Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

No mires atrás - Kam Zoe - 4

No mires atrás 4
  • ... la presentación fue todo un éxito a la final. Las mil cosas que nos pasaron no impidieron que hiciera mi trabajo, lo presentara y finalmente aceptaran la propuesta _ Lucía culminó su cuento muy contenta - Pero de verdad les digo, más nunca repito algo así. Ni loca _ Todas nos reímos.
Estábamos en la sobremesa luego de la cena a la que Ingrid nos había invitado. Ingrid es mi amiga de toda la vida. Aceptamos nuestra homosexualidad casi al mismo tiempo y eso nos unió mucho más de lo que ya estábamos antes de ello.


Estaba pendiente de mí desde mi separación de Sofía y al decirle que estaba saliendo con Lucía no tardó en programar salidas o cenas en su casa en la que pudiera integrarla a nuestro círculo íntimo. Ingrid, Maribel y yo..
  •  Raquel una amiga, trabaja en publicidad igual que tú y cuando está en esos procesos creativos se desaparece del mapa. No atiende llamadas, ni acepta invitaciones de ningún tipo. Supongo que eso le evita tener la mayor cantidad de inconvenientes _ Dijo Maribel.
  • Suelo hacer lo mismo, pero ese día me insistieron tanto y yo estaba tan ansiosa de ir a ese viaje, que no pensé ocurrirían tantas cosas y se me dificultara terminar el proyecto.
  • Definitivamente cuando más uno se confía, más imprevistos ocurren _ Agregó Ingrid.
  • Así es. Pero ya aprendí la lección.
  • Eso quiere decir amiga mía _ Me habló Ingrid - ... que tendrás tu propia versión de Raquel  jajajajajaja.
Yo sólo sonreí con aquello. Ingrid tenía la mala costumbre de adelantarse a los acontecimientos, de darlos por hecho mucho antes de tan siquiera vislumbrar su existencia, así que ya estaba acostumbrada a sonreír a sus loqueras. En este caso en particular, todo lo sentía tan forzado que no dejaba de venirme a la mente lo dicho a Diana "Si es forzado, no hay nada que hacer" ... El problema era que aunque fuese forzado, era lo único que me hacía recordar mi lugar y en lo que no debía pensar.
  • Está otra vez en su proceso creativo? _ Pregunté luego de sacudir la cabeza mentalmente para incorporarme a la conversación - No ha venido a las dos últimas reuniones.
  • Bueno ... está en un proceso creativo muy distinto _ Dijo Maribel de manera sarcástica.  
  • Cómo es eso?
  • Está saliendo con una chiquilla ... parece que le está pegando la crisis de los 40.
  • Una chiquilla? _ Preguntó Lucía.
  • Una chica de 21 años _ Respondió Maribel levantando una ceja - Puedes creer? _ Fue inevitable que un nudo se formara en mi garganta al escuchar aquello.
  • Sí bueno, es su elección amor, ya sabes como es ella _ Trató Ingrid de desestimarlo.
  • Claro que es su elección!! Pero debería pensar más con la cabeza y no con su ... ya saben con qué.
  • Cierto, pero sabes que no lo va a hacer, así que lo mejor es dejarla tranquila mi vida.
  • Dejarla tranquila para que después tengamos que consolarla cuando la dejen por alguien más joven??? Porque eso es lo que va a ocurrir!!! _ Qué podía decir yo de aquello? Si a la final, esa era la conclusión lógica.
  • Tienes razón amor, pero no podemos hacer nada. Esperar que pase la aventura y luego se verá. _ Trató de calmar los ánimos, pero logró el efecto contrario, pues Maribel sintió que estaba de parte de Raquel y ahí comenzó a pelearle.
Ingrid me vio con cara de "qué he hecho?" y acto seguido buscó la salida más rápida, me pidió que la acompañara al carro para buscar más vino. Lucía sólo sonreía ligeramente tratando de no mostrar demasiado lo divertida que estaba con todo aquello. Si bien era cierto que Raquel era dueña de sus actos, también era cierto que tenía esa costumbre de desaparecerse cuando conocía a alguien nuevo y que pensaba no encajaría con nosotras ... pero quien podía culparla, una chiquilla de 21 años qué podía tener en común con nosotras? 
