La Orden Viribus
Fiend II
Sin darme cuenta,
esa mañana había cerrado la puerta que Shizuru abrió para mí. Incapaz de
recordar, estuve en el agua nadando por lo que parecieron horas. Cuando salí de
mi auto establecida soledad, ella se desvaneció como la bruma con la llegada de
la tarde, ocupada como era de esperarse de un ser capaz de alterar las
realidades, pensaba que Fujino fue hecha para cosas grandes. Aun así era como
un maldito fantasma, apareciendo y desapareciendo en su apartamento mágico en
el que ella podía alterarlo todo a su antojo, pese a todo la entendía, porque
si yo pudiera modelar un mundo entero en mi cuarto quizás no habría salido de
mi habitación en toda una vida.
Mi orgullosa
Cultoris me ignoraba en los buenos términos de la ley del hielo en la que
claro, yo era una experta consabida; lo supe cuando no me increpó acerca de mi
horario de clases, el cual lógicamente incumplí violando las reglas del
reformatorio y ni siquiera tuve que preguntar dónde me alojaría, porque una
puerta negra en el pasillo tenía mi nombre en letras de color plateado, en su
interior mis pertenencias desempacadas y en su sitio casi en el orden exacto
que yo lo escogería. El lugar era bastante cercano a lo que es mi habitación en
casa de mis padres, así que pasada la primera impresión ligeramente
escalofriante, comprendí que genuinamente Shizuru Fujino sabía mucho más de mí
de lo que yo podría siquiera sospechar, la forma en que supo tanto, sin
embargo, eso era un absoluto misterio. ¿Desde cuándo me conoce tan bien? Si
recuerdo su apreciación de mis sentimientos en nuestra primera sesión, que fue tremendamente odiosa, había sido
del todo desatinada, su forma de mirarme con un desprecio tácito, era algo tan
natural entonces que ese beso que aún quemaba en mi boca se habría supuesto
imposible, pero de igual forma había ocurrido; hoy justamente había tantas
cosas en su mirada... en sus labios dándome más que solo lujuria. Era como
tener a dos diferentes personas entre ese día y el presente, así que al final
me quedé con un montón de preguntas y ninguna respuesta.
Tomé una toalla,
me sequé, saqué algunas prendas del cajón en el que supuse estaría la ropa de
casa y cubrí mi desnudez, exploré cada espacio de mi nuevo alojamiento,
encontrando incluso mi billetera de emergencias puesta sobre la mesa de noche,
la abrí buscando mi pequeño tesoro... qué alivio, la foto de mi familia estaba
allí; más pronto una inquietud se alojó en mi corazón como si él recordara algo
que yo no y un flash de imágenes me golpeó, literalmente. Solté la fotografía,
incapaces mis dedos de sostenerla; dos tipos de recuerdos en simultáneo se
batieron dentro de mi mente tan dolorosamente, que gemí cayendo de rodillas al
suelo.
Vi a una persona que conocía, alguien familiar que
me dijo su nombre, que destruyó algo dentro del vehículo de mi madre amenazando
su bienestar como las sombras que me atormentaron a lo largo de toda mi vida,
vi a mi hermanita dentro del auto junto a mamá, ellas yéndose, todo mientras
ella... Kaon se divertía estrangulándome, quemándome con su oscuridad y
dejándome sin esperanza. Vi el caos y el pánico que ello me ocasionó en cuanto
desperté, mi escape del cuarto y cada instante después de eso hasta el momento
mismo en el que terminé en los brazos de cierta castaña Viribus, mi ira ante su
aparente falta de compasión; al mismo tiempo en una realidad paralela y
definitiva, yo fui apartada del camino de Kaon cuando iba a sujetarme del
cuello y la gravedad en la voz de Shizuru retumbó en mis oídos como un eco. —No
intentes tocarla— Sujetó así la mano que de haber podido cerniría sobre mí
angustiosos momentos, instantes de agonía insalvable... en cambio el brillo de
Fujino se extendió como fuego desde su pecho hasta sus manos formando una
espada en verdad impresionante, mas no pude apreciar cada intrincado detalle en
la hoja de un metal divino que se había formado del fuego puro del alma suya,
porque una batalla tuvo principio. Yo estaba en suelo anonadada ante el duelo
que tuvo lugar, sus velocidades y movimientos casi de danza, aunque una mortal,
los filos pasando tan cerca de puntos vitales sin tocarlos o apenas rozarlos,
ellas podrían haberse batido el equivalente a una eternidad y ninguna de las
dos habría vencido si no cambiaban las condiciones, ambas lo supieron y por
ello Kaon se fue, pero su expresión me advirtió que no sería la última vez, me
perseguiría por siempre hasta obtener lo que fuera que buscara de mí.
Nada más concluir la contienda mi protectora deshizo
su Lamya, está desvaneciéndose cuando el fuego que le daba origen se extinguió,
aquella lucendi se encaminó al auto e introdujo su mano en el metal como si
ninguna barrera física pudiera interponerse, deshaciendo así lo que fuera que
Kaon hubiera hecho. Pero yo no fui capaz de musitar palabra, ahora sé que no
agradecí lo suficiente las cosas solo porque no entendía lo que pasaba. Tampoco
lo ví entonces, los cortes y la sangre dorada fluyendo de las heridas de
Shizuru, ella ni siquiera parecía preocuparse por ello.
