Capítulo 19
ALEJANDRA
Estuve todo el día con mis compañeros estudiando y resolviéndonos
dudas los unos a los otros, pero la verdad es que apenas me pude concentrar. Me
pasé todo el rato pensando en Abi, recordando cada momento que pasamos, cada
beso que me dio, cada caricia. El vello se me erizaba al recordarlo y notaba
como un calor se alojaba en mi sexo. No hacía mas que suspirar y sonreír, tanta
era mi felicidad que hasta Andrés lo notó y me preguntó que quién era el
afortunado. Yo me hice la loca y le dije que eran cosas suyas. Después de eso
intenté disimular pero me era imposible ocultar mi sonrisa.
Por desgracia no vi en todo el día a Abi, no sé dónde se metió, no
estaba ni por los pasillos ni por la cafetería, nada. Al final me tuve que ir a
trabajar y no me dio tiempo de pasarme por su despacho.
Para mi suerte solo trabajaría hasta las siete ya que mi jefa, en
la temporada de exámenes, me dejó irme antes para así poder estudiar por la
noche y no estar muy cansada.
Así que cuando terminé, me fui en bus para casa. Al llegar saludé
a Víctor y a mi madre e ignoré sus miles de preguntas sobre Abi para encerrarme
en el cuarto de baño y, después de una ducha rápida, meterme en mi cuarto y
estudiar hasta que el cansancio me pudiera.
Llevaba como dos horas estudiando. Por fin había conseguido
concentrarme y la verdad es que llevaba bastante bien el examen del día
siguiente. Aparte de este me quedaban otros tres mas, pero este especialmente
lo llevaba bien así que planeé repasarlo todo y luego antes, de dormir, cenaría
y me acostaría pronto para descansar todo lo posible.
Estaba dándole vueltas a un ejercicio cuando escuché el timbre
sonar y dos segundos después la voz de mi niño gritando “Abi” ¿Abi? Salté enseguida de mi escritorio y
salí con mi pijama de ositos para encontrarme a Abi con Víctor cargado a sus
espaldas.
-
Ey-
dijo al verme con una preciosa sonrisa
-
Ey- le repetí. Llevaba la ropa de esta mañana por lo que
posiblemente no había pasado siquiera por casa.
-
Tu madre me mandó esta tarde un mensaje invitándome a cenar
y no me he podido resistir- me dijo con una sonrisa. Parecía cansada pero su
belleza no se había alterado ni un ápice.
-
Oh genial- aún estaba intentando reaccionar ya que no la
esperaba, aparte de que me había quedado eclipsada por su sonrisa- yo estaba
estudiando- por favor Alejandra,
reacciona- pero os acompañaré- por fin mi cuerpo se movió y se acercó hasta
ella para darle un beso en la mejilla, mi peque se rio y me dijo que también
quería uno, así que le di un sonoro beso en la mejilla.
Nos acercamos los tres a la cocina
para ver qué estaba preparando mi madre y para que Abi guardara en el frigo el
postre que había comprado, después ella y mi pequeño se fueron a jugar al salón
y yo me quedé con mi madre con la escusa de ayudarla.
-
¿Por qué no me has dicho que habías invitado a Abi?
-
¿Y tú no tenías otro pijama mas infantil que ponerte?
-
Tal vez si me hubieses dicho que venía me hubiese puesto
otra cosa, pero de todas formas da igual, ya me a visto vestida así.
-
La he invitado porque...
-
¿Porque te querías enterar de todo?- la corté acusándola de
cotilla.
-
Noo, no es eso, solo quería volver a pasar un rato con ella
como antes y Víctor me lo ha dicho esta tarde cuando estábamos en el parque,
así que he aprovechado- me puso cara de inocente, como si no supiera que es para atosigarla a preguntas...- ya que
estás aquí, anda, ayúdame a trocear estos pimientos- y ahí me pilló mi madre
para ayudarla a terminar la cena.
Cinco minutos después, cuando casi
todo estaba preparado, llamé a Víctor y a Abigail para que pusieran la mesa y
ellos, muy obedientes, vinieron para coger de la cocina todo lo necesario, ella
venía con una sonrisa y yo no pude evitar quedarme embobada mirándola, aún no
me podía creer lo que ella podía causar en mi ya que nadie lo había conseguido
hasta ahora. Mi cuerpo se convertía en un flan al estar cerca de ella y con tan
solo un leve roce de su cuerpo con el mío notaba como mis piernas fallaban y un
pequeño escalofrío recorría todo mi cuerpo.
Mi madre y yo terminamos la cena y
la llevamos hasta la mesa donde ya nos esperaban sentados Víctor y Abi que no
paraban de hablar de las ganas que tenían de estrenar el coche tele-dirigido.
Servimos la cena y los cuatro cenamos mientras hablábamos de lo que habíamos
hecho ese día. Abi nos contó que se había pasado todo el día corrigiendo
exámenes y que no había salido de su despacho ni para comer ya que tenía
muchísimos que corregir, no solo de las asignaturas que ella daba sino que
tenía que evaluar trabajos y exámenes de cursillos y seminarios que impartía la
universidad. Según sus cálculos terminaría, mas o menos, para el último día del
periodo de exámenes por lo que tendría después algunos días de descanso al
igual que los alumnos. Yo le conté lo que había hecho ese día y que luego
seguiría estudiando ya que al día siguiente me tocaba justo el examen de la
asignatura que daba Santi, me arrepentí de decirle eso en seguida ya que ella
no había caído en ello y dijo que nada mas cenar se iría. Yo le pedí que no se
marchara tan pronto y le dije que su visita me serviría para despejarme un rato
y ella al final cedió a quedarse un rato mas, pero no todo el que ella tenía
pensado. Al terminar la cena, Abi se acercó hasta la cocina para traer el
postre que nos había comprado, eran los pasteles que hace unos meses le había
dicho mi hijo que nos gustaban, trajo exactamente los que le gustaban a cada
uno, siempre tan detallista, lo tiene
todo...
No los comimos y, después de
recoger la mesa, nos sentamos todos a ver un rato la tele. Nos sentamos como
siempre, mi madre en el sillón y Abi y yo, en el sofá con nuestro renacuajo
encima nuestra. Los dos no paraban de decir tonterías de la película que
estábamos viendo y se reían y yo me derretía al ver esa bonita estampa, me
encantaba que se llevasen tan bien, era como un gran plus a todo lo que sentía
por ella. La verdad es que me moría de ganas por decírselo a Víctor y no tener
que disimular con él ni con nadie, pero me quería esperar ya que tenía, en
realidad, un poco de miedo por si su relación con Abi cambiaba ya que, cuando
yo había quedado con algún hombre, él siempre se había puesto a la defensiva.
Él mismo me había dicho que quería que Abi fuera su mamá pero tenía miedo de
que reaccionara mal cuando eso se hiciera realidad.
Pasada media hora, mi madre le dijo
a Víctor que era hora de dormir y él aprovechó que Abi estaba allí para decirle
que lo llevase a caballito a la cama y lo acostase. Ella lo cargó y se acercó
hasta mi madre para que Víctor le diera un beso y luego a mi, le di un montón
de besos seguidos y le deseé buenas noches. Ella lo llevó a su cuarto y nada
mas entrar a la habitación mi madre me miró con una gran sonrisa.
-
¿Qué?- le dije sabiendo que su sonrisa era como una
petición para poder preguntarle a Abi todo lo que le rondaba su cabeza.
-
Nada- me dijo con una sonrisa inocente, sabía que en cuanto
apareciese Abi por la puerta comenzaría la santa inquisición.
Unos minutos después, Abi apareció
pero no se sentó.
-
Bueno...Es hora de que me vaya y te deje estudiar
tranquila.
-
¿Ya?- le dijo mi madre sorprendida, le había chafado el
plan.
-
Sí Victoria, tu hija tiene un examen mañana y la verdad es
que yo estoy destrozada y necesito dormir largo y tendido- se sonrieron las
dos. Abi se acercó y le dio dos besos- si tengo mañana un rato libre vengo por
la tarde para un café y así hablamos un rato, ¿te apetece?- a mi madre se le
iluminó la cara, parecía que Abi le había leído el pensamiento.
-
Claro, aquí estaré
-
Perfecto, buenas noches Victoria.
-
Que descanses Abigail.
La acompañé a la puerta y, nada mas
cerrarla, me abalancé a sus brazos y la besé. Lo había deseado todo el día y,
desde que la vi entrar por la puerta, había estado luchando conmigo misma para
no lanzarme a sus brazos. Rozar sus labios era como salir
respirar después de haberte sumergido en el mar. Me separé de ella y apoyé mi
frente en la suya.
-
No sabes cuántas veces he pensando en
besarte hoy- pude ver como se dibujaba una media sonrisa en su rostro.
-
No mas que yo preciosa- yo tampoco
pude evitar sonreír... preciosa... cómo
una sola palabra puede hacerte sentir tanto según la persona que te lo diga... Cuando
ella me decía preciosa sentía un cosquilleo en la barriga y una gran felicidad.
Que me dijera preciosa siendo ella la
mujer mas bella del mundo me parecía surrealista- hoy me ha costado
horrores concentrarme y todo por tu culpa.
-
¿Por qué?- me separé un poco.
-
Porque no te he podido sacar de mi
mente, no dejaba de recordarte en mi cama, rozando mi cuerpo- ella se había
acercado y había empezado a decirme todo eso al oído. Sus palabras y su aliento
en mi lóbulo estaban haciendo que me excitara- y gimiendo mientras decías mi
nombre- pasó su lengua por mi oreja haciendo que suspirara- esta noche te
echaré mucho de menos preciosa...muchísimo, me vuelves loca- su voz sensual si que me estaba volviendo
loca a mi.
-
Y yo a ti...
-
Es mejor que me vaya- se separó
lentamente- o no podré aguantar las ganas ...- me mordí el labio, era la imagen
mas jodidamente sexy del mundo- además mañana será otro día largo con otra gran
montaña de exámenes por corregir.
-
¿Has corregido ya mi examen?- le dije
en broma aunque me arrepentí al segundo de decirlo ya que se pudo seria. La
verdad es que me daba igual la nota, yo sabía que estaba aprobado, al menos con
la mínima nota, pero no quería hacerla creer que quería aprovecharme de nuestra
nueva relación para obtener una nota mas alta.
-
Sabes que no puedo hablarte de eso...
pero sí, los exámenes de tu grupo ya están todos corregidos.
-
Lo siento Abi, yo...
-
La verdad es que tenía que hablarte
sobre ese tema- me cortó aún seria- sabes que yo tengo terminantemente
prohibido salir con mis alumnas- tuve que poner una cara de terror tremenda ya
que enseguida siguió hablando- no me malinterpretes,te quiero y quiero seguir
con esta relación, pero hasta que no terminen los exámenes, empiece el siguiente
cuatrimestre y yo ya no sea tu profesora, no podremos decirlo y tendremos que
ser cuidadosas, solo son dos semanas.
-
¿Tan grave es eso?- no sabía que fuera
una regla tan importante.
-
Si... si se enteran que tú y yo
tenemos una relación, sería conflicto de intereses y podrían echarme. Pero te
prometo que solo serán unas semanas- yo le asentí insistentemente.
-
No te preocupes cariño, te comprendo,
además sabes que por mi parte me hacía falta un poco de tiempo para ya
sabes...- ella me asintió- pero aunque no necesitara ese tiempo, por ti
esperaría toda mi vida- la besé.
-
Que bien suenan esas palabras en tus
labios- me besó con mas profundidad haciendo que nuestras lenguas se volvieran
a encontrar. Segundos después nos separamos para poder respirar ya que nos estábamos
agitando demasiado- será mejor que me vaya, que tengas mucha suerte mañana- me
besó- Buenas noches preciosa- me volvió a dar un último beso antes de irse.
-
Buenas noches, cariño- enseguida se
volvió, y agarrándome de la cintura, me atrajo hasta ella para besarme, ya si,
por ultima vez y alejarse de mi con una gran sonrisa.
Yo me quedé
mirando hasta que se perdió de mi vista, entré a casa y al cerrar un gran
suspiro salió de boca. Era tan maravillosa. Mi madre me observaba desde el
salón sonriendo. Le dije que volvía a estudiar y me encerré en mi cuarto
dejándola con las ganas de saber. Me senté delante de mi montaña de apuntes y
retomé donde lo había dejando, venga Ale,
intenta concentrarte, aunque te sea imposible...
ABIGAIL
Me tiré toda
la santa tarde corrigiendo trabajos, estaba indignada, me habían dado todo este
trabajo justo ese día a media mañana, con
todos los exámenes que me quedaban por corregir... menos mal que tenía a
Silvia para ayudarme. Gracias a ella pude corregir unos cuarenta trabajos esa
tarde. Antonio, por otro lado, no había aparecido en toda la temporada de
exámenes, pero técnicamente, la asistencia era voluntaria, por eso intentaría
no tenerselo en cuenta.
A media tarde,
recibí un mensaje de texto de Victoria invitándome a cenar y me alegré
muchísimo ya que me serviría para distraerme por un rato. No había salido ni
para comer y poder disfrutar de Víctor y de Alejandra era una gran recompensa
para este largo día de trabajo.
Cuando terminé
todo, Silvia y yo recogimos el despacho y nos despedimos yéndonos cada una a
nuestro destino, ella con su prometido y yo a casa de Víctor. No pasé ni por
casa para cambiarme o ducharme, no quise perder ni un minuto para estar con
ellos, tan solo paré de camino para comprarles un dulce para consentirlos a los
tres.
Al tocar me
abrió mi pequeñajo colgándose a mi como si de un pequeño mono se tratase, yo lo
cargué bien en mi espalda y justo en ese momento apareció mi chica de su
habitación. Era una imagen tan tierna, con su pijama rosa de ositos y su moño
con un boli atravesado, estaba preciosa
de cualquier manera...
