Capítulo 4
Marina
Dejo a Lucía leyendo, quiero preparar algo especial ¿Ves amor? ¡Ella está en casa! Espero encuentre en tu diario las respuestas que no podré darle, porque son las cosas que te pasaban por dentro cada día, mi corazón te recuerda tanto…
Es mejor que me vaya antes que se haga tarde, ella está segura en casa, pienso en las veces que caminé esta misma vereda en compañía de Luciana o para darle la sorpresa de preparar la cena, todo es diferente ahora, creo que de a poco estoy recuperando mi vida o más bien las ganas de vivirla…
Marina: Disculpe, me distraje… ¡Ana! ¡Hey hola! Jajaja
Ana: Doctora, no sé quien está más distraída…
Marina: seguramente yo…
Ana: Perdón, él es Rodrigo mi amigo
Rodrigo: mucho gusto doctora
Marina: igualmente; Ana, justo pensaba en llamarte para saber cómo te fue con el parcial
Ana: Me fue bien, gracias, por su ayuda obvio, pensamos ir a cenar para celebrar ¿Le gustaría venir?
Rodrigo: Sí doctora, sería un gusto que nos acompañe
Marina: Pueden llamarme Marina, les agradezco pero no puedo, me esperan en casa, además soy quien debe cocinar, vayan y disfruten ustedes, seguro lo pasan mejor. (Ana me mira extrañada, pero tampoco es lógico que ande con ella y su novio, deben querer estar solos… ¿¡así que tiene novio!? ¡Qué bien por ella! Aunque no sé, debería saber más de él, porque ella merece alguien que la cuide, me interesa su bienestar…en verdad ella es muy bonita y esa sonrisa…Mejor me apuro, Lucía espera).
Ana
¡¿Será posible que otra vez me choque con ella?! Parecía muy distraída (Me tiene mal)
Rodrigo: Así que esa es tu doctorcita…con razón te trae loquita, es muy linda, ese aire intelectual y esos ojos, esa boca y…auch ¿Por qué me pegas?
Ana: estás hablando de ¡Marina! De todos modos por lo que me sirve, me animo, la invito a comer y dice que la esperan en casa, bueno es obvio que tiene derecho a estar con alguien (que ganas de llorar…) pero…
Rodrigo: a ver Ana hablando en serio ¿No viste su cara cuando nos vio juntos? Para mi no le gustó nada, nadita. Es que estás tan boba que no ves muchas cosas amiga.
Ana: No; te pareció, además estaba muy preocupada por quien la esperaba y ¡no soy boba! Estaba viendo (lo bien que le quedaba ese vestido awww) y vi que ni te miró.
Rodrigo: de acuerdo, no me creas…pero algún día me darás la razón, vamos.-me abraza y vamos a comer (¿y si tiene razón?...mmm no, ella está con alguien.)
Lucía
Mi mamá me sacó fotos todo el tiempo, es increíble la cantidad de fotos mías que hay, siempre pensé que no tenía ninguna, por lo que me dice, vivimos las tres juntas hasta mis casi tres años, me llevaba a ver a mi padre quien esperaba siempre que ella vuelva y no lo hacía, fue cuando todo se complicó.- mi teléfono suena, es Cami…
Cami: Hola bonita ¿Cómo estás?
Lucía: La verdad algo confundida, mi mamá me dejó un diario y en este momento lo estoy leyendo, siento que estoy con ella.
Cami: ¿No es mejor que lo traigas a casa? Acá podría cuidarte si lo necesitas
Lucía: Lo sé, pero necesito estar en este cuarto, no te preocupes Marina me cuida bien, ya te contaré.
Cami: De acuerdo te veo mañana, besos amiga, cuidate.
(Qué bueno es tener una amiga, alguien que se interese por mí sin egoísmo, que sólo piense en mi bienestar, así es Cami conmigo y yo trato de serlo con ella, la amistad es un regalo que la vida me ha dado, soy una agradecida por eso.)
Encuentro unas fotos mías durmiendo a los dos años, estoy en este cuarto en brazos de Marina, supongo que mi madre nos encontró y tomó la foto…continúo leyendo
“Mi amada Lucía, hoy te llevé a ver a tu padre como todos los días y como todos ellos él insiste en que vuelva, me dijo: “la casa de esa amiga tuya no es el lugar de mi hija, tendrías que ir pensando en volver ¿desde cuándo dos mujeres pueden educar a una niña? Un hombre es necesario para darle guía y disciplina, esto está llevando demasiado tiempo, ya todos comentan cosas, soy un hombre importante y no lo voy a permitir.” De nada sirve que le explique que estás bien, que tenés todo lo necesario, cuando le digo que trabajo y te mantengo se ríe y dice que eso no es trabajar, además de decir que siendo mujer la doctorcita esa no debe ser muy buena y en cualquier momento nos deja en la calle.
Volvemos a casa, no puedo ocultar mi preocupación cuando llega Marina, después de acostarte vamos a nuestro cuarto, tengo tanto miedo…lloro ante la posibilidad de perderte, hija no podría vivir sin vos, Marina me consuela como lo hace siempre, pero sé que ella también está preocupada, no sólo por lo que le conté, si no porque hace unos días me siento débil, me llevó al hospital y esperamos resultados de los estudios, no me dice mucho, pero sé que le preocupa, esa noche dormimos abrazadas a nuestros miedos.”
Marina: Volví ¿estás bien?
Lucía: No; necesito un abrazo.- ella se acerca y me consuela porque mis lágrimas no cesan, acaricia mi cabeza mientras dice suave: “ya pasa mi amor, ya pasa…”
Marina: No sé qué te cuenta tu mamá, pero si necesitas que te diga algo más, puedo dejar la comida para después, hago lo que vos digas.
Lucía: Está bien, sólo fue el momento, necesito seguir leyendo, gracias por el abrazo
Marina: un gusto señorita.- acaricia la punta de mi nariz con su dedo y se va.
“Hija, los resultados de los estudios no salieron bien, Marina anda muy preocupada, hoy te llevaré a ver a tu padre, ella dice que mejor no, que estoy débil, pero si no lo hago habrá problemas, al llegar me encuentro a tu padre…y al mío, lo que más me enoja es que apenas te miran, ¿Cómo hacen para no querer comerte a besos? Yo lo hago todo el tiempo, ellos sólo te dejan en brazos de mi madre, diciendo: ‘llevala, tenemos que hablar’. Me siento algo cansada, espero que esto termine pronto, mi padre me mira y dice: “Ya fue suficiente, tenés que dejar de andar por ahí de prestado, volvé a tu casa, con tu marido, así dejamos de pasar vergüenza todos”
Luciana: No quiero volver y no lo haré, todavía no quieren entender que soy feliz, que mi hija está bien, que no necesitamos nada más, no necesito volver donde no hay nada.
Sergio: Mi hija necesita una vida estable, basta de andar por ahí, encima con esa mujer con quien vivís, crees que no me doy cuenta que no es sólo “tu amiga”, además ya me enteré que no estás bien de salud.- me sorprende que lo sepa, pero dice: Tengo conocidos en todos lados ¿Te olvidas? es mejor que vuelvas, en manos de quien quedará mi hija si no la podes cuidar, debe estar con su padre.
Mi padre como siempre, pareciera que sólo quiere herirme: “Ya te dije Sergio, poné un abogado, lo del juez déjamelo a mí y en menos de lo que crees la nena está con vos”-¡Qué dolor tengo! ¿Qué hago si te llevan de mi lado? Pero no puedo volver, mis lágrimas quieren salir, pero las soporto, te busco de los brazos de mi madre y salgo, necesito a Marina, la llamo y le pido que me busque en el banco de siempre en la plazoleta; mientras, te saco fotos, quiero guardarte en mí, te amo hija haré lo que sea necesario por estar con vos.
Marina: Hola mis amores, ¿Cómo estás?- pregunta mientras te entretiene con un caramelo, ve mis ojos y propone algo: ¿Qué tal si llamamos a la abuela Susy? Podemos pedirle que venga y nos ayude a cocinar, ¿Te parece Lu? Vos saltando a sus brazos contestas¡¡ Siiiiiiiiiiiiiiiiii!! - de esa manera podremos hablar, así lo hacemos, al llegar a casa Susy se ocupa de vos, mientras nosotras nos enfrentamos a la realidad.
Marina: Mi amor, es necesario que sepas que los estudios muestran un problema serio de salud, tenés nódulos en un pecho, hay que hacer más estudios pero tu debilidad es un síntoma, no sé que podría pasar, necesitas internarte y así sabremos bien qué hacer.
Luciana: No; internarme no puedo, ellos me dijeron que me quieren quitar a Lu y si no la llevo será peor, dirán que no quiero, además ya saben que estoy enferma y hoy amenazaron con que si no vuelvo a casa pondrán un abogado, mi padre tiene amigos que le deben favores, son capaces de todo por él, no puedo internarme.-sólo podía llorar
Marina: Luciana, tu salud ahora es muy importante, hablaremos con Daniel, mi hermano, él es abogado vamos a ver que dice, pero debemos saber cómo estás, eso es indiscutible, mi mamá cuidará de Lu mientras nosotras nos ocupamos de vos.
