Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Soy yo -La usurpadora- Jjaxxel - 13

Capítulo 13

Los Ángeles

-¿Y cómo va todo? – Preguntó José.
-Todo sobre ruedas Jefe… Ya despertó…
-¡¡¡Despertó!!! – Exclamó José al tiempo que ansioso le pedía que le contará todo – Ya dime como fue todo…
-Apenas te fuiste… Pamela entro al cuarto, cariñosamente le acomodo las sábanas y antes de intentar irse lo beso en la mejilla… cuando estaba a punto de darse vuelta para salir… Ariel le tomo la mano… No sabes el susto que se dio la pobre chica…

-¿Se asusto?
-Y creo que sí, aunque a la vez, su cara se llenó de felicidad… La cosa es que, apenas noto eso… se acercó a él… y él abrió los ojos… Y ahí no más apretó el botón de llamada de enfermeras…. Y al toque apareció la otra enfermera y el médico que estaban de guardia con ella.
-Ya, ya qué más…
-Bueno, El doctor lo examinó, llamaron a otro colega… Ariel estaba consciente pero no del todo despierto… Así que el médico lo habló… pero él no respondía.  Pero ante la insistencia Ariel respondió, o más bien preguntó… “¿Dónde estoy?”
-¿No recuerda nada?
-El doctor Noriega le dijo que se encontraba en el hospital, que había sufrido un accidente. Le preguntó su nombre, Y Ariel respondió “Ariel González”.
-¿Y Pamela dónde estaba?
-Ella no sé aparto del cuarto. Y él no dejaba de mirarla… La cuestión fue que el médico siguió interrogándolo. Te la hago corta José… Lo último que recuerda Ariel es el festejo, digo, cuando se recibió de arquitecto.
-Eso fue hace más de 8 años… ¿No?
-Por ahí… es antes de conocer a Ana… Así que el médico decidió no decirle nada… y esperar a que vinieran los familiares para saber que más recordaba. Mando a Pamela para que avisará a Ana… La vi salir e irse a la sala de enfermería y llamo a Ana, pero no respondió, Luego llamo a los padres de Ariel…
-¿Estos si respondieron?
-Claro, es más vienen en camino…
-Seguro están llamando a Ana y a Sofía, pero no podrán comunicarse con ellas…
-¿Por qué?
-Pues… cosas que pasan… los celulares se quedan sin batería…
-Jajaja…. Y aunque lograran hablar con ellas… No podrían volver enseguida ¿No?
-Llueve a cantaron en Mar Del Plata… Imposible viajar desde allá…
-Ahí vienen – Señalando a los padres de Ariel que apresuradamente caminaban por el pasillo rumbo al cuarto de su hijo…
La mujer entro con los ojos llenos de lágrimas, en el cuarto se encontraba su hijo con dos médicos. Y apenas vio a Ariel en la cama y con los ojos abiertos corrió a abrazarlo…
-Ariel, hijo… - llorando besaba a su hijo a la vez que acariciaba su rostro.
-Ma…má es…toy bien… - Ariel se esforzaba por tratar de hablar bien.
-Tranquilo no te esfuerces – Le habló el doctor Noriega – Poco a poco, hablaras bien…
Su padre se acercó también a su hijo y lo abrazó. Pero Ariel, intentando mover su cabeza, como mirando hacia la puerta de la habitación pregunto a sus padre:
-¿Y mi her… mana?
-Sofía está en Mar del Plata con Ana… - Le contó su madre, esperando que también preguntara por su novia.
-¿Ana?... ¡Que ya tiene novia Sofía…! – Comentó ante la mirada extrañada de sus padres – ¡Qué bien!
-Nooo… -Respondió la madre, pero al mismo tiempo el médico se metió en la conversación.
-Señores, ya hablaran más tarde, ahora debemos hacerle algunos exámenes, pues necesitamos saber si está bien del todo…
-¿Bien del todo? – Preguntó Ariel.
-Como ya te dije hace más de tres años que has estado en coma… Vos mismo te das cuenta que no te puedes mover mucho, que te faltan fuerzas, y que te cuesta hablar… necesitamos revisarte muy bien… Es más que seguro que todo sale bien… tranquilo… con rehabilitación volverás a ser el mismo de antes.
En ese instante entro al cuarto Pamela y un enfermero con una camilla.
-Vamos a llevarlo para hacerles algunos exámenes… ¿Sí?
-¿Pero está bien Doctor? – Insistió su madre.
-Vamos paso a paso señora, Aquí el Doctor Noriega hablara con ustedes. Yo llevare al paciente para examinarlo mejor - Dijo el enfermero que se encontraba en la habitación.
Fue así que el enfermero y Pamela pasaron a Ariel de la cama a la camilla y lo sacaron del cuarto… Noriega se acercó a los padres para hablar con ellos de la situación.
-Lo primero que tienen que saber es que sus reflejos están bien, aunque son muy lentos… necesitara rehabilitación para levantarse de la cama. Lo segundo es que hemos comprobado que ha perdido la memoria…
-¿Cómo?
-Debemos esperar, pero hasta el momento no recuerda que le paso… le hemos contado que debido a un disparo en el corazón, tuvo que ser trasplantado, y que después de la operación él no despertó y entró en coma. – El médico les explicaba – Pero parece ser que sus recuerdos se remontan a muchos años atrás del accidente…
-¿Nos está diciendo que no recuerda que le sucedió, ni de su novia ni de lo que ha vivido en los últimos años?
-Así es. Puede que sea una amnesia pasajera, que con el paso de los días comience a recordar, pero también puede que no recuerde nunca – Le respondió el doctor.




