Capítulo 86 1ª parte
Por el camino al laboratorio vemos ángeles lastimados, otros muertos y también de los caídos. La mano de Ari en mi cintura aprieta mi
costado porque conoce mis temores. No estaré tranquila hasta llegar y ver a
todas ellas bien.
No estamos lejos, pero el trayecto que nos
falta para llegar se me hace eterno. Porque quiero ver a mis hijas, a Luna, mis
amigas y las personas que quiero que están allí. Sé que al verlas y saber que
están bien y poder compartir un momento con mis niñas podre olvidarme de todo
esto que hemos visto y vivido, es difícil olvidarse pero lo único que quiero es
desconectar mi mente de este mundo que sé que un día mis hijas lo conocerán y
solo ruego y espero no pasen lo mismo.
Cada paso que doy los nervios y la preocupación
afloran más porque los cuerpos ahora son más lo que aparecen en nuestro camino,
Ari detiene su caminata y toma mi rostro en sus manos, nuestros ojos se
encuentran y ella me mira tratando de trasmitirme tranquilidad, con sus dedos
acaricia mi entrecejo.
- Ellas están bien – dice
sin dejar de acariciarme – sé que entre todas se habrán cuidado si es que
llegaron a entrar.
- Lo sé, pero de igual
forma tengo miedo. Ver esto y saber que
vinieron por ellas…
- Vuelvo a repetirte ellas
están bien.
Al decir esto besa mis labios y solo puedo
dejarme llevar por ella, por lo que me trasmite, por sus palabras de que tenga
confianza de que ellas están bien. Seguimos así unos minutos disfrutando de
estar juntas por fin, de que toda esta guerra ha terminado.
Suspiro en su beso y sé que ella no necesita
explicación del porqué ello, simplemente la amo y el que estemos juntas y vivas
después de todo lo que ha pasado en estas horas y la oportunidad que tenemos es
de cierta manera un alivio de no tener que vivir lo mismo.
Al llegar puedo ver a los que quedaron
cuidando el laboratorio curándose las heridas, sacando los cuerpos pero yo solo
puedo caminar hacia el único lugar donde en este momento quiero estar. Estando a unos metros de esa habitación veo a
Manu y Rosa que están juntas abrazadas, sé que para ellas esto debe ser difícil
ver todo esto, al menos yo en ningún momento les hable de los ángeles y ver
todo esto no sé cómo estarán. Sé que tengo que hablar con ellas y explicarles
todo.
Cuando me ven acercarme me sonríen. Es una
sonrisa de alivio, alegría de vernos nuevamente aunque en sus miradas puede
notarse la preocupación, nos abrazamos en silencio. De esa manera también nos
separamos y me dejan caminar hacia donde se encuentran mis pequeñas, de todas
formas puedo escuchar los pasos de ellas acompañándome. Respiro profundamente
al verme frente a la puerta, me tomo unos segundos y la abro.
Las veo a Luna y Dani muy juntitas con mis
niñas en sus brazos, como se suele decir, siento que el alma me vuelve al
cuerpo, es todo lo que necesitaba ver para sentirme completa. Si sueno egoísta
porque hay muchas personas allí afuera que deben querer estar así con su
familia pero en las guerras siempre mueren inocentes y en este caso les toco a
ellos, aunque yo también perdí a Gabriel y a mi madre en esto, todos porque
querían destruirme.
Sé que están sufriendo los de allí afuera y
los entiendo porque pase por esa
situación y perder a alguien y más a un hijo es algo que no se supera nunca, el
dolor es inmenso y uno tiene que aprender a vivir con ello.
Luna al verme se acerca con Dani y mis
princesas, solo puedo sonreír de alegría, con alivio y felicidad de saber que
todas as personas importante en mi vida están bien. Aun con ellas en las niñas
nos abrazamos, y respiramos tranquilas. También noto como Ari y Luna se
abrazan, me gusta ver que a pesar de todo se llevan bien, la ruptura con Luna
es muy reciente y a pesar de que ellas se conocen desde antes, pero quería ver
la interacción entre ellas. Dani se
acerca con Lucero y me acomoda en unos de mis brazos, en el otro tengo a
Anabella y al tenerla a las dos juntas dormiditas, sonrió, porque son unos
angelitos. Lleno sus caritas de besos y sonrió aún más al ver los gestos de
molestias que hacen. Me imagino lo que harán en un años cuando las veces, me
corren la cara, me corran, se limpiaran mis besos, dirán que la molesto, todas
estas cosas que hacen los chicos.