Lucía, hijita, tengo mucho miedo, no de estar enferma sino de la posibilidad de perderte, en este momento te miro dormir, estás tan en paz… ¿por qué simplemente no nos dejan vivir así?, lloro al pensar en no tenerte en mis brazos, haré lo que sea necesario para que eso no pase, espero que cuando leas esto, sea todo sólo un mal recuerdo.”
Puedo sentir el dolor de mi mamá, su sufrimiento ¿Cómo pudieron ser así con ella? Conmigo, me embarga la impotencia de saber y no poder hacer nada, pensar que muchas personas aún hoy pasan por cosas como estas, el no ser aceptadas, incomprendidas, tener que vivir una vida que no eligen sólo por apariencias. Voy a ver a Marina un rato, necesito respirar.
Marina
No sé qué cosas recuerde de su vida con nosotras, pero la milanesa con puré era su comida favorita y el flan, no sé si habrá cambiado sus gustos, aunque por cosas que leí, lo que un niño aprende en la primera infancia no se le olvida…
Lucía: Mmmmm ¡que rico! Milanesas, mí comida favorita…y ¡¡flan!! ¡Cómo si me conocieras de toda la vida!- ella me abraza muy fuerte, sé que tiene ganas de llorar, pero trato que no lo haga
Marina: ¿podrías poner la mesa? De chiquita te gustaba hacerlo. –lo hace, yo siento que estamos las tres como antes, te veo dando vueltas a su alrededor, mirando con orgullo en lo que se ha convertido nuestra niña.
Cenamos conversando sobre cosas que ella hacía de pequeña, me sorprende preguntando por la abuela Susy, diciendo que quiere verla, me doy cuenta que Luciana le ha contado mucho en el diario, espero pueda asimilar todo, tenerla en casa es recuperar una gran parte de mi vida y poder cumplir la promesa hecha a mi amor, de tenerla conmigo y contarle la verdad.
Lucía: ¿Podría seguir leyendo el diario en tu cama? Creo que no quiero estar sola.
Marina: Por supuesto, vamos cuando quieras
Lucía
Busco el diario y voy al cuarto de Marina, de mi madre, porque la veo en todo lo que hay, necesito sentir que alguien me cuida y está cerca, sigo leyendo:
“Los estudios salieron mal, tendré que hacer tratamiento, pero no quiero que te lleven de mi lado así que hablé con tu padre y le dije que vuelvo a la casa, Marina aceptó porque sabe que no renunciaría por nada a estar con vos, así que acá estamos otra vez solas.
Tu padre está usando mi enfermedad como excusa para alejarte de mí, Daniel dice que es muy posible que lo consiga, mientras, sigo con vos, pero me cuesta cuidarte, estoy tan cansada, Marina dice que es normal pero que en poco tiempo seguramente me internarán para seguir un tratamiento más estricto, tu padre dice que no debo seguir con Marina como mi doctora, no voy a cambiar eso también. Como me cuesta atenderte está Lorena, la niñera, para ayudarme, las fotos creo que son la forma que encuentro de mantenerte conmigo, espero me recuerdes cuando no estemos juntas, sólo puedo prometerte que siempre, no importa cómo, estaré a tu lado.”
No puedo evitar las lágrimas, Marina me abraza y trata de consolarme, en el diario hay un espacio en blanco, supongo que es ella quien lo llenará.
Marina: Fue muy duro para tu mamá cuando tuvieron que volver con tu padre, ella no se separaría de vos, temí por su vida en muchos momentos, me costó mucho ser fuerte por las dos, pero eso es amar a alguien con todo tu ser, sacar fuerzas de donde no hay, lo que la hacia feliz era poder tenerte cerca a pesar de lo que tenía que soportar de parte de sus propios parientes, su salud desmejoró mucho y hubo que internarla. Con la complicidad de muchas personas, mi madre, mis hermanos, algunas que trabajaban en casa de tu padre, seguimos consiguiendo fotos tuyas, y muchas veces logramos escuchar tu voz por teléfono, eran los momentos donde tu mamá tenía el rostro iluminado, estuvo enferma casi dos años hasta que pudo vencer la parte más grave de la enfermedad; por ella hice mi especialidad en oncología, aunque sea difícil de creer en esos momentos tu padre aprovechó para distanciarte de ella, cuando se sintió con fuerzas volvió a la casa, tal vez te costaba reconocerla, estaba más delgada y demacrada, tu padre le dio poco tiempo para que la recordaras, y comenzó a decirle que en ese estado no podría cuidarte, que él no podía hacerse cargo de ella tampoco , su insistencia hacía que se sintiera mal, no estaba en condiciones de salud para enfrentarlo, lo hablamos y todos los médicos que la trataban sugerían que ella necesitaba un lugar tranquilo para estar y recobrarse totalmente. No podía pensar en dejarte pero el juez amigo de tu abuelo dijo que ella no podía cuidarte, que si tu padre quería separarse tenías que quedarte con él, y ella tendría un régimen de visitas. El día que fuimos a buscarla cuando se iba, la abrazaste tan fuerte que tuvieron que arrancarte de sus brazos, mucho dolor y lágrimas pasamos, intentamos que vuelvas a casa y fue imposible. Cuando ella trataba que se cumplan las visitas, siempre tenían una excusa, que estabas dormida o que estabas en casa de tu abuela o enferma, en definitiva de a poco todo esto fue socavando la fortaleza de tu mamá, creo que es la parte del diario que no está escrito.
Lucía: Muchas noches, despertaba llorando, buscaba algo…hasta ahora no sabía qué, buscaba lo que me quitaron, los brazos de mi mamá.
Marina
Las dos lloramos cuando nos damos cuenta la falta que nos hace Luciana, contarle esa parte tan triste de nuestras vidas es duro para mí, pero debo hacerlo, de ese modo podrá conocer a su madre tal cual era y no como le han hecho creer.
Marina: Creo que es mejor descansar hoy, ya es tarde, date tiempo de asimilar esto y mañana continuas, si lo necesitas puedo pedir el día en el hospital, así no estás sola, lo que elijas está bien.
Lucía: No; creo que estaré bien sola, sé que hay mucha gente que te necesita, si quiero algo puedo llamar a Cami si no te molesta.
Marina: para nada, estás en TU casa, no lo olvides.
Ella no quiso dormir en su cuarto, se quedó conmigo, creo que velé su sueño toda la noche, no podía dejar de mirarla, pensando en las veces que con Luciana soñamos tenerla así.
Es hora de irme, le dejo una nota a Lucía, donde le digo que todo lo de la casa es suyo, que volveré ni bien pueda, junto con mi número de teléfono para que se comunique conmigo. Al llegar al hospital el trabajo es mucho, pero me ayuda a no pensar tanto, no debería pero reviví cada momento doloroso y eso se me notaba, mi cabeza está en muchas cosas a la vez…de pronto…
…Un buen mate como a usted le gusta, el agua está a punto, y esta factura de dulce de leche tiene su nombre, entonces se toma un minuto y lo disfruta ¿sí?- Ana sale de no sé dónde y me hace reír por primera vez en el día.
Marina: gracias, me hacía falta
Ana: Me atreví a pedir que no la molesten por 20 minutos, se la ve cansada y eso no es bueno, me gustaría acompañarla.
Marina: ¿No tenes facultad hoy?
Ana: No, me tomé el día, cuando pasé y la vi llegar me pareció buena idea acercarme, espero no le moleste.
Marina: La verdad…-(¿Por qué no decirlo? Es lo que siento)- creo que siempre apareces cuando más lo necesito, no sé cómo haces, además tenes la facilidad de saber qué me pasa y sos capaz de sacarme de ese estado.
Ana: eeeee, gracias, no sé qué decir…- (noté que se puso colorada, esta chica me sorprende cada vez más ¿o me gusta cada vez más?)
Marina: No digas nada, disfrutemos juntas del mate y como esta factura tiene mi nombre te daré la mitad. Sonríe y creo que sale el sol…me tomaré el tiempo que ella me regala.
Ana
Rodrigo me llamó del hospital, él está haciendo su residencia, me dijo que vio a Marina, aparentemente no muy bien, así que decidí jugarme y aparecer para verla, cuando la encuentro me doy cuenta que Rodri tiene razón, parece que no hubiese dormido nada (espero que no sea por la persona que la esperabaL…) Aunque más bien parece preocupada, seguro que como siempre no desayunó, Mmmm ¿Qué puedo hacer? ¡Ya sé!...
Enfermera: ¡Ana! Te vas a matar ¿Cuál es la urgencia?
Ana: un mate, necesito un mate- (mi cara seguro la asustó aunque más le causo gracia, después de reír un rato dijo…)
Ay Anita…en el comedor seguro hay o alguna de las chicas deben tener uno, pero deja de correr como loca que te podes matar, señorita futura enfermera.