Sofía

No podía creerlo, ella estaba en mis brazos. Dormía… Y yo no quería despegarme de ella. Acariciaba su pelo… De pronto abrió los ojos y me miró.
-No digas nada – Le dije -  No quiero que este sueño se rompa…
Ella se abrazo más a mí.
-No sabría que decir…
-Olvidémonos de todo en este momento, por favor…
El silencio se hizo cómplice de nosotras… ninguna de las dos dijo una palabra, nos quedamos calladas, abrazadas la una a la otra… como deteniendo el tiempo en ese abrazo.
-Tengo hambre – Me dijo al oído. Sonreí. Y la invite a ir a la cocina a prepararnos algo de comer. Nos levantamos. Me quede mirando su cuerpo desnudo… Sentí como la timidez se hacía presente en su rostro y se ruborizaba. Tome mi camisa y me la puse. Ella se puso su remera y las dos caminamos a la cocina… Mientras yo preparaba café, ella decidió hacer unos sándwiches.
Mire por la ventana y seguía lloviendo… ¡Qué manera de llover! Pensaba.
-No deja de llover – Comentó ella como si se metiera en mis pensamientos.
-Sí, las calles se ven anegadas desde acá.
-¿Qué hora será? – Preguntó, mire mi muñeca pero no tenía el reloj, y mirando hacía el living vi el celular en la mesita ratona… camine hacía ahí.
-No sé, voy a ver la hora en el celu – Le respondí. Pero al agarrar el aparato me di cuenta que estaba apagado… - Uy se me quedo sin batería. – Y volviendo mi mirada a la mesa, vi el de ella, lo agarré – También el tuyo…
-¿Qué?
-Que los celulares están sin carga – le comunique… y camine a mi cuarto a buscar el cargador de mi celular.
-¡Qué raro! Yo tenía batería llena, lo cargue en el viaje… - Cuando salí de mi cuarto ella entro al suyo y trajo su cargador. Y pusimos a cargar los dos aparatos.
Tomamos café sentadas en el sofá. Afuera podía escucharse el sonido de las gotas golpeando el cristal de la ventana…  Nada me importaba… el silencio era la más dulce de las melodías. Intente no hablar de nada, creo que ella entendió y también hizo lo mismo… solo nuestras miradas al cruzarse se gritaban desesperadas… todo el amor que sentíamos. Debo admitir que quería que el tiempo se detuviera y no tuviera que pensar en lo que pasaría mañana. Ese instante era perfecto… Me acerqué más a ella y me recosté en su regazo. Ella me acaricio el pelo suavemente… Y lentamente acerco su cara a mi rostro y su boca me beso tan tiernamente que me dejo pidiendo más… pero en medio de ese beso, mi celular que ya había cargado algo se encendió y comenzó a sonar. “Maldición” dije mirando hacia la cocina donde había dejado conectado el celular cargándose.
-No contestes – Me dijo tratando de besarme de nuevo… y me deje llevar por ella y continuamos besándonos. Unos minutos más… y el celular volvió a sonar… Algo molesta me separe de ella, y me levante y corrí a ver quién diablos me llamaba… Mientras corría pensaba que podía ser mi madre… mal presentimiento… al llegar junto a la mesada de la cocina, tome el aparato y vi el número de mi madre… “Lo sabía” Me dije para mis adentro demasiado molesta.
-¡Hola Ma! – Atendí.
-Por fin hija… llevo toda la noche llamando…. ¿Dónde se habían metido? – Me contesto mi madre apenas escucho mi voz… y no paro de hablar – Deben volver ya mismo a Buenos Aires.
-Mama… ¿qué pasa?
-Sofía, regresen ya, Ariel despertó…
-¿Qué? – Creo que fue un balde de agua helada cayendo sobre mi cabeza.
-Sí, Hija, Ha despertado… deben volver… - No sé que más dijo, ni que dije antes de cortar la llamada… solo sé que el sueño se rompió y el pecho me dolió. Creí que apenas me dijeran que Ariel había despertado sería sumamente feliz pero ahí estaba completamente petrificada, parada en medio de la cocina, con el maldito celular en mis manos y sin saber qué hacer.
-¿Qué paso? ¿Qué quería Sandra? – Preguntó Ana sacándome de mi autismo. ¿Cómo decirle?
-Ehhhh…
-Sofía… estás pálida… ¿Qué sucede?
-Ariel despertó… - Lo dije de una… al instante que su rostro se contraía y sentía como yo, que nuestro sueño perfecto se rompía en mil pedazos.
-Debemos viajar para Buenos Aires ya mismo… - Le dije acercándome a ella… Pero Ana dio un paso atrás, negando con su cabeza…
-Yo… Yo no puedo…
-Ana…
-Sofía no puedo regresar… no después de lo que ha pasado…

-Ana, lo entiendo… hay mucho que hablar… pero despertó, nos necesita.
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1 comentario:

  1. Ay Dios...ésto ya se puso más bueno jeje.
    Siempre me quedo con ganas de más

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