Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

La Orden Viribus - Cristalsif - 6


La Orden Viribus

Capítulo 6

Fiend II


Sin darme cuenta, esa mañana había cerrado la puerta que Shizuru abrió para mí. Incapaz de recordar, estuve en el agua nadando por lo que parecieron horas. Cuando salí de mi auto establecida soledad, ella se desvaneció como la bruma con la llegada de la tarde, ocupada como era de esperarse de un ser capaz de alterar las realidades, pensaba que Fujino fue hecha para cosas grandes. Aun así era como un maldito fantasma, apareciendo y desapareciendo en su apartamento mágico en el que ella podía alterarlo todo a su antojo, pese a todo la entendía, porque si yo pudiera modelar un mundo entero en mi cuarto quizás no habría salido de mi habitación en toda una vida.


Mi orgullosa Cultoris me ignoraba en los buenos términos de la ley del hielo en la que claro, yo era una experta consabida; lo supe cuando no me increpó acerca de mi horario de clases, el cual lógicamente incumplí violando las reglas del reformatorio y ni siquiera tuve que preguntar dónde me alojaría, porque una puerta negra en el pasillo tenía mi nombre en letras de color plateado, en su interior mis pertenencias desempacadas y en su sitio casi en el orden exacto que yo lo escogería. El lugar era bastante cercano a lo que es mi habitación en casa de mis padres, así que pasada la primera impresión ligeramente escalofriante, comprendí que genuinamente Shizuru Fujino sabía mucho más de mí de lo que yo podría siquiera sospechar, la forma en que supo tanto, sin embargo, eso era un absoluto misterio. ¿Desde cuándo me conoce tan bien? Si recuerdo su apreciación de mis sentimientos en nuestra primera sesión, que fue tremendamente odiosa, había sido del todo desatinada, su forma de mirarme con un desprecio tácito, era algo tan natural entonces que ese beso que aún quemaba en mi boca se habría supuesto imposible, pero de igual forma había ocurrido; hoy justamente había tantas cosas en su mirada... en sus labios dándome más que solo lujuria. Era como tener a dos diferentes personas entre ese día y el presente, así que al final me quedé con un montón de preguntas y ninguna respuesta.

Tomé una toalla, me sequé, saqué algunas prendas del cajón en el que supuse estaría la ropa de casa y cubrí mi desnudez, exploré cada espacio de mi nuevo alojamiento, encontrando incluso mi billetera de emergencias puesta sobre la mesa de noche, la abrí buscando mi pequeño tesoro... qué alivio, la foto de mi familia estaba allí; más pronto una inquietud se alojó en mi corazón como si él recordara algo que yo no y un flash de imágenes me golpeó, literalmente. Solté la fotografía, incapaces mis dedos de sostenerla; dos tipos de recuerdos en simultáneo se batieron dentro de mi mente tan dolorosamente, que gemí cayendo de rodillas al suelo.

Vi a una persona que conocía, alguien familiar que me dijo su nombre, que destruyó algo dentro del vehículo de mi madre amenazando su bienestar como las sombras que me atormentaron a lo largo de toda mi vida, vi a mi hermanita dentro del auto junto a mamá, ellas yéndose, todo mientras ella... Kaon se divertía estrangulándome, quemándome con su oscuridad y dejándome sin esperanza. Vi el caos y el pánico que ello me ocasionó en cuanto desperté, mi escape del cuarto y cada instante después de eso hasta el momento mismo en el que terminé en los brazos de cierta castaña Viribus, mi ira ante su aparente falta de compasión; al mismo tiempo en una realidad paralela y definitiva, yo fui apartada del camino de Kaon cuando iba a sujetarme del cuello y la gravedad en la voz de Shizuru retumbó en mis oídos como un eco. —No intentes tocarla— Sujetó así la mano que de haber podido cerniría sobre mí angustiosos momentos, instantes de agonía insalvable... en cambio el brillo de Fujino se extendió como fuego desde su pecho hasta sus manos formando una espada en verdad impresionante, mas no pude apreciar cada intrincado detalle en la hoja de un metal divino que se había formado del fuego puro del alma suya, porque una batalla tuvo principio. Yo estaba en suelo anonadada ante el duelo que tuvo lugar, sus velocidades y movimientos casi de danza, aunque una mortal, los filos pasando tan cerca de puntos vitales sin tocarlos o apenas rozarlos, ellas podrían haberse batido el equivalente a una eternidad y ninguna de las dos habría vencido si no cambiaban las condiciones, ambas lo supieron y por ello Kaon se fue, pero su expresión me advirtió que no sería la última vez, me perseguiría por siempre hasta obtener lo que fuera que buscara de mí.

Nada más concluir la contienda mi protectora deshizo su Lamya, está desvaneciéndose cuando el fuego que le daba origen se extinguió, aquella lucendi se encaminó al auto e introdujo su mano en el metal como si ninguna barrera física pudiera interponerse, deshaciendo así lo que fuera que Kaon hubiera hecho. Pero yo no fui capaz de musitar palabra, ahora sé que no agradecí lo suficiente las cosas solo porque no entendía lo que pasaba. Tampoco lo ví entonces, los cortes y la sangre dorada fluyendo de las heridas de Shizuru, ella ni siquiera parecía preocuparse por ello.