Ana: gracias, conseguí el mate y la yerba, el agua ya está, compró algo para que coma y… ¿Qué me falta? (¡la bombilla Ana¡) ¡cierto! ¿Cómo hacer un mate sin eso? -Corro otra vez buscando lo que me falta, cuando la encuentro voy a buscar a Marina, no le doy tiempo de pensar y le ofrezco lo que traje, le digo a la chica de recepción que le de 20 minutos para tomar algo, de repente ella me dice que la hago reír y salir del estado raro que tiene, no puedo evitar ponerme colorada.(es que a pesar de las ojeras es tan bonita…) hasta me olvidé que la causa de las ojeras podría ser la chica del otro día, pero ¿Qué se hace cuando uno se enamora? Es el corazón el que responde, disfrutaré este rato con ella.
Lucía
Me dejó todo lo necesario para que no quiera irme de esta casa, pero creo que necesitaré apoyo, voy a llamar a Cami, tal vez pueda venir.
Lucía: Hola amiga, te necesito… podrías venir a la calle…
Cami: Ahí estaré en un rato, ¿Estás bien? No me asustes
Lucía: Sí, es sólo que es demasiado para soportarlo sola y vos sos en quien pienso cuando me siento así
Cami: estoy en camino…
Casi me cortó, sé que siempre puedo contar con ella, es la clase de persona que por una amiga deja todo cuando se la necesita, es mi amiga del alma, espero corresponder siempre a lo que ella me brinda, empiezo a leer mientras llega.
“Hijita, hice todo lo posible por no separarme de vos pero ahora ya no me dejan quedarme en la casa, además mi salud no es de lo mejor, lo que me impide muchas veces las visitas, estoy haciendo todo lo posible para que te traigan si no puedo ir, pero no hay colaboración de la otra parte. Lucía, espero que entiendas cuando leas esto que siempre te elegí, que si no estoy con vos es porque me lo hicieron imposible. Marina está muy preocupada por mis defensas, toda esta situación no ayuda a mi recuperación, pero te prometo que haré lo posible por mejorar para tenerte conmigo.”
Menos mal que Cami justo toca el timbre, porque cuando entra sólo puedo abrazarla y llorar en sus brazos, ella no dice nada, me acompaña, cuando puedo hablar le cuento las cosas que descubrí, la situación que nos tocó vivir, le mostré las fotos, cuando de pronto ella dijo:
Cami: ¿Esta sos vos? Parece una heladería…
Lucía: es cierto, es en la heladería, pero ¿Cómo? ¿Quién sacó la foto?
Cami: Por lo que me dijiste tu mamá tuvo mucha ayuda para verte, tal vez alguna de esas personas, podrías preguntarle a Marina.
Lucía: Sí, es lo que haré, amiga necesito que me acompañes para ver que más encuentro en el diario, seguro voy a necesitarte
Cami: Acá me quedo el tiempo que te haga falta.- Sé que se quedará hasta que me vea bien, así es mi amiga, vuelvo a tomar el diario y continúo leyendo…
“Mi amada hija, seguro vas a encontrar fotos que no sabrás como las tengo, sólo puedo decirte que donde estés siempre buscaré la forma de estar, Marina dice que si no me cuido, no podré mejorar y verte, me siento mal porque casi no te veo, todos los problemas que ponen en mi camino no los puedo superar, la gran excusa es mi salud, nadie piensa que teniéndote cerca mi salud mejorará sola. Los médicos me explican que mi enfermedad es agresiva, que los tratamientos mejoran de forma temporal mi estado, sé bien por los ojos de Marina que las posibilidades de sobrevivir son pocas, quiero que sepas que pondré todo de mi parte para estar mejor y estar con vos.”
Lucía: ¿Ves amiga? Ella no me abandonó, hizo siempre lo posible por estar conmigo, ella era tan especial, me perdí de conocerla y eso me enoja mucho.
Cami: Sé que cualquier cosa que diga no servirá, pero al menos ahora estás conociendo la verdad que tanto tiempo pediste
Lucía: Tenés razón, ahora hay cosas que no entiendo bien creo que necesitaré a Marina, ¿tomamos mate? Quiero tomar aire.
Capítulo 5
Marina
¡Qué bueno que Ana existe en mi vida!, logró sacarme del estado de mutismo que tenía, me volvió a la realidad, a veces creo que ella me mira de forma especial, pero sé que no puede ser, es sólo que ella me aprecia por cómo nos conocimos, fue un momento duro tener que enfrentar la muerte de su madre, creo que ella no olvida eso. De todos modos es muy dulce, me brinda una ternura especial, por momentos creo que me gusta mucho y al mismo tiempo siento que traiciono el amor de Luciana de sólo pensarlo, al momento de perderla todo mi mundo se redujo a seguir con lo que ella quería, mantenerme pendiente de Lucía, continué sacando fotos, llamando sólo para escuchar su voz, mi trabajo y Lucía se convirtieron en el centro de mi mundo, sólo así podía soportar la pena de haberla perdido. Pero Ana de a poco se ha ido metiendo en mis pensamientos, apareciendo en mi mundo gris para ponerle color, creo que de manera inconciente quise tenerla cerca, por eso le pedí que fuera mi secretaria pero ahora que Lucía está en mi vida no puedo seguir con esto, ella después de saber todo no creo que acepte que busque una nueva relación. ¡Ay Ana!...si me permitiera hacerlo serías la primera en quien pensaría, pero no todo es posible.
Marina: Gracias por este momento, lo necesitaba
Ana: De nada Marina, sabes que me gusta verte bien…ups, perdón la tutee
Marina: Podes hacerlo, no hay problema, debo volver al trabajo- me levanto pensando en darle un beso pero eso no ayudaría a alejarme de ella, debo mantener distancia, que ella me haga falta no es bueno.
Ana
Me agradece por el rato y ya vuelve a trabajar, me gustaría saber en que piensa, nunca supe mucho de su vida sólo que perdió a alguien que amaba y según escuché era una chica. Me encantaría saber que pasa por su cabeza cuando me mira, tal vez sea hora de preguntarle o de hacer cosas que le dejen claro lo que quiero, ella me cambio en gran parte la vida, sólo quiero que me dé la oportunidad de compartir la suya, de repente le hablo y me atrevo a tutearla, ella dice que está bien (punto a favor Ana…) como quisiera tomarla de la mano cuando se va, no dejarla salir, mirarla a los ojos y decirle que me deje cuidarla, quererla, que confíe en mi, que puedo hacerlo, al mismo tiempo me da miedo que esa persona que tanto amó sea un fantasma contra el cual luchar, pero ella lo vale.
Estoy decidida, voy a dejar de jugar a las escondidas con ella, tendré que ser más directa si quiero que sepa lo que me pasa, espero que me dé una oportunidad, una sola. La veo alejarse mientras mi mente me canta una canción… (¿Ahora resulta que canto?) Shhhhh que estoy escuchando…
“Si abrazas a tu almohada, si pierdes la noción, si sientes
su mirada, apuntando al corazón, si nada es normal
si ves todo al revés y todo gira, gira, gira, empieza la
partida, si guardas en tu sueño un sitio para él,
si esperas con la noche como empieza amanecer,
si tu imaginación ya no te deja respirar y prendes fuego,
fuego, fuego, entonces no hay remedio.
ay, ay, ay, es el amor quien llega
ay, ay, ay, despierta que se va, el es el único
mágico, frívolo, si es el amor apuesta todo a
ganador, ay, ay, ay, permite que te atrape
ay, ay, ay, puede ser un ladrón él es el único
pícaro, cínico, si se presenta a una batalla sale
siempre vencedor.
Si miras las estrellas, buscando un no sé que, si
sientes que tus ojos se humedecen sin querer, si notas
que el calor te viene a golpes de tención y pega fuerte, fuerte,
fuerte, entonces mucha suerte.
ay, ay, ay, es el amor quien llega
ay, ay, ay, despierta que se va, él es el único
mágico, frívolo, si es el amor apuesta todo a
ganador, ay, ay, ay, permite que te atrape
ay, ay, ay puede ser un ladrón, él es el único
pícaro, cínico, si se presenta a una batalla sale
siempre vencedor.
ay, ay, ay, permite que te atrape, ay, ay, ay,
puede ser un ladrón, él es el único, pícaro, cínico si se
presenta una batalla sale siempre vencedor…” (Ana Gabriel)
Rodrigo: ¡Ana!... ¿Qué te pasa?
Ana: ¡Hola!...Na…Nada, escuchaba una canción…
Rodrigo: ¿Canción? Mmmm ¿Estás bien?
Ana: Ay amigo es que ella estaba tan mal…y me tiene mal…pero ya me decidí, todavía no sé cómo, pero le haré saber que es muy importante para mí.
Rodrigo: De acuerdo amiga, pero mientras…me tenes que ayudar con algo
Ana: ¿Sí? ¿En qué?
Rodrigo: Hay una chica, es…es ¡hermosa! quiero hablarle y te necesito para eso porque creo que la conoces
Ana: Mmmm, así que al fin una chica te sacó de la biblioteca jajajaja
Rodrigo: no te rías es en serio
Ana: Bien ¿Cómo te ayudo?-mejor me pongo seria Rodri no es de pedir algo así todos los días
Rodrigo: Vos tenes una compañera a quien vi una vez con ella, necesito que averigües lo que puedas sobre su amiga, porque sólo la vi dos veces, sé que vos podes conseguir que hablen hasta las piedras ¿sí? Porfi ¿sí?- cuando me mira de esa manera imposible decir que no
Ana: está bien pero ¿Cómo se llama mi compañera?