Al tenerlas de esta manera, no puedo
evitar que me duela el pecho de disfrutar de esto con ellas y que me falte
otra parte de mi alma. Porque nunca podre tenerlo como a ellas, de momento que
compartía con él mientras sus hermanas dormían, duele pero tengo que comenzar
aceptarlo.
- Las amo – susurro en sus
oídos.
- Me costó hacerlas dormir
– habla Luna acercándose y mirando también a las niñas – estaban bastante
inquietas.
La observo unos instantes y nuevamente llevo
mi vista a mis pequeñas. Son angeles, es normal que con todo lo que está
pasando no estuvieran inquietas.
- Quiero pasar las noches
con ellas.
Se lo digo para ver que hacemos porque es
ella la que está durmiendo en esta habitación junto a ellas. Y esto es lo que
de ahora en más va a pasa, sobre todo cuando volvamos a Italia y vivamos en
casa separadas. No me gusta nada de eso y mucho pensarlo pero sé que va a suceder
y tendré que hacerme a la idea que habrá días que estarán con ella y sobre todo
ahora que son pequeñas y necesitan de su madre que tiene que alimentarla con su
pecho, en si al tenerlas Luna, la necesitan más a ella.
- No tienes que pedirme
permiso para estar con ellas – dice sonriéndome – pero suficientes ya la has
tenido en tu brazos estando así, anda a despejar tu cabeza de todo lo que ha
pasado allá afuera, báñate y luego si te quedas con ellas.
Asiento
sin decir nada porque tiene razón, estuve en el infierno, el cielo, mate, morí,
vivo, pase por tantas cosas en unas horas y ahora estoy con ellas, que se están
recuperando, y yo de esta manera puedo
hacer que les dé una recaída, ruego que no, que se sigan mejorando. Paso a Anabella a sus brazos y Lucero al de
Dani y dejo un beso en las frentes de cada una y con solo mirarla entiende que
voy para estar mejor para ellas.
Ari
también sale de la habitación, sé que ella quiere estar conmigo y las niñas, y
es lo que más me gusta poder compartir estos momentos con ella.
Caminamos
de la mano en silencio rumbo a nuestras habitaciones, es difícil estar acá por
bañarnos, y saber lo que pasa afuera, todo lo que hemos pasado… la vida
continua pero hay cosas como la que pasamos no se olvidan fácilmente y nosotras
no lo haremos.
El
pasillo que nos lleva a las piezas está vacío y nos tenemos que separar por un
rato, la arrincono a lado de la puerta de su dormitorio y beso sus labios, ella
lleva una mano a mi nuca y la otra a mi cintura, me acerca un poco más a su
cuerpo y su mano juega con mis cabellos, mientras nuestras boca y lengua luchan
por adueñarse de la boca de la otra.
Los
besos nos hacen subir la temperatura, y aunque no quiera tengo que separarme de
ella, al volver a vivir algunos recuerdos
ahora fluyen por mi mente, de las veces que estuvimos juntas y es por
eso mismo que a regañadientes comienzo a separarme de ella, porque no sé si
ella lo recordara pero no quiero que las cosas se den así y se da quiero que
este segura de lo que va a pasar.
-
Sera… mejor que
vayamos a darnos un baño – respondo apoyando mi frente en la suya.
No es
que no quiera hacerla mía, me muero por recorrer su cuerpo. Es por eso mismo que quiero hacer las cosas
bien con ella, es la mujer que amo y he amado por siglos y ahora… no quiero
arruinarlo, tengo que contenerme las ganas de abrir la puerta de su habitación,
entrar con ella y arrancarle la ropa, hacer el amor hasta quedarnos sin
energía, de saber que estamos vivas y que no una alucinación.