Nos saludamos
y fuimos a saludar a Victoria. Ella se quedó con su madre y yo me fui a jugar
con Víctor mientras ellas preparaban la cena. Estaba muy cansada pero podría
sacar la energía de donde fuera por tal de verlo reírse como lo hacía conmigo.
Un ratito
después, ya estábamos cenando. Disfrutaba tanto de su compañía, esos pequeños
ratos juntos para mi eran únicos. Los quería cada día mas.
Estuvimos un
rato, después de la cena, sentados viendo la televisión. Yo era feliz tan solo
con eso, ya me imaginaba pasar el resto de mis noches de esa manera. Ya no me
hacía falta fiestas, ni mujeres, ni alcohol, solo con ellos tenía bastante.
Aunque no me
quería ir, me obligué a hacerlo ya que Alejandra tenía sus obligaciones y eso
era lo primero. Acosté a Víctor, me despedí de Victoria prometiéndole hacerle
un hueco al día siguiente y me fui hasta la puerta con Alejandra. En esa
pequeña intimidad que tuvimos le intenté demostrar lo que la había echado de
menos ese día y lo que la echaría de menos esa noche. A regañadientes me
despedí de ella y me fui a casa. Al llegar, solté mi maletín en el sofá y me
fui desvistiendo hasta llegar a la cama y tumbarme. Me arropé con las sabanas
con las que la noche anterior había arropado a Alejandra y hundí mi cara en la
almohada buscando su olor en ella y ahí estaba, tan dulce y delicioso. Esa
noche, aunque estaba agotada, se me haría duro dormir sin ella, sin poder
abrazarla, sin poder sentirla. Me abracé a la almohada y aspiré mas
profundamente quedándome así hasta que el sueño me venció.
Me desperté
sobresaltada por la alarma del teléfono, joder
tengo que cambiar el sonido de la alarma o moriré por un ataque al corazón...
Me levanté
para prepararme para otro día agotador siguiendo mi rutina de todas las mañanas
aunque esa llevaba una gran sonrisa en la cara. Al revisar mi teléfono esa
mañana me encontré un mensajito de mi chica dándome los buenos días y
diciéndome que me había echado de menos por la noche, ¿cómo esas simples
palabras podían hacer a una persona tan feliz? Ni yo me lo explicaba, eran unos
sentimientos tan fuertes y nuevos para mi, aunque yo no me asustaría ni me
echaría atrás, daría todo de mi en esta
relación.
Fui para clase
en autobús pero,desgraciadamente, Alejandra no iba en el.
Llegué al
despacho, y saludé a Silvia que, como siempre, ya estaba allí, solté mis cosas
y me fui para la primera aula donde ayudaría a mis compañeros a controlar a los
chicos. Justo la primera que tenía era la de Santi y el examen que tenía
Alejandra. Cuando llegué al pasillo, Santi ya estaba hablando con la conserje.
Los saludé a ambos y ya los dos nos fuimos a clase. Al llegar ya estaban todos
preparados y entre ellos, mi chica que, nada mas verme, me brindó una bonita sonrisa
que me serviría para aguantar todo el día. Unos minutos después, cada alumno
tenía ya su examen. Santi explicó las normas y dio comienzo al examen. Él
vigilaba la parte en la que estaba Alejandra y yo la otra para así no
distraerla, aunque fue imposible no distraerlos a todos ya que apenas habían
pasado quince minutos de examen y ya había pillado a dos chicos con chuletas
para copiarse. No sé como se arriesgaban a eso, aparte de la vergüenza de
sacarlos del examen delante de todos sus compañeros se arriesgaban a no aprobar
la asignatura en todo el curso o incluso que los echaran de la universidad.
Después de eso todo fue bien, no hubo nadie que se quisiera copiar o al menos
que nosotros dos lo viéramos. Transcurrida una hora del examen la gente ya se iba
levantando y empezaban a quedar solo los que realmente sabían qué es lo que
estaban haciendo y me alegré al ver que mi chica era una de ellos.
Santi y yo
estábamos al frente de la clase hablando en voz baja para que no nos escucharan
y sobretodo para no molestarnos. Mi amigo me estaba comentando que uno de los
ejercicios que había puesto en el examen les estaba costando mas a los alumnos
ya que no paraban de preguntarle cuando me fijé que Alejandra nos miraba
fijamente con una sonrisa. Yo intenté disimular mi sonrisa y me acerqué hasta
ella.
-
Señorita Hidalgo, ¿tiene alguna
duda?-le dije al pararme al lado de ella e inclinarme para hablarle en voz
baja- parece usted un tanto distraída- ella me miraba con una gran sonrisa
aunque podía ver en sus ojos algo mas, algo parecido al deseo y eso me
encendía.