Rodrigo: creo que Camila
Ana: De acuerdo la “detective Ana” se pondrá en acción…ahora ¿Qué intenciones tenes con esa chica? que no sabemos ni quien es ahora que lo pienso, podría ser una asesina serial, modelo o en el peor de los casos estar casada…
Rodrigo: Si no te quisiera te mataría…-lo dice mientras golpea mi hombro y caminamos a la salida.
La verdad es que lo que me pidió tampoco es tan fácil, con Camila no tengo mucha relación, pero bueno ya veré la manera de sacarle información (me salió la detective en serio jajajaja)
Lucía
Marina acaba de llegar, le presento a Cami, con quien estábamos muy cómodas frente al televisor, mirando “El Rey león…”
Marina: Mucho gusto Cami, ¡Qué buena peli! La miramos muchas veces juntas…
Lucía: es de nuestras favoritas, espero no te moleste es que necesitaba pensar en otra cosa
Marina: te dije que estás en tu casa, si necesitas lo que sea sólo tenés que decirlo, ¿cenamos?
Cami: Yo tengo que irme amiga, me llamó una compañera porque necesita unos apuntes- Acompaño a Cami a la puerta y vuelvo para encontrarme con Marina mirando la peli, me inspiraba mucha ternura, aun más sabiendo cuanto amó a mi madre.
Marina: ¿Cómo va la lectura?...
Lucía: Mi mamá me cuenta sobre su enfermedad y todo lo que sentía mientras estaba en tratamiento, cuando dice que sólo quería recuperarse para estar conmigo, me angustio mucho. Igual todavía no termino, pero encontré la foto de la heladería, ese día yo la seguí y estaba segura por dentro que era mi mamá, ¿Quién sacó la foto?
Marina: Tu madre buscaba siempre la manera de verte, en esos momentos sabíamos que el proceso de la enfermedad era inevitable, cada vez que su cuerpo se lo permitía, la llevaba hasta el colegio para que pudiera verte, era difícil reconocerla porque estaba muy delgada y demacrada, pero ese día en particular despertó cantando, se arregló y me dijo: “Hoy voy a hacer algo más que mirarla, necesito saber si ella me reconoce, lo único que te pido es que si se da la oportunidad, tomes la foto de las dos”. Así fue que bajó del auto, las dos lo hicimos, esperó a que salgas y te saludó, la miraste a los ojos y sonreíste, era normal que te sentaras en las escaleras esperando que te vengan a buscar, sin embargo, ese día cuando ella venía hacia mí, la seguiste, creo que después de tu nacimiento fue el momento en que volví a ver esa sonrisa que hacía salir el sol en su rostro. No me acerqué, me quedé unos pasos atrás, mirando si tu padre llegaba. Ella me contó que sintió mucho miedo de hablarte, que la reconocieras y no saber qué hacer, pero se animó y te invitó un helado, me dijo que eras arriesgada y valiente, que sólo aceptaste su invitación sin más.
Lucía: Siempre supe que ella era mi mamá, estaba segura, mi abuela decía que tenía los ojos igual que ella y es lo único que miraba mientras tomábamos el helado, sus ojos color miel y cuando sonreía aparecían en ellos chispas doradas, además era elegante, no puedo decir que recuerdo que estuviese delgada, sólo sus ojos no se borran de mi mente.
Marina: Porque son iguales a los tuyos… Estaba feliz de tenerte con ella, cuando estaban en la heladería, vi a tu padre acercarse en el auto mirando de un lado a otro, buscándote, nunca hablé con él antes pero ese día lo hice, le hice señas, se acercó extrañado y le dije:
Marina: Si busca a su hija, está con su mamá
Padre: ¿Qué locura es esa?- con tono de enojo
Marina: Ninguna locura, si ama a su hija dele la oportunidad de guardar, aun sin saberlo, un recuerdo con su madre, sabe que ella está enferma y no creo que tenga el corazón tan frío como para quitarles este momento.
Tu padre se acomodó en el auto y dijo: sólo un momento- fue cuando entré en la heladería y tomé la foto, las dos hablaban, ella estaba exultante de alegría, las vi reírse, tomar su helado. Creo que ella de algún modo se despedía, terminaron y tu padre bajó del auto para buscarte, los dos se miraron pero hicieron de cuenta que no se conocían para no asustarte, cuando tímidamente le dijiste que tenía hermosos ojos y ella respondió, vi sus ojos llenos de lágrimas, ni bien te fuiste rompió en llanto, era mezcla de felicidad y tristeza. Después la traje a casa, estaba débil, a partir de ese momento su enfermedad sólo avanzó inevitablemente.- los ojos de Marina estaban llenos de angustia y tristeza, fui yo quien la abrazó para que llorara. Después de un rato ella preguntó si quería cenar y la verdad mi estómago dijo sí en su propio idioma.
Marina: Entonces preparo la cena mientras dejo que continúes con tu lectura- me dio un beso en la frente y se fue. Entonces me quedé sola con mi madre una vez más.
“Mi hermosa Lucía, hoy pude tenerte cerca, pude ver como te convertiste en una hermosa niña que estoy segura será una gran mujer, te amo hija, desde que estás en mi vida todo fue mejor, todo tiene sentido, estaré siempre de la manera que pueda cuidándote, cuando leas esto seguramente serás grande y habrás decidido saber; como no sé si pueda decirlo en otro momento quiero pedirte un favor: en este diario, en su contratapa, hay guardada una carta para Marina, sé que ella no leerá este diario porque es tuyo, también que no continuará con su vida mientras no estés a su lado. Si te preguntás porque no se la entrego, te respondo que es porque ella no quiere que me dé por vencida, esta tarde vuelvo a internarme para nuevos tratamientos y dice que la actitud positiva ayuda, si le entrego la carta pensará que bajé los brazos.
Lucía, quiero que pienses siempre que fui muy feliz, que mi mayor deseo es que también lo seas, si conoces a Marina, te darás cuenta que hay mucho de mí en ella, tiene la mejor memoria para los detalles, los que pueden ayudarte a conocerme, eso me alegra. Pero sé que lo mismo puede hacer, que no se dé la oportunidad de conocer a alguien, aunque esa persona esté enfrente, por eso te pido que la ayudes hija, merece ser feliz y dudo que alguien te ame tanto como ella, salvo yo. Cuando le entregues la carta, sólo decile que nadie me hizo sentir tan amada nunca.
Espero que esto no sea la despedida, que pueda volver a escribirte, sólo que en el hospital me sentiré débil hasta para hacerlo, quiero regalarte una canción, cuando la escuches espero que sepas, que siempre pienso en vos al oírla. Se llama “El privilegio de amar”. La letra dice:
Que podré decirte
en el corto tiempo
en que se vive una ilusión.
Qué podré dejarte
tan pegado al alma,
que se quede ahí en tu corazón.
Yo no pretendo enseñarte,
Lo que es el mundo,
me falta también,
pero vale la pena,
disfrutar cada día
porque me has regalado
el privilegio de amarte.
Di lo que sientas,
has lo que piensas,
da lo que tengas
y no te arrepientas
y si no llega
lo que esperabas,
no te conformes,
jamás te detengas,
pero sobre todas las cosas,
nunca te olvides de Dios.
Serás del tamaño
de tus pensamientos,
no te permitas fracasar.
lo más importante
son los sentimientos
y lo que no puedes comprar.
Y cuando llegue el momento
en que tú sola quisieras volar,
aunque no estemos juntas,
estarán los recuerdos,
que con sólo quererlo volverás a vivirlos.
Di lo que sientas,
has lo que piensas,
da lo que tengas
y no te arrepientas,
no te limites
por lo que digan,
se lo que quieras,
pero sé tú misma.
y si no llega lo que esperabas,
no te conformes,
jamás te detengas,
pero sobre todas las cosas
nunca te olvides,
como te quiero…
Mi amor.
(Mijares)
Eso es lo que espero hija, que puedas ser todo lo que quieras, pero sobre todo que seas feliz, con lo que sea que decidas hacer con tu vida, te amo y te amaré siempre. Luciana Benavidez, tu orgullosa mamá”.
Al fin tengo completo el cuadro de mi vida, por fin conocí a mi mamá, mis lágrimas brotan otra vez pero de alegría, de saberme tan amada por ella; quiero hacer honor a todo lo que en estas palabras me ha enseñado, luchar por lo que quiero ser, sin importar todo lo demás. Primero debo cumplir con lo que me pide y hacerle llegar su carta a Marina. No la tuve mucho tiempo junto a mí, pero amo a mi madre.