Me dió su mano para ponerme de pie y con aquel roce, una corriente eléctrica me recorrió por completo formando una imagen de un momento que no supe si sería futuro o si solo era producto de mi imaginación. La vi... no a la chica frente a mí, a alguien que identificaba como ella porque era tremendamente parecida, ese alguien cuyos ojos me miraban con amor incondicional, de aspecto portentoso, sabio y cálido, alguien con ¿seis pares de alas de plumaje rojizo? Su cabello era como de fuego, brotando luz de cada hebra y sus ojos de iris rojizo, mutaban a violáceo, azul y volvía a empezar con el conocido borgoña que la caracterizaba. Era la criatura más bella de toda la creación... no podría describirla de otra manera.

Me soltó con tal vez la misma estupefacción que yo la veía a ella, me quedé abrumada... el ser que vi, ¿es su yo verdadero? ¿O solamente una invención estrafalaria de... mi mente? Aire... sentí ahogarme como si fuera consciente de mi cuerpo allá donde quiera que estuviera, la sensación de ahogo más que real y nosotras volviendo al agua, al río en el que Shizuru me sumergió. Todo era caótico y difícil de entender, la secuencia, las sensaciones, volví en mí... con la vista difusa, enfoqué el preciado objeto que desencadenó aquella vorágine de realidades, la sensación y el miedo a seguir perdiendo la cordura más allá de lo posible, me aterró... otra parte de mí, la que empezaba a creer que todo lo que había visto y oído era realmente cierto, me trajo calma recordándome que gracias a Fujino todo estaba bien y el auto de mamá no tiene nada malo porque ella lo reparó. Respiré, entendiendo que Shizuru había alterado mi realidad, una horrorosa, cambiándola por una en la que yo me libré no solo de la oscuridad, sino también, de un terrible destino.

Me quedé viendo la foto, mientras gotas de sangre bajaban por mi nariz y yo aún era incapaz de moverme. Así que busqué serenarme viendo los ojitos azules de mi hermanita y a mamá tan feliz rodeada de nosotros, a Kane con los mismos ojos que Alyssa, siempre me dije ¿qué le vió mamá a semejante amargado? Claro que lo sabía, pero fingía que no... Él es un sujeto alto, atlético pero de cuerpo estilizado, abogado, un tipo decente y estable, claro que puedo ver qué le gustó a mi madre de él y bueno con Alyssa es un padre genial. Aun así, sigo sintiendo que yo... soy la única persona que no encaja en esa familia. Supongo que me siento excluida, yo solo veo lo fríos que son sus ojos al verme y termino pensando que en el fondo siempre estará vigilándome como si yo fuese realmente una amenaza. Apenas recuperé el control de mi cuerpo, tomé la foto y la guardé en la billetera. Ojalá tuviera un portarretratos para ponerla... sería mucho pedir ¿verdad? Limpié mi nariz y me arrojé a la cama, dormí un tiempo más, estaba más cansada que después de los triatlones del instituto.

Al despertar, la oscuridad me dió a saber que era de noche, miré el reloj y viendo la hora noté que tenía mucha hambre, era hora de cenar y ni siquiera desayunamos, ¿podría salir a comer a la cafetería del Reformatorio? No, ya devoraron todo cierto par de gemelos glotones, eso seguro. Un toquido suave y una voz conocida interrumpieron mis pensamientos.

—Kuga...— Me levanté de un brinco, con el corazón acelerado. Miré la puerta... ¿Entraría?

— ¿Sí Srta. Fujino?— Respondí temiendo que se hubiera ido.

—La cena y su llamada, aún puede hacerla desde aquí directamente...— Qué formal.

Salí y me encontré con su espalda, sus pasos dirigiéndose a lo que deduje sería un salón comedor. El aroma era sin duda exquisito y mi estómago hizo de mis vergüenzas un sonrojo, con el gruñido bestial que salió de mí. La vista de comida casera al más puro estilo de la abuela Nana Kuga, casi me hizo babear, pero me contuve rogando porque un segundo rugido de mi estómago no nos importunara más.

—Toma asiento y consume lo que desees, hice alguna variedad de alimentos para acertar— Ella fue delicada por demás al servirse la comida, una que estaba tibia y emanaba vapores deliciosos.

Yo era después de todo una Crecelius, menos que la mota de polvo que pisan sus zapatos al caminar. Y es que entendiendo lo que ella es, la sensación de insignificancia que me golpeó un par de veces a lo largo de la adolescencia se volvía a sentir, martillando dentro de mí con 10 veces más peso. —No tenía que tomarse tantas molestias ¿por qué hacerlo?— Tampoco era idiota, me serví un par de camarones al ajillo, dos bolitas de arroz y la sopa ramen que me estaba haciendo agua la boca. Mientras las carnes continuaban asándose lentamente en la hornilla dispuesta sobre la mesa.

—Porque es posible que... algo cambiase en los saltos temporales que di en sus recuerdos, hoy podría amar el ramen y dentro de un año no, fui precavida nada más— Respondió honestamente y con toda inocencia, no era consciente de lo inverosímil de sus palabras.

— ¿Mis recuerdos? ¿Usted vio mis recuerdos?— Mi cara era un poema, cosas dentro de mi memoria eran demasiado privadas para andar compartiéndolas como el Wifi o una botella de agua.

