Capítulo 5
Ana
Cerca de las diez de la
noche Ariel entro a la sala y se quedo mirando como Sofía y yo discutíamos
sobre el asunto que me tenía confundida.
Sin entender mucho se metió
en la conversación y nos pidió que nos calmáramos, ya que yo estaba nerviosa… y
que le explicáramos que sucedía.
Por lo tanto, tratando de
calmarme, nos sentamos los tres y de a
poco le conté todo. Claro está, que omití decirle que uno de mis cambios era el
sentirme atraída por su hermana. Pero todo lo demás si se lo conté… el hecho de
que desde la muerte de Analia yo comencé a cambiar… y a eso le sumaba lo que la
gitana me había dicho y lo de suponer que si, no fuera que la chica llego
primero a la esquina que yo… por eso murió ella y no yo… me hacía sentir cosas
raras que no podía explicar.
Él algo calmado, trato de
minimizar las cosas…
-Chicas… No podemos explicar
las cosas que pasan, son cosas del destino… Lo que te pasa Ana, son puras
casualidades. Fue una casualidad que tu y esa chica, caminaran por esa calle…
pero ella fue la designada por el destino para morir. Esa gitana te chamullo…
te saco la plata y seguro mañana te sacara más plata… Vamos, amor… No vas a
creer en esas cosas…
-Y mis cambios de ánimos y
de personalidad…
-¿Qué hay con eso?
-¿Por qué estoy y me siento
diferente…?
-Debe ser porque te estás
haciendo la cabeza con esta tontería…
La verdad, no tarde mucho en
convencer a Ariel, el aunque pudiera pensar diferente a mí en muchas cosas,
respetaba mi forma de ser y de pensar. Y dijo de mala gana que podía hacer lo
que yo quisiera, y que me llevaría a la casa de esa gitana al día siguiente.
Así que después del medio
día, nos preparamos y salimos los tres en el auto rumbo a la casa de la gitana.
Sofía no quería ir, pero Ariel la convenció.
Apenas llegamos, y toque
timbre, pasados unos minutos la mujer apareció y al verme me reconoció…
-¡Hola! –Nos saludo
atentamente – Pasen – Abriendo de par en par la puerta para que entráramos a su
casa.
Los tres saludamos y ya
dentro de la casa, solo yo hablé. Ariel y Sofía se mantuvieron en silencio.
-Necesito, por favor, ¿qué
me diga algo…?
-A ver, pequeña, mejor te
calmas, porque siento ondas negativas en ti. Ven - Señalándome una habitación para que entrara
al tiempo que los miraba a Ariel y a Sofía – Ustedes pueden esperar aquí –
Señalando la sala.
Ya en el cuarto me invito a
tomar asiento en una silla frente a una mesa con un mantel rojo que llegaba al
piso. La habitación estaba a media luz, sólo iluminada por una lámpara que colgaba
sobre la mesa donde tiraría las cartas.
-Primero que todo – Comenzó
diciéndome cuando ya me había sentado y tomaba el mazo de cartas y las
barajaba… - Vas a mezclar las cartas, cortaras con la mano izquierda y no debes
tener las piernas cruzadas… todo eso lo harás pensando en lo que quieres que
las cartas te digan.
-Está bien – Le respondí
agarrando el mazo de cartas que ella me pasaba.
-Barajalas.
Comencé a mezclarlas al
tiempo que en mi cabeza le preguntaba “¿Quiero saber que me está pasando? ¿Por
qué estoy tan rara?” Y cuando puse sobre la mesa el mazo de cartas
inevitablemente mi mente pregunto “¿Por qué me atrae Sofía?”. Me enderece en la
silla, y con mi mano izquierda corte el mazo en dos montos.
La gitana tomo un monto de
cartas y esparció sobre la mesa… cinco cartas en hilera horizontal.
-Tiro cinco cartas de
derecha a izquierda. Las dos primeras te hablan sobre tu pasado; las dos
últimas, sobre el futuro, siempre en relación a lo que preguntaste. La carta
del medio se vincula con tu situación actual respecto a ese tema. ¿Entendes?
-No mucho, pero ¿sólo quiero
saber qué me pasa?
-Tomaremos eso como una
pregunta… - Y comenzó a mirar fijamente las cartas… -Primero que todo, no sé
nada de tu vida. En estas dos primeras cartas veo que en tu pasado eras una
joven alegre, madura, pero a la vez, esta carta – Mostrándome – El Carro, sale
invertida, lo que significa un accidente, algo paso… que marco tu vida.
-Mis padres murieron en un
accidente de tránsito… - Le acoté.
-Podría ser eso, pero creo
que lo veo como peligro de accidente para vos. – Luego paso a las siguientes
cartas – Es extraño, las cartas de tu futuro se ven como si fuera tu presente o
pasado cercano… La Torre y El Juicio las leo como un cambio radical en tu vida,
algo que esta fuera de tus manos, no tuviste alternativa… es como si estuvieras
comenzado de cero… el amor te divide…
-¿Me qué?