Escucho
su respiración, que es una resignación y la entiendo pero sé que ella me
entiende a mí, podemos disfrutar este momento
y no solo de esa forma. Ambas hemos hecho mucho en estas horas por este
mundo, que ahora allí afuera se encarguen los demás, que se caiga el mundo si
quiere, no me importa.
-
Necesito una ducha
fría – dice sin soltarme, puedo sentir su respiración en mi cuello que
estremece mi cuerpo.
-
Ambas lo necesitamos
– respondo si querer soltarla.
Esa
sensación de estar por fin en el lugar que quiero estar y con quiero estar
hacen que no quiera soltarla de tenerla en mis brazos y quedarme así con ella,
pero no puedo olvidarme de dos personitas que esperan por mí, mis princesitas.
Es ella
quien me suelta y me mira a los ojos,
podemos ver todo a través de nuestras miradas, no es que antes no tuviéramos
estas conexiones, han estado allí todo el tiempo, solo que al estar con Luna la
situación era diferente, Ari respetaba
mi matrimonio con ella y yo mis sentimientos por ambas, no quería
lastimar a ninguna y sobre todo a Luna siendo mi esposa. Estando con Luna
quería sentir más por ella, el amor que se merece pero no podía porque Ari
siempre ha estado en lo más profundo de mí y no es que ahora sea fácil porque
nuestra separación es reciente, y sé que para ella es difícil, ha sido difícil
dejarme ir, y es algo que se lo agradezco porque puedo estar con la mujer que
amo y no es que a ella no la haya amado pero las cosas se han dado así, Ari
siempre ha estado clavada en mi alma desde hace tanto tiempo y contra eso ella
no podía hacer nada. Así como ella me ha
dejado libre para que sea feliz con Arikel, espero que lo que sea que están
teniendo con Dani tenga futuro y sean felices, quiero que ella sea feliz.
Los
labios de Ari hacen que mi mente deje de divagar en tantas cosas y nuestras
miradas siguen conectada, me siento feliz, soy feliz, una sonrisa se dibuja en
mi rostro y otra igual en la de ella. Acaricia mi rostro y comienza alejarse de
mi rumbo a su habitación, solo puedo quedarme observándola hasta que se pierde,
luego de unos minutos camino hacia la mía, sé que si ella no se separaba de mí,
yo no lo hubiera hecho. Una vez dentro de mi habitación cierro la puerta y
busco la ropa que voy a ponerme y la dejo sobre la cama, entro al baño, me saco
la ropa y meto en la ducha, primero prendo la ducha con agua fría y quedo bajo
de ella, necesito descansar los músculos cansados y según lo que leí en un
artículo deportivo hace tiempo dejarlos unos minutos en agua fría hace
bien. También escucho como la bañera se
carga con agua caliente, mi mente sigue
pensando y analizando tantas cosas que han pasado en las últimas horas y estar
aquí bañándome es... extraño, pero me alivia y hace bien saber que sigo viva.
Ahora
en la bañera relajando mi cuerpo luego de haberme sacado todos los restos de la
lucha que tuvimos allí afuera, puedo cerrar los ojos y dejarme llevar por cosas
que al volver a vivir pude recordar claramente y no como antes que solo venía
de a poco algunos sucesos de mi vida pasada.
Llegue a casa y para mi suerte mi familia
todavía no llega. Solo me encierro en mi habitación y agarro un libro e intento
distraerme o mejor dicho olvidarme de el beso que compartí con la mujer del
teatro, pero no puedo dejar de pensar en ella, el roce de sus labios con los
míos, en el escalofrió que recorrió mi cuerpo en ese instante, ni siquiera
cuando me besa mi prometido he sentido eso.
Cuando abro mis ojos es de día y estoy
acostada en mi cama tapada y con la misma ropa de ayer, el libro que estaba
leyendo se encuentra en la mesita de luz, no sé en qué momento me quede dormida
y deje de pensar en Ella y su beso.
