Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Te juro que no recuerdo nada - Vall Lynch - 5

5.

Observaba a mi hermano juguetear con una de nuestras compañeras de curso. Era todo un Don Juan. Por ser mellizos él aseguraba ser la parte hermosa, cosa que nunca entendí ya que éramos bastante parecidos. Después del asunto con mi amiga se burló diciéndome que saqué su encanto con las mujeres.


Los días me habían pasado por encima sin darme cuenta, entre el interrogatorio de mis padres para asegurarse si yo era lesbiana y si tenía una relación con mi amiga, los murmullos en el liceo y mi hermano con sus dotes de gurú. Todos esos días, uno tras otro, trataba de convencerme de que todo mejoraría, que pronto cesarían los comentarios e interrogatorios y día tras día me daba cuenta de que no pararían, no podría hacer nada más que ignorarlos, de todos modos no me importaba mucho la gente sólo me preocupaba Vanessa, siempre tan mortificada con todo lo que la gente comentase, no entendía por qué le afectaba tanto el tema y no quería pensar que era homofóbica, eso me dolería muchísimo porque ya me estaba costando bastante no ir a su casa y exigirle que me diera explicaciones de por qué no quería hablar conmigo ni verme ni nada. Pero eso ya lo sabía y no tenía que andar haciendo espectáculos en casa ajena.

Había pensado mucho en ella y en lo que estaba creciendo dentro de mí, esas ganas inmensas de vela, de hablar con ella, de sentirla cercad de mí, algo que no me había pasado antes o tal vez ahora era que lo estaba notando y tenía cierto miedo porque si este tema le molestaba tanto a ella, lo que yo estaba sintiendo sería la gota que derramaría la copa.

-¡Daylis!- era Johana sacándome de mis pensamientos como siempre tan llena de energías.

-Hola- dije sin más.

-Vaya, qué alegría la tuya- me dijo sarcásticamente.

-Disculpa- me limité a decir.

-Cambia esa cara- me dijo mientras me pellizcaba una mejilla- ¡Hay fiesta y tú y yo iremos a divertirnos!- dijo tomando asiento a mi lado.

-No, gracias, no estoy de humor- le dije amablemente.

-No acepto un NO por respuesta- me dijo muy seria- Vamos, has estado muy apagada últimamente… Incluso más de lo normal- concluyó escrutándome el rostro.

-Es cierto hermana- interrumpió mi adorado mellizo sentándose en mi mesa con su pose de galán. Puse cara de hastío y al notar esto agregó- Vanessa estará allá ¿No la quieres ver?- esa cara de encantador para las estúpidas de mi liceo y mi barrio era repugnante para mí, no porque fuera mi hermano sino porque odiaba su actitud de entrometido sin ni una gota de escrúpulo.

-Nadie está hablando contigo- le dije poniéndome en pie para luego marcharme.

Era la hora de receso y solo quería estar tranquila y sola pero al parecer el curso era más interesante que el patio. Fui al baño y me encerré hasta que la hora libre pasó, las clases, los chistes, todo me sabía a nada. Camino a casa aguanté a mi hermano nuevamente mientras Johana lo secundaba preguntando quién era la tal Vanessa, había comenzado a mostrar un interés particular en todo el problema que se me presentaba, tal vez se identifica por su preferencia aunque ella tenía mi mismo pensamiento en cuanto a la gente y sus meteduras en vidas ajenas. Le dije que me pensaría lo de la fiesta, de todos modos cabía la posibilidad de que mi amiga también asistiera y así podríamos hablar. Ya en casa me encerré en mi habitación a escuchar "Tranzas- Morí”, "Safree- Quédate a mi lado” Y para rematar "Café Tacuba- Eres ". Ésta última me hiso pensar mucho en mi amiga, Johana tenía razón, estaba demasiado apagada. Entonces mientras sonaba la última canción recibí una llamada de mi amiga y todo tomó color, actué normal y no la presioné pidiéndole que llegáramos juntas a la fiesta, quería que estuviéramos bien.

Pero todo mi plan se vino abajo cuando Johana se pegó como chicle en la jodida fiesta, era mi amiga, la apreciaba pero algo me decía que se estaba pasando de la raya pero aun así no le dije nada, Vanessa estuvo muy extraña, sabía que se habían caído mal en cierto punto y no supe cómo manejar la situación, pensé que todo marcharía bien al pasar las horas, después de todo era una fiesta, habíamos ido a divertirnos y disfrutar. Pero Johana estaba disfrutando demasiado y me arrastraba junto con ella en su diversión. La dejé que hiciera lo que quisiera, pensaba que todos nos estábamos divirtiendo a pesar de todo, incluso cuando comenzó a bailarme por todos lados. Pensaba que solo era un juego. Me estrujaba su cuerpo en un vaivén interminable, subía y bajaba provocando confusión en mí con sus movimientos, todo el mundo silbaba y parecían divertirse bastante. Así, de pronto en una última subida se dio la vuelta quedando frente a mí, acarició mis brazos mientras me miraba de una manera que ya me empezaba a preocupar. Al parecer tenía pensado cumplir la petición de los espectadores.