Me dió su mano para ponerme de pie y con aquel roce,
una corriente eléctrica me recorrió por completo formando una imagen de un
momento que no supe si sería futuro o si solo era producto de mi imaginación. La vi... no a la chica frente a mí, a
alguien que identificaba como ella porque era tremendamente parecida, ese
alguien cuyos ojos me miraban con amor incondicional, de aspecto portentoso,
sabio y cálido, alguien con ¿seis pares de alas de plumaje rojizo? Su cabello
era como de fuego, brotando luz de cada hebra y sus ojos de iris rojizo, mutaban
a violáceo, azul y volvía a empezar con el conocido borgoña que la
caracterizaba. Era la criatura más bella de toda la creación... no podría
describirla de otra manera.
Me soltó con tal vez la misma estupefacción que yo
la veía a ella, me quedé abrumada... el ser que vi, ¿es su yo verdadero? ¿O
solamente una invención estrafalaria de... mi mente? Aire... sentí ahogarme
como si fuera consciente de mi cuerpo allá donde quiera que estuviera, la
sensación de ahogo más que real y nosotras volviendo al agua, al río en el que
Shizuru me sumergió. Todo era caótico y
difícil de entender, la secuencia, las sensaciones, volví en mí... con la vista
difusa, enfoqué el preciado objeto que desencadenó aquella vorágine de
realidades, la sensación y el miedo a seguir perdiendo la cordura más allá de
lo posible, me aterró... otra parte de mí, la que empezaba a creer que todo lo
que había visto y oído era realmente cierto, me trajo calma recordándome que
gracias a Fujino todo estaba bien y el auto de mamá no tiene nada malo porque
ella lo reparó. Respiré, entendiendo que Shizuru había alterado mi realidad,
una horrorosa, cambiándola por una en la que yo me libré no solo de la
oscuridad, sino también, de un terrible destino.
Me quedé viendo la
foto, mientras gotas de sangre bajaban por mi nariz y yo aún era incapaz de
moverme. Así que busqué serenarme viendo los ojitos azules de mi hermanita y a
mamá tan feliz rodeada de nosotros, a Kane con los mismos ojos que Alyssa,
siempre me dije ¿qué le vió mamá a semejante amargado? Claro que lo sabía, pero
fingía que no... Él es un sujeto alto, atlético pero de cuerpo estilizado,
abogado, un tipo decente y estable, claro que puedo ver qué le gustó a mi madre
de él y bueno con Alyssa es un padre genial. Aun así, sigo sintiendo que yo...
soy la única persona que no encaja en esa familia. Supongo que me siento
excluida, yo solo veo lo fríos que son sus ojos al verme y termino pensando que
en el fondo siempre estará vigilándome como si yo fuese realmente una amenaza.
Apenas recuperé el control de mi cuerpo, tomé la foto y la guardé en la
billetera. Ojalá tuviera un portarretratos para ponerla... sería mucho pedir
¿verdad? Limpié mi nariz y me arrojé a la cama, dormí un tiempo más, estaba más
cansada que después de los triatlones del instituto.
Al despertar, la
oscuridad me dió a saber que era de noche, miré el reloj y viendo la hora noté
que tenía mucha hambre, era hora de cenar y ni siquiera desayunamos, ¿podría
salir a comer a la cafetería del Reformatorio? No, ya devoraron todo cierto par
de gemelos glotones, eso seguro. Un toquido suave y una voz conocida
interrumpieron mis pensamientos.
—Kuga...— Me
levanté de un brinco, con el corazón acelerado. Miré la puerta... ¿Entraría?
— ¿Sí Srta.
Fujino?— Respondí temiendo que se hubiera ido.
—La cena y su
llamada, aún puede hacerla desde aquí directamente...— Qué formal.
Salí y me encontré
con su espalda, sus pasos dirigiéndose a lo que deduje sería un salón comedor.
El aroma era sin duda exquisito y mi estómago hizo de mis vergüenzas un sonrojo,
con el gruñido bestial que salió de mí. La vista de comida casera al más puro
estilo de la abuela Nana Kuga, casi me hizo babear, pero me contuve rogando
porque un segundo rugido de mi estómago no nos importunara más.
—Toma asiento y
consume lo que desees, hice alguna variedad de alimentos para acertar— Ella fue
delicada por demás al servirse la comida, una que estaba tibia y emanaba
vapores deliciosos.
Yo era después de
todo una Crecelius, menos que la mota de polvo que pisan sus zapatos al caminar.
Y es que entendiendo lo que ella es, la sensación de insignificancia que me
golpeó un par de veces a lo largo de la adolescencia se volvía a sentir,
martillando dentro de mí con 10 veces más peso. —No tenía que tomarse tantas
molestias ¿por qué hacerlo?— Tampoco era idiota, me serví un par de camarones
al ajillo, dos bolitas de arroz y la sopa ramen que me estaba haciendo agua la
boca. Mientras las carnes continuaban asándose lentamente en la hornilla
dispuesta sobre la mesa.
—Porque es posible
que... algo cambiase en los saltos temporales que di en sus recuerdos, hoy
podría amar el ramen y dentro de un año no, fui precavida nada más— Respondió
honestamente y con toda inocencia, no era consciente de lo inverosímil de sus
palabras.
— ¿Mis recuerdos?
¿Usted vio mis recuerdos?— Mi cara era un poema, cosas dentro de mi memoria
eran demasiado privadas para andar compartiéndolas como el Wifi o una botella
de agua.
—Vi lo que debía
ver, lo que su esencia quiso mostrar... de hecho no es frecuente, no es mi potestad
el ver el pasado de las personas, pero Nat...— Se negó a completar mi nombre,
no teníamos esa familiaridad de cualquier forma y las dos lo sabíamos. —Kuga,
conectó conmigo y para uno de mi clase eso significa que la razón de la
existencia está ligada a esa persona, mundo, o cosa— No la entendería ni en un
millón de años. —Fui creada con un propósito y al parecer, tiene que ver con
Kuga... el qué, lo ignoro... es como todo, la voluntad del Celestial y puede
ocurrir hoy, mañana o en mil años y sigue siendo pronto—
No quise ahondar,
no era tanto mi valor para merecer una creación como ella, salvo claro porque
tuviera que matarme o algo parecido. — ¿Qué tanto viste? ¿Cosas demasiado
comprometedoras?— Levanté una ceja con el ceño fruncido.
—No vi nada comprometedor,
a menos que la parte de ser tan gentil con su hermana, o saber que tiene un
gusto excelso en lencería cuenten para Nat... Kuga—
—Dime Natsuki,
entiendo que se te dificulta... sabiendo más de mí que nadie que conozco, y
habiendo salvado la vida de mi madre y a mi hermanita pequeña... soy yo quien
está en deuda, Shizuru—
— ¿Lo recuerda?—
Sus ojos me miraron con esperanza, como en la ducha increíble de hace rato,
pero el miedo a la idea de no ser lo que ella esperaba me hizo tragar saliva.
—En mi defensa puedo alegar que era eso, o dejar padecer a Kuga una
transformación más que dolorosa, permitirle convertirse en la misma cosa que
Kaon—
-No quisiera eso,
si es posible- Ser como Kaon, eso sería aterrador. —Recuerdo algunas cosas...—
Mentí, no estaba lista para decir nada sobre la alucinación y esa conexión
extraña, ni a justificar los malditos latidos acelerados que siento al pensar
en eso o... al verla a ella. Di un bocado, incapaz de soportar el hambre que me
atacaba vilmente. —... y la deuda crece— Sonreí. —Es delicioso, ¿lo fabricaste
como la realidad que dominas a tu antojo?—
—Podría, pero no
acostumbro hacerlo... ciertas cosas tienen valor por el esfuerzo que ocupan— Vi
abierto un recodo de la puerta que se había cerrado y fue suficiente para
hacerme feliz.
—Gracias, esta
delicioso... mmm... ¿Entonces Shizuru cocina por placer?— No evité sonreír. Que
un ser divino disfrute estas... “pequeñeces” es encantador.
—Podría
decirse...— Ladeó ligeramente su rostro, comenzando a degustar un trabajo bien
hecho.
—Creo que tú
sabes... mucho de mí porque conectamos, pero... yo soy humana y la parte en la
que se comparten recuerdos, esa no la domino del todo, así que para conocerte
tendría que usar los modos humanos—
— ¿Y eso sería…?—
Me miró intrigada, tenía toda su atención.
—Preguntando...—
Sonreí ladinamente, era evidente aunque no para alguien como Shizuru.
—Adelante...— Me
devolvió el gesto dando algunos bocados a su comida y yo pensé bien mi
pregunta, no quería espantarla.
— ¿En serio tienes
150 años?— Levanté una ceja, luego devoré mis dos bolitas de arroz que sabían a
manjares.
—No, solo quería
ver tu reacción el otro día, ara... recuerdo que estabas ansiando que me viera
de 150- Esa peculiar risa que no le había escuchado antes, su tono naturalmente
cautivador. -En fin...- Agradecí que no alargara más mi vergüenza. -He estado
20 años en el mundo humano, pero ocurre que en la dimensión en la que antes
vivía es difícil medir el tiempo de la misma manera, aunque calcularía otros 20
años aproximadamente. Cuando los Lucendi nacen tienen un periodo de
instrucción, no vivimos para otra cosa en ese tiempo y allí en la dimensión
fractal, mi madre, Ikeru Fujino, me enseñó todo cuando debía saber de mi
potestad...— Cavilando por un momento, sentenció de inmediato. —Dejaré entonces
que Natsuki defina mi edad, desde el punto de vista humano, no creo que solo el
tiempo en el rigor mismo sea una medida fiable para alguien que no envejece—
Interesante, ese
sí que era un reto. Mano a la obra entonces. — ¿Salías de casa a escondidas?
¿Existe algún paralelo de adolescencia para los Lucendi? ¿Tuviste novio o
novia?—
—Ara ara, así que
Natsuki está interesada en mi vida amorosa...— Su intensa mirada cada vez más
brillante, su expresión divertida... hasta podía saber que sus ojos estaban
riendo con solo mirarla. Luego lo tomó con seriedad. —Jamás he huido de casa,
no salgo de las tierras de Destiny si no es con el consentimiento de mi madre,
Kara. Sobre la adolescencia, para los Viribus, yo me encuentro en esa etapa, es
un tiempo en el que debo desarrollar mi criterio y juicio personal, aunque mi
cuerpo material ya se vea por encima de dicha etapa para los humanos, mi
verdadero yo apenas está definiendo sus formas reales— Acarició con la mano su
mentón en pose pensativa. —Y a la última pregunta, Lorha Blan, sería lo más
cercano a una novia en sus términos—
¿Escuché bien?
Tiene novia... eso suena mal. ¿Entonces que había sido lo de la ducha? ¿Son
polígamos? -Vaya...- ¿Qué más podía decir?
—Sólo la he visto
tres veces y hemos hablado poco más que eso, porque ella habita otra
dimensión... pero matemáticamente entre los Lucendi, ella es la persona más
compatible conmigo y a quien posiblemente quieran designarme en el futuro—
—
¿Matemáticamente?— Eso sonaba más que retrogrado para un ser supuestamente tan
avanzado.
—Es más complejo
que eso, pero no encuentro otra asociación conocida con la cual explicarme ante
Natsuki; entiendo que algunos humanos usan un método semejante cuando buscan
pareja a través de citas por internet, páginas que ofertan de manera más
ineficiente el mismo modelo de compatibilidad, llevado a un uso práctico, sería
muy útil si fueran verdaderamente efectivos en esa medición—
—Tienes un punto,
pero sabes... no, no deberías escoger pareja en base a lo que diga una fórmula,
las personas que hacen eso están algo desesperados— Fruncí el ceño. —Se trata
de sentirlo Shizuru—
No se enfadó
aunque fui un poco insultante, solo replanteó sus palabras. —Y si supieras
quién fue creada para ti, a lo que llaman alma gemela... ¿No irías tras esa
persona? ¿Por qué complicarlo?— Estaba siendo genuina, compartiendo sus
pensamientos, la lógica de su raza particular. Casi olvidaba que ella no es
justamente humana y mi apetito había desaparecido desde el momento en que el
nombre de Lorha fue mencionado en la conversación.
—Entonces elige a
Lorha Blan y no te compliques— Ocupé mi boca con un gran bocado de Ramen para
no continuar poniéndome en evidencia.
— ¿Eso es lo que
Natsuki quiere?— Ella por su parte comió otro rico camarón, su inocente
curiosidad va a acabar conmigo.
¿Lo que yo quiero?
¿Acaso una cosa así sería tenida en cuenta? La observé a ella y a su paciente
silencio... a ratos es tan inocente y otras veces, es tan maliciosa. —Yo quiero
que seas feliz Shizuru... con quien elijas serlo— Una verdad a medias.
—Eso haré...—
Sonrió tomando la comida elegantemente como era propio de ella, pero estaba
casi tan contenta como una niña pequeña disfrutando de un juguete nuevo. Qué
problema resultaría de esto, si un ser de luz se cruza en tu camino y terminas
sintiendo cosas que no deberías, cuando está más que claro que se trata de un
imposible.
Otras preguntas
acudieron a mi mente, pero me dí cuenta que quizás no estaba tan cómoda con
algunas de las posibles respuestas. ¿Ella y Blan han estado íntimamente? ¿Dos o
tres visitas son... suficientes?, ¿es igual para ellos? Yo he tenido sexo con
alguna chica en la primera cita, así que... rayos, odiaba la imagen de ella y
alguien más, y eso sería muy egoísta.
Comimos en
silencio a partir de allí y no dejé de admirar su habilidad culinaria, y así al
verla... terminaba pensando que no hay nada que ella pueda hacer mal. Me puse
de pie para recoger los platos e ir a lavarlos, pero decidí responder al fin al
reto que había puesto sobre mis hombros. —Shizuru, en lo que a mí respecta
tienes 18 años, sería la suma del cúmulo de experiencias que has vivido hasta
ahora, compensado con el vasto conocimiento que tienes del universo, ya
sabes... muchos datos y poca práctica... de modo que cuando vayamos fuera de
aquí, voy a enseñarte algunas cosas—
—Ara, ¿eso es una
cita?— Sonrió, dioses... me haría adicta a esa expresión.
— ¿Qué es para ti
una cita?— Entrecerré los ojos, con ella era mejor asegurarse.
—Cuando una chica
y otra chica se gustan, y salen por ahí a hacer cosas divertidas—
Tragué saliva, sí
justamente eso es... — ¿Podrías...?—
— ¿Sí?— Me
confundía, con su iris escarlata puesto sobre mí, como si quisiera comerme y no
es que yo no lo deseara, porque ese fuego aún ardía en mi piel. Pero notar que
su lógica no es la misma, me hace sentir que estoy andando sobre un cristal muy
fino y no sé quién podría salir herida al final de esto.
— ¿Podrías
mostrarme el teléfono? Necesito aclarar muchas cosas con mi madre quien debe
estar... más que preocupada— Seguro va a matarme ¿Cómo podría explicar que un
Lucendi alteró el futuro para tranquilizarme? Miré a Shizuru con detenimiento.
¿Por qué hizo todo eso? Tomarse tantas molestias, nada tenía sentido y no creo
que para ella fuera trivial.
—Oh, tranquila, la
siguiente cosa que hice después de la ducha fue llamarla para que realizara sus
actividades con normalidad, cualquier minuto más hubiese sido una innecesaria
angustia para la señora Kuga ¿No lo crees?— Dijo aquello como si nada, sin
siquiera imaginar lo que significaba para mí.
Sentí un vuelco en
el pecho, como si una mini Shizuru estuviera atravesando un laberinto dentro de
mí, pasando poco a poco cada muralla hasta llegar a mi corazón. — ¿Por qué
eres... tan considerada conmigo?—
—Soy una con las
personas que me observan y no saben nada de mí, muchos prefieren pensar que no
me importan muchas cosas y de hecho, es ese el objetivo de esa fachada
Natsuki... en tu caso he descartado ya cualquier fuente de oscuridad que
pudiera ser nociva para ti, para tus cercanos y para todos en general. Pero
esencialmente soy lo que has visto este día, es mi verdadera forma de ser, si
antes actúe diferente es porque te protegía y me protegía— Ah entonces no es
nada en particular realmente y no sé por qué me decepcionó tanto su respuesta.
Preferí no ir en
esa dirección, necesito separar las cosas otra vez, Shizuru es mi ¿terapeuta
divina? Eso se oye muy loco. — ¿Te proteges de mí?—
—No de ti— Anunció
como si esperara esa pregunta. —... de mi deber; no soy tan antigua como otros
Lucendi, pero sé que cuando no hay otra salida algunos Crecelius reciben el
mismo trato que sus padres descendi y a diferencia de los nuestros, estos no
acuden en defensa de sus hijos. Así que los mayores dicen que las primeras
ejecuciones siempre son las más dolorosas... porque en el fondo, la esperanza
solo muere en el momento en que ellos también lo hacen y en su caso... es para
siempre—
Casi se me caen
los platos de las manos, ella había eliminado a otros Crecelius. — ¿Tú has
matado personas?— Pero me mantuve serena en lo que me encaminaba a la cocina
para lavarlos. Tomé unos guantes, jabón y los lavé... había un lavaplatos pero
ya que Shizuru cocinó cuando pudo con un chasquido de sus dedos preparar la
comida, sentí que se lo debía y no quería parecer una inútil ante ella... o en
realidad esperaba darnos el suficiente tiempo para terminar esa conversación.
—Así es...— Su
expresión entristeció como si le espantara la idea de que la viera como a un
monstruo, ¿pero quién era yo para juzgarla? —Pocos Crecelius son como Mikoto
Minagi, Chie Harada o Aoi Senou, ellas eligen ser algo mejor que sus padres aún
con su pesada carga; Las habilidades no son por sí mismas algo malo, del mismo
modo que un cuchillo tiene muchos usos pero es la persona quien elige cómo
usarlo, incluso si es para herir a los demás. La verdad es que sé, no es nada
fácil controlarse, la corrupción del éter es como la más oscura de las
adicciones, un impulso casi incontenible de hacer obra aquel pecado que los corrompió
en el principio— Esa sí que sería una muy mala herencia, ser esclavo de los
pecados de nuestros padres... demasiado injusto para mi gusto. —Natsuki, en ese
orden de ideas... y llevado a la situación que te trajo aquí en primer lugar,
yo deduzco que es factible que Tate Yuichi fuera un Crecelius Minorum,
posiblemente un hijo de Asmoth Mollium, un antiguo descendi conocido como el
pecado de la lujuria—
Y eso tiene mucho
sentido, Yuichi quería abusar de Mai algo tendría que ver con ese pecado en particular.
— ¿Cómo puedes clasificarlo tan fácil, sin siquiera haberlo visto?—
—Según leí en el
reporte, dijiste que él intentó forzar a Tokiha a tener relaciones sexuales con
él... un Altiorem hijo de Asmoth no tiene que forzar esa clase de cosas, usaría
su facultad y simplemente se haría desear, así que hubiera sido aparentemente
consensuado en el momento en que ocurría pero luego, las víctimas se sienten
abusadas y culpables, la distorsión del deseo desaparece y entonces los
verdaderos sentimientos o pensamientos acuden a la mente... así que sí Yuichi
fuera un Altiorem, tu amiga se habría acostado con él, incluso si no lo deseara
realmente, se habría entregado atraída irremediablemente por él— Shizuru me
miró, la verdad del mundo era más sombría de lo que imaginaba.
Los Altiorem van
por dondequiera, libres de hacer lo que les plazca con sus habilidades,
sometiendo voluntades y... exactamente. — ¿Que es un Altiorem?—
—Es cuando un
Crecelius, un hijo de un humano y de un descendi, nace con una
proporción muy alta de éter... imagina que me ves a mí, sabes como es mi madre
Kara y aun así puedes apostar que me parezco más a mi otra madre, Ikeru. Los
Altiorem tienen mucho más que rasgos parecidos a sus padres divinos, tienen una
porción más alta de poder... de éter; a los que tienen poco, les decimos
Minorum; Lo importante aquí Natsuki, es que Tokiha tuvo suerte de tenerte, de
otro modo habría sido forzada de la peor manera y temo que muchas veces—
—Sí, de no haber
estado allí en ese momento...— Lo había pensado, el ‘hubiera’ y la idea de Mai
siendo violada, me destrozaba.
— ¿Por qué fuiste
en su ayuda? Ustedes ya no eran cercanas a decir verdad— Preguntó de repente.
¿Esa parte la vió cuando conectamos? No lo había pensado demasiado.
Tomó un paño para
secar los platos y ponerlos en la alacena, terminamos rápido por lo que fuimos
a la sala con una taza de té caliente en las manos, una vez tomé asiento
continué nuestra charla. —Masashi Takeda me dijo que Yuichi, se comportaba mal
con Mai... y fue mi amiga, pero nada odio más que los patanes que no aceptan un
no por respuesta, sentí... que me necesitaba— Yo solo quería, saber que
estuviera bien. Se lo debía, por su padre.
—Te guiaron...—
Puntualizó suspicaz.