  • Suéltalo! _ Dijo en cuanto entramos en el ascensor.
  • Eh? _ Pregunté sin entender.
  • Quién es la chica?
  • De qué estás hablando? _ Dije con desconcierto.
  • Podemos pasar todo el rato en esto Lissa, así que por qué no nos ahorramos tiempo y me dices quién es la chica?
Me quedé descolocada totalmente. Cómo sabía? Me había visto en la tienda? Pero que pudo ver si sólo hemos hablado?.
  • Cómo sabes que hay una chica? _ No podía ocultar mi desconcierto.
  • No estaba segura, pero ahora sí lo estoy _ Me guiñó el ojo mientras me sonreía.
  • Pero cómo ...?
  • Tengo toda la vida conociéndote Lissa, así que sé reconocer tus expresiones y la tuya fue de pronóstico cuando se mencionó lo de Raquel y su niñata.
  • Pero no era por mí _ Traté de evadirla.
  • Ay por favor!!! 
El ascensor llegó a planta y caminamos en silencio hasta el carro. Pero Ingrid no abrió la puerta, sólo se apoyó al carro con su cadera mientras que cruzaba los brazos y me miraba con una ceja enarcada. No había nada que hacer. Esta mujer me desnudaba el alma con sólo mirarme, así que aunque no quisiera, terminé respirando hondo y comencé a contarle todo ... o más bien lo poco que había ocurrido.
  • Eso es todo? _ Preguntó entrecerrando los ojos.
  • Sí. Eso es todo.
  • Déjame entender algo ... se han visto pocas veces y ya andas colada por esa chica?
  • No estoy colada Ingrid
  • Ah no? Pero lo disimulas muy bien _ Dijo con sarcasmo. No respondí nada. Qué podía decir si ni yo misma entendía lo que estaba pasando. - Lissa ... _ Se frotó los ojos antes de hablar - Estás en un período muy vulnerable. A penas estás saliendo de una relación a la que se le extinguió la chispa, las ganas de vivir aventuras nuevas, de una relación estancada, así que es normal que cualquier situación "nueva", "diferente" te haga volar _ Hizo una pausa - Pero no puedes involucrarte en algo así ... tú no eres de vivirlo y dejarlo pasar Lissa, no sabes simplemente pasar el rato sin involucrarte y sabes que es un suicidio involucrarte con una chica hetero que sólo quiere experimentar ... porque estás clara que sólo quiere experimentar no?
  • Todas pasamos por eso _ Traté de defenderla.
  • Claro que sí, pero no buscamos una vieja para aprovecharnos de su vulnerabilidad.
  • Gracias por lo de vieja _ Dije enarcando las cejas.
  • Sabes a lo que me refiero ... ni siquiera sabes su edad o si?
  • No ... pero no debe tener más de 25 años.
  • Entonces le llevas un mínimo de 17 años ... que bien no? Tú primera vez fue con alguien así?
  • Sabes que no. 
  • Eran otros tiempos, lo sé. Y porque lo sé es que te digo que corras de ahí. Ahorita las chicas sólo quieren probar, curiosear, vivir nuevas experiencias, pero de ninguna manera eso implica que quieran cruzar la acera. Ahora es una moda. Es lo chic de estos tiempos. Es vivir el morbo de intimar aunque sea una vez con alguien de su mismo sexo, pero sólo eso.
  • Tiene dudas Ingrid, no es sólo curiosidad.
  • Pues que las aclare, pero lejos de ti!!!! ... o mejor dicho, aléjate tú de ella ... si es que ya no es demasiado tarde.
  • La veo sólo si va a la tienda así que ... 
  • Cuando vaya ... trata de no seguir involucrándote en eso amiga, de verdad _ Me miró con angustia - Y si lo haces ... por favor, POR FAVOR!! Hazlo a sabiendas de que será sólo algo pasajero. No te enganches allí. No esperes nada más que eso, de acuerdo?
Asentí y ella también lo hizo, pero su expresión de preocupación me dijo que no creía pudiera hacerlo ... y en honor a la verdad, yo tampoco estaba segura de ello. Esa chica me descompensaba demasiado y perdía toda voluntad cuando me miraba o me hablaba, así que cómo hacer para alejarme o apartarme si volvía a la tienda nuevamente? En ningún momento había mostrado interés en mí, pero sabía que si lo llegaba a hacer, yo estaría perdida en sus manos de inmediato.

