome con Lena... pero mi sonrisa desapareció
cuando vi a la mujer parada al lado de mi padre...
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® María Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario