Jugadas del destino - 14 - Apo

CAPÍTULO CATORCE

Pov Klaret

Tatiana sigue insistiendo y la paciencia se me agota con su discurso.

- Klaret, eran las semanas de nuestras vacaciones, en la universidad no tendré clases y justo… ahora te antojas de participar en el plan vacacional de…

-Desde el principio hemos sido muy claras con lo que respecta a nuestra relación Tatiana; no son 6 meses, son casi 6 años juntas y creo que sabes lo que detesto que te comportes como una niña caprichosa- me mira incrédula ante lo dicho- Quiero trabajar en el plan vacacional, es experiencia, y necesitamos el dinero para otras cosas.- aunque la interrumpí no tuvo argumentos válidos para decir algo.- a ver Tati…

-Tati nada Sofía Klaret- mi rostro se transforma, ella sabe que no me gusta para nada que me diga así- después dices que porqué estoy distanciada contigo, esto y lo otro.

-Buenas noches- para mí, esta conversación terminó.

-Tu sí eres… ¿Me vas a dejar con la palabra en la boca?

-¿ y seguir escuchando las supuestas amenazas tuyas? No Tatiana, mañana me tengo que levantar temprano. Y lo que haces es que piense en tantas discusiones que hemos tenido a lo largo de… (con cara de querer acordarme de algo en especifico) de casi dos meses Tatiana; sinceramente me está agotando la paciencia. Así que, buenas noches.

Antes de cometer alguna locura, prefiero conversar con mi almohada. Toda esta situación con ella me afecta, no son solos las discusiones… En fin, antes de llenar mi cabeza y que explote será mejor que duerma.

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El sueño quiere vencerme para así poder quedarme junto a mi amada… cama. - Las responsabilidades te llaman a gritos Klaret, despierta- soy mi propia alarma.

Para la hora que es, dudo por un instante si lavarme el cabello, igualmente iremos a la piscina con los chiquitos hoy. Salgo del baño dispuesta a cambiarme para salir y escucho una vocecita

-¿ya te vas?- aún somnolienta me dice mi novia.

-casi casi tati, sigue durmiendo que es bastante temprano, descansa.

-¿me escribirás en el día?.

-si puedo te prometo que lo haré ¿ok?- asiente con la cabeza y se voltea para seguir en los brazos de morfeo.

Vuelvo a revisar mi bolso, asegurandome de tener todo: toalla, traje de baño, camisa…mmm (busco la otra) aquí está, camisas, ropa interior, protector solar… (agarro la crema de peinar) sin esto no puedo irme.

Salgo de la casa y me monto en el bus, directo hacia la California.

-señorita, ya llegamos- como la bella durmiente, qué vergüenza.

-disculpe señor- bajándome reviso la hora en mi reloj. Aún tengo tiempo.

Camino hacia los autobuses que suben hasta la institución y espero que el chofer encienda el motor.

Escuchando música,  cierro mis ojos y siento cómo empiezan a ingresar personas al autobús. Por casualidad volteo y reconozco el rostro del muchacho que sube; él estuvo en las reuniones de los guías, pero a ella no la conozco.

La trigueña que acaba de subir pasea sus ojos marrones por la gente esperando encontrar a alguien me parece; sé que no va al plan vacacional porque ya todos los guías están completos. Empiezo a caminar la colina hasta llegar y disponerme a desayunar. Menos mal anoche preparé el desayuno pensé, pues como se pegaron las sabanas a mi cuerpo, dudo mucho que me hubiera dado tiempo de preparar algo. Al llegar a mi destino veo a la pequeña Claudia que nos ayudará como subguia pero a los demás no. Este año habrán dos subguias, Edgardo y Claudia, espero alguno me acompañe.

-¡Klaret! ¿Qué tal te preparas?- la emoción de Claudia es admirable

-super mi Clau, con hambre (muestro mi sandwich) ¿y tú?- para que lo pregunté

-uuuuffff súper bien, lo mejor es que…- una de las secretarias nos interrumpe. Salvada por la campana pienso- dame un momento Klaret.- y sale rápidamente; así aprovecho y le envió un mensaje a Tatiana para avisarle que ya llegué.

Al fin pensé cuando por fin pude dar el primer bocado a mi desayuno.

El sandwich ya ha desaparecido, y mi estomago me reclama por ello.

-¡LLEGUE!- ya mi estomago, del susto, no quiere comida.

-Claudia si quieres que te vomite mi desayuno, vuelve a hacer eso- le digo riéndome.

-Ya los coordinadores llegaron- me pregunto si… no no creo.

-Bueno déjame arreglar las cosas- me levanto y acomodo lo que necesito ahora. Veo y escucho como Claudia habla de nuevo con la secretaria, sin embargo me concentro en lo que hago.