Mi familia me avisa que esta noche iremos al
teatro y nuevamente siento esa sensación de escalofrió recorrer mi cuerpo al
pensar que la volveré a ver y me doy cuenta que deseo verla.
Las horas pasan lentas y por un lado siento
que está bien porque no sé cómo voy a reaccionar al tenerla frente pero por el
otro estoy ansiosa y no dejo de mirar el reloj. No sé qué me pasa, nunca antes
me he sentido de esta manera y he sentido con nadie.
Cae la noche y vamos todos al teatro, tengo
que disimular los nervios que siento, y tengo que bancarme a mi prometido. Al
llegar, nos encontramos con todos los caretas de alta sociedad y mi mirada va
en busca de ella, aunque no debería, no después de lo que paso ayer, eso es
algo que está mal, y por más que eso es algo que lo tengo muy presente, me
gusto. Ella me atrae de una manera que no puedo explicar.
Mi prometido pone su mano en la parte baja de
mi espalda y es algo que me molesta, no
sé porque lo hace si sabe que no me gusta.
-
Puedes
sacar tu mano – digo en su oído sonando enojada.
-
Pero
cariño…
-
Pero
nada, sabes que no me gusta, no lo hagas – respondo.
Me mira unos segundos y me suelta, vuelvo a
respirar con tranquilidad. No entiendo como mis padres pueden creer que será
buen yerno con lo idiota que es, bueno mis padres aceptarían cualquier estúpido
sin cerebro como yerno siempre y cuando venga de una buena familia y estén bien
posicionados en esta sociedad.
Vamos entrando al teatro para acomodarnos en
nuestros respectivos lugares cuando llevo mi vista al escenario y la veo. A un
costado de este se encuentra parada ella, bastante oculta. Puedo sentir su
mirada, trato de ignorarla pero me es imposible, algo dentro de mí, me grita
que la mire. Desde nuestras ubicaciones no dejamos de mirarnos.
-
¿Qué
tanto ves? – escucho la voz de mi prometido y como agarra mi mano.
Suspiro rompiendo el contacto visual con
ella, y llevo mi vista a nuestra mano y la separo lentamente de él.
-
Nada,
solo espero que empiece la obra – respondo secamente.
Hay personas que no entienden cuando no te
quieren y solo aceptan algunas cosas por obligación como yo. Durante años se
han dado estos casos de casar a una hija con alguien simplemente por
conveniencia, no entiendo como a un los padres siguen mandando con nuestras
vidas, solamente porque somos mujeres. Me casare con este idiota pero no voy
hacer lo que él quiere que haga, o dejar que me maneje a su antojo, suficiente
tengo con tener que ser su esposa.
Pasaron unos minutos hasta que por fin
comenzó la obra, he visto muchas y nunca preste tanta atención como a esta. Ver
los gestos de su cara al decir sus letras me gusta porque demuestra lo que
quiere trasmitir, es por eso que esta noche he prestado especial atención.
Al terminar nuevamente nos quedamos un poco
más, mi padre habla con algunos de sus amigos que están esperando a sus esposas
que han ido a saludad a los actores.
Una vez en casa y recostada en mi cuarto
pienso en ella en sus ojos, esta noche solo la he visto de lejos y creo que con
lo que paso ayer era mejor así pero por otro lado me hubiera gustado verla y
tenerla cerca.
Con esos pensamientos me duermo, pensando en
ella, que desde la primera vez que la vi no puedo sacarla de mi mente, me
siento confundida con todo.
Los días pasan lentos, con mi familia o
prometido siempre es lo mismo, bueno mi futuro esposo me tiene cansad todo el
tiempo hablando de la boda como si me interesara, de eso se encarga mi hermana
y madre, que están emocionadísima.
Me encuentro en el parque cerca de casa donde
vine con mi perro y gracias a la ayuda de mi nana. Necesito estar sola, ellos
me abruman, están todo el tiempo hablando de cosas superficiales, o quizás
somos tan diferentes con mi familia que es por eso mismo que no soporto estar mucho
rato con ellos.
-
¿puedo?
– escucho que me preguntan.
Siento como un escalofrió recorre mi columna
al reconocer la voz.