—Vi lo que debía ver, lo que su esencia quiso mostrar... de hecho no es frecuente, no es mi potestad el ver el pasado de las personas, pero Nat...— Se negó a completar mi nombre, no teníamos esa familiaridad de cualquier forma y las dos lo sabíamos. —Kuga, conectó conmigo y para uno de mi clase eso significa que la razón de la existencia está ligada a esa persona, mundo, o cosa— No la entendería ni en un millón de años. —Fui creada con un propósito y al parecer, tiene que ver con Kuga... el qué, lo ignoro... es como todo, la voluntad del Celestial y puede ocurrir hoy, mañana o en mil años y sigue siendo pronto—

No quise ahondar, no era tanto mi valor para merecer una creación como ella, salvo claro porque tuviera que matarme o algo parecido. — ¿Qué tanto viste? ¿Cosas demasiado comprometedoras?— Levanté una ceja con el ceño fruncido.

—No vi nada comprometedor, a menos que la parte de ser tan gentil con su hermana, o saber que tiene un gusto excelso en lencería cuenten para Nat... Kuga—

—Dime Natsuki, entiendo que se te dificulta... sabiendo más de mí que nadie que conozco, y habiendo salvado la vida de mi madre y a mi hermanita pequeña... soy yo quien está en deuda, Shizuru—

— ¿Lo recuerda?— Sus ojos me miraron con esperanza, como en la ducha increíble de hace rato, pero el miedo a la idea de no ser lo que ella esperaba me hizo tragar saliva. —En mi defensa puedo alegar que era eso, o dejar padecer a Kuga una transformación más que dolorosa, permitirle convertirse en la misma cosa que Kaon—

-No quisiera eso, si es posible- Ser como Kaon, eso sería aterrador. —Recuerdo algunas cosas...— Mentí, no estaba lista para decir nada sobre la alucinación y esa conexión extraña, ni a justificar los malditos latidos acelerados que siento al pensar en eso o... al verla a ella. Di un bocado, incapaz de soportar el hambre que me atacaba vilmente. —... y la deuda crece— Sonreí. —Es delicioso, ¿lo fabricaste como la realidad que dominas a tu antojo?—

—Podría, pero no acostumbro hacerlo... ciertas cosas tienen valor por el esfuerzo que ocupan— Vi abierto un recodo de la puerta que se había cerrado y fue suficiente para hacerme feliz.

—Gracias, esta delicioso... mmm... ¿Entonces Shizuru cocina por placer?— No evité sonreír. Que un ser divino disfrute estas... “pequeñeces” es encantador.

—Podría decirse...— Ladeó ligeramente su rostro, comenzando a degustar un trabajo bien hecho.

—Creo que tú sabes... mucho de mí porque conectamos, pero... yo soy humana y la parte en la que se comparten recuerdos, esa no la domino del todo, así que para conocerte tendría que usar los modos humanos—

— ¿Y eso sería…?— Me miró intrigada, tenía toda su atención.

—Preguntando...— Sonreí ladinamente, era evidente aunque no para alguien como Shizuru.

—Adelante...— Me devolvió el gesto dando algunos bocados a su comida y yo pensé bien mi pregunta, no quería espantarla.

— ¿En serio tienes 150 años?— Levanté una ceja, luego devoré mis dos bolitas de arroz que sabían a manjares.

—No, solo quería ver tu reacción el otro día, ara... recuerdo que estabas ansiando que me viera de 150- Esa peculiar risa que no le había escuchado antes, su tono naturalmente cautivador. -En fin...- Agradecí que no alargara más mi vergüenza. -He estado 20 años en el mundo humano, pero ocurre que en la dimensión en la que antes vivía es difícil medir el tiempo de la misma manera, aunque calcularía otros 20 años aproximadamente. Cuando los Lucendi nacen tienen un periodo de instrucción, no vivimos para otra cosa en ese tiempo y allí en la dimensión fractal, mi madre, Ikeru Fujino, me enseñó todo cuando debía saber de mi potestad...— Cavilando por un momento, sentenció de inmediato. —Dejaré entonces que Natsuki defina mi edad, desde el punto de vista humano, no creo que solo el tiempo en el rigor mismo sea una medida fiable para alguien que no envejece—

Interesante, ese sí que era un reto. Mano a la obra entonces. — ¿Salías de casa a escondidas? ¿Existe algún paralelo de adolescencia para los Lucendi? ¿Tuviste novio o novia?—

—Ara ara, así que Natsuki está interesada en mi vida amorosa...— Su intensa mirada cada vez más brillante, su expresión divertida... hasta podía saber que sus ojos estaban riendo con solo mirarla. Luego lo tomó con seriedad. —Jamás he huido de casa, no salgo de las tierras de Destiny si no es con el consentimiento de mi madre, Kara. Sobre la adolescencia, para los Viribus, yo me encuentro en esa etapa, es un tiempo en el que debo desarrollar mi criterio y juicio personal, aunque mi cuerpo material ya se vea por encima de dicha etapa para los humanos, mi verdadero yo apenas está definiendo sus formas reales— Acarició con la mano su mentón en pose pensativa. —Y a la última pregunta, Lorha Blan, sería lo más cercano a una novia en sus términos—

¿Escuché bien? Tiene novia... eso suena mal. ¿Entonces que había sido lo de la ducha? ¿Son polígamos? -Vaya...- ¿Qué más podía decir?

