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Las lecciones del destino - Xiion - 27

Capítulo 27

ALEJANDRA
Ya habían pasado dos semanas de la visita de mi suegro. Todo había salido tan bien: Víctor y César habían conectado,  se pasaron el resto del fin de semana jugando e intercambiando risas y carantoñas e incluso mi niño le llamó abuelo. Yo también estuve muy a gusto con ellos, César era un hombre realmente encantador, como su hija, era todo un galán y me trataba con tanto cariño como a Abi y a Daniela. Mi madre hizo buenas migas con todos pero sobretodo con Diana, mi madre decía que, aunque se habían visto apenas tres días, se había ganado una amiga para toda la vida. Yo estaba de lo más feliz con mi familia política, todos mis miedos habían sido mal infundados.

Todo iba de maravilla. La semana después de que mis suegros se marcharan, mi madre y yo comenzamos a buscar casas para así ayudar a mi chica que estaba muy ocupada ayudando a sus becarios. Miramos varias propiedades por Internet y consultamos varias inmobiliarias. Yo había visto varias casas que me habían gustado pero había una de la que me había quedado totalmente enamorada: era una casa unifamiliar que estaba a las afueras en una bonita urbanización. Era una casa de dos plantas, con cuatro dormitorios, dos baños, un gran salón y una cocina magnifica, un sótano equipado con una preciosa chimenea, y lo que mas me gustaba era que la casa tenía un amplio jardín donde mi peque podría jugar con su madre y donde podría refrescarse en verano en la pequeña piscina que había en una esquina. Las fotos me encantaron pero cuando fui con Abi la semana siguiente me quedé totalmente enamorada de ella. Cuando el hombre de la inmobiliaria nos hizo el recorrido por la casa, ya me imaginaba viviendo allí y aumentando la familia, parecía que estaba hecha para nosotras, en cambio, la cara de Abi fue neutral durante toda la visita. Yo me puse bastante nerviosa aunque no podía ser egoísta, yo no podía contribuir tanto a la casa como lo iba a hacer Abi ya que mi madre y yo llegábamos a final de mes bastante justas, así que ella era la que tenía la última palabra.
Cuando terminamos la vista en el jardín, el hombre nos dejó un rato a solas y las dos nos sentamos en unos muebles de jardín raídos que había al lado de la puerta corredera que conectaba la cocina con el patio.Abi me miró a los ojos.
-       ¿Qué te parece?- Quise decir que era perfecta pero no quería presionarla.
-       Está bien…- dije cautelosa- parece acogedora-Ella, sin dejar de mirarme a los ojos sonrió.
-       Es preciosa- dejó de mirarme para mirar el fondo del patio- ya me veo a Víctor y a mi bañándonos en la piscina este verano y puede que, dentro de unos años, a otropequeñín- sentí una gran calidez recorrer todo mi cuerpo, era lo que quería.
-       Yo me he enamorado de ella nada más verla-le dije no creyéndomelo aún, parecía un sueño…
-       Entonces no se hable más-me dio un pequeño beso y me abrazó- hablaré con el agente-se levantó y fue a hablar con el agente inmobiliario.
No me lo creía, todo estaba saliendo a pedir de boca. A mi madre y a Víctor también le gustó la casa y todos estábamos encantados. El agente comenzó con el papeleo para solicitar la hipoteca y ya solo quedaba esperar.
Todo iba bien aunque yo veía a Abi un poquito nerviosa y un poco distante pero ella no me decía nada, aunque la verdad es que yo tampoco le preguntaba, creía que era cosa porque ella seguía igual de cariñosa con todos aunque había momentos en los que la podía ver con la mirada perdida muy pensativa.


