Capítulo 4.
Cuando el último invitado (que por
supuesto fue el inevitable Jaime) abandonó la casa de Natalia, ambas se miraron
a los ojos. La ansiedad reflejada en sus miradas. Entonces apareció la madre de
Natalia.
Madre: ¿Todo ha ido bien, chicas?
Ambas: Si, gracias
Madre: Veo que todavía no has abierto los regalos,
Yolanda
Yolanda: Pensamos que lo mejor sería que los abriera
mañana en mi casa
Madre: Bien pensado. (Dirigiéndose a Natalia) Venid un poco al salón con papá y conmigo y
así nos contáis qué tal ha ido todo.
Natalia: Mejor
lo dejamos para mañana, mamá. Al final, la noche estaba un poco fresca y se nos ha metido el
frío en el cuerpo. Vamos a subir ya a mi habitación a darnos una ducha
calentita para entonar el cuerpo y luego nos acostaremos. Yo, al menos estoy
cansadísima. No he parado de bailar.
La madre de Natalia besó a ambas chicas y
se despidió de ellas hasta el día siguiente. Ambas subieron entre risitas las
escaleras que llevaban a la zona de dormitorios de la casa y entraron en la
habitación de Natalia. En cuanto cerraron la puerta se arrojaron una en brazos
de la otra, labio con labio, lengua con lengua, piel con piel.
Natalia: ¡Por fin a solas!
Yolanda: ¡Sí,
qué ganas!
Natalia: Ven, vamos a la ducha. Déjame quitarte ese
precioso vestido que traes, déjame acariciar tu suave piel y aspirar su olor.
Déjame enjabonarte tus preciosos pechos y tu deseado pubis. Déjame rozar mi
piel con la tuya, sin barreras.
Yolanda: Lo estoy deseando
Se desnudaron con parsimonia, cada una
mostrando su cuerpo y deleitándose en el cuerpo de la otra, con el deseo
reflejado en la mirada. Se metieron en la ducha y Yolanda besó delicadamente a
Natalia, sin prisa, sin urgencia, sabiendo que la noche sería larga y sería
toda para ellas. Jugó con su lengua a acariciar la lengua de Natalia, a
acariciar los labios de Natalia, a recorrer el cuello de Natalia. Su mano
derecha acariciaba el pecho de Natalia mientras que apoyaba su otra mano en la
pared de la ducha, flexionado su brazo de forma que podía rozar su pubis contra
el de su amiga. Descolgó la ducha de la pared y abrió el grifo mientras la
seguía besando. Dirigió el chorro de
agua hacia el cuello de Natalia y se entretuvo en seguir con su mano el camino
del agua desde el cuello, entre sus pechos, por encima del ombligo hasta su
pubis. Rehizo ese camino con su lengua mientras Natalia ahogaba un gemido de
placer.Mojó su cuerpo y cerró el grifo. Echó en la mano de Natalia una porción
generosa de gel y puso otra en la suya. Repartió el jabón entre sus manos y
comenzó a extenderlo por el cuerpo de Natalia sin separar sus ojosde los suyos.
Frotó suspechos, sus brazos, su tripa, su entrepierna, con movimientos suaves y
circulares, sin dejar un centímetro de piel sin enjabonar, dejándose enjabonar
a su vez. Mordió el labio inferior de Natalia e introdujo su lengua suave.
Disfrutó de la profundidad del beso mientras dirigía el chorro de agua hacia el
cuerpo de Natalia, retirando el gel de nuevo con movimientos circulares,
masajeando con el agua y sus manos sus nalgas, el espacio entre sus nalgas, sus
piernas y el tesoro que escondían entre ellas, besando su cuello, mordiéndole
el lóbulo de la oreja y sintiendo un tremendo placer mientras lo hacía. Natalia
asimismo recorría cada rincón del cuerpo
de Yolanda con su mano, con su boca, con sus senos, gimiendo ambas, amándose
ambas.
Natalia: Ya estás reluciente. Ven, deja que te seque la piel y deja
que me asegure de que la única humedad que palparé después en tu cuerpo sea la
que yo te provoque con mis besos, con mis caricias, con mi lengua, con mis
dedos…
Yolanda cerró los ojos y se dejó hacer.
