Explicaciones
-Hey, compañera - saludando al entrar,
observando que sus palabras hicieron separarse a las mujeres abruptamente.
-Hola Richard - Darla sonriendo - Hola
Peter - percatándose que el doctor estaba en la puerta de la habitación, mientras
Elizabeth estaba un poco nerviosa por la manera en que fueron encontradas.
-El médico indicó que mañana saldrás
de aquí…por cierto el Capitán pidió que le informaran cuantos días estarás por
reposo… Morris, él también comentó que no te preocupes por tu permiso - Richard dirigiéndose a la rubia que se
encontraba tomando la mano de la detective entre las suyas.
-Gracias - Elizabeth esbozando una sonrisa.
-Richard...yo - Darla intentó hablar
pero fue interrumpida.
-No… tranquila luego hablamos…ahora
descansa, cuida bien de ella - pronunciando la última frase y colocando su mano
en el brazo de Elizabeth con una sonrisa, la cual fue correspondida.
-Bueno, yo también me marcho…que
descansen, si necesitan algo llámennos - Peter saliendo de la habitación junto
a Crowe.
Darla se fue directamente a su casa,
le dieron tres semanas de reposo y luego de la primera había mejorado
notablemente, Héctor pasaba cada noche a verla y reían mucho con sus
ocurrencias, Chuck también las visitaba, pero Darla no paraba de seducir a su
novia cada noche, realmente quería aprovechar cada minuto, ya que sabía que
pronto volverían al trabajo. Elizabeth por su parte se concentraba en la
recuperación de su novia, cocinaba comidas ricas en proteínas y empezaba a
cocinar comida latina, pues sabía que Darla la adoraba, ella tampoco quería
pensar en el trabajo, sólo se concentraba en el ahora… pero una tarde tocaron a
su puerta.
-¿Quién podrá ser?- Darla acostada en
la cama abrazando a la rubia mientras veían una película.
-No sé….déjame ver - levantándose para
ir a la puerta, ella tenía unos pantalones deportivos y una camisa que caía en
su hombro exponiendo el mismo. Al abrir se sorprendió mucho y trató de cubrir
su hombro expuesto - ¡Hola Crowe!
-Hola Morris - apenado por la manera
de reaccionar de la mujer - ¿Cómo estás?
-Estoy muy bien… pasa - dejando entrar
al detective y cerrando la puerta - Darla se encuentra en la habitación.
-Yo sólo vine a visitarla, pero si
está dormida, puedo venir luego.
-No, ella está despierta, ven -
mientras conducía al detective hasta la habitación - Darla mira quien está aquí
- sonriendo a su novia.
-¡¡Hey compañero!!… ¿qué haces aquí?-
sonriendo ampliamente agradada por la sorpresa.
-Hola….vine a ver como estabas…pero te
veo notablemente mejor…no te levantes -
al ver cómo Darla trataba de levantarse de la cama.
-Bueno, entonces siéntate mi amigo
- indicándole con la mano que se sentara
-Yo… -
girando en duda para ver a Morris.
-Siéntate Crowe, también es su cama…
¿quieres café?- esbozando una sonrisa.
-Me gustaría mucho…gracias -
sentándose en la cama, mientras Elizabeth los dejaba solos pues ella sabía que
tenían que hablar - ¿Te cuida bien?
-Perfectamente.
-Me alegra - sonriendo - entonces
supongo que ella se está quedando aquí por estos días.
-Bueno en realidad ella vive aquí
Richard.
-¡¿QUEEEE?! Pero ¿desde cuándo?-
completamente asombrado.
-Desde hace aproximadamente 4 meses…
te debo unas cuantas explicaciones.
-Claro que me debes - asombrado, luego
dudo un minuto de su siguiente pregunta - ¿Por qué no me contaste lo que te
sucedía?- con tristeza evidente.
-Que podía decirte…..yo - suspirando -
al principio no sabía exactamente lo que me estaba pasando.
-¿Cuándo empezó todo?
-Bueno…fue desde que la vi, yo ese
momento sentí algo….ella es hermosa y al principio creo que pensé que estaba
impresionada por eso… luego cuando discutimos en la morgue, yo estaba
molesta pero no por su reclamo, si no
por haberle dicho que era hermosa…no entendía como se me había escapado de mis
labios ese comentario.
-Entonces ¿Cómo rompiste el hielo?-
más intrigado por el asunto.
-Pues cuando me fui a disculpar la
encontré buscando como loca en la cafetera los vasos y el azúcar… en ese
momento me pareció muy graciosa… con el pasar del tiempo yo quería borrar la
mala impresión que ella podía tener de mi, y mientras hacía eso descubrí que
ella en realidad era muy diferente a como muestra ser…fue así que empezó
todo…yo me aproveché de eso para acercarme a ella….pero nuestra interacción era
secreta y bueno… para cuando me di cuenta estaba coqueteando descaradamente con
ella, a pesar de no tener ni idea de eso…luego finalmente me di cuenta que en
realidad yo la amaba - dando un resumen
de todo.
-Lo siento.
-¿Sentir qué?- confundida por la disculpa ofrecida.
-Por meterte en problemas con el beso
de Sabrina - sonriendo - ahora entiendo
toda tu ira y frustración.
-Gracias... si me metiste en una
grande…. ¿Quién más sabe de nosotras?
-Sólo el Capitán, Straatman y yo, los
demás no tienen idea, siempre preguntan por ti y por Morris, sobretodo porque
el Capitán informó que ella está resolviendo un asunto personal urgente.
-Crowe aquí tienes - Elizabeth entrando a la habitación
entregándole el café - Darla toma tu jugo -
sonriéndole dulcemente a su novia para darle un vaso de jugo de naranja.
-Gracias Morris - contestó más
relajado tomando un sorbo del líquido caliente.
-Gracias - tomando el vaso de jugo - quédate - agarrando
de la mano a la rubia.
-No, ustedes deben hablar.
-Quédate Morris…ahora que formas parte
de la vida de mi compañera no quiero hacerte a un lado - sonriendo.
-Está bien - sonriendo para sentarse junto a Darla en la
cama.
-¿Por cierto qué pasó con Smith?-
preguntó la detective.
-Está fuera del departamento… el
Capitán le exigió la renuncia luego de lo sucedido…además todos queríamos
matarlo…así que volvemos a ser compañeros junto con Carter - sonriendo.
-¡Gracias a dios!… Puedes decirme
¿Cómo Morgan se hizo de un arma?
-Bueno él convenció a Smith para que
le quitara sus esposas antes de entrar a la sala de interrogatorios, cuando el
chico lo hizo, Morgan se giró, le quitó su arma y luego lo empujó… lo demás ya
lo sabes.
-Créeme que si lo sé.
-¿Qué pasó con el caso que ella
llevaba?- preguntó la rubia.
-Ahhh… pues Jackson dijo todo…creo que en agradecimiento a que Darla
le salvó la vida y por darle muerte a su enemigo jurado… saben algo, debo
marcharme, ya es tarde… nos vemos en dos semanas compañera - levantándose de la cama, para entregarle la taza vacía a la rubia.
-Claro Richard.
-Adiós Crowe - la rubia una vez en la puerta.
-Adiós Morris…veo que amas mucho a
Darla – sonriendo.
-Sí… mucho - contestó la rubia
sonriendo para luego ver marcharse al detective.
Cuando retornaron al departamento de
policía, el Capitán les informó lo que ya Elizabeth había mencionado, ella no
podría llevar ningún caso de Darla, con respecto a su relación él les deseo lo
mejor. Con sus compañeros fue más difícil pues ninguno creía que en realidad
ellas tenían una relación, pero con el pasar de los días y semanas se fueron
convenciendo de que era todo verdad.