-
Si
claro – respondo un poco nerviosa, no puedo mirarla después de lo de la otra
noche.
-
Gracias
– trato de controlar mis nervios al escuchar su voz –espero no molestarte.
-
No
lo haces – contesto por fin mirándola y perdiéndome en su mirada.
Nos quedamos unos instantes en silencio
solamente mirándonos, no puedo apartar mis ojos de su cara y también de sus
labios. Puedo ver que ella también, sus ojos recorrer mi rostro y se detiene en
mi boca y luego lo sube a mis ojos y asi sucesivamente.
-
Yo…
quería - dice desviando su mirada –
pedirte disculpa por lo del otro día… no sé qué me paso. En realidad no sé qué
me pasa contigo – respira de lo rápido que está hablando – no lo tomes a mal,
pero hay algo de ti que me atrae de una manera que no tiene explicación… por
eso nuevamente discúlpame, entenderé perfectamente si no vuelves hablarme, pero
tenía que decírtelo.
El silencio vuelve a rodearnos, solo quedo
analizando lo que me ha dicho mientras sigo observándola, la noto inquieta,
está esperando una respuesta de mi parte.
-
Entiendo
– digo despacio, al intentar ordenar mis ideas para hablar – porque a mí me
pasa lo mismo contigo… y he buscado la manera de encontrar una explicación
desde aquella primera vez que te vi y estos días… no sé, no encuentro manera de
explicarlo. Nunca antes me había pasado algo igual.
No sé si me está mirando o no, porque desde
que comencé mi respuesta a lo que ella me ha dicho, he agachado mi mirada, no
quiero ver si me mira bien o mal, aunque
ambas estamos en la misma situación, no sabemos describir esto que nos pasó. De
mi parte sé que no está bien desear probar nuevamente sus labios, en realidad
me gustaría probarlo sin tener que pensar en nada, en lo que diría mi familia,
que es lo que me pasa con ella, simplemente disfrutar de su boca.
Estoy bastante nerviosa, miro a cualquier
lado menos a ella, como se lo he dicho no sé cómo manejar esto.
-
No
te vayas – dice tomando mis manos cuando estoy a punto de levantarme e irme –
lo que sea que nos pasa es nuevo para ambas, no se tu pero yo quiero saber que
es, porque me siento de esta manera cuanto te veo, cuando te tengo cerca.
-
También
quiero lo mismo, la cuestión es como lo haremos, sé que ustedes con las obras
se irán a otros lados, no nos veremos- al decir eso me siento molesta porque
una parte mí no quiere que se vaya – al menos eso es lo que escuche, de que van
a viajar.
-
Por
eso no te preocupes, todavía tenemos mucho tiempo para estar en la ciudad, tu y
yo vamos a descubrir esta atracción.
Seguimos hablando un buen rato, la verdad
que la paso bien con ella, puedo hablar de todo, aunque me contó mucho de las
obras que ha hecho, como se prepara para cada una. Hubiera seguido hablando con
ella, pero tenía que volver a casa antes de que mis padres se dieran cuenta.
Ahora en mi cama sin poder dormir no dejo de
pensar en ella, en lo bien que hablamos después de ese momento incomodo de
confesiones. Intento no pensar en ello, porque en mi corazón se la verdad de lo
que me pasa, y sé que está mal, sé que mis padres y esta sociedad no lo
aceptarían. Unas lágrimas caen de mis ojos, al saber esta verdad, lo único que
puedo hacer es estar cerca de ella aunque me duela, tengo que aceptar que voy a
casarme con mi prometido y que con ella a pesar de lo que me produce, solo
quedara en eso en el escalofrió que recorre mi cuerpo al escuchar su voz, como
me pongo nerviosa el solo verla y las ganas de sentir sus labios una vez más.