Capitulo 6
Marina
Mi mente no para de recordar el momento en que la perdí, mientras trato de preparar la cena no paró de llorar recordando el momento de su muerte, después de estar todo el día a su lado, de hablar de a ratos cuando despertaba, después de decirle infinidad de veces que la amaba, cuando me permití decirle que ya no hacía falta que luchara sólo por mí, que descansara, cuando abrió sus hermosos ojos llenos de lágrimas y dijo:
Luciana: tú promesa, Lucía…
Ella necesitaba que le asegure que seguiría viendo crecer a su hija, escuchando su voz, esperando que me buscara, cuidándola como ella lo hubiese hecho, cuando volví a prometerlo, le dije cuanto había llenado mi vida y cuanto la amaba, tomé su mano y ella respiró por última vez.
Con su mano en la mía, no podía pronunciar palabra, la habitación daba vueltas, el día se volvió noche, si bien lo esperaba ¿Cómo reacciona uno ante la muerte de quien más ama? Sólo pude acariciar su rostro, besar sus labios, me desplomé a su lado pidiendo a gritos un por qué…al fin el llanto a raudales, con todo el dolor, me sentía incapaz de respirar sin ella, mi corazón no sabia si latir o apagarse, sólo quería llorar, mi vida se terminaba, antes de desvanecerme a causa del dolor, escuché su voz. “Tu promesa, Lucía…”
Desperté en una cama del hospital, con mi madre que me explicó que tuvieron que darme calmantes, porque mi dolor no me dejaba siquiera respirar, pero el despertar estaba lleno de lo mismo, no era un mal sueño, ella había muerto, mi amor, la mujer de mi vida por causa de esa maldita enfermedad, murió y me dejaba sola. Pero antes que el dolor me absorbiera otra vez, tomé en mis manos la nota que me dio antes de entrar al hospital, con el dibujo de una rosa, su flor favorita, donde escribió.
“a la mujer que amé, que supo amarme, la que estuvo y está, a la que quise renunciar pero nunca me dejó, a vos amor, mi amada Marina, te dedico cada minuto que disfrutamos juntas, lo que compartimos, esos besos capaces de robarme el aire, tu amor incondicional a mi hija, nuestra hija, sé que así la sentís, por favor mi vida, pase lo que pase, no olvides que te amé con todas las fuerzas que mi cuerpo pudo y con toda la esencia de mi espíritu.” Siempre tuya Lu.
Sabía que mi vida debía continuar pero no sabía cómo. Lucía fue luz para mí, la llamaba como hacía con su madre, sólo para escuchar su vocecita, ir a verla al salir de la escuela, estar en sus fiestas como sea, muchas veces disfrazada, seguir juntando fotos, eso me ayudó a seguir viva después de perderla, me convertí en adicta al trabajo para no pensar, y Lucía era lo mejor que habíamos tenido juntas, mis lágrimas siguen aunque sé que son de alivio, porque ahora mi niña está en su habitación y a punto de cenar en su casa, ya no siento miedo, cumplí mi promesa, ¿ Lo estás viendo amor? Ella ya leyó lo que querías, es una gran mujer, aunque para mí será siempre nuestra bebé…
Lucía: ¿me hablabas?...
Marina: No; sólo estaba recorriendo recuerdos, muy tristes y otros muy felices. Ya casi esta la cena…
Lucía: me dejaron escrito algo así, que tenes muy buena memoria
Marina: eso decía siempre tu mamá, que por lo que veo te contó muchas cosas…
Lucía: sólo las más importantes, tengo algo para darte, pero primero cenemos…tengo hambre.
Ana
Si no fuera que Rodri es tan amigo mío y lo quiero tanto…no haría esto, inventar apuntes que ni siquiera necesito, espero que Camila no se dé cuenta de lo que busco en realidad… apuntes, ¿A quién se le ocurre? (a vos ¡Ana!)
Camila: ¡Hola! ¿Cómo estás? Traje lo que me pediste
Ana: ¡hola! Gracias por venir, estoy bien y ¿vos?
Camila: La verdad… intrigada, te veo en clase, sos de las que tiene mejores notas y te veo tomar apuntes siempre; entonces… ¿Cómo necesitas apuntes ahora? Mmmm estoy intrigada.
Ana: (Noooooo, ya se dio cuenta de todo…mi cara ya es un tomate. Rodri… ¡te voy a matar!) Bueno, gracias por venir a pesar de eso.
Camila: es que me intriga que tipo de interés tenes en mi- lo dice con una sonrisa y yo muerta de vergüenza.
Ana: La verdad es que me interesas vos.- Camila me miró muy seria, pero no dijo nada.- no por mi…te cuento; tengo un amigo, mi mejor amigo, se llama Rodrigo, estudia medicina. Te cuento todo de una vez, así me entendes; él dice que un día…y no creas que está loco, es así, te vio con una chica, según él, la más linda del mundo y como al pasar a buscarme te vio en mis clases me pidió que me acerque y te invite a una reunión de amigos, para ver si traes a esa otra chica. Aclaro que lo de los apuntes fue idea mía…no tuve otra…- lo dije mirando el piso
Camila: jajaja, siempre me agradó tu forma de ser en los momentos que nos tratamos, pero definitivamente me doy cuenta hoy que sos especial. Veamos…tengo varias amigas hermosas, así que necesito más datos, de ese modo puedo saber si está comprometida o no.
Ana: ¡Ah! ¡Qué alivio! Pensé que me denunciarías por acoso, esto merece un brindis ¿café?
Camila: ¡por supuesto!
Ana: Primero debo decir que Rodrigo no es de andar mirando a todas las chicas que cruza, es muy serio y casi tan ratón de biblioteca como yo. (Tengo que hablar bien de mi amigo, si quiero datos…aparte es cierto lo que digo de él)- lo único que dijo fue que es ¡hermosa! Y con unos ojos preciosos.- Camila cambió el semblante, pensé que dije algo inconveniente. (No es raro en vos Ana…)
Camila: Ana…nos tratamos poco, pero me caes bien, sobretodo tu sentido del humor y sinceridad. Por eso, seré franca, si es quien creo, es única, mi mejor amiga y mi tesoro, prefiero conocer a tu amigo primero y después veremos.
Ana: (lo dijo tan seria que pensé que Rodri no tiene oportunidad…pero, confío en él, también es un tesoro…a veces)- De acuerdo, si podes mañana tomamos un café con él.
Camila: acepto, mañana acá, ahora me voy que llego tarde- me dio un beso y se fue.
Bien, al menos la misión Rodrigo va en camino. Ahora debo pensar en Marina (¿más Ana?) ella tiene que saber lo que siento pero ¿cómo? (piensa, piensa diminuto cerebro…si le digo eso tal vez se niegue…cerebrito bonito ¿me darás una ideíta?)…es un hecho ¡estás loca Ana! Un mensaje podría mandarle ¿por qué no? ¿Qué le digo?
“Hola Marina, pensaba en vos y quería saber cómo estás”. Así estaría bien, nos es una declaración de amor pero sabría que pienso en ella (¡siempre Ana!) la cuestión es, ¿lo mando?... ¿no lo mando?...
Lucía
Cené con Marina, hablando de detalles acerca de mi mamá, planeamos una visita a la abuela Susy para el fin de semana, ella está preocupada porque retome mis estudios; me siento en casa, abrazo a Marina y le digo lo que siempre sentí: Te quiero muchísimo- ella me ve a los ojos y una lágrima cae por su mejilla.
Marina: Te amo mi pequeña, ahora mi vida vuelve a tener luz
Lucía: en el diario, mi mamá te dejó algo y me pide que te lo entregue. Esta carta es para vos, te dejo sola para que la leas, me encargo de los platos y después llamo a Cami, si me necesitas estaré en mi cuarto.
Ella se sorprende, toma la carta y la acaricia como perdida en sus pensamientos, me sonríe y va a su cuarto.
Marina
Ella pensó en mi para dejarme esta carta, ¿por qué no me la dio? ¿Qué guardabas amor? Tengo de temor de leerla, pero es imposible no sentir la necesidad de hacerlo.
¿Mi celular? Qué raro a esta hora… ¿Ana? Un mensaje, es raro nunca me manda mensajes y menos para saber cómo estoy, pero no deja de sorprenderme, hace que sienta que alguien piensa en mi… ¿qué digo?... “Estoy bien, gracias por preguntar, algo ocupada ahora, pero hablemos mañana ¿sí? Un beso”. Ana, Ana, ¿qué estoy pensando? Sacudo mi cabeza y vuelvo a la carta.
La abro…ahora me toca leer y escucharte…
“¡Hola amor mío! Si estás leyendo esta carta es porque al fin mi amada Lucía volvió a nosotras, sé que le habrás contado lo que yo no pude, y seguramente ella ya sabe quien sos y fuiste en mi vida. Eso me deja tranquila, si preguntas por qué no te entregué la carta en persona, debo decir que es por mi deseo de que no sea necesario, que pueda estar leyendo esto con las dos, pero en caso de no ser así, prefiero que lo sepas después.
Pensaba en qué escribirte, para que entiendas lo que sos para mi, en mi, encontré algo que quiero compartir con vos.
Nuestro amor es como una gota de agua
que cae desde lo alto del cielo
y lentamente se desliza sobre el cristal
dibujando nuestros nombres entrelazados.
Nuestro amor es como una rosa
una rosa sin espinas
impregnada de la suave y cálida brisa del amanecer.