Johnson se sentía herido en su
orgullo, pues él siempre gustó de Elizabeth, no podía entender como Hernández
había logrado romper el hielo y conquistarla; para Don y Tony era increíble que
eso haya ocurrido, pues nunca imaginaron que la fiscal se fijaría en uno de
ellos y mucho menos en Darla con quien había tenido ya una discusión inicial,
simplemente estaban asombrados de que la hermosa mujer estuviera con su
compañera. Pero aun faltaba decirle a la familia de Elizabeth, que era muy
conservadora y su padre tenía muchas amistades influyentes.
Capítulo 23
Interrupción
Las manos apasionadas de la detective
se deslizaron suavemente por la cintura desnuda de la rubia llegando hasta su
ropa interior, la cual fue sacada lentamente, sus caderas desnudas quedaron en
contacto, mientras que Darla besaba apasionadamente los pechos de su novia la
cual sólo se disponía a emitir gemidos, las manos de la rubia se aferraron en
la espalda de la detective que ya se encontraba bajando la mano hacia su sexo,
de repente el sonido del teléfono de Darla alteró los actos apasionados que se
estaban desarrollando en la habitación.
-No contestes - pidió Elizabeth
besándola apasionadamente.
-Debo hacerlo - sin intención de
contestar el teléfono, mientras mordía el labio inferior de la rubia; pero
seguía sonando - ¡Dios! - soltando el beso, tomó una respiración profunda y así
lograr calmar su respiración.
- Hernández… si… ¿quiénes están? ok…no
me pasa nada… ¿la dirección?...está bien voy enseguida - para finalizar la
llamada.
-¡No te atrevas a dejarme así! -
advirtió la rubia completamente excitada tomando el rostro de su novia en sus
manos.
-No pensaba hacerlo - sonriendo y
besándola.
Luego de concluir su apasionada noche,
Darla tuvo que ir a ducharse y cambiarse de ropa, mientras que su novia se
encontraba envuelta en su bata de seda color negro haciendo café.
-Listo….ya me marcho…Richard va a
matarme - sonriendo caminando hacia la
cocina.
-En este momento no sabes cómo me
desagrada tu trabajo - entregándole el
café en un vaso para llevar.
-Bueno….si no tuviera este trabajo no
te habría conocido - besándola.
-Tienes razón - devolviendo el beso -
¿nos vemos mañana en la oficina?
-Es lo más seguro - partiendo hacia a
la dirección indicada por su compañero.
Mientras se acercaba a la escena del
crimen, reflexionaba sobre lo sucedido; se preguntaba cuantas veces más serían
interrumpidas haciendo el amor, pues significaba que ella tendría que salir
corriendo como un amante fugitivo. Mientras estacionaba, notó como la furgoneta
forense se marchaba del lugar, supuso que ya se habían llevado el cadáver y
Richard estaría furioso.
-¡DOS HORAS TARDE!..¿Acaso había mucho
tráfico? son las 4am - furioso cuando su compañera se acercaba a él.
-Lo siento…..pero vine lo más rápido
que pude.
-Por qué simplemente no me dijiste que
estabas ocupada….yo puedo entender eso…también tengo pareja Darla - sabía
perfectamente el por qué de la tardanza.
-Bien, estaba ocupada - abriendo los brazos excusándose.
-Hablaremos en la estación - al percatarse que Carter se acercaba a
ellos, aunque la chica sabía perfectamente de la relación de ambas mujeres, a
él no le parecía correcto tratar ese tema de cama con ella al frente.
-Hola Darla…todo está listo ya tengo
las anotaciones - Carter sonriente.
-Hola Carter…bien vamos Richard - marchándose todos a la estación.
Allí estuvieron el resto de la
madrugada, pues el caso era un poco difícil y delicado, ya que involucraba al
menos 4 pandillas del sector. Con la llegada de la mañana Crowe se calmó
completamente y Darla estaba con más ánimo debido al café que se estaba
bebiendo, mientras Carter se encontraba en la morgue haciendo presión para el
informe forense.
-¿Cómo lográs hacerlo?- preguntó
sentada en su escritorio.
-¿Hacer qué?- preguntó Richard separando la vista del monitor de la
computadora.
-Pues…que no te afecte cuando te interrumpen
- con un leve rubor en su rostro.
-Darla…- suspirando - siempre te
afecta…tú al menos la tienes cerca todo el día…pero yo debo esperar a llegar a
casa para compartir con Melissa y mi hija… cuándo me llaman y estoy haciendo el
amor… pues no hay forma que no me afecte.
-Entiendo… sabes anoche me sentí como un amante
fugitivo, salir así de la cama…fue extraño, nunca nos habían interrumpido
- tomando un sorbo de café.
-Bueno, empieza a
acostumbrarte…además, la próxima vez sólo dime que estás ocupada y yo
entenderé…otra cosa…no sigas con el tema porque estás haciendo que imagine el
asunto - sonriendo a su compañera.
-¡Richard no te atrevas a imaginar
nada!
-Entonces no sigas con el tema - riendo.
-Hola chicos - Carter interrumpiendo en la conversación.
-Hey… ¿Qué tienes?- preguntó Darla.
-Bueno hay tres proyectiles que
impactaron en el cuerpo…todos de calibres diferentes….además hay dos en el
cráneo y el otro se alojó directamente en el corazón - entregando el informe forense a sus compañeros.
-¿Cuál fue la causante de la
muerte?- preguntó Crowe.
-Eso aun no se ha determinado…ya que
los tres proyectiles fueron mortales… sin embargo el Dr. Straatman está
tratando de establecerlo - sentándose
junto a sus compañeros.
-Tenemos que revisar los últimos
movimientos de las pandillas involucradas -
indicando Darla a sus compañeros, para iniciar la revisión de expedientes de pandillas.
Cerca del medio día Elizabeth no había
hablado ni visto a su novia, ella sabía que estaba muy ocupada con el caso;
pero se percató que Darla fue hasta la cafetera y aprovechó la ocasión.
-Hola… te he extrañado toda la mañana
- la rubia sonriendo y acercándose a su
novia para besarla rápidamente.
-No más que yo - devolviendo una
sonrisa.
-¿Tienes un minuto?
-Sí… ¿Qué sucede?
-Quisiera comentarte algo en mi
oficina.
-Está bien…pero en pocos minutos debo
preparar un operativo de búsqueda -
dirigiéndose hacia la oficina de su novia - ¿y bien?- preguntó una vez
adentro de la oficina.
Capítulo 24
Cuñada
-Mi hermana llamó esta mañana…me
informó que llegaba en el vuelo de las 4pm a New York.
-¿Ha pasado algo?- con preocupación.
-No…ella en realidad viene a ver qué
sucede conmigo - cruzando los brazos en su pecho.
-Conoces mi postura… ¿Qué decisión has
tomado al respecto?
-Yo también he tomado una
decisión….voy a decirle la verdad una vez que aterrice su avión - sonriendo.
-Magnífico - devolviendo la sonrisa - ¿Cómo crees que
reaccionará?
-No sé… mandé a limpiar mi apartamento
de Manhattan, no sé si Amanda decida quedarse allí…aunque yo pienso ofrecerle
nuestro cuarto de invitados - acercándose a su novia y abrazándola por la
cintura.
-Ojala acepte quedarse en nuestra casa
- sonriendo al hecho que Elizabeth había expresado sentido de pertenencia a su
hogar - nos veremos en la noche, debo preparar el operativo.
-Darla… por favor, cuídate… no
soportaría si algo te sucede y lo sabes - mirando con preocupación a su novia.
-No te preocupes…nada me pasará, yo te
lo prometí…sabes algo, cuando vaya saliendo al operativo te llamaré - sonriendo para besar a la rubia y salir de su
oficina.
De camino al aeropuerto, Elizabeth
estaba buscando la mejor manera de contarle a su hermana de su relación, pero
no sabía cómo. Observó a su hermana que venía arrastrando una pequeña maleta
por el pasillo del aeropuerto; Amanda era de la misma estatura que Elizabeth,
su cabello era castaño muy claro y sus ojos azul profundos, la semejanza en su
rostro era palpable, sin embargo no llegaba a tener la belleza y elegancia
excepcional de Elizabeth.
-Hola Liz - Amanda abrazándola y llamándola por su apodo
familiar.
-Hola Amanda… ¿Qué tal tu vuelo?-
soltando el abrazo y sonriendo
-Estuvo muy bien… bueno ¿a dónde
vamos?… ¿a Manhattan? o ¿a otro lugar?-
mordazmente
-Vamos a tomar un café y luego
decidirás a donde quieres ir.
-Bueno, veo que es serio…está bien,
vamos por ese café - partiendo con su hermana, durante el camino no se dijeron
grandes palabras, sólo observaba la seriedad de Liz, pues ésta era siempre
comprensiva y amable, pero durante el trayecto estaba hermética, indicando que
no iba a admitir interferencia con lo que le estaba sucediendo. Se estacionaron
en un café de Manhattan, llegaron a una mesa y un mesonero se acercó a ellas -
¿y bien?- preguntó una que vez habían hecho sus pedidos.
-¿Cómo están todos en casa?
-Muy preocupados Liz…hace meses que no
vives en Manhattan…nadie sabe con quién éstas quedándote…bueno está claro que
estás haciendo algo más que quedándote en casa de esa persona - con irritación
-Escúchame… yo estoy viviendo en
Brooklyn… me mudé con mi pareja.
-¿Acaso tiene nombre? ¿Quién es? ¿Por
qué tanto misterio con este asunto?
-Es detective de homicidios del
departamento.
-¿No me digas que es otro Bruce?-
haciendo alusión a que se estaban aprovechando de ella otra vez.
-¡No tiene nada que ver con Bruce! -
irritada, pues la comparación de Darla con Bruce le parecía ofensiva hacia su
novia, en ese instante llegaron sus pedidos, luego continuó - esta persona es
increíble, además me ama profundamente y nuestra relación no puede estar mejor.
-¿Por qué nunca lo mencionaste, si es
tan maravilloso? y… ¿Tiene nombre?
-Su nombre es Darla Hernández y nunca
lo mencioné porque es una mujer - observando cómo su hermana quedaba atónita
con lo dicho.
-¿QUEEEEÉ? ¿Cómo una mujer?..¿ACASO
PERDISTE EL JUICIO POR COMPLETO?- con
gran exaltación.
-¿Quieres calmarte?- con gran aplomo,
notando como su hermana trataba de volver a una postura más calmada - bien como
lo oyes Amanda…yo estoy viviendo con mi novia, yo estoy muy enamorada, nunca
antes sentí esto por nadie, ni siquiera por Bruce.
-¿De qué hablas? Esa mujer es peor… te
ha manipulado por completo - sin comprender lo que escuchaba.
-Estas muy equivocada… puedo decirte
que sentí atracción por ella casi al instante de conocerla y ella por mi igual…
esto es nuevo para ambas y es maravilloso…Darla es una persona muy dulce,
romántica, graciosa, una gran decoradora y excelente cocinera… además nuestra
relación paso por 6 meses de cortejo para ser exacta - con los ojos radiantes
de felicidad.
-Pero… ¿acaso eres gay?- preguntó en
completa confusión, pues había notado la felicidad evidente de su hermana.
-Bueno creo que si… aunque nunca antes
me he fijado en otra mujer a decir verdad, sólo en Darla - con leve rubor en su
rostro, pero en ese instante su teléfono sonó, al tomarlo vio que ya eran casi
las 6pm - Hola…sí ella está conmigo….aun no le pregunto…. y tú ¿ya estás
saliendo? ¡Por favor cuídate mucho! Lo sé… puedo consentirte sin necesidad de
eso Darla…está bien… yo también te amo… nos vemos en la noche… adiós -
terminando la llamada.
-¿Era ella?
-Sí…está saliendo para un operativo de
búsqueda…yo no dejo de preocuparme cada vez que sale a las calles - tomando el
resto de su café.
-¿Qué es lo que no me has
preguntado?- curiosa por lo escuchado
durante la conversación telefónica.
-¿Deseas quedarte en casa?…en Brooklyn
con nosotras - ofreciendo una sonrisa.
-Está bien…me quedaré en tu casa -
luego de unos minutos, aun estaba en shock, pero ella necesitaba ver a la
detective y corroborar si era cierto lo dicho por su hermana o era un simple
engaño como pasó con Bruce.
Partieron directamente a Brooklyn,
para Amanda todo el sector se le hacía un poco deprimente tomando en cuenta que
ella siempre que visitaba New York, no salía de Manhattan, tampoco comprendía
como su hermana se había mudado hasta allí; ellas vienen de una educación
privilegiada y de excelentes relaciones sociales, no comprendía como Liz había
cambiado su vida de lujos por una vida modesta. Cuando entraron al apartamento
Amanda quedó sin palabras, realmente era hermoso, se notaba los rasgos de Liz,
ya que había plantas y flores por todos lados, ella siempre fue amante de las
plantas.
-Es un lugar muy hermoso y acogedor -
sonriendo.
-Gracias…fue la misma reacción que
tuve cuando vine la primera vez - sonriendo mientras cerraba la puerta y
encendía la calefacción, pues ya empezaba a entrar el frío otoñal en la ciudad.
-Bueno, las plantas obviamente son tuyas…
¿pero todo lo demás?
-Todo es obra de Darla… ella se ha
esforzado mucho en tener todo lo que ves…de hecho cuando me mudé sólo traje mi
ropa, pues aquí hay de todo - sonriendo
- ven te mostraré tu habitación.
-También es muy bonita - Amanda
apreciando delicadeza de la habitación.
-El baño está al lado si quieres
refrescarte… voy a cambiarme - dejando a su hermana.
Luego de refrescarse y cambiarse a una
ropa más cómoda, Amanda encontró a su hermana en la cocina.
-Tenía mucho tiempo sin verte cocinar
- sonriendo
-Bueno, esa es una cosa a la que me he
acostumbrado… a cocinar… sinceramente ahora no consumo casi comida rápida -
mientras sacaba una olla de la nevera y la ponía a calentar en la estufa - a
Darla le gusta la comida casera y también me he acostumbrado a eso.
-¿Qué cocinas?- observando como la
olla que estaba calentando tenía un alimento desconocido para ella.
-Son frijoles rojos… también voy a
cocinar arroz, carne y ensalada - mientras sacaba la carne de la nevera - Darla
me enseñó a cocinar comida latina… y sabes algo…a mi me encanta.
-Bueno, veo que ella ha impuesto
muchos gustos en ti - haciendo énfasis en todos los cambios que observaba en su
hermana.
-No ha impuesto nada Amanda… te diré
algo, a mi me gusta todo lo que tiene que ver con su cultura.
-¿Puedo ayudarte en algo?
-Claro…ven te diré como - ambas
cocinaron en conjunto y fue bastante rápido, la rubia notaba la curiosidad de
su hermana por saber todo, ella entendía que después de los sucesos con Bruce,
su familia se preocupara por su vulnerabilidad, pero esta relación era sólida y
así tenía que exponerla; cuando la comida estuvo lista, escucharon la puerta que se abría.
-¡Ya estás aquí! - Elizabeth acercándose a la mujer que estaba
entrando.
-Sí… al fin - Darla besando a su
novia, mientras Amanda la observaba con total curiosidad, veía como estaba
vestida con unos jeans negros y una camisa manga larga color azul claro un poco
sucia en las mangas y en los hombros, también venía con su abrigo en la mano,
exponía su placa y su arma colgando de la cintura, notó que era ligeramente más
alta que su hermana y de una belleza latina muy peculiar – Hola, ¿debes ser
Amanda? – sonriendo.
Capítulo 25
Decisión
-Sí, ella es mi hermana - Elizabeth
presentándolas – Amanda, ella es Darla… Darla, ella es Amanda.
-Es un placer - sonriendo y estrechando su mano con Amanda.
-También para mí - estrechando su mano
también.
-¿Qué le pasó a tu camisa?- preguntó la rubia al notar que
estaba sucia.
-Bueno…-suspirando - tuvimos
inconvenientes en el operativo de búsqueda - colgando su abrigo en el perchero.
-¿Qué sucedió?- con preocupación.
-Fuimos al lugar a buscar a tres
sospechosos con patrulleros de refuerzos…pero de repente todo fue un caos…nos
disparaban de todas las direcciones, tuvimos que pedir más refuerzos por radio
y buscar cubrirnos - mientras tomaba un vaso de agua - waooo…huele delicioso -
haciendo énfasis a la comida.
-¿Alguien está herido?- preguntó
nuevamente Elizabeth.
-No…pero Richard tiene un corte en su
brazo, pues tuvo que correr y cubrirse con un cubo de basura…Carter se acostó
en el piso detrás de un auto….y yo…bueno sólo tengo un golpe en mi costado
derecho - temiendo la reacción de su
novia.
-¿CÓMO QUÉ SOLO UN GOLPE? déjame ver
- con gran exaltación dirigiéndose hasta
su novia, mientras su hermana sonreía a toda la escena, esa era Liz, preocupada
por todos, mientras que la detective tenía un aire muy sincero y honesto con
respecto a la rubia.
-¿Elizabeth qué haces? tu hermana está
aquí - al ver como su novia estaba desabotonándole la camisa.
-No se preocupen por mi… puedo ir a mi
habitación – sonriendo.
-No, quédate Amanda… nosotras iremos
un momento a la habitación… ¿verdad?- severamente.
-Sí, vamos - entendiendo que la rubia
tenía que ver su golpe – discúlpanos.
Una vez adentro de la habitación Darla
empezó a cambiarse, Elizabeth notó el gran golpe que tenía a un costado de su
cuerpo, era de forma rectangular y estaba muy rojo.
-Es muy fuerte… ¿Cómo sucedió?-
preguntó mientras deslizaba su mano suavemente por el lugar.
-Cuando empezó el tiroteo yo vi unas escaleras que iban a un
sótano industrial, corrí hasta allí y me arrojé literalmente, golpeándome con
el pasamano.
-¿Y así ibas a cuidarte?
-Bueno, sí no me arrojo… me habrían
herido Elizabeth… era un infierno.
-Está bien… bueno supongo que me
tocara consentirte hasta que sanes - sonriendo con su mano acariciando todavía
el lugar.
-Sabes algo… sí continuas ese
movimiento con tu mano… pues… no creo que cenemos - pícaramente.
-No seas traviesa… mi hermana está
aquí - besándola profundamente - te
esperaré afuera - para salir de la
habitación, encontrando a su hermana ya colocando la mesa - ¿pero cómo
encontraste todo?
-Tienen todo muy organizado –
sonriendo.
-Es Darla… amante del orden… ¿y bien?-
preguntó a su hermana.
-Bueno, me parece una persona muy
honesta y sencilla… pero deberías preocuparte menos… por lo que veo su trabajo
es peligroso - colocando los cubiertos.
-Su trabajo es peligroso, pero ella
sabe cuidarse así que no insistas, porque ella me ama.
-Sí… de eso me doy cuenta - empezando
a comprender que esta mujer amaba sinceramente a su hermana.
Empezaron la cena y Amanda no pudo
esconder su fascinación por esta cena peculiarmente latina, los sabores eran
nuevos y deliciosos, también observó detalladamente la interacción de su
hermana y la detective, era evidente el amor de la una por la otra, aunque
todavía la situación era difícil de aceptar pues nunca imaginó que la rubia
eligiera finalmente a una mujer; también se mostraba preocupada por la reacción
del resto de la familia, pues ellos no le darían oportunidad a la detective de
demostrarles la franqueza de sus sentimientos.
Terminada la agradable cena, Amanda se
retiró a su habitación ya que estaba muy cansada, mientras que la rubia y su
novia también partieron para dormir, una vez se que deslizaron en la cama, se
abrazaron como lo hacían cada moche desde que vivían juntas.
-¿Así que te llaman Liz?- preguntó,
mientras se encontraba en brazos de la
rubia, pues estaba siendo consentida debido a las heridas recibidas.
-Así me llama mi familia - contestó
sonriendo y acariciando el cabello de Darla.
-¿Puedo llamarte así?
-Puedes llamarme como desees, aunque
prefiero que me llames cariño – sonriendo.
-¿Cariño?- levantando su cabeza para
ver a la rubia asentir por la pregunta hecha - está bien… cariño - para besarla - ¿Cómo crees que tú hermana
está con la noticia?
-Ella al principio enloqueció, pero…
creo que se ha dado cuenta que nos amamos…
¿mañanas tienes que trabajar?
-No… Swat se encargará de los arrestos
el fin de semana, así que vuelvo el lunes.
-¿Entonces qué haremos? no podemos
estar todo el día en casa - haciendo alusión a la visita de su hermana.
-Vamos a Prospect Park…allí hay
actividades de sobra.
-Es verdad…ahora descansa…has tenido
un día largo y difícil.
-Te amo.
-Yo también te amo - cerrando sus ojos
cuando sintió que Darla estaba descansando la cabeza en su pecho.
Las tres mujeres partieron luego de
desayunar para Prospect park, aquí Amanda se asombró de las diversas
actividades llevadas a cabo, se colocaron en un árbol cerca de las clases de
Tae Bo, Darla se quedó con la cesta de alimentos y bebidas recostando su cabeza
en el césped, mientras que su novia y la hermana de ésta se unían muy alegres a
las clases. Darla las observaba sonriendo; pasó su vista hacía las otras
actividades del lugar, observó a unos perros jugando, a jóvenes de edad escolar
ensayando una coreografía, a una mujer de aproximadamente 39 años leyendo un
libro plácidamente, se quedó observando fijamente esa imagen y esbozó una
sonrisa, esa escena la había hecho recordar a su madre, ella era asidua a la
lectura y releía constantemente sus libros, dado a que sus escasos recursos no
le alcanzaba para comprar nuevos, recordó como su madre extrajo su propio
nombre de uno de ellos, Darla significaba Querida en japonés, este recuerdo por
primera vez no la hizo sentirse triste, tampoco revivir ese profundo odio hacia
su padre, era un recuerdo agradable y que no causaba dolor; finalmente movió su
vista de la mujer porque no quería que su novia pensara otra cosa, luego prestó
atención a una familia, eran padres jóvenes y tenían gemelos, los pequeños
estaban dando sus primeros pasos, razón por la cual se caían al suelo
rápidamente, pero sus padre los ayudaban a levantarse y los sostenían de una
mano para que siguieran practicando, volvió a sonreír viendo la ternura de los
niños y sus padres, de pronto notó que su brazo estaba siendo levantado y su
novia se colocaba debajo recostada a su lado colocando la cabeza en su hombro.
-Tienes razón…nadie puede con esos
movimientos - con las pulsaciones aceleradas
-Yo te lo dije – sonriendo.
-¿Qué miras?- curiosa.
-A esa familia - señalando a la pareja
y sus bebés.
-¿Por qué?
-Sería maravilloso tener un hijo… ¿no
te parece?- sonriendo a su novia
-¿Quieres tener hijos? ¿No te parece
muy apresurado? Apenas vamos a cumplir un año de relación - sorprendida
-No estoy diciendo tenerlos ahora… te
digo que sería grandioso que yo pudiera fecundarte… tener un hijo que sea una
mezcla de las dos y no de una sola -
sonriendo.
-Bueno…sería maravilloso…un hijo con
tu cabello negro y tu hermosa piel tostada.
-Con tus hermosos ojos azules y tus
bellas facciones…a eso me refiero, pero lamentablemente ese es el castigo de
nuestro amor - triste.
-Yo… pienso que no hay castigo en el
amor…sólo situaciones y esta es una de ellas… el que no puedas fecundarme o yo
a ti es una acontecimiento desfavorable… además yo sólo quiero hijos contigo –
sonriendo.
-Sí… algún día…A tu hermana le gusta
la clase de Tae Bo.
-Supongo que está drenando el
estrés por la noticia que le di
ayer…además, estaba pensando partir con ella mañana a casa y así decirle todo a
mi familia, terminar con las mentiras… ¿qué piensas?
-Pienso que será duro ir sola…
¿quieres que te acompañe?
-No… prefiero ir sola… ellos te
odiaran y yo no quiero exponerte a ese trato.
-Entiendo… ¿por cuántos días piensas
irte?
-No lo sé… tal vez dos a lo mucho… ¿Por qué la pregunta?
-Porque voy a extrañarte mucho todo
ese tiempo - besándola - es más ya empiezo a hacerlo.
-Yo también te extrañaré mucho -
dejando caer su cabeza en el pecho de la detective, para quedarse dormida al sonido
de los latidos del corazón de la mujer que ama profundamente.
Las tres mujeres pasaron el resto del
día entretenidas comiendo, conversando, riendo, participando en otras
actividades del lugar; Amanda no pudo dudar de la relación de su hermana, tenía
razón era muy estable y tierna, demostraban su amor genuinamente a pesar de que
la noticia fue un impacto.
Era cerca de las 11pm y Darla salió
del baño, observó a su novia con un pequeño bolso en la cama, estaba escogiendo
y colocando la ropa para el viaje con su hermana, la escena le preocupó pues
quería acompañarla, pero la rubia fue enfática en ir sola, salió de la
habitación en busca de un vaso de agua.
-Es muy tarde - Amanda al ver a la detective en la cocina.
-¿Pensé qué estabas dormida?- notando
como Amanda se encontraba también con un vaso de agua sentada en la mesa del
comedor.
-Sólo estaba tomando agua para ir
dormir… al igual que tú.
-Estoy preocupada por ese viaje de
mañana… no quiere que la acompañe - sentándose en la mesa al frente de la otra
mujer.
-Puedo entenderte… pero es mejor que
no estés…mi familia… bueno nuestro padre reaccionará fatal… ella quiere
evitarte un trato desagradable.
-Sí… pero - levantándose un momento, tomando del mesón de
la cocina un papel y con una pluma escribió una nota, luego fue a la mesa
- mira este es mi teléfono… sí crees que
es necesario que vaya por Elizabeth, sólo llámame y estaré allí lo antes
posible - entregándole el papel.
-Está bien… si algo ocurre te llamaré…
hasta mañana - sonriendo para ir hasta su habitación.
-Hasta mañana - depositando los vasos
en la cocina y entrando a su habitación.
Observó que Elizabeth estaba
terminando su bolso, se acercó a ella en silencio y deslizó sus brazos por su
cintura, la abrazo en silencio; la rubia sonrió, luego se percató de como su
novia comenzaba a besarla tiernamente en el cuello.
-Yo también te extrañaré - sonriendo a
los besos.
-No quiero que vayas sola - susurró al
oído.
-Pero debo hacerlo - suspirando - no te pongas así.
-Eso es algo inevitable… porque te amo
- besando su mejilla.
-Yo también - girándose en brazos y besándola
profundamente.
Capítulo 26
Familia
Al día siguiente Elizabeth y Amanda
partieron muy temprano; Darla quedó triste, era la primera vez desde casi un
año de relación que se separaban; fue a casa pero todo lo sentía muy extraño,
se había acostumbrado tanto a vivir con ella, que sentía el vacio de su
ausencia, se dirigió directamente hasta su cama donde quedó dormida en pocos
minutos abrazada a una almohada. Cerca de las 1pm se despertó y vio que su
teléfono tenía un texto “ya estoy en casa”, era de Elizabeth, lo había enviado
a las 11m, se levantó de la cama y fue a la cocina, pero se percató que tampoco
tenía ganas de cocinar, a pesar de tener mucho hambre, decidió salir y fue
directamente hasta el restaurant de Adela, pero cuando estacionó el auto su
teléfono sonó, vio en la pantalla y el número no estaba registrado, decidió contestar la llamada y así saber
quiere era en realidad - Hernández…¿pasó algo?...voy para allá….no voy en mi
auto es más rápido... si… llegaré tal vez en unas 3 horas… envíame la dirección
por texto… no te preocupes yo llegaré hasta allí… está bien… adiós - terminando
la llamada. Salió rápidamente de lugar.
Luego de casi 3 horas de camino Darla
llegó a la ciudad natal de su novia, las calles notoriamente conservadoras le
daban la bienvenida, tenía la dirección pero ni idea de cómo llegar, se detuvo
cerca de un patrullero y le solicitó la ayuda; se enrumbo nuevamente por las
calles hasta llegar a un sector notoriamente exclusivo, las casas grandes y
ostentosas se exhibían con petulancia, al fin llegó a la correcta, era una casa
enorme con un perfecto jardín, había una pequeña entrada en forma de
semicírculo, detuvo el auto y envió un texto a Amanda, luego de unos instantes
vio que la puerta de entrada se abría y Elizabeth salía de esta furiosa, estaba
llorando con su bolso en la mano y detrás estaban dos jóvenes idénticos, supuso
que eran sus hermanos, luego salió una señora ligeramente más baja que su
novia, seguidamente salió un hombre alto de cabellos rubios muy imponente que
perseguía a Elizabeth mientras gesticulaba y gritaba, no había duda era su
padre, decidió salir del auto y pararse en la acera, pero al instante la rubia
la observó, corrió directamente hasta sus brazos y se aferró a ella en un
fuerte abrazo aun sollozando
-Llévame a casa.
-A eso he venido... vamos - abriendo
la puerta del auto para que entrara, al cerrarla ya el padre de Elizabeth
estaba al frente de ella.
-¿Eres tú la qué ha seducido a mi
hija?- el hombre de forma
recriminatoria e intimidante.
-Yo no he seducido a su hija señor, yo
me he enamorado de ella.
-¡Mentira!… tú sólo buscas
aprovecharte de ella.
-Se equivoca…además no trate de
culparme por sus errores.
-¿De qué hablas?- preguntó
confuso.
-De Bruce…él se aprovechó de ella
porque usted lo facilitó… sabía que usted lo ayudaría por sólo ser el novio de
su hija… lo que pasó es más culpa de usted que de él.
-¿PERO CÓMO TE ATREVES?- el hombre furioso y herido por las palabras
escuchadas.
-Como lo oye señor… adiós - dejando al hombre de pie en la acera para
entrar en el auto.
-¡VOY A DESTRUIRTE! - amenazante
cuando vio que la detective se marchaba, sus palabras la detuvieron justo
cuando iba a entrar.
-Soy Darla Hernández, Detective de
Homicidios del Departamento de Policía de Brooklyn…y puede hacer lo que guste
señor - desafiante entrando en el auto, marchándose rápidamente.
En el camino Darla tomó la mano de su
novia que ya estaba más calmada, acarició sus dedos, pero no habían palabras.
-Darla es muy tarde…además debes estar
cansada del viaje de venida…no podemos regresar hoy - observándola.
-No Elizabeth…vine para llevarte a
casa y eso es lo que haré - sonriendo.
-¿Cómo llegaste? ¿Cómo supiste que te
necesitaba?
-Amanda me avisó cerca de las 2pm… yo
le di mi número de teléfono por si algo pasaba - sonriendo - mira la hora son casi las 6pm
- haciendo alusión a lo tarde que ya
era, pues cuando llegó a la ciudad eran las 5pm.
