Capítulo 10
Sofía
En aquel restaurante bebimos
de más, o será que hacía mucho que no bebíamos alcohol que solo una botella nos
hizo sentir algo mareadas…
-Creo que estoy mareada – Me
comentó Ana cuando salíamos del local. Me acerqué y la tomé del brazo…
-Se nos fue la mano con el
vinito – Le dije riendo – Mejor nos tomamos un taxi.
Fue así que ambas comenzamos
a agitar los brazos a los taxis que pasaban por la calle. Después de ver pasar
cuatro taxis con pasajeros, el quinto se detuvo y nos llevo a casa.
Apenas entramos en el
departamento, Ana camino directo a la
cocina y busco en la alacena una botella de vino tinto que había guardada para
ocasiones especiales… Callada la descorcho y busco dos copas… camino tambaleándose
hacia el living donde yo me encontraba ya tirada en el sillón… La vi venir a
mí, con una botella y dos copas… me entrego una, y con mano temblorosa me lleno
la copa de vino… y se tiro a mi lado en el sofá… se sirvió ella su copa y
bebió… Estaba callada, no quería mirarla, sentía que si lo hacía, mi mirada me
delataría… Estaba claro que el alcohol me había desinhibido demasiado y no me
sentía muy segura de mí, o más bien era capaz de besarla…
Ella seguía bebiendo y en
silencio… poco a poco sentí como se iba acomodando en el sillón y se recostaba
en mis faldas… lo que hizo que mi cuerpo sintiera como si una corriente
eléctrica lo recorriera. La mire, estaba con los ojos cerrados… y no pude
dominar mis impulsos… y… mis manos se posaron sobre su cabello y suavemente la
acaricie… Ella no sé movió…
-¿Estás bien? – Le pregunte…
Abrió sus ojitos, me miro
tan tiernamente que casi sentí mi corazón detenerse… en ese segundo que su
mirada se cruzo con la mía. Se incorporó… sin dejar de mirarme… deje la copa en
el suelo… Mi respiración comenzó a disminuir, como si mis pulmones dejaran de
respirar. Ella se acercó a mí, con su mano me acaricio la mejilla. No
comprendía que estaba sucediendo, o lo que se venía… estaba embobada mirándola…
Que cuando acerco su rostro al mío me sorprendió… me incline hacia atrás… pero
no fue suficiente, sus labios se pegaron a los míos. Me beso… quizá fueron los
segundos más largos y soñados de mi vida… y a la vez entre en pánico, no sé,
pero sentí la culpa de estar besándome con mi cuñada… y me hice para atrás para ver sus ojos
asustados… y en ese preciso momento creo que ella también cayó en la cuenta de
lo que sucedía… porque se levanto del sillón y corrió a su cuarto…
Y ahí quedé yo sentada
mirándola irse… no sabía si seguirla o dejar pasar lo sucedido.
Ana
Tirada en mi cama, lloré… La
había besado… ¿Cómo fui capaz? Por Dios… me atreví… Roce por unos segundos sus
suaves labios con los míos… ¡Oh! Dios ¿y ahora?... ¿Cómo hago para mirarla a la
cara?...
Mientras me preguntaba todo
lo sucedido ella entro sigilosamente, se acercó a la cama, y se sentó al lado
mío. Yo me encontraba boca abajo, llorando abrazada a mi almohada…. Y pude
sentir su mano acariciar mi cabeza…
-No llores, Ana… No fue
nada… - Me dijo… como no dándole importancia a lo que había pasado en el living
unos minutos antes. Me gire pero me cubrí la cara con mis manos, pues sentía
vergüenza de mirarla.
-Yoooo… - No sabía que
decirle… no podía articular palabras…
-Ana, bebimos mucho… No
sabías lo que hacías – Me estaba disculpando, echándole la culpa al maldito
vino… Pero yo sabía que el alcohol solo me ayudo a animarme… a hacer algo que
hacía mucho quería hacer. –Tranquila, no te pongas mal…
¿Cómo salir airosa de esa
situación? Era imposible, estar tranquila, y actuar como si nada hubiera
pasado…
-No sé que me paso… - Apenas
dije, y ella suavemente quito mis manos de mi rostro para que la mirara. Y fue
ahí que nuestras miradas se cruzaron de nuevo… no hablamos… no podía decir una
palabra…
-Ana…
-Perdóname… no quise… -
¡Cómo no quise…! Si me moría de ganas… como puedo mentir así…
-Yo entiendo Ana, tranquila…
Bebimos demasiado… no tienes que hablar del tema… ya fue… todo está bien… somos
amigas… ¿Sí?
