Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

No mires atrás - Kam Zoe - 6

No mires atrás 6
Cuatro noches y cinco días pasaron antes de volver a ver a Diana. Cuatro noches en las que no pegué un ojo pensando en ella y cinco días en los que parecía estar en las nubes. Todo lo hacía por inercia y cada vez que sentía la puerta de la tienda, mi corazón se saltaba un paso con la ilusión de que fuera ella otra vez. 
Miles de cosas pasaron por mi mente. Que tal vez se había dado cuenta que todo aquello era una locura, que yo no era la persona que quería para todo aquello, que sus dudas se habían despejado luego de lo sucedido y ya no necesitaba que algo más sucediera ... en fin, opciones en las que en ninguna de ellas, Diana regresaría. 

Sólo una noche me dejó Ingrid en paz antes de plantarse en mi casa para que le contara lo que había sucedido. Me escuchó como siempre hacía, pero al final, me dijo lo único que sabía le haría caso; "Vívelo mientras dure Lissa. Sabes que no será por mucho tiempo". Tenía razón. Sabía que la tenía, pero sólo Diana sería capaz de detenerme. Aquella experiencia sería definitiva para ella, pero para mí, sería irrepetible e inolvidable. Ella estaría descubriendo sensaciones y emociones. Yo estaría regalándole lo mejor de mí para hacer de ese momento lo más especial posible. Haría lo imposible por adueñarme de un pedacito de su historia. Haría lo imposible por robarle una sonrisa cada vez que pensara o recordara ese momento. Haría lo imposible por grabarme en mi memoria cada segundo, cada minuto, cada hora que estuviésemos juntas. 
Por un momento quise pensar en positivo e imaginar un futuro juntas ... no pude hacerlo. Algo en mi corazón me decía insistentemente que no sería posible, que no guardara ningún tipo de esperanzas o de ilusiones, porque ella sería tan efímera como el aire que respiraba. Una gran tristeza me embargó. Sentí como si me apretaran el corazón hasta que casi dejaba de latir. No lograba entender por qué  me inspiraba tantas emociones, pero estaban allí a flor de piel. Llenándome de vida pero al mismo tiempo, despellejándome en vida. Las cartas estaban echadas, sólo faltaba jugar la partida y terminar el juego.
Llegó nuevamente a la tienda faltando poco para cerrar y esta vez llevaba una caja de pizza. Una sonrisa se dibujó en mi rostro al verla y todo a mi alrededor desapareció cuando me sonrió también. No me importaba perderme en ella al mirarla, viviría cada instante como si fuese el último. Sin mirar a los lados y sin pensar en las consecuencias, ya tendría tiempo después para ello.
En qué momento la tienda se vació, no lo supe. Por inercia despaché a las clientas y al instante siguiente ya estaba pasándole llave a la puerta. Me volví hacia ella sin dejar de mirarla y cuando finalmente la tenía cerca, la arropé con un fuerte abrazo. Un abrazo que le dijera sin palabras lo mucho que la había extrañado y lo mucho que me alegraba verla de nuevo. Para mi alegría, me correspondió de la misma manera y así nos quedamos un par de minutos hasta que mi estómago tronó por el hambre y rompimos a reír. 
  • Que inoportuno eh? _ Dije levantando una ceja.
  • No lo creo. Simplemente está reclamando que es hora de alimentarlo _ Respondió divertida.
  • Sí … lástima que no entienda que hay otro tipo de hambre que me apremia aún más _ Le dije con la voz un poco más ronca y mirándola los labios.
  • Si? _ Fingió inocencia. Yo sólo asentí - Qué tipo de hambre tienes? _ Preguntó en voz baja y mirando mis labios también.
  • Hambre de probar tus besos _ Hablé mientras rodeaba su cintura con mis manos y la ceñía a mi cuerpo suavemente - Puedo? _ Pregunté estando a milímetros de su boca.
Al comprobar que aunque no respondió a la pregunta, tampoco se apartaba de mí, cubrí la corta distancia entre nosotras y la besé. Al principio, sólo junte mis labios con los de ella, luego los fui acariciando para conocer lo suave y cálido que eran y lograr saborear su brillo sabor afrutado. Ella se dejó hacer, movía sus labios sólo ligeramente cuando era necesario que se amoldaran a los míos. Me atreví a acariciar su labio inferior con mi lengua, a quien de inmediato se unió la suya haciendo contacto por primera vez. Fue un roce lento, exploratorio, delicioso. Un roce que me erizó la piel.
Por segunda vez, mi estómago protestó haciendo que Diana rompiera el contacto y se riera. De no haber sido por el brillo de sus ojos al reír, hubiese soltado un par de improperios a soto voz, pero verla reír de esa manera me enmudeció y sólo pude unirme a ella.
  • Comamos ... ya después habrá tiempo para seguir _ Me animó e intentó separarse de mí.
  • Lo prometes? _ La retuve.
  • Es lo que más deseo _ Me dio un beso rápido y se soltó. 
Necesité de unos segundos para reaccionar, pues el sabor de sus labios me había dejado en el limbo. Eran tan suaves, tan redondeados, tan deliciosos que ese pequeño beso sólo aumentó mis ansias por sentirlos más ... pero ni modo, debía esperar.
Comenzamos a comer y yo sólo podía mirarla ... me era imposible no hacerlo. Ella me correspondía con esa mirada gacha que decía tanto y a la vez decía nada. Si ella supiera el poder que ejerce en mí con sólo mirarme de esa manera, pensé.
  • Qué? _ Preguntó divertida.
  • Eh? _ Dije saliendo de mi trance.
  • Por qué me miras así? _ Yo sonreí sintiendo que los colores se me iban a la cara.
  • Por nada _ Respondí.
  • No te creo _ Arrugó los labios en señal de que esperaba le explicara.
  • Nada ... de verdad ... yo sólo _ Hice el intento de buscar las palabras que solaparan la verdadera razón de mi embelesamiento, pero no las conseguí, así que me encogí de hombros y respondí - Sólo admiraba lo bella que eres _ Ahora fue su turno de sonrojarse y de morderse el labio inferior.
  • Ya pues!!! _ Dijo con pena - Tampoco es que soy una miss.
  • Tampoco yo, pero aun así estamos aquí _ Repliqué. No dijo nada más y siguió comiendo.
Decidí darle respiro, o más bien, darme respiro, porque definitivamente tenerla allí aceleraba no sólo mi corazón, sino mis sentidos. Sí, no podía negarlo, ese primer beso sólo había avivado mis deseos de más, pero por otro lado, no quería que todo fuese atropellado, lujurioso y sin sentido. Quería que cada paso que diéramos fuese a consciencia, disfrutado, saboreado y que la pasión sólo nos cegara en el momento en que debiera hacerlo, no antes; así que me dispuse a comer y guardar mis pensamientos irracionales en el fondo del baúl.
  • Cómo has estado? El trabajo? _ Pregunté para hacer conversación.
  • Normal. El trabajo igual que siempre _ Respondió sin mucha emoción y nuevamente se hizo el silencio.
  • No estás de mucho hablar hoy no? _ Dije luego de una pausa.
  • En realidad ... nunca soy de mucho hablar _ Se encogió de hombros - El que lo haga contigo es la excepción.
  • Ya ... y el que no lo hagas hoy debe alarmarme? _ Pregunté con cautela.
  • No _ Negó con la cabeza también - Es sólo que no sé qué decir _ Bajó la mirada.
Di un par de bocados a mi porción de pizza antes de volver a hablar. En ese momento caí en cuenta de la línea tan frágil sobre la que caminaba. Diana quería tener aquella experiencia, pero en realidad, un sólo movimiento en falso de mi parte y saldría corriendo sin mirar atrás.
  • No tienes que decir nada si no quieres ... es más, podemos simplemente disfrutar de la pizza, que por cierto está muy buena, y ya. No tenemos por qué hablar  _ Le ofrecí.
No respondió, pero tomé su silencio como una confirmación de mi propuesta. Nos mantuvimos así durante unos minutos, en su caso podía ver que mil cosas rondaban su mente, en mi caso, sólo una la ocupaba. Ella.
No me sentía cómoda con aquel silencio, sentía que aquello levantaba un muralla invisible entre nosotras y que indudablemente, haría más difícil el acercamiento. Pero si era lo que ella necesitaba para empezar, así lo haría.
  • Tengo miedo _ Dijo al fin, luego de dejar la pizza a un lado.