-Sí, es tarde… gracias por venir… todo
fue horrible - con gran tristeza en su voz.
-Olvídate de todo…ya estoy aquí,
porque no duermes el camino es largo -
acariciando la mano de su novia.
-Mi padre te amenazó.
-No me preocupan sus amenazas… yo
tengo un expediente limpio…no puede hacerme nada… mejor duerme un poco.
-Está bien - recostando su cabeza del asiento y cerrando
sus ojos.
El camino fue tranquilo y sin
inconvenientes, la rubia durmió por aproximadamente 1 hora y luego despertó, se
detuvieron a comprar algo de comer en el camino; Darla trato de abrir otro tema
y tuvo éxito, conversaron sobre el caso de los pandilleros, la rubia estaba
concentrada en el trabajo y eso le agradó a la detective, porque sabía que al
menos no estaría pensando en lo sucedido con su familia. Cuando llegaron a
Brooklyn ya eran casi de las 9pm y las calles estaban ligeramente solas,
estacionaron en su edificio y fueron a casa.
-Al fin - Elizabeth al entrar - nunca debí marcharme.
-Bueno, ve el lado positivo… ya saben
- cerrando la puerta y encendiendo la calefacción.
-Pero a qué precio…estoy agotada.
-Vamos a la cama…yo también estoy
agotada - besándola en la mejilla.
-¿Por qué aun no me preguntas lo que
pasó?
-Porque no quiero que revivas esos
hechos.
-Pero yo quiero desahogarme - exhibiendo unas pequeñas lágrimas en sus
ojos.
-Entonces cuéntame todo… pero en la
cama, donde pueda abrazarte cómodamente - se recostaron aun con la ropa y la
abrazó - ¿Qué pasó?
-Cuando llegué esta mañana, todos
estaban muy alegres… mi mamá y mis hermanos muy cariñosos, pero… mi padre
estaba esquivo, creo que sospechaba el motivo de mi visita… decidí esperar
hasta después de comer y luego los reuní en la sala, Amanda estaba nerviosa al
igual que yo, debe haberte llamado en ese momento… les dije que desde hace casi
un año estoy en una relación y que desde haces casi 9 meses vivo con esa
persona…mi madre se puso muy feliz al igual que mis hermanos, pero mi padre
exigió tú nombre…yo le dije y le indiqué que eres mujer… allí empezó todo, mi
padre gritaba, mi madre lloraba y mis hermanos fueron los únicos en llegar a mí
y decirme “si eres feliz nosotros también”… pero mi padre estuvo diciendo toda
clase de cosas en tu contra y yo lo enfrenté furiosa… ¿cómo puede decir esas
cosas si no te conoce?… te juro que estaba encrespada… gritos iban y venían, no
sé por cuánto tiempo estuvimos así, pero
en algún momento Amanda me indicó que estabas afuera y sentí un gran
alivio en mi corazón… ohhhh Darla fue el peor momento de mi vida - sollozando
otra vez en brazos de su novia.
-Ambas sabíamos que todos iban a
odiarme… y no es que no me importe, si me importa…pero es cuestión de tiempo,
no tenemos nada más… tú fuiste valiente en hablar y defenderme… ya pasó… ellos
ya saben la verdad, no te das cuenta… no más mentiras Elizabeth, se acabaron
las ataduras - sonriendo.
-Te amo - besándola - tienes razón se acabaron las
mentiras.
-Así es…. lo único que importa es
nuestro amor…ahora vamos a dormir - para desplazarse a una posición más cómoda.
-¿No quieres cambiarte?
-No…ya estoy muy cómoda para eso -
sonriendo para cerrar sus ojos y quedar completamente dormida junto a
Elizabeth.
Amanda llamó a su hermana unas semanas
después para contarle que su madre estaba más calmada con la noticia, aunque
seguía en shock pero ella quería conocer a Darla y ofrecerle una oportunidad,
Tom y Chris estaban más ansiosos por conocer a la novia detective de su
hermana, pues era la primera vez que veían a un detective de homicidios,
estaban intrigados y emocionados por saber si era igual a como exponía la tv;
pero su padre estaba en una fase de frustración, investigó al instante toda la
vida de la detective y se encontró que tenía una hoja de vida impecable, no
tenía ningún motivo para dudar de su integridad y mucho menos como
perjudicarla, pero su orgullo era grande y aun se negaba siquiera a conocerla
formalmente, pues las palabras de esta en el jardín de su casa lo hicieron
sentir muy mal. Elizabeth estaba más tranquila con las noticias, se dio cuenta
que el tiempo era esencial para la aceptación de su relación.
Capítulo 27
El Regreso
-¡Demonios! - Darla golpeando el escritorio.
-Escucha, mejor enviamos a Carter…
estoy seguro que ella puede hacer el trabajo -
Crowe sentándose en su escritorio observando a su compañera.
-No, yo iré - levantando la vista hacia Richard.
-Será sólo por unas horas…no creo que
te tome demasiado tiempo ubicar al sujeto Darla.
-Eso espero… entraré en un lugar
peligroso.
-Todo listo chicos…ya está el disfraz
preparado así como las unidades de seguimiento y el apoyo de patrullas - Carter llegando al escritorio de sus
compañeros.
-Vamos Darla - Richard levantándose de su silla.
-Espérame en la sala…debo ir a hablar
con Elizabeth antes - levantándose y dirigiéndose hasta la oficina de su novia.
-Ok, te esperamos - partiendo con
Carter a la sala de preparación.
En la oficina de Elizabeth.
-Hey - al entrar - ¿estás ocupada?
-No... ¿Qué sucede?... ¿por qué tienes
esa cara?- preguntó angustiada la rubia, pues la cara de Darla era de extrema
preocupación.
-Elizabeth… tengo que salir a una
operación encubierto - tomando sus manos.
-¿Qué?... ¿Por qué tienes que ser tú?
-Porque es mi trabajo…Richard tiene
una familia, además Carter no tiene experiencia y esta operación es peligrosa.
-¿Qué tan peligrosa?
-Bueno… tengo que penetrar un área
llena de indigentes y drogadictos… aquí tengo que ubicar a un sospechoso y
sacarle una declaración… debo cuidarme de posibles ataques para robarme… además
de evitar que traten de inyectarme drogas - apretando las manos de su novia que
se encontraba perpleja con lo escuchado.
-¡Dios mío! - deslizando sus brazos
por el cuello de Darla abrazándola muy fuerte - estoy aterrada sólo de
escucharte.
-No te preocupes…voy a estar bien…se
ha dispuesto de suficientes refuerzos y vigilancia… todo estará bien - aferrándose a la espalda de su novia.
-Siempre voy a preocuparme… te amo -
soltando el abrazo y también unas lágrimas.
-No llores - tomando el rostro de la
rubia retirando las lágrimas con sus pulgares - si todo sale según lo planeado
estaré esta tarde de regreso… te lo prometo.
-Está bien…no puedo detenerte…pero dile
a Crowe que me avise si algo sucede.
-Yo le diré - para besarla y salir de la oficina.
Llegaron a una zona conocida por la
acumulación de indigentes y drogadictos, ubicado en el muelle de Brooklyn, eran
unos almacenes olvidados, era aquí donde Darla debía ubicar al sospechoso;
vestida como un indigente, con un maquillaje que le daba la impresión demacrada
y de adicta se enrumbó en su misión; entró en el lugar, tenía constante
comunicación con Crowe por un pequeño auricular en su oído y un micrófono
diminuto ajustado en su pecho, ubicó sorprendentemente rápido al sospechoso,
fingió buscar drogas y logró un acercamiento, se ubicó junto a el hombre y
comenzó a hablar con él, éste por su parte estaba bastante drogado, razón por
la cual estuvo hablando de muchas cosas hasta que llegó al homicidio ocurrido
unos días antes, alardeó a los presentes como había asesinado a un hombre para
robarle las drogas que tenía, estuvo con él sospechoso por cerca de 20 minutos
hasta que de manera sutil y habilidosa logró colarse hasta la salida del
almacén, caminó lentamente sin levantar sospecha, ya alejada del lugar un
hombre la detuvo.