Al subir nuevamente, decidí que no pensaría más en Diana, que haría lo posible y lo imposible por centrar mi atención en quien debía; Lucía, así que desde ese momento, comencé a ser más receptiva hacia ella y sus atenciones hacia mí.

No lo esperaba, pero cuando la llevé a su casa me invitó a subir para tomarnos una copa de vino. Sabía el trasfondo de esa invitación y aunque no estaba del todo preparada para intimar con alguien otra vez, sabía que si no daba el primer paso, siempre buscaría una excusa para no hacerlo, así que me armé de valor y acepté subir.

Debo decir que a pesar de mis dudas iniciales, todo transcurrió estupendamente. Lucía era una mujer muy sensual y muy sexy y no le llevó mucho trabajo despertar mis sentidos y mi necesidad. Entendió mi aprensión inicial y con paciencia y calidez, fue derribando uno a uno todos mis frenos, mis resistencias. Un par de horas después, era yo la insaciable, la que no le daba respiro, la que no lograba saciar su sed. Era yo la que le robaba gemidos y gritos de placer a Lucía. Era yo la que estaba sumergida totalmente en su cuerpo, en su intimidad, devorando cada fluido que salía de ella, disfrutando de como su interior aprisionaba mis dedos y se deshacía en espasmos.

Cuando finalmente el cansancio nos venció y Lucía cayó en un sueño profundo, pude pensar y concientizar lo que había pasado. El como me había sentido y en la necesidad que tenía de sentir mi cuerpo vibrar de deseo y de pasión. Estaba agotada, pero era como si mi cuerpo se hubiese despertado de un extenso letargo y que ahora, no lograba apagar. Ni siquiera por el agotamiento o el sueño. Me reí mentalmente pues no podía dejar de pensar que estaba actuando igual que una adolescente ... adolescente ... Diana.

Dios por qué siempre tenía que aparecer ella en mis pensamientos, incluso ahora después de haber pasado horas haciendo el amor con una mujer como Lucía? Resuelta a no dejar que siguiera invadiendo mis pensamientos, me abracé a Lucía para dormir. Afortunadamente, logré entregarme al sueño sin problemas.

Pasaron un par de semanas más antes de que Diana apareciera otra vez. Durante ese tiempo, debo confesar que no le había dado respiro a Lucía, tanto, que las 3 últimas noches me había pedido que no subiera con ella a su casa pues debía terminar un trabajo y sabía que no la dejaría hacerlo. Me sentía muy bien, no lo negaré, pero por alguna razón tenía la impresión que ese deseo insaciable que tenía, no era sino un mecanismo para no pensar, para no desear, para no anhelar a Diana. De eso me di cuenta al verla entrar a la tienda con sus tenis, su jean pegado que torneaban sus delgadas piernas, su chaqueta azul rey de algodón que se adhería a su torso y dejaba ver sus curvas, el cierre a medio cerrar dejando al descubierto el pequeño escote de su franelilla blanca y sus senos, que sin ser muy grandes, se hacían notar. Su cuello largo y delgado, preámbulo de su mentón redondeado, sus labios rellenos al igual que sus pómulos, y sus ojos ... sus hermosos ojos marrones perfectamente maquillados haciendo de sus pestañas más largas y alineadas ... Estaba perdida. Un mínimo empujón y caería al vacío.

Cuando nuestras miradas se encontraron, pude ver que tenía sus ojos fijos en mí. Dudé por un momento si era porque se había dado cuenta de mi indiscreta mirada o si era por otra cosa. Preferí pensar lo primero y no hacerme ideas erróneas.

  • Bienvenida! _ La recibí con una sonrisa cuando llegó hasta la barra.
  • Hey! _ Sonrió sólo un poco. Me miró unos instantes más antes de voltearse un poco para mirar a su alrededor y ver que había una mesa de tres ocupada, dos de las mesas del fondo ocupadas, una chica revisando los estantes de libros y nosotras dos - Ocupada? _ Se volvió hacia mí.
  • Sólo un poco _ Asentí - Cómo estás?
  • Bien _ Dijo mirando hacia sus dedos que se movían inquietos sobre el mostrador.
Estuve a punto de preguntarle que le pasaba, pero decidí no hacerlo. Involucrarme sólo haría más intensa la atracción que estaba creciendo en mí.
  •  Te sirvo lo de siempre? _ Ella me miró un instante mientras asentía con la cabeza y se volvía a mirar hacia la tienda - Si quieres siéntate en tu mesa y te lo llevo en unos minutos. Quieres una torta de chocolate? Recién me la trajeron hace poco.
  • Sí, gracias _ Lo que fuera que le pasara, se aligeró un poco con la idea de la torta. 
Caminó hacia la mesa del fondo sin llamar mucho la atención. Se sentó y se quedó con la mirada perdida en la nada. Que ganas de ir hasta ella y abrazarla. No quería saber. No me interesaba saber. Sólo quería darle cobijo y alejar de su mente aquello que la estuviese atormentando. Porque era obvio que algo la estaba perturbando.

Terminé el té, serví la torta y me dispuse a llevárselos. Cuando se percató que me acercaba, me fijó la mirada nuevamente. Mi corazón comenzó a latir rápidamente y mis manos a temblar. Tuve que retener la respiración para no tirar la taza y que se diera cuenta de mi reacción.