  • Lo sé _ La imité - Yo también _ Ella arrugó la cara incrédula.
  • Tú por qué? Sabes exactamente qué hacer y qué esperar.
  • En teoría sí, pero cada experiencia es diferente Diana ... nunca es igual ... es decir, en lo mecánico sí lo es, pero la química, el felling que se puede sentir, eso cambia de una persona a otra.
  • Pero sabes cómo responder ... sabes qué hacer llegado el momento _ La preocupación en su rostro era total.
  • Sí y no ... no te conozco, no conozco tu cuerpo, tu sensibilidad, no conozco tus gustos ... en eso, yo también estoy en blanco.
  • Pero sabes como ... _ Dejó la frase en el aire - Y si yo no puedo? ... Y si no soy capaz de responder? _ Preguntó con preocupación. 
  • No habría ningún problema _ Traté de tranquilizarla.
  • Cómo que no!!
  • No lo habría Diana. Sé perfectamente que esa es una opción y no estoy esperando nada en absoluto ... todo esto _ Nos señalé a ambas - Se trata de ti, no de mí.
  • Sí pero ... 
  • Entiendo tu angustia y tu miedo ... pasé por ahí hace mucho así que créeme ... lo que tenga que ser, será. Saldrá de ti de manera natural ... bien sea porque lo rechaces o porque lo disfrutes.
  • Y si no te gusta lo que yo haga?
  • Y si no te gusta a ti? _ Le devolví la pregunta - Crees que no temo que no te guste el cómo te toque, el cómo te bese, o lo que sea que haga?
  • Me gustó como me besaste _ Dijo antes de morderse el labio.
  • Y a mí me gustó besarte, pero no me refiero a ese tipo de beso _ Se sonrojó de inmediato - No es igual y no sé si me permitas hacerlo.
  • Por qué crees que no te dejaría?
  • Porque una cosa es decir que sí y otra muy distinta es hacerlo ... permitir que te toque más allá del roce casual o del abrazo ... permitir que te bese en lugares donde sólo tú tienes acceso ... permitir que otras manos, otra piel, otro cuerpo se adueñe del tuyo y de tus sensaciones _ Fijé la mirada en sus ojos un instante - Realmente me dejarás?
Tragó grueso y bajó la mirada hasta sus manos inquietas.
  • Diana _ Extendí mi mano hasta tocar la de ella para que me mirara. Cuando subió la mirada, hablé - No te digo esto para asustarte, sólo quiero que estés segura de que es esto lo que deseas.
  • Lo deseo _ Dijo de inmediato - Pero no deja de darme miedo ... no sé qué esperar y eso me aterroriza.
  • Si te digo que no haremos nada con lo que no te sientas cómoda, te sentirías más tranquila? _ Sólo me miró - Que si sientes que no puedes o que no quieres, pararemos y todo estará bien? ... Te lo dije antes, esto se trata de ti, no de mí. Haremos sólo lo que tú quieras hacer.
  • Suena un poco arbitrario no? _ Dijo luego de unos instantes.
  • Pero es mi decisión aceptarlo así ... lo hago porque quiero, no porque me lo estés imponiendo.
  • Y qué pasaría contigo si yo no pudiera hacerlo?
  • Tendría que salir corriendo a darme una ducha de agua fría _ Sonrió un poco - Escucha ... no te preocupes por mí sí?  Yo sé en lo que me estoy metiendo y sé lo que puede pasar, así que no te preocupes _ Apreté ligeramente la mano que le tenía agarrada y le sonreí para darle tranquilidad y confianza en lo que le decía. 
A partir de allí comimos más tranquilas y con el ambiente más ligero. Me moría por sentarnos en el puff nuevamente y poderla abrazar, pero no quería parecer desesperada, así que seguí su ritmo en la conversación y sólo cuando se hizo evidente que estábamos rellenando espacios fue que le propuse irnos al fondo de la tienda como la vez anterior.
Esta vez, pasé mi brazo sobre sus hombros y la pegué a mí mientras caminábamos y ella me correspondió pasando su brazo por mi cintura. Caminamos en silencio, pero sin incomodidades, sólo disfrutando de esa pequeña cercanía.
Nos acomodamos en el puff igual que en la oportunidad anterior, sólo que esta vez, ella estaba más proactiva. No sólo se apoyó en mi costado y pasó su mano sobre mi abdomen, sino que también pasó una pierna sobre mí, acomodándola entre mis piernas. Por mi parte, le di la apertura necesaria para que se sintiera a gusto.