—Y Takeda tenía
razón, la busqué sin encontrarla, agoté hasta la última esperanza cuando subí a
su habitación, al principio creí que estaba interrumpiendo a un par de tortolos
porque ellos iban a tener sexo, pero Mai se arrepintió y al final él la golpeó
para poder servirse más cómodamente— Aunque siendo honesta no hay nada peor que
tener como pareja a una figura inmóvil en la cama, si lo divertido es que la
otra parte participe. —Yo... yo golpeé la puerta con mi hombro y con mis
piernas tantas veces hasta que la rompí—
— ¿Cuánto
tardaste?— Levantó una ceja interesada, mientras se pasaba la mano y con sus
dedos acomodaba sus largos cabellos castaños, con preciosos bucles en las
puntas.
—Uno o dos
minutos...— Esa cosa era de madera reforzada, tirar una puerta no es como en
las películas.
— ¿Qué viste
cuando entraste?—
—Él estaba encima
de ella...— Cerré los puños mientras el recuerdo volvía tan vivido ante mí, que
la ira se formó como si estuviera allí rompiendo la puerta para impedírselo.
— ¿Logró su
empeño? ¿Él estaba... haciéndolo?— Se notaba que también le incomodaba,
seguramente entendería lo que un acto así significa para una mujer.
—No... Él peleaba
con el sostén de Mai, era de como 4 broches... de los difíciles—
No supo si reírse
o darme un zape, pero vi una fugaz mueca en sus labios. — ¿Cuánto tiempo
llevabas sin ver a Tokiha?— Era una pregunta extraña, creí que seguiría el
orden de los hechos como los demás.
—Años... más de 3
años— Respondí sin estar tan segura.
— ¿Entonces fue a
la primera fiesta que te invitó en años? ¿Hace fiestas cada año?— ¿En serio eso
importaba?
—No... Esta fue la
primera y no me invitó ella... era una broma de mal gusto de Nao Yuuki, su
mejor amiga... pero yo no le di importancia, no iba a perder el viaje o a mi
cita por esa tontería— Shizuru ensombreció su semblante y me mordí la lengua
por idiota, ahora seguramente piensa lo peor de mí. Que voy por ahí con cada
chica que me da una sonrisa, que no es del todo cierto pero...
Al parecer mis
andanzas no le importaban mucho en realidad. —Fue una trampa Natsuki...— Aclaró
con tono severo, muy serio.
— ¿Qué?— No
esperaba eso.
—Te invitaron a
una fiesta, alguien interrumpió tus planes y te informó de una situación
sospechosa entre Tokiha y su novio, lo suficientemente malo para que te
alertara y dejaras plantada a tu cita, esperaban que la buscaras y la
encontraras. Seamos honestas, el tiempo
que tardaste en abrir la puerta... habría sido el suficiente para desabrochar
el pantalón o subirle el vestido, no sé qué tenía puesto tu amiga, pero 30
segundos o menos habrían sido suficientes para bajar o romper la ropa interior
y tomar su preciosa virtud entre sus manos, el trofeo que supuestamente Yuichi
buscaba...— Hizo un ademán de comillas con sus dedos resaltando el punto. —Para
los Mollium no es necesario terminar, dejar la marca imborrable es más que
satisfactorio porque saben que su víctima jamás los olvidará— Entonces ¿No era
eso lo que él quería? ¿Traumar a Mai por la eternidad? —Pero lejos de hacer lo
que es común para esa clase de sujetos, lo encontraste debatiéndose con la
parte superior de su indumentaria, como sí lo más interesante estuviera
arriba... tomarse esas ceremonias cuando alguien estaba a punto de tirar la
puerta— Negó con la cabeza, claro que no tenía sentido. —Sí fuese sólo un
humano, habría escapado al saberse descubierto, sabiendo que sería su palabra
contra la de ustedes y que un buen abogado podría resolver el asunto con una
orden de restricción. Pienso que era un Crecelius porque quiso probar sus
fuerzas contigo, atraerte y capturarte, o asesinarte, incluso forzar tu Caedum,
que es la forma en la que un Crecelius se convierte en un demonio, ya lo viste
la otra noche cuando Mikoto se enojó lo suficiente como para romper los
cristales de realidad y su verdadera apariencia se reveló— Aclaró de inmediato
al ver mi gesto de duda y sí, el recuerdo estaba ahí, la cornamenta y el fuego
envolviéndole, fue espeluznante. Luego continuó... —Tú... mi querida Natsuki, fuiste enviada por
Takeda a una escena montada para despertar al ser que llevas dentro, a la
criatura que realmente eres. Tu verdadero yo que tantas dificultades me ha
causado en el esmero de mostrarlo, si apenas he podido vislumbrar una
insignificante parte de ti, y no te has manifestado a completitud frente a mí—
Su rostro exponía cierta decepción, como si fuera yo quien no quisiera develar
los misterios que ella busca. Pero ¡Hey! no puedes mostrar lo que no sabes que
tienes o eres. No dije nada al final y ella culminó sus ideas. —Cuanto más lo
razono, más sentido tiene todo. Ese día, alguien planeó los eventos que te
envolverían para obligarte a despertar el poder que te heredó tu padre divino,
uno diferente y raro por demás...— Me dedicó su expresión inquisitiva. — ¿Pero
lo logró?—
Sentí la presión.
—No... No lo sé— Las hipótesis de Shizuru cobraban sentido cuanto más lo
analizaba, sus ideas aunque paranoicas tenían un aire de factibilidad. Pero yo
no recordaba lo que pasó exactamente, por qué...
— ¿Perdiste el
sentido...?— Ni siquiera era una pregunta, solo una confirmación.