-¡Suficiente!

Vanessa me tomó de la mano y fue entonces cuando me di cuenta de lo que estaba pasando. Tiró de mí tan fuerte que pensé me arrancaría el brazo mientras salíamos tropezando con el montón de gente que nos miraban absortos, sorprendidos y algunos burlándonos.

Cuando por fin llegamos afuera traté de que se detuviera. Tiré de ella ya que detenerme no hiso que ella se detuviera.

-¡Hey!- le dije. Se volteó y me miró con cara de enfado de la cabeza a los pies.

-Disculpa- dijo secamente soltándome y mirando hacia un lado.

-¿Estás bien?

-Sí.

-¿Segura?

Resopló y me miró.

-No, no estoy bien- me dijo- ¿Por qué nunca me hablaste de ella?- me preguntó muy seria.

-Bueno, no era importante… Solo es una compañera…

-¡Sabes cómo están las cosas y traes a alguien como ella para llamar la atención!

-¿Disculpa?- no podía creer lo que estaba escuchando.

-Ella no me agrada- me soltó con un mohín.

-Ni siquiera la conoces.

-Ya vi suficiente de ella, créeme que me bastó.

-No entiendo qué es lo que te molesta- volvió a apartar la vista de mí. Por alguna razón eso me hacía enojar.

La miré detenidamente. Sabía que Johana se había pasado un poco de contenta pero aun así no entendía por qué se había molestado tanto como para sacarme arrastras de la fiesta delante de todo el mundo como si yo fuera una muñeca de trapo vieja.

-No es nada, sólo no me agrada.

-¿Qué es lo que no te agrada de ella? ¿Qué sea divertida? ¿Sociable?

-Su exceso de confianza… Contigo- me dijo con una expresión en el rostro que no supe interpretar.

-Vanessa…- traté de hablar pero no me dejó.

-Estaba toqueteándote delante de todo mundo… como si fueran…
-¿Como si fuéramos lesbianas? ¿Es eso lo que quieres decir?- le dije ya bastante molesta.

-Iba a decir, como si fueran pareja- me dijo mirando el suelo.

-Sólo somos amigas- le dije dando un paso hacia ella intentando que me mirara.

-Está bien, de todos modos no es asunto mío si lo son o no. Es solo que todo el mundo estaba ahí… Y… Se burlaban…

-Eso no me importa- le dije acercándome más. Entonces alzó la vista y me miró- Deja de darle importancia a la gente, porque ellos siempre tendrán algo de qué hablar- le dije sonriente.

-Tienes razón- se me quedó mirando justo a los ojos y también la miré igual.

La brisa estaba fresca esa noche y al salir del calentón de la fiesta sentía un alivio tremendo. Tomé sus manos con las mías, siempre me encantaba hacer eso cuando discutíamos por algo, me hacía sentir que rompía cualquier distancia entre nosotras. Me correspondí el apretoncito de manos y me sonrío, tiré de ella entre risas y la abracé, olía delicioso como siempre, su cuerpo pequeño y su piel, podía sentir su suavidad a través de su ropa mientras ella se aferraba a mi cuello escondiendo su rostro. Solía hacer eso. Y me encantaba. La abracé más fuerte y ella me secundó.

-¡Ya se reconciliaron!- gritó un estúpido que estaba mirando por una ventana. Haciendo que todo aquel que estuviera a dos cuadras lo escuchara.

Comenzaron asomándose por las ventanas hasta salir por la puerta con silbidos y un horrible escándalo, en segundos media fiesta estaba afuera en el patio frente a nosotras gritando que nos diéramos un beso. Para ese entonces mi amiga se había apartado de mí como si yo tuviera lepra y la fuera a contagiar, en cuanto comenzaron con lo del beso salió corriendo. Traté de ir tras ella pero alguien me sujetó.

-Daylis- era Johana.

-Disculpa, tengo que ir, luego hablamos- le dije sin más y corrí tras Vanessa.

No sé qué quería Johana pero no era momento para estar perdiéndolo con esos locos en esa fiesta. Sabía que mi amiga estaba asustada y molesta, no era mi intención que nada de esto pasara.


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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Vall Lynch - Derechos Reservados
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5 comentarios:

  1. Anda q enrredo el de esas dos y esa johana tampoco me cae bien... solo digo q hablrn francamente y se digan lo que sienten...
    Saludos y gracias por continuar la novela...

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  2. Me encanta esta historia esto me hace recordar a una amiga que quise quiero ya no se pero deje de luchar de convenserla que me quiera y que desilucion tan grande cuando esperas y esperas y eso nunca llega pero no creo haber estado tan confundida de pensar que ella sentia lo mismo que yo y esperaba una señal pero no fue asi besos

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  3. Ohhhh xq tan corto, haslo más largo por fa!!!!!!

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  4. esta demasiado buena esta historia, por favor siguela!!

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  5. Cuanto drama ajajajaja T__T

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