Sin ti no sé vivir 6 – Kamzoe
- Crees que me excedí? _ Me preguntó Bárbara
luego de que me contara lo que le había dicho a Fabiana y yo me quedara
callada - Traté de no comprometerte más de la cuenta.
- No es eso … es solo que creo haberme
equivocado al pensar que tenía una oportunidad.
- Por qué piensas eso? Es obvio que aún le
interesas.
- Es la primera vez que me ve con alguien
Bárbara … apenas un día antes habíamos hablado cosas tan sensibles entre
nosotras … ambas estamos muy movidas pero … vamos!! … no va dejarlo todo
por mí … no después de como la abandoné.
- Cómo lo sabes? … Lo que vi ayer dista mucho de
eso … Le interesas y me atrevo a decir que siente muchas cosas por ti aún.
- Lo sé … sé que me quiere … pero es verdad lo
que me dijo Ernesto anoche, primero debo convencerla de que no la
abandonaré otra vez si me diera una oportunidad … y haciéndole creer que
salgo contigo, no es la mejor forma.
- Entiendo _ Dijo luego de respira hondo - Como
te dije, traté de no comprometerte de más, así que aún puedes echar atrás
cualquier indicio de que podríamos avanzar más allá.
- Eso haré … si logro conquistarla otra vez, no
será con celos o mentiras … seré sólo yo.
Bárbara
asintió y luego me sonrió. Luego de ello, no volvimos a tocar el tema.
Se
fueron casi a las 5 de la tarde, entre comentar la salida de la noche anterior
y compartir entre nosotros, se les hizo más tarde de lo que pensaban, así que
salieron casi que corriendo.
Pensé
mucho en lo que había sucedido y me di cuenta que en realidad había sido una
estúpida en pensar que ese impulso de Fabiana podía significar algo más. Si
bien es cierto que dejaba claro que yo le interesaba, era igualmente cierto que
era imposible que no fuera así, no sólo por nuestra historia, sino por nuestra
amistad, así que debía respetarla y a menos que me diera más indicios de que
existiera oportunidad alguna para nosotras, no volvería a perder la razón
pensando en meterme en medio de su relación.
A
la mañana siguiente decidí actuar como si nada hubiese ocurrido, sin miradas
insistentes o interrogantes acerca de lo sucedido en su casa, sin embargo, pude
notar que cada tanto, se me quedaba mirando como con ganas de hablar, pero no
terminaba de hacerlo. Dejé pasar el tiempo hasta que cerca del mediodía,
finalmente me habló.
- ¿Natalia?
- ¿Sí? _ Contesté sin levantar la mirada de la
computadora. Por el tono que usó, sabía que no se trataba del trabajo, así
que tomé aire y le dirigí la mirada.
- Quería disculparme por lo que hice el sábado.
Ella
estaba sentada en su escritorio de siempre y yo en el mío. Habíamos remodelado
el mobiliario del estudio y ahora nuestro escritorio se conectaban en forma de
L, así que estábamos bastante cerca. Pude notar vergüenza en su expresión y
allí ratifiqué que no había nada que hacer.
- No hace falta Fabi, no pasa nada _ Traté de
quitarle importancia para que no lograra ver la decepción que me embargó …
la noche anterior había concientizado que esto sucedería, pero no podía
evitar sentir la profunda tristeza que me invadió.
- No puedo dejarlo pasar Natalia … me
extralimité y no es correcto.
- Entiendo por qué lo hiciste, no hace falta que
me expliques … siempre has sido muy posesiva con las personas que quieres,
y sé que formo parte de ese círculo.
- Sabes que eres más que eso _ Dijo luego de
hacer una pausa en la que no dejó de mirarme como tratando de descubrir
por qué actuaba así de indiferente. Tragué grueso antes de asentir - Pero
no tengo derecho alguno para hacerte ninguna escena de celos, eres libre
de salir con quien quieras … no te negaré que me cuesta asimilarlo, pero
debo hacerlo. Lo que hubo entre nosotras quedó atrás, así que debo
aprender a ser tu amiga, estés o no acompañada.
- No tienes que preocuparte por eso … al menos
no ahora.
- Y Bárbara? _ Preguntó confusa.
- Es una amiga … la verdad es que no quiero
involucrarme sentimentalmente con nadie ahora. Sólo quiero una amistad. _
No pude dejar de notar cierto alivio en la expresión de su rostro y aunque
pareciera absurdo, eso me hizo sentir bien. Ya la había herido suficiente
y justo en este momento, no quería causarle otra herida. Aunque estuviera
fuera de lugar pensar que así sería.
- Se lo has dicho? … qué no quieres algo más?
- Se lo dije ayer antes de que se fuera. No
quería que se hiciera ideas erróneas.
- Lo tomó bien?
- Sí … se dio cuenta que no estoy preparada para
iniciar nada con nadie, así que seguiremos como hasta ahora _ Asintió y se
quedó pensativa unos instantes.
- Si decidieras más adelante que quieres
intentarlo … yo ummm … cuenta con mi apoyo _ Dijo finalmente con cierta
torpeza - Parece buena persona _ Admitió.
- Gracias _ Respondí sorprendida luego de una
pausa..
- A ella … le interesa tu bienestar … me lo hizo
saber _ Me dijo sin dar detalle alguno de la conversación que habían
tenido.
- A ti? _ Disimulé
- Sí _ Asintió - Quiso asegurarse de que lo
supiera … imagino que para aliviar un poco mi desconfianza.
- Tu mirada era bastante … ¿asesina? _ Bromeé un
poco. Ella sonrió ligeramente meneando la cabeza ligeramente.
- Lo sé … lo siento _ Bajó la mirada un instante
- Todo ha sido tan repentino que no pude evitar desconfiar … y más después
de lo que me contaste el otro día.
- Te entiendo, yo también me lo he cuestionado …
pero no sé … es como si nos conociéramos de siempre … es igual con Ernesto
_ Me encogí de hombros - Decidí no dejarme llevar por las pasadas
experiencias y darles una oportunidad _ Me miró unos instantes antes de
hablar.
- Sólo ten cuidado y pega un grito si lo
necesitas si? … sabes que siempre voy a estar aquí para ti.
- Lo sé _ Asentí forzando una ligera sonrisa en
mis labios.