Nuestro amor es como una larga mirada,
sin palabras,
palabras que entre tú y yo salen sobrando,
porque basta con tan sólo un beso tierno y cálido
para saber cuánto nos amamos en realidad.
Nuestro amor es como un anochecer y un despertar junto a ti,
impregnando nuestra piel
con la suave y cálida brisa de un nuevo día.
Nuestro amor, es algo diferente
nuestro amor es algo especial.
(Roberto Alonso)
Así siento que es, que somos. Deseo que sepas que te necesité desde siempre, cuando te encontré ya no me sentí sola, me encanta tu voz al teléfono, decirte que te amo me sale natural, no podría soportar mucho tiempo sin que me lo digas tampoco. Desde que estás en mi vida me despierto siempre con algún proyecto de encuentro cercano ¡Amo tus abrazos! compartir las preguntas, preocupaciones, dolores nuevos o alegrías por lo que viene, poder ilusionarnos a pesar de todo. Cuando no te veo, extraño tu forma de decir mi nombre, no ha habido nadie en mi vida que me amara tanto, que guardara el secreto de mi llanto, nadie que permaneciera a mi lado sin juzgarme. Por eso quiero que seas feliz, que mi amor sea la fuerza necesaria para que dejes que te amen, que permitas que alguien se asome a tu alma, que pueda ver, descubrir cada rincón de ella, tu ternura, dulzura, locura, pasión con que llenas mi vida, necesito saber que te permitirás encontrar a esa persona, no digo que me reemplace, de hecho espero que me conozca, pero sin que sea un impedimento para amarte, porque sé que llegara a hacerlo tanto o más que yo. También sé que al estar Lucía en casa, estarás más tranquila para pensar en vos, no puedo ser egoísta y pedirte que guardes tu amor sólo para mí el resto de tu vida, no es justo, sí soy egoísta en parte porque pienso que habrá alguien que te cuide, que te proteja, alguien a quien le permitas verte llorar, que te abrace en tus momentos de fragilidad; nuestro camino fue largo, soy muy feliz de saberme correspondida, en este momento recorro lo que me dejaste conocer, tus recuerdos de infancia, tus juegos, tus picardías, tu talento, tu terquedad, tus malos ratos, conocerte si hablamos o si estamos en silencio, tu familia, poder secar tus lágrimas, amo tus logros, caprichos, tus sabias decisiones, tus errores, tu forma de amarme. Siempre estaré con vos para acompañarte, siempre tendremos esa conexión. Amor espero que entiendas, que no estoy entregándote a nadie. ¡No! Nuestro amor será único, el libro de recuerdos será para Lucía, porque ella podrá entender su propia vida, pero quiero que escribas recuerdos nuevos con alguien que sepa verte, hacerte reír, que te cuide sobretodo o más bien que le permitas cuidarte. Agradezco vivir cada momento de este amor, cada instante compartido, cada mañana que pude ver tu mirada al despertar, cada caricia, cada palabra, cada susurro causándome escalofrío, te amo Marina, lo haré hasta el último minuto de mi vida y si la hay después también. Pero vos mereces más, porque lo sos…
Tú eres más
Vida mía,
Miro el mundo con tus ojos y descubro que es distinto, no es el mundo que veía desde mi ventana. Y también descubro que tú eres más, más que el cielo y el mar. No exagero. Hay más verde, más azul en tu mirada, más colores, más paisajes en tu cuerpo, que en todo lo que vi y en tu boca hay fruta de un sabor tan dulce que jamás comí. Un beso tuyo me emociona, me conmueve más que todo, más que un amanecer, más que un acto de fe, más que una flor nacida ayer, flor de mi vida.
Esta vida, este mundo, qué sería sin tu alma, sin tu voz, sin tu sonrisa, sin tu juventud, qué sería de mi y de esta vida mía si no estuvieras tú. No te miento. Lo que miro, lo que veo, no es más bello de lo que siento aquí dentro de mí…que cambió mi vida y esta vida mía.
Tú eres más que todo, más que la verdad
Más que el viento, más que el agua, más que fuego, más que el oro, el poder y los gobiernos, más que la libertad, más que la razón, más que tantos cuentos sobre el bien y el mal. En un mundo que te cierran los caminos y las puertas, me abriste el corazón, con tus manos de amor, sembraste la poesía en mí y en esta vida mía. (Gian Franco Pagliaro)
Así lo siento, promete cuidarte mi vida, yo prometo hacerlo desde donde esté, no dejes de permitirte ser feliz, de ese modo harás honor a todo este amor que nos tenemos”.
Tuya por siempre, Luciana.
Lloro y me río al mismo tiempo, esto era lo que algunas noches te vi esconder al acercarme, fuiste sabia mi amor, de haberme dado esta carta entonces me hubiese enojado y ofendido, tal vez la habría roto, de haberlo hecho no tendría el placer de leerte hoy.
Mi celular… ¿otra vez?... ¿quién? ¿Ana?...
“Perdón, sé que dijiste que estás ocupada, eso lo entendí, sólo quería invitarte a desayunar mañana, porque casi nunca lo haces y es necesario. Me conforma como respuesta un síJ o un noL”.
¡Ay Ana! ¿Cómo decir que no? Si me vas a poner esa carita triste, además sé que es tu manera de cuidarme… ¿tenes algo que ver en esto amor?
“Sí, acepto”
Ana
Lo mandé, ya está, si no responde quiere decir que no le gustó, si lo hace tengo posibilidades, mmmm (que suene, que suene)
Rodrigo: ¡Hola amiga! Decime por favor que tenés novedades para mí ¿sí?
Ana: ¡Ay! ¡Qué susto!
Rodrigo: ¿en qué andas que te asustas así?... mmmm ¿Marina?...
Ana: ¡el celular!-no sé qué hice pero saltó de mi mano, menos mal que Rodrigo tiene buenos reflejos porque no dejó que llegara al suelo- gracias…- me tiemblan las manos, tanto que casi no puedo leer el mensaje- ¡respondió! ¡Siiiiii!
Rodrigo: jajaja- Rodri se reía tomándose el estómago sin parar
Ana: no te rías así de mí, es que le mandé mensaje a Marina sin mucha esperanza que responda y lo hizo.
Rodrigo: está bien, pero tenes que reconocer que verte saltar cuando sonó el celu y tú cara de terror cuando lo agarré es para que me ría… ¿Qué dice? Ya cambia la cara de boba y decime.
Ana: Te cuento, le puse que como estaba y que sólo quería saber. Me contestó que está ocupada pero que mañana hablamos y me manda un beso Awwwwwww
Rodrigo: sos de terror… pero bueno te entiendo. Ahora sin ánimo de sacarte de tu estado de ensueño, me decís si conseguiste algo con tu compañera…
Ana: Sí, tu amiga te consiguió una cita
Rodrigo: ¿ya? ¿Con la chica de los ojos únicos?
Ana: No, con su amiga- la cara de sorpresa de Rodri me hizo reír.
Rodrigo: ¡No entendiste nada! No era con ella, era con la otra…
Ana: Lo que pasa…amigo es que no va a ser fácil llegar a ella, su amiga dijo, “es mi tesoro” textual, es decir que tendrás que pasar por su filtro.
Rodrigo: ¡Uh! Me conviene prepararme entonces… ¿Cuándo y dónde?
Ana: vamos a tomar un café en la universidad, así que portate bien, yo pondré todo de mí pero…no hago milagros…jajaja, tranquilo sos muy bueno y ella lo verá- se lo dije en serio.
Rodrigo: Gracias, ahora contame eso de que desayunas con Marina…
Ana: Sí, ¡que nervios! Es que me cansé de tener miedo y me propuse hacer en vez de pensar tanto, espero que ella me entienda (que me quiera…)
Rodrigo: seguro que eso pasa Anita, ya nos veo a los dos ¡de novios! ¿Te imaginás?
Yo imagino todo, y si es con Marina, mucho más, espero tener la suerte de que ella me acepte en su vida como algo más que su secretaria, creo que esta noche no duermo…mañana será el primer día para mostrarle como la cuidaría si me deja ¡que mal me tiene!
Rodrigo: mmmm… ¿adonde fue tu cabecita?...vamos te acompaño a tu casa amiga creo que mañana será un día muy importante para los dos.- Rodri me abraza y nos vamos caminando con nuestra mente llena de ideas.
Capítulo 7
Lucía
Ahora Marina está leyendo la carta de mi madre, me tocará estar cuando termine, voy a llamar a Cami ¿Qué será eso tan urgente que me va a contar?
Lucía: Hola Cami, ¿Cómo estás? ¿Qué pasó?...
Camila: amiga tengo noticias, resulta que alguien me pidió una cita para conocerte.
Lucía: ¿Y eso? No bromees Cami
Camila: No es broma, resulta que un amigo de mi compañera le pidió organizar una fiesta o algo así para que te invite y conocerte ¿No es genial?
Lucía: No, para nada, sabés que no me interesan esas cosas…
Camila: mira de todos modos le dije que primero lo tengo que conocer y si no me parece no te lo presento o me lo quedo yo jajaja
Lucía: ¿Me estás hablando en serio?