-y bueno, yo he estado trabajando acá pero como ayudante, por así decirlo- la vocecita de la adolescente se apaga y vuelvo a escucharla-  ¡Hola! mi nombre es Claudia y ¿tú?- ¿a quien se dirige Claudia si ella conoce a cada trabajador de esta institución?.

-Hola, me llamo Génesis- ¿Génesis? ¿y quién es ella?- Vengo a entregar estas camisas… pero… ¿alguna es de tu talla?.

-Bueno en realidad son dos, ella también necesita una- ok, tengo que voltear me imagino, ya que Claudia me está, seguramente, señalando. Volteo y me quedo petrificada; las veo hablar y poco a poco me acerco.

- ¿tú también vas a trabajar acá, en el plan vacacional?

-Si, tarde, pero si- tiene una voz dulce; sin pensarlo, sonrío

-¡Que bien! otra mujer con nosotras.- sus ojos se posan en los míos y sonriendo le digo.

-Hola me llamo Klaret...- es sencillamente hermosa, dulce pero a la vez cierto grado de picardía- ¿y tú nombre es…? - Claudia no la deja hablar y responde por ella.

-Ella es Génesis, también estará con nosotras.- veo a la pequeña subguía implorandole que me deje escuchar su voz.

-Qué bien… ¿y trabajas acá? o bueno, ¿qué estudias?- si está acá es porque trabaja en el área de la educación especial. La detallo y percibo su nerviosismo

-Especialista en dificultades de aprendizaje y…- se ve más bella aún ; profesional y nerviosa. Me rio de aquel pensamiento

-Bueno chicas- Enrique, uno de nuestros coordinadores, nos interrumpe para saludarnos a Claudia y a mí- Bienvenidas al plan.

-Gracias- contestamos al mismo tiempo Claudia y yo.

Cada pensamiento prohibido que me llega a la mente, lo desecho de inmediato recordandome una sola cosa:  tienes novia Klaret . Nos quedamos no más de treinta segundos mirandonos. Ella me sonreía y yo le correspondía con la misma sonrisa.

Existe algo en ella que me intriga, no sé exactamente qué es, pero de lo que estoy completamente segura es que esa mirada es una de las más sinceras que he visto. Por obvias razones tenemos que separarnos para estar con nuestros respectivos grupos. Estando en el autobús, comienzan las canciones y la diversión para todos.

-A ver chicos… ¡¿ quién está listo para irse a la piscina?!. - logrando apartar la pena que podía sentir desde que llegó, la trigueña que para mi fortuna es compañera de trabajo, los comienza a animar; al unísono todo gritaron fuertemente YO.

Después de que ella gritara, le seguí los pasos y empezamos a cantar; los demás hicieron lo mismo. A pesar de que tengo que tener mil ojos con los pequeños, éstos se desvían y la detallan con premura.

Después de tener rato parada, igual que todos, por fin llegamos al club. Organizamos todo para evitar que algo esencial se quedara  en el autobús, y nos dirigimos al área de la piscina.

-Bueno chicas, ustedes se encargan de los niños. Vayan a cambiarse- ladeó la cabeza y observo como ella se queda hablando con el coordinador. Claramente se nota que son pareja, pero sin importar eso, me encanta verla. Sigo buscando mis cosas y visualizo a nuestra otra coordinadora; camino en su dirección.

-Hola Dayana- ella me devuelve el saludo con un beso en la mejilla- quería saber quién se queda afuera vigilando a los chicos.

-tú y…- busca a alguien con la mirada y espero escuchar el

nombre que quiero- Génesis- genial

-Ok, ya le digo.

Sin perder ni un solo minuto, agarro mi bolso y camino en dirección contraria. Me detengo al ver que siguen hablando pero al parecer la conversación se acabó.

-algo le sucede- pienso al observar sus gestos. Sigo caminando y le grito desde lejos.

-¡Genesis!- escucha su nombre pero aún no me ve- jajaja, aquí- le hago señas con mi mano e igualmente camino hacia ella - ¿todo bien?- es inevitable no preguntarle, su semblante habla por ella. Al escuchar aquella pregunta se sobresalta y sus ojos almendrados, producto de los rayos uv,  se abren por el asombro.

-cómo… ¿Cómo sabes?- sin dejar de vigilar a su grupo me pregunta sorprendida. Se ve extremadamente tierna.

(Riendome le contesto)- digamos que eso de analizar y leer a la gente es algo natural para mí. Acerté ¿cierto?

- si, es que… Tuve o tengo un inconveniente para poder estar dentro de la piscina hoy.

-¡oh!... ¿La que nos visita todos los meses?- fue lo primero que se me ocurrió… ¿por qué más no se podría meter en la piscina?