Esta vez no sólo le acaricié la espalda y brazo, sino que con la yema de mis dedos, recorría su perfil, su mejilla, el nacimiento de su cabello ... la sentí suspirar y eso me hizo sonreír. Se sentía cómoda con aquello y me llenaba de alegría, porque era una prueba inequívoca de que estaba confiando en mí.
Ella se incorporó un poco para levantar la cara y quedar a mi nivel; me miró y ladeó la cabeza.
  • Por qué sonríes? _ Preguntó curiosa.
  • Porque se siente bien estar así _ Ella sonrió también sin dejar de ver mis labios.
  • Sí ... se siente muy bien _ Dijo casi entre dientes.
Sin dilatar más el momento, se acercó y finalmente nos besamos otra vez. Esta vez no fue un beso casto o ligero, esta vez fuimos más allá e hicimos que nuestras lenguas se conocieran y danzaran al mismo ritmo. Alternando su dominación, sus ansias de explorar y deleitarse la una con la otra. Alternaron roces suaves y provocativos, con roces rápidos e impetuosos. Juegos de labios y pequeñas mordidas que sólo arrancaban gemidos de mi boca. Besos lujuriosos que nos llevaban a abrazarnos con más fuerza y a necesitar un mayor contacto entre nosotras.
Mi piel se puso más sensible, mis sentidos estaban todos más despiertos y mi necesidad se hizo más presente ... sentir cómo con cada movimiento se iba colocando más sobre mí y amoldar su cuerpo al mío. Sentir sus piernas enredarse con las mías, sus brazos tratando de abarcar mi cuerpo ... y mis brazos, aprisionándola hacia mí. Todo un conjunto de sensaciones que de manera inevitable mandaron corrientes intensas en mi centro que se hacían dolorosas cada minuto.
Mi corazón ya no cabía en mi pecho de tanto correr. Mi mente perdía toda cordura con cada segundo que pasaba. Besarla, era una droga que estaba conociendo y que sin remedio, se convertiría en mi adicción. Necesitaba aire, necesitaba tiempo para recuperar mi autocontrol, pero mi necesidad de su boca me dominaba por completo y lo único que pude hacer fue abandonarme al delicioso placer de sus besos. Metí mis dedos entre su cabello asegurando que no se alejara y allí nos entregamos a una sesión extendida de besos, de pequeños gemidos y de pequeños roces que elevaron hasta un punto muy alto, la temperatura de nuestro cuerpos y del ambiente.
Luego de quien sabe cuánto tiempo, se separó de mis labios y pegó su frente a la mía. Respirábamos pesadamente y nuestras manos, sólo se aferraban a lo que sea que estuviésemos agarrando. En mi caso, su cabello y su espalda. En el de ella, mi camisa a ambos lados.
  • Que beso!!! _ Dijo más para sí misma que para que yo la escuchara, pero por la proximidad fue inevitable.
  • Ujuuu _ Fue lo único que logró salir de mi boca.
Levantó su rostro y me miró con sus ojos dilatados por las sensaciones y brillosos por la excitación del momento. Me miró los labios nuevamente y esta vez fui yo la que con mi mano en su cabello, la acerqué a mí para continuar nuestro idilio de besos.
No hubo palabras, no hubo conversaciones, no hubo interrupciones. Sólo nuestros labios hablaron entre sí. Grabé en mi memoria cada centímetro de sus labios, la dulzura de su boca, la delicia de su lengua. Grabé en mi memoria la suavidad de su rostro al besarlo casi por completo, la línea fina de sus cejas, sus párpados tibios y delicados, su nariz pequeña y perfilada, su frente y mentón redondeados ... el nacimiento de la oreja y su lóbulo ... era tan maravilloso besar cada parte de ella, o al menos lo que la ocasión me permitía conocer, que fue imposible no viajar mentalmente hacia otros lugares de su anatomía e imaginar cómo serían. Esto casi me hizo gemir de deseo, pero logré retenerlo en mi garganta. Por mucho que todas las señales me indicaban que si lo intentaba, tal vez podría avanzar más de donde estaba, no era el momento. No era el lugar, así que reprimí esos deseos y me centré en seguir deleitándome con esa boca deliciosa.