-
Tengo un pequeña duda profesora,
¿puede acercarse?- Me incliné mas para fijarme en el punto donde señalaba su
bolígrafo quedando mi cabeza a la altura de la suya. Ella aprovechó para
susurrarme al oído- ¿cómo puede usted ser tan jodidamente sexy? No puedo
concentrarme...solo puedo mirar sus piernas y el culo que le hace esa falda- su
voz era tan sensual que sentí una pequeña punzada mi coño. Alcé mi cabeza y
pude ver que ya no había ningún compañero cerca que nos pudiera escuchar.
-
Ya habrá tiempo para eso señorita
Hidalgo, por ahora es mejor que se concentre en el examen y en otro momento
podrá verlo sin ninguna tela que le moleste- rocé por un segundo su brazo antes
de irme y volver con Santi que me miraba con una gran sonrisa- esa mujer me va
a volver loca- dije negando con la cabeza.
-
Ya te tiene y mucho
Seguimos hablando y pude comprobar que mi
chica se centró en el examen. A terminarlo, se lo entregó a Santi con una
sonrisa y salió de la clase. Me entraron unas ganas inmensas de ir tras ella,
pero mis obligaciones no habían terminado, no, aún me quedaban dos pruebas por
vigilar y, luego, corregir exámenes hasta que mis horas de tutorías terminaran
para poder irme a casa.
Eran las cinco cuando decidí marcharme e ir
hasta la casa de Victoria. Mi peque no estaba, había ido a casa de un compañero
de clase, así que pudimos aprovechar para hablar un rato a solas. Le conté todo
lo que quiso saber, cuando acepté que sentía algo por Alejandra, el
malentendido, mis firmes intenciones con su hija y su nieto, todo, salvando
obviamente, la parte sexual aunque ella lo intentó preguntándome y haciendo que
me pusiera roja como un tomate, esta mujer es una fuera de serie... Por
su cara pude notar que había quedado complacida con todas mis respuestas por lo
que pude soltar el aire que había estado reteniendo. Al principio me sorprendió
mucho su buena reacción, creí que al ser una mujer mayor no se lo tomaría bien
pero fue todo lo contrario y eso me hizo inmensamente feliz.
Las horas se nos pasaron en seguida, no me
percaté de qué hora era hasta que escuchamos la puerta principal abrirse.
-
Mamá ya estamos en casa- dijo mi chica
con una voz cantarina, enseguida pude escuchar a mi torbellino venir corriendo.
-
Abiii- nada mas verme, y aprovechando
el impulso que traía al venir corriendo, se tiró encima mía- No sabía que
venías.
-
Ey campeón, ten cuidado o nos matarás
a los dos con la escayola- le dije riendo-¿Cuándo te quitan ese chisme?
-
El lunes que viene, ¿no es genial Abi?
Podremos ir al parque con el coche y encima no tendré esta cosa que pesa tanto-
me reí.
-
Claro que sí peque- en ese mismo
momento Alejandra apareció por la puerta con su ropa de trabajo, no pude evitar
quedarme pillada al verla, solo me faltaba babear.
-
Cariño ya te he dicho mil veces que
tengas cuidado, ami ayer casi me da en la cara, estaremos todos mas seguros
cuando se la quiten- nos reímos. Ella, con toda la naturalidad del mundo, se
acercó a mi y me dio un beso en la mejilla- ¿qué hacéis?- se sentó a mi lado.
-
Nada- le dijo su madre con una gran
sonrisa y ella le lanzó una mirada acusatoria pero divertida.
-
Solo hemos tomado un café y hemos
charlado un rato- le contesté.
-
Exacto, estábamos tan entretenidas que
se nos pasó la tarde en nada. No hace falta decir que te quedas a cenar- fue
mas una orden que una pregunta.
-
Por supuesto.
-
Genial- me sonrió Alejandra- Yo voy a
darme una ducha- Qué te haría yo si estuviera en esa ducha... Abigail, por
favor, ¿podrías no tener esos pensamientos lascivos delante de su madre y su hijo?
Tuve que tomarme unos segundos para poder contestar.
-
¿Hoy tienes que estudiar? No quiero
que porque yo esté aquí dejes de hacerlo.
-
No
-
Si, me dijo esta mañana que si tenía
que estudiar- Dijo su madre, la miré y ella me miraba con cara de inocente, yo
quería pasar todo este rato con ella pero si no se podía, no se podía y no
había mas que hablar.
-
Vamos a hacer una cosa, dúchate y
ponte a estudiar, mientras tanto Víctor, tu madre y yo, haremos la cena ¿Te
parece?- ella puso cara de pena pero yo me mantuve firme aunque por dentro me
derretía.
-
Esta bien- dijo derrotada
Alejandra, después de ducharse, se metió en
su habitación y nosotros nos quedamos un rato mas en el salón hasta que la hora
de la cena se acercó. Jugué un rato con Víctor a la consola hasta que mi
suegra, dios, se me hace raro decir esa palabra, creo que es la primera vez
que pienso en alguien como mi suegra, bueno, hasta que mi suegra nos dijo
que fuésemos a hacer la cena.
Cada uno hicimos una cosa. Victoria preparaba
la lasaña mientras que mi torbellino y yo preparamos un poco de ensalada, él
lavaba la verdura y yo la picaba. Cuando ya la tuvimos terminada, cosa que nos
llevó mas tiempo del necesario ya que no parábamos de hacer el tonto y de hacer
reír a Victoria, nos encargamos los dos de poner la mesa con todo lo necesario
y, cuando ya estuvo todo listo para comer fuimos a avisar a su madre. Abrimos
la puerta y ella estaba concentrada en su manual de matemáticas aplicadas a la
economía y rodeada de un montón de hojas que llegaban hasta el suelo. Estaba
tan concentrada que cuando la llamamos se asustó y se puso la mano en el pecho.
-
Venga mami, es la hora de cenar- le
dijo su hijo riéndose.
-
Ya voy cariño, dame solo unos minutos
para que termine este ejercicio.
-
Está bieen- dijo el peque a regañadientes
yéndose para el salón. Yo aproveché, cerré la puerta y me acerqué, no aguantaba
ni un segundo mas.
-
Tal vez la señorita Hidalgo necesite
la ayuda de una doctora en economía- desde atrás, pasé mis brazos entre su
cuello estrechándola en un abrazo.
-
La verdad es que si, llevo como un
cuarto de hora sin saber como seguir- se notaba que estaba un poco frustrada.
-
A ver qué tenemos aquí...- me separé
de ella y me agaché a su lado para ver un folio lleno de tachones y
correcciones. Enseguida vi el fallo, se lo expliqué y ella lo entendió
enseguida.
-
Muchas gracias cariño- me agarró de la
cara y me besó, había echado tanto de menos sus labios que me hubiese tirado el
resto de la noche besándolos.
-
De nada preciosa, si por cada
ejercicio que te resuelva me vas a recompensar así te resuelvo el manual
entero- entre sonrisas nos volvimos a besar. Fue un beso lleno de cariño, en
ese momento no había cabida para el deseo, no era el momento.
Nos separamos
segundos después y decidimos salir para cenar antes de que el peque volviese a
por nostras. Nos sentamos a cenar y, como siempre, disfrutamos de una agradable
velada en la que Víctor nos contó qué había hecho esa tarde en casa de su
compañero de clase. Terminamos de cenar y nos sentamos a ver la tele aunque no
le hacíamos mucho caso ya que víctor insistió en sacar un juego de mesa para
jugar los cuatro.
Ya era la hora
de dormir para Víctor y Victoria se lo llevó para acostarlo así que yo
aproveché también para irme. Me despedí de los dos y mi chica me acompañó hasta
la puerta para poder despedirnos a gusto. No me quería despedir de ella, es
mas, quería llevármela a casa y no dejarla salir en, al menos, un par de días
pero no era posible, al menos no ahora aunque cuando ella terminara los
exámenes estaba bien claro que lo haría. Nada mas pensar en ello me excitaba de
sobremanera, tanto, que no pude evitar pegar mi entrepierna a la suya y ella,
al notarlo, sonrió.
-
Yo también me muero de ganas- me dijo
entre besos. Yo no pude evitarlo y la besé con mas ganas dándome igual si alguna
vecina inoportuna pasaba. Metí mi lengua buscando la suya y la agarré de la
cintura con mas fuerza para, si era posible, pegarla mas ami cuando, de
repente...
-
Mami no le he dicho a Abi que
mañana...- Oh, mierda, mierda, mierda... Víctor acababa de abrir la
puerta y se había quedado petrificado al vernos a su madre y a mi besándonos.
Yo me quedé helada, sus ojos estaban abiertos como platos y no articulaba
palabra, me estaba temiendo lo peor. Alejandra se separó de mi lentamente
mirando de la misma manera a su hijo hasta que pasó algo que no me habría
esperado nunca, su hijo empezó a chillar- SIIII, tomaaaaa, tomaaaaa,
biiieeeeen- Víctor había empezado a pegar saltos y Alejandra y yo nos mirábamos
incrédulas- ¡¡Abuuu veeen corre!!- Victoria ya venía asustada por el grito que
su nieto había pegado, lo que me extrañaba era que lo vecinos no hubiesen
salido de sus casas para ver que ocurría.
-
¿Qué pasa cariño?