—Sólo la he visto tres veces y hemos hablado poco más que eso, porque ella habita otra dimensión... pero matemáticamente entre los Lucendi, ella es la persona más compatible conmigo y a quien posiblemente quieran designarme en el futuro—

— ¿Matemáticamente?— Eso sonaba más que retrogrado para un ser supuestamente tan avanzado.

—Es más complejo que eso, pero no encuentro otra asociación conocida con la cual explicarme ante Natsuki; entiendo que algunos humanos usan un método semejante cuando buscan pareja a través de citas por internet, páginas que ofertan de manera más ineficiente el mismo modelo de compatibilidad, llevado a un uso práctico, sería muy útil si fueran verdaderamente efectivos en esa medición—

—Tienes un punto, pero sabes... no, no deberías escoger pareja en base a lo que diga una fórmula, las personas que hacen eso están algo desesperados— Fruncí el ceño. —Se trata de sentirlo Shizuru—

No se enfadó aunque fui un poco insultante, solo replanteó sus palabras. —Y si supieras quién fue creada para ti, a lo que llaman alma gemela... ¿No irías tras esa persona? ¿Por qué complicarlo?— Estaba siendo genuina, compartiendo sus pensamientos, la lógica de su raza particular. Casi olvidaba que ella no es justamente humana y mi apetito había desaparecido desde el momento en que el nombre de Lorha fue mencionado en la conversación.

—Entonces elige a Lorha Blan y no te compliques— Ocupé mi boca con un gran bocado de Ramen para no continuar poniéndome en evidencia.

— ¿Eso es lo que Natsuki quiere?— Ella por su parte comió otro rico camarón, su inocente curiosidad va a acabar conmigo.

¿Lo que yo quiero? ¿Acaso una cosa así sería tenida en cuenta? La observé a ella y a su paciente silencio... a ratos es tan inocente y otras veces, es tan maliciosa. —Yo quiero que seas feliz Shizuru... con quien elijas serlo— Una verdad a medias.

—Eso haré...— Sonrió tomando la comida elegantemente como era propio de ella, pero estaba casi tan contenta como una niña pequeña disfrutando de un juguete nuevo. Qué problema resultaría de esto, si un ser de luz se cruza en tu camino y terminas sintiendo cosas que no deberías, cuando está más que claro que se trata de un imposible.

Otras preguntas acudieron a mi mente, pero me dí cuenta que quizás no estaba tan cómoda con algunas de las posibles respuestas. ¿Ella y Blan han estado íntimamente? ¿Dos o tres visitas son... suficientes?, ¿es igual para ellos? Yo he tenido sexo con alguna chica en la primera cita, así que... rayos, odiaba la imagen de ella y alguien más, y eso sería muy egoísta.

Comimos en silencio a partir de allí y no dejé de admirar su habilidad culinaria, y así al verla... terminaba pensando que no hay nada que ella pueda hacer mal. Me puse de pie para recoger los platos e ir a lavarlos, pero decidí responder al fin al reto que había puesto sobre mis hombros. —Shizuru, en lo que a mí respecta tienes 18 años, sería la suma del cúmulo de experiencias que has vivido hasta ahora, compensado con el vasto conocimiento que tienes del universo, ya sabes... muchos datos y poca práctica... de modo que cuando vayamos fuera de aquí, voy a enseñarte algunas cosas—

—Ara, ¿eso es una cita?— Sonrió, dioses... me haría adicta a esa expresión.

— ¿Qué es para ti una cita?— Entrecerré los ojos, con ella era mejor asegurarse.

—Cuando una chica y otra chica se gustan, y salen por ahí a hacer cosas divertidas—

Tragué saliva, sí justamente eso es... — ¿Podrías...?—

— ¿Sí?— Me confundía, con su iris escarlata puesto sobre mí, como si quisiera comerme y no es que yo no lo deseara, porque ese fuego aún ardía en mi piel. Pero notar que su lógica no es la misma, me hace sentir que estoy andando sobre un cristal muy fino y no sé quién podría salir herida al final de esto.

— ¿Podrías mostrarme el teléfono? Necesito aclarar muchas cosas con mi madre quien debe estar... más que preocupada— Seguro va a matarme ¿Cómo podría explicar que un Lucendi alteró el futuro para tranquilizarme? Miré a Shizuru con detenimiento. ¿Por qué hizo todo eso? Tomarse tantas molestias, nada tenía sentido y no creo que para ella fuera trivial.

—Oh, tranquila, la siguiente cosa que hice después de la ducha fue llamarla para que realizara sus actividades con normalidad, cualquier minuto más hubiese sido una innecesaria angustia para la señora Kuga ¿No lo crees?— Dijo aquello como si nada, sin siquiera imaginar lo que significaba para mí.

