Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Te juro que no recuerdo nada - Vall Lynch - 3

Te juro que no recuerdo nada 3.


-¡Vanessa!- le grité tratando de detenerla.

Me puse en pie y fui tras ella pero antes de llegar a la puerta Chanel me detuvo.

-¡Daylis, espera!- me dijo y me pasó el celular de mi amiga. Tenía una sonrisa maliciosa en el rostro.


Tomé el cell. Ignoré todo ese ambiente que parecía salido de un mal chiste y salí de allí. Las cosas estaban fuera de control, no me sorprendía que mi amiga hubiera salido corriendo, sabía que se sentía avergonzada. Y yo… Bueno, en verdad me sentía más confusa que avergonzada, me preocupaba más cómo quedaríamos con todo este lío. No tenía idea de cómo manejar la situación si es que hubiera una forma, solo pensaba que todo había sido un error causado por un exceso de alcohol. Nunca habíamos pasado por algo parecido, yo personalmente no había tenido ninguna experiencia así con ninguna mujer y mi amiga menos porque cuando la conocí ella incluso tenía una relación con un chico, un poco desagradable pero era su novio en ese entonces. Continúe mi camino, se me había adelantado bastante. Por fin llegué y su hermana estaba, le pregunté por mi amiga y le pedí que le avisara que estaba allí y que quería hablar con ella.

-¡Daylis, te busca!- le escuché gritarle.

Luego volvió a la sala y me dijo que mi amiga le pidió que me dijera que me fuera, que no se sentía bien. Así que fui hasta su habitación y le toqué la puerta pidiéndole que me dejara pasar. Pero no contestó.

-Vanessa, me quedaré aquí hasta que abras- dije con convicción.

Después de un largo rato abrió la puerta y me dejó pasar. Entré y ella cerró la puerta tras suyo, se quedó de pie mirándome.

-¿Qué quieres?- me preguntó.

-Tenemos que hablar- le dije mostrándole su cell. Lo miró y me lo arrebató de las manos.

-Yo no quiero hablar sobre eso- dijo guardándose su celular en el bolsillo, se cruzó de brazos y volteó la cara en dirección contraria a mí.

-Vanessa, tenemos que hablarlo- le insistí.

-Daylis, yo no tengo la menor idea de qué decir ante algo como esto- me dijo por fin mirándome.

Entonces me quedé muda al darme cuenta de que le pedía a ella algo que yo no podía dar. Pero éramos amigas, solo quería borrar esa noche de mi mente y que nunca hubiéramos visto o escuchado esos videos. Dios, la cabeza me daba vueltas. Me senté en la cama sin pensarlo.

-Yo… solo quiero que superemos esto- le dije y la miré.

-¿A sí?- me dijo levantando una ceja indicándome dónde estaba sentada, me levanté enseguida mirando para todos lados.

-Sé que  es incómodo…

-¿Incómodo?- dijo estupefacta- Qué suerte que a ti solo se te haga incómodo porque a mí se me cayó la cara de la vergüenza.

-¡Lo sé! Pero no lo podemos ignorar y ya está.

-¡Claro que no podemos!- me gritó exaltada-¡Pronto lo sabrá todo el barrio! Tu amiguita se encargará de eso.

-¡La tuya también estaba ahí!- le grité también.

Un silencio nos invadió, era la primera vez que nos gritábamos así.

-Lo siento- me dijo ya calmada- No quería hablarte así… yo solo… estoy… asustada y no sé qué hacer o decir.

-Lo sé- dije dando un paso hacia ella- Perdóname tú a mí por venir a exigirte que hablemos cuando ni yo misma sé qué decirte… solo quiero que sigamos siendo amigas- le dije mientras la observé recogerse un mechón de su cabello y colocárselo tras su oreja. Entonces me quedé inmóvil, hipnotizada por sus rizos. Siempre me gustó su cabello.

-¿Qué pasa?- me preguntó preocupada.

Comencé a sentir como si la habitación se hubiera encogido. ¿Qué me pasaba?

-Disculpa, es que…

-Tranquila, somos amigas, podemos con esto- me dijo forzando una sonrisa.

-Sí- dije finalmente- Debemos calmarnos… Todo es… Confuso justo ahora.

-Está bien, tal vez deberíamos sentarnos un momento- dijo mientras se sentaba en una esquina de la cama. Yo también me senté a una distancia moderada. El camarote era como una casita.