Camila: sí amiga, Ana la chica que me lo dijo es muy buena y no creo que tenga malos amigos, aparte debe ser bueno para pedirle eso a una amiga ¿No te parece?
Lucía: Mmmm bueno hace como quieras, igual vos sabes quien me gusta y no sé si tengo ganas ahora de meterme en algo así. De todos modos confío en vos
Camila: Si Lu, pero ese chico que decís lo viste de lejos y sólo una vez, no te cierres…
Lucía: ¿Ya no me aguantás? Que me buscas novio para sacarme de encima…voy a llorar amiga…
Camila: sabes bien que no es así, pero quiero verte feliz. Así que mañana te aviso ni bien lo vea y le hable, descansa, te quiero amiga.
Lucía: yo igual, hasta mañana.
Esto es tan raro, nunca me pasó y menos que Cami quiera presentarme a alguien, hace mucho que ni siquiera salgo a tomar algo, me siento fuera de estado. Mejor voy a ver cómo está Marina. Me acerco a la puerta y golpeo…
Marina: ¿Si? Pasa corazón- la veo secarse unas lágrimas.
Lucía: ¿Estás bien? Sólo quería saber…
Marina: No sé muy bien como estoy, tu mamá siempre supo sorprenderme y con esto no fue menos, es difícil pensar en hacer lo que me pide.
Lucía: Si lo que pide es que te dejes querer, no me sorprende, en ningún momento por lo que pude ver de ella fue egoísta, de hecho a mi me pidió que te ayude en eso- Me mira con cierto dejo de tristeza, casi estoy segura que su lucha en pensar que alguien pueda ocupar de cierta forma el lugar de mi madre es algo muy difícil.
Marina: No sé si pueda, aunque lo intente
Lucía: para eso estoy yo, para ayudarte en lo que necesites- Nos abrazamos, somos familia y juntas saldremos adelante.
Marina
Creo que la camisa está bien, de todos modos con el guardapolvo no se ve, aunque no voy a desayunar con guardapolvo… ¿Qué me pasa hoy? Parece como si nunca hubiese visto a Ana, sólo voy a desayunar ¿Por qué estoy tan nerviosa?...
Lucía: No te hacía tan desordenada por las mañanas jajaja
Marina: no lo soy, es sólo que hoy no sé muy bien cómo me siento, ya ordenaré todo.
Lucía: No, me quedo a ordenar yo, vos anda tranquila que por lo que veo vas apurada.
Marina: Gracias princesa, te llamo durante el día y vemos que tenes ganas de hacer- le doy un beso y salgo corriendo… ¿Por qué corro? Si llego antes podremos desayunar por más tiempo y tranquilas. No sé que me pasa, Ana siempre está pero ahora es como si la viera de otro modo… ¿Estaré loca?, llego y ella ya me espera, llegó temprano…
Ana
La noche se me hizo eterna, cada 5 minutos mirar el reloj para ver si lo puse bien, si no se paró, escuchar el tic tac para asegurarme que me despertaré con tiempo para llegar antes a desayunar con Marina, ahora resulta que ¡tengo ojeras! ¡Estoy horrible! ¿Qué hago? Y son las 5 de la mañana. (Tu cara no tiene arreglo Anita…) espero no asustarla, mejor me baño… ¿Qué me pongo? Tiene que ser algo casual pero que ella quiera ver y eso ¿Qué sería? Mmmm esta camisa me gusta, con el jeans, dice Rodri que me queda bien, tal vez le guste a ella ¿Qué hora es? ¡Las 7! ¿Tanto me costó decidirme? (Sí Ana; sólo tenés que mirar a tu alrededor…) ¡Qué lio! ¿De dónde salió tanta ropa?...
Si me pinto me verá raro, casi nunca lo hago, pero quiero que me vea distinta, un poquito los labios…y por acá…y… (¡¡Parecés un payaso Ana!!) Mejor me saco todo y sólo un brillo en los labios y listo, la hora, la hora… ¡Uy! Las 8 mejor salgo corriendo. Todavía no llega, estoy nerviosa como si nunca la hubiese visto, reconozco que no es el mejor lugar para desayunar pero ella después tiene que hacer sus rondas, si supiera cómo me hace sentir…de todas formas ya dejé de lado la cobardía, hoy es el primer día de muchos en que le demostraré cuanto soy capaz de amarla (¡Dejá de temblar Ana!) si claro se dice fácil… (Awwww ya llegó…)
Marina: Buenos días Ana, llegaste temprano
Ana: Sí, es que no podía llegar tarde al primer día del resto de mi vida.- ella sacude la cabeza y sonríe, espero no haberla asustado, soy bastante torpe (bastante es poco…)
Marina: ¿Cuáles son tus planes para que este sea el primero del resto?...gracias por pedir café con leche- se sienta sin dejar de mirarme, es mi turno de decirle, es ahora, es… (¡Que miedo! Si hasta me falta el aire)-¡Ana! ¿Estás bien?...
Ana: Ehmmmm, sí, sí claro que estoy bien, sólo algo… nerviosa
Marina: ¿Tenés examen? ¿Me invitaste porque necesitas mi ayuda?- de pronto su cara cambió como si se enojara entonces le importa ¡le importo!
Ana: No; estoy nerviosa porque quiero hacer algo y no sé que pase, creo que me siento peor que con un examen, pero es algo que tengo que hacer y es hoy.
Marina: Me sorprende pero…está bien te escucho, lo que sí te pediría que si querés renunciar…me des algo de tiempo para ver que hago. (¡Ay si no la quisiera tanto! No me deja hablar o ¿Será que estoy tardando? Mejor lo digo y ya… acá vamos Ana)
Ana: Marina, no saques conclusiones yo sólo quiero, intento, trato de… que lio…
Marina: Ana, por favor tomá aire que me asustas, no puede ser tan grave, prometo no interrumpir hasta que me digas que terminaste ¿Sí? De ese modo hablás tranquila.
Ella sólo dijo eso e hizo silencio, mientras revolvía su café y levantaba la vista esperando que yo diga algo y es tan bonita… hasta el modo en que toma la medialuna, tan delicada, tan suave, tan… (¡Ana! Se te cae la baba, ¡Hablá!)
Ana: Ejem, bueno, es ahora o nunca, primero que nada quiero decir que nunca renunciaría, salvo que lo consideres necesario, que espero que no pase, hace algún tiempo una persona que conozco me tiene mal, me cuesta concentrarme, pasa por mis pensamientos a cada minuto, cuando esta persona se me acerca juro que siento temblar mis piernas, no puedo negar que todo esto me pasa, estoy como en una nube, más de lo normal y…me siento, como una tonta porque no me animo a decirle nada, porque pienso que nunca se fijaría en mí y yo…
Marina: dije que no iba a interrumpir pero, si esa persona no se fija en vos es porque no te ha mirado bien, sos una gran persona, muy profesional, sos alegre, atenta, jovial, siempre dispuesta a ayudar, tiene que ver eso y si lo que queres es que te ayude, podés contar conmigo sin dudar.-me miraba seria y yo no podía dejar de repasar en mi mente todo lo que ella acababa de decirme, ¿Cómo le digo que es ella?
Marina
La saludo y me siento, ella dice una frase que me deja pensando “como llegar tarde al primer día del resto de mi vida” ya pidió por mí y se lo agradezco, me mira fijo y no emite palabra, me asusta, parece descompuesta, le pregunto y dice que está nerviosa, entonces me doy cuenta que debe tener un examen ¡Claro! Por eso me citó, quiere ayuda ¿Por qué me enoja? Esto es normal ¿Qué esperaba? Mejor le pregunto y ya. Le digo, lo niega de modo rotundo, entonces se me ocurre que quiere renunciar y me angustio, me anticipo y le pido tiempo para conseguir a alguien, en realidad quiero tiempo para convencerla…la noto demasiado nerviosa casi no puede hablar y eso me pone nerviosa a mí, así que le digo que se calme y que me diga lo que le pasa. Mientras tomo mi café, la escucho y casi muero ahogada al escucharla hablar de alguien que le gusta y se ve que mucho, debe ser Rodrigo, claro es él, se nota que lo quiere, ella merece ser feliz y si necesita mi ayuda se la daré. Intenta seguir hablando de él pero ya no puedo escucharla más, me duele ¿Por qué me duele? ¿Qué me pasa? La interrumpo, si mejor la interrumpo, casi sin pensar empiezo a decirle las cosas que yo veo en ella y que no entiendo que esa persona no las vea, le ofrezco mi ayuda, me mira sorprendida, siento que duda y de pronto me deja muda…
Ana: Por favor, sólo dejame hablar, primero; tu ayuda va a ser muy importante así que la acepto, segundo; espero sigas confiando en mi después de esto, la persona que me gusta sos ¡vos!-mis ojos se abren más de lo normal, balbuceo… pero ella no me deja hablar.-No digas nada, sólo necesito una oportunidad para mostrarte que puedo hacer que me quieras, porque yo… ya te quiero, no soy lo que se dice un gran partido, soy algo…bueno, bastante torpe, sé que si me dejas puedo cuidarte, sos muy importante para mi, cambiaste mi vida de mil maneras, me enseñaste, me consolaste en los peores momentos, necesito decírtelo, aunque sé que hay alguien en tu vida de todos modos decidí que ya no puedo esperar y tampoco pierdo nada (salvo el corazón Ana) si te lo hago saber.