Los días son así nos vemos en el parque o
alguna cafetería para habar e ir conociéndonos, cada vez que estamos juntas me
es más imposible sacármela de la cabeza, hay momentos en que me encuentro
rogando para que las horas pasen rápidamente y estar con ella. Sé que en casa
comienzan a notar cambios es mí, paso poco tiempo junto a mi prometido y lo que
mis padres quieren es todo lo contrario, que estemos los dos todo el tiempo
junto, la única que me ayuda a salir de casa es mi nana, sé que ella sospecha
que hay alguien que es quien me tiene de esta manera, me pregunto qué pensaría
si supiera que es una mujer con quien voy a verme, que produce todas estas
sensaciones en mí.
Una vez más me encuentro en el teatro y estoy
más nerviosa que otras veces que me he visto con ella, quizás sea porque es la
primera vez que nos volvemos a encontrar aquí a solas después de ese beso que
me hizo salir huyendo.
-
¿estás
bien? – pregunta sentándose a mi lado.
-
Si
– respondo y siento como si apenas me saliera la voz.
Levanto la vista y me encuentro con su cara
sonriente, me olvido de cómo se respira al verla y el brillo en sus ojos. Puedo ver como si fuera en cámara lenta
levanta su mano y acaricia mis cabellos, inconscientemente cierro los ojos al
sentir la suavidad de sus manos en mi mejilla.
Abro los ojos al sentir su respiración cerca,
me mira pidiéndome permiso y no puedo ni quiero negarme, si es algo que llevo
deseando desde que paso.
Sus labios rosan los míos suavemente, es un
beso de lleno de dulzura, no siento mariposas como he escuchado algunas que
dicen, pero si puedo sentir como mi cuerpo tiembla. Nuestras bocas parecen
haber encontrado el ritmo perfecto. No quiero separarme de ella, sino fuera
porque respirar es algo muy necesario para no caerme desmayada, no me separaría
de su boca, aunque creo que de igual manera puedo desmayarme por las emociones
que bullen dentro de mí.
Nos quedamos observando, el silencio en este
momento no es molesto como lo ha sido otras veces y no tengo ganas de huir como
aquella vez. La mano que tenía en mi mejilla agarra la mía y la acaricia, solo
podemos mirarnos y sonreír como dos bobas.
Dios, estoy enamorada y de una mujer. Todo
esto que me pasa con ella se llama amor, sé que debo dejar de lado mi parte
racionales, esa que piensa en lo bueno y malo de esto, solo por hoy me permito
disfrutar, cuando este sola pensare, pero ahora no quiero preocuparla y menos
al ver esa mirada y sonrisa de felicidad que me dedica.
-
¿quieres
tomar algo? – pregunta a levantarse después de haberme regalado un beso fugaz.
-
Un
té estaría bien – respondo viendo cómo se pierde donde tiene la cocina.
El segundo beso compartido en ese lugar donde
poco a poco se ha ido convirtiendo en nuestro lugar, donde compartimos más
momentos juntas y besos. Todo hasta esta noche.
Mis padres hoy tienen una fiesta importante y
por suerte he logrado librarme de ese compromiso, sé que ellos no volverán
hasta mañana, siempre que tienen esa fiesta no vuelven hasta el otro día. Mi
nana me ha dado permiso para salir, con la condición de que no vuelva tarde y
que me cuide.
Nos encontramos en su habitación recostada,
hablando de todo un poco, anoche ella tuvo función así que esta noche está
disfrutando, descansando, mientras comparte conmigo este momento, me gusta
estar aquí con ella, ella me trasmite paz, y sé que es acá con ella donde
quiero estar, aunque sinceramente sé que el lugar no me importaría siempre y
cuando pueda estar a su lado.
Siento como se gira en la cama y me mira, su
mano corre mis cabellos, suspira, sigo leyendo una de las nuevas obras que
cuando finalicen esta van a empezar hacer, quiero verla pero también quiero
terminar de leer, pero sé que si me encuentro con sus ojos me voy a perder en
ellos.
Sigue acariciando mis cabellos y mejilla, la
escucho suspira al ver que no la miro, puedo sentir el movimiento de que se
acerca más así como su respiración, me está costando mucho el concentrarme en
mi lectura.
No ha pasado mucho pero no puedo más, dejo el
libro y me vuelvo a verla, mis ojos se encuentran con su rostro muy cerca y sus
ojos muy brillantes mirándome fijamente.