Sentí un vuelco en el pecho, como si una mini Shizuru estuviera atravesando un laberinto dentro de mí, pasando poco a poco cada muralla hasta llegar a mi corazón. — ¿Por qué eres... tan considerada conmigo?—

—Soy una con las personas que me observan y no saben nada de mí, muchos prefieren pensar que no me importan muchas cosas y de hecho, es ese el objetivo de esa fachada Natsuki... en tu caso he descartado ya cualquier fuente de oscuridad que pudiera ser nociva para ti, para tus cercanos y para todos en general. Pero esencialmente soy lo que has visto este día, es mi verdadera forma de ser, si antes actúe diferente es porque te protegía y me protegía— Ah entonces no es nada en particular realmente y no sé por qué me decepcionó tanto su respuesta.

Preferí no ir en esa dirección, necesito separar las cosas otra vez, Shizuru es mi ¿terapeuta divina? Eso se oye muy loco. — ¿Te proteges de mí?—

—No de ti— Anunció como si esperara esa pregunta. —... de mi deber; no soy tan antigua como otros Lucendi, pero sé que cuando no hay otra salida algunos Crecelius reciben el mismo trato que sus padres descendi y a diferencia de los nuestros, estos no acuden en defensa de sus hijos. Así que los mayores dicen que las primeras ejecuciones siempre son las más dolorosas... porque en el fondo, la esperanza solo muere en el momento en que ellos también lo hacen y en su caso... es para siempre—

Casi se me caen los platos de las manos, ella había eliminado a otros Crecelius. — ¿Tú has matado personas?— Pero me mantuve serena en lo que me encaminaba a la cocina para lavarlos. Tomé unos guantes, jabón y los lavé... había un lavaplatos pero ya que Shizuru cocinó cuando pudo con un chasquido de sus dedos preparar la comida, sentí que se lo debía y no quería parecer una inútil ante ella... o en realidad esperaba darnos el suficiente tiempo para terminar esa conversación.

—Así es...— Su expresión entristeció como si le espantara la idea de que la viera como a un monstruo, ¿pero quién era yo para juzgarla? —Pocos Crecelius son como Mikoto Minagi, Chie Harada o Aoi Senou, ellas eligen ser algo mejor que sus padres aún con su pesada carga; Las habilidades no son por sí mismas algo malo, del mismo modo que un cuchillo tiene muchos usos pero es la persona quien elige cómo usarlo, incluso si es para herir a los demás. La verdad es que sé, no es nada fácil controlarse, la corrupción del éter es como la más oscura de las adicciones, un impulso casi incontenible de hacer obra aquel pecado que los corrompió en el principio— Esa sí que sería una muy mala herencia, ser esclavo de los pecados de nuestros padres... demasiado injusto para mi gusto. —Natsuki, en ese orden de ideas... y llevado a la situación que te trajo aquí en primer lugar, yo deduzco que es factible que Tate Yuichi fuera un Crecelius Minorum, posiblemente un hijo de Asmoth Mollium, un antiguo descendi conocido como el pecado de la lujuria—

Y eso tiene mucho sentido, Yuichi quería abusar de Mai algo tendría que ver con ese pecado en particular. — ¿Cómo puedes clasificarlo tan fácil, sin siquiera haberlo visto?—

—Según leí en el reporte, dijiste que él intentó forzar a Tokiha a tener relaciones sexuales con él... un Altiorem hijo de Asmoth no tiene que forzar esa clase de cosas, usaría su facultad y simplemente se haría desear, así que hubiera sido aparentemente consensuado en el momento en que ocurría pero luego, las víctimas se sienten abusadas y culpables, la distorsión del deseo desaparece y entonces los verdaderos sentimientos o pensamientos acuden a la mente... así que sí Yuichi fuera un Altiorem, tu amiga se habría acostado con él, incluso si no lo deseara realmente, se habría entregado atraída irremediablemente por él— Shizuru me miró, la verdad del mundo era más sombría de lo que imaginaba.

Los Altiorem van por dondequiera, libres de hacer lo que les plazca con sus habilidades, sometiendo voluntades y... exactamente. — ¿Que es un Altiorem?—

—Es cuando un Crecelius, un hijo de un humano y de un descendi, nace con una proporción muy alta de éter... imagina que me ves a mí, sabes como es mi madre Kara y aun así puedes apostar que me parezco más a mi otra madre, Ikeru. Los Altiorem tienen mucho más que rasgos parecidos a sus padres divinos, tienen una porción más alta de poder... de éter; a los que tienen poco, les decimos Minorum; Lo importante aquí Natsuki, es que Tokiha tuvo suerte de tenerte, de otro modo habría sido forzada de la peor manera y temo que muchas veces—

—Sí, de no haber estado allí en ese momento...— Lo había pensado, el ‘hubiera’ y la idea de Mai siendo violada, me destrozaba.

— ¿Por qué fuiste en su ayuda? Ustedes ya no eran cercanas a decir verdad— Preguntó de repente. ¿Esa parte la vió cuando conectamos? No lo había pensado demasiado.

Tomó un paño para secar los platos y ponerlos en la alacena, terminamos rápido por lo que fuimos a la sala con una taza de té caliente en las manos, una vez tomé asiento continué nuestra charla. —Masashi Takeda me dijo que Yuichi, se comportaba mal con Mai... y fue mi amiga, pero nada odio más que los patanes que no aceptan un no por respuesta, sentí... que me necesitaba— Yo solo quería, saber que estuviera bien. Se lo debía, por su padre.

—Te guiaron...— Puntualizó suspicaz.