Natalia se había puesto un albornoz , pero a ella le recorría el cuerpo con una
toalla secando cada gota de agua que quedara en su piel. La tomó de la mano, la
tumbó en la cama, y cuando la tuvo allí dejó caer su albornoz permitiéndole de nuevo deleitarse en su espléndida desnudez,
mirando cada esquina de su cuerpo, ese cuerpo que deseaba recorrer entero, disfrutar
a lametazos, deseando hacer surgir esos jugos que quería degustar… y notó que
se humedecía entera. Natalia se tumbó encima de ella para mostrarle el camino
que luego ella debería seguir. Besaba su cuello y Yolanda sentía derretirse sus entrañas. ¡Cómo unos besos
podían causar tanto placer!. Natalia abarcó cada seno de Yolanda con cada una
de sus manos ordeñándolos suavemente hasta los pezones que luego besaba, absorbía
y lamía, provocándole más placer del que nunca había sentido. Volvió a su boca,
a juguetear con su lengua y luego le susurró al oído“primero voy a hacerte disfrutar solo con mi lengua y dejaré que hagas lo mismo conmigo, luego
voy a desvirgarte con cariño, con delicadeza, con cuidado y por fin te cobijaré
en mis brazos, aspiraré tu olor y me dormiré abrazada a ti”. Yolanda pensó
que era increíble cómo unas simples palabras eran capaces de provocarle
tantísimo placer. Mientras tanto, Natalia descendía por su cuerpo lamiéndolo
con la punta de la lengua, introduciéndose en el interior de la boca sus pezones
alternativamente, describiendo cadenciosamente suaves círculos alrededor de su
ombligo y buscando juguetona su pubis. Abrió sus piernas y arqueó su cuerpo
para darle mejor acceso y cerró los ojos concentrándose en las sensaciones que
estaba sintiendo. Natalia separó con maestría sus labios dejando al descubierto
su hinchado, rosado y jugoso clítoris. Lo lamió con movimientos suaves y
circulares con la punta de su lengua y luego enterró la cara entre sus piernas
absorbiendo sus jugos, acariciándola con su lengua hasta que Natalia se rompió
en un intenso orgasmo. El orgasmo más placentero y largo que había tenido
nunca. Sus entrañas palpitaban y el corazón le latía desbocado mientras ella intentaba normalizar su
respiración. Natalia recuperó la posición original y la besó de nuevo mientras
le susurraba al oído “acabo de hacerte el
amor por primera vez esta noche; pero no será la última; prepárate”
Yolanda sonrió y la atrajo hacia sí. Le
dio la vuelta y se colocó encima de ella. Le besó la frente, le besó los ojos,
le besó la nariz y le mordió el lóbulo de la oreja mientras le susurraba, “ahora es mi turno, mi amor”. Besó su
boca e introdujo su lengua juguetona. Mientras seguía besándola masajeó sus
pechos, sus nalgas, rozó su pubis contra el de Natalia y se separó un poco para
dejar todo el terreno libre a sus dedos, que descendían hábil y mansamente hacia el
pubis de su amiga. Se abrió camino hasta el comienzo de su clítoris dejándose
inundar por la humedad del sexo de Natalia.Comenzó a acariciar en círculo el clítoris de su amiga,
masturbándola con maestría. Natalia ahogaba los gemidos de su boca clavando
sus dedos tensos en las sábanas, deleitándose en el placer que ahora
ella estaba recibiendo. Yolanda paró y Natalia la miró con ojos suplicantes.
Yolanda la sonrió y dirigió su boca hacia los labios de su amiga. Natalia gimió
“me vas a matar de deseo y de impaciencia”
y Yolanda le contestó “no, cariño, no te
voy a matar, te voy a hacer sentir más viva que nunca”. La besó con pasión
y Natalia se agarró fuerte a sus nalgas. Yolanda descendió sus labios hasta los
senos de Natalia y jugueteó con su lengua con los erectos pezones de Natalia,
sonrosados y jugosos pezones, hinchados y receptivos al placer que estaban
recibiendo. Yolanda dejó un reguero de besos en la tripa de Natalia marcando un
húmedo camino hacia su monte de Venus, que emergía también protuberante y reluciente para ella,
incitador. Se detuvo a admirar de nuevo
el cuerpo de Natalia y se congratuló de la suerte que tenía de estar
disfrutando del placer de descubrirlo. Despejó el acceso al hinchado clítoris de su amiga, deseando
probar sus jugos, absorber hasta el último olor, todo el sabor que escondía
Natalia entre sus piernas.
Apenas se dio cuenta
de lo que pasaba. Cuando su lengua rozaba por fin el clítoris de Natalia,
sintió cómo ella se movía bruscamente hacia arriba y le separaba la cabeza de
su cuerpo tirando de su cara y de su pelo hacia atrás. ¿Qué había sucedido?
¿Qué había hecho mal?
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No se porque se me hace que esto no va terminar bien porque yolanda la quiere a su amiga y esta dispuesta a todo por ella pero natalia esta en dudas cada capítulo mas interesante besos
ResponderEliminarGracias por comentar. Ya sé que parece que Natalia es manipuladora e interesada; pero si hay algo que tengo claro es que quiere a Yolanda. Ya veremos si tiene la valentía suficiente como para asumirlo, o va a ser dócil y cobarde.Un abrazo
EliminarWow no se tengo la idea que la madre de Natalia entro en el dormitorio sin tocar jijijiji y bueno tendremos que esperar al siguente capítulo me tienes pegada a esta historia Despistada
ResponderEliminarUn saludo desde Chile
Eres muy intuitiva, Gladis. Un saludo
EliminarLos años me dan esa intención Despistada jijijiji
EliminarFelicitaciones me gusta mucho como escribes para escribir hay que tener mucha imaginación y tu la tienes incluido el talento un abrazó para ti
Las descubrio su madre!
ResponderEliminarMañana lo veremos...
EliminarQue confusión debe de tener Yolanda, yo siento que Natalia la esta usando para experimentar o yo que se, pero no me gusta nada que juegue así con ella :(
ResponderEliminarSaludos... Luisa V.
A veces los sentimientos pueden existir, pero la vida pesa más. Veremos qué pasa con Natalia. Gracias por comentar, Luisa
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