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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Kam Zoe - Derechos Reservados
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8 comentarios:

  1. Wowww que emocionante capítulo lleno de sensaciones y ternura creo que para Diana
    No,es solo saber con respecto a su sexualidad Diana creo que a todas luces esta enamorada Melissa me ha encantado este capítulo ya quiero leer el siguiente por favor no tardes mucho te vuelvo a decir me gusta como escribes un saludo esta vez con un abrazo incluido desde Chile Gladys Urzúa

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  2. Wauuuu que descripcion del beso me hizo querer un beso asiiii !!!pero de la persona de la que estoy enamorada

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  3. Me estoy volviendo adicta a tus letras ;)

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  4. Primero que nada agradecer a la autora de la historia ya que me tiene enganchada con esta. Saludos

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  5. Gracias Gladys, saludos y abrazos de mi parte para ti también :)))))
    Jajajajajajaja pues sí, la musa estaba inspirada en el momento en que escribí la escena del beso, así que sólo dejé fluir las ideas. Creo que funcionó :p
    Nada que agradecer. Es muy grato para mí volver a escribir luego de tanto tiempo y encontrarme con la receptividad que he tenido de ustedes, así que quien debe agradecer soy yo. Por leer mi relato y dejar su huella en los comentarios.
    Mil gracias.

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  6. Woow....que exquisita manera de describir ese beso!!pude casi sentirlo en tus palabras guapa!!!
    Sigue asi que aca somos varias con ansias de seguir leyendo tu historia.
    Besotes!!mia de bsas.

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  7. Wuau! Fue tan bueno (? No se me ocurre otra palabra) la descripción del beso es como si lo sintiera. (Nunca un (a) escritor (a) me hizo sentir en lo zapatos del personaje, me quito el sombrero, si tuviera uno).

    La vida esta echa de instantes unas más largas que otras, desde que salimos del vientre materno hasta que somos mayores viviendo tristezas y alegrías incluyendo las relaciones amorosas o esporádicas, aun así llegan hacer unas más profundas que otras que dejan huella.

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  8. Pues me satisface muchísimo que hayan podido sentir ese beso tal y como lo concebí cuando lo escribí. Logré el objetivo y eso me hace muy feliz.
    Saludos :))))

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