—Y Takeda tenía razón, la busqué sin encontrarla, agoté hasta la última esperanza cuando subí a su habitación, al principio creí que estaba interrumpiendo a un par de tortolos porque ellos iban a tener sexo, pero Mai se arrepintió y al final él la golpeó para poder servirse más cómodamente— Aunque siendo honesta no hay nada peor que tener como pareja a una figura inmóvil en la cama, si lo divertido es que la otra parte participe. —Yo... yo golpeé la puerta con mi hombro y con mis piernas tantas veces hasta que la rompí—

— ¿Cuánto tardaste?— Levantó una ceja interesada, mientras se pasaba la mano y con sus dedos acomodaba sus largos cabellos castaños, con preciosos bucles en las puntas.

—Uno o dos minutos...— Esa cosa era de madera reforzada, tirar una puerta no es como en las películas.

— ¿Qué viste cuando entraste?—

—Él estaba encima de ella...— Cerré los puños mientras el recuerdo volvía tan vivido ante mí, que la ira se formó como si estuviera allí rompiendo la puerta para impedírselo.

— ¿Logró su empeño? ¿Él estaba... haciéndolo?— Se notaba que también le incomodaba, seguramente entendería lo que un acto así significa para una mujer.

—No... Él peleaba con el sostén de Mai, era de como 4 broches... de los difíciles—

No supo si reírse o darme un zape, pero vi una fugaz mueca en sus labios. — ¿Cuánto tiempo llevabas sin ver a Tokiha?— Era una pregunta extraña, creí que seguiría el orden de los hechos como los demás.

—Años... más de 3 años— Respondí sin estar tan segura.

— ¿Entonces fue a la primera fiesta que te invitó en años? ¿Hace fiestas cada año?— ¿En serio eso importaba?

—No... Esta fue la primera y no me invitó ella... era una broma de mal gusto de Nao Yuuki, su mejor amiga... pero yo no le di importancia, no iba a perder el viaje o a mi cita por esa tontería— Shizuru ensombreció su semblante y me mordí la lengua por idiota, ahora seguramente piensa lo peor de mí. Que voy por ahí con cada chica que me da una sonrisa, que no es del todo cierto pero...

Al parecer mis andanzas no le importaban mucho en realidad. —Fue una trampa Natsuki...— Aclaró con tono severo, muy serio.

— ¿Qué?— No esperaba eso.

—Te invitaron a una fiesta, alguien interrumpió tus planes y te informó de una situación sospechosa entre Tokiha y su novio, lo suficientemente malo para que te alertara y dejaras plantada a tu cita, esperaban que la buscaras y la encontraras.  Seamos honestas, el tiempo que tardaste en abrir la puerta... habría sido el suficiente para desabrochar el pantalón o subirle el vestido, no sé qué tenía puesto tu amiga, pero 30 segundos o menos habrían sido suficientes para bajar o romper la ropa interior y tomar su preciosa virtud entre sus manos, el trofeo que supuestamente Yuichi buscaba...— Hizo un ademán de comillas con sus dedos resaltando el punto. —Para los Mollium no es necesario terminar, dejar la marca imborrable es más que satisfactorio porque saben que su víctima jamás los olvidará— Entonces ¿No era eso lo que él quería? ¿Traumar a Mai por la eternidad? —Pero lejos de hacer lo que es común para esa clase de sujetos, lo encontraste debatiéndose con la parte superior de su indumentaria, como sí lo más interesante estuviera arriba... tomarse esas ceremonias cuando alguien estaba a punto de tirar la puerta— Negó con la cabeza, claro que no tenía sentido. —Sí fuese sólo un humano, habría escapado al saberse descubierto, sabiendo que sería su palabra contra la de ustedes y que un buen abogado podría resolver el asunto con una orden de restricción. Pienso que era un Crecelius porque quiso probar sus fuerzas contigo, atraerte y capturarte, o asesinarte, incluso forzar tu Caedum, que es la forma en la que un Crecelius se convierte en un demonio, ya lo viste la otra noche cuando Mikoto se enojó lo suficiente como para romper los cristales de realidad y su verdadera apariencia se reveló— Aclaró de inmediato al ver mi gesto de duda y sí, el recuerdo estaba ahí, la cornamenta y el fuego envolviéndole, fue espeluznante. Luego continuó...  —Tú... mi querida Natsuki, fuiste enviada por Takeda a una escena montada para despertar al ser que llevas dentro, a la criatura que realmente eres. Tu verdadero yo que tantas dificultades me ha causado en el esmero de mostrarlo, si apenas he podido vislumbrar una insignificante parte de ti, y no te has manifestado a completitud frente a mí— Su rostro exponía cierta decepción, como si fuera yo quien no quisiera develar los misterios que ella busca. Pero ¡Hey! no puedes mostrar lo que no sabes que tienes o eres. No dije nada al final y ella culminó sus ideas. —Cuanto más lo razono, más sentido tiene todo. Ese día, alguien planeó los eventos que te envolverían para obligarte a despertar el poder que te heredó tu padre divino, uno diferente y raro por demás...— Me dedicó su expresión inquisitiva. — ¿Pero lo logró?—

Sentí la presión. —No... No lo sé— Las hipótesis de Shizuru cobraban sentido cuanto más lo analizaba, sus ideas aunque paranoicas tenían un aire de factibilidad. Pero yo no recordaba lo que pasó exactamente, por qué...