Debía
estar feliz por aquello, pero en el fondo, esa conversación sellaba de manera
definitiva cualquier atisbo de esperanza que tuviese sobre conquistarla y
recuperarla. Cerraba por completo el libro de nuestra historia. Que vacío
sentí. Qué desolación me embargó … pero era lo correcto, así que en silencio
lloré y le dije adiós al amor de mi vida.
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Pasaron
6 meses en los que trabajamos intensamente. Centramos nuestros esfuerzos en el
lanzamiento de las dos ediciones nuevas del ron Castillo; Legendario y Edición
Especial. Eran los proyectos que papá estaba trabajando y que no pudo concluir,
pero que ahora, gracias a las reestructuraciones que hicimos en cuanto a costos
y producción, se habían podido concretar finalmente.
La
planificación de la campaña publicitaria y de la noche inaugural era parte del
nuevo enfoque que se quería lograr, así que dedicamos horas y horas de trabajo
para establecer la mejor estrategia y hacer de la marca Castillo un producto
más mediático y no sólo a nivel regional como lo había sido hasta entonces.
Bárbara
incluso había tenido un papel importantísimo en todo aquello, pues al
comentarle lo que teníamos en mente, nos ayudó a organizar la noche inaugural.
Tenía una compañía de montaje de eventos, así que se hizo cargo de conseguir
todo lo necesario para ambientar la hacienda para el evento. Había puesto mucho
empeño en ello y estaba tan entusiasmada como nosotras.
La
asistencia a la noche inaugural era masiva. Estábamos a la espera de la hora
establecida para salir Fabiana y yo a la presentación, pero antes, lográbamos
ver todo desde la casa. Yo estaba con los nervios de punta, tanto que tenía
toda mi atención en repasar una y otra vez el discurso que tenía preparado … o
al menos hasta que Bárbara se me acercó y me lo quitó de las manos.
- Ya no leas más _ Me dijo luego de colocarlo
sobre la repisa que estaba al lado de donde yo estaba parada, frente a la
ventana - Eso sólo aumentará tus nervios.
- No creo que pueda estar más nerviosa _ Dije
pasándome los dedos por la frente en señal de nerviosismo. Ella suavemente
tomó mis manos entre las suyas y me habló.
- Qué es lo peor que puede pasar?
- Que se me olvide todo Bárbara!!! Sería horrible!!!
Que se me ponga la mente en blanco y no sepa que decir _ Dije angustiada.
- Mira … ese discurso que escribiste, lo hiciste
pensando en qué? _ Lo pensé un instante.
- En mi padre. En mis años de infancia creciendo
aquí en la hacienda …
- Entonces no importa si se te olvida el
discurso … piensa en esos dos cosas y habla desde aquí _ Señaló mi corazón
- Él te dirá todo lo que necesitas para dar tu discurso.
Me
le quedé mirando unos instantes. Era tan cierto lo que me decía, aunque no
podía negar que igual tenía nervios, pero sus palabras me hicieron respirar
profundo y darme cuenta que no debía temer, al menos no por el discurso.
- Sabes lo que me asusta? No ser una
representante digna de la herencia de mi padre _ Dije luego de una pausa -
Mi padre era muy respetado en el mundo del ron Bárbara y aunque su
producto no era tan mediático como espero sea ahora, todos sabían quién
era y lo que representaba _ Dije con preocupación.
- Hey! … Eres modelo profesional Natalia, claro
que serás una representante digna ante los medios. En cuanto a lo otro,
nunca olvides que éste es tu hogar, creciste aquí y amas este lugar sin
importar cuánto tiempo estuviste afuera. Recuérdalo siempre _ Sonreí. Era
imposible no hacerlo luego de esas palabras.
- Gracias … no sólo por estar hoy, sino por todo
… Has sido una amiga incondicional y eso lo valoro muchísimo.
- Nos pondremos cursi??? _ Preguntó en broma.
- Un poco _ Le seguí la corriente sonriendo.
- Bueno, si es así ... _ Frunció un poco el ceño
como pensando lo que diría - Tengo que decirte que me siento muy feliz de
haberte conocido y de que en tan poco tiempo hayamos podido conectar de
esta manera … llegaste en un momento muy vulnerable para mí y supiste
aliviar mis tormentos sin siquiera saberlo. Así que gracias a ti también.
- Wow _ Me había dejado sin palabras - Eso le
gana por mucho a mi dosis de cursilería.
- Jajajajajajajajajajaja _ Se carcajeó - Un poco
_ Asintió - Pero no quería dejar pasar la oportunidad sin decírtelo.
En
ese momento, entró Fabiana a la estancia.
- Ya es hora Nati _ Nos anunció. Rápidamente
miró nuestras manos agarradas y nuestra cercanía y salió sin decir
más.
Será que en algún momento dejará de
verme así cuando me acerco a ti? _ Dijo con cara de "otra vez?"
Puede que sí ... cuando las ranas echen
pelo.
Nos
reímos después de eso, pues era cierto que a pesar de todos esos meses
trabajando juntas y compartiendo miles de cosas, Fabiana no dejaba de
reaccionar cuando veía algún tipo de acercamiento entre Bárbara y yo. Nunca
hicimos ver que fuésemos algo más que amigas, pero aún así, Fabiana siempre
reaccionaba igual. Sin embargo, nunca comentó nada al respecto, ni le hizo
algún desplante a Bárbara, así que simplemente lo tomé como algo inevitable
para ella. Volviendo a lo que debía hacer en ese momento, respiré profundo
armándome de valor para poder salir al jardín central y encontrarme con todos
los presentes que nos estaban esperando. Fabiana me esperó en la antesala de la
puerta y juntas, salimos.
La
asistencia de los medios fue masiva. Clientes, amigos de mi padre, algunos
periodistas, todos los que fueron convocados asistieron. Al subir a la pequeña
tarima que se había preparado, las manos me temblaban y sentía que me faltaba
el aire, pero Bárbara se ubicó frente a mí y su expresión de confianza me hizo
mantener la calma y el control sobre mis nervios.
Comencé
leyendo mi discurso, pero a medida que lo iba haciendo, me di cuenta que no
necesitaba leerlo para decir lo que quería decir, así que a mitad de discurso,
ya no necesité de él y continué por mí misma. Las expresiones en los rostros de
los asistentes me dieron a entender que entendían y bien recibían cada una de
mis palabras; al final, me sorprendí al verlos aplaudir con emoción y
entusiasmo como respuesta a mi alocución.