-Bien… Lo primero que hay que hacer es borrar esos videos… ¿Tomó algo de carga tu cell?- pregunté.

-Ah, sí…

Sacó el cell del bolsillo y procedió. Momentos después lo soltó en la cama justo en medio de ambas. Lo tomé y lo puse sobre la mesilla que me quedaba cerca. Miré a mi amiga y me acerqué a ella.

-¿Estás bien?- le pregunté.

-… Sí, es que aún nos quedan las chicas, ellas…

-Ellas no son un problema- le dije con una sonrisa.

-Si se atreven a decir algo las golpearé- me dijo y no pude evitar echarme a reír porque sabía que hablaba en serio, me causó mucha gracia imaginándomela en plan salvaje.

-Perdón- le dije.

-No, está bien, es bueno poder reírse- me dijo- Nos preocupamos por algo que a penas recordamos…- notó mi silencio- ¿Tú recuerdas algo?- me preguntó mirándome con los ojos abiertos de par en par.

-Bueno, algo concreto no pero… Con las grabaciones algo me vino a la mente…

-Ah, te entiendo- me dijo- A mí me pasó lo mismo, fue horrible… Digo…

-Tranquila, entiendo- le sonreí.

-Solo quiero que lo olvidemos- me pidió.

-Claro, es lo que haremos, todo estará bien, ya verás- le dije poniendo mi  mano sobre su hombro y su blusa de tiros me permitió sentir su piel. Sentí una corriente al contacto de mi piel con la suya, me corrió desde la yema de mis dedos por todo mi ser provocándome un estremecer. Vi en sus ojos una mirada que no supe interpretar, el olor de su shampoo me hizo alucinar. Pase de mirar su pelo a su cuello. Ha, qué piel más bella, pensé. Miré mi mano y la aparté enseguida. Supongo que las cosas no serían tan fáciles después de todo. Ella había dicho que todo eso había sido horrible y ahí estaba yo tocándola, haciendo que se sintiera más incómoda. Me puse en pie- Bueno, ya me voy… Luego hablamos- con esa última oración maltrecha salí de esa habitación que me empezaba a cortar el aire, no escuché si dijo algo y no me devolvería a averiguarlo. Crucé la sala y casi tropiezo con Xanval, la gata que correteaba tras la hermana de mi amiga. Al salir de la casa sentí cómo el oxígeno regresaba a mis pulmones.

¿Por qué me tenían que pasar esas cosas a mí? Dos años atrás me besó un desconocido en un baño durante una fiesta, la cual ni siquiera había querido ir desde un principio, no bailo, no tomo, solo fui para que todos tuvieran de que reírse luego. Y ahora esto. Era el colmo. Había sido tan extraño estar con ella en esa habitación después de enterarnos de todo lo que hicimos. Podía recordar lo que hicimos pero de pronto comenzaba a pensar en lo que sentí esa noche, se me erizaba la piel, era irreal, solo me hacia un lío en la cabeza por nada, era normal que me sintiera incómoda al estar cerca de ella después de escuchar esas grabaciones, era normal que me pusiera nerviosa su cercanía y que su pelo hubiera adquirido un brillo especial ante mis ojos. Pero de pronto me detuve al darme cuenta de que quería volver sobre mis pasos y regresar con ella, quedarme como siempre hacia. Que charláramos de todo y más, que todo solo fuera un mal sueño. Pero nada de eso era posible ya, la realidad nos azotaba sin compasión alguna.  Me prometí a mí misma que no volvería a pensar en nada, lograríamos salir de esa situación a como diera lugar. Teníamos que dejar de darle importancia, olvidarnos que alguna vez sucedió, solo así estaríamos tranquilas y volveríamos a ser las mismas de antes.


Pero mi plan fue un fiasco, mi amiga empezó a comportarse de manera extraña al pasar los días, no me hablaba mucho que digamos y yo ya no encontraba qué más hacer para acercarme a ella sin que saliera corriendo. Decidí darle su espacio y un tiempo, tal vez ambas necesitaríamos pensar un poco o tal vez era solo yo… Que no paraba de pensar en ella.
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Vall Lynch - Derechos Reservados
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2 comentarios:

  1. Solo llega hasta el capítulo 3? O.o
    Y yo que quería seguir lleyendo:c

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  2. Cuando publican la siguiente? No la dejen inconclusa por fa.

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