Ahora soy yo la que me encuentro acariciando su mejilla, me gusta ver
como cierra los ojos y su respiración cambia.
Acerca su boca a la mía y nuestros labios se
encuentran en un beso que de suave tiene
poco. Su mano se apoya en mi cintura y me acerca mucho más a su cuerpo, mientras nos besamos
su mano recorre lentamente mi cuerpo, que con cada caricia comienza a
encenderme, un calor que hasta ahora nunca lo sentí, en realidad todo lo que me
pasa es nuevo para mí, lo bueno es que lo experimento con ella, porque sé que a
ella le pasa como a mí, también es todo nuevo.
Mis manos comienzan acariciar su costado y
espalda, nuestra respiración se agitan y nos separamos apenas unos segundos
para respirar y volver a besarnos, mi
cuerpo arde y puedo sentir que el de ella igual.
Luchamos por tener el control en la boca de
la otra, poco a poco su cuerpo va quedando sobre mí y sus caricias comienzan a
ir más allá donde nadie hasta ahora ha tocado, y me gusta sentirla aunque sea sobre
la tela, porque tengo los ojos cerrados disfrutando de sus besos y caricias
pero sé que está pensando en si está bien, en si me siento cómoda y no se está
pasando.
Una mano mía va a la parte baja de su espalda
y la otra a su nuca y la acerco más a mí, si es que eso es posible, no me gusta
separar mis labios de los suyos y por la forma de que ella reacciona cuando me
separo, sé que tampoco le gusta.
-
Quiero
más – susurra en mi oído – no quiero detenerme, no quiero que te detengas.
-
Y
entonces ¿Por qué te detienes? – respondo de la misma manera.
Sé que no está bien por todo lo que con leva
esto que estoy sintiendo por ella, que mi familia, la sociedad y nadie jamás va
aceptarlo, que deberíamos vivir huyendo si queremos estar juntas, pero quiero
todo con ella, mi madre siempre me hablo de llegar pura al matrimonio, pero voy
a casarme con alguien a quien no amo y no siento nada, ahora estoy en brazos de
la persona que mi corazón a elegido y es con ella con quien quiero todo,
incluso entregarle mi pureza. Tengo miedo porque es un paso muy grande este.
Encontrarme con su mirada me hace sentir segura, saber que será con ella ya me
hace sentir segura.
Nos observamos unos segundos que son eternos,
ella quiere estar segura de que estoy segura de dar este paso. Su boca se
encuentra con la mía pero el beso ha cambiado del que nos estábamos dando, es
suave y lento. Ayuda a despojarme del vestido sin dejar de besarme, sus manos
recorren tímidamente mi piel y a cada roce me enciendo más. Una vez más mis
ojos se cierran para disfrutar de lo que produce en mi cuerpo y produzco en su
cuerpo.
La noche donde cambio todo entre nosotras,
para bien y para mal. Al llegar al orgasmo podía sentir como el retumbar de un
tambor, en realidad eran dos. Dos sonando al unísono. Nuestros corazones. Desde
ese día podía sentir sus emociones aunque no estuviera con ella es como si nos
hubiéramos conectado de una manera que era más difícil de explicar que lo que
siento por ella.
Mi prometido comenzó a darse cuenta de que
algo pasa por mis constantes salidas, hablo con mi padre de pasar más tiempo
juntos y la verdad no quiero eso, quiero estar con ella, y cada día es más
complicado, tengo que escaparme muchas veces para que podamos estar juntas.
Esta noche salgo del teatro, y ella me ha
acompaña hasta donde se encuentra el chófer de mi familia, que me ha traído y
esperado por orden de mi nana. Ella camina tras de mí, hasta que siento un
terrible dolor en la cabeza, me llevo la mano y no tengo nada, es entonces
cuando me doy cuenta de que no soy yo sino ella, me giro y veo como un tipo la
tiene en sus brazos y la mirada furiosa de mi prometido sobre mí y es cuando
todo se vuelve oscuro.