ABIGAIL
Desde la visita de mi padre todo estaba pasando tan rápido…
En menos de dos semanas ya habíamos encontrado casa y estábamos con los trámites de compra. Yo estaba feliz pero me notaba muy nerviosa… por las noches me costaba dormir y estaba muy preocupada aunque no sabía exactamente porque, cada día iba a más y ya empecé a preguntarme si todo eso sería demasiado para mi, ¿acaso me estaba precipitando? ¿Estaba yendo demasiado rápido? En apenas unos meses mi vida había cambiado tantísimo ¿y  era en ese momento cuando me estaba dando cuenta?…agh ¿qué mierda me estaba pasando? Me di cuenta que Alejandra me notaba extraña y no quería preocuparla y eso me angustiaba mas.
El miércoles de esa semana decidí dormir en casa para intentar poner mi mente en orden con la excusa de que tenía mucho papeleo que hacer y tenía que trasnochar, que en parte era verdad, pero fue peor ya que echaba de menos a Alejandra pero por otro lado mis preocupaciones no se iban y tampoco conseguí conciliar el sueño. El viernes era el gran día de mis becarios así que estuve muy ocupada por lo que el jueves no vi ni a Alejandra ni a Víctor mucho rato. Aunque el día fue agotador decidí salir a correr hasta quedar exhausta para intentar dormir y la verdad es que ayudó un poco.
Estábamos ya a viernes y nada más abrir los ojos ya sabía que iba a ser un día agotador tanto física como emocionalmente. Lo primero que sentí era la sensación de pérdida y soledad, la echaba de menos, la necesitaba, quería su sonrisa al despertar y sus palabras de ánimo. Todas esas preocupaciones parecía que se intensifican sin ella, todo un escalón parecía un abismo sin ella. Estiré los brazos y las piernas, me levanté y comencé a prepararme.
Elegí un conjunto cómodo de traje negro y camisa aunque no abandoné mis tacones negros, me hice un moño sencillo y me puse mis gafas estilo aviador, era un look sencillo, sobrio y un poco masculino pero la verdad es que yo me veía genial. Cogí mi maletín y me fui en coche para la facultad. Nada más llegar a mi despacho, me encontré con mis becarios en sus respectivas mesas.
-       Buenos días chicos, ¿preparados para el gran día?-Silvia me sonrió con una sonrisa nerviosa y Antonio ni siquiera me miró, joder, ¡qué ganas tenía de perderlo de vista!
Me senté en mi escritorio recordando el día en que aprobé mi tesis doctoral. Al igual que Silvia, había pasado tres años de mi vida preparándome para ese día pero, a diferencia de ella, yo estuve a punto de no presentarme ante el tribunal ya que el día de antes había fallecido mi abuela Abigail y yo quise echarlo todo por alto. Recuerdo que mi padre me llamó para pedirme que por favor no lo hiciera que mi abuela seguro que hubiese querido que me hubiese presentado y sólo por eso lo hice y, nada más salir del tribunal, con una matrícula cum laude en mi doctorado, me fui directa al funeral de mi abuela para poder darle mi último adiós. No lo recuerdo como un día feliz en absoluto, sólo como un cambio importante en mi vida ya que en septiembre se ese mismo año comencé a trabajar como profesora.

