Capítulo 13
Los Ángeles
-¿Y cómo va todo? – Preguntó
José.
-Todo sobre ruedas Jefe… Ya
despertó…
-¡¡¡Despertó!!! – Exclamó
José al tiempo que ansioso le pedía que le contará todo – Ya dime como fue
todo…
-Apenas te fuiste… Pamela
entro al cuarto, cariñosamente le acomodo las sábanas y antes de intentar irse
lo beso en la mejilla… cuando estaba a punto de darse vuelta para salir… Ariel
le tomo la mano… No sabes el susto que se dio la pobre chica…
-¿Se asusto?
-Y creo que sí, aunque a la
vez, su cara se llenó de felicidad… La cosa es que, apenas noto eso… se acercó
a él… y él abrió los ojos… Y ahí no más apretó el botón de llamada de
enfermeras…. Y al toque apareció la otra enfermera y el médico que estaban de
guardia con ella.
-Ya, ya qué más…
-Bueno, El doctor lo examinó,
llamaron a otro colega… Ariel estaba consciente pero no del todo despierto… Así
que el médico lo habló… pero él no respondía.
Pero ante la insistencia Ariel respondió, o más bien preguntó… “¿Dónde
estoy?”
-¿No recuerda nada?
-El doctor Noriega le dijo
que se encontraba en el hospital, que había sufrido un accidente. Le preguntó
su nombre, Y Ariel respondió “Ariel González”.
-¿Y Pamela dónde estaba?
-Ella no sé aparto del
cuarto. Y él no dejaba de mirarla… La cuestión fue que el médico siguió
interrogándolo. Te la hago corta José… Lo último que recuerda Ariel es el
festejo, digo, cuando se recibió de arquitecto.
-Eso fue hace más de 8 años…
¿No?
-Por ahí… es antes de
conocer a Ana… Así que el médico decidió no decirle nada… y esperar a que
vinieran los familiares para saber que más recordaba. Mando a Pamela para que
avisará a Ana… La vi salir e irse a la sala de enfermería y llamo a Ana, pero
no respondió, Luego llamo a los padres de Ariel…
-¿Estos si respondieron?
-Claro, es más vienen en
camino…
-Seguro están llamando a Ana
y a Sofía, pero no podrán comunicarse con ellas…
-¿Por qué?
-Pues… cosas que pasan… los
celulares se quedan sin batería…
-Jajaja…. Y aunque lograran
hablar con ellas… No podrían volver enseguida ¿No?
-Llueve a cantaron en Mar
Del Plata… Imposible viajar desde allá…
-Ahí vienen – Señalando a
los padres de Ariel que apresuradamente caminaban por el pasillo rumbo al
cuarto de su hijo…
La mujer entro con los ojos
llenos de lágrimas, en el cuarto se encontraba su hijo con dos médicos. Y
apenas vio a Ariel en la cama y con los ojos abiertos corrió a abrazarlo…
-Ariel, hijo… - llorando
besaba a su hijo a la vez que acariciaba su rostro.
-Ma…má es…toy bien… - Ariel
se esforzaba por tratar de hablar bien.
-Tranquilo no te esfuerces –
Le habló el doctor Noriega – Poco a poco, hablaras bien…
Su padre se acercó también a
su hijo y lo abrazó. Pero Ariel, intentando mover su cabeza, como mirando hacia
la puerta de la habitación pregunto a sus padre:
-¿Y mi her… mana?
-Sofía está en Mar del Plata
con Ana… - Le contó su madre, esperando que también preguntara por su novia.
-¿Ana?... ¡Que ya tiene
novia Sofía…! – Comentó ante la mirada extrañada de sus padres – ¡Qué bien!
-Nooo… -Respondió la madre,
pero al mismo tiempo el médico se metió en la conversación.
-Señores, ya hablaran más
tarde, ahora debemos hacerle algunos exámenes, pues necesitamos saber si está
bien del todo…
-¿Bien del todo? – Preguntó
Ariel.
-Como ya te dije hace más de
tres años que has estado en coma… Vos mismo te das cuenta que no te puedes
mover mucho, que te faltan fuerzas, y que te cuesta hablar… necesitamos
revisarte muy bien… Es más que seguro que todo sale bien… tranquilo… con
rehabilitación volverás a ser el mismo de antes.
En ese instante entro al
cuarto Pamela y un enfermero con una camilla.
-Vamos a llevarlo para
hacerles algunos exámenes… ¿Sí?
-¿Pero está bien Doctor? –
Insistió su madre.
-Vamos paso a paso señora,
Aquí el Doctor Noriega hablara con ustedes. Yo llevare al paciente para examinarlo
mejor - Dijo el enfermero que se encontraba en la habitación.
Fue así que el enfermero y
Pamela pasaron a Ariel de la cama a la camilla y lo sacaron del cuarto… Noriega
se acercó a los padres para hablar con ellos de la situación.
-Lo primero que tienen que
saber es que sus reflejos están bien, aunque son muy lentos… necesitara
rehabilitación para levantarse de la cama. Lo segundo es que hemos comprobado
que ha perdido la memoria…
-¿Cómo?
-Debemos esperar, pero hasta
el momento no recuerda que le paso… le hemos contado que debido a un disparo en
el corazón, tuvo que ser trasplantado, y que después de la operación él no
despertó y entró en coma. – El médico les explicaba – Pero parece ser que sus
recuerdos se remontan a muchos años atrás del accidente…
-¿Nos está diciendo que no
recuerda que le sucedió, ni de su novia ni de lo que ha vivido en los últimos
años?
