Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Ella, Tu, Yo... Te amo - Mayra (Capítulo 19 y 20)



Capítulo 19
 ¿Amor o deseo?

Después de aquel día Cristina no había podido quitarse de la cabeza esa mirada de Ana que no supo descifrar y aquel “no he podido dejar de pensar en ti” aún retumbaba en sus oídos.
-Cris… ¿Cariño me escuchas?-dijo Daniela sacándola de sus pensamientos.


-¿Eh? Si, si perdona-dijo racionando y mirándola.
-¿Qué pasa? Estos días has estado muy ausente-preguntó preocupada Daniela.
-Nada, sólo cosas del trabajo y que estoy muy cansada-contestó ella mirando sus manos que estaban entrelazadas.
-Cris… ¿Tu confías en mí?-Preguntó Daniela muy seria…
-Sí, claro que si-Contestó ella.
-Entonces si hay algo que no esté bien, que te preocupe o te atormente o lo que sea ¿Me lo dirías verdad?
-Si -contestó ella, Daniela la abrazó y así se quedaron por un rato.
-¿Quieres que me quede hoy a dormir contigo? Sólo a dormir-dijo Daniela con una sonrisa cortando aquel abrazo.
-Claro que quiero, anda vamos a la cama-dijo ella levantándose del sofá llevando de la mano a Daniela.
Cuando ya las dos se encontraban dentro de la cama Daniela pegó su cuerpo a la espada de Cristina y se abrazó a su cintura comenzando a dejar besos en su cuello y hombros mientras que acariciaba su vientre, Cristina dejándose llevar por esa caricias y olvidándose de todo tan sólo sintió aquella muestra de cariño y de deseo, las caricias de Daniela fueron ocupando más partes de su cuerpo, sintió como pegó la parte de su pubis en sus nalgas haciendo fuerte presión,  sus manos  bajaban por sus piernas ansiosas de recorrer y abarcar todo lo posible.
-Cris ¿Me quieres?-preguntó Daniela en un susurro mientras mordía el lóbulo de su oreja.
-Si-contestó ella con los ojos cerrados y dejándose llevar.
-¿Me amas?-volvió a preguntar Daniela.
Cristina abrió los ojos y se giró quedando frente a ella la miró con ternura y la beso, fue un beso tierno y profundo que duro varios segundos.
-Te quiero mucho cariño-dijo separándose tan sólo un poco-hazme el amor Dani- susurró cerca de su boca, Daniela obedeció aquel mandato gustosa comenzando a besarla con intensidad.
La mañana estaba a punto de llegar, Cristina contemplaba el cielo rojizo desde la ventana cuando escuchó unos pasos tras de ella, se giró a mirar y se encontró con Laura que la miraba con un vaso de agua en la mano.
-¿Qué haces aquí como una zombi?- preguntó Laura llegando junto a ella.
-Nada…no podía dormir-contestó ella sin dejar de mirar hacia la ventana.
-Se quedó Dani ¿No?-le preguntó Laura tomando su agua.
-Si está dormida-contestó aun sin mirar a Laura.
- Pues si mi novio estuviera en mi cama y no pudiera dormir lo aprovecharía haciendo otras cositas-dijo Laura sonriente, Cristina la miró y sonrió pero de manera muy triste.
Laura al ver aquel gesto dejó el vaso sobre un mueble, la cogió del brazo y la llevó el sofá y la sentó junto ella.
-¿Cuéntame qué te pasa?-Dijo Laura mirándola.

-No me pasa nada-contestó sin mirarla.
-Cris por favor, sé que algo te pasa ¿tienes problemas con Dani?
-No-dijo con tristeza en la mirada.
-Vale, si no me quieres decir está bien, sólo recuerda que puedes confiar en mí-Cristina no contestó-bueno pues ya me voy a la cama y tú deberías hacer lo mismo-Laura se puso de pie pero la mano de Cristina la detuvo e hizo que se sentara de nuevo.
-Yo…-comenzó a decir nerviosa.
-Tu...-dijo Laura invitándola a continuar.
-Es que no sé como decírtelo.
-Pues así como venga.
-Laura yo…-se volvió a quedar callada.