— ¿Perdiste el sentido...?— Ni siquiera era una pregunta, solo una confirmación.

—Sí...— Bajé la mirada, recordaba las acusaciones que pululaban a mi alrededor cuando disputaban mi destino hace unas semanas. —Kane decía que quizás lo maté en un arranque de ira y entonces... simplemente lo borré, para tolerar la culpa o superar la situación— Era lo que más miedo me ocasionaba, porque en verdad tenía tanta frustración y enojo en ese momento, cuando lo vi tomando ventaja de ella, la persona a quien yo... amaba.

—Yo no lo veo así...— Me sonrió intentando animarme. —La primera vez que salieron mis alas fue muy doloroso, tuve algo así como fiebre y estuve en cama por días... como cuando a ustedes les salen ciertos dientes de pequeños, un despertar es... algo sobrecogedor y mucho más de lo que el cuerpo puede soportar— Que intensa mirada, así se ven los pensamientos de alguien capaz de formular un universo en una habitación, intentar adivinar a dónde irían sus ideas estaba fuera de mi alcance.

Asentí. —Lo siguiente que supe es que desperté en el patio con Mai en mis brazos y él estaba muerto, carbonizado— Confesé, ¿Quién podría suponer que eso fuera bueno en primer lugar?

—Existe una forma...— Bajó el tono al final, dudando. —Natsuki—

— ¿Una forma para qué?—

—Para ver ese momento, si no se mostró por sí mismo cuando conectamos es meramente porque te estás protegiendo a ti misma, de una manera inconsciente. Te aterra pensar que esta otra parte de ti fuera capaz de matar a un hombre, y me temo que es una posibilidad muy real, un Altiorem o cualquier ser que tenga una cantidad de éter superior al 30% en su cadena vital, semejante al concepto del ADN como ustedes lo llaman... puede matar hasta por error a un humano, aun entonces no sería intencional— Claro que lo había pensado, que las flamas azules hubieran encendido el fuego que mató a Yuichi... la idea de matar a alguien por error era una cosa, porque yo no controlo el fuego que me rodea, pero ¿hacerlo adrede? ¿Podría haberlo hecho? —De igual modo muchos más misterios podrían estar resguardados en esas memorias perdidas—

—Espera... Shizuru— Negué con la cabeza acariciando el puente de mi nariz, era demasiada información para ser procesada en muy poco tiempo. —Es difícil para mí—

—Lo entiendo, solo quiero que lo pienses... es factible una regresión— Refutó, ¿era la última carta para salvarme o salvarse? —Sería una respuesta y una oportunidad—

— ¿Por qué no lo hiciste hasta ahora? ¡Si hasta me torturaste!— Me levanté del asiento intentando dar algún sentido a todo lo que habíamos hablado. Ella es un Lucendi muy peculiar, poderosa en extremo, alguien a quien le importo pero al mismo tiempo le soy insignificante, una persona que va y viene sin dejar en claro sus intenciones, confundiéndome más.

—No fue mi intención...— ¡No me hagas esa cara de pena! No es justo. -Muchas de mis acciones carecerían de sentido para ti, pero son las que nos trajeron a este momento, así que tienen una razón- Serena y paciente me miraba, con su mano tan cerca de mi rostro, en verdad deseaba solo dejarlo ser y tomar la oportunidad que esos ojos escarlata me invitaban.

Suspiré para pensar con la cabeza y no con el corazón. —Dices que has tenido la solución a mis problemas hace... bueno, desde siempre ¿por qué dar tantas vueltas entonces?—

Se mordió los labios pensando, luego lo soltó y ya. —Está prohibido...— Claro, sería obvio.

—Ajá y tú no rompes las reglas...— Me crucé de brazos. —No has salido de las tierras de mamá Kara jamás—

—Natsuki...— Frunció el ceño, claro que tenía derecho y yo estaba siendo una intransigente. —Una cosa es irrumpir en un sueño que proyecta el futuro y resolver una falla de auto que aún no ocurre, enfrentar a un Altiorem y sacarnos de allí antes de que hubiera peligro. Una regresión implica que vayamos al momento preciso en que pasó todo, deshaciendo meses de acciones y efectos en cientos, miles y hasta millones de personas. Significa ir a un lugar, a una posible trampa... donde Kaon podría estar esperándonos, un riesgo muy alto solo para ver lo que pasó, solo para saber exactamente quién eres— Y eso no era poco para mí, pero ella no podría entenderlo. —Por otro lado nunca he intentado crear una realidad de ese tipo solo para desplazarme en el tiempo, porque ¡sabes son dos áreas muy diferentes!—

Admitió que sería difícil para ella, me sentí apenada y egoísta. —Dicho así suena un poco rudo, lo entiendo... pero he esperado tanto tiempo Shizuru... ¡Toda mi vida! y a diferencia de ti no soy inmortal, nada garantiza que viva el próximo año o que llegue a los 50— Con cosas como esa cada minuto cuenta.