Hablaba a toda velocidad como si pensara que parar era imposible, yo estaba muda, quería decirle tantas cosas, abrazarla, contenerla, esas lágrimas que corrían por sus mejillas me estaban torturando, a pesar de lo que ella me hace sentir esto es nuevo para mi, estoy fuera de estado, desde que perdí a Luciana nunca dejé que nadie se me acercara, pero Ana es…es… ¡un problema! Siempre me pregunto como puede un ser humano pensar en tantas cosas a la vez en pocos segundos, me toca hablar ¿Qué le digo? ¡Ay Ana! ¿Qué voy a hacer con vos?...
Marina: ¡hey! Tranquila, por favor, cualquiera diría que te estoy haciendo daño…necesito que me aclares algo ¿Cómo es eso que hay alguien en mi vida?- me mira como preguntándose si escuché lo que dijo y responde.
Ana: es que yo…te vi la otra vez con esa chica tan linda, del brazo y tus cambios, tu risa, tu alegría, que de pronto cambiaras tus horarios, sé que es por ella, lo respeto pero necesitaba decirte lo que me pasa aunque sea para volver a empezar.
¡Maldición! ¿Cómo pasó tan rápido el tiempo?...ya tengo que empezar mi ronda, no tengo tiempo de explicarle nada pero voy a hacer algo, por primera vez en mucho tiempo voy a dejarme llevar por lo que siento.
Marina: Ya casi es hora de empezar ¿Me acompañas al consultorio? Por favor…
Ana
¿Por qué me interrumpe? Ya no sé como calmarme y ella insiste en no dejarme hablar, me ofrece ayuda y sí, es mi momento, ahora o nunca Ana, le pido que me deje hablar, entonces mi cerebro hilvana un montón de palabras, me costaba mucho no llorar ¿Cómo se hace para decirle a la persona que quiero que me dé una oportunidad cuando sé que hay alguien en su vida? Pero es algo que tengo que hacer para seguir con la mía, al escucharme casi se ahoga, trata de hablar pero no la dejo, hablo tan rápido que no estoy segura si dije todo o lo pensé, siento humedad en mis ojos y me doy cuenta que se escapan lágrimas, termino y ella no dice nada, me mira, se me hace que pasan horas, encima de todo me deja perpleja con lo que me pregunta, no dice nada de mis sentimientos por ella, sólo pregunta como sé que está con alguien. Tomo aire y le digo que la vi con esa chica y lo que creo respecto a ella, ya no tengo casi voz, ella me mira y dice que se hace tarde y es verdad el tiempo paso volando, me pide por favor que la acompañe a su consultorio, seguramente no querrá que nadie la vea conmigo en este estado, llorando, sin hablar… la sigo.
Marina: Pasá por favor.-entro y ella deja sus cosas en el escritorio, se da vuelta, sin darme tiempo a nada se acerca y me besa ¡me besa! ¡Qué rico beso! Qué bien saben sus labios por dios me quiere matar esta mujer (¡Deja de pensar Ana! Disfrutá)- mientras me besa acaricia mi cara, sostiene mi cuello y yo estoy en el cielo, termina el beso, me mira y dice: En este momento no encontré mejor manera de responder por una cuestión de tiempo, sos preciosa Ana, esta tarde nos vemos en el consultorio y terminamos de hablar ¿Estás de acuerdo?- Awwwwwww ¿cómo no estarlo? Esta vez me acerco y le doy un último beso antes de salir. Siiiiii ¡Soy feliz!
No sé muy bien que pasó o que va a pasar (¡te besó Ana!) sí, me besó awwww y que bien lo hace, ¿Qué me habrá querido decir? Que importa si ella me besó a mí, a miiiii ¡Ay que feliz soy! ¿Qué tenía que hacer yo? Mmmm ¡Ah! Rodrigo…mejor me apuro así llego antes al consultorio, voy a preparar algo para Marina.
Rodrigo: ¡Hola amiga! ¿Qué te pasa? Estás brillante…
Ana: ¡Hola!...te cuento después que ahí viene Cami
Camila: Hola ¿Cómo están? – se acerca a Rodri y le da un beso igual que a mí, bueno no sé si hoy sirvo para esto, estoy detenida en el momento del beso, si hasta la puedo sentir awwww(¡Ana!) – Ana ¿estás bien?
Ana: Sí, perdón Cami, algo distraída
Rodrigo: ya me dirás porque, bueno creo que me toca hablar…Según sé sos amiga de la chica con los ojos más hermosos que vi y a quien me encantaría conocer, así que… ¿Qué tengo que hacer?
Camila: Nacer de nuevo…bromeo, sólo voy a decirte que quiero mucho a mi amiga, es especial, no soportaría que nadie la lastimara eso por mi parte, ella por otro lado, no es fácil de convencer de absolutamente nada es decir que la tendrás complicada, pero si lo conseguís te aseguro que valdrá la pena.
Ana: bueno como veo que entre ustedes ya se entienden, me tengo que ir.-Rodrigo me mira como pidiendo por favor que no me vaya
Rodrigo: ¡Espera! Que me debes algo y lo necesito, dejame que le pregunte a Camila cómo es el nombre de esa maravillosa mujer
Camila: Lo es, su nombre es Lucía y si piensan organizar esa fiesta me avisan así vamos las dos, ahora me tengo que ir, tengo clases. Rodrigo, un gusto, Ana nos vemos después, chau.- estoy segura que la conversación entre los dos fue más larga de lo que yo recuerdo pero mi cabeza no estaba en este lugar, nos despedimos y Rodrigo comenzó a interrogarme.
Rodrigo: Contame ¡ya! ¿Qué te tiene así?, no es que me fuera mal pero si dependía de vos estaba muerto, ¡Qué amiga eh…!
Ana: Nada pero nada de lo que puedas decir me afectara hoy, estoy ¡feliz!
Rodrigo: ¿Marina?... ¿Qué pasó?
Ana: ¡Ay amigo!...primero le dije todo lo que siento, después, creí morir cuando pareció no darle importancia, hasta lloré…y de pronto me dio algo imposible de explicar, algo que ni siquiera soñé, algo único, algo extraordinario, algo…
Rodrigo: Pará, pará…¿¡Decime de una vez que te dio Ana!?
Ana: me besó amigo ¡me besó! Fue así…tan dulce, tan tierna awwww y me dijo que era su forma de contestarme por falta de tiempo, pero que esta tarde seguimos hablando en el consultorio awwww soy tan feliz…
Rodrigo: ¡Te lo dije! ¡Te lo dije! Ella te miraba de manera especial, yo tenía razón.
Ana: Todavía no sé Rodri, no me quiero ilusionar (¡ya lo estás Ana!) pero le voy a preparar algo especial esta tarde, todavía no sé como porque tiene la agenda completa ¡ay amigo tengo miedo de estar soñando y despertar de pronto!
Rodrigo: No es un sueño, soy testigo…no quiero molestar con lo mío pero… ¿Podemos organizar esa pequeña fiesta?
Ana: por supuesto Rodri, esta noche te llamo y vemos como la organizamos
Rodrigo: si, eso si tu Marina te deja jajajaja
Ana: espero que no…bromeo, seguro que lo hacemos, además tengo que contarte lo que pase esta tarde.
Rodrigo: vamos, te llevo al consultorio o ¿Es temprano?
Ana: si por mí fuera ya estaría allá pero tengo una clase, voy más tarde, cuidate amigo.- le doy un beso y nos despedimos, yo voy a mi clase aunque no sé si podré concentrarme.
Marina
¡Qué sensación! Hace tanto que no daba un beso, que bien se siente, aunque no sé que me está pasando, nunca se me hubiese ocurrido ver a Ana de esta manera, siempre me hizo sentir importante pero no pensé que…se interesara en mí de este modo, no sé si estoy haciendo bien en dejarme llevar, no quiero herirla y a pesar de que me gusta, siempre está Luciana en mi. Ana es tan tierna, tan dulce, tan capaz de sorprenderme con una declaración como la de hoy…Tal vez deba dejar que ella me guie, dejar que la vida me sorprenda otra vez aunque me dé mucho miedo llegar en algún momento a compararla y de esa manera herirla.
Walter: Doctora…me gustaría saber que destino tienen sus pensamientos hoy…
Marina: ¡Walter! Digamos que…en volver a vivir
Walter: Eso es muy bueno y nadie más que vos lo merece, me alegro. Ahora la realidad, tengo una paciente que me gustaría que vieras antes de irte ¿hoy tenés consultorio?
Marina: Sí, bueno veamos de qué se trata…
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Meeeeeee Encantaaaaa la historiaasaa uffffff ya me la estoy imaginando a la doctoraaa debe ser divina hermosa sos una genia escribiendo besotes ARGENTINA
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