- Si no estás preparada para decírmelo mejor dejémoslo ya sabes…
-¡me acosté con Ana! –soltó de golpe cortando a Laura que se quedó con la boca abierta y una mirada de confusión.
-Espera, creo que no escuché bien-dijo Laura casi racionando.
-Si escuchaste bien Lau-dijo Cristina.
Laura se aparragó sobre el respaldo del sofá intentando asimilar aquella noticia, Cristina tapó su rostro con ambas manos y dejó salir quejidos de su llanto ahogado.
- Tranquila cariño-dijo Laura al verla, la abrazó y dejó que llore por unos minutos -míralo del lado bueno, tu actividad sexual ha mejorado, te has acostado con tres mujeres buenas y eso en menos de un año desde que has regresado,
Cristina deshizo el abrazo y la miró seria pero después entre sus llantos comenzó a reír…
-¿Tú nunca te tomas nada en serio?-preguntó Cristina aun riendo.
-Sabes que no, pero creo que esto sí lo es-dijo Laura ya con más seriedad.
Cristina bajó la mirada hacia sus manos con las que jugaba nerviosa, Laura se levantó del sofá y se fue por dos vasos  de whisky.
-Lo necesitamos-le dijo Laura tendiéndole uno de los vasos-¿Sabes? no entiendo cómo fue que pasó, según tengo entendido tu no la tragabas, es mas casi podía asegurar que la detestabas.
- Y era así Laura, la detestaba por lo vulnerable que me hace sentir porque desde que nos besamos en su casa de la playa sentí que me desarmó por completo.
-Esperar, espera ¿Cómo que desde que se besaron en la casa de la playa?
-El día que Susana durmió contigo Ana y yo dormimos juntas.
-¿Y ese día fue el qué se comenzaron a acostar?
-No, sólo me acostado una vez con ella, pero no fue esa vez y la verdad es que no sé por qué, estoy segura que en algún momento las dos lo deseamos por lo menos yo sentía ganas pero…-se quedó pensado por un segundo y continuó-pero fue diferente, a pesar de sentir ese deseo ninguna de las dos quiso romper el momento de besos y caricias tiernas como si lo único que importara fuera el placer de sentir a la otra persona junto a ti sin nada más allá de lo sexual o pasional. 
-Pero si fue así ¿por qué no continuaron en su burbuja de amor?-preguntó Laura.
-No lo sé, bueno si, Ana me dejó muy claro que eso no había sido nada para ella, que sólo pasamos un momento lindo y nada más, luego llegó la rubia esa, Sara y me confirmó que era una mujer con síntomas de Don Juan, de eso yo ya tuve mucho con Samantha y no quiero más en mi vida, así que hice todo por olvidar aquel día.
-Pero Cris uno no decide de quien se enamora-dijo Laura.
-Yo no he dicho que me enamoré-dijo Cristina a la defensiva.
-¿Ah no?-preguntó Laura levantando una ceja.
-No.-contestó ella seria aun.
-Entonces dime porque a pesar de todo lo que dices te acostaste con ella-preguntó Laura dando otro golpe bajo.
-No sé, porque ella me sedujo-contestó excusándose.
-Ya. Mira Cris una no es seducida si no quiere.
-Es que Laura tu no lo entiendes-dijo ya desesperada.
-Tal vez, pero a ver, explícamelo-dijo Laura intentando entenderla.
-Cuando regresamos Daniela entró a mi vida me conquistó con ese amor y ternura, le dio a mi vida lo que siempre he querido en una relación esa estabilidad esa calma y paz-calló unos segundos- pero…Ana despierta en mi algo que ni yo misma reconozco, cuando la tengo cerca todo desaparece y sólo deseo poseerla sentir que me pertenece que es mía y de nadie más, es como una enfermedad que me envenena de loca pasión que no puedo reprimir.

-He escuchado, que folla bien, pero no  creo que sea al extremo de causar eso, por eso digo que debe haber algo más que deseo.
-No hay mas Laura yo quiero a Daniela.
-Sé qué la quieres Cris ¿pero la amas? ¿Estás enamorada de ella?
-Si-contestó; Laura no dejo de mirarla-Es verdad Laura con ella estoy bien, me hace bien, es lo que quiero.
-No si a mí no tienes que convencerme Cris, sólo te puedo decir que si uno ama alguien, no se acuesta, ni siente deseos por otra.