Realizamos
la presentación de los nuevos productos y luego entre Fabiana y yo respondimos
todas las preguntas que nos hicieron los representantes de los medios. No
hubo pregunta que no pudiera responder con holgura, haciéndome ver, que a
diferencia de lo que yo pensaba, sí estaba empapada de todo como para ser una
representante digna de la marca. Esto, indudablemente me hizo sentir satisfecha
y feliz, no sólo por lo que significaba a nivel personal, sino a nivel
profesional en cuanto a la nueva ocupación que ejercía en la hacienda.
La
noche fue espectacular, Eugenia, Ernesto, Jonathan y Bárbara nos apoyaron en
todo momento y cuando teníamos un respiro, alguno de ellos estaba allí a
nuestro lado. Debo decir, que mejores compañeros para la ocasión, imposible. En
ello pensaba cuando Fabiana se me acercó.
- Por qué tan sola? _ Preguntó con una media
sonrisa. Sin querer, me había apartado un poco de todos y estaba
observándolos desde la distancia.
- Naaahh … _ Negué ligeramente la cabeza - Sólo
pensaba. Todo ha salido tan bien que apenas lo estoy asimilando.
- Sí … ha sido una noche espectacular.
- Estoy segura que papá estaría muy feliz con
todo esto _ Dije con la mirada perdida imaginando cómo sería su cara de
satisfacción por todo aquello.
- Feliz y orgulloso. De eso no me cabe duda _ La
miré y ella asintió - Yo lo estoy, no sólo por todo esto _ Dijo señalando
a todos en el jardín - Sino por ti. Superaste cualquier temor de no lograr
concretar este proyecto en tan poco tiempo, te involucraste hasta en lo
más mínimo y hoy … no pudiste estar mejor.
- Estuvimos _ Corregí sonrojándome por completo.
- No. Tú fuiste la estrella de la noche _ Corrigió
- Brillaste desde que saliste de la casa.
- No exageres _ Le dije con pena. Se me quedó
mirando un instante con los ojos ligeramente entrecerrados.
- No estás consciente del efecto que causas en
los demás verdad? _ Preguntó con curiosidad.
- Efecto?? _ Fruncí el ceño
- Sí … es imposible no verte … eres como una
estrella brillante en una noche muy oscura _ Había olvidado lo romántica y
sensible que Fabiana podía ser. Cuando éramos novias y se perdía en mi
mirada, solía decirme cosas hermosas, pero por razones obvias, desde mi
llegada a Venezuela, no esperaba algo así y fue inevitable mi cara de
sorpresa.
- Perdón _ Dijo al darse cuenta de lo que había
dicho - Eso estuvo fuera de lugar … lo que quise decir es que … atraes a
las personas aún y cuando no lo notes.
- En la agencia donde trabajaba, siempre me lo
decían … pensaba que era porque mi trabajo así lo requería, no porque
fuese algo innato _ Continué con su cambio de tema para ocultar las
mariposas que sentí en mi interior al escucharla decir esas palabras.
- No es sólo por tu trabajo Natalia … llamas la
atención donde quiera que vayas, y hoy no ha sido la excepción.
- Bueno … me alegra que hoy nos haya ayudado en
la presentación _ Le sonreí al tiempo que me arreglaba un mechón de
cabello que me caía sobre la cara. En ese momento pude notar como respiró
profundo y contuvo el aliento unos segundos.
- Te … te dejo para que sigas disfrutando de la
noche _ Dijo con cierta dificultad antes de irse sin darme tiempo a
protestar por dejarme sola. Pero era lo mejor, porque si ella había
sentido las mismas mariposas que sentía yo en ese momento, la barrera que
nos habíamos impuesto durante esos 6 meses, tal vez se habría agrietado.
El
resto de la velada fue estupenda, los invitados disfrutaron a más no poder y
las felicitaciones no dejaron de llover sobre nosotras. Todo terminó casi a las
4am cuando se fue el último grupo de invitados. Fabiana y Eugenia se quedaban
esa noche en la casa, pues querían estar conmigo al día siguiente para ayudar
con el desmontaje de todo lo del evento. Yo estaba un tanto afectada por los
cócteles que había tomado, a pesar de que había intentado no beber tanto, había
sido casi que imposible rechazar las invitaciones por parte de algunos
presentes. Me costaba enfocar la mirada, pero por cosas de la vida, la única
escena que siempre estaba vívida era la de Fabiana y Eugenia juntas. Donde
quiera que mirara, siempre estaban allí. Sonrientes. Hermosas. Felices … y
aunque no era algo nuevo de mirar, con cada contacto que hacía con ellas, una
parte de mi se resquebrajaba. La estocada final, fue cuando se despidieron y
las vi irse hasta la habitación donde se quedarían. Logré ver un atisbo de pena
por parte de Fabiana cuando se acercó a darme el beso de despedida, pero yo
sólo pensaba: “Pena por qué? Al fin y al cabo, su lugar es con ella”
Ya
estaba cansada de sentirme así. Estaba cansada de extrañar algo que no me
pertenecía. Estaba cansada de desear algo imposible. Estaba cansada de sentir
este vacío permanente en mi interior. Quería … quería poder olvidarme de todo.
Quería aunque fuese por una sola vez, cerrar los ojos y no pensar. Cerré mis
ojos por un instante deseando poder hacerlo realidad.
En
ello estaba cuando sentí que alguien se acercaba, pero no abrí los ojos …
estaba al borde de las lágrimas y no quería que fuese tan evidente.
- ¿Natalia, estás bien? _ Era Bárbara. Me quedé
igual sin reaccionar, hasta que la sentí pararse en frente mío - ¿Te
sientes bien? _ Su voz denotaba preocupación.
- No _ Fue mi breve respuesta luego de abrir los
ojos.
- ¿Por qué no te vas a acostar?