-Sí…
Ella fue la que cerró el
tema. No podía seguir hablando… sentía tanto miedo de escucharme a mi misma
confesarle que la estaba deseando desde hacía mucho tiempo… que preferí esa
salida airosa que ella me estaba brindando.
Fue así que se quedo al lado
mío un rato más y después se fue a su cuarto a dormir.
En las próximas semanas creo
que ambas nos estuvimos esquivando, inventando siempre algo para no vernos
tanto… aunque el convivir en la misma casa, hacía que eso fuera imposible… así
pues, siempre una terminaba yéndose a dormir temprano para no hablar…
Los Ángeles
-¿Cómo va todo? – Preguntó
José al entrar al cuarto donde Gabriel estaba archivando algunas tablets…
-Por acá todo bien… sólo
acomodo los archivos…
-Me refería a nuestro tema
de allá abajo…
Gabriel mirando hacia el
piso, se sonrió y contesto acercándose a José.
-Pues bien, creo que con el
permiso del Señor podemos intentar despertarlo… y… - José lo interrumpió para
preguntarle cual era el plan que estaba tramando.
-¿Y qué pasará? Porque veo
que te estás manejando solito con este asunto…
-Y bueno, a vos se te ocurrió
salir a dar clases de “¿Cómo hacer nubes con formas de gatitos?”
-¿Algún problema con eso? En
mi tiempo libre puedo hacer lo que deseo…
-Sí, ya sé… Lo que no me
gusto, y perdone Jefecito, que se lo diga, es que no me haya invitado a las
clases, yo podría también enseñar hacer nubes en formas de barcos… autos,
motos…
-Ay, lo siento… pero tendrás
que hacer tus propias clases… ahora cuando te toque a vos tus vacaciones…
-Ya me pensaré que hago en
mis vacaciones.
-Ok, ¿ahora dime cómo va la
cosa allá abajo?
-Pues en las últimas semanas
las dos chicas han estado algo distantes después del besito que se dieron…
-O sea esquivan el tema…
-Así es Jefe… están huyendo…
-¿Y con respecto a nuestro
amigo en coma?
-Pues no ha habido ningún
cambio, sigue teniendo las mismas visitas… Y por supuesto la enfermera pasa
cada vez más tiempo cuidándolo.
-Nada ha cambiado…
-No, el Diablo no se ha
aparecido…
-Pues debemos actuar antes
que él decida meterse…
-Por eso decía que podríamos
despertarlo con la ayuda de nuestro Jefe – Dijo Gabriel señalando hacia arriba
refiriéndose a Dios.
-Ay, ¿Y por qué me miras con
esa carita?
-Ejem… Creo que como es
usted, mi jefe… es usted, él que debe hablar con Dios…
-Es usted… un ángel vago… Si
ya tienes un plan… ¿Por qué no te has adelantado y has llamado a la oficina de
arriba y pedido una cita?
-Es que yo no quería pasar
por sobre Usted… Jefecito…
-Ay Gabriel… me estoy
mareando con tanto usted… así que vamos para arriba a ver si conseguimos cita y
nos ayuda con ese plan tuyo que tienes y que ya me comienzas a contar… - Le
dijo José abrazando a su amigo Gabriel y ambos salieron de ese cuarto de
archivos caminando y hablando…
------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Jjaxxel - Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Me encanta esta historia. .. apuesto que el diablo aatacará a Sofia mmm que pasará? Espero la continuación pronto.
ResponderEliminarSaludos
Buena historia. Es muy original y graciosa, la historia de los ángeles es un muy buen complemento:) me da un poco de tristeza ver que los capítulos son tan cortos pero bueno. Sigue así, vas muy bien.
ResponderEliminarExcelente ...muy cortos y los días muy largos para esperar... pero vale la pena mil gracias mi escritora favorita Sam Colombia
ResponderEliminar