-
Abuu, mami y Abi se gustan, se estaban
dando besos cuando he abierto la puerta, sii, abu que bieen- el pequeño se
acercó hasta las dos y nos abrazó. Las dos seguíamos sin articular palabra-
¡que bien! Mi deseo de cumpleaños se ha hecho realidad.
-
¿Qué deseo peque?- logré decir ya que
Alejandra estaba totalmente colorada y aún no decía nada.
-
Cuando soplé las velas en mi cumple
pedí con todas mis fuerzas que mi mami y tú se hicieran novias y lo conseguí-
el pequeño rebosaba felicidad.
-
Cariño no peques voces- le dijo
Victoria ya que el peque estaba tan eufórico que no paraba de gritar- anda
vamos a entrar un poco a casa, las dos debéis hablar con él- Alejandra asintió
aún callada y los cuatro entramos de nuevo al salón. Yo cogí a Víctor en mis
brazos ya que él se negaba a soltarse. Mi corazón iba a mil por hora, no me lo
podía creer, ni en mis mejores sueños habría imaginado esa reacción del peque.
Las cosas no podían estar saliendo mejor.
Victoria se
sentó en el sillón y los tres nos sentamos, como siempre, en el sofá. No había
ningún silencio ya que Víctor no había parado aún de hablar.
-
¿Sabes Abi? La abu y yo planeamos el
viaje al pueblo para que mi mami y tú os quedarais a solas y os hicierais
novias, yo estaba triste porque no había funcionado y porque tú te fuiste en
navidad pero al final funcionó, ¿no es genial?- no pudimos evitar reírnos.
-
Entonces... ¿estás feliz porque Abi y
yo seamos novias?- le dijo Alejandra con un poco de vergüenza.
-
Claro si mami, es lo que yo quería- él
se abrazó a nosotras dos- así Abi se podrá venir a vivir con nosotros y podré
jugar con ella todo el día y podrá ser mi ma...- se puso colorado- y podremos
jugar a la consola- yo me quedé pillada por lo que el peque estuvo apunto de
decir, por un segundo creí que iba a decir que quería que fuese su madre, no
puede ser...
-
Pero cariño- intervino Alejandra al
ver que yo no reaccionaba- acabamos de empezar a salir, lo de que todos vivamos
juntos no va a pasar tan pronto, tenemos que ir poco a poco.
-
¿Para que no os peleéis?
-
Claro mi amor.
-
Bueno, pero Abi se puede venir a cenar
todos los días y todo el rato que quiera a que si abu.
-
Por supuesto cariño, esta es su casa-
yo solo atiné a sonreírle- ya es hora de que te duermas, sino mañana te
dormirás en la escuela.
-
Joo está bieeen- dijo a regañadientes-
¿pero me puede llevar Abi a la cama?
-
Claro campeón- me puse de pie, él se
despidió de su madre con un abrazo y un beso y de su abuela de igual manera y
los dos nos fuimos para su habitación. Cuando los dos entramos el cerró la
puerta y se montó en la cama, yo lo arropé y le di un beso en la frente- me ha
hecho muy feliz que te guste que sea la novia de tu mami, ella tenía miedo de
que no quisieras- me senté en el filo de la cama.
-
¿Gustarme? Llevaba desde antes de mi
cumple queriendo que lo fueras, eres genial Abi y no quería otro novio feo y
tonto, solo te quería a ti- sus palabras me llenaban el alma y me emocionaban
tanto que lo abracé con fuerza.
-
Te quiero mucho Víctor.
-
Y yo a ti Abi- me apretó mas contra
él- oye Abi...
-
Si, peque- me separé de él para poder
mirarlo a la cara, parecía dudar si decirme algo o callárselo.
-
Yo...- comenzó a ponerse colorado otra
vez- yo, yo... yo quería saber- respiró hondo para intentar hablar de corrido-
yo quería saber cuándo te podré decir mamá- lo dijo con los ojos cerrados como
temiendo mi respuesta. A mi se me cayó el alma al suelo y unas lágrimas
recorrieron mis mejillas. Al ver que no respondía abrió uno de sus ojos y yo me
limpié corriendo mis lágrimas.
-
¿Tú me quieres decir mamá, peque?-
estaba luchando para que mi voz no se quebrase.
-
Si, bueno, yo...- parecía que le daba
vergüenza contármelo- verás, en mi clase hay un niño que tiene dos papás y como
yo solo tengo a mi mami pensé que si tú eras su novia tú podrías ser mi otra
mami y así tener dos mamis como ese niño que tiene dos papis- notaba como mi
labio inferior temblaba- y no sabía cuándo te podía decir mami- él peque miraba
hacía abajo avergonzado mientras jugaba con sus dedos y yo lo único que pude
hacer es abrazarlo con fuerza.