-Jajajajaj no no no… Es que deje- ¿cómo puede ser tan inocente y pícara a la vez? es como tener un diablito y ángel al mismo tiempo. Sus manos cubren su cara como para esconder algo. -deje el traje de baño.

Las carcajadas quieren salir pero lo que me impide eso, son los pensamientos que me invaden; ¿quizás si se lo pregunto, no suene tan mal? -¿qué tipo de ropa interior tienes… Tienes puesto?- ok, si, se escucha muy mal Klaret. Intento tragar saliva y no ser tan evidente de mis nervios.

-¿ah?- ladea su cabeza y se ríe. Será mejor que me explique mejor.

-me explico . Si…- todos los varones corren en dirección nuestra.

-A ver, a ver- el único obstáculo que les impide a los chicos salte a la piscina es ella. Atónita la veo- chicos, ordenadamente, mi grupo se va para la OTRA piscina- hace énfasis para que su grupo esté separado de los mas pequeños

Enrique, el coordinador, nos hace señas para que podamos irnos a cambiar. Ella inmediatamente busca su bolso.

Caminamos juntas en dirección a los vestidores sin saber exactamente que decirle; ella adelantada unos pasos. Al entrar se queda perpleja con los diseños de los baños, sin embargo cada quien entra en un cubículo a cambiarse.

El traje de baño ya está en su lugar, guardo el uniforme y escucho el zumbido del celular; un mensaje de Tatiana.

-se suponia que me llamarias hace rato Klaret.

Riendome le contesto - Ahora estoy ocupada Tati, vamos a entrar en la piscina. En la hora de almuerzo te llamo.

Salgo de la cabina pero en lugar de ver a la morena de ojos caoba, es la soledad quien me acompaña. Logro acercarme a su vestidor y le pregunto.

-señorita del traje de baño perdido… ¿Estás lista?- puedo oir plácidamente la risa de la mujer tras la puerta

-aunque me gustaría que mi respuesta fuera si, en realidad es todo lo contrario- la puerta se entre abre para dejar ver su rostro inocente y pícaro al mismo tiempo - lo único que tengo es la toalla y una muda de ropa interior extra pero…- cual rafaga de viento, la idea aterriza en mi mente, para ser procesada e inmediatamente interrumpirla.

-puede parecer descabellada mi idea pero… ¿Y si sales con ropa interior? A menos, claro que seas una de esas chicas con ropa interior tipo lencería- se ríe y es inevitable no hacerlo.

-primero, por más descabellada que suene tu idea… La estoy considerando. Además, siendo el segundo punto, mi ropa interior es cómoda, son mini shorts o… Como bóxers para mujer.

Cada palabra que ella pronunciaba mi cerebro la graficaba en mi mente, siendo esa imagen, la causante de que mis ojos se salieran de su sitio y mis mejillas se enrojecieran como carbón recién encendido.

- es decir, ¿los famosos “cacheteros”?

-pues no sé si famosos, pero esos son…- nuestras miradas se cruzan por segundos y escucho su risa. Internamente hago lo mismo sin evitar preguntarle

-aparte de bonita también... ¿estás demente?

(Con gestos sorpresivos) -¿no has escuchado que todas las bonitas están dementes? O podría ser que todas las dementes son bonitas… En cualquiera de las dos categorías estoy incluida- inevitable no reirse ante tal comentario, sólo espero que no se escuche afuera- ya, en serio, puede que salga en cacheteros pero ¿qué me va a cubrir la parte superior? Qué mala suerte la mía.

-si quieres te doy una camisa mía que traje extra- la mejor idea que se me pudo ocurrir

-¿trajiste ropa extra? Wow… Mujer precavida…

No la dejó terminar, para hacerlo yo- … vale por dos. Y si, aunque solo es una camisa extra; yo sabía que esto iba a suceder.

-Jajajaja ¿puedo saber cómo?- su interés por saber hace que me invente toda una historia

-ayer tuve una charla… Una conversación conmigo y tuve una…¡revelación!- cada gesto o movimiento lo exagero y veo como se rie- sabía que una chica extremadamente bella y demente iba a necesitar de mi ayuda en cuanto a su ropa… ¿Cómo no iba a guardar una camisa con semejante revelación?

Esperando su respuesta, lo único que conseguí fue que me mirara. No se si fue un minuto o menos hasta que respondió

-¿y siempre eres así de persuasiva?- ella se ríe, yo me rio- está bien, acepto tu camisa extra-

-respondiendo tu pregunta…- reviso mi bolso, buscando la camisa negra mientras le hablo- soy persuasiva en algunos casos pero… creo que contigo me gustaría serlo un poco más( le doy la camisa que ahora es suya) y ahora cámbiate para poder irnos, tu coordinador debe preguntarse qué haces conmigo en el baño- le guiño el ojo y salgo. Con ese último comentario se me ocurrieron varias cosas que podíamos hacer.

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