-¿Quien siente deseos por otra?-preguntó Daniela que se acaba de asomar dejando nerviosa a ambas mujeres.
-Una amiga del hospital-dijo Laura rápidamente.
-Pues es mejor que se lo diga a su pareja antes de mentirle–dijo Daniela sentándose junto Cristina-desde que horas están chismoseado, no sentí que te levantes de la cama-le dijo a Cristina.
-No mucho, lo que pasa es que sentí sed y vine por agua me encontré con Laura y nos quedamos platicando.
-Bueno pues como me has cambiando por Laurita yo me voy, que tengo que ir a casa cambiarme recoger unos papeles, luego a la oficina que tengo una junta ¿quieres que comamos juntas cariño?
-Sí, llámame al despacho y quedamos.
-Vale pues me voy chicas-le dejó un beso a Cristina en los labios y se marchó.
-¿Sabes qué es lo peor de todo esto Cris?-dijo Laura al verla desaparecer- Qué Dani está recibiendo una doble traición, su mejor amiga que digo amiga, su hermana y tú, su novia.
Más tarde Ana llegó a la empresa como siempre que se trataba de una junta llegaba tarde, fue hacia la oficina de Daniela pero antes de entrar se quedó pensativa, no sabía cómo mirarla,  sentía un gran vergüenza, tomó aire con fuerza y después de dejarlo salir cruzó la puerta decidida…
-Vaya veo que llegas temprano-dijo Daniela al verla entrar, Ana confundida miró la hora de su reloj de muñeca y levantó la vista interrogativa.
-La junta es a las 11 y tu milagrosamente has llegado a la 10:30-dijo Daniela.
-pero…si tú me dijiste que era a las 10-dijo ella caminando hacia el escritorio.
-Porque sabía que siempre llegas mas tarde de la hora que te digo y se me ocurrió que sería bueno citarte antes, además últimamente no hablamos nada y quiero aprovechar el tiempo para hacerlo.
-Pues qué mal que me lo dices la próxima vez llegaré mucho mas tarde de la hora que me dices-dijo sentándose y cruzando las piernas.
-¡Qué ni se te ocurra! que ya me veo yo cancelando la junta, anda cuéntame en que andas que no has tenido tiempo para las amigas.
-Pues nada en especial sólo el restaurante.
-No te creo, pero bueno si no me quieres decir te lo respeto. ¿y con Lucía qué tal las cosas?
-Bien quedamos de hablar, hoy cenamos juntas.
-Veo que no tienes muchas ganas de contarme nada.
-No es eso, es sólo que ni yo misma lo sé.
-Lo que tienes que saber Ana, es si la quieres, si aun estás enamorada de ella, si quieres dejar que entre en tu vida de nuevo.

-Ahí está el problema Dani, sé que la quiero, pero no puedo decir que igual que antes, ella regresó en un momento en el que yo estoy más perdida que nunca.
-Sólo dime una cosa ¿crees que aun puedes amarla?
-¿Tú crees que se puede amar a alguien y desear a otra?
-Hoy parece que esa es la pregunta del día-Daniela poniéndose de pie…
-¿Por qué lo dices?-preguntó Ana viendo como Daniela se detenía frente al ventanal mirando hacia la ciudad.
-Hoy sin querer escuché una plática entre Laura y Cris-se giró a ver a Ana que sintió que lo que iba escuchar decir a Daniela no le iba a gustar nada- Cris siente algo por otra mujer y creo saber de quién se trata-terminó de decir Daniela mirando a Ana con tristeza…

Capítulo 20
“La colega”
Ana no soportó mucho esa mirada que le hizo sentir un nudo en su garganta y una fuerte presión en el pecho la llevó a desviarla.
-Lo siento-susurró pero no tan bajo como para que Daniela no pueda escucharlo.
-No, si tú no tienes por qué sentirlo, es mas podría decir que ni la misma Cris.
-Sí, pero…
-No, Ana-la cortó Daniela sentándose de nuevo-que una persona se siente atraída por otra, no es culpa de nadie, son cosas que pasan, y si Cris se siente atraída por su colega del bufete pues no…
 -¡Espera! -ahora Ana la cortó-¿cómo que por su colega?-dijo intentando entender donde se había perdido.