-Recuerda que no sé nada de
tu vida, solo te digo lo que veo…
-No me estás diciendo nada…
-Te dije que es extraño, no
puedo ver más… - De pronto la puerta se abrió y una mujer mayor, como de unos
sesenta años, entro a la habitación y se me quedo mirando seriamente. -¿Qué
sucede madre? – le preguntó la gitana.
Camino hacia mí y rodeándome
continúo mirándome como si me estuviera estudiando…
-Madre… Habla… tú no entras
si no es importante.
-Deberías estar muerta –
Dijo la mujer mirándome, haciendo que su frase me asustara.
-¡Pero qué dice!
-Madre, Por Favor, no la
asustes…
-Tu alma… ya ha comenzado un
nuevo camino… no eres tú la que está aquí…
-Ustedes están locas – Grite
levantándome de la silla, y cuando me disponía a correr para huir de esa
habitación la mujer puso su mano sobre mi hombro.
-Se entiende el miedo que
tienes… Es difícil de explicar lo que pasa. Puesto que muy pocas veces sucede.
-¿Explicarme qué?
-Algo sucedió, no sé qué…
pero siento como que tu alma no acompaña los latidos de tu corazón….
-Usted sí que esta chapita…
y me quiere volver loca a mí…
Los Ángeles
Mientras tanto en el cielo,
Gabriel 23423 observaba lo sucedido y pensaba “¿Y sí la ilumino y le doy
visiones a esa vieja gitana?” creyendo que así podría ayudar a Ana.
-Ni se te ocurra – Grito
José que entraba.
-Ni sé me ocurra qué
Jefecito – Con carita de “Yo no fui”.
-Te conozco mascarita.
-Pero Jefe…
-Vos queres que el jefe
supremo nos mande a barrer nubes… ¿Sabes lo aburrido qué es esooooooo? Lo único
divertido que hay es darle forma a las nubes para que los niños desde la tierra
le encuentren formas… Es lo único gratificante… después barrer es complicado…
No quiero barrer por una eternidad…
-Pero jefe…
-Pero jefe… ya… ¡basta!
pareces disco rayado…
-A ver jefe, y si apretó el
botón sin darme cuenta…
-¿Qué botón?
-Esteeeeeeeeee – Apretándolo
–Uy…
-Transmisión de visiones…
Iniciándose – Se escucho una voz metálica para nada angelical… - en 3… 2…
-Para esoooooooo….
-Uno… Transmisión completada
-Uy, no llegué… Me ganó la
máquina…
-¿La máquina o tu deseo?
-Eh… Bueno usted tampoco
hizo nada…
-Creo que mejor me
desaparezco por un momento… - Dijo José 1023 saliendo del cuarto – Si el Jefe supremo
llama… Yo no estuve aquí…
-Lávate las manos Poncio
Pilatos… - exclamó riendo Gabriel 23423 al tiempo que volvía a acomodarse en su
silla y a observar de nuevo la situación que se daba en la casa de la gitana.
Ana
Pero esa mujer no me dejo
huir… Delicadamente me hizo volver a sentarme…
-No puedo explicarte mucho…
He tenido visiones desde que soy niña, pero nunca hasta hoy que entraste en
esta casa han sido tan nítidas.
-¿Visiones?
-Me está diciendo que es
usted una vidente…
-No, clarividente, puedo
percibir el pasado, presente o futuro a través de imágenes. Que mayormente son
confusas… Pero es la primera vez en toda mi vida, que lo veo todo claro…
-¿Qué ve?
-Que tú no eres tú…
-Ya empezamos con las
cargadas…
-No, espera – Trataba de
convencerme de que no me levantara de mi silla y saliera corriendo.
- Entonces dígame algo
concreto no divague.
-No invento nada, a ver si
puedo explicarte lo que vi…
-Tú, no eres tú… Tu cuerpo
contiene el alma de quien no eres… - La escuchaba y no podía entender lo que me
quería decir.
-¿Cómo?
-Te vi morir y después
aparecer viva en mis visiones… Algo inexplicable.
-¿Cómo que morí?
-Tuviste un accidente, se te
cayo un enorme contenedor encima… -Mis ojos se abrieron con expresión de
estupor.
-Nooo, La que murió así fue Analia…
-Sí, o sea tú… porque
volviste a la vida en el cuerpo de Ana… porque no era tu tiempo de morir… Y sí
el de Ana…
-Pero Ana soy yo – Grite.
-Tienes el cuerpo de Ana,
con recuerdos y vivencias de ella. Pero tu alma es de Analia, y tu futuro es el
de Analia…
-Por eso no podía leerle el
futuro a ella – Exclamó Leila – Porque Ana no tiene futuro… Sí lo tiene Analia…
- Y rápidamente barajo las cartas… y me las entrego para que yo cortara – Corta
con la izquierda.
-No puedo, esto es una
locura… Ustedes quieren volverme loca…
-Dime, ¿No has sentido como
si eres otra persona? – Preguntó la mujer mayor.
En ese instante, vino a mi
mente la fijación con Sofía… y mis ganas de bailar y divertirme… La fiaca a la
hora de ir a trabajar.
-Pero…
-Corta – Insistió Leila.