-Hola - un hombre de tez amarillenta y muy delgado.
-¿Qué haces aquí? Dios que pregunta -
Darla al darse cuenta que el lugar era perfecto para un hombre como él.
-¿Darla todo está bien?... ¿con quién
hablas?- Richard al escuchar la
conversación
-No te preocupes todo está bien…voy a
desconectarme… estaré contigo en unos minutos - hacia su micrófono desconectándolo.
-Ahhh...estás trabajando.
-Sí, estoy trabajando - para seguir su camino.
-Veo que eres feliz…ella es muy hermosa
a decir verdad.
-¿A qué te refieres?..¿Qué sabes tú de
ella?- girándose para ver al hombre demacrado tambalearse.
-Yo le conté Darla sobre mi identidad.
-¿Qué demonios dices?- acercándose al hombre rápidamente.
-La última vez que no vimos…yo le hablé
de mi, quien soy en realidad, tuve que hacerlo o levantarían cargos… ¿ella no
te contó?- preguntó curioso, observando cómo su hija fruncía el seño y tenía un
gesto de estar hilando algo.
-¿Cómo sabes que estamos juntas?-
preguntó seriamente.
-Yo las vi antes de aquel día en el
departamento de policía, fue una tarde comiendo en el parque… tú reías mucho y
ella también… luego de eso las he visto varias veces juntas como una pareja…de
manera accidental, te lo juro -
aclarando al final de la oración ya que su hija lo observó de manera
fulminante
-No quiero verte nunca más… si
llegamos a toparnos nuevamente, ni siquiera me saludes
-Estoy muriendo… necesito tú perdón -
derramando lágrimas
-Eso es algo que no puedo darte… adiós
- para dejar al hombre llorando a su espalda.
Caminó hasta el lugar de resguardo,
pero aun estaba pensando en las palabras dichas por su padre, Elizabeth sabía
de la identidad de él “¿por qué nunca lo mencionó?”; increíblemente este
encuentro no la alteró, tampoco la hizo sentir tristeza y odio, estaba
tranquila.
-Hey… ¿Qué fue eso de hace un
momento?- preguntó Crowe bajando de una camioneta oscura.
-No fue nada… además… no tiene que ver
con el caso - empezando a quitarse su disfraz.
-Está bien - sin indagar más, confiaba en su compañera.
Llegando al departamento, Darla fue
directamente hasta la oficina de su novia.
-Hola… todo salió bien - al entrar en la oficina aun con parte de su
disfraz.
-¡Gracias a Dios! Estaba muy
preocupada - levantándose de su escritorio y llegando a Darla.
-Bien… tengo que ir a terminar el
papeleo - secamente, cosa que la rubia notó inmediatamente.
-¿Qué te sucede?
-Nada… sólo que me encontré con mi
padre, Elizabeth… ahora sé que siempre lo supiste - mirándola fijamente.
-Darla…por favor, escúchame - en
completo pánico, se acercó y trató de agarrar su brazo.
-No me toques - evitando el contacto -
mejor hablamos en casa - saliendo de la oficina de su novia, dejando a esta
completamente consternada.
Capítulo 28
Historia
Darla continúo con su trabajo, no se
percató cuando Elizabeth se marchó, luego fue a limpiarse y cambiarse en el
baño, en el camino a casa seguía en la comprensión de sus sentimientos con
respecto al encuentro de la tarde, esbozando una sonrisa.
-¿Elizabeth por qué lloras?- preocupada al entrar a casa y ver a la rubia
llorando en el sofá, dejó sus llaves en el tazón de la entrada y corrió hasta
el lugar abrazando a su novia.
-Perdóname…yo no quise hacerte daño -
llorando ahora abrazada al cuello de la detective - no quería arruinar lo que
teníamos.
-¿Lo que teníamos?- retirándola de sus
brazos para ver su rostro sollozante -
será lo que tenemos…te amo, ¿por qué dudas de eso?- sonriendo.
-Pero tú estabas furiosa hoy…ni
siquiera dejaste que te tocara - tratando de secar sus lágrimas con un pañuelo
blanco.
-No estaba furiosa…no dejé que me
tocaras porque estaba sucia del operativo… además no te reprocho que me
ocultaras lo de mi padre…ahora entiendo muchas cosas.
-¿Entonces?- preguntó insegura.
-Entonces, debí contarte todo hace
mucho… tú me ayudaste a evitar cargos de agresión, que fuera suspendida, esa
noche me buscaste, fuiste dulce y comprensiva conmigo, además me diste cobijo,
todo eso sin amarme… ¿cómo crees que puedo odiarte?- sonriendo.
-Ya te amaba, sólo que no me había
dado cuenta de ello, pero ya me había enamorado de ti en ese momento -
devolviendo la sonrisa.
-Bueno, entonces, menos podría
reprocharte algo, porque esa noche yo terminé de enamorarme de ti…tengo que
contarte todo para que ya no existan más secretos.
-Está bien - ubicando su cabeza en el
hombro de su novia mientras esta la abrazaba.
-Vivíamos en Dallas, mi madre
trabajaba limpiando casas, mi hermana y yo íbamos a la escuela y mi padre se
dedicaba a trabajar como obrero en construcción.
-¿Tienes una hermana?- con asombro.
-Sí… tenía una hermana.
-¿Cómo
que tenías?- confundida.
-Escucha… él comenzó a consumir drogas
cuando yo tenía 15 años, ya la bebida era constante; solía golpear a mi madre y
a nosotras, mi hermana se llamaba Lucia, tenía 10 años. Lucy como le decía,
siempre estaba soñando con una realidad diferente a la que vivíamos, mientras
que yo me refugiaba en mi amistad con Héctor, nos conocimos en el jardín de
infantes y en la secundaria siempre estuvo a mi lado, además nuestra casa era
diminuta.
-¿Qué sucedió con ella?
-Mi padre empezó a ponerse como loco,
la combinación de alcohol y drogas es explosiva, un día él llegó a casa y se
llevó a Lucy, yo traté de evitarlo pero me golpeó muy fuerte y quedé
inconsciente en el piso, fue la última vez que la vi, sólo recuerdo vagamente
su llanto y suplicas antes de ser llevada por él.
-¡Dios Mío! - colocando sus manos en
sus mejillas asombrada por lo que estaba escuchando.
-Mi madre colocó de inmediato la
denuncia, pero nunca se supo nada de Lucy ni de él, colocamos carteles por toda
la ciudad y Héctor siempre que salía colocaba más carteles. Después de un año
la policía no sabía nada y mi madre estaba sin esperanzas. Cuando terminé la
escuela, yo no tenía dinero para ir a la universidad, trabajaba para ayudar a
mi madre, Héctor me dijo que vendría para New York y quería que viniera con él,
al principio no estaba segura, yo seguía buscando a Lucy.
-¿Qué pasó?- ahora acariciaba la
mejilla de Darla.
-Pasó que una noche, yo estaba
trabajando en una tienda de comestibles y un hombre se acercó a mí, me dijo que
me olvidara de mi hermana, ella nunca regresaría; cuando quise preguntarle como
sabía, él dijo que mi hermana había sido entregada a unos traficantes a cambio
de droga y dinero. Ese hombre se marchó tan rápido que no me dio tiempo de
llamar a la policía o seguirlo, fue entonces que decidí marcharme con Héctor.
-Ohhhh… ¡Dios mío!…ahora entiendo todo
tú rencor hacia él - con muchas lágrimas mojando su rostro.