-Sí, hace unas semanas entró una nueva abogada en el bufete con la que tiene que trabajar codo a codo en un caso-Daniela se detuvo  unos segundos tomando aíre, mientras que Ana la miraba con impaciencia-desde hace varios días la escucho hablar de ella, de lo buena abogada que es, de lo bien que se trabaja con ella, que es muy simpática y divertida etc, etc. Yo nunca le había tomado importancia a tanto halago, pero cuando escuché lo que le decía a Laura todo cobró sentido, no es que haya escuchado que la nombrara y pueda afirmar que se refería a ella pero ¿Qué otra mujer podría ser?
-Eso significa que no estás segura que sea verdad.
-Ana. Más claro no puede estar…Esta ausente, habla mucho de ella, la escucho decir que siente una fuerte atracción por otra mujer, y hasta Laura duda que me ame dime ¿no está muy claro?
-Pues…no sé Dani a lo mejor no es nada.
-No Ana, lo siento aquí-dijo tocando su pecho- sé que algo pasa y que la puedo perder, si no es que ya la perdí.
Daniela la volvió a mira con esa mirada triste que Ana le parecían dardos, y que esquivó mirando hacia el ventanal perdiéndose en el.
Más tarde Daniela en las puertas del bufete, esperaba que  Cristina se asomara pero para su sorpresa esta no apareció sola, con ella llegó una mujer muy guapa, morena,  de ojos miel muy expresivos, que la miró con una sonrisa, mientras que Cristina se acercaba hasta ella.
-Hola cariño-dijo Cristina al llegar junto a ella dándole un beso-espero que no te moleste pero he invitado a Victoria a comer con nosotras.
-Me podías haber preguntado antes- contestó seria pero con voz tranquila.
-Ya sé, pero no creí que te molestara-dijo Cristina frunciendo el ceño.
-No es que moleste Cris, es sólo que con nuestros trabajos pasamos poco tiempo juntas y cuando podemos estarlo siempre estamos con otras personas-dijo de la misma forma.
-Ya. Lo entiendo, voy a decirle que se presentó algo y no vamos a poder ir a comer ella-dijo Cristina  en un intento de irse hacia la otra mujer pero Daniela la detuvo.
-¡No! eso sería una grosería-dijo después de pensarlo bien con la idea de conocer a su rival ¿Qué era lo que veía en ella Cris? Se preguntó ella misma en silencio mientras tomando su mano y yendo hasta la mujer que las esperaba un poco más atrás.
-Mira Victoria te presento a mi novia Daniela-dijo Cristina llegando frente a ellas-Dani ella es Victoria iglesias una de las mejores abogadas del bufete.
-Mucho gusto Victoria-le tendió la mano Daniela de una forma fría pero educada.
-El gusto es mío Daniela pero no le hagas caso a Cris eso lo que me gusta mi trabajo–contestó la mujer, después de mirarla de pies a cabeza cosa que incomodó mucho a Daniela, la mujer  sonriente, le tomó la mano pero con mucha confianza le dio dos besos, que dejaron a Daniela sorprendida.
-Bueno pues ¿nos sigues en tu auto o vas con nosotras? –Preguntó Daniela después de aquel confianzudo saludo de la morena.
-Como gusten –contestó Victoria aun con esa sonrisa, eso a Daniela le hizo darse cuenta de que eso es una de las primeras cosas que tenía esa mujer a su favor ya que esa sonrisa por mucho que le pesara realmente era bonita.
-Si te parece puedes seguirnos así luego me puedo venir contigo y ya Dani no tendría que traerme-dijo Cristina, Daniela la miró  extrañada pero esta no lo notó.
-A mi no me molesta traerte Cristina-dijo Daniela seria.
-Lo sé cariño, pero si me puedes traer ella por que hacerte perder el tiempo, sé que tienes trabajo que hacer.
-¿pero qué dices? Si a mi tú no me haces perder el tiempo más bien creo que soy yo la que te perjudica- dijo Daniela más seria.
-No digas tonterías Dani-dijo Cristina al darse cuenta de su  enojo-¿Cómo me vas a perjudicar cariño?-dejo una caricia en su mejilla.
-Bueno pues yo les sigo ¿no?-interrumpió  Karina.
-Sí, vamos-dijo Cristina tomado de nuevo la mano de Daniela.