-Así es. Puede que sea una
amnesia pasajera, que con el paso de los días comience a recordar, pero también
puede que no recuerde nunca – Le respondió el doctor.
Sofía
No podía creerlo, ella
estaba en mis brazos. Dormía… Y yo no quería despegarme de ella. Acariciaba su
pelo… De pronto abrió los ojos y me miró.
-No digas nada – Le dije
- No quiero que este sueño se rompa…
Ella se abrazo más a mí.
-No sabría que decir…
-Olvidémonos de todo en este
momento, por favor…
El silencio se hizo cómplice
de nosotras… ninguna de las dos dijo una palabra, nos quedamos calladas,
abrazadas la una a la otra… como deteniendo el tiempo en ese abrazo.
-Tengo hambre – Me dijo al
oído. Sonreí. Y la invite a ir a la cocina a prepararnos algo de comer. Nos
levantamos. Me quede mirando su cuerpo desnudo… Sentí como la timidez se hacía
presente en su rostro y se ruborizaba. Tome mi camisa y me la puse. Ella se puso
su remera y las dos caminamos a la cocina… Mientras yo preparaba café, ella
decidió hacer unos sándwiches.
Mire por la ventana y seguía
lloviendo… ¡Qué manera de llover! Pensaba.
-No deja de llover – Comentó
ella como si se metiera en mis pensamientos.
-Sí, las calles se ven
anegadas desde acá.
-¿Qué hora será? – Preguntó,
mire mi muñeca pero no tenía el reloj, y mirando hacía el living vi el celular
en la mesita ratona… camine hacía ahí.
-No sé, voy a ver la hora en
el celu – Le respondí. Pero al agarrar el aparato me di cuenta que estaba
apagado… - Uy se me quedo sin batería. – Y volviendo mi mirada a la mesa, vi el
de ella, lo agarré – También el tuyo…
-¿Qué?
-Que los celulares están sin
carga – le comunique… y camine a mi cuarto a buscar el cargador de mi celular.
-¡Qué raro! Yo tenía batería
llena, lo cargue en el viaje… - Cuando salí de mi cuarto ella entro al suyo y
trajo su cargador. Y pusimos a cargar los dos aparatos.
Tomamos café sentadas en el
sofá. Afuera podía escucharse el sonido de las gotas golpeando el cristal de la
ventana… Nada me importaba… el silencio
era la más dulce de las melodías. Intente no hablar de nada, creo que ella
entendió y también hizo lo mismo… solo nuestras miradas al cruzarse se gritaban
desesperadas… todo el amor que sentíamos. Debo admitir que quería que el tiempo
se detuviera y no tuviera que pensar en lo que pasaría mañana. Ese instante era
perfecto… Me acerqué más a ella y me recosté en su regazo. Ella me acaricio el
pelo suavemente… Y lentamente acerco su cara a mi rostro y su boca me beso tan
tiernamente que me dejo pidiendo más… pero en medio de ese beso, mi celular que
ya había cargado algo se encendió y comenzó a sonar. “Maldición” dije mirando
hacia la cocina donde había dejado conectado el celular cargándose.
-No contestes – Me dijo
tratando de besarme de nuevo… y me deje llevar por ella y continuamos
besándonos. Unos minutos más… y el celular volvió a sonar… Algo molesta me
separe de ella, y me levante y corrí a ver quién diablos me llamaba… Mientras
corría pensaba que podía ser mi madre… mal presentimiento… al llegar junto a la
mesada de la cocina, tome el aparato y vi el número de mi madre… “Lo sabía” Me
dije para mis adentro demasiado molesta.
-¡Hola Ma! – Atendí.
-Por fin hija… llevo toda la
noche llamando…. ¿Dónde se habían metido? – Me contesto mi madre apenas escucho
mi voz… y no paro de hablar – Deben volver ya mismo a Buenos Aires.
-Mama… ¿qué pasa?
-Sofía, regresen ya, Ariel
despertó…
-¿Qué? – Creo que fue un
balde de agua helada cayendo sobre mi cabeza.
-Sí, Hija, Ha despertado…
deben volver… - No sé que más dijo, ni que dije antes de cortar la llamada…
solo sé que el sueño se rompió y el pecho me dolió. Creí que apenas me dijeran
que Ariel había despertado sería sumamente feliz pero ahí estaba completamente
petrificada, parada en medio de la cocina, con el maldito celular en mis manos
y sin saber qué hacer.
-¿Qué paso? ¿Qué quería
Sandra? – Preguntó Ana sacándome de mi autismo. ¿Cómo decirle?
-Ehhhh…
-Sofía… estás pálida… ¿Qué
sucede?
-Ariel despertó… - Lo dije
de una… al instante que su rostro se contraía y sentía como yo, que nuestro
sueño perfecto se rompía en mil pedazos.
-Debemos viajar para Buenos
Aires ya mismo… - Le dije acercándome a ella… Pero Ana dio un paso atrás,
negando con su cabeza…
-Yo… Yo no puedo…
-Ana…
-Sofía no puedo regresar… no
después de lo que ha pasado…
-Ana, lo entiendo… hay mucho
que hablar… pero despertó, nos necesita.
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Ay Dios...ésto ya se puso más bueno jeje.
ResponderEliminarSiempre me quedo con ganas de más