—Sí...— Bajé la
mirada, recordaba las acusaciones que pululaban a mi alrededor cuando
disputaban mi destino hace unas semanas. —Kane decía que quizás lo maté en un
arranque de ira y entonces... simplemente lo borré, para tolerar la culpa o
superar la situación— Era lo que más miedo me ocasionaba, porque en verdad
tenía tanta frustración y enojo en ese momento, cuando lo vi tomando ventaja de
ella, la persona a quien yo... amaba.
—Yo no lo veo
así...— Me sonrió intentando animarme. —La primera vez que salieron mis alas
fue muy doloroso, tuve algo así como fiebre y estuve en cama por días... como
cuando a ustedes les salen ciertos dientes de pequeños, un despertar es... algo
sobrecogedor y mucho más de lo que el cuerpo puede soportar— Que intensa
mirada, así se ven los pensamientos de alguien capaz de formular un universo en
una habitación, intentar adivinar a dónde irían sus ideas estaba fuera de mi
alcance.
Asentí. —Lo
siguiente que supe es que desperté en el patio con Mai en mis brazos y él
estaba muerto, carbonizado— Confesé, ¿Quién podría suponer que eso fuera bueno
en primer lugar?
—Existe una
forma...— Bajó el tono al final, dudando. —Natsuki—
— ¿Una forma para
qué?—
—Para ver ese
momento, si no se mostró por sí mismo cuando conectamos es meramente porque te
estás protegiendo a ti misma, de una manera inconsciente. Te aterra pensar que
esta otra parte de ti fuera capaz de matar a un hombre, y me temo que es una
posibilidad muy real, un Altiorem o cualquier ser que tenga una cantidad de
éter superior al 30% en su cadena vital, semejante al concepto del ADN como
ustedes lo llaman... puede matar hasta por error a un humano, aun entonces no
sería intencional— Claro que lo había pensado, que las flamas azules hubieran
encendido el fuego que mató a Yuichi... la idea de matar a alguien por error
era una cosa, porque yo no controlo el fuego que me rodea, pero ¿hacerlo
adrede? ¿Podría haberlo hecho? —De igual modo muchos más misterios podrían
estar resguardados en esas memorias perdidas—
—Espera...
Shizuru— Negué con la cabeza acariciando el puente de mi nariz, era demasiada
información para ser procesada en muy poco tiempo. —Es difícil para mí—
—Lo entiendo, solo
quiero que lo pienses... es factible una regresión— Refutó, ¿era la última
carta para salvarme o salvarse? —Sería una respuesta y una oportunidad—
— ¿Por qué no lo
hiciste hasta ahora? ¡Si hasta me torturaste!— Me levanté del asiento
intentando dar algún sentido a todo lo que habíamos hablado. Ella es un Lucendi
muy peculiar, poderosa en extremo, alguien a quien le importo pero al mismo
tiempo le soy insignificante, una persona que va y viene sin dejar en claro sus
intenciones, confundiéndome más.
—No fue mi
intención...— ¡No me hagas esa cara de pena! No es justo. -Muchas de mis
acciones carecerían de sentido para ti, pero son las que nos trajeron a este
momento, así que tienen una razón- Serena y paciente me miraba, con su mano tan
cerca de mi rostro, en verdad deseaba solo dejarlo ser y tomar la oportunidad
que esos ojos escarlata me invitaban.
Suspiré para
pensar con la cabeza y no con el corazón. —Dices que has tenido la solución a
mis problemas hace... bueno, desde siempre ¿por qué dar tantas vueltas
entonces?—
Se mordió los
labios pensando, luego lo soltó y ya. —Está prohibido...— Claro, sería obvio.
—Ajá y tú no
rompes las reglas...— Me crucé de brazos. —No has salido de las tierras de mamá
Kara jamás—
—Natsuki...—
Frunció el ceño, claro que tenía derecho y yo estaba siendo una intransigente.
—Una cosa es irrumpir en un sueño que proyecta el futuro y resolver una falla
de auto que aún no ocurre, enfrentar a un Altiorem y sacarnos de allí antes de
que hubiera peligro. Una regresión implica que vayamos al momento preciso en
que pasó todo, deshaciendo meses de acciones y efectos en cientos, miles y
hasta millones de personas. Significa ir a un lugar, a una posible trampa... donde
Kaon podría estar esperándonos, un riesgo muy alto solo para ver lo que pasó,
solo para saber exactamente quién eres— Y eso no era poco para mí, pero ella no
podría entenderlo. —Por otro lado nunca he intentado crear una realidad de ese
tipo solo para desplazarme en el tiempo, porque ¡sabes son dos áreas muy
diferentes!—
Admitió que sería
difícil para ella, me sentí apenada y egoísta. —Dicho así suena un poco rudo,
lo entiendo... pero he esperado tanto tiempo Shizuru... ¡Toda mi vida! y a
diferencia de ti no soy inmortal, nada garantiza que viva el próximo año o que
llegue a los 50— Con cosas como esa cada minuto cuenta.
—En realidad, hay
Altiorem inmortales... como Kaon, se nota que tiene siglos encima y en realidad
no parece que haya envejecido más allá de los 25 años— Se quedó mirándome un
momento, suspiró y posó su mano en mi hombro, yo tragué saliva. —Lo he ofrecido
yo, pude callarlo desde el principio si no tuviera la intención de ayudar...
tengo planeado hacerlo pero necesito la confianza de Natsuki en quienes elegiré
para ayudarnos en esta importante tarea, por ahora ve y habla con tu madre, yo
tengo que realizar algunas llamadas y no son en esta dimensión— Dicho eso se
perdió de mi vista saliendo de la cocina y entrando por la puerta en la que su
nombre brillaba cambiante en letras que me sorprendí de entender.