Mientras tanto en otra parte, Ana aparcaba frente al piso de Lucía, dispuesta a esperar que esta bajara se quitó el casco como si de esa manera dejara salir todos los pasamientos que le golpeaban desde que había salido de la oficina de Daniela, tenía muchas preguntas que no se podía responder más bien no tenía las respuestas, esas sólo se las podía dar la misma Cristina, pero no sería capaz de preguntarle, aunque moría de ganas por saber que tan cierto era eso de la nueva compañera, pensar que fuera verdad hacía que se le revolviera el estómago, pero si eso fuera cierto ¿Qué clase de mujer es Cristina? Esas que van con la máscara de rectitud y honestidad mientras que se meten en la cama de toda mujer que le guste.
A Ana  pensar en esa posibilidad no le gustó, así sacudió su cabeza para alejar esos pensamientos cuando vio a Lucia llegar frente a ella.
-Hola preciosa- dijo Lucía dándole un sonoro beso en la mejilla.
-Hola ¿Dónde vas querer que te lleve?- preguntó ella, tendiéndole el casco.
-Pensé que eso lo decidirías tu –contestó Lucia toma el casco.
-Si tú fuiste la que me invitó-dijo ella esperando que le contestara.
-Si cariño pero tú eres la que va a pagar-dijo Lucia sonriente, Ana sonrió también al recordar como siempre  le decía  lo mismo cuando estaban juntas.
-¿Y se puede saber por qué?-preguntó sabiendo la respuesta de aquel juego.
-Porque tú si puede darte el lujo de pagar todas las comidas y cenas de esta humilde artista,
-¿Humilde artista? Eso ya no cuadra cariño,- dijo riendo-si con el éxito que tuvo la galería en poco serás una  reconocida y famosa artista que tendrá mucho dinero.
-Uuf  pues eso no lo veo yo muy claro, pero bueno, mientras eso pasa tú seguirás pagando.
-Si será viva, anda sube ya-dijo Ana mostrando fingido enojo haciendo reír a Lucía.
En un restaurante se encontraba tres mujeres, dos de ellas gustosas platicaban de una u otra cosa mientras que la tercera sólo las miraba en segundo plano.
Daniela se mantenía en ese segundo plano sintiéndose muy estúpida por momentos le daban ganas de actuar como la novia celosa y herida que se siente remplazada, “por una gran abogada morenaza, con hermosa sonrisa” ¿pero qué dices Dani? Se dijo así misma al catalogar aquella mujer de esa manera “¿pero cómo puedo decir lo contrario? Si sólo mírala es casi perfecta ¿Cómo puedes competir cuando tu rival es así de…? ¡Mierda! Así vas muy bien Dani” se siguió diciendo a sí misma.
Mientras esta estaba tan metida en sus pensamientos dos mujeres tomaban asiento dos mesas frente a ellas.
La primera en darse cuenta de la presencia de ellas fue Cristina que al ver a su hermana con Ana le hizo sentir un pequeño vuelco en el estómago que hizo que perdiera el hilo de la conversación que mantenía con su colega.
-¿Tú crees que Joaquín nos permita intentar llegar a un acuerdo?-preguntó Verónica pero Cristina no contestó ya que en ese momento había visto como Lucia cogía la mano de Ana mientras las dos sonreían –yo espero que si porque…-se quedó callada al notar la ausencia de Cristina, siendo una mujer muy observadora e inteligente miró a ver hacia donde esta miraba, encontrándose a dos mujeres platicar muy cariñosamente.
-Pero que sorpresa-dijo Daniela que había hecho lo mismo pero ella sabiendo quienes eran aquellas dos mujeres-voy a saludarlas-terminó de decir en un intento de levantarse.
-¡No! la detuvo Cristina-seguro tienen cosas que hablar no las molestes se ven que están muy a gusto.
-Tienes razón, ¿sabes? ojala terminen juntas hacen bonita pareja-dijo Daniela tomando su copa Cristina la imitó sin dejar de mirar hacia su mesa.
-Por lo general siempre se suele decir eso pero las cosa no siempre son como se ven-opinó Victoria haciendo que sus acompañaste notaran de nuevo su presencia-lo siento, no han pedido mi opinión y yo…
-No, no-la cortó Cristina-claro que puedes opinar, discúlpanos tu, estamos ahí hablando de ellas como si hubiéramos venido solas.