- Porque lo único que haré será pensar y pensar
_ Respondí con pesar y con voz casi inerte - Y estoy cansada de pensar
Bárbara. Estoy cansada de irme a la cama y … pensar en lo que no debo - La
tristeza y la desesperación eran imposibles de ocultar _ Porque hoy, en
vez de sentirme feliz y orgullosa por todo esto _ Señalé el patio - No
puedo dejar de pensar que Fabiana está con Eugenia allá arriba y que yo
pasaré otra noche sola, deseando tenerla a mi lado _ Una lágrima corrió
por mi mejilla mientras que se iban acumulando más y más. Volví la mirada
hacia ella - Ya no quiero sentir esto Bárbara, ya no más _ Me derrumbé en
el momento en que sentí sus brazos alrededor de mí y me aferré a ella como
si fuese un salvavidas en medio del océano. Por un instante pensé en cómo
sería perderme en sus brazos; olvidarme de todo y dejarme llevar aunque
fuese por una noche.
Respiré hondo y me separé ligeramente,
sólo el espacio suficiente para quedar a centímetros de su boca. Quise besarla,
pero la cordura me lo impidió. Bárbara era demasiado importante para mí y no se
merecía eso, y yo … no estaba segura de poder ofrecerle algo más que mi
amistad. Bajé la mirada y me separé lentamente, aceptando que esa no era la
manera. Al menos no con ella.
- Gracias _ Le dije casi en susurro al tiempo
que alzaba la mirada - Creo que mejor me voy a dormir _ Bárbara asintió
ligeramente y yo intenté sonreír, aunque la sonrisa, nunca llegó a mis
labios.
Me
disponía a irme cuando sentí que Bárbara me tomó de la mano. Extrañada me volví
hacia ella y sin darme tiempo a nada me atrajo hacia ella y con la otra mano
tomó mi rostro y me besó. En un inicio me tomó por sorpresa, pero cuando caí en
cuenta de lo que estaba pasando, rodeé su cuello con mis manos y le correspondí
sin dudar. Sabía que no estaba bien, pero Dios!!! Como lo necesitaba. Perderme
una noche. Olvidarme de todo y entregarme sólo al placer.
No supe cómo, pero en un abrir y cerrar de ojos
estábamos en la cama, Bárbara sobre mí besando cada rincón de mi cuerpo con una
delicadeza y calidez que hacía mucho no sentía ... tal vez porque no me permitía
sentir más allá o quizás era, que en manos de ella, me sentí segura y
capaz de entregarme sin reparo. Sus manos despertaban mi piel, mi necesidad,
más no así mi alma que seguía pidiendo a gritos a su otra mitad. Sin embargo,
me dejé llevar y me abandoné a sus caricias, mi cuerpo reaccionaba, así me lo
decía mi entrepierna palpitante, mis pechos ultrasensibles y mi piel erizada de
pies a cabeza, así que me concentré en ello hasta tener un orgasmo tan intenso,
que me dejó inerte y sin conciencia. Sentí
su cuerpo amoldarse al mío y con Fabiana como último pensamiento, fue caí en un sueño profundo.
No sentí en qué
momento se levantó o cuando salió del cuarto, sólo sé que cuando abrí los ojos
a la mañana siguiente, estaba sola en mi habitación. En un primer momento sentí
cierta decepción, pero cuando la bruma del sueño se despejó, di gracias a dios
por ello, pues no habría sabido qué decir. Sólo esperaba que aquella noche de
placer, no representara una ruptura en nuestra amistad; ese era mi mayor temor.
*******Más
temprano fuera de la habitación*******
Bárbara
estaba saliendo con el mayor de los cuidados de la habitación, para no
despertar a Natalia. Era temprano aún y sabía que Nati necesitaba descansar,
así que hizo hasta lo imposible por vestirse y salir de allí lo más
silenciosamente posible.
Lo que no
pudo evitar fue encontrarse con Fabiana en el pasillo de los dormitorios, justo
cuando terminaba de cerrar la puerta del cuarto de Nati. Los zapatos y medias
en las manos, la cara sin maquillaje y con rastros evidentes del trasnocho eran
más que suficientes para gritar a viva voz lo que había sucedido. Fabiana
estaba aún con lo que parecía su ropa de dormir, mono y franelilla y
traía un vaso con agua en las manos. Se notaba que venía de la cocina.
Luego de
evaluarse mutuamente en escasos segundos, Bárbara fue la primera en
reaccionar.
- Hola, buenos días _ Sonrió lo más natural
posible dada las circunstancias, puesto que la mirada desconcertada de
Fabiana era tan marcada, que se reflejaba claramente que no creía lo que
veía.
- Buenos días _ Respondió casi en susurro.
- Nos vemos más tarde en el desayuno _ Fue lo
que atinó a decir luego de que el silencio incómodo se sentara frente a
ellas.
Bárbara se
retiró sin mirar atrás, no había nada que decir o explicar, aunque la pregunta
incesante de qué significaba aquello, se sentía en el ambiente. Natalia y ella
eran dos mujeres adultas, solteras y sin nadie a quien deberle explicaciones,
así que como tal, actuó. Ya habría tiempo para en principio, aclarar todo
aquello con Natalia, y luego, poder pensar en dar algún tipo de explicación a
Fabiana ... si es que al final, se le daría alguna.
Por su
parte, Fabiana se quedó tan sorprendida con lo que vio que no pudo moverse durante
unos minutos luego de que Bárbara desapareciera detrás de su puerta. Se quedó
viendo la puerta de la habitación de Natalia imaginando cualquier cantidad de
escenas íntimas entre ellas y con cada cosa que pasaba por su mente, un dolor
punzante la atravesaba de lado a lado, una sensación de desespero y celos la
envolverieron por completo y unas ganas irracionales de entrar allí y borrar
cada beso, cada caricia y cada cosa vivida entre ellas esa noche la dominaban.
Natalia era suya, era su amor, era la mujer que aún le quitaba el sueño ...era
la mujer que quería a su lado día a día aunque hubiese tratado de negarlo todos
esos meses.
Pensó que en
realidad podía ser su amiga y apoyarla en algo como esto, pero la verdad era
que mientras no había visto un mayor acercamiento entre ellas y la posibilidad
de una relación no se hacía evidente, ella lo había aceptado; pero ahora,
cuando las cosas habían cambiado y el mero pensamiento de Natalia con Bárbara,
más allá de una amistad, estaba sobre el tapete, todo raciocinio había
desaparecido y solo quedaba la Fabiana impulsiva y posesiva.