Las primeras horas de la mañana las pasamos entre papeles y alrededor de las diez los dos se fueron para hablar con José mientras que yo seguí trabajando. Mi mente desconectó del barullo de datos cuando alguien llamó a mi puerta.
-       Pase-dije despegando la vista del ordenador. Me sorprendí bastante al ver que era Antonio Suárez padre aunque, por otro lado, me lo esperaba, viniendo de Antoñín me podía esperar cualquier cosa...
-       Buenos días-dijo entrando en el despacho. Cerré el archivo y, mientras se acercaba a mi mesa logré poner la grabadora de mi portátil. Cuando llegó hasta mi, me levanté y le estreché la mano.
-       Buenos días Antonio, por favor siéntese, ¿en que puedo ayudarle?
-       Oh, no necesito nada, gracias, he venido a apoyar a Antonio, hoy es un día muy importante para él.
-       Lo supongo-dije sin cambiar mi tono en ningún momento- él está hablando con José en su despacho-le aclaré intentando finalizar la conversación y la visita.
-       ¿Cómo ves a Antonio?- su pregunta, siendo hoy el día en que sería evaluado, me sorprendió, él debería de estar seguro de su hijo.
-       Si le soy sincera… le aconsejé a su hijo hace unos meses que esperara al año siguiente para estar más seguros pero él no quiso…
-       Claro que no quiso-cortó mi explicación- es un Suárez, si esa chiquita que compite con él por la beca puede, ¿por qué él no?- tuve que contar hasta diez para contestarle.
-       Siento decirle que Silvia, al menos este año, se ha esforzado mucho más que su hijo y por sus informes… se ve que los otros dos años también- el decano frunció el ceño, claramente no le gustaba mi sinceridad.
-       No creo que el currículum de mi hijo sea peor que el de… Silvia- dijo con asco. Si el hijo era arrogante, más lo era el padre.
-       Su hijo está hablando con José si necesita hablar con él- reiteré dándole a entender que quería terminar esa conversación que no llevaba a ninguna parte.
-       Oh no es necesario, la verdad es que ya que estamos a solas podríamos hablar sobre su futuro… estoy muy orgulloso de tener a una de las profesoras más jóvenes del país aquí y creo que pronto será la jefa de departamentos más joven, cuando José decida retirarse- estas adulaciones me olían a chamusquina- que será muy pronto, es muy buen puesto, conlleva un aumento de sueldo muy jugoso y yo estaría dispuesto a apoyarla para que lo alcanzará si…- estaba muy segura de la condición que iba a poner antes que la dijera pero me hice la tonta.
-       ¿Si…?
-       Si usted apoya a Antonio.
-       Usted mejor que nadie debería saber que yo no tengo vela en ese entierro.
-       Si la tiene, si en el caso de que Antonio se quede en la cuerda floja usted puede convencer al tribunal y si lo hace yo se lo agradecería con un plus en sus investigaciones- se acercó a mi y bajó la voz-y puede que un plus mas…personal-esbozó una sonrisa- por lo que tengo entendido esta a punto de comprarse una casa… el dinero le vendría muy bien… y el trabajo-el soborno estaba pasando a una especie de chantaje y ya había aguantado demasiado, respiré hondo, puse una sonrisa, la más falsa de mi vida y le contesté.
-       Don Antonio…- váyase usted a la mierda, quise decir- sino no tiene nada más que decir, le agradecería que me dejase trabajar, como sabe, para mi también será un día muy ajetreado y cada minuto es oro- se quedó un poco sorprendido, pero enseguida esbozo una sonrisa igual de falsa que la mía y asintió.
-       Espero que sopese mi propuesta, Abigail- TU PUTA MADRE CABRÓN gritaba en mis pensamientos.
-       Buenos días, Antonio- fueron mis últimas palabras para él.
-       Buenos días- por fin ese desgraciado desapareció de mi vista, y pensar que ese gilipollas es mi jefe…

Apreté el tabique de mi nariz, un leve dolor de cabeza comenzaba a aparecer y presentía que estaría conmigo todo el día…
Me puse las gafas y comprobé que la grabadora había estado funcionando. Cuando estaba haciendo copias del archivo y guardándolas en varios sitios volvieron a tocar a la puerta y enseguida una cabeza canosa apareció, era José.
-       Buenos días-me dijo con una sonrisa- ¿estás muy ocupada?
-       Buenos días, no, pasa-se acercó a mi y me dio dos besos antes de sentarse- ¿ocurre algo?
-       No, sólo venía a visitarte, he mandado a Silvia a la cafetería a por una tila, la pobre está de los nervios… ¿qué quería Antonio Suárez? Lo acabo de ver saliendo de tu despacho.
-       Oh nada, sólo venía a ver a su hijo- descarté en seguida decirle nada a José ya que era obvio que no ayudaría a Antonio ni aceptaría nada de ese hombre.
-       Ese chico… estoy seguro que la beca se la llevará Silvia en el caso de que los dos aprueben el doctorado, de eso no hay duda, pero de lo que no estoy seguro es de que Antonio apruebe su tesis doctoral- mi dolor de cabeza se intensifican por momentos.
-       Lo sé, José, lo sé, yo misma le dije que debería esperar al siguiente año, y lo mismo que le sugerí a Silvia cambiar cosas de su tesis para mejorarla lo hice con Antonio y, a diferencia de Silvia, él no me hizo ningún caso.
-       Lo sé Abigail, no tienes que justificar nada, se perfectamente que toda la culpa es suya, lo único que lamento es que tu racha de aprobados se rompa- dijo con un cierto tono de broma y una sonrisa a la cual yo respondí con otra.
-       Es lo único que lamento yo también aunque, bueno, no está todo perdido, a lo mejor se le aparece la Virgen y aprueba- Aunque tendría que tener a todos los Santos de su parte, pensé.
-       Esperemos- dijo levantándose- iba para la cafetería, ¿te apetece un café?
-       Me apetece pero tengo muchísimo que hacer, ¿después de comer?
-       Está bien, luego nos vemos.
José se fue de mi despacho y seguí con mi trabajo aunque mis pensamientos estaban con Alejandra, hoy no iba a ir a la facultad así que no la vería, tendría que esperar a la noche y ese día, sin duda, dormiría en su piso con ella y con nuestro hijo.

Media hora después Antonio y Silvia volvieron, yo le sonreía Silvia y seguí con mi trabajo, atendía varios alumnos con sus dudas y corregí algunos trabajos.
A las doce tocaron a mi puerta otra vez, vaya, parece que hoy es día de visitas…
-       Pase- dije sin mirar a la puerta aunque cuando escuché unos pasitos rápidos alcé la vista para ver a mi renacuajo correr hacia a mi.
-       Pero bueno, ¿qué haces tú aquí?
Se montó en mi regazo y nos abrazamos.
-       Hola mami- me dijo con una gran sonrisa.
-       Hola cariño- besé su frente y miré hacia su madre que se había quedado al otro lado de la mesa y nos miraba con una gran sonrisa.
Me levanté con mi pequeño entre mis brazos y me acerqué a ella para besarla, la felicidad que había sentido al verla era inexpiable y no había duda alguna, mis preocupaciones no eran por si iba demasiado rápido con ella, no, estaba muy segura que mis preocupaciones eran por darle el mejor futuro posible a mi mujer y a mi hijo, por que si, yo ya la consideraba mi mujer y hacia ya mucho que a Víctor lo consideraba mi hijo.
-       Hola mi amor- le dije después de un pequeño beso en los labios
-       Hola cariño- me dijo con una gran sonrisa- Víctor y yo hemos ido al dentista y quería venir a verte para ver donde trabajas.
-       Y también para decirte que no tengo ni una caries- dijo mi pequeño súper orgulloso.
-       Que campeón- le choqué la mano. De repente recordé que no estábamos a solas, me giré hacia las mesas de mis becarios para ver que sólo estaba Silvia- Mira cariño, ella es Silvia, es mi becaria- me acerqué a Silvia para que le diera dos besos.
-       Encantada Víctor, ¿te han dicho alguna vez que eres muy guapo?- el renacuajo se puso colorado como un tomate.
-       Eso es porque es clavado a su madre- miré a mi chica que estaba al lado mía y nos sonreímos, hasta un ciego podía ver el amor que sentía por esa mujer, nos comíamos con la mirada y Silvia tuvo que notarlo:
-       Así que no tienes ni una caries ehh- le dijo a Víctor y él asintió- ¿qué te parece si tú y yo vamos a la cafetería y nos compramos unas chuches?- a él se le iluminó la cara y me miró y yo miré a su madre.
-       Claro, pero que no sean muchas- dijo su madre. Bajé a Víctor al suelo y él cogió la mano que le tendió Silvia.
-       En un ratito volvemos- me guiñó el ojo cuando se iban y le sonreí.
Cuando la puerta se cerró Alejandra y yo nos miramos, la agarré por la cintura para acercarla a mí y la besé con todas las ganas que tenía guardadas. Unos segundos después nos separamos apoyándonos en nuestras frentes.
-       Te he echado de menos- fui la primera en hablar. Sin esperar respuesta agarré su mano y la llevé hasta mi sillón del escritorio sentándome y sentándola a ella encima de mí.
-       Yo también te he echado de menos y Víctor también. Hemos venido porque te quería ver… te echaba de menos, aunque me había dicho que no te lo dijese porque le daba vergüenza- nos reímos un poco por lo tierno que era nuestro pequeño-  estas dos noches se me han hecho interminables… te necesitaba a mi lado aunque… se que necesitabas unos días para ti sola- bajó la mirada y a mi se me cayó el alma al suelo, no soportaba que sufriera por mi, ni siquiera un poco. Tomé su barbilla y la alcé para que me mirase.
-       Estas dos noches sola me han servido para darme cuenta que lo único que necesito es estar a tu lado… estoy deseando que se acabe el día para irme a casa y dormir contigo y con Víctor- ella me sonrió y me besó.
-       Me temo que eso no va a suceder esta noche cariño- ante mi ceño fruncido ella se rió y me volvió a besar- Víctor tiene hoy un cumpleaños y se quedará a dormir en casa de su amigo.
-       Cierto me lo dijo hace unos días…
-       Y yo…
-       ¿Tú también tienes planes?
-       Si, yo tenía pensado esperar a mi chica en su piso para pasar una buena noche de viernes- me dijo con una sonrisa juguetona-me apetece un baño en la bañera de hidromasaje.
-       Me gusta tu plan, aunque hoy llegaré un poco tarde, es tradición quedarnos a celebrar cuando los becarios aprueban.
-       Esperaré lo que haga falta- comenzó a darme suaves besos en el cuello- además te tengo una sorpresita.
-       ¿Qué sorpresa?
-       Si te lo dijera no sería una sorpresa- rozó con sus dientes el lóbulo de mi oreja- estás preciosa con ese conjunto que te has puesto hoy.
-       No me cambies de tema… no me puedes dejar todo el día pensando en que será, no seas mala- mi voz sonaba un poco más ronca y tuve que aclararme la garganta- dame al menos una pista.
-       Mmm bueno, ayer por la tarde estuve en un salón de belleza con Esther…
-       ¿Y?- ella sonrió mirándome a los ojos, miró hacia abajo y volvió a mirarme- ¿de verdad?
-       Puedes comprobarlo si quieres- me provocó.
Aunque la puerta estaba cerrada sin seguro, no me pude resistir. Aprovechando su invitación, metí mi mano dentro de sus vaqueros sin ningún trabajo y pude notar la suave piel que se ocultaba debajo de sus bragas, oh joder…, tuve que toser para disimular mi fuerte gemido, no había rastro de vello alguno. Me encantaba su coño tal cual estaba pero eso era algo que ella sabía que me ponía mucho y en ese momento ella no podía ni imaginar cómo me estaba poniendo…
Usando toda mi fuerza de voluntad, saqué lentamente mi mano y la miré viendo su cara de total satisfacción al ver mi reacción. Suspiré.
-       Estoy deseando que llegue esta noche- me dijo al oído.
-       No más que yo, preciosa.
Tocaron en la puerta y Alejandra se puso en pie, menos mal… si no nos hubieran interrumpido no se que habría pasado…
-       Pase
Silvia abrió la puerta y Víctor entró corriendo con una bolsita de chucherías, vino hasta mí y se montó en mi regazo.
-       ¡¡Mira mami cuántas chuches!!
-       ¿Le habrás dado las gracias a Silvia no?- él me asintió, miré a Silvia y me asintió sonriendo.
-       Me ha dado dos besos y un abrazo.
-       Lo tengo bien enseñado-dije en broma- ¿me vas a dar una renacuajo?
El sin decirme nada sacó una de las que me gustaban y la puso en mi boca ya abierta, nos sonreímos y besé su frente. Cuando miré a Alejandra ya Silvia las dos nos miraban embobadas con una sonrisa.
-       ¿Cuándo viene Luís, Silvia?
-       ¿Quién es Luís?- preguntó mi peque.
-       Es su prometido- le expliqué.
-       Ahora para comer, aunque yo no se si podré siquiera comer.
-       Te va a salir genial- la ánimo Alejandra- Abi está segura que va a aprobar
-       Yo no estoy tan segura- puso cara de terror que me hizo reír.
-       Ya verás que si- le sonreí.
-       Bueno, yo me voy ya- dijo Alejandra mirando su reloj y luego a mi- tengo que hacer unos cuantos recados más y tenemos que llegar a comprarle el regalo al amigo de Víctor.
-       Está bien- le di un rápido beso- y tú- alcé a Víctor y lo cogí en mis brazos- pequeño renacuajo, pórtate bien en la casa de tu amigo y pásatelo muy bien- le di un beso en la frente y él a mi uno en la mejilla- nos vemos mañana- lo bajé al suelo y enseguida agarró la mano de su madre.
-       Nos vemos luego en casa- me dijo Alejandra con una sonrisa mientras se iba.
-       Hasta entonces- le dije yo con una sonrisa aún mayor si era posible.
-       ¿Te traigo una toalla para el charco de babas?- me dijo Silvia cuando mis dos amores se habían ido, yo sólo pude sonreír y negar con la cabeza. Fui hasta mi sillón y me senté- Víctor te adora, se ha pasado todo el rato que hemos estado en la cafetería diciéndome lo guay que es su mami- esas palabras me llenaban, saber que Víctor me quería y que estaba orgulloso de mi era lo máximo que podía pedir.

Seguimos cada una con nuestro trabajo y Antonio apareció una hora después. A la hora de comer, Luís, el prometido de Silvia, vino al despacho y por fin pude conocerlo. Comimos en la cafetería con la compañía de José, Santi y Esther. Silvia, la pobre, estaba de los nervios y apenas comió, Antonio, en cambio, estaba como si fuera un día cualquiera, con la mirada fija en su móvil y como si el mundo no fuera con él.
Las horas de después de la hora de comer pasaron muy lentas, y eso que no era yo quien se examinaba. Pero por fin llegó el momento.
El tribunal se haría en una de las salas pequeñas de exposiciones de la facultad. Primero entraría Silvia y luego sería el turno de Antonio. Estábamos en la puerta, Antonio, Antoñin, Silvia, Luís, José, Santi, y yo.
Los componentes del tribunal llegaron y saludaron a todos los presentes antes de entrar a la sala. Era la hora.
-       Cuando estés delante de ellos, respira hondo y deja que todo fluya, lo vas a hacer genial, no tengo duda de ello- Silvia asintió y suspiró pegando pequeños saltitos para eliminar la tensión- a por ellos.
Silvia echó un último vistazo a los presentes y entró. Yo me senté en uno de los bancos y suspiré, bien uno de dos…
El tiempo que duró su prueba se me hizo interminable pero al fin las puertas se abrieron. Silvia salió de la sala y se acercó a mí, yo me puse de pie al verla acercarse, estaba con las lágrimas saltadas. Cuando estuvo frente a mi me extendió la mano y yo hice lo mismo.
-       Doctora Silvia Ramiro, doctorada cum laude- casi antes de que terminara ya la tenía entre mis brazos. No era la primera vez que tenía becarios, pero esta vez estaba especialmente feliz por ella.
-       Enhorabuena Silvia, te dije que lo conseguirías- le dije entre mis brazos. Cuando nos separamos sus lágrimas ya caían libremente.
Enseguida todos acudieron a felicitar a Silvia a excepción de los Suárez que estaban esperando en la puerta.
En menos de cinco minutos llamaron a Antonio.
-       Mucha suerte Antonio, hazlo lo mejor que puedas- el payaso apenas me miró, llevaba una sonrisa triunfante, a lo mejor su padre había sobornado a todo el tribunal y por eso estaba tan confiado, esperaba que no ya que creía en la neutralidad de los doctores presentes.
Todos nos sentamos a esperar a Antonio mientras que su padre andaba de un lado a otro como un león enjaulado, hecho que me indicó que él no estaba tan seguro de que su hijo iba a ser apto.
La espera se hizo igual de larga que la de Silvia pero esta vez, cuando las puertas se abrieron, no trajeron la misma alegría. Antonio salió con el ceño fruncido y sin apenas mirar a nadie. Yo me levanté para acercarme a él y que me dijera su resultado pero él me ignoró y tan sólo se dirigió a su padre para decirle un “vamos”. Ninguno de los dos se despidió, tan sólo se fueron.
Entré a la sala para saber qué había pasado y allí me explicaron que Antonio no había llegado al mínimo y su resultado era no apto.
Salí y le expliqué a los chicos que había pasado y, aunque Antonio no había aprobado, Silvia merecía que disfrutamos con la tradición y fuéramos a la cafetería a celebrar su doctorado.
Ya era bastante tarde y apenas quedaba gente en la facultad por lo que teníamos la cafetería para nosotros solos. Me acerqué a la barra y pedí cinco cervezas, cogí los cinco botellines y los llevé a la mesa donde se habían sentado.
-       Por Silvia, claro ejemplo de que un gran esfuerzo tiene un gran resultado- dije al brindar en su honor.
-       Y ya que estamos, por su beca de investigación- siguió José- al ser la única que ha aprobado ella tendrá la beca- los ojos de Silvia se abrieron de sorpresa.
-       ¿En serio?- dijo incrédula.
-       Claro hija- dijo José riendo.
Y Silvia volvió a llorar de emoción. Luís la abrazó y le besó la frente.
-       Este año va a estar lleno de emociones para los dos- le dio un pequeño beso.
-       ¿Y eso?- le preguntó Santi.
-       Llevamos dos años prometidos- explicó Silvia- Luís me pidió matrimonio pero decidimos esperar hasta que yo terminara y él se estabilizara en la empresa en la que trabaja, y ya solo quedaba yo así que este próximo año nos casaremos.
-       ¡Eso se merece otra cerveza!- Santi se levantó a por otra ronda.
Seguimos disfrutando de las cervezas y luego, después de un rato, se nos unió Esther. Lo estábamos pasando genial, hasta que, no se de donde, apareció Antonio.
Cuando llegó al lado nuestro el buen rollo se acabó.
-       ¿Qué pasa?- dijo cuando estuvo al lado nuestra. En seguida vino el tufo a alcohol. Aunque no hacía falta olerlo ya que se tambaleaba- yo también quiero celebrar, aunque mi amada tutora me haya suspendido.
-       Yo no te he suspendido Antonio, lo has hecho tú mismo.
-       ¡Y una mierda!- me gritó y sin esperar respuesta se fue hacia la barra.
Pidió una cerveza y, aunque al principio la camarera no se la quiso dar, acabó cediendo. Empinó el botellín y se lo bebió casi de un trago.
-       Ve poniéndome otra preciosa, ¿no tendrás nada más fuerte no?- la chica, atemorizada, negó con la cabeza- no pasa nada, si quieres podemos irnos a mi piso, allí tengo de todo- le dijo inclinándose en la barra, era penoso.
La chica estaba muy incómoda así que me levanté para pararlo.
-       Oye Antonio, será mejor que te vayas a casa, estás muy borracho, te llamaré a un taxi.
-       Déjame en paz, yo lo único que quiero es celebrar el doctorado de Silvia- dijo con sarcasmo- hoy te echará un buen polvo en agradecimiento ¿no?
-       ¡Por Dios! ¡No digas tonterías!- le dije seria- Sé maduro por una vez en tu vida y admite tu fracaso, ella no tiene ninguna culpa y ten un poco de respeto y educación.
-       ¡No! ¡La única que tiene la culpa aquí eres tú!- esta conversación no iba a llegar a ningún lado… conté hasta diez para relajarme.
-       Vete a casa Antonio- le di la espalda para volver a la mesa y terminar con la conversación cosa que hizo que se enfureciera aún más.
-       ¡Eres una zorra!- hice oídos sordos a su insulto. Santi hizo el amago de levantarse pero le negué con la cabeza y volvió a su posición- eso es lo que eres, una puta envidiosa, te has vengado de mi suspendiéndome porque me follé a tu novia- fingió una risa- si Abigail, me follé a tu novia hasta que me harté, y cuando me cansé de que me la chupara yo…-no lo dejé terminar, en cuanto nombró a Alejandra apenas me pude contener pero con esas palabras… me volví contra él y le asesté un puñetazo con todas mis fuerzas, el hijo de puta cayó al suelo y yo me tiré encima suyo para seguir golpeándolo con todas mis fuerzas hasta que, al tercer puñetazo, mi cuerpo se alzó, aunque luché contra los brazos que sujetaban, fue imposible. Miré hacia los lados para ver que eran Santi y Luís los que me agarraban. Yo no había escuchado los gritos de Silvia ni de los demás presentes hasta ahora. Parecía como si recobrara la consciencia y me diese cuenta en ese instante de lo que estaba pasando. Antonio seguía en el suelo tocándose la cara ensangrentada con las manos temblorosas.
-       ¡Estás acabada Abigail! ¡Acabaré con tu carrera y con tu vida! ¡Haré que te hundas en la mierda!- lo escuché gritar mientras que Luís y Santi me alejaban.




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19 comentarios:

  1. Hola Xiion

    Muy buen capítulo, vamos a ver con que sale el chillón de Antonio, espero no le de muchos problemas a Abi y desaparezca de sus vidas. Liliana

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  2. El capítulo estuvo bien pero no me llegó, se sabe que no todo debe de ser miel sobre ojuela, pero no lo encontre tan wayssss pero nada a esperar al próximo esperando que no tardes tanto BESOS

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  3. Xiion increíble capitulo,espero que el tarado de Antoñin no haga una estupidez,enserio me encanta tu historia sigue así y bueno valió la pena la espera :D besos como siempre desde Argentina y un gran abrazo.


    by:Lourdes Avalos

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  4. ESE ANTOÑITO ES UN DESGRACIADO Y POCO HOMBRE COMO SE ATREVE A DECIR SEMEJANTE COSAS DE UNA MUJER, ASH QUE ENOJO ME DIO, QUE BUENO QUE ABBY SE LO GANÓ DE LO LINDO, AUNQUE ESE ARRANQUE LE VA A TRAER CONSECUENCIAS, PERO VA SALIR BIEN LIBRADA CON LA GRABACIÓN Y EL APOYO DE SUS COMPAÑEROS YA VERÁN, BUENO ESO CREO

    PD XIION, HERMOSA NO TARDES EN SUBIR EL PRÓXIMO CAPÍTULO POR FAVOR

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  5. Al fin!!!....bueno luego de tanto tiempo fue un balde de agua fría este capítulo ya que veníamos nadando sobre miel por asi decirlo. Me parece que Abigail es una persona bastante inteligente y a pesar de haber perdido sus nervios tiene su AS bajo la manga, si mal no recuerdo hizo un llamado misterioso cuando se le declaro enemigo Antonio hace tiempo atrás. De todas formas gracias por compartir tu talento. Saludos desde Argentina

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  6. Buen cap si sabes puedes tomarte tu tiempo para escribir pero no tanto xfavol

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  7. El palpito que le dio a Abigail eran los tres punetazos que le metio al malviviente de Antonio.Ahora hay que ver las represalias...Abi quiere dar el proximo paso y comprar una casa para todos.Yo estoy prendada del renacuajo.

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  8. Que bien que estés de vuelta ,debe de ser la esperaba del capítulo q se me hizo muy corto.
    Esperó q no le pase nada a abi y que el gili de Antonio no se salga con la suya

    M.S( galicia)

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  9. Un gran capitulo, lleno de tantas emociones .. los Suárez son unos desgraciados.Esperemos que Antonio Jr tenga su merecido y no quiera arruinarle la vida a Aby, si lo intenta hacer el que saldrá perdiendo es él... Fuera de eso me gusta el gran paso que va a dar nuestra parejita ...

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  10. Xiion escribes tan bonito, soy tu fan <3
    Gracias por regalarnos esta historia.

    Saludos.

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  11. Hola xiion me gusto mucho este cap.es de lomas emocionante en verdad.enserio escribes fenomenal
    El curso de la pareja mefacina asi desearia terminaran todas las historias .creo aveces hay pro y contras.pero nada espero con emocion el siguiente cap.dios te cuide.

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  12. Uffff que capítulo madre mía ese Antonio es un hijo de la gran madre que lo pario flojo hijo de su padre y poco hombre y un fracasado pero por sus propios méritos y mas encima culpas a los demás de flojera de us vivir sin pensar que para ser alguien en la vida no tiene que esperar que los demás le pavimenten el camino ni que su padre soborné al resto para ayudarlo cuando el solito se farreó su futuro un lugar en la vida vergonzoso lo que iso culpar a Abigail de su fracaso y arruinar la celebración de Silvia poco hombre sacar lo que ocurrió entre el y Alejandra
    eso no es tener argumentos para enfrentar su fracasó Creó que cualquiera que estuviera en el lugar de Abigail habrían echo lo mismo sacarle la mierda a golpes sin importar nada se lo merecía Bien por Abigail ella defendió el honor de su mujer que ahi no tenia nada que ver porque el único que tiene que asumir las consecuencias de su fracaso es Antonio pero como es un mal criado un hijo de comodo flojo que todo se lo han dado en bandeja no iso ningún esfuerzo creería que porque su padre es el director lo hiba a tener fácil el muy hijo de la gran madre Xiion gran capítulo Que tengas un excelente año 2016 junto a tu familia ojala que Abigail no le traiga una mala pasada por ese idiota saludos desde Chile

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  13. Uhh como se puso ese Antonio un boludo total, y ah esperar la conti
    saludos desd Arg.

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  14. Nos vemos con el proximo capitulo en el 2017 byee...

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  15. me encanta tu historia, eres una buena escritora, lo que escribes lo siento y lo disfruto, por fa no demores con el siguiente capitulo me tienes en ascuas, saludos desde Colombia

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  16. Amiga por fa continua que nos tienes en suspenso..

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