-Hola chicas, vaya sorpresa –escucharon decir a Lucia que se acaba de parar frente a ellas.
-Hola Lucia-saludó Daniela poniéndose de pie para darle un beso.
-Hola hermanita-saludó Cristina de la misma manera-Mira te presentó a Victoria Iglesias mi colega, Victoria ella es mi hermana Lucia.
-Hola mucho gusto Victoria- le tendió la mano Lucia.
-No, el gusto es mío-contestó poniéndose de pie y tomando su mano pero al mismo tiempo se acercó a darle dos besos- veo que la belleza es de familia, imagino que su madre y su padre han de ser muy guapos porque ustedes son hermosas.
- Eh…gracias -contestó algo cortada Lucia por ese cumplido pero muy sonriente y gustosa por aquel halago al igual que Cristina.
Pero la mirada de Daniela fue de ¿what? “Eso no es un cumplido eso es ligo con todo lo que se menea” si no lo sabré yo que mi amiga es una especialista”.
-Ahí viene Ana-dijo Lucia interrumpiendo sus pensamientos en los que sólo logró escucha el nombre de su amiga.
-¡Exacto Ana! -Soltó Daniela muy firme en voz alta haciendo que las tres mujeres la miraran.
-Ya sé que me quieres mucho Dani, pero no es para que grites mi nombre tan efusivamente-dijo Ana muy sonriente llegando hacia ella y dándole un beso-Hola Cris -la saludó también pero con distancia.
-Hola Ana-contestó de igual manera dejando por unos segundos que sus miradas se cruzaran.
- Hola soy Ana Cáceres –saludó tendiéndole la mano a la otra mujer al notar que la había inspeccionado de pies a cabeza.
-Victoria Iglesias mucho gusto-le respondió y se quedaron mirando unos minutos de una manera un poco retadora.
Para Ana fue extraño,  por lo general nunca se adelanta a juzgar a una persona pero con a aquella mujer sintió una energía fuerte que chocaba con la de ella haciéndola tener en claro que no se llevarían nada bien.
Bueno pues nosotras ya nos regresamos a nuestra mesa, que ya viene el mesero cariño-interrumpió Lucia.
-Si vamos, chicas nos vemos luego, Verónica me dio gusto conocerte –volvió a decir Ana en forma de despedida.
-Lo mismos digo, Lucia encantadísima tu hermana y tu son muy hermosas, ya muero por conocer a tus padres.
Ante aquello Ana la miró levantado una ceja, aquella mujer… ¿esta coqueteando? ¿Les está galoneando?-se preguntó ella misma luego sonrió para sí misma ya que ella solía hacer eso cuando una mujer le había gustado y quería conquistarla o mejor dicho llevarla a su cama.
Ella sabía que una de las mejores formas de llamar la atención de una mujer es halagarla de forma natural en este caso, Victoria había lanzando dardos sobre la belleza de las dos hermana de esa forma muy naturalmente esta halagando a Cristina, pero también está utilizando la técnica  del despiste, confundir entre el interés hacia otra persona, hace que la otra mujer mueva sus cartas o como muchos otros dicen, “había tirado la pelota sobre su tejado”.
Ambas mujeres regresaron a su mesa mientras que las otras tres continuaron comiendo, por momentos Cristina no podía evitar mirar a la mesa de Ana y Lucia ya que le quedaba de frente a ella, en varias ocasiones sintió molestia por no poderlo evitar ya que había visto como trataba de forma tan cariñosa Lucia  a Ana y como esta no hacía nada por evitarlo, cuando vio como Lucia acariciaba con tanto cariño la mejilla de Ana mientras le decía algo, no pudo evitar sentir rabia hacia esas manos que la tocaban, se sintió mal por sentir eso ya que esas manos eran ni más ni menos que la de su hermana, se disculpó para ir a los servicios  con ganas de quitarse aquella sensación.
Ya junto a los lavabos se retocaba el maquillaje cuando escuchó entra a alguien, sin tomar importancia continuó con lo que hacia hasta que por el mismo espejo donde se reflejaba se encontró con aquella mirada que le costaba tanto sacar de su cabeza.


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