Seguí su consejo,
hablé con mamá, estaba preocupada pese a las aclaraciones de Shizuru; le dije
que todo estaba bien y que en realidad solo me estaba costando un poco dejar
las medicinas atrás. Aquel fue el argumento que empleó cierta Cultoris para
justificar mi comportamiento diciendo que aquel episodio había sido cosa de un
reajuste a la ausencia del fármaco. No era muy alentador para mí, justificarme
como un alcohólico olvidadizo, salvo porque mi excusa era el Geodix y en el
fondo ella preferiría cualquier cosa a la verdad.
Llegó la noche y
con ella el temor a que mis sueños volvieran a mostrarme horribles escenarios,
acomodé las almohadas y las sábanas, usé un pijama... un top y unos shorts,
pero no me decidía a entrar en el lecho aunque honestamente tenía sueño, las
horas de la tarde no compensaron en mi cuerpo el desgaste de las tensiones
pasadas. El toque de la puerta me hizo reaccionar, abrí sabiendo que solo podía
ser ella. Tragué saliva al verla, una batola relativamente translúcida era
suficiente para ocasionar un paro cardiaco a alguien ¿cuál sería su argumento?
Tenemos lo mismo ¿no te sorprendas? Puede ser ligeramente doloroso, ¿acaso no
es consciente de su propio poder? de la gracia que la envuelve con ese aire
irresistible... empiezo a pensar que Asmoth Mollium fue mi padre, solo por lo
que ella me hace sentir con apenas un gesto de su cara y un silencioso mensaje
en su mirada, todo lo que nadie ha prendido en mí. Este fuego incendiando mi
interior es el infierno, este latido inclemente que no cesa y no comprendo sí
es nada más un efecto lucendi de su parte, encanto como ella lo llamó o en
serio siento estas cosas por mí misma, por Shizuru.
—Estaré aquí... si
eso te hace sentir mejor— Musitó aquello como si supiera que en fondo estoy
muerta de miedo ante la idea de mis visiones del futuro sean tan nefastas como
siempre, aunque se oye inverosímil saber que efectivamente todo este tiempo mis
pesadillas eran premoniciones. Providencia, a quien rayos se le ocurre darme
algo así.
—Mucho mejor...—
Admito, abriéndole paso a la habitación y Shizuru sonríe. Entra en el lugar y
lo observa como si fuera la primera vez, aunque ella misma lo diseñó.
-¿Otra cama?-
Cuestiona elevando su brazo, de inmediato imagino que fabricará una de la nada.
Rauda sujeté su mano entre mis dedos, sorprendida por mi propio atrevimiento.
-Hay suficiente
espacio en ella, si gustas- Puedo sentir el calor en mis mejillas, debo ser un
tomate humano ahora mismo.
-Claro...- Miró
nuestras manos unidas, como un deja vu y yo la solté como si quemara. Para mi
vergüenza estaba actuando como una inexperta...
Fuimos a la cama,
yo a su espalda abrazándola y ella entre mis brazos mirándome con ese par de
ojos brillantes y dulces. -Ustedes... ¿No sienten miedo?- Acomodé uno de sus
mechones tras su oreja tras mi pregunta.
-Es una de muchas
emociones... pero es poco frecuente- Claro, siendo inmortal, poderosos,
hermosos... no se tendría mucho a que temer, salvo por la muerte y para ello
solo un arma puede, no cualquiera la tiene. -Dejar de existir no es un miedo,
es no dejar huella lo que nos preocupa, buscamos ser la digna creación de
nuestros padres y ser el orgullo de nuestros hijos, ansiamos ser quienes
admiren. El temor de un Lucendi suele estar anclado a sus seres queridos...-
-No somos tan
diferentes los humanos de ustedes... deseamos cosas parecidas-
-Natsuki, cuando
nos conocimos actúe de un modo que pudo ser desagradable para ti... una sesión
suele ser suficiente y tanto el trato como los métodos midieron alrededor de 10
posibles fuentes, evaluaba a un Crecelius basada en los reportes. No podía ser
amable ¿Lo comprendes?-
-¿Por qué te
importa tanto lo que yo piense? ¿Por qué estás aquí conmigo?-
-¿No es obvio? Eres
mi destino-
Destino, me
disgustaba mucho que esa fuera su razón y no yo exactamente, estar con alguien
porque un Celestial lo eligió... -Pienso que puedes estar malinterpretando las
cosas... puede que haga parte de ese destino, pero no necesariamente sea de la
manera en que tú crees- Yo no iba por ahí asumiendo que ella me amaría por una
fantasía en una visión inverosímil. -Y aun así estás con Lorha...- Un
pensamiento que no debí murmurar frunciendo el ceño.
-Asuntos por
resolver, Natsuki... por ahora descansa- Me dió un beso en la frente y cual
somnífero, no pasó demasiado antes de que cayera dormida. Junto a ella... por
primera vez, la idea de dormir no fue angustiosa.
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El que sigue, si? :(
ResponderEliminarAme ese asunto por resolver Natsuki (*+*)
ResponderEliminarNecesito la que siguen en verdaa
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