Lo coloqué sobre la mesa con cuidado y traté de sonreír como si nada.
  • Qué lectura te provoca hoy?  Ligera, de investigación, drama ...? _ Dejé abierta las opciones. 
  • Ligera. 
  • Muy bien. Deja ver que tengo por allí 
No le di tiempo a decir más, simplemente me fui hasta el estante de los relatos encuadernados y busqué un par que eran cortos, pero divertidos. Recuperé mi autocontrol antes de llevárselos y regresar hasta la barra. Durante ambas acciones, sentí su mirada pegada a mí, pero fingí no darme cuenta y continué con mis tareas habituales.

Unas clientes frecuentes me invitaron a sentarme con ellas un rato y así lo hice. No quedé de frente a Diana, pero lograba verla de reojo y sentí, más que ver, que miraba hacia donde yo estaba con más frecuencia que con la que veía el libro de relatos. Quería creer que esa mirada insistente era por mí, pero al observar a las 3 chicas con las que estaba, me di cuenta que cualquiera de ellas podía ser objeto de la atención de Diana y que no era precisamente a mí a quien miraba. Incluso en ese momento entendí su retraimiento. De seguro alguna de ellas le había gustado y no sabía cómo manejarlo. Sentí cierta decepción, pero a la vez, sentí alivio. Tal vez, y sólo tal vez si ella se interesaba en alguien específico, mi atracción por ella disminuiría ... qué clase de lógica era esa? No lo sabía, pero es que en definitiva, ya no sabía que sentir o que pensar cuando de Diana se trataba.

No pasó más de una hora antes de que se dirigiera hacia la barra con la taza vacía y su bolso. De inmediato la alcancé pensando que a lo mejor deseaba algo más, pero al ver que sacaba dinero para pagar, fue evidente que se iba.
  •  Te vas tan rápido? _ La pregunta salió de mi boca mucho antes de que pudiera contenerlas.
  • Sí. No tengo muchas ganas de leer en realidad _ Dijo con desgano.
  • Pensé que era eso lo que querías.
  • No ... lo que quería era ... _ Se mordió el labio inferior un momento - Nada. Olvídalo.
  • Qué pasa? ... Qué necesitabas? _ Podía dejarlo pasar. Debía dejarlo pasar, pero no pude.
  • Nada ... No importa. Igual estabas ocupada.
  • Querías hablar? _ Pregunté dudosa.
  • Sí, pero tampoco es que fuese para algo importante.
  • Pensé en darte espacio para leer y no importunarte con tanta charla.
  • No me molesta hablar contigo, todo lo contrario ... pero hoy estás ocupada así que mejor me voy _ Dijo encogiéndose de hombros.
Cuantas ganas tenía de decirle que se quedara, que yo también deseaba hablar con ella, compartir con ella. Pero me callé. Me tragué esas palabras.
  • Invita la casa _ Le dije cuando me extendió dinero para pagar lo consumido.
  • Oh no!! No puedo aceptarlo _ Negó con la cabeza y rodó el billete hasta mis manos que estaban sobre el mostrador..
  • No es una pregunta. Es un hecho ... la casa invita _ Imité su movimiento devolviéndole su dinero.
  • Gracias _ Respondió tímidamente.
  • Es un placer _ Le sonreí. Guardó su dinero y nos quedamos allí en silencio por unos instantes.
  • Bueno ... me voy _ Me sonreí con desgano, pero justo cuando se disponía a caminar hacia la salida la llamé.
  • Diana! _ Ella se volvió hacia mí otra vez.
  • Si?
  • Yo ... sólo pensé que querías tiempo para ti _ Dije a manera de disculpas.
  • Entiendo _ Asintió - Bueno, nos vemos _ Salió antes de que pudiera decir algo más. 

Entrelacé mis manos con fuerzas para evitar salir corriendo tras de ella. Debía dejarla ir. En todas las maneras posibles. Diana representaba un abismo en el que no debía caer. Tentador. Hermoso. Sublime. Pero abismo al fin.
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Kam Zoe - Derechos Reservados
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6 comentarios:

  1. Maravillosa está historia! Saludos desde Ecuador!

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  2. hermosaa historia.. por favor la continuacion pronto. saludos desde Argentina

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  3. hola se me perfilo una idea fija en cuanto a raquel pero tengo miedo que joderte la historia asi que espero el proximo capitulo y te digo mi idea.besos

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  4. Muy buena historia , sigue así.
    Esperando la conti.
    Saludos desde España. ; p

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  5. Gracias a todas por comentar, está de más decir que me hace muy feliz que la disfruten y mantengan el interés en la historia.
    Karina: aclarada tu teoría, sólo te queda esperar a ver que ocurre en las siguientes entregas jajajajajaja. Saludos

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  6. Cada vez Melissa no puede evitar la atracción que siente por Diana. No me parece bien que use a Lucia para dejar de pensar en Diana lo único hace es todo lo contrario más sentir el deseo de estar con ella.

    Vaya que se conocen más personajes a Raquel, Ingrid y Maribel.

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