-Nunca le conté a mi madre sobre ese
encuentro, que podía decirle, que había sido prostituida o que estaba muerta,
¿qué verdad dolería menos? Vinimos y yo entré en la academia de policía porque
era lo único que tenía a disposición, pero mi madre no se recuperó nunca del
secuestro de Lucy, su salud se deterioró y poco después de graduarme ella
falleció.
-No puedo imaginar todo tu dolor -
aferrándose en un abrazo a Darla.
-Fue duro, pero Héctor me dio animó y
luego mi trabajo me dejó ver muchas cosas, siempre he deseado que Lucy este
muerta, que no tuviera que sufrir cualquier horror en manos de esos hombres.
Nunca sabré de ella Elizabeth, la perdí y también a mi madre, todo gracias a
él.
-¿Él nunca ha dicho la verdad?
-No…nunca ha dicho nada…él sabe que
conozco la verdad…la verdad revelada aquella noche…tampoco le he pedido que lo
diga, ni lo he denunciado…ya no tiene caso, encontrar a Lucy es algo
imposible…aun si lo dijera, estoy segura que no la encontraré jamás.
-Por eso lo odias tanto - soltando el
abrazo y viendo el rostro sereno de su novia.
-Sí… por mucho tiempo lo he odiado por
acabar con mi familia.
-¿Por eso eres policía?
-No sé… tal vez.
-Él pedía tu perdón esa noche -
levantando la vista con lágrimas por la historia escuchada.
-Si…y sabes algo…creo que ya lo
perdoné, pues no siento odio por él…pero eso no se lo diré, ese será su
castigo…desde hace mucho siento que recordar a mi familia no me causa dolor
- con leve sonrisa.
-Entonces, el tiempo curó tu herida -
depositando su mano en la mejilla de Darla.
-No… el tiempo no me curó… fuiste tú…
tú amor me curó, me dio tranquilidad y capacidad de perdón - besando
tiernamente a su novia - te amo.
-Yo también te amo - para cerrar sus ojos con la cabeza apoyada en
el cuello de su novia.
Capítulo 29
Búsqueda
Luego de ducharse Darla se vistió, fue
hasta la mesa donde acostumbra colocar su placa, pero al abrir la gaveta no la
encontró; con su mano rascó la parte posterior de su cabeza tratando de
recordar donde estaba, era tan extraño siempre fue muy ordenada, pero en el
último año todo había cambiado.
Decidió dar un vistazo en la cómoda de
la habitación, pero allí sólo estaban las cremas de Elizabeth junto a dos
fotografías, una era de ellas el día de su boda, habían pasado dos años de
aquel momento, esbozó una sonrisa, recordó como le pidió que se casaran en su
primer aniversario, como su familia fue aceptando su relación, hasta se casaron
en el jardín de la casa de los padres de Elizabeth y el padre de esta ya no era
reacio, de hecho ahora eran muy cercanos, en esa fotografía estaban las dos
sonriendo en sus respectivos vestidos blancos.
La otra fotografía era de Lucy,
Elizabeth le pidió poner un retrato en casa, ella quería que el recuerdo de la
niña estuviera siempre presente, no de manera triste, sino alegre; por tal
razón la fotografía era de Darla y Lucy riendo a carcajadas, eran tan parecidas
en ese retrato.
Al no hallar el objetivo, fue hasta la
caja fuerte de la pared y sacó su arma, colocándola en la cintura; se dirigió
hasta la sala y gran desorden había aquí, peluches por todos lados, juguetes,
Darla tenía que caminar haciendo peripecias a su paso, se agachó para ver
debajo del sofá, pero sólo encontró un par de juguetes, se levantó y buscó
dentro de los cojines, pero no encontró nada, pensó en la cocina, tal vez la
había dejado allí.
-Elizabeth ¿no has visto mi placa?-
observando a su esposa en la estufa.
-No…buscaste en tu mesa - girando para
verla.
-Sí…pero no está…busqué en la sala y
nada… ¿crees qué?
-Bueno…yo daría una mirada…tú sabes
cómo es – sonriendo.
-Tienes razón - para ir hasta un
corral ubicado en la cocina donde se encontraba una hermosa niña de cabellos
negros y piel suavemente tostada de intensos ojos azules - a ver Lucy -
levantando a la niña de un año, sacándola de su resguardo - ¿acaso tomaste mi
placa?- sonriendo mientras la niña copiaba la risa.
-Sostenla mientras veo - Elizabeth
agachándose y buscando en el corral de la niña - bingo, aquí está… ¿Cómo lo
hizo?- sonriendo encajando la placa en la cintura de su esposa.
-No sé, pero es muy traviesa….además
de ser zurda como Héctor - mientras llevaba la niña hasta la silla de la
cocina, sentándola en su regazo - vamos a comer Lucy - cuando su esposa deslizó
su plato de huevos revueltos, con pan.
-Por eso no come en su silla… la
acostumbraste a comer contigo - quejándose mientras se sienta junto a Darla y
su hija.
-Pero yo no estoy mucho tiempo con
ella….siempre que regreso está dormida.
-Está bien... ¿sabes algo de Richard?-
empezando la comida.
-Sí, ayer me llamó… dijo que el CIU es
tedioso comparado con homicidios…y que me extraña - sonriendo y dando de comer
a la niña que empezaba a hacer un desastre en la mesa - dios va a ensuciar mi
camisa.
-No te preocupes…hay más limpias -
besándola en la mejilla.
-Gracias… y ¿cómo te sientes en la
oficina?… ¿es muy distinto a los juzgados?
-Un poco… bueno en realidad muy
diferente… en este punto estoy como
Richard, extraño mi antiguo trabajo - sonriendo - extraño compartir contigo.
-Pero tú quisiste dejarlo…. aun puedes
regresar.
-No…me gusta el horario…al ser asesor
de empresas me deja tiempo con nuestra hija…además adoro esperar cada día tú
llegada - sonriendo
-Yo también extraño compartir contigo
en el trabajo, pero Tony es tan necio que a veces ni tiempo tengo de pasar por
allá - besando a su esposa rápidamente - Ouch… mi camisa - al percatarse que
estaba sucia por el desayuno.
-Te dije que no te preocupes….ven,
vamos a buscar otra - levantándose para ir a la habitación seguida por su
esposa e hija - mira aquí esta.
-Déjame colocar a Lucy en la cama -
para luego quitarse la camisa - ¿vas a trabaja hoy?
-No… estoy libre - entregándole la
camisa - Lucy ya baja de la cama Darla - acotó la rubia.
-Tranquila ella no va a bajarse…
además, voy a llamar en este instante y me reportaré enferma - sonriendo y
devolviéndole la camisa a Elizabeth.
-¿Pero qué dices?- sonriendo.
-Voy a pasar el día con ustedes -
deslizando sus brazos por la cintura de la rubia y atrayéndola hacia su cuerpo
- qué más da, nadie puede enfadarse por querer pasar un día con mi familia -
besando a su esposa
-Me encanta cuando haces estas
locuras… te quiero tanto - apoyando su cabeza en el pecho de Darla - recuerdo
cuando Lucy nació, nunca te separaste de mi.
-Y nunca me separare de ti -
levantando su rostro y besándola profundamente, pero al instante un sonido
estruendoso provino de la sala.
-¡¡¡LUCY!!! - ambas gritaron para
salir corriendo hasta la sala.
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Oriana Derechos Reservados
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MARAVILLOSA HISTORIA.
ResponderEliminarGracias Oriana por regalarnos a todas tu enorme talento.
MC.Cartagena (España)
ME HE LEIDO ESTA HISTORIA X LO MENOS 5 VECES... SIEMPRE ME ENTERNECE... Y ME HACE DESEAR TENER UNA FAMILIA MIL GRACIAS... SAM... ITALI
ResponderEliminarMe encanta esta historia, llevo años leyendola y vuelvo a leerla y me vuelve a fasinar como si fuera l primera vez. Gracias x compartirla.
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