Ante la insistencia y mis
ganas de encontrar una explicación a lo que me estaba sucediendo corte…
Leila, tomo la baraja y tiro
las cartas sobre la mesa. Las dos mujeres miraron, supongo que las dos estaban
leyendo el tarot.
-Tu futuro se está
reescribiendo de nuevo… estas sintiéndote entre la espada y la pared, entre el
hombre que Ana amaba, y la mujer, de la cual Analia se enamoro.
-¿Cómo sabes eso?
-Está aquí en las cartas… no
somos charlatanas… Y tú sabes que no lo somos sino no hubieras venido…
-Me estás diciendo que soy
Analia en el cuerpo de Ana, y que estoy enamorada de Sofía y que no amo a
Ariel…
-Básicamente eso es lo que
te pasa.
Los Ángeles
-Jefeeeee
-¿Y ahora qué?
-Estuve pensando… ¿Usted se
acuerda del ángel venido a menos que tenemos de abogado en el purgatorio?
-¿Cuál? Ese chanta que con
tecnicismo liberaba a malandrines de poca monta…
-Ese, Ese… ¿Usted cree que por volver nos defendería ante el Supremo?
-Interesante, tener
preparada la defensa antes que nos agarren…
-Más vale prevenir que
curar….
-Además estuve pensando debe
haber alguna salida celestial para que no nos manden a barrer…
-Por el momento, hacernos
los idiotas…
-Para desentendidos, estoy a
la orden…
-¿Y qué paso abajo?
-Nada, la vieja gitana ya le
dijo que la aplasto un contenedor, y que está en el cuerpo de otra mina… que…
-¿Cómo nada?
-Y nada, se lo dijeron sin
anestesia…
-Le revelaron todooooooo.
-Se me fue la mano en la
transmisión de visiones.
-Ya lo creo, ya veo que la
gitana después nos delata con supremo.
-Oh, Oh… Eso no lo pensé…
-A ver, ¿Qué fue lo que le
enviaste de visiones?
-La vida de Analia, y la de
Ana… y de quienes la rodeaban…
-Ah… Pensé que le habías
mandado de lo sucedido aquí arriba también…
-Ah… No, tan pelotudo no soy
Jefe…
-¿Y la reacción de Ana…? –
Preguntó volviendo al tema que importaba realmente…
-Creo que aún no cayó… solo
resta esperar que razoné todo lo que le conto la gitana y el alma de Analia encuentre
la forma de adaptarse al cuerpo de Ana y encontrar su destino…
-Y bueno… si hay que barrer
nubes con tal de que sea feliz… yo ya sé hacer gatitos con la escoba… - Exclamó
el jefe
Sofía
-¡Están tardando mucho! –
exclamo mi hermano mientras se paseaba de un lado para el otro en el pequeño
cuarto donde estábamos esperando…
Miré el reloj y me di cuenta
que hacía ya más de cuarenta minutos que Ana esta allí dentro…
-Sí, hace cuarenta minutos
que entro… ¿Qué pasara?
-Me preocupa.
-No debiste dejarla venir…
-¿Y qué querías que hiciera?
Ella está cambiada, parece otra persona… está muy rara Sofí…
-Lo sé, y eso me asusta…
No sabía lo que estaba
sucediendo en la otra habitación, pero al igual que mi hermano ya me estaba
preocupando demasiado porque no salía. ¿Qué podía decirle esa gitana?
Los minutos continuaron
pasando, ambos estábamos ya preocupados. De repente salió la gitana y nos dijo
que Ana ya salía, que si deseamos tomar un café o algo. Pero ninguno acepto, la
verdad, que los dos queríamos irnos… queríamos que Ana saliera ya de esa
habitación. La mujer se volvió a meter en ese cuarto y media hora después Ana
salió despidiéndose de las dos mujeres que aparecieron detrás de ella.
Con una sonrisa, que para
mí, era forzada y fingida… se dirigió a nosotros.
-Vamos chicos, se acabo la
sección espiritista…
-¿Qué? – Pregunto medio
sacado de onda Ariel.
-Todo bien amor, ya vamos –
Le contesto Ana y se despidió cortésmente de las gitanas.
…
Camino a casa, Ana no nos
conto nada, solo se despacho diciendo que le habían leído las cartas y mostrado
no solo su pasado sino que también, algo de su presente y futuro… y que a todo
le habían atinado. Pero no nos dijo específicamente que era lo que les habían
dicho las gitanas.
Apenas llegamos, Ariel se
excusó porque debía ir a una cena con su abuelo y unos inversionistas.
-Perdón, Amor, tengo que ir
a esa cena… no puedo faltar, ya sabes como es mi abuelo…
-Sí, amor, es tu jefe… Ve
tranquilo… que yo me quedo con Sofía.
-Sí, claro.
Ariel se fue, entramos al
departamento y Ana comenzó a dar vueltas por la casa. Intente acercarme y hacer
que habláramos de lo que había pasado. Pero ella parecía distraída y pensativa.
Luego de medía hora de preguntarle cosas y recibir simples monosílabos de
respuestas me canse y me dedique a hacer mi cena… y me tiré en el sofá a mirar
televisión.
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Los ángeles son unos putos amos jajaja
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