—En realidad, hay Altiorem inmortales... como Kaon, se nota que tiene siglos encima y en realidad no parece que haya envejecido más allá de los 25 años— Se quedó mirándome un momento, suspiró y posó su mano en mi hombro, yo tragué saliva. —Lo he ofrecido yo, pude callarlo desde el principio si no tuviera la intención de ayudar... tengo planeado hacerlo pero necesito la confianza de Natsuki en quienes elegiré para ayudarnos en esta importante tarea, por ahora ve y habla con tu madre, yo tengo que realizar algunas llamadas y no son en esta dimensión— Dicho eso se perdió de mi vista saliendo de la cocina y entrando por la puerta en la que su nombre brillaba cambiante en letras que me sorprendí de entender.

Seguí su consejo, hablé con mamá, estaba preocupada pese a las aclaraciones de Shizuru; le dije que todo estaba bien y que en realidad solo me estaba costando un poco dejar las medicinas atrás. Aquel fue el argumento que empleó cierta Cultoris para justificar mi comportamiento diciendo que aquel episodio había sido cosa de un reajuste a la ausencia del fármaco. No era muy alentador para mí, justificarme como un alcohólico olvidadizo, salvo porque mi excusa era el Geodix y en el fondo ella preferiría cualquier cosa a la verdad.

Llegó la noche y con ella el temor a que mis sueños volvieran a mostrarme horribles escenarios, acomodé las almohadas y las sábanas, usé un pijama... un top y unos shorts, pero no me decidía a entrar en el lecho aunque honestamente tenía sueño, las horas de la tarde no compensaron en mi cuerpo el desgaste de las tensiones pasadas. El toque de la puerta me hizo reaccionar, abrí sabiendo que solo podía ser ella. Tragué saliva al verla, una batola relativamente translúcida era suficiente para ocasionar un paro cardiaco a alguien ¿cuál sería su argumento? Tenemos lo mismo ¿no te sorprendas? Puede ser ligeramente doloroso, ¿acaso no es consciente de su propio poder? de la gracia que la envuelve con ese aire irresistible... empiezo a pensar que Asmoth Mollium fue mi padre, solo por lo que ella me hace sentir con apenas un gesto de su cara y un silencioso mensaje en su mirada, todo lo que nadie ha prendido en mí. Este fuego incendiando mi interior es el infierno, este latido inclemente que no cesa y no comprendo sí es nada más un efecto lucendi de su parte, encanto como ella lo llamó o en serio siento estas cosas por mí misma, por Shizuru.

—Estaré aquí... si eso te hace sentir mejor— Musitó aquello como si supiera que en fondo estoy muerta de miedo ante la idea de mis visiones del futuro sean tan nefastas como siempre, aunque se oye inverosímil saber que efectivamente todo este tiempo mis pesadillas eran premoniciones. Providencia, a quien rayos se le ocurre darme algo así.

—Mucho mejor...— Admito, abriéndole paso a la habitación y Shizuru sonríe. Entra en el lugar y lo observa como si fuera la primera vez, aunque ella misma lo diseñó.

-¿Otra cama?- Cuestiona elevando su brazo, de inmediato imagino que fabricará una de la nada. Rauda sujeté su mano entre mis dedos, sorprendida por mi propio atrevimiento.

-Hay suficiente espacio en ella, si gustas- Puedo sentir el calor en mis mejillas, debo ser un tomate humano ahora mismo.

-Claro...- Miró nuestras manos unidas, como un deja vu y yo la solté como si quemara. Para mi vergüenza estaba actuando como una inexperta...

Fuimos a la cama, yo a su espalda abrazándola y ella entre mis brazos mirándome con ese par de ojos brillantes y dulces. -Ustedes... ¿No sienten miedo?- Acomodé uno de sus mechones tras su oreja tras mi pregunta.

-Es una de muchas emociones... pero es poco frecuente- Claro, siendo inmortal, poderosos, hermosos... no se tendría mucho a que temer, salvo por la muerte y para ello solo un arma puede, no cualquiera la tiene. -Dejar de existir no es un miedo, es no dejar huella lo que nos preocupa, buscamos ser la digna creación de nuestros padres y ser el orgullo de nuestros hijos, ansiamos ser quienes admiren. El temor de un Lucendi suele estar anclado a sus seres queridos...-

-No somos tan diferentes los humanos de ustedes... deseamos cosas parecidas-

-Natsuki, cuando nos conocimos actúe de un modo que pudo ser desagradable para ti... una sesión suele ser suficiente y tanto el trato como los métodos midieron alrededor de 10 posibles fuentes, evaluaba a un Crecelius basada en los reportes. No podía ser amable ¿Lo comprendes?-

-¿Por qué te importa tanto lo que yo piense? ¿Por qué estás aquí conmigo?-

-¿No es obvio? Eres mi destino-

Destino, me disgustaba mucho que esa fuera su razón y no yo exactamente, estar con alguien porque un Celestial lo eligió... -Pienso que puedes estar malinterpretando las cosas... puede que haga parte de ese destino, pero no necesariamente sea de la manera en que tú crees- Yo no iba por ahí asumiendo que ella me amaría por una fantasía en una visión inverosímil. -Y aun así estás con Lorha...- Un pensamiento que no debí murmurar frunciendo el ceño.

-Asuntos por resolver, Natsuki... por ahora descansa- Me dió un beso en la frente y cual somnífero, no pasó demasiado antes de que cayera dormida. Junto a ella... por primera vez, la idea de dormir no fue angustiosa.



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