-
Cuando tú quieras, cariño. Si tú
quieres yo seré tu otra mamá. Cuando te apetezca decírmelo tú me lo dices y
cuando no me dices Abi- me limpié las lágrimas para poder mirarlo de nuevo. Al
separarnos él me miraba con una cara de plena felicidad- ahora descansa ¿vale
peque?
-
Vale, buenas noches mami- le di un
beso en la frente y lo tapé bien con la colcha y le quité las gafas.
-
Buenas noches cariño.
Al intentar
levantarme las piernas me temblaban. Como pude salí de la habitación y, nada
mas salir, me apoyé en la pared y rompí a llorar tapándome la cara con las
manos.
-
¿Qué pasa cariño?- Alejandra me había
visto salir y enseguida fue hasta mi. Al ver que no contestaba quitó mis manos
de mi cara para que la mirase- ¿Qué ocurre?- me dijo ya mas preocupada.
-
Tu hijo... quiere decirme mamá- le
dije totalmente emocionada, ella sonrió y se abrazó a mi y yo lloré en su
hombro- no me lo podía creer cuando me lo estaba diciendo.
-
Es normal cariño, te adora, desde el
principio te tiene una devoción enorme, siempre está hablando de ti. Nunca lo
había visto así con nadie, salvo con mi padre- se separó de mi para que viese
en sus ojos que todo lo que decía era verdad- te quiere Abi, te quiere
muchísimo.
-
Y yo a él preciosa- me dio un corto
beso en los labios y nos abrazamos.
Cuando logré
calmarme me fui a casa. No quería que perdiese mas tiempo de estudio por mi
culpa así que me despedí de Victoria y de Alejandra y me fui a casa. Al llegar
me quité la ropa y me desplomé en la cama. Había sido un día lleno de emociones
y muy agotador, pero la euforia y la emoción de todo lo ocurrido horas antes me
haría imposible conciliar el sueño.
Nota: ¡Hola
chicas! Siento, otra vez, la tardanza. La vida está llena de imprevistos que
hacen que los planes nunca salgan como una quiere y por eso he vuelto a tardar
mas en mandar este capítulo. Muchas gracias por vuestra paciencia y espero que
os haya gustado.
Este capítulo
va dedicado a todas las chicas que se han animado a mandarme un correo. Me hace
mucha ilusión saber que os gusta lo que escribo y me dais ánimos para seguir
escribiendo después de esta historia.
También le
quería dar las gracias a la administradora del blog ya que sin ella no
podríamos disfrutar de todas las historias que hay en el. Algunas veces nos
olvidamos de que el trabajo que hace es mucho mas importante del que hacemos
las que escribimos ya que si no fuera por ella esta historia y la que escribí antes
de esta nunca habrían visto la luz.
Un besito a
todas y uno especial para mi amor <3
Te amo 17!
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por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Me gusto el cap pero pasión desmedida entre ellas yaaaaaa!! ;) jajaja y el rollito profesora-alumna mola. A esperar con ganas el siguiente!! Gracias Xiion. Carmen
ResponderEliminarQue Capítulo mas emocionante y lleno de ternura y deja el alma feliz esta pareja ya esta firme solo basta que lo hagan publicó
ResponderEliminarExcelente capítulo y no importa la demora mientras nos emociónenos con Abi y Alejandra y por supuesto Victor que es de una ternura increíble es un niño maraviloso
Saludos desde Chile Xiion
Wauuu q emocion me encantan verlas juntas me encanta que sigas xiion con la historiaaa aunque no pensaba que estes de novia (carita triste )que seas feliz besos de ROSANA
ResponderEliminarque capitulo, muy pero muy padre, lleno de tantas emociones . Y prácticamente Abi ya tiene la bendición de todos...muchas cosas en familia de aquí en adelante .... Felicidades Xiion
ResponderEliminarEsta genial el capitulo , y el peque es un amor de niño , y el amor q se tienen ellas es muy bonito solo espero q en la uni no se enteren y no les pase nada
ResponderEliminarGracias xiion por esta historia y Espero el próximo
capitulo
M.S (galicia)
Xiion, tu publica cuando puedas yo personalmente estare pendiente de leerlo me alegras el dia cada vez que veo un nuevo capitulo pero se tambien q todo el mundo tiene una vida. Un beso
ResponderEliminarLa historia es casi casi tan bonitaa como la nuestra, pero la nuestra no se puede superar de ninguna manera... sabes q me encanta la historia pero mas me encantas tuu!! Te aamoooo mi amoorr
ResponderEliminarPrecioso capítulo. He estado unos días fuera y me ha encantado encontrarme la continuación de tu historia a la vuelta. Siempre me dejas con ganas de mas. Un abrazo
ResponderEliminarOhhhh...que pasa con el sig. Capitulo q no lo suben??😒...reviso a diario el blog para ver si ya ha sido publicado!...bss
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