Abro
mis ojos y salgo de la bañera antes de convertirme en una pasa de uva, y no
solo por eso sino porque mis pequeñas me están esperando. Me arreglo y voy
hacia ellas.
Esta
noche que no quería pensar en nada y solo disfrutar de estar con las mujeres
que quiero, tuve que recordar lo de esa noche.
Me repito mentalmente que aunque me cueste tengo que hacer las cosas
diferentes a esa vez, ahora todo es diferente pero de igual forma no quiero
condenarla, ahora se la verdad, aquella vez no, y es por eso que termine
haciéndolo, esta vez no será así.
Me
despido de Luna y Dani y me quedo con mis niñas, por suerte la cama es grande y
de un lado tiene algo que les protege de que se caigan, las acuesto y me
acuesto con ellas, es todo lo que necesito para olvidarme de que el mundo allá
fuera es un infierno luego de nuestra lucha.
Las observo dormí y de esta manera yo también comienzo a caer en los
brazos de Morfeo, con la imagen de ellas y en el último segundo consciente
siento como Ari se acuesta a mi lado, me abraza y deposita un beso en mi
labios.
Y por
fin sé que estoy completa, mi alma está completa.
Nota:
lizeth: La verdad si los sobrinos son lo más lindo que uno tiene.
Y yo que soy una tía babosa pues bueno, verlo de esta manera me mata. Gracias
por seguir la historia. Mía: Lo he
dicho muchas veces y vuelvo a repetirlo, no voy abandonar la historia, puede
que con todo lo que está pasando en mi familia con lo de mi sobrino tarde un
poco más en enviar el final pero voy hacerlo. Luisa: Si sé que no tengo que pedir disculpas, pero de igual forma
lo hago, porque sé que están ahí leyendo la historia y esperándola con ansias así que mis agradecimientos para todas es por
estar de ese lado, siempre. Carmen: sinceramente tampoco soy muy
creyente, pero cuando justo le toca la enfermad jodida como la leucemia a un
pequeño angelito no lo digo solo porque
sea mi sobrino, pero creo que los chicos son personitas que no deberían sufrir
de ninguna manera, porque son alma puras, ¿Qué mal hacen? Nada así que, es por
eso que es difícil no cuestionarse donde esta Dios, puedo poner el ejemplo de
mi sobrino ser de una manera a estar de otra manera, simplemente te llena de
impotencia. En el próximo capítulo o el
87 se desata l pasión entre ellas dos. Gracias por continuar leyendo la
historia. Gladis: Si es una historia
que habla como tú lo has dicho de defender lo que creemos, lo que es importante
para uno, el amor, la familia, la amistad, etc. Me alegra de que te guste la
historia y gracias por estar ahí. Anonim@1:
Gracias por seguir la historia a pesar de la tardanza. Saludos desde
Argentina. Anonim@2: tienes razón la
esperanza y la fe no hay que perderlas nunca, pero llega un momento que estando
en esta situación que uno flaquea y que es donde se cuestiona todo. Saludos
compatriota.
Una vez más agradezco a
todas por estar allí y continuar leyendo la historia y también a las chicas de
la teta por ser paciente y esperar mis capítulos. Besos.
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exelente capitulo Vec la verdad valio la pena esta espera.Me encanta leer cada sentimiento que nos transmitis es lo mejor,la fe siempre dije es lo ultimo que se pierde aunque pienses que ya casi se te acaba vuelve a vos y con mas fuerza,desde ya un beso enorme desde Argentina
ResponderEliminarBy:Lourdes Avalos
Bueno espero este mejor tu sobrino. Y mil gracias por continuar la historia.... Lo bueno se hace esperar
ResponderEliminarCada historia tiene su fascinación y nos atrapa y vale la pena esperar cada capítulo
ResponderEliminarY todas tenemos nuestras propias obligaciones y la familia es lo en la vida por ello se comprende V.C usted siga y esperando el siguiente capítulo un saludo desde Chile y todo este bien en su familia y su vida mucha luz para su vida y mucha imaginación para que sogas escribiendo historia tan interesantes como esta hasta el próximo capítulo