Caminó hasta
la puerta de Natalia y en el último momento antes de entrar, Eugenia pasó por
su mente. Un pensamiento fugaz, pero suficiente para detenerla y hacer que
retrocediera. El dolor y la impotencia la arroparon por completo, pero la
realidad de que no tenía derecho alguno, se hizo presente y la hicieron
reajustar su camino hacia la habitación que debía ocupar. Ninguna más.
******Horas
más tarde******
Desde que
bajé a desayunar noté que Fabiana actuaba raro, estaba como distante y callada.
En un primer momento pensé que era debido al cansancio, pero luego se hizo
evidente que evitaba mirarme y cuando lo hacía, el contacto visual era muy
breve.
Por el lado
de Bárbara, actuaba lo más normal posible, pero sentía su incomodidad, en
su caso, sabía bien lo que era, así que debíamos hablar de ello antes de que se
convirtiera en un tema tabú que cambiara la relación que teníamos hasta el
momento.
Durante la
comida, Ernesto, Jonathan y Eugenia contaron sus anécdotas de la noche
anterior, eran cuentos realmente graciosos, pero era evidente para mí, que
ninguna de nosotras 3 estábamos escuchando realmente. Estábamos en físico, pero
mentalmente cada una estaba en un mundo paralelo.
Eugenia y
Fabiana se fueron poco después de terminar de comer. Eugenia saldría de viaje
esa misma noche y debía ir a casa a arreglar sus cosas. Ernesto y Jonathan se
quedaron en la mesa con nosotras, pero en la primera oportunidad que tuve, le
pedí a Bárbara que me ayudara con algo en el estudio como excusa para poder
hablar. Ya no aguantaba un minuto más.
- Tú me dirás qué necesitas? _ Preguntó curiosa
luego de entrar al estudio.
Yo me senté
en el mueble que estaba frente a los escritorios y la invité a sentarse. Ello
lo hizo de manera que quedáramos frente a frente.
- Necesitamos
hablar de anoche _ Le dije sin rodeos y con voz suave. Ella respiró hondo
y luego asintió.
- De
acuerdo ... pero si me lo permites, me gustaría hablar yo primero _ Me
dijo antes de que pudiera iniciar la conversación. Se quedó en silencio
unos segundos antes de continuar - Somos dos mujeres adultas que saben que
lo de anoche fue algo circunstancial ... que nos dejamos llevar por tu
necesidad de olvidar y yo, por la necesidad de hacerte olvidar, pero
sabemos muy bien dónde y con quién está tu corazón ... fueeee ...
grandioso estar contigo ... si no supiera lo enamorada que estás de
Fabiana, tal vez me atrevería a tratar de conquistarte ... te confieso que
esa química y compenetración que sentí contigo anoche es algo que no
podría obviar si las condiciones fueran diferente ... pero la realidad es
que pensar en algo así, sólo nos traería complicaciones ... así que lo
mejor es dejarlo pasar como una noche maravillosa que disfrutamos y ya ...
por mi parte te aseguro que será así ... sin complicaciones de ningún tipo
y sin expectativas de nada.
Su discurso
me sorprendió. No es que esperara algo diferente, pero temí que todo aquello
hiciera mella entre nosotras; así que escucharla decir todo aquello me quitó
cualquier duda o temor que tuviese. Fue como quitarme un gran peso de encima.
Le tomé la mano que tenía sobre el espaldar del mueble y entrelacé mis dedos
con los de ella.
- Eres una mujer maravillosa Bárbara ... lo
sabes no? _ Le dije sonriendo de medio lado y viéndola a los ojos.
- Sí ... pero lo mejor de todo es que ahora lo
sabes tú también y podrías hacerme publicidad cuando lo necesite _ Bromeó
y me guiñó el ojo. Fue inevitable romper en risas.
- Cuando quieras ... aunque no sé qué tan
beneficioso sea para ti que le hable de tus aptitudes en la intimidad a
una posible conquista _ Le dije enarcando una ceja y de manera
divertida.
- Seeee ... creo que no se vería muy bien no? _
Arrugó un poco la nariz.
- Pero si lo necesitaras ... buscaremos la forma
... lo prometo _ Levanté una mano en señal de promesa.
- Eso está bien _ Sonrió ampliamente. Pero de
inmediato se puso seria y me miró - Hay algo que debes saber.
- Qué? _ Me alarmó.
- Fabiana me vio salir de tu habitación _ No
pude evitar abrir la boca de asombro ... ahora entendía la actitud de
Fabiana durante la comida.
Cerré los
ojos tratando de calmar el calambre que sentí en mi estómago al imaginarme lo
que podía estar pensando o sintiendo ... si era una mínima parte de lo que yo
sentía al imaginarla con Eugenia, sería algo desesperante. No tenía derecho a
creer que era así, pero la conocía bien y sabía que esa cara seria y distante
no era por nada.
- Te dijo
algo? _ Fue lo único que atiné a preguntar.
- No ...
yo sólo la saludé y seguí a mi habitación.
Respiré
hondo y asentí. No podía hacer nada al respecto ahora, sólo esperar su reacción
dos días después, cuando llegara el lunes a la casa.
·
Nada podía
ser sencillo no? _ Dije con resignación – La única noche que me dejo llevar por
lo irracional en todo este tiempo y ella se entera … podría pasar algo más?
·
No sé qué
decirte … ojalá hubiese tenido la manera de disimular lo sucedido pero …
·
No Bárbara,
tampoco así … no es que quiera negar lo que pasó, es sólo que … me habría
gustado que se enterara por mí y no al verte salir de mi habitación. No cambia
la situación, pero me habría dado la oportunidad de explicarle y que no se
fuera pensando cosas que no son.
·
Sí bueno,
por la cara que puso estoy segura que ya nos debe haber hasta casado.
·
Dioooossss!!
_ Dije llevándome las manos hasta los ojos – Sé que es así. Siempre que nos
veía juntas era imposible que no nos mirara con sospecha … y ahora con esto …
será difícil hacerle entender que fue algo sin consecuencias, al menos para
nosotras.
·
Pero tendrá
que hacerlo … tarde o temprano.
·
Sé que ya lo
aclaramos pero … en serio estamos bien? _ Pregunté luego de hacer una pausa.
·
Lo preguntas
por qué? … Tienes dudas?
·
No, es sólo
que no quiero que nuestra amistad se vea afectada por lo que hicimos … y el
sexo siempre complica las cosas.
·
Cuando no se
tiene clara la situación lo complica todo, pero no es nuestro caso … yo sé
donde estoy parada contigo y nunca he pretendido cambiar de lugar. Que eres una
mujer maravillosa de la que sería muy sencillo enamorarse? Sí, por supuesto que
lo eres, pero tu corazón tiene dueña y mientras eso sea así, nadie podrá pasar
esa barrera que tiene tu corazón. Por otro lado, necesitabas una amiga y te
ofrecí mi mano sincera Nati y no pretendo cambiar eso. Ni siquiera por lo que
pasó anoche. Así que no, de mi parte te aseguro que nada ha cambiado, ni
cambiará.
·
Gracias …
eres alguien muy importante para mí Bárbara y perderte sería …
·
No lo harás.
Ni lo digas porque no pasará _ Aseveró y yo sólo pude asentir y dejarme abrazar
por ella unos minutos. Una vez más, Bárbara demostraba lo incondicional que era
para mí y en ese momento lamenté no poder verla con otros ojos.
Casi
finalizando la tarde, todos se fueron. Bárbara debía regresar a Caracas para
montar un evento el día siguiente y Jonathan y Ernesto, también tenían sus
planes aparte, así que a las 7 de la noche, ya estaba sola en casa. Estaba
cansada, pero no quería irme al cuarto a pensar sin cesar, así que fui a la
sala de estar, encendí el equipo de sonido y activé mi lista de canciones
instrumentales para luego acostarme en el mueble principal. Era grande y de
tres puestos, así que pude arroparme con la manta que siempre tenía a mano allí
y me dispuse a sólo estar, tratar de no pensar y sólo estar. Por supuesto que
era imposible tener la mente en blanco, pero decidí enfocar mis pensamientos en
mis recuerdos de niña de Fabiana y yo. Cuando todo era simple y sin
complicaciones. Cuando el único interés era pasarla bien juntas.
De repente,
sentí una caricia muy sutil en mi brazo y en mi cara ... no entendía muy bien
que era, solo entendía que me gustaba y que se parecía tanto a la forma de Fabi
de despertarme cuando estábamos juntas. Sonreí pensando que esos pequeños
detalles que me habían hecho tan feliz y que eran de esas cosas que más
extrañaba ... pero cuando puse más atención, me di cuenta que no se sentía como
sólo un recuerdo ... era un sueño? ... era real?
Abrí los
ojos lentamente y caí en cuenta de dos cosas, una, que me había quedado dormida
y por eso mi confusión; dos, que Fabiana sí estaba allí sentada en la orilla
del mueble justo sobre mí y que la caricia que sentía, era real. Me quedé
inmóvil viéndola por un momento con el corazón martillándome en el pecho, pero
luego, reaccioné. Qué hacía ella allí? Estaba ... llorando???
- Fabi
está todo bien? _ Pregunté saliendo por completo de mi adormecimiento. No
obtuve respuesta. Me moví hasta lograr sentarme y quedar frente a ella y
fue cuando comprobé que sus mejillas estaban humedecidas por un par de
lágrima que había derramado - Fabiana qué pasa? _ Tomé sus mejillas
entre mis manos - Me estás asustando _ Se mantuvo en silencio y con la
mirada gacha - Fabiana!! ... Háblame por favor!!!
- No
puedo más _ Dijo con un hilo de voz.
- Qué? _
Mi corazón ya estaba desbocado del susto. No entendía lo que pasaba y
verla así me estaba angustiando sobre manera.
- No
puedo más _ Repitió pero aún sin verme a los ojos.
Como pude,
me arrodillé en el sofá y la abracé a mí, acunando su rostro con mi cuello.
Sintiendo como se aferraba a mi cintura y la humedad de sus ojos se acentuaba
más. Comencé a mecerme ligeramente para calmarla, dándole besos en su cabello y
diciéndole palabras consoladoras. Así estuvimos unos minutos hasta que sentí
que se calmó y me atreví a preguntarle nuevamente qué pasaba.
- Fabi
... dime qué pasa? Si no me dices, no podré ayudarte _ Con cuidado, me
separé un poco de ella para poder acunar su cara entre mis manos y mirarla
a los ojos - Habla conmigo _ Insistí. Finalmente levantó su mirada y luego
de unos segundos, habló.
- No
puedo seguir fingiendo que no te amo _ Aunque habló en voz baja, pude
escucharla claramente. Me costó unos segundos procesar aquello ... no
estaba segura si era cierto o si era producto de mi imaginación. Quería
hablar, quería preguntarle qué quería decir con aquello, pero ni una sola
palabra salió de mi boca. En su lugar, solo bajé mis manos y las apoyé en
mis piernas, pues necesitaba anclarme de algo.
- No
entiendo muy bien lo que quieres decir _ Traté de hablar con serenidad,
pero en mi interior, estaba patas arriba. Mi corazón galopaba sin control,
el nudo en mi estómago se apretaba cada vez más y las mariposas de la
esperanza alzaron su vuelo irremediablemente.
- Quiere
decir ... _ Tomó una de mis manos con la suya y comenzó a acariciar el
torso con su pulgar - Que te amo Natalia ... _ Volvió a mirarme - Que he
tratado de dejar atrás estos sentimientos, que he tratado de verte como
sólo una amiga ... pero no puedo hacerlo ... hoy ... me di cuenta que no
puedo hacerlo ... no más _ Negó ligeramente.
- Por qué
hoy? _ Sabía el por qué, pero debía preguntar.
- Porque
ver a Bárbara salir de tu habitación esta mañana, me golpeó tan fuerte que
me hizo darme cuenta que no soporto verte con nadie más ... creí que
podía, creí que el día en que Bárbara y tú se decidieran a intentarlo, yo
estaría bien ... pero no es así ... _ Hizo una pausa en la que vi en sus
ojos reflejar un dolor intenso - Suena egoísta, lo sé ... pero es que no
ha pasado un sólo día desde que llegaste, que no haya deseado tenerte
conmigo ... que no haya deseado retomar este sentimiento que sigue tan
vivo como hace 12 años atrás ... _ Con su mano libre, acarició mi mejilla
izquierda y se acercó un poco más a mí - No ha pasado un día en que no
haya querido decirte que te amo Natalia ... que no me importa el tiempo
que te fuiste, que no me importa todo lo que pasé todos estos años sin ti
... si me dices que me amas y que no te volverás a ir, lo quiero todo
contigo otra vez _ Mis lágrima rodaban ya sin reparo al igual que las de
ella. Lágrimas de felicidad, de alivio ... de paz al saber que lo que
tanto había deseado, podía hacerse realidad. Hoy ... ahora.
Quería decir
tantas cosas, pero por alguna razón, mis cuerdas vocales no funcionaban, así
que opté por dejar que mi cuerpo respondiera por mí. Rodeé su cuello con mis
brazos y la besé. Un beso que comenzó tímidamente, rozando sólo nuestros
labios, sintiéndonos otra vez, reconociéndonos otra vez, pero que poco a poco
fue agarrando fuerza, deseo y necesidad. Nuestros labios jugaron a degustarse,
a provocarse ... jugaron a devorarse sin reparo. Nuestros cuerpos buscaban de
tocarse lo más posible necesitando sentirse. Cada minuto que pasaba, todo se
volvía más irracional e impulsivo. El llamado de nuestro deseo ya no podía
controlarse, así que de manera casi tácita, supimos que debíamos irnos al
cuarto.
Cuando
subíamos por las escaleras casi que corriendo, pensé que tal vez no querría que
fuéramos a mi cuarto. La vi dudar sólo un segundo antes de abrir la puerta y
entrar. En su mirada pude ver que aunque tuviera tan reciente la imagen de
Bárbara y yo intimando allí mismo; en esa cama, en ese espacio, uno de sus
objetivos era borrar cada vestigio de ello en ese momento. La conocía bien y
sabía que haría hasta lo imposible por borrar de mi piel y de mi mente esas
manos y ese cuerpo que pocas horas antes, me habían poseído. Lo que ella no
sabía, era que con sólo escucharla decir que me amaba, ya todo lo demás había
perdido sentido. Mi mundo giraba alrededor de ello. Alrededor de ella.
Me desvistió
con extrema lentitud, como queriendo grabar cada segundo en su memoria sin
perder detalle. Yo sólo me dejé hacer, pues quería, necesitaba sentirme suya.
Necesitaba que supiera que todo mi cuerpo, toda yo le pertenecía en cuerpo y
alma y que a partir de ese instante, no habría nada capaz de cambiarlo.
Me
recostó en la cama para luego desvestirse frente a mí. Pude admirar su cuerpo
de nuevo, un cuerpo que recordaba un tanto diferente, pero que igual me cautivó
otra vez. Sus senos más rellenos y redondeados, su abdomen liso, su torso un
poco ancho haciendo que su espalda se viera del mismo modo, sus piernas largas
y bien formadas, su pubis ... su pubis depilado y con sus labios apretaditos
como los recordaba, y sus brazos largos y delgados, pero bien formados. Toda
una mezcla que me hipnotizó.
Al verla
acercarse y subirse sobre mi cuerpo, las mariposas en mi estómago no se
hicieron esperar. Diooosss que bien se sentía tenerla así nuevamente. Sentir su
calor, su suavidad, el olor de su piel. Abrí mis piernas para darle la
bienvenida y sentir su pubis sobre el mío ... fue glorioso ... no tengo otra
manera de expresarlo. Pegó su frente con la mía y nos quedamos así unos
instantes, sintiéndonos y asimilando que por fin, después de tantos años, otra
vez estábamos juntas, allí en mi casa. En mi cama ... como si el tiempo no
hubiese pasado.
El corazón
martillaba en mi pecho, el nudo en mi garganta no me dejaba pronunciar palabra
alguna y mis ojos estaban totalmente anegados de la emoción que sentía. Tantas
veces que soñé con tenerla así aunque fuese una vez más. Tantas veces que
busqué en otro cuerpo su calor, en otra boca su sabor sin resultado alguno ...
pero hoy era ella. Era su cuerpo, su calor, su olor ... hoy era ella y la
felicidad no cabía dentro de mí. No quería llorar, pero no pude aguantar un minuto
más y la abracé con fuerzas y comencé a llorar sin retener nada. Necesitaba
dejar salir todos esos años de infelicidad que había vivido sin sus brazos, sin
su amor. Necesitaba liberarme de todo ese dolor con el que había vivido esos 12
años. Necesitaba soltar el pasado.
Ella sólo me
sostuvo diciéndome palabras tranquilizadoras a mi oído, pero lo único que fui
capaz de procesar fueron dos cosas; "Estoy aquí" y "Te
amo", sólo eso tuvo sentido para mí.
Cuando
finalmente los sollozos amainaron, Fabiana secó con sus dedos mis mejillas y
luego las besó con suavidad, con ese amor que la caracterizaba y que tanto
extrañaba. Me sentía a salvo, en casa. Era allí donde pertenecía y de donde
jamás debí salir. Si todo aquello no era un sueño, era mi renacer.
- Perdóname _ Le dije mirándola a los ojos,
necesitaba que viera en los míos la sinceridad de mis palabras.
- No tengo nada que perdonarte Natalia _ Dijo
con suavidad al tiempo que negaba ligeramente con la cabeza.
- Claro que sí ... te herí como nunca debí hacerlo.
- Eso no lo negaré, pero lo sucedido nos
convirtió en las mujeres que somos ahora ... y amo la mujer que eres hoy
en día ... te amo tal y como eres hoy Natalia, con tus errores, con tus
aciertos ... con tus alegrías y tus tristezas ... te amo mi vida y eso es
lo único que me importa ... _ Besó mis labios tiernamente - Dejemos el
pasado atrás por favor _ Me dijo pegando su frente de la mía.
Después de
eso, no pude decir más, simplemente me entregué al amor que nos unía; al amor
que habíamos mantenido a raya durante todos estos años y que hoy, podíamos
dejar salir sin vacilaciones, sin temor y con la certeza de ser correspondidas.
Fabiana tomó
mi boca con deliciosa experticia, acariciándome con sus labios, degustándome
con su lengua, llevándome a otro mundo con sus besos. Exploró y provocó cada
terminación nerviosa de mi boca y de mi rostro, erizando mi piel mientras
bajaba por mi cuello y pecho colmándolos de besos. Sentir sus labios tibios y
suaves recorrer mi cuerpo, me prendía a fuego vivo ... quemándome de manera
exquisita con las miles de sensaciones que me hacía experimentar.
Cuando su
boca llegó a mi primer centro de sensibilidad, mi respiración ya era irregular,
mis dedos se enredaron entre su cabello evitando sin necesidad, que su boca
abandonara mis senos. Los lamió y delineó con torturante lentitud. No hubo
espacio que su lengua que no saboreara, o segundo que mi cuerpo no reaccionara
con evidente placer. Tuve que reunir todas mis fuerzas para evitar llegar al
clímax con sólo esas caricias, pero era tan difícil no dejarme llevar ... lo
quería, lo necesitaba ... necesitaba hacerle saber lo mucho que disfrutaba de
su manera de amarme ... y así lo hice, sin contenerme un segundo más, dejé
libre esa explosión que se estaba formando en mi interior. Esa explosión que
fue apoderándose de cada parte de mí y que me dejó en un estado de total
abandono al placer y a los espasmos incontrolables que me invadieron por
completo. Sentí como mi centro se empapó de mi esencia y como mis senos se
hacían más y más sensible a sus caricias.
Su boca
deliciosa no dejó de estimularme, pero mientras mis espasmos aún estaban
presentes, sentí como sus dedos presionaron mi centro haciendo que una segunda
explosión se hiciera presente. Mis caderas cobraron vida y buscaron que mi centro
se frotara rápido y duro con sus dedos. Sentí como en cuestión de segundos su
mano se llenó de mí, logrando así, que la fricción fuera mucho más deliciosa y
que mis gemidos se convirtieran en gritos descontrolados. Dios!!! era tan
delicioso ... abrí mis piernas para darle mejor acceso y entendiendo
perfectamente mi necesidad, me penetró muy lentamente, pero con la seguridad
que sólo ella me daba. Me llenó con sus dedos y se quedó allí, gimiendo con el
placer de estar dentro de mí. "te amo" era todo lo que se escuchaba
en la habitación a parte de mis gritos de placer. Escucharla gemir fue como un
interruptor para que mi corazón corriera mucho más de prisa y para que mi
excitación llegara a niveles que pensé no existían. Ya no era dueña de mí, de
mi cuerpo o de mi alma, en ese momento, me entregué por completo al amor de mi
vida, a la única mujer capaz de llevarme a la luna y regresarme a la tierra.
Cuando los
espasmos del orgasmo número ... ya ni consciencia tenía de cuantas veces había
logrado la liberación, terminaron, me abracé a ella para refugiarme en su
calor. Mi cuerpo ya no podía acabar una vez más, al menos no en los siguientes
15 minutos. Sentí como Fabiana temblaba por su excitación, así que moví mi
pierna entre las de ella hasta pegar mi piel de su centro y sentir lo
inmensamente húmeda que estaba. Trató de ahogar un gemido, pero le fue
imposible cuando apreté sus glúteos con mis manos para evitar que escapara de
mí.
Apoyó sus
brazos a cada lado de mi cuerpo y dejó su rostro justo sobre el mío. Sin dejar
de mirarme a los ojos, comenzó a frotarse contra mi muslo. Lento. Pausado.
Disfrutando de la sensación resbaladiza de su esencia en mi piel. Sintiendo su
calor. Sintiendo su excitación. Pude ver como sus pupilas se dilataron, como
sus labios se entreabrieron para poder respirar de manera irregular. Pude ver
como su cabello se movía al ritmo de sus movimientos. Pude ver como su
expresión iba cambiando de la total excitación, al placer crudo y básico. Sentí
en mis manos como sus glúteos se apretaban con cada movimiento y como su piel
se humedecía cada vez más. A los pocos minutos, su necesidad iba en aumento
haciendo que montara mi pierna con más ahínco y velocidad. La ayudé con mis manos
para que lograra una mejor estimulación y lograra correrse con fuerza y sin
restricciones. Lo esperaba con ansias, sus gemidos iban en aumento también y
cada sonido que provenía de su boca me llevaba a un nuevo nivel de excitación y
de placer. Ni siquiera pude controlar la explosión que se estaba formando en mi
interior, cuando la sentí apretarse a mi pierna y dejar salir un grito sensual
de liberación, fue inevitable que otro orgasmo me invadiera y me hiciera
apretar sus glúteos con fuerza y frotarme contra su pierna también. Fue tan
magnífico llegar al clímax juntas, que por primera vez en 12 años, volví a
sentirnos una. Volví a sentirme completa. Volví a sentirme en paz.
Nota de la autora:
Hice el esfuerzo y aquí les dejo el capítulo 6
como regalo del día de la amistad. Espero lo disfruten. Nos vemos en la próxima
entrega. Besos y abrazos.
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Kam Zoe - Derechos Reservados
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por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Uyyyy que hermoso regalo mi kerida escritora pero aca en argentina se festejo dia de san valentin tia de los enamorados y que buen... regalo besos sos lo genia rosana
ResponderEliminarDos volcanes en erupcion...Natalia tras magnetizar,es ardiente...El amor siempre gana.Gracias,Kam por deleitarnos con este capitulo.
ResponderEliminarUn saludo carinoso para ti,
Feliz mes del amor y la Amistad!
Por Dios me has dejado en un estado que para que te digo, que bonita historia, besos
ResponderEliminarexcelente capítulo, espero por más
ResponderEliminarPero no te tomes tanto tiempo k uno pietde el hili de la historia
ResponderEliminarWuaoo que precioso capítulo uyyy emocionante
ResponderEliminarQue mas se puede decir
Excelente Kam Zoe
Trato de no tardarme tanto, pero a veces la musa se toma su tiempo, sorry jijijijiji pero les aseguro que trato de que no pase tanto tiempo y de darles una entrega semanal al menos.
ResponderEliminarSaludos y cariños para todos
Hermoso cap...uff cuantas cosas, tengo muchas ganas del próximo.
ResponderEliminarsaludos!
Una vez mas querida Kam no le encuentro sentido a tu historia después de 6 capítulos, no le encuentro una trama interesante, nada de atracción... Noo mentiras carajo jajaj, me tienes totalmente enganchada con tu historia ojala no tardes mucho tiempo para montar el capitulo 7 (me acabo de dar cuenta que lo acabas de montar, así que ya lo leeré), ya que es interesante de verdad! Como me gustaría saber de ti, querida Kam y así sentir mas de cerca esa Inspiración! Saludos desde esta